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Los Mitchell contra las máquinas: un espectáculo divertidísimo y loco que provoca reflexiones profundas

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Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). Por ahí escuché decir que este fin del mundo que estamos viviendo está muy aburrido. Es lento, inquietante, con gente que debería protegernos pensando solamente en elecciones y otros lucrando con la tragedia y el desencanto. Encerrados en casa, suspirando por volver a quitarnos el cubrebocas, ver a la gente sonreír —o darnos una mentada— y para ver los rostros completos de todos. Sí, este fin del mundo está siendo muy aburrido que parece sacado de la mente perversa de algún programador computacional multimillonario que cuando mira por la ventana solo ve ceros y unos.

Pero, entre todo este aburrimiento y donde el tremendamente caótico e hiperinflado catálogo de Netflix no es de mucha ayuda para librarnos de ese peso, de vez en cuando sale una producción por que la que decides no cancelar, todavía, la suscripción. Esta es sin duda Los Mitchell contra las máquinas. Una producción Phil Lord y Cristopher Miller, que nos han traído los filmes más originales y creativos de animación de los últimos años —lo siento, Pixar— como Lluvia de Hamburguesas, La Gran Aventura Lego y Spiderman, Into the Spiderverse. Esas mentes maestras están detrás de esta joyita que, desde ya, la catalogo como: clásico instantáneo.

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¿Y de qué va? Pues, de una inteligencia artificial muy parecida a Alexa —Alexa es mucho más simpática y elocuente que Siri, por cierto—, desarrollada por una compañía muy parecida a Apple, con prácticas de negocio muy parecidas a Facebook, y con recursos muy similares a los de Alphabet (Google, pa´los cuates), al verse superada por la versión 2.0 de ella misma y ser desechada, decide tomar el control y expulsar a los humanos del planeta. Y ante esto, sólo los Mitchell son los que pueden salvar el día, y de paso a la humanidad.

Con un guion dinámico y divertido, esta película construye personajes muy entrañables, logrando que mas allá de la trama, lo importante es la dinámica familiar y lo difícil que es en ocasiones comunicarnos entre nosotros. Si de repente algún miembro de tu familia te dice que necesita —inframundita— para construir su mesa de —crafteo— y que también lo —funaron— sin motivo, y no tienes reverenda idea que demonios significa eso,  sabes de lo que hablo. Esa brecha generacional es inamovible e inevitable, y empatar nuestros objetivos con los que los miembros más jóvenes van creando es complicado, muy difícil, pero también una fuente inagotable de amor y conocimiento.

Además, de ello, el estilo de animación contribuye muchísimo a sentir esta película como algo más auténtico y asequible que otras producciones. Si bien sigue siendo animación por computadora, los trazos utilizados semejan mucho los de un caricaturista callejero, lo que inunda de vida a la pantalla. Son fragmentos de trazos artesanales que sin necesidad de tratar de emular un aspecto realista, hacen mucho más humanos y entrañables a los personajes.

En una época donde cada quien tiene su tele, su teléfono, su tableta, su cuenta de Netflix, sus favoritos y la cosa se individualiza cada vez más, Los Mitchell contra las máquinas es un pretexto perfecto para preparar palomitas, sentarse todos frente a la televisión y disfrutar de un buen rato en familia.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Psicoanálisis como ciencia transempírica

Foto: lacentral.Com

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ciencia transempírica. Un nuevo concepto que sería equivalente a las ideas metafísicas, según Kant. Engloba modelos que no tiene evidencias empíricas sólidas, sino que se infieren a partir de otras teorías, ecuaciones o intuiciones.

En medio del remolino filosófico que ha buscado implementar criterios que nos den la certeza del conocimiento de la realidad, dos hombres lúcidos, Alejandro Segura y Daniel Omar Stchigel, proponen defender el psicoanálisis como una ciencia transempírica.

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La mente como noúmeno, epifenómeno del cerebro, res cogitans o como una metáfora de “algo” de una “cosa en sí” que nos remite a la conciencia, ha sido por milenios pugna de debates racionales e irracionales. El psicoanálisis parte de la tesis de que el comportamiento es un reflejo del inconsciente.

