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Mars rover, el símbolo de esta generación

Imágenes: Internet

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La generación que vivió la guerra fría también fue testigo de la carrera espacial con objetivo de alcanzar la luna, la cual ganó Estados Unidos (aunque algunos amantes de las conspiraciones podrían opinar diferente.) Apolo 11 fue una misión espacial tripulada de Estados Unidos cuyo objetivo fue lograr que un ser humano caminara en la superficie de la Luna. La misión se envió al espacio el 16 de julio de 1969, llegó a la superficie de la Luna el 20 de julio de ese mismo año y al día siguiente logró que dos astronautas (Armstrong y Aldrin) caminaran sobre la superficie lunar.

La luna “inalcanzable” es ya un logro superado, ahora la mira está puesta en nuestro siguiente objetivo: el planeta rojo, el hogar de los marcianos de los que se nos relató en el libro La Guerra de los Mundos.

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El 25 de julio de 1975, la sonda Viking 1 envió una imagen de la región marciana de Cydonia. Ciertamente, la imagen no era de una calidad excepcional (250 metros por pixel), pero en ella un detalle llamó poderosamente la atención: se trataba de una montaña con forma de una cara humanoide.

Esto desato muchas teorías sobre antiguas —o incluso actuales— civilizaciones que vivían en Marte. Pero en el 2003, una sonda de mayor calidad nos enseño que la cara era solo una montaña, derrumbando así las ilusiones de los entusiastas de criaturas espaciales.

En 1997, los científicos de la NASA utilizaron un robot de ruedas pequeñas para estudiar la superficie de Marte. Este explorador, llamado rover, fue nombrado Sojourner. Sólo tenía el tamaño de un horno de microondas.

Posteriormente, fueron lanzados más rovers, pero sin duda los nombres de aquellos que marcaron nuestra generación fueron Opportunity y Curiosity, ya que son los que nos han mandado más imágenes y han recorrido más suelo marciano.

Opportunity (MER-B), rover para la exploración en Marte, fue lanzado el 7 de julio de 2003 a las 23:18:15 EDT y aterrizó satisfactoriamente el 25 de enero de 2004. El 20 de marzo de 2010, el Opportunity sobrepasó el anterior récord de longevidad en una misión en Marte y el 28 de julio de 2014 sobrepasó el anterior récord de distancia recorrida fuera de la Tierra, cubriendo una distancia total de 40,25 km.​ El Opportunity perdió comunicaciones en junio del 2018. El martes 12 de febrero de 2019 la NASA realizó un último intento de comunicarse con este rover, sin éxito; al día siguiente anunciaron el cese oficial de la misión.

El ultimo y triste mensaje del Opportunity a casa fue: “My battery is low and it’s getting dark —mi batería esta baja y todo se vuelve oscuro—”. Esta frase de volvió viral, y fue una muestra como pudimos empatizar con este pequeño robot que es manejado desde el planeta Tierra.

Curiosity, Mars Science Laboratory (MSL), creado por la NASA, fue lanzado el 26 de noviembre de 2011 a las 10:02 EST y aterrizó en la llanura Aeolis Palus cerca de Aeolis Mons (apodado “Mount Sharp”) en Gale Crater el 6 de agosto de 2012, a las 05:31 UTC. ​ El rover Curiosity seguía funcionando en febrero de 2021.

Como nota curiosa, cada aniversario de la llegada del Curiosity este “se festeja a sí mismo” reproduciéndose la canción de “feliz cumpleaños”, aunque hay que decirlo: es un festejo muy solitario.

El 21 de febrero del 2021 el rover Perseverance (perseverancia), el cual prácticamente es un gemelo del Curiosity, llegó a suelo marciano para continuar con el legado, de investigaciones y conspiraciones que estos pequeños héroes (manejados también por héroes humanos desde la tierra), los cuales los volveremos a ver cuando el ser humano colonice el planeta rojo.

