1

Cómo sobrevivir a una familia tóxica en Navidad

FOTOS: Internet.

Sexo + Psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Se acerca la Navidad y con ella las reuniones familiares, las fiestas, regalos, cenas, pero también la pelea de terrenos, revelación de secretos o preguntas incómodas del tipo ¿Y esos kilos de más?, ¿y para cuando el novio o novia?… En fin, en ocasiones la familia se convierte en un verdadero campo minado, no obstante, en ocasiones es necesario hacer un alto y preguntarse: esa familia que me critica ¿en realidad es familia?

Aunque tradicionalmente asociemos conceptos cálidos como el amor, la ternura, la protección o el cariño en torno a la familia, la realidad es que no siempre es así. Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, destacó que de marzo a junio de 2021 se registraron máximos históricos por el delito de violencia familiar. Menciona que en el primer semestre de 2021 se registraron 129 mil 020 carpetas de investigación por este delito. Esto representó un aumento del 24 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. En ese sentido, el 75.7 por ciento de las lesiones por violencia ocurrieron en el hogar1.

También te podría interesar: El sutil arte del autosabotaje

Estas cifras son preocupantes ya que la familia es el lugar donde las personas conocen los valores humanos, sociales, morales, culturales e incluso los religiosos, y con base en ellos aprenden a relacionarse socialmente. La violencia comienza en el hogar, donde es aprendida a través del modo en que se relacionan sus integrantes y se exterioriza con familiares, amigos, compañeros y otros miembros de la sociedad mediante actos de violencia comunes para quien vive en un ambiente en donde la agresión constante es una forma de vida2.

Es por lo anterior, que muchas personas ven las vacaciones decembrinas más con pesar que con alegría, ya que, al regresar al hogar, podemos repetir las mismas dinámicas comportamentales de las que, en ocasiones, huimos. Si has experimentado una dinámica familiar violenta o tóxica como se le ha dicho últimamente, tus emociones pueden ser más fuertes que sólo frustración o molestia. Además, los patrones de comportamiento que nos llevan a ser violentos o a aguantar la violencia ajena son difíciles de identificar, especialmente cuando todavía estamos arraigados a ellos.

Sin embargo, hay pautas o comportamientos específicos a los cuales podemos poner atención para no caer en el juego o dejarnos llevar por situaciones violentas:

  • Te culpan de sus errores, ya que ellos nunca se equivocan, sólo los demás.
  • Exponen tus secretos o lo que les hayas platicado en confidencialidad.
  • Creen que tienes que pedirles permiso o aprobación para hacer algo, pese a ser un adulto funcional.
  • Exigen que cumplas con estándares poco realistas o inalcanzables, que seas siempre La mejor, El número uno, que no tengas errores ni fallas.
  • Cada vez que toman alcohol o se reúnen con ciertas personas, su comportamiento se torna violento, persuasivo, abusivo, entre otras.
  • Intentan controlar tu manera de ser, vestir, comer, si te pones tatuajes, perforaciones, y más. En ocasiones una vez realizada la falta te culpan del daño que les hiciste.
  • Experimentas abuso verbal, físico o emocional, como bromas fuera de lugar, apodos que no te gusten, comentarios o insinuaciones sexuales, chantajes, comentarios inapropiados sobre tu cuerpo, y más.
  • Se burlan de tus fracasos, de tus inseguridades o debilidades.
  • Minimizan tus emociones o las situaciones que estás viviendo, ya que nada de lo que vivas se compara con lo que ellos han sufrido.
  • Te quieren cobrar todo lo que te han dado ya que tú les debes hasta la vida.
  • Exigen respeto por ser mayores sin darlo a cambio.
  • Critican todo de ti, lo que estudias, trabajas, cuanto comes, que publicas, cómo te vistes, con quien andas, entre muchas otras. Nada les parece correcto a menos que lo hayan hecho ellos.

Ahora bien, una vez que logramos identificarlos, surge la siguiente pregunta ¿Y qué hago? Si bien no hay una sola respuesta, ya que depende de la personalidad de cada uno, el tipo de familia y violencia a la que se enfrente, si existen recomendaciones generales de actuación ante este panorama:

En primer lugar, recupero un escrito que leí en Internet, del cual desconozco el autor, pero me parece muy atinado: Nuestra sociedad nos ha condicionado a creer que la familia debe ser el vínculo espiritual que nadie debería romper. Sin embargo, esto no siempre es cierto. Puede que algunas veces sea necesario por tu estabilidad mental y emocional mantener distancia de algunos miembros de la familia en particular, incluso si eso implica separarse de ellos por un tiempo indefinido. Un miembro de la familia tóxico puede hacer más daño que un amigo o un conocido.