El psicoanálisis como terapia —según Onfray—, tiene a su fundador en Antifón de Atenas en el 411 a.C. Se ha erigido como una técnica científico filosófica muy profunda, llena de subteorías, vericuetos y hasta pergeñada de alquimia.

Antifón entendió la felicidad como la búsqueda de la paz interior, una serenidad ante la turbulencia existencial. Escuchaba los problemas de sus pacientes para otorgar terapias verbales con el fuego de la palabra. Atribuyó a los sueños significados que pudieran combatir la tristeza de los hombres. La onirocrítica.

Fueron los románticos quienes, a partir de la conmoción que dejó Kant con su crítica de la razón pura, defendieron la noción del inconsciente. Uno de sus discípulos rebeldes, Johann Gottfried von Herder, arguyó que la filosofía de Kant era palabrería vacía,y en contra de la imposibilidad de la razón de encontrar una esencia propuso la teoría del genio, en la cual, tal genio puede simbolizar las pasiones como verdades universales de manera inconsciente.

Basado en esto, Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling en su sistema de idealismo trascendental retoma la teoría del genio justificando que en el arte no todo se hace de manera consiente.

Fue así como en la estética romántica, el arte es considerada una vía privilegiada de conocimiento del hombre a través de su inconsciente.

La literatura y las teorías del siglo XIX estuvieron pergeñadas por el inconsciente como motor irracional de nuestras conductas. Las novelas góticas simbolizaron el laberinto oscuro donde la conciencia se pierde. Schopenhauer, Nietzsche y Dostoievski fueron maestros consumados en teorizar sobre esto.

Fue en este contexto en que Sigmund Freud heredó todo el bagaje para desarrollar sus teorías y tratar de instaurar el psicoanálisis como una ciencia psicológica. A partir de su visión se escindieron escuelas y estéticas, algunas tan profundas como la de Jung o tan complejas como la de Lacan.

FOTO: CentroEleia.Edu.Mx

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La difícil ciencia de la psicología desarrolló varias escuelas para conocer la conducta humana. Con el descubrimiento de las neuronas, el genoma y la evolución de la bioquímica, aunado con la polémica sobre las enfermedades mentales, la psiquiatría médica y la anti psiquiatría como antítesis. La mera teoría psicoanalítica resultó insuficiente para totalizar las explicaciones del complejo devenir humano. Han surgido escuelas como la Gestalt, la psicología evolutiva, el cognitivismo, el funcionalismo, el conductismo, etcétera.

El psicoanálisis ha sufrido sendos ataques a los largo del siglo XX y XXI, tanto epistemológicos como filosóficos, por mentes egregias como Bunge, Onfray, Popper, Bueno o Sokal.

Desde un panorama gnoseológico sólido, Segura y Stchigel defienden la cientificidad del psicoanálisis paso a paso, contestando los argumentos más virulentos en su contra de manera racional y con ejemplos históricos.

Lo que logran es un tratado filosófico muy lúcido, que resulta apto no solo para el psicoanálisis, sino, para entender la base de la filosofía de las ciencias en general.

Al defender el psicoanálisis como ciencia transempírica, lo que Segura y Stchigel realizan no es solo argumentar en favor de su disciplina, sino aseverar que las más osadas teorías cosmológicas son en realidad noúmenos, antinomias imposibles de resolver por medios empíricos. Se lanzan al centro del remolino kantiano donde tiene sentido volver a dividir la realidad en fenómenos e ideas trascendentales. El psicoanálisis sería una metafísica imposible de resolver racional y empíricamente pero -gran ironía- esto no implica negar su cientificidad.

En su libro La cientificidad del psicoanálisis, Segura y Stchigel argumentan en contra de Onfray, Popper, Bunge, Lakatos, Sokal y Kuhn. Más que un ensayo, su libro es un tratado muy preciso y muy claro. Incluso podría ser usado como texto para todo un curso de filosofía de la ciencia. Es un libro placentero, bien escrito y sin rodeos.