El misterio de los paneles solares

Al funcionar con paneles solares, los Mars Rover eran víctima de tormentas de arena que ensuciaban los paneles e impedían la carga del mismo; pero no mucho tiempo después de estos hechos, los encargados de la misión anunciaron que afortunadamente el viento marciano había limpiado dichos paneles y no ponía en riesgo el funcionamiento del vehículo, afirmación que no dejó satisfechos para nada a los creyentes de conspiraciones, y hubo teorías al respecto de si en realidad era algo o alguien que los limpiaba.

Un tributo en la cultura popular

En películas como “Planeta 51”, o más claramente en la película animada de Disney “WallE”,  se rinde tributo humanizando a un robot muy similar a los rovers, el cual prácticamente ayuda a la humanidad a regresar al planeta Tierra después que este había quedado devastado por la contaminación que el ser humano había ocasionado.

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Fuera de Control. Russell Crowe en modo Psycho

FOTO: Internet

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). Russell Crowe, a pesar de haber bajado su ritmo de trabajo y enfocarse en filmes de bajo perfil, sigue siendo una de las figuras hollywoodenses más importantes de este siglo. Desde su irrupción en aquella joya de cine negro dirigida por Curtis Hanson en 1997 “L.A. Confidential”, pasando por el filme que le dio el Oscar a Mejor Actor en el año 2000 “Gladiador”, y hasta haciendo gala de su versatilidad en la comedia romántica de 2006 “Un buen año”, Crowe es una figura que ha hecho grandes aportes a la industria fílmica.

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, su ritmo de trabajo ha descendido y los proyectos en los cuales se ha embarcado no han sido tan categóricos como los de la primera década del nuevo milenio, y en el caso de su último filme estrenado exclusivamente en Amazon Prime estamos ante un ejemplo evidente de ello. “Fuera de Control” (UNhinged), es un thriller que tiene muchas ambiciones y busca culpar a la sociedad capitalista, al ajetreado ritmo de vida y al uso de la tecnología de la decadencia de la sociedad y de los peligros que estos representan para la estabilidad mental, y ahí fracasa rotundamente, pues se vuelve más una guía didáctica de los males de la sociedad actual, que una historia que haga empatizar con alguno de los personajes.

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Desde su secuencia de inicio, el director Derrick Borte hace un collage de todo lo que está mal en el mundo y prácticamente nos adelanta la trama por venir. Un hombre que pierde todo termina por perder la razón, y busca alguien con quien descargar toda su ira, y ese alguien es una madre soltera que le da un pitazo porque el hombre no avanzaba su carro cuando estaba en verde. De ahí, el día de la joven madre interpretada por la sudafricana Caren Pistorius, se trata de sobrevivir a los embates del psicópata sobreactuado que nos entrega Russell Crowe.

Y efectivamente, si la dirección es débil, si el guion solo se sostiene con un delgadísimo hilo que se puede romper en cualquier momento y la figura de la película no logra crear a un villano atemorizante más allá de su corpulencia y una barba desaliñada, el filme se convierte como una fábula mal contada en vez de un thriller que te pueda mantener al filo del sofá.

En resumidas cuentas, “Fuera de Control” es una producción que desaprovecha sus recursos y, en ese afán de dejar una reflexión sobre la estresada y demandante sociedad actual, se queda como un cuento simplón que no se sostiene por si mismo, y deja en muy mala posición al actor que alguna vez se paró en medio del Coliseo Romano y nos hizo vibrar diciendo: “Yo soy Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejércitos del norte, general de las legiones medias, fiel servidor del verdadero emperador, Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada. Alcanzaré mi venganza en esta vida o en la próxima”.

Y bueno, yo confío en que Russell Crowe alcanzará su venganza cinematográfica en la siguiente película, o en la otra.

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Somos legión

IMAGEN: Internet

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el Evangelio de Marcos, Jesús exorciza a un poseído e intenta sacar un espíritu inmundo que parasita el cuerpo del tipo. Jesús le pregunta: ¿cómo te llamas? Y el poseído respondió: Me llamo Legión, porque somos muchos.

¿Somos muchos o soy yo?

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Filosóficamente, el Yo es un pronombre con el cual el hombre se designa a sí mismo.

Como atman (principio de vida, lo que respira) fue definido ya en el Īśa-upaniṣad –texto sagrado hindú– del siglo III a. C. El atman sería la superación de la conciencia en la vigilia que el Ser Mental acepta como sí mismo y que está organizada alrededor de la sensación de un yo central. ¿Existe un yo central?

