1

Atractivos de Mulegé son escenario de serie El elegido

FOTO: SETUE

La Paz, Baja California Sur (BCS). La Secretaría de Turismo y Economía (SETUE) informó por medio de un comunicado de prensa que, Santa Rosalía, Guerrero Negro, San Ignacio, Santa Águeda, Heroica Mulegé y Bahía Concepción, en el municipio de Mulegé, fueron las locaciones utilizadas para la serie de Netflix El Elegido, basada en la conocida trilogía de novelas gráficas American Jesus, creada por el escritor Mark Millar y el artista Peter Gross, la cual llegará a dicha plataforma este 16 de agosto, informó Maribel Collins, titular de SETUE.

En ese sentido, destacó que el Gobierno del Estado, a través de la SETUE, apoyó a la producción con la ubicación de locaciones y el trámite de los permisos necesarios para el rodaje, el cual generó fuentes de empleo en la zona y dejó una derrama económica para la cadena de servicios turísticos, de más de 45 millones de pesos.

Las producciones cinematográficas han resultado para Baja California Sur, una plataforma única de promoción para sus bellezas y atractivos turísticos, además de significar fuentes de empleo para las familias, por ello, continuaremos impulsando y promoviendo a la entidad como un destino ideal para las producciones fílmicas, a través de la Coordinación de Filmaciones del Estado (COFILM), expresó.

Maribel Collins, destacó que además la industria fílmica es una gran oportunidad para proyectar el patrimonio natural, histórico y cultural de Baja California Sur, de ahí su relevancia para la promoción turística de los destinos sudcalifornianos.

Finalizó al referir que tan solo el año pasado, en la entidad se estuvieron filmando películas mexicanas como: Cómo matar a mamá con locaciones en rancho ecológico Sol de Mayo, La Paz y Punta Arenas, y Amores incompletos, que se grabó en Exportadora de Sal, Todos Santos, Loreto y El Sargento. De igual manera, “Bardo”, de Alejandro González Iñárritu, con escenarios de Baturi, El Vizcaíno y Balandra, todas las anteriores con una derrama de 22.5 millones de pesos.




Somos, estar enamorada es peligroso

FOTOS: Internet

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). Acabo de ver este fin de semana la miniserie desgarradora de Netflix, Somos (2021), basada en los hechos reales de la masacre de Allende, Coahuila, el 18 de marzo de 2011, al final del sexenio de Felipe Calderón, quien había iniciado una guerra absurda contra el narcotráfico en 2007. Queda uno agotado ante la estrujante manera en que los sucesos son planteados desde la perspectiva de las víctimas, lo cual ya es un cambio de narrativa en este tipo de producciones, donde la mayoría solo engrandece a personajes oscuros del crimen organizado.

Celebro que se abra la pauta a una visión distinta, que centre la historia actuada con información real sobre los sacrificados aquel fatídico día y que se inspira en el reportaje de Ginger Thompson para ProPublica y copublicado con National Geographic, Anatomía de una masacre (How The US Triggered a Massacre in Mexico), el 12 de junio de 2017

También te podría interesar: Orquesta de memorias: un viaje a los recuerdos musicales

La agencia de investigación DEA había estado haciendo un operativo que permitiría atrapar a líderes del grupo llamado Los Z, pero algo falló que desencadenó la furia de este cartel, que terminó vengándose contra todos los familiares y amigos de quienes los habían traicionado. Incendiaron todo lo que pudieron destruir en la población de Allende, asesinaron y quemaron los cadáveres en bodegas y ranchos.

Decenas de desaparecidos que todavía no se conocen sus paraderos. Una masacre que todavía palpita en sus calles y casas destrozadas. No se han imputado ni esclarecido las responsabilidades, el crimen que se calló hasta que comenzó a salir la verdad, tanto en México como en Estados Unidos. Una masacre cuyo dolor se percibe en las líneas del artículo escrito por Ginger Thompson, donde la gente cuenta poco a poco los horrores de los sucesos.

Somos es una creación y producción de James Schamus, que escribió en colaboración con Monika Revilla y Fernando Melchor. Si bien, las actuaciones están bastante disparejas, el relato cinematográfico logra adentrarnos para que vayamos entendiendo cómo se desarrollará el drama que vivirán esos pobladores. Por momentos se vuelve un tanto monótona y lenta, pero que se compensa con los vínculos entre los personajes que habrán de sufrir una dantesca danza de la muerte.

La atmósfera densa y angustiante nos prepara para lo que está por venir; cada capítulo en apariencia no nos cuenta mucho, salvo que establece la vida cotidiana de quienes habrán de ser sacrificados por la estupidez de las autoridades de Estados Unidos y por la total falta de control de los gobernantes del Estado de Coahuila.

