Guillermina Sáenz, enamorada del escenario desde hace 33 años

FOTOS: Cortesía.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En 2001, Guillermina Sáenz actuó en Sor Pita Amor y su cruz, con textos de Alfonso Reyes y otros autores, siendo uno de los trabajos que considera más importantes en su trayectoria artística, aunque —por supuesto— con más de 30 años de carrera sobre los escenarios tiene bastante para presumir en su desarrollo profesional que ha cubierto las facetas de directora y maestra de teatro, participación en medios y conductora de eventos como el tradicional Carnaval La Paz. Su voz, ya es una voz familiar para nosotros.

Guillermina Rosario Sáenz Spíndola nació el 31 de diciembre de 1953 en La Paz, BCS, aunque toda su educación la cursó entre el Estado de México y el entonces Distrito Federal. Justo así: DF se titula la obra donde hizo su debut como actriz en 1987, y también con la obra El espejo, ambas de Emilio Carballido. De allí hasta 2008, de forma casi ininterrumpida, ha estado sobre las tablas del escenario y pasado a la dirección y la dramaturgia. Para CULCO BCS, la teatrera de corazón concedió una entrevista sobre algunos aspectos de su amplia trayectoria.

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Con tan larga trayectoria, compártenos ¿cuáles han sido los momentos más importantes en tu carrera? Desde el momento en el que se da la tercera llamada y se levanta el telón, es un momento mágico, es el dar todo en el escenario. Hay tres trabajos que han sido importantes para mí como actriz: “Pita Amor y su Cruz”, con textos de Cristina Pacheco y Carlos Fuentes, y versos de Pita Amor y de Sor Juana Inés de la Cruz; “Cada quien su vida”, de Luis G. Basurto; y “Diatriba de amor contra un hombre sentado”, monólogo de Gabriel García Márquez.

En su currículum, Sáenz Spíndola cuenta su participación en los grupos de teatro Eclipse (de 1987 a 1991), Cachoras urbanas (1992 – 1994), La palomilla (1993), Hilo negro (1994-1995), Amigos (1996-1997) y Altaira desde 1998 a la fecha. Ha sido dirigida por Alfonso Álvarez Bañuelos, Alfonso Winston Virgen, Fernando Vega Villasante, Alejandro Moreno Abaroa y José Luis Orozco. Y desde 1998 hasta la fecha, ha incursionado en innumerables talleres y cursos de artes escénicas con maestros como Emilio Carballido, entre muchos otros.

En el escenario has interpretado desde una monja hasta una mujer de la vida galante. De una manera general, ¿cómo concibes el papel de la mujer en la dramaturgia mexicana? El papel de la mujer en la dramaturgia mexicana ha sido algo muy importante desde el gran contenido de los temas en cada época de la literatura, pues vemos que en todos los tiempos la mujer, rompiendo tabúes, ha tenido que luchar para escribir realidades de una cultura, de un tiempo, de costumbres y gritos para hacerse presente. Con respecto a que aspectos habrán de dejarse atrás y que tipos de personajes abordar más, soy de la opinión de que ningún aspecto debe dejarse atrás, ambas (Pita Amor y Sor Juana) son personajes vitales en la intelectualidad femenina de hispanoamérica. La monja valiente que aún caída en desgracia, siguió adelante y lo único que la logró vencer fue la muerte. La otra, desafió la educación mojigata y los pecados religiosos; vivió y trascendió en el México falócrata, un espacio empeñado en minimizar cualquier manifestación cultural y más aún si provenía de una mujer; por eso fue mejor considerarla loca.

Háblanos de tu experiencia como maestra de teatro. Como experiencia ha sido maravillosa y enriquecedora, mi mayor satisfacción ha sido representar a Baja California Sur en tres encuentros nacionales de teatro infantil durante tres años consecutivos. La formación de chicos, adolescentes y jóvenes estudiantes formando el grupo de teatro Ollín, y que tres de los integrantes se encuentren estudiando la carrera de actuación en la Ciudad de México. Para todos los chicos que quisieran iniciarse en el teatro, deberán de tener el gusto, la disciplina y el amor por la actuación.