René Descartes se preguntó: ¿Qué es lo qué soy yo? Una cosa que piensa. El yo es conciencia, relación consigo mismo, subjetividad.

A partir de estas dos concepciones podemos encontrar las discusiones sobre la conciencia individual en el plano principalmente idealista –Locke, Fichte, Schelling, Kant– y algunas veces realista.

Pero, desde un punto de vista materialista y a la luz de los conocimientos que tenemos en la actualidad, ¿existe el Yo? ¿existe el individuo como núcleo esencial en una realidad molecular que evoluciona?

¿Soy uno o somos legión? ¿Qué eres tú, lectorpe? ¿Un individuo o billones de seres que modifican tu conciencia?

Joshua Lederberg –Premio Nobel por describir la transmisión del material genético entre las bacterias–, se preguntó si hay un Yo bacteriano, considerando que el DNA modifica sus características.  Definió al holobionte como “la comunidad ecológica de microorganismos comensales, simbióticos y patógenos que literalmente comparten nuestro espacio corporal”

Rosenberg piensa que el holobionte es un hongo, planta o animal con todos sus microorganismos asociados, es decir, su microbioma. El holobionte es entonces una comunidad biótica que se retroalimenta debido a las actividades y características de sus componentes. ¿Cuáles son sus componentes? Otros seres vivos.

Se calcula una relación de 1:1 entre células de tu cuerpo, lector, y las bacterias que viven en él. Aproximadamente 3.8 x 1013 bacterias respecto a 3 x 1013 de células. Una bacteria por cada célula humana y diez virus por célula humana. Somos un poco más de 50 % bacterias. Cada parte de nuestro cuerpo es un ecosistema, el colón, la nariz, la boca, el estómago, la piel, etc. Y no solo para bacterias sino para ácaros, protozoarios, virus y hongos. Un árbol es un cosmos, desde la raíz hasta la copa, en varias dimensiones y profundidades. Es imposible contabilizar el numero de seres vivos que viven en y de los árboles, miles de especies de artrópodos y vertebrados, más micorrizas que a su vez son holobiontes de hongos que unen a otras raíces, plantas epifitas y miríadas de microorganismos.

Las termitas contienen en su intestino comunidades de protistas que viven dentro de bacteriocitos, células especiales que las albergan dentro de la grasa de los insectos que se transfieren verticalmente mediante los huevos.

Lactobacillus sp. que viven en las vaginas humanas, sintetizan ácido láctico de tal manera que el pH vaginal disminuye, lo que atenúa la colonización de otros organismos patógenos.

Uno de los fenómenos más interesantes es el Microquimerismo, la presencia de células genéticamente diferentes a las células propias, es decir, posee células de otro ser como parte del nuestro.

Las células de la madre pasan al feto por la placenta, pero se han encontrado neuronas del bebé que colonizan el cerebro de la madre también. No solo eso. Algunas células de tu cuerpo, lector, tienen DNA de otros hombres ¡que no son tu padre! Tu madre, al haber tenido relaciones sexuales con otros hombres, ha incorporado células de ellos cuyo genoma también es parte de ti en una cantidad pequeña.

Se estima que en los océanos existen un total de 1030 partículas de virus que a su vez tienen viriontes. La virosfera es un universo casi infinito para nuestra comprensión. Quizá se han estudiado menos del 1 % de los virus existentes. Algunos genes de virus se encuentran en regiones del DNA que producen proteínas esenciales.

A lo largo de la historia evolutiva, estos genes han sido incorporados para el funcionamiento esencial de animales, hongos y plantas.

¿Hay genes de vertebrados que son meros genes de virus?

Aún más, hay tipos de holobiontes que pueden ser vistos como superorganismos con homeostasis, conductas emergentes, jerarquías entre sus componentes y desequilibrios consistentes. Las colmenas de himenópteros, los sifonóforos e incluso el mismo planeta puede verse de esta manera.

Los seres vivos somos asociaciones, sistemas que establecemos relaciones entre sí y construimos nichos ecológicos, nos derivamos, interaccionamos, mezclamos y nos imbricamos en diversas escalas, desde los molecular hasta lo ecosistémico.