Los autores proponen una triple demarcación, que se fundamenta en una idea infinita, a saber: que el Ser no está hecho a medida del Hombre por lo cual la astroconciencia específica nos limita de manera fatal para lograr una verdad contundente. Pero, no podemos más que justificar las ciencias a nuestra escala, lo que daría prioridad al instrumentalismo sobre el realismo.

Tal visión nos remite al psicoanálisis como un modelo más inserto en el fragor de nuestros conocimientos que se acumulan en forma de símbolos y mitos. Aun cuando el subtítulo del tratado es valiente y se atreve a proponer una respuesta definitiva, lo que sugiere al final es una dialéctica infinita que enriquece la filosofía con nuevas categorías que debemos explorar.

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El conflicto de la falta de mujeres casaderas en las misiones de la Antigua California

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Mucho se ha especulado sobre los motivos que desencadenaron el decaimiento de la población de los naturales de la California durante la época jesuítica. De acuerdo a los últimos estudios sobre el tema, se sabe que las constantes epidemias fueron diezmando a la población de nativos. Fue tanta la mortandad que algunas de estas enfermedades acababan con miles de pobladores en menos de tres o cuatro meses. Sin embargo otra causa del decremento en la población fue la disminución de mujeres, lo que ocasionaba la imposibilidad de encontrar pareja para los jóvenes habitantes de las misiones.

Posterior a la rebelión que inició entre los pericúes en el año de 1734, y que después se extendió a casi toda la media península, empezó a ocurrir un decremento en el nacimiento de mujeres. El sacerdote Miguel de Barco —autor de uno de los manuscritos más impresionantes en cuanto a información sobre la California, y que luego fue traducido y concentrado en el libro Historia natural y crónica de la Antigua California por el emérito historiador Miguel León-Portilla—, nos relata que a partir del primer tercio del siglo XVIII se tenían diversos reclamos en las misiones, por parte de los californios quienes ante la imposibilidad de encontrar suficientes mujeres con las cuales establecer una relación formal de pareja, lanzaban duras reprimendas a sus misioneros de no hacer nada por remediarlo.

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Del Barco nos dice en su escrito que muchos de los naturales que habitaban el puerto de Loreto, realizaban viajes hacia el puerto de Guaymas, para convencer a las mujeres casaderas de entre las tribus yakis y coras de que se desposaran con ellos. Para convencerlas se vestían con sus mejores ropas, adquirían hermosos vestidos con lo cual buscaban convencer a las damas de que ellos tenían la posibilidad de darles una “buena vida” y que además, por estar Loreto cercano a Guaymas, podrían tener noticias de sus familiares en la otra orilla. En varias ocasiones esta búsqueda tuvo buenos resultados, logrando traer a mujeres que aceptaran vivir en Loreto y casarse con uno de los habitantes, “portándose con juicio y cristiandad”, a decir de este sacerdote.

Sin embargo no en todas partes de la península se tuvo tanta suerte. El misionero de la Misión de Santiago de Los Coras Aiñiní, le relató en diversas ocasiones el reclamo que hacían sus catecúmenos al no poder conseguir mujeres que estuvieran en edad de formar familia con ellos. Ante esta situación tan desesperada el misionero acudió ante el padre visitador para que éste a su vez acudiera al gobernador de Sinaloa y le expusiera la triste situación que se vivía, al mismo tiempo le solicitara encarecidamente que si como producto del combate contra los grupos de yakis y coras hostiles a la presencia española llegaba a capturar a mujeres en edad casadera y tenían por pena el ser desterradas de aquellas tierras, que se las enviaran a su misión en donde les daría una cristiana educación y se aseguraría que se casaran con alguno de los neófitos de su misión. Lamentablemente, esta situación era difícil de realizar por lo que día a día crecían los reclamos e incluso acusaciones ante las autoridades de los presidios sobre esta falta de “cumplimiento” por parte de su misionero.