Es importante considerar que nuestra integridad física, emocional y cognitiva esta en primer lugar, antes de cualquier miembro de mi familia. Es necesario dejar de romantizar a la familia como si en ésta no se vivieran problemas, cuando tengo todo el derecho de protegerme ante las agresiones de los demás.

En segundo lugar, no le debemos amor a nadie. El amor es una construcción entre las personas, debe de ser mutuo, cuidado, procurado. Es verdad que una persona tiene fallas y que, aun amando puede cometer errores, sin embargo, tengo todo el derecho de no querer estar o convivir con una persona que por sus errores me lastime. Lo ideal sería poder establecer límites claros ante las personas que nos hacen daño, por ejemplo: Tus acciones del otro día me lastimaron, te pido que no lo vuelvas a hacer; Si este comportamiento vuelve a ocurrir, tomare mis precauciones o la distancia que considere necesaria.

Tercero, si la situación es inevitable y los límites no han funcionado, establece un plan para mantenerte alejado de la toxicidad, piensa en los temas que se van a tocar y decide en cuáles participar y cuáles no, muchos familiares son expertos en provocarnos o sacarnos de nuestras casillas, pero no tenemos por qué darles explicaciones de nuestra vida a nadie que no queramos, aunque me tachen de grosera, altanera o lo que sea que digan. Repito: mi integridad física, emocional y cognitiva vale mucho más.

Cuarto, aprender que decir no es una respuesta completamente válida, la cual no necesita de más explicaciones. Aunque en ocasiones decir no a los demás no siempre es fácil, ya que puede conllevar al rechazo de los demás miembros de la familia, hay que considerar que tan cómodo me siento con eso, si considero que es tolerable la molestia, adelante, si aún estoy practicando para poner límites, decir no seguido de una breve explicación podría funcionar. Sólo considera que hay familiares que pueden intentar persuadir, manipular o hacer que cambies de opinión; en estos casos, confía en ti y en el resguardo de tu persona al no caer en provocaciones.

Quinto, a veces cortar de tajo puede ser la mejor opción. Si la relación te hace más daño que beneficio, esta es una opción a considerar. El hecho de que seamos familia no nos obliga a aguantar o soportar la violencia a la que estamos expuestos, por más cariño que se tenga a esa persona.

Por último, es necesario saber que uno no tiene la capacidad para hacer que el otro cambie. El cambio es una decisión personal, por más veces que uno fantasee con que los familiares van a cambiar, esto no sucederá hasta que ellos lo deseen. Aparte de decirles cómo te sientes, pedirles que consideren tu perspectiva y animarlos a hablar con un terapeuta u otro profesional, no hay mucho que se pueda hacer.

La familia es crucial para el desarrollo de cada individuo, por eso, cuando nuestros familiares en vez de cuidarnos y protegernos, nos lastiman y no nos valoran, se crea una herida profunda en nosotros que en ocasiones repercute en nuestra personalidad o vida diaria. Es por esto que es esencial aprender a protegernos, a poner algo de espacio personal, a recuperarnos de esas heridas que ya traemos cargando. La familia debería ser un espacio seguro, no el primero en violentarme. Es por esto que, si has intentado de todo, o tu herida y dolor son muy grandes, tal vez lo que siga sea poner distancia de por medio.

Bibliografía

El Financiero. (2021). Violencia intrafamiliar y suicidios de niños registran récords en México durante pandemia. https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2021/08/19/violencia-intrafamiliar-y-suicidios-de-ninos-registran-records-en-mexico-durante-pandemia/

Pérez, M. (2021). La violencia intrafamiliar. https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/article/view/3595

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




¿Cómo identificar a una familia tóxica?

FOTO: Internet

Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Familias venenosas, tóxicas, disfuncionales…entre otros calificativos, parecieran estar de moda últimamente. Es frecuente ver post en Facebook que hablan acerca de la toxicidad familiar, mientras que, por otro lado, encontramos otras publicaciones que critican la familia de hoy y enaltecen la de hace algunos años. Pero, ¿qué es lo que hace tóxica a una familia?, ¿será verdad que antes las familias eran mejores?