¿Tiene sentido real defender una noción del Yo en un mundo real? ¿Somos legión?

 

Referencias:

Bianconi, E., et al. An estimation of the number of cells in the human body. Ann Hum Biol. 2013 Nov-Dec; 40(6):463-71

Berlanga M, Paster BJ, Guerrero R (2007) Coevolution of symbiotic spirochete diversity in lower termites. Int. Microbiol 10:133-139

Cerqueda-García, D., & Falcón, L. I. (2016). La construcción del nicho y el concepto de holobionte, hacia la reestructuración de un paradigma. Revista mexicana de biodiversidad, 87(1), 239-241.

Chan, WF., Gurnot, C., Montine, TJ., Sonnen, JA., Guthrie, KA., Nelson, L. 2012. Male microchimerism in the human female brain. Plos One, 7(9); e45592.

Martone, R. 2012. Scientist Discover Children’s Cells Living in Mothers’ Brains. Scientific American online

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Franz Inama, S.J.: padre de la herpetología en Baja California

FOTOS. Internet

Colaboración Especial

Por Francisco Draco Lizárraga Hernández

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Posiblemente uno de los grupos de animales que mayor ambivalencia ha causado a la Humanidad desde tiempos antiguos es el de los ofidios, es decir, las serpientes. Consideradas como encarnaciones de deidades en civilizaciones tan distantes y diferentes como lo son el Antiguo Egipto y los pueblos de la América prehispánica; y al mismo tiempo, temidas y condenadas por las culturas del Oriente Próximo y el mundo grecolatino, las serpientes sin duda alguna han causado fascinación, curiosidad o terror a cuantos grupos humanos han tenido contacto con ellas.

Debido a esto último, las serpientes han sido estudiadas desde épocas tan remotas como lo es el año 450 a.C en Egipto, tiempo del que data el papiro de Brooklyn, uno de los más arcaicos textos de medicina, y el más antiguo de herpetología —es decir, el estudio de los reptiles— que se ha conservado hasta la actualidad. En dicho tratado, el autor realizó la más antigua clasificación de serpientes de la que se tiene registro, la cual mayormente se basó en los efectos de sus mordeduras.

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Para los antiguos Californios, las víboras de cascabel —género Crotalus— eran sinónimo de peligro y muerte ya que el único “remedio” con el que contaban para curar sus mordeduras era, según lo registra el padre Francisco Xavier Clavijero en Historia de la Antigua o Baja California, un asqueroso menjurje que los misioneros denominaron como “triaca humana”. Éste consistía en una dilución de los excrementos frescos del que había sido mordido para que luego éste los ingiriera, quien lo hacía sin repugnancia “por amor a la vida” ante el temor de una muerte inminente. Si se considera que actualmente se sabe que el veneno de los crótalos se compone de una compleja mezcla de enzimas proteolíticas —destructoras de proteínas—, minerales y neurotoxinas, éste remedio ancestral no era más que un placebo que proporcionaba cierto alivio temporal en los pacientes mientras su mismo cuerpo se deshacía del veneno crotálico pues, contrariamente a lo que se piensa popularmente, las mordeduras de serpientes de cascabel pocas veces resultan verdaderamente mortíferas.

Dentro de la península de Baja California, se tiene registro de la presencia de 15 especies de ofidios del género Crotalus, siendo todas estas venenosas. Se tiene registro de que el gran naturalista sueco Carl Linnaeus ya había registrado al género Crotalus en la décima edición de su magnum opus, Systema naturae —publicada en 1758 y donde introduce su sistema de clasificación taxonómica binomial en el Reino Animal—. Únicamente se tenía descritas a dos especies de estos ofidios: C. durissus —nativa de Sudamérica— y C. horridus —en América del Norte—. Como consecuencia de esto último, los misioneros jesuitas de la Antigua California con afinidades naturalistas, como los padres Miguel del Barco y Johann Jacob Baegert, quienes más o menos estaban familiarizados con la incipiente zoología de su época, consideraban que sólo existía una especie de crótalo en la Baja California, C. horridus. Esta última, cabe aclarar, no está presente en la península.