También era difícil lograr casamientos entre los integrantes de las diferentes rancherías. Lo anterior se debía al gran amor que tenían tanto los hombres como las mujeres del sitio en donde habían nacido y crecido, por lo que se negaban a casarse ya que con ello iba implícito —sobre todo en la mujer—, el trasladarse hacia la ranchería de su esposo. Recordemos que durante los últimos años de la estancia de los jesuitas en la Antigua California se tuvieron que cerrar varios poblados misionales por la escasa cantidad de catecúmenos. Entre algunos de estos sitios estaban las misiones de La Paz, San José del Cabo, San Luis Gonzaga, Los Dolores Apaté, Ligüí-Malibat y otras. Lo anterior repercutió en que al trasladarse los pocos catecúmenos de una misión a otra, las distancias entre las rancherías se hacían cada vez mayores.

De acuerdo a un censo levantado por los jesuitas a su partida, el total de nativos habitando en las misiones, desde la de San José del Cabo hasta Santa María de Los Ángeles era de poco más de 7 mil individuos, lo que nos da una idea del gran decremento que se dio durante los 70 años de presencia de los jesuitas en la California, en donde a su llegada se contabilizó entre 40 mil a 50 mil californios.

Bibliografía

“Historia Natural Y Crónica De La Antigua California” – Miguel del Barco (Edición e impresión: Miguel León-Portilla).

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Carta abierta a Milena Quiroga y Víctor Castro:

FOTOS PRINCIPALES: Sudcalifornios y Radio Activo BCS.

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Milena y Víctor, a ustedes que todos los días caminan y hablan con la gente, hoy les quiero contar algo y sé que me escucharán, pues su profunda convicción por gobernar a lado del pueblo y con el pueblo no los dejará pasar por alto lo que abajo expongo.

Hace tres años hubo elecciones y los militantes de izquierda salimos a votar por el proyecto de la Cuarta Transformación (4T), y la mayor parte del pueblo se nos unió. Juntos les entregamos nuestra confianza y el resto de la esperanza por un mejor porvenir. Les adjudicamos nuestros sufragios a los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y con ello ganamos los municipios más relevantes electoralmente: Los Cabos, La Paz y Comondú.

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FOTO: Tribuna de La Paz.

En Los Cabos hicimos ganar a Armida Castro, quien desde la perspectiva de muchos izquierdistas y de gran parte de la comunidad, tuvo una administración onerosa, turbia, conflictiva y con mínimos resultados, de la que sobresalen su confrontación con el pueblo, sus lujos y el nepotismo al colocar en cargos y puestos públicos a su hijo y a su esposo. Afortunadamente, para el partido y para Sudcalifornia, Armida se montó en la ola feminista y en la “victimización” planteó su estrategia para lograr la candidatura a la gubernatura y al final, todos lo sabemos, la perdió y terminó por traicionarnos de lleno, y se fue al Partido Verde Ecologista; lo que resultó ser lo mejor, pues es obvio que no será gobernadora y que con ese movimiento ha confinado su futuro político a la medianía arribista.

Por otro lado, tenemos el municipio de La Paz, que le entregamos a Rubén Muñoz. Tengo el recuerdo fresco de aquella reunión con el sector cultural, previa a la elección de 2018. Ahí, sin duda, advertí las dotes de buen orador de Muñoz, que hoy lo han llevado a ser nombrado “La serpiente embaucadora”. Pues bien, la administración de Muñoz ha resultado ser, en la mayoría de las áreas, una decepción para los que comulgamos con la 4T. Hoy los votantes de izquierda vemos más carencias que logros a resaltar en la alcaldía paceña. Hoy sigue el desabasto de agua y los servicios municipales son tan malos como lo eran en la administración pasada, en fin, no podemos comparar a La Paz con la capital de Suiza, ya saben, por aquello de las promesas que hizo Muñoz cuando se candidateaba para la gubernatura, pero más allá de dichos huecos me enfocaré en el asunto más delicado y es que Rubén prometió gobernar con el pueblo y para el pueblo, y nos traicionó.

Ustedes, Milena y Víctor, saben de la larga lucha del pueblo sudcaliforniano por hacer valer la ley, por regular a las empresas mineras e inmobiliarias, por no dejarlas hacer su voluntad sobre los intereses del pueblo. Saben, por que han estado ahí, en la lucha por nuestra supervivencia, han estado ahí con nosotros lado a lado, bregando por mantener el equilibrio de nuestras vidas en este ecosistema tan bello, pero tan frágil. Ustedes saben que el agua es lo más valioso, sobre todo tú, Milena, pues en la defensa del agua inició tu carrera política y hoy, el tema de la sobre explotación del sistema hídrico de La Paz es lo que más nos debe ocupar.