Más allá del teatro

Guillermina Sáenz también ha tenido algunas apariciones en televisión, incluso en cine, y por supuesto, ha sido la conductora de espectáculos como el Carnaval La Paz y las Fiestas de Fundación de La Paz. Acerca de esta última festividad, donde ha estado a cargo de la escenificación El desembarco de Cortés, le preguntamos sobre su visión de estos episodios históricos. Con mi trabajo intento valorizar la identidad de la indianidad de California, y como ya te lo comenté no solamente producto de mis lecturas y admiración por mi tierra, sino conjugando mi poco saber con personalidades que seguramente tú bien ubicas como han sido y son el profesor César Piñeda Chacón, el licenciado Moisés Coronado, Juan Ramos Cepeda, Enrique Hambleton Von Borstel, Gilberto Ibarra Rivera, Harry S. Crosby, Fernando Vega Villasante, Leonardo Reyes Silva, Armando Trasviña Taylor, Pablo L. Martínez, Miguel León Portilla, Francisco Javier Carballo, Carlos Lazcano y José Alberto Pelaes Trasviña, entre otros.

Por último, precisamente este año, derivado de la contingencia por el COVID-19 se interrumpió dicha representación teatral en mayo, sin embargo, entre los planes de la artista —a reserva, claro, de lo que las autoridades determinen por la vigencia de este problema de salud pública—, estarían la posibilidad de preparar el Festival de Día de Muertos en noviembre y una pastorela mexicana para cerrar este 2020.

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Calafia Piña, la mística del teatro sudcaliforniano

FOTOS: Gabriel Larios Heredia.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Para ir a ver el teatro de Calafia Piña, es mejor ir sin expectativas. En varias puestas en escena, he observado en el público reacciones que van desde la impaciencia a poner cara de ¿Qué diablos es esto? Usualmente, sus trabajos generan comentarios de no entenderse, pero también de envidiarse. Así, esta paceña ha ganado en varias ocasiones las Muestras Estatales de Teatro y otras convocatorias que la han hecho viajar al interior de México. Y es que hay algo muy particular en su teatro: hay una poética, una apuesta diferente, algunas veces una desnudez muy personal, en síntesis, un estilo propio que ya quisiéramos muchos.

Calafia Piña Juárez nació en 1979 en La Paz, BCS. Hace algunos años vivió en Bogotá, Colombia, donde cursó la Maestría en Teatro y Artes Vivas, y regresó a La Paz a crear proyectos en su compañía de teatro independiente Escénica Colectiva. Siempre he creído en la posibilidad de regresar al origen, a la ciudad o al terruño, para poder justamente aportar desde lo que uno ama hacer para el panorama cultural y artístico del Estado —nos dijo. Cerró el 2019 con María Amatzontli, y acaba de estrenar Corazón de lago. La mujer, siempre activa, va de proyecto en proyecto, y en exclusiva para CULCO BCS, nos contó sobre sus inicios, sus influencias y las motivaciones que la hacen continuar en el arte dramático, ese, en el que siempre falta dinero pero sobran las ganas.

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Desde muy pequeña, junto con mi hermano, siempre tuvimos la fortuna de que mis padres nos dieron ofertas de clases y unas de esas fueron teatro y danza. La primera vez que yo hice algo de teatro estaba muy chiquitita y fue con Raúl Conde, en uno de estos talleres que daba en El Ágora de La Paz. Después tuve también algunos otros talleres o cursos de iniciación a las artes en general y ahí empecé también a escribir. Recuerdo que escribía muchos cuentos y cosas para narrar; entonces, antes de que yo sintiera que me había atrapado el teatro empecé también a escribir una pequeña obrita de teatro; yo aún no sabía que estaba haciendo eso, y me ponía en la casa a hacer como playbacks y demás, con mi hermano.