Francisco Xavier Clavijero, quien sí conocía bastante bien la clasificación de Linnaeus, como se muestra en sus obras Historia Antigua de México e Historia de la Antigua o Baja California, llegó a afirmar que “En la California hay pocas especies de reptiles, a saber: lagartijas, ranas, sapos, tortugas y culebras. […] De culebras hay dos géneros, las de cascabel y las que no le tienen; éstas son más pequeñas que aquellas, pero su veneno es más activo”. Esto muestra el desconocimiento general que se tenía en ése momento sobre la fauna bajacaliforniana, lo que muy probablemente se debía, en primer lugar, a lo demandante de las labores evangelizadoras de los ignacianos en la península; ellos no sólo se dedicaban a predicar la Palabra de Dios, sino que también trabajaban la tierra para conseguir su sustento. Además, en el caso específico de las víboras de cascabel, tanto los misioneros como los Californios les tenían terror ya que se consideraba que su mordida era simplemente letal.

Éste miedo generalizado hacia las víboras de cascabel lo deja patente el mordaz sacerdote alemán Johann Jacob Baegert dentro de su cáustica obra, Noticias de la península americana de la California. En el capítulo octavo de dicho libro, De las sabandijas de la California, el padre Baegert afirma: “Salvo unas 2 ó 3 de otras especies, las peores son las que los franceses llaman serpents à sonnet serpientes de cascabel—. […] Nunca y en ninguna parte se está seguro de estos huéspedes indeseables, porque suben las escaleras y trepan las paredes de la casa”. No obstante, tanto Baegert y Del Barco, al igual que Clavijero —quien retomó los documentos que le legó Del Barco—, hablan con gran admiración del ingenio y valentía de un “hábil misionero”, originario de Viena, Austria, que muy pormenorizadamente estudió la anatomía y los efectos del veneno de los crótalos de la Baja California: el padre Franz —Francisco, en español— Inama, párroco de la Misión de San José de Comondú.

No se conocen muchos datos sobre la vida temprana del padre Inama, empero, es posible hacer ciertas inferencias sobre el contexto en el que vivió; esto con la finalidad de conocer un poco sobre su formación como jesuita y el origen de su curiosidad naturalista. Nacido en 1719, Franz Inama vivió durante toda su infancia y juventud en la capital de facto del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico, Viena, la ciudad más importante de Europa central en aquella época, y la más grande de todos los territorios de habla alemana.

Pese a que los Habsburgo se habían establecido en Viena desde 1440, fue hasta después del segundo sitio que sufrió por parte de los otomanos, en 1683, que comenzó realmente a florecer como una verdadera ciudad imperial. Esto se debió a que la aristocracia austríaca, tras verse librada de la amenaza de los otomanos, comenzó a demoler las vetustas fortificaciones medievales donde habitaban, sustituyéndolas por suntuosos palacios cortesanos. Por otra parte, a partir de 1715, el nuevo y ambicioso emperador del Sacro Imperio, Carlos VI, tras haber fracasado en asumir el trono español como resultado de la extinción de la rama hispana de los Habsburgo en 1700, impulsó enormemente la modernización de la capital austríaca gracias a su mecenazgo hacia los arquitectos y artistas vieneses, quienes hicieron de su ciudad un verdadero referente de la opulencia y sofisticación del arte barroco. Adicionalmente, Carlos VI, quien era un devoto católico que durante todo su reinado mantuvo a raya a los príncipes protestantes del Imperio, financió la construcción de nuevas iglesias, colegios y seminarios en Viena y sus alrededores a fin de formar clérigos leales a él que pudiesen neutralizar al protestantismo dentro de sus dominios. La Compañía de Jesús fue una de las órdenes religiosas más favorecidas gracias a que el emperador respetaba su alta intelectualidad y admiraba la rigurosa disciplina de sus miembros.