Algo que llama la atención es el título mismo Somos, que no nos dice mucho, excepto si leemos la síntesis. También, podemos ver que desde el artículo se traduce como Anatomía de una masacre y no por su original en inglés que literalmente debería decir: “Cómo Estados Unidos desencadenó una masacre en México”.

Es evidente que tanto Netflix como la traducción del reportaje al español con que se dio a conocer la tragedia en nuestro país omiten mencionar en el título la participación directa del gobierno estadounidense, no sé si por deslindarle de responsabilidades o de lavarle la cara aunque sea un poco, que incluso el planteamiento de su injerencia en la narrativa de los capítulos resulta tibio e inclusive hasta confuso.

La sensación de estar viviendo en la serie hechos reales, estruja no solo el alma, sino que detona el miedo, la rabia y los recuerdos de haber sobrevivido a ese sexenio de muerte en que el panismo, a la cabeza de Felipe Calderón, nos sometió a la peor de las cotidianidades que pudiéramos experimentar como ciudadanos mexicanos. Nadie en su sano juicio puede decir que fue un periodo de paz o de que la felicidad era manifiesta.

Una de las escenas del capítulo 5, cuando la madre se toma una bebida alcohólica con su hija y le dice: “¿Sabes qué es lo que es peligroso?, estar enamorada es peligroso”, nos habla de la aprensión que circulaba en el medio, con la pérdida de valores morales y principios éticos que las autoridades de Allende no lograban hacer imperar porque quienes “gobernaban” eran los del crimen organizado. Y no conforme haber padecido ese periodo de muerte, el siguiente sexenio priista, el de Enrique Peña Nieto, fue aun peor porque no hubo estrategia ni interés por acabar con el flagelo panista heredado.

No olvidamos esos dos sexenios de miedos, de vivir con las emociones a flor de piel, de que te tocara un balazo a la salida de tu casa, y que esta serie aborda de manera periférica, pues se centra en la tragedia, en la violencia de los sicarios, no en las autoridades de aquella época, a quienes tocan apenas superficialmente para poder explicar la masacre. Fuera de ahí, solo es el retrato de un país en decadencia en que nuestras vidas fueron entregadas a las tinieblas por la ambición de seres minúsculos que pretendieron gobernar.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Army of the Dead: menos emocionante que una mancha de cátsup en la camisa

FOTOS: Internet

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). Parecía un viaje alucinante. Se esperaba como una irrupción del género después de aquel brillante debut como director de Zack Snyder llamada: Amanecer de los muertos estrenada en 2004. Incluso, logró lo que ni Cuarón con Roma, ni Scorsese con El irlandés que tanto buscaron: que Netflix los apoyara con una distribución comercial en salas de cine que fuera más allá de los festivales. Y a todo eso, se le suma el hype que Snyder trae tras el estreno su épica versión de la Liga de la Justicia con todo y sus pleitos con los ejecutivos de Warner Bros y su tragedia familiar que lo obligó a despedirse del proyecto en aquel momento. Pero no, este pretendido blockbuster llegó sin alma, y vaya que es mucho decir aún en una película con zombies de por medio.

El principal problema de la película es el guion. Zack Snyder es un genio de la composición cinematográfica y ha logrado revolucionar su lenguaje —recordemos 300 o Watchmen, por citar algunos ejemplos—, pero es un terrible guionista. Aun recuerdo la profunda decepción que me causó Sucker Punch del 2011, y aquí, para el primer acto de la película, las alarmas estaban sonando a todo lo que da, y jamás dejaron de sonar. La historia está construida torpemente, en ningún momento se siente tensión o emoción, todos los personajes parecen de relleno y salta sin contemplaciones de la comedia, al gore, al melodrama, al thriller, sin aterrizar un tono definido. En palabras llanas, no sabes si reír o llorar, y al final todo queda en un profundo y filosófico: —Meh!, ya van más de dos horas y esta película aún no acaba.

También te puede interesar: Los Mitchell contra las máquinas: un espectáculo divertidísimo y loco que provoca reflexiones profundas 

Un mundo de diferencia con la ya mencionada película debut del 2004, que tan solo en los primeros 10 minutos de metraje genera múltiples bifurcaciones emocionales de una historia que vale la pena ver. Quizás, si le hubiera pedido ayuda a James Gunn —autor de ese guion, también escritor y director de la saga de Guardianes de la Galaxia— otra cosa hubiera sido.