Cuando yo sentí que el teatro me atrapó fue un poco antes de entrar a la preparatoria. Tuve la intención de acercarme al teatro porque yo en ese momento estaba más metida en el piano y era una de las artes que yo sentí que no había probado del todo, entonces empecé y mi mamá me apoyó mucho, mis papás me apoyaron mucho. Empezamos a buscar un grupo para que yo fuera viendo de que trataba esto de ser o de hacer teatro, y así fue como llegué con el grupo Altaira, con Alfonso Álvarez Bañuelos, y yo no sabía, no sabía muy bien de que se trataba esto de hacer teatro. Con Alfonso yo tuve la gran fortuna de tener como mis primeras herramientas que también me sirvieron para poder afrontar el examen de la escuela y algunos ejercicios de actuación, pero yo no tenía ni idea de que quería: si quería actuar, si quería dirigir. La primera impresión creo yo para muchos es actuar, pero ya que vas conociendo el teatro te das cuenta que hay muchas otras cosas que hacer en el suceso teatral.

Después de que terminó la preparatoria, Calafia Piña estudió la Licenciatura en Teatro en la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana. De 4 años que duró la carrera, se quedó cinco más y descubrió al que sería el maestro de su quehacer escénico. Después de que yo terminé la escuela intenté hacer un grupo con algunos colegas, hicimos algunas cosas para calle, pero no fue sino hasta que yo entre a un laboratorio del maestro Abraham Oceransky que yo siento que encontré a mi maestro, yo en la escuela tuve muy buenos maestros pero para mí ha sido él. El maestro tenía su teatro estudio, que es su espacio de laboratorio, del trabajo de enseñanzas. Y él fue de mis primeras y más importantes influencias. Para mí él fue determinante en mi formación y mi quehacer teatral.

Además de Oceransky, su visión y formación tuvo influencias de las obras escritas de Peter Greenaway y de Luis de Tavira. Todos ellos sí influyeron mucho en cómo mirar qué tipo de teatro era el que me interesaba hacer (…) En su momento de cada una de esas experiencias creo que me dejaron marca y me dejaron como la inquietud de poder hacer una introspección y pensar qué tipo de teatro me interesaría, desde dónde o de qué. Y es que una de sus principales motivaciones es que lo representado signifique un cambio en el espectador. A mí me gusta mucho pensar que mi quehacer pueda ser un religue para que el espectador pueda despertar algo en sí, una conciencia, o una sensación, y ya. Esto es demasiado arrogante de mi parte pensarlo, pero a lo mejor, que pueda tener también un cambio en su vida.

María Amatzontli

Así se tituló la obra de teatro con la que Calafia Piña cerró exitosamente el año pasado. Suya es la dramaturgia y la dirección. Se presentó en Casa Parra, en esta ciudad, en noviembre pasado, pero tuvo también la oportunidad de representarla en campamentos cercanos a San José del Cabo, Ciudad Constitución y El VizcaínoLa presentamos en varios campos agrícolas como parte de los objetivos de ISMujeres y PAIMEF ya que fuimos invitadas a colaborar con ellas. Por eso el germen de esta obra fue esa primera colaboración, sin embargo, el montaje que actualmente presentamos es una reescritura de la dramaturgia y un remontaje de la puesta en escena, y por ende, ya una producción totalmente de Escénica Colectiva. La obra fue seleccionada para presentarse en Mérida en el festival Sacbé; en 2018, se presentó en la Muestra Regional de Teatro en Mexicali; y en Colima fue a la Muestra Nacional de Teatro 2019, donde cabe destacar que BCS estuvo presente tras 20 años de ausencia.

El primer germen fue una invitación a colaborar con el Instituto Sudcaliforniano de las Mujeres para trabajar con mujeres migrantes de los campos agrícolas. Ahí fue donde surgió la semilla de mazontli. Este es un remontaje de esa primera experiencia y con este remontaje, con esta obra también, representamos el año pasado al Estado en la Muestra Regional del Noroeste (…) Esta obra es la historia de una mujer que viene migrando del Sur del país al Noroeste de México, buscando la pizca del tomate, y es una mujer de origen triki y nahua, que justamente se enfrenta a este territorio y trae toda una carga y una historia a resolver que nos conecta además con toda su cosmogonía de un México antiguo que también nos pertenece. Es un falso documental que nos invita a reflexionar sobre la violencia, no sólo a las mujeres sino hacia los indígenas que sufren en México, y hacia la desiguladad social; incluso la sutilezas de desigualdades que a veces sufrimos también como hacedoras de teatro.