Fue durante esta boyante época cuando, en 1735, el joven Franz Inama, con tan sólo 16 años, ingresó al colegio de la Compañía de Jesús en su ciudad natal, lo cual le daba acceso a una las instituciones educativas más prestigiosas del mundo de aquel entonces: la Universidad de Viena. Desde su fundación en 1365, esta institución había sido el principal centro de enseñanza de teología y filosofía en Austria; posteriormente, ya en 1551, en plena época de la Contrarreforma, el emperador Fernando I —el hermano menor de Carlos V—, instaló a los jesuitas más brillantes del Imperio como catedráticos de la universidad, esto con el objetivo de fortalecer la formación de los alumnos en la defensa de la fe católica. 72 años después, Fernando II, quien había sido educado por ignacianos, concedió a estos religiosos la total administración de las facultades de filosofía y teología de la Universidad de Viena; gracias a esto, el Colegio Vienés de la Compañía de Jesús se convirtió en parte integral de esta institución, formando con ello la tercera escuela jesuita más grande de Europa, sólo por detrás del Colegio Romano —fundado por San Ignacio de Loyola— y del Colegio de Ingolstadt —donde se educó el padre Eusebio Francisco Kino—. Hacia la época de Inama, los jesuitas no sólo habían fundado unas cátedras muy sólidas en teología, filosofía y humanidades, sino que también establecieron la enseñanza de la física —tanto aristotélica como newtoniana— y las matemáticas, como parte integral de la formación de los novicios de la Orden. Asimismo, por aquellos años, el padre Joseph Franz, quien seguramente fue maestro de Inama, fundó el Museum mathematicum; éste fue uno de los precursores directos del actual Museo de Historia Natural de Viena y de la Facultad de Ciencias de esta institución —misma en la que estudió un siglo después el padre de la genética, Gregor Mendel—, impartiéndose clases de astronomía, óptica, geometría, geografía, mineralogía, etc.

Con toda seguridad, joven Franz Inama aprovechó al máximo la formación ofrecida por los ignacianos en Viena, adquiriendo una visión muy amplia y holística sobre la misión y espiritualidad de los jesuitas, basada en el principio de San Ignacio de Loyola de “encontrar a Dios en todas las cosas”, y también sobre el mundo natural. Fue así como, después de 6 o 7 años de estudios, el joven jesuita fue asignado como profesor en el colegio de la Orden en Passau —una ciudad de Baviera que es fronteriza con territorio austríaco—, luego de lo cual fue enviado a los colegios de Linz y Sopron —en Austria y Hungría, respectivamente—. Durante todo éste tiempo, se sabe que Inama mostró una excelente aptitud para la docencia, así como también se tiene conocimiento que cultivó un gran interés por las ciencias naturales —posiblemente influido por su maestro, el padre Franz—, especialmente por la zoología. Una vez finalizada su etapa de magisterio al cabo de tres años, hacia 1745, Inama regresó a Viena para continuar con los estudios teológicos de la formación jesuítica. En ése momento, el ambiente general en la capital del Imperio era de conmoción ya que, por primera vez desde que los Habsburgo comenzaron a reinar 1437, el trono imperial estaba ocupado de facto por una mujer: la archiduquesa María Teresa. Pese a que ella era, de iure, únicamente consorte del emperador Francisco I, su férreo carácter y su avidez de poder la convirtieron en la soberana del Sacro Imperio; esto a costa de la sangrienta Guerra de Sucesión Austríaca (1740—1748), obteniendo el reconocimiento legítimo de emperatriz a partir de 1745.

Los nuevos emperadores, quienes son uno de los mejores ejemplos del despotismo ilustrado, emprendieron una serie de reformas políticas, financieras, sociales y educativas en el Imperio, pero fue en Viena donde estas se vieron más reflejadas. Entre los muchos cambios impulsados, en 1748, el emperador Francisco ordenó la fundación de la Colección Imperial de Historia Natural; esta quedó a cargo del prestigiado naturalista francés Jean de Baillou y con la colaboración de la Universidad de Viena, destacando particularmente el padre Joseph Franz. Con todo esto, es muy probable que el joven Franz Inama haya tenido un buen acercamiento a esta nueva área de su alma máter mientras estudiaba teología; esto pudo haberlo llevado a consolidar su profundo interés por las ciencias naturales. Se familiarizó con el uso del equipo de disección, lupas y el novedoso microscopio de Lieberkühn —el más potente desde la invención de éste instrumento por parte de Anton van Leeuwenhoek en 1670—, de lo cual hizo gala durante sus investigaciones en la California.