En el pasado, muchas veces escuche que las familias, en específico los matrimonios de antes, eran para toda la vida y no como ahora que hay divorcios exprés y que las nuevas generaciones parecieran huirle al compromiso. Junto con esta frase, venia el comentario: es que antes si reparábamos las cosas, ahora solo se desechan.

También te podría interesar: Mujeres ¿machistas?

Puede que en algunos casos tengan razón, que cada vez estemos menos tolerantes a lo que haga el otro, pero esto tiene una explicación: cada vez somos más conscientes de lo que no queremos para nosotros. Muchos de los matrimonios duraderos —porque pareciera que el número de años casado fuera equivalente de éxito— se sustentaron en los silencios y aguante de las mujeres; es verdad que en la actualidad hay más divorcios que hace unos 30 o 40 años, porque antes ser divorciada o madre soltera era sinónimo de ser un paria de la sociedad; si aún hoy, luchan con el estigma de mamá luchona —cómo si esto fuera algo negativo—, solo recordemos o imaginemos como fue en los años 50´s a los 90´s, muchas veces parecía mejor opción soportar al borracho/golpeador/abusador/negligente marido que huir de él.

¿A qué viene el tema de los matrimonios con la familia? que, de la misma forma que muchos matrimonios se sustentaban más en el miedo que en el amor, de igual forma lo hacían las familias. No es que ahora nazcan las familias disfuncionales, es que antes no se hablaban de ellas y se esperaba obediencia ciega y total a los padres.

Hay muchas características de las familias disfuncionales, te enumeraré unas pocas:

  • Critican o comparan constantemente. Si bien sabemos que existe la crítica constructiva, esta se debe de dar en un espacio seguro y siempre con el afán de hacer crecer a la persona en cuestión. Comentarios sobre el peso, la vestimenta, los gustos, la forma de ser, tics, entre muchos más, no deberían ser cuestiones de burla o crítica, y es muy común escuchar a madres decirles a sus hijas que están gordas, que si porque tienen acné nadie las va a querer o critican a todos los amigos y/o pareja que, en muchas ocasiones, ni siquiera hacen el intento de conocer.
  • Son intrusivos. Básicamente se meten en lo que no les importa: estilo de vida, estilo de crianza, problemas con familiares que no los afectan directamente. Buscan hacerse siempre presentes tratando de imponer su voluntad, sus preguntas suelen ser inquisidoras y persistentes, pueden dar su comentario, pero por lo general lleva un reclamo u otra intensión.

  • Obligan a ocultar quien eres. Suelen darle más peso a lo que creen correcto que al sufrimiento que pueda causar su comportamiento. Tratan de imponer un estilo de vida que no es para ti, y aunque en ocasiones hayas mencionado tu sentir, lo minimizan, esquivan o se preocupan más por otras cosas.
  • No prestan atención a las emociones. Ya sea por indiferencia o por estar muy ocupados, no se dan el tiempo de escuchar al otro y de prestarle real atención. Acostumbran minimizar los dolores, preocupaciones, experiencias y angustias ajenas, pero buscan ser escuchados.
  • Son controladoras. De una u otra forma buscan que hagas lo que ellos dicen, pueden recurrir a la amenaza, chantaje, manipulación, gritos, silencios, lo que sea para que sigas sus indicaciones. Su control no se limita solo al lenguaje o vestimenta, en casos muy extremos, quieren controlar la forma en la que te relacionas con los demás o en como vives tu vida, lo que conlleva a generar dependencia, conductas evitativas y emocionalmente inestables.
  • Justifican su violencia con educación. Este golpe me duele más a mí que a ti, es que tu solo a gritos comprendes, solo a golpes entiendes, te golpeo porque te quiero… solo por mencionar algunas frases que utilizan para disfrazar la violencia y ejercerla como método de “educación”. Recordemos que la violencia no es solo física, hay violencia emocional, psicológica, sexual, económica y muchas más.                                                                           
  • Utilizan a un chivo expiatorio. Utilizan a un miembro de la familia para culparle o responsabilizarle por todo —acciones u omisiones que ellos realizaron, pero no quieren aceptar la responsabilidad—. Tienden a ser personas sumamente controladoras o narcisistas las que se desafanan de sus acciones o palabras y las implantan en el chivo expiatorio.
  • Se aprovechan de tus inseguridades. En vez de apreciar tus logros, señalarán lo que no has hecho o se burlarán de aquello que te lastima. Es frecuente que intenten remarcarte que la vida es injusta y no hay razón para ser feliz porque ellos lo sienten personalmente así.
  • Se victimizan. Cuando está pasando algo que no les agrada, por mínimo que sea, se ponen en el papel de víctimas, hay algunos que llegan a tal grado de fingir enfermedades con tal de retener u obligar a los demás a hacer su voluntad.
  • Obsesión por un hijo. Al contrario de lo que es el chivo expiatorio, hay familias que enaltecen o ponen en un pedestal a un solo miembro y este se vuelve intocable e intachable, aunque este repleto de errores u omisiones.