Corazón de lago

Actualmente, Calafia Piña presenta esta nueva puesta en escena. Una obra de teatro que será un viaje entre amigos en donde los caminos se cruzarán para dejarnos ver que la claridad más grande es aquella que viene del corazón y su escucha. Es una dramaturgia mía en donde se atraviesan temas como la migración infantil, la inclusión, la niñez que es cooptada o capturada por el negocio del narcotráfico y la trata de personas. Sin duda, no son temas fáciles de tratar y en este montaje esas han sido las apuestas. Además de contar con la dirección escénica de Perla Salas por primera vez en Escénica Colectiva.

Las últimas funciones serán en marzo el 9, 10, 11 ,12, 13, 17, 18, 19 y el 20 a las 9:00 y 11:00 horas en el Teatro de la Ciudad, aquí en La Paz. Corazón de Lago es apta para toda la familia y forma parte del Programa de Teatro Escolar, un estímulo que promueve la Secretaría de Cultura, el INBAL y la Coordinación Nacional de Teatro en colaboración con las secretarías o institutos de cultura. Es importante destacar que cada uno de lo proyectos beneficiarios de este programa federal se evalúa por un jurado especializado en material teatral que califica que la es proyecto sea viable, que las compañías que lo proponen cuenten con el perfil para asumir el compromiso que implica y pertinente para el público infantil y juvenil. Quienes se interesen en asistir habrá boletos en taquilla y en la página de Facebook de Escénica Colectiva.

El cuello de la botella

Para finalizar, Calafia Piña habló de la gran experiencia que le resultó presentar María Amatzontli en la Ciudad de Colima y su reflexión sobre el lugar que ocupan los teatreros en las políticas estatales y nacionales, donde dicho sea de paso, no es ningún secreto que actores y actrices tienen dificultades para sobrevivir de su trabajo y que tienen que abrirse a la iniciativa privada. Ver la calidad y la cantidad de montajes (en Colima) a mí me hizo muy feliz, porque yo dije, ¡Qué bárbaro!, en México sí tenemos mucho talento y sí tenemos buen teatro, y sí tenemos gente que cree en esto. La pregunta sería, yo me lo pregunto muchas veces, cada año egresan actores o artistas escénicos de las escuelas, con estas políticas nacionales ¿realmente que lugar ocupamos y cuál es nuestra función en este país?

Muchas veces pareciera que vamos como a un cuello de botella donde las oportunidades siempre son súper limitadas, donde cada vez se voltea a ver menos, porque hay una falta de trabajo y resentimiento gremial hacia las instituciones con las que no ha habido diálogos sanos en muchos de los casos y en mucho tiempo. Entonces estamos también mirando a la iniciativa privada, pero pasa que el Estado no se quiere responsabilizar, hay una serie ahí de dialécticas que se destapan a raíz de esto, pero lo otro es lo que yo digo, es que a pesar que la crisis que vivimos, a pesar de que año con año egresan más y más personas en el teatro a hacer una labor, en realidad son oficios utópicos como el escritor, el bailarín: ¿de qué viven? ¿de qué vivimos? No sé, y no sé tampoco para qué estamos porque muchas veces nos han dicho que «porque somos los que vamos a alimentar el espíritu del espectador», y pues sí, es una frase un poco gastada, pero ¿de qué vivimos?. Entonces, a mí me lleno de orgullo, de mucha felicidad, ver la calidad y la cantidad de buen teatro que hay en este país y que se produce, y me da aliento.

Calafia Piña. FOTO: Modesto Peralta Delgado.

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Invitan a presentación de ‘El Sicariato’ de Modesto Peralta Delgado

FOTOS: Cortesía.

 

La Paz, Baja California Sur.- Este jueves 25 de abril, en punto de las 19:00 horas, se realizará la presentación editorial de El Sicariato del escritor comundeño Modesto Peralta Delgado, en el Teatro Juárez de esta ciudad; a través del presente comunicado de prensa, se invita a este evento promovido por el Departamento de Fomento Editorial del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC). Por el lenguaje y los temas del libro, es para jóvenes y adultos.