Poco pudo haber durado el contacto y colaboración de Inama con esta colección de historia natural debido a que, en 1749, casi inmediatamente después de haber terminado sus estudios de teología y aún sin haberse ordenado presbítero, fue enviado a la Nueva España por órdenes de sus superiores para que allí recibiese más indicaciones sobre su nueva labor apostólica; no obstante, éste período de su formación sacerdotal dejó una huella profunda en él. Al salir de su ciudad natal hacia las exóticas y lejanas tierras de la América española, Franz Inama llevó consigo lupas de diferentes aumentos, un microscopio y un equipo completo de disección, lo cual refleja su interés por la zoología. Tras poco más de un año de viaje, en 1750, el joven jesuita arribó a la Ciudad de México, donde primeramente se dedicó a asistir a los catedráticos del Antiguo Colegio de San Ildefonso gracias a las buenas referencias que les dieron sus hermanos austríacos sobre Inama. Ahí mismo, el ignaciano austríaco conoció a otro joven miembro de la Orden, también de habla alemana, que ya había sido asignado para misionar en la California: el iracundo y sarcástico alsaciano Johann Jacob Baegert.

Aparentemente, ambos jesuitas sintieron cierta simpatía mutua, motivada, en primer lugar, porque hablaban la misma lengua y por sus intereses intelectuales en común, además de que el alsaciano sentía cierta desconfianza hacia sus compañeros españoles e italianos, y por ello prefería convivir con otros alemanes. No se sabe qué tanto Baegert pudo contar a Inama sobre la península de Baja California según lo que ya había leído en las cartas y reportes de los padres Juan María de Salvatierra y Francisco María Píccolo; empero, el joven austríaco sí pareció emocionarse por la idea de que posiblemente lo llamasen a participar en la evangelización de los Californios. Providencialmente, Franz Inama entró en contacto con el padre provincial de la Compañía de Jesús en la Nueva España, el suizo Johann Anton Balthasar – o Juan Antonio Baltasar en castellano—, quien conocía muy bien la situación de las misiones californianas gracias a su visita a la península en 1744, esto como parte de su labor como visitador de las provincias ignacianas del Norte. En dicha visita, el padre Balthasar se percató del delicado y desmerecido estado en que se encontraban las misiones bajacalifornianas como consecuencia de la rebelión de los pericúes, acaecida 10 años antes, razón por la cual se aprestó a buscar nuevos y jóvenes misioneros que pudiesen colaborar en la conquista apostólica de la California.

Cuando el padre provincial conoció a Inama, éste quedó muy agradado por la gran energía, buena salud y mente tan brillantemente inquisitiva del austríaco, quien además poseía, según sus contemporáneos, lo que Graham Greene llamó como el “refinado y cortés encanto de los vieneses”. Esto último es absolutamente contrario a lo que se pensaba de su compañero Baegert, que siempre fue descrito como poseedor de un carácter ríspido y furibundo. Por todo esto, el jesuita suizo decidió enviar a Franz Inama como misionero a la California al considerarlo sumamente apto para esta labor y al presentir que sería un buen pastor para la grey de Californios neófitos, en lo cual no se equivocó en lo absoluto.

Continuará…

Bibliografía:

Ávila-Villegas, H. (2017). Serpiente de cascabel: Entre el peligro y la conservación. Ciudad de México: Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.

Baegert, J.J. (2013). Noticias de la península americana de la California. La Paz: Archivo Histórico Pablo L. Martínez.

Clavijero, F.X. (2007). Historia de la Antigua o Baja California. Ciudad de México: Editorial Porrúa.

Crosby, H.W. (1994). Antigua California: Mission and Colony on the Peninsular frontier, 1697-1768. Albuquerque: University of New Mexico Press.

Del Barco, M. (1988). Historia Natural y Crónica de la Antigua California. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.

Grendler, P.F. (2014). Jesuits schools in Europe. A Historiographical essay. Journal of Jesuit Studies 1: 7-25.