Hay algo que me gustaría aclarar, el que una familia sea disfuncional o que, al leer las anteriores descripciones encasilles a algún familiar, no implica que haya falta de amor —claro, hay que revisar el caso, en ocasiones es precisamente eso—, hay algunas acciones antes mencionadas que pueden nacer de la preocupación sincera al ver a un ser querido ir por el “mal camino” según su perspectiva, pero es eso, su perspectiva, que no tiene que ser la tuya. Además, por más bienintencionadas que intenten ser estas acciones, no borra el daño o el sufrimiento que puedan conllevar. De aquí se hace necesario mencionar que, no porque sea tu familia significa que tienen la razón y lo mas importante, no porque sea tu familia implica que lo tengas que querer. El cariño y el amor se cultivan, no se dan por defecto. Así que hay ocasiones que lo mejor que se puede hacer, es alejarse de ese miembro familiar o de la familia entera en pos de mejorar tu estabilidad emocional y mental. Es importante considerar que tomar distancia de familiares tóxicos puede despertar emociones difíciles de gestionar. Si sientes que no puedes hacerlo solo/a, no dudes en pedir ayuda a un profesional.

 

Referencias

  • Ackerman, N. (1970). Teoría y práctica de la terapia familiar. Buenos Aires: Proteo.
  • McNamee, S. y Gergen, K.J. (1996) La terapia como construcción social. Barcelona: Paidós.
  • Minuchin, S. (1982). Familias y terapia familiar Buenos Aires: Gedisa.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Respeto al designio de un dios vs el matrimonio igualitario

FOTOS: Internet.

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ante la iniciativa de ley que plantea aprobar el matrimonio igualitario en Baja California Sur, las protestas de organizaciones y personas opositoras se han radicalizado. El argumento de algunos de ellos, se reduce al dicho de que el matrimonio es un designio de un dios, y que este debe celebrarse entre “un varón y una hembra”, según ellos por que eso preservará los valores de nuestra sociedad. Aducen los defensores de la que consideran la familia natural (integrada por un hombre y una mujer), que esta se organiza con el propósito de perpetuar la especie, y que el matrimonio igualitario, es decir entre personas del mismo sexo, nos llevaría a la ruina social.

Por otro lado, los que están a favor del enlace amoroso y legal entre dos personas del mismo género, defienden su prerrogativa a elegir, además argumentan que el matrimonio es un derecho y, como tal, no debe ser sometido a consulta o ser negado por cuestiones religiosas, y más aún cuando se supone que vivimos en un Estado laico.

También te puede interesar: Armida Castro: ¿la menos morena de Morena?

En las últimas semanas, el Congreso del Estado ha sido escenario del conflicto entre los fervorosos por la familia natural, entre estos destaca el grupo del Frente Nacional por la Familia de BCS (FNFBCS), y la comunidad LGBT+, así como ciudadanos heterosexuales que han ido a respaldar la lucha de estos últimos por los derechos de todos. En estas trifulcas, hemos escuchado verdaderas cátedras de cerrazón y egoísmo por parte de personajes que pueden calificarse de fanáticos religiosos, por ejemplo: “Vean lo que ha sucedido en otros países. Vean las consecuencias del matrimonio igualitario, ahora se está aceptando la pedofilia, matrimonios múltiples, hasta relaciones con animales, por aquí se empieza…” , advirtió una mujer, a gritos, al presentarse la iniciativa para reformar el Código Civil de Baja California Sur y reconocer el matrimonio igualitario, como ya se hace en otras partes del país.