Hoy que te manifiestas a lado de nosotros en el asunto de los mega cruceros fondeados en nuestra bahía muchos nos preguntamos, ¿por qué no te has pronunciado clara y contundentemente sobre el atraco político que cometió Rubén Muñoz en el Cabildo al aprobar ilegalmente el desarrollo inmobiliario “Misión Punta Norte”? Todos sabemos que Muñoz cabildeó y con un discurso elocuente convenció a la mayoría de los regidores de desestimar el dictamen de la Comisión de Desarrollo Urbano, Ecología y Medio Ambiente, en el que no se negaba la aprobación del megadesarrollo inmobiliario, sino que se le indicaba a Muñoz que el trámite del cambio de uso de suelo requerido se llevará por los causes legales y los reglamentarios para su aprobación, modificación o rechazo. Y ¿qué hizo Rubén? marrulleramente trasladó el asunto a su Comisión de Gobierno, Seguridad Pública y Tránsito, esperó a las vacaciones de Semana Santa para aprobarlo y evitar la movilización ciudadana de protesta.

Como bien sabes, Milena, la gente más combativa y consciente del valor del agua en esta tierra, nos pronunciamos afuera del Palacio Municipal, recordarás la enorme manta con las caras de Rubén Muñoz y de los regidores que aprobaron “Misión Punta Norte”. Y sé que sabes, Milena, que un desarrollo de la magnitud del que nos acecha, afectará sin duda el equilibrio hídrico del municipio que quieres gobernar. Debes saber que la promesa de una desaladora es inviable por las características de la bahía. Sabemos que sabes del riesgo en que nos pone una autorización subrepticia de un megadesarrollo inmobiliario en esta tierra desértica cuyo principal problema es el suministro del agua.

Milena, estoy seguro que recuerdas, las luchas previas por evitar que Cabildos priístas y panistas, corruptos, aprobaran cambios de uso para emplazamientos mineros, no hace muchos años de esos entuertos en que nos vimos los sudcalifornianos. Y por ello debes saber que Muñoz torció la ley, y embaucó a los regidores, para abrogarse el derecho de decretar u ordenar el cambio de uso de suelo que necesariamente requiere el desarrollo “Misión Punta Norte”. Hoy, la pregunta para ti, Milena, es: ¿qué vas a hacer de llegar a la Presidencia Municipal de La Paz con la ilegal aprobación del desarrollo inmobiliario? La pregunta se extiende y se complementa: Milena, ¿qué tienes que decir acerca de las maniobras politiqueras del aún alcalde Rubén Muñoz, de su usurpación de funciones, de su abuso de poder? Y el cuestionamiento va más allá, ¿qué nos asegura que tu silencio al respecto no es la antesala de maniobras facciosas y de ilegalidades al interior del municipio que hoy nos pides que te entreguemos? Sé que entenderás la inquietud y la duda, pues los sudcalifornianos militantes, simpatizantes de la izquierda y la mayoría de los paceños acabamos de ser traicionados por Rubén.

FOTO: Roberto E. Galindo.

Finalmente, Víctor, tú como aspirante a gobernar nuestro Estado, tienes que estar al tanto de todo esto. Seguro lo sabes, no hace mucho que libraste una pequeña batalla al interior del partido con Armida y Rubén, la que ganaste con nuestro favor político, pues a ellos les negamos la candidatura que hoy detentas. Los que creemos en ti y entregaremos nuestro voto a la 4T necesitamos tu clara evaluación sobre las administraciones de Morena en Sudcalifornia, pero sobre todo tu crítica sincera y directa a éstas, pues, el buen juez por su casa empieza, y en Morena, hoy más que nunca, necesitamos crítica interna abierta a la ciudadanía. A menos de un mes de las elecciones, los sudcalifornianos necesitamos, Víctor, escuchar tu contundente postura.

Polilla Política: A veces nos preocupamos cuando los políticos no paran de hablar y sentimos en cada palabra un vacío de certeza, pero, a veces, en los silencios de los políticos están sus verdaderas convicciones, las que no nos quieren mostrar.

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El uso de las imágenes en la catequismo de los californios

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS. Hace unos meses, cuando me encontraba en el interior de la Iglesia de San Francisco Javier, en el poblado del mismo nombre en Baja California Sur, me quedé en un profundo estado de contemplación al admirar su retablo principal, el cual está dedicado al mismo santo. Los nueve óleos que flanquean la estatua del santo le dan un ambiente supranatural, al tiempo que la cubierta áurea del retablo genera una impresión de estar ante la presencia de algo sumamente sagrado. El objetivo de esta obra ¿fue tener un altar hermosamente ornamentado o su función fue más allá? La respuesta a lo anterior la descubriremos a continuación.

El uso de imágenes y esculturas en el culto cristiano venía como herencia de las religiones y veneraciones más antiguas que las precedieron: egipcios, judaísmo, helenismo, etcétera. De las cuales se nutrió para su surgimiento, pero que, paulatinamente, les fue dando un sesgo muy específico que actualmente conforma toda la teoría que subyace a esta religión. Sin embargo, este camino nunca estuvo salvo de obstáculos. Siempre hubo grupos de cristianos que se oponían al uso de imágenes como objeto de culto y lo anterior se percibe en una carta dirigida al Obispo Sereno de Marsella escrita a finales del siglo VII, San Gregorio censuraba la destrucción de imágenes religiosas perpetrada en la diócesis marsellesa, señalando el provecho que habría podido extraerse de ellas: Te alabamos por haber prohibido adorar las imágenes, aunque reprobamos que las hayas destruido. Adorar una imagen es diferente de aprender lo que se debe adorar por medio de la pintura […] La obra de arte tiene pleno derecho de existir, pues su fin no es ser adorada por los fieles, sino enseñar a los ignorantes. Lo que los doctos pueden leer con su inteligencia en los libros, lo ven los ignorantes con sus ojos en los cuadros. Lo que todos tienen que imitar y realizar, unos lo ven pintado en las paredes y otros lo leen escrito en los libros.

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Años después, durante el imperio Bizantino, surgió una facción al interior de la iglesia que pedía la erradicación del culto de imágenes y esculturas, a este movimiento se le conoció como iconoclasta. En el año 787 se realizó el VII Concilio Ecuménico en Nicea, para que zanjara la cuestión de forma concluyente. El Concilio determinó que las imágenes no sólo eran útiles, sino sagradas. No en sí mismas, sino por lo que representaban: “El honor rendido a la imagen revierte a lo que ésta representa”. Recalcó la diferencia entre un ídolo y un ícono; el primero, como su nombre lo indica, es un vehículo para la idolatría, mientras que el segundo es un intermediario con lo sagrado.

Fue durante los siglos que van del XII al XV que se dio la gran efervescencia del uso de esculturas y pinturas como forma de transmitir las enseñanzas bíblicas así como los dogmas cristianos, sin embargo, la heterogeneidad de corrientes que surgieron al interior del cristianismo hicieron peligrar la unidad tan frágil que existía. Fue entonces que surge un gran cisma denominado La Reforma —encabezado por Martín Lutero—, que entre sus postulados buscaba la desaparición de las imágenes como objeto de devoción y culto en el cristianismo. De nuevo, para aclarar este desaguisado se tuvo que convocar a un concilio, el cual se celebró en Trento (1545-1565) en donde se reafirmó la importancia de imágenes con una utilidad didáctica, sin embargo, concedía razón en la necesidad de que hubiera un mayor control de parte de la iglesia en su elaboración y contenido.

Hay que tomar en cuenta que la Sociedad de Jesús nace en plena debacle reformista, en el año de 1540, y su propósito principal es ser fieles defensores de la doctrina católica así como leales en todo a El Papa. Con el paso de los años fueron perfeccionando el uso de técnicas que les permitieran evangelizar a los grupos de “gentiles” entre los que les tocaba realizar sus misiones y poder cumplir con su objetivo con el mayor de los éxitos de forma perdurable y rápida. En el caso de la Nueva España, la orden de los jesuitas fue casi de las últimas en llegar y fueron destinados para realizar su ministerio en el septentrión novohispano, en las tierras que fueron catalogadas como “los confines de la cristiandad”.

Uno de estos sitios fue la Antigua California, a la cual arribaron de forma permanente a partir del año de 1697 cuando fundan la Misión y Real Presidio de Loreto. Conforme fueron aprendiendo la lengua de los naturales poco a poco analizaron sus ceremonias, rituales y creencias con el fin de conocer la manera de aprovecharlas para la comprensión de los rezos y misterios de la fe, que, hasta ese momento, sólo se enseñaban de forma mecánica y memorística, pero con una limitada comprensión de su contenido. No debemos olvidar que de acuerdo a las manifestaciones culturales de los californios se pudieron ubicar en la etapa del paleolítico, lo que se manifestaba en una gran disparidad y desfase entre el pensamiento de los colonos y el de los nativos.

Además de las estrategias ya descritas, los ignacianos reforzaban su adoctrinamiento a través de mostrar imágenes a sus catecúmenos. Las mencionadas imágenes las traían consigo los sacerdotes o las pedían a sus sedes en las ciudades de Guadalajara y la Ciudad de México, y eran elaboradas bajo rigurosas normas y controles tratando en todo momento el causar un impacto no sólo en la memoria de los naturales sino en sus emociones, ya que se consideraba que una imagen, sea una pintura o una escultura, posee una carga semántica muy compleja y completa que evoca emociones indescriptibles y que facilita la percepción de aspectos abstractos como valores, virtudes y actos que difícilmente pueden ser expresados con lenguaje verbal o escrito.

Sin embargo, este proceso no siempre provocaba los efectos deseados y esto fue descrito en un relato un tanto jocoso por el sacerdote Ignaz Pfefferkorn: Un ejemplo de lo anterior es lo acaecido a un misionero jesuita que, con el fin de enseñar a los indios qué les esperaría si se iban al infierno por no ser buenos cristianos, les mostró una llamativa pintura en la que se veían ardientes llamas atormentando el alma de un pecador, y varias espantosas serpientes que parecían querer devorarla, con todo lo cual se pretendía causar el horror de los nativos. Sin embargo, éstos vieron la pintura primero con detenimiento, y luego mostraron alegría. Al preguntárseles por qué les gustaba aquella imagen del infierno, contestaron que sería una gran ventaja estar en un sitio con lumbre para calentarse en las noches frías, y víboras para comer.

Poco a poco al ir evolucionando las “reducciones” en las que fueron confinados una buena parte de los Californios y que llevaron pomposamente el nombre de misiones, el proceso de evangelización (catequización) fue haciéndose más rápido y efectivo. Dentro de las iglesias que se iban erigiendo empezaron a poblase de óleos y esculturas que evocaban pasajes bíblicos, virtudes que debían ser emuladas por los feligreses, y por qué no, castigos que les esperaban en esta y en otra vida si acaso se desviaban de los preceptos enseñados por los sacerdotes. La vida dentro de las misiones se regía por una estricta disciplina religiosa en donde el tañer de la campana de la iglesia marcaba el inicio de las labores diarias las cuales siempre comenzaban con la visita a la iglesia para el canto del “Alabado”, rezo del rosario y encomendarse en su jornada al altísimo.

No cabe duda que la veneración que se tiene de las imágenes sacras por los descendientes de esos californios y los primeros colonos europeos que llegaron a estas tierras, los cuales ahora viven en ranchos, pueblos y ciudades por toda la geografía peninsular, es un legado que viene desde estos tiempos misionales y que debe ser analizado y respetado como un patrimonio intangible de nuestra cultura sudpeninsular.

Bibliografía.

Sonora, a Description of the Province, Ignaz Pfefferkorn, S.J.

El arte sacro como catecismo visual y complemento litúrgico en las misiones de Las Californias, Elizabeth Agripina Simpson Gutiérrez.

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