Hausberger, B. (1997). La vida cotidiana de los misioneros jesuitas en el Noroeste novohispano. Estudios de Historia Novohispana 17: 63-106.

McPeak, R.H. (2000). Amphibians and Reptiles of Baja California. San Diego: Sea Challengers.

Ponce-Aguilar, A. (2011). Misioneros jesuitas en Baja California, 1683-1768. Tijuana: Bubok Publishing.

 

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Prismas basálticos de Comondú, recorrido en fotos

FOTOS: Noé Peralta Delgado

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Uno de los destinos de aventura y senderismo que está poniéndose de moda en el municipio de Comondú, sin duda alguna son los prismas basálticos; y es que su reciente ¨descubrimiento¨ en las cercanías del poblado de San Miguel de Comondú, hizo de esta belleza natural un lugar ya muy recomendado y solicitado por los amantes del turismo de montaña.

En mi reciente visita al lugar en el periodo de descanso por Semana Santa de este año, tuve la oportunidad de escalar hacia las formaciones rocosas que dan forma a prismas rocosos mayormente pentagonales, y que por tratarse de piedra basáltica y de origen volcánico, toman el nombre de ¨prismas basálticos¨.

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Como datos técnicos de recorrido, se tiene que el punto de partida para llegar a estas formaciones es el pueblo de Ciudad Insurgentes, que es donde termina el tramo carretero desde La Paz dentro de la carretera federal No. 1 y de aquí mismo inicia el tramo carretero hacia Loreto dentro de la misma carretera federal.

Para llegar a Ciudad Insurgentes desde la capital sudcaliforniana son 227kms, mientras que desde el puerto de Loreto serían 120kms y, por último, si partes desde Ciudad Constitución que es la cabecera municipal de Comondú, son tan solo 27kms. Como punto de llegada, con un camino completamente pavimentado y a cargo de la junta estatal de caminos se recorren 100kms desde Ciudad Insurgentes hacia el pueblo de San Miguel de Comondú, lugar donde se encuentra esta maravilla natural.

Una vez instalados en San Miguel de Comondú, se opta por dejar el vehículo enfrente del albergue escolar del lugar, e iniciar con ayuda de algún guía del pueblo el recorrido, que se encuentra muy bien trazado y son 2.5kms sobre la orilla del arroyo; se tiene una vista muy agradable conforme se va acercando a las faldas del cerro. Cabe destacar que, por parte del ejido, dicha brecha peatonal está bien señalizada, muy limpia y con adecuados señalamientos sobre las rocas que se atraviesan sobre el camino.

Para los que optan por no caminar tanto por la brecha peatonal, pueden tomar un camino de terracería que se aparta un poco menos de 3kms antes de llegar a San Miguel de Comondú, por dicho camino terregoso se recorren poco más de un kilómetro hasta llegar a las faldas del cerro, toda esta distancia completamente en vehículo. Desde ese lugar hacia arriba se puede apreciar la cueva principal, donde se encuentra las formaciones rocosas; tiene una distancia aproximada de 250mts y una subida cercana a los 100mts de altitud.

Una vez en el lugar se tiene una excelente vista hacia el arroyo y hacia los palmares, y se pueden apreciar algunas pocas rocas prismáticas desprendidas que sirven para subirse y tomarse unas bonitas fotos para el recuerdo; también en el lugar existe una cueva de buen tamaño hacia la parte más arriba del cerro, que seguramente tiene una vista panorámica más intensa, pero solo se puede subir con equipo de rappel.

El lugar donde se encuentra los prismas basálticos se encuentra a una altitud de 225 metros sobre el nivel del mar, por lo que realmente está recomendada para cualquier edad, siempre y cuando se tenga algo de práctica en el andar sobre las rocas de las faldas del cerro.

Si tiene oportunidad visite el lugar, se puede acceder con algún guía del lugar que los llevará y que también los orientará sobre las horas del día recomendadas para subir, ya que el calor es intenso en el verano; también pueden el visitante disfrutar de muchos más actividades turísticas de San Miguel y San José de Comondú y si se acompaña con una botella de vino artesanal propio de la región, mucho que mejor, ¡salud!

 

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