 Y no, la homosexualidad no es el parteaguas para llegar a la pedofilia, tampoco para tener varios esposos o esposas, o de ambos, y mucho menos es la antesala de la zoofilia. Me parece que a estas prácticas, criminales unas, comunitarias otras y animalescas las últimas, se puede llegar por otros caminos, que pueden ser tan perversos como religiosos y hasta divinos.

En junio otra mujer dio una declaración de odio e ignorancia que es una joya: “…ofenden a la ciudadanía, al buen vivir, a la familia sobre todo, es la institución creada desde un principio y debe haber respeto, respeto a la familia, porque todos somos, un día vamos a ser padres (sic) y queremos lo mejor para nuestros hijos, y la palabra de dios dice que varón y hembra nos hizo dios. El que quiera irse por otros lineamientos está en su derecho; nosotros no los juzgamos, porque de nada sirve nuestro juicio, el juicio viene de arriba no de aquí de abajo, pero el orden viene de las autoridades y de la Constitución. Las mayorías queremos el bien para Baja California Sur y toda nuestra nación. No queremos, no queremos remedos, ni parches de medio-hombres, medio-mujeres ni de libertinos que solamente promueven leyes injustas para vivir fuera de la verdadera libertad, porque pasan de la libertad al libertinaje, eso es lo que está pasando en toda nuestra nación…”.

Esta señora no entiende que formar una familia no te obliga a tener un hijo, que la sociedad familiar legal tiene diversos propósitos, entre estos, la seguridad de los contrayentes en los ámbitos jurídico y de protección social. Las personas van más allá de sus preferencias sexuales, la mente es más amplia que el cuerpo, pero alguien que enarbola un único y divino origen de todo, no va a entender esto. Ella dice que hay que seguir la palabra de dios. ¿Cuál de ellos?, dioses hay muchos; es más, la religión es más diversa que la sexualidad. ¿Cuántos diferentes grupos de creyentes se reparten el dominio del mismo dios con variantes de prácticas, normas, prohibiciones y/o permisiones?

Se equivoca la mujer, sí juzgan, y lo hacen en la tierra, y ese es el juicio que importa, pues es el que coarta la convivencia de las personas, estigmatizando a los que tienen preferencias distintas. El juicio de arriba, ese no es relevante, por que polvo fuimos y polvo seremos. Así que lo que importa es el aquí y el ahora, no lo relacionado con “el más allá” o “el reino de los cielos”, del que no tenemos ninguna certeza. Las personas medio-inteligentes no tienen la capacidad de entender las diferencias, esa es la calidad de algunos de los que se oponen al matrimonio igualitario.

Y aunque el FNF se ha deslindado de esos personajes, lo que sostienen es también una máxima incivilizada y autoritaria, pues aseveran que el matrimonio no es un derecho humano, y que el matrimonio igualitario es una ficción jurídica; eso ha señalado Alan Loubet, dirigente de la asociación, aduciendo que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, acogiéndose igual que los fanáticos religiosos a las supuestas máximas de su dios. Tal cerrazón, egoísmo e ignorancia, pervive en un sector importante de nuestra sociedad, a pesar de que desde 2015 la Suprema Corte de Justicia de la Nación calificó, mediante una jurisprudencia, que las leyes que suscriban al matrimonio como un enlace entre personas de diferente género y con la intención de procrear hijos, son inconstitucionales y violatorias de los derechos humanos.

¿Quiénes son estas personas para decidir qué es lo correcto y lo incorrecto con base en la religión? También en la religión hay diversidad, en México y en el mundo no sólo se adora a su dios, y hay muchos que ni siquiera reconocen a alguna deidad; y si de perversión hablamos, deberían de empezar a limpiar la casa de Dios, ahí están los cientos de miles de crímenes de pedofilia cometidos por ministros eclesiásticos, y no necesariamente esos depredadores son homosexuales, pero sí son criminales. Los opositores al matrimonio igualitario viven apuntalando una fe que ha perpetrado atroces crímenes sexuales de toda índole, y están espantados por el amor entre dos personas adultas del mismo sexo.




Concepción legal de familia y matrimonio. ¿Qué debe hacer el Congreso de BCS?

FOTO: CULCO BCS.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La inminente reforma a la legislación local sudcaliforniana, relativa al contrato matrimonial, ha generado una polémica que ha enfrentado en diversos escenarios a dos posturas diametralmente opuestas, alimentadas y sostenidas, respectivamente, por dos grupos antagónicos, radicales y beligerantes. La controversia ha convertido el recinto parlamentario local en una carpa de circo, ante la incapacidad de nuestros diputados, que rebasados por el escenario montado, no atinan a darle el manejo adecuado a las expresiones de los grupos en conflicto.