Con elementos de ficción, la obra de teatro aborda los sucesos ocurridos en La Paz en 2017, el año más violento, que registró centenares de muertos por el narcotráfico. En esta historia, una mañana cualquiera un sicario irrumpe en el departamento de unas mujeres inocentes, asesinado a una de ellas, y meses después, alguien le “regala” al presunto homicida a la sobreviviente para que ella decida cómo ejecutar su venganza. La tragedia pretende ser un registro literario de esta dolorosa realidad sudcaliforniana, en especial, desde el enfoque de las llamadas “víctimas colaterales”.

Modesto Peralta Delgado, nació en Ciudad Constitución, BCS, el 26 de febrero de 1978. Es escritor y periodista. Es autor de Prólogos a la muerte, Premio Estatal de Cuento 2013, y Caperucita Roja, Muy Roja, Estatal de Dramaturgia en 2015; obtuvo el Premio Estatal de Periodismo en 2017 por su entrevista a Max Rodríguez en CULCO BCS; y participó con una crónica en Romper el silencio, un libro sobre la censura y asesinatos de periodistas en México. El Sicariato es su segundo trabajo de dramaturgia publicado, mismo que fue seleccionado por el jurado para la Colección Sudcaliforniana 2018.

En los comentarios del libro, estarán los escritores Jorge Peredo Mancilla, autor de Miss Apocalipsis, y Alejandro Aguirre Riveros, autor de Las palabras revoloteaban alrededor de la mierda: el zumbido de sus alas era el de su rutina, ambos trabajos ganadores del Premio Estatal de Cuento que organiza el ISC. La cita es este próximo jueves a las 19:00 horas en el Teatro Juárez , ubicado en el Centro Histórico de esta capital, con entrada libre y donde se dispondrá del libro a la venta.




Invitan al Laboratorio de Teatro en La Paz

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con el objetivo de otorgar herramientas que ayuden en el crecimiento artístico-profesional de los teatreros de BCS el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), a través del Teatro de la Ciudad de La Paz, convoca a todos los artistas de teatro e interesados  a formar parte del Laboratorio Estatal de Teatro (LET), que dará inicio el 4 de septiembre próximo.

El ISC informa que este taller será impartido por el  director de teatro Omar Mendoza quien comenta que este Laboratorio contará con tres módulos en donde se abordaran temas como: “ejercicios de socialización”, “diferencias y similitudes”, “proceso de análisis de texto” y “presión y fisuras”, entre otros.

Cabe destacar que en esta actividad podrán participar los nacidos en Baja California Sur, o personas que tengan más de tres años de residencia (comprobable) en el Estado.

Se reitera la invitación a las personas interesadas a comunicándose al teléfono (612) 1250207; para más informes consultar la página Cultura.Gob.Mx, para consultar las bases y lineamientos.

IMAGEN: ISC.




Caperucita Roja, muy roja: fantasía como realidad o realidad manoseada

 

Modesto Peralta Delgado. Fotos: Cortesía.

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Dicen que el teatro es mejor verlo escenificado, no leído. No obstante, con los años uno va comprobando que esta verdad a medias deja mucho que desear, porque sin el texto, ¿qué sería del teatro? Recuerdo que hace muchos años, allá por 1992, fui a ver la puesta en escena de Largo viaje hacia la noche, de Eugene O’Neall (1888-1953), con una querida amiga de quien tengo gratos recuerdos. De los actores sólo me viene a la memoria Daniel Giménez Cacho (1961). La cosa es que yo quedé profundamente impresionado por la historia que me contaban y de cómo los actores encarnaban sus personajes como si fueran sucesos reales. De eso no me cupo duda. La catarsis llevada por la entrega actoral.

Al salir del teatro quise leer la obra para confirmar que lo que había visto era de ese tamaño literario. Y entonces un amigo actor me prestó el libro (a quien por cierto nunca se lo regresé y que todavía me reclama airadamente… Perdón, Enoc). Lo leí dos veces. El resultado de esas lecturas fue que pude comprobar que la obra contenía muchas más cosas que lo que se había puesto en escena, que las lecturas eran múltiples, que la anécdota sólo era la cosa superficial para llegar a algo más dramático y existencial.