Al menos, el espectáculo visual valdrá la pena. No, no, no y no. O quizás sí, pero ya no importa. Filmado en digital, se nota una falta de atención al detalle y la utilización de herramientas visuales sin ningún fin dramático. Tan solo un ejemplo: la mayoría de los diálogos están filmados con el fondo desenfocado, algo similar a lo que hacemos en nuestros teléfonos cuando ponemos la cámara con el efecto bokeh. Y es desesperante ver como el actor lucha a muerte contra el director de fotografía para no salirse de foco. Es como si la película la hubieran grabado con un IPhone, siempre en modo retrato.

Bueno, de perdida tendrá buenos efectos. ¡Uy! Pues no, tampoco. Los efectos digitales son un lastre en todo el filme. Si bien, somos testigos de un festival de sangre, sesos y vísceras, es difícil reaccionar mas allá de una leve risa por el efecto que la sangre digital recrea en pantalla. No sorprende, ni emociona, aunque los litros de sangre digital sean ilimitados, una botella de salsa cátsup provoca más terror que lo que vimos en esta película.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Los Mitchell contra las máquinas: un espectáculo divertidísimo y loco que provoca reflexiones profundas

FOTOS: Internet

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). Por ahí escuché decir que este fin del mundo que estamos viviendo está muy aburrido. Es lento, inquietante, con gente que debería protegernos pensando solamente en elecciones y otros lucrando con la tragedia y el desencanto. Encerrados en casa, suspirando por volver a quitarnos el cubrebocas, ver a la gente sonreír —o darnos una mentada— y para ver los rostros completos de todos. Sí, este fin del mundo está siendo muy aburrido que parece sacado de la mente perversa de algún programador computacional multimillonario que cuando mira por la ventana solo ve ceros y unos.

Pero, entre todo este aburrimiento y donde el tremendamente caótico e hiperinflado catálogo de Netflix no es de mucha ayuda para librarnos de ese peso, de vez en cuando sale una producción por que la que decides no cancelar, todavía, la suscripción. Esta es sin duda Los Mitchell contra las máquinas. Una producción Phil Lord y Cristopher Miller, que nos han traído los filmes más originales y creativos de animación de los últimos años —lo siento, Pixar— como Lluvia de Hamburguesas, La Gran Aventura Lego y Spiderman, Into the Spiderverse. Esas mentes maestras están detrás de esta joyita que, desde ya, la catalogo como: clásico instantáneo.

También te puede interesar: Madame Curie: radiactividad que no ilumina

¿Y de qué va? Pues, de una inteligencia artificial muy parecida a Alexa —Alexa es mucho más simpática y elocuente que Siri, por cierto—, desarrollada por una compañía muy parecida a Apple, con prácticas de negocio muy parecidas a Facebook, y con recursos muy similares a los de Alphabet (Google, pa´los cuates), al verse superada por la versión 2.0 de ella misma y ser desechada, decide tomar el control y expulsar a los humanos del planeta. Y ante esto, sólo los Mitchell son los que pueden salvar el día, y de paso a la humanidad.

Con un guion dinámico y divertido, esta película construye personajes muy entrañables, logrando que mas allá de la trama, lo importante es la dinámica familiar y lo difícil que es en ocasiones comunicarnos entre nosotros. Si de repente algún miembro de tu familia te dice que necesita —inframundita— para construir su mesa de —crafteo— y que también lo —funaron— sin motivo, y no tienes reverenda idea que demonios significa eso,  sabes de lo que hablo. Esa brecha generacional es inamovible e inevitable, y empatar nuestros objetivos con los que los miembros más jóvenes van creando es complicado, muy difícil, pero también una fuente inagotable de amor y conocimiento.

Además, de ello, el estilo de animación contribuye muchísimo a sentir esta película como algo más auténtico y asequible que otras producciones. Si bien sigue siendo animación por computadora, los trazos utilizados semejan mucho los de un caricaturista callejero, lo que inunda de vida a la pantalla. Son fragmentos de trazos artesanales que sin necesidad de tratar de emular un aspecto realista, hacen mucho más humanos y entrañables a los personajes.

En una época donde cada quien tiene su tele, su teléfono, su tableta, su cuenta de Netflix, sus favoritos y la cosa se individualiza cada vez más, Los Mitchell contra las máquinas es un pretexto perfecto para preparar palomitas, sentarse todos frente a la televisión y disfrutar de un buen rato en familia.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Madame Curie: radiactividad que no ilumina

FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En términos muy, muy, muy simples, la radiactividad es la energía que se libera cuando el núcleo de los átomos se desintegra en partículas más elementales como los neutrones o los protones, y este descubrimiento que fue fundamental para el mundo tal y como lo conocemos hoy fue hecho por Marie Curie, física polaca quien es la única mujer en la historia que ha ganado dos premios Nobel.

En el filme titulado originalmente Radioactive