La polémica es compleja, por las implicaciones del tema, pero la pugna es estéril, y la tardanza del Congreso por adecuar nuestro marco normativo local, no hace sino alimentar la contienda, cuando es de todos sabido, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya se ha manifestado al respecto, y su interpretación, como máxima acepción sobre el tema, resulta obligatoria para todas las autoridades, en sus respectivos ámbitos de competencia, y por ende, en México —acorde a la jurisprudencia de la Suprema Corte—, el contrato civil matrimonial se entiende como la unión libre, monogámica, entre dos personas, sin importar la preferencia sexual de los contrayentes; y se reconoce como un derecho de las parejas homosexuales el poder casarse legalmente. Cualquier disposición contraria al criterio jurisprudencial, resulta combatible en la vía de amparo.

También te podría interesar: El coste de los asesores patito en el Congreso de BCS

Siguiendo la interpretación jurisdiccional en cita, para celebrar un contrato matrimonial, la heterosexualidad,  la procreación, la fidelidad, el respeto mutuo, desaparecen como requisitos, y lo que era un vínculo indisoluble de manera incausada, se convierte en un convenio de convivencia monogámica entre dos adultos, de temporalidad indefinida, unilateralmente disoluble, que solo genera obligaciones patrimoniales y alimentarias; ubicable un escalón arriba del concubinato –que sólo impone obligaciones alimentarias—, y dos arriba del amasiato, que no genera ninguna obligación.

La reingeniería conceptual del contrato matrimonial consagrada en la jurisprudencia, que significa un triunfo igualitario para unos, resulta una degradación moral para otros. Sin embargo, el Congreso no puede tomar partido faccionario, debe ajustarse al mandato jurisdiccional y, a menos que encuentre argumentos suficientemente sólidos, como para sostener ante la Suprema Corte la constitucionalidad de la heterosexualidad como requerimiento para obligarse en un contrato civil matrimonial, deberá suprimir dicho requisito del Código Civil del Estado.

Corresponde entonces al Congreso local adecuar la legislación civil y familiar sobre el tema, tal y como lo ha hecho ya el legislativo federal, en materia procesal. Actualmente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece, en la fracción XXX del Artículo 73 —adicionada el 15 de septiembre de 2017 y reformada el 14 de marzo de 2019— que, el Congreso de la Unión, tiene facultad exclusiva para expedir la legislación única en materia procesal civil y familiar, de tal suerte, que en breve, todos los procesos relacionados con controversias familiares, se regirán por un código nacional de procedimientos civiles y familiares, buscando con ello la unificación de criterios y la uniformidad en la aplicación e interpretación de las leyes que rigen el derecho de familia.

Podemos afirmar entonces, desde la academia, que en México ha evolucionado el concepto y la naturaleza jurídica de la familia, para definirla actualmente como una institución de derecho, de orden público e interés social, integrada por personas físicas que, habitando o no en la misma casa, se encuentran vinculadas por:

  1. El acto jurídico del contrato civil matrimonial y/o la adopción;
  2. El hecho jurídico del concubinato;
  3. El hecho material de la inseminación artificial —cuando origina la filiación— y
  4. Los parentescos de consanguinidad civil y afinidad.

El marco legal debe garantizar la protección de la familia, tanto en en su constitución e integración, como en su desenvolvimiento, por ser el pilar de la estructura social del estado.

El objetivo primordial de la familia, es la sana convivencia de sus miembros, por medio de la permanencia y estabilidad de sus relaciones, lo cual satisface las necesidades de subsistencia y defensa.

El Estado Mexicano le reconoce a la familia la personalidad jurídica necesaria para ser persona moral y, en consecuencia, titular para ejecutar derechos de sus miembros, y cumplir las obligaciones individual o colectivamente consideradas (Artículos: 3º fracción II inciso C, fracción III, 4º párrafo primero y séptimo, 16 párrafo primero, 18 párrafo sexto, 27 fracción XVII in fine, 29 párrafo segundo, 107 fracción III inciso a), 123 apartado A fracciones VI, XXIV, XXV, XXVIII y XXIX, apartado B fracciones VIII, VIII inciso c), XI inciso d) y e), XIII párrafo tercero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos).

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.