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Pues, bien, hace unas semanas entrevisté a Modesto Peralta Delgado en mi programa Letras Vivas (miércoles, 16:00 horas, 1180 de AM) en Radio UABCS, con motivo de la aparición de su más reciente libro Caperucita Roja, muy roja (Una comedia de dos horas que en realidad dura una). Una primera lectura me dio el hilo conductor de lo que Modesto quería hacer. Sin embargo, en una segunda lectura me ofreció nuevos parámetros y nuevas maneras de leer teatro. Uno puede hacerlo como quiera, ya sea haciendo voces, o leyendo en voz alta, o imaginando lo que sucede. Lo leí detenidamente y me sorprendió lo que puede ocurrir cuando tomamos conciencia de un libro, de la historia que nos cuentan.

La obra de Modesto Peralta Delgado es fascinante. Cierto, tiene visos de obras anteriores, de situaciones que ya se habían tocado desde hace décadas o desde hace más de un siglo. Sí, estamos pensando en Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello, o de la novela de Miguel de Unamuno, Niebla, o de la película Más extraño que la ficción, todas ellas hermanadas bajo una sola consigna: la realidad puede ser alterada. Ahora bien, lo que aleja a Caperucita Roja, muy roja de las otras, es que acontecen en un espacio donde todos participan, incluido el público, donde pareciera una amarga representación cotidiana de la vida nacional, tanto política, religiosa, periodística como económicamente, es decir, una realidad sobre otra realidad, sobre otra realidad…, donde al final uno no entiende si aquello es una cortina de humo, o un intento por hacernos saber que nuestra cotidianeidad es frágil y mutable.

Claro, hay un Lobo, una Caperucita, una Abuela y un Cazador. Pero también se incluyen a una Periodista, a una Directora de la obra, una Tía (que puede ser los medios masivos de comunicación, como la TV), y paleros, entre los que se encuentra un sacerdote. En apariencia el caos reina a lo largo de las escenas; lo cierto es que todo está engarzado para que podamos tener las lecturas varias que cada quien interprete desde su realidad, o sea, nos volvemos partícipes y al mismo tiempo espectadores, lo cual nos hace pensar que no podemos ir por la vida sin que nos toque algo de lo que se va transformando o de la que va pasando. Los actores, según la obra, son novatos, lo cual delinea nuestra propia inexperiencia de la vida: todos somos novatos para vivir a cada instante.

De este modo, el personaje deja de serlo y toma conciencia de sí, de su propia humanidad. Hay una lucha entre el bien y el mal, pero no desde el punto de vista maniqueo, sino desde la visión de que sólo los humanos han creado la fantasía de la moral y que es tan superficial y variable como el clima. Dentro del teatro ocurre todo, lo que es decir dentro de su mundo; afuera, la ciudad dejó de existir, como un símbolo de que nada es seguro y de que todo puede cambiar de la noche a la mañana. Luego viene un intento de cambio de historia, Hemingway a la vista, se quiere dar un giro nuevo porque el público fue engañado y se requiere un nuevo relato para que la gente no se vaya y se trague una nueva historia… ¿Les suena? No obstante, bajo la superficie también se adivina una necesidad imperiosa de que las cosas cambien, de que se requiere una transmutación, y que la vuelta del Lobo a veces no hace otra cosa que decirnos que la realidad no puede ser cambiada hasta que tomemos conciencia de que el Lobo debe morir antes de que nos devore. Si el Lobo vive, la realidad continuará ad infinitum, una realidad sobre otra, y otra, y otra… Una realidad matrushka

Caperucita Roja, muy roja es el periplo de varias realidades que se presentan en sí mismas como reales, como las nuestras, como nuestros valores cambiantes, como nuestra moralidad jodida que a veces deseamos imponer a madrazos y toletazos, o a balazos, o base de propaganda política, religiosa y económica a través de los medios coercitivos. Podemos decir que Modesto Peralta Delgado sí acaba con la ñoñería de Caperucita y nos confronta con nosotros mismos para que nos preguntemos: ¿qué significa ser personas? Y agregaría: ¿qué significa estar vivos?

Presentación de «Caperucita Roja, muy roja»; acompañaron al autor los teatreros Raúl Conde Peraza y Juan José López Ochoa.

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*Modesto Peralta Delgado, Caperucita Roja, muy roja, una comedia de dos horas que en realidad dura una, México, Gobierno del Estado de B.C.S., ISC, 2016, 62 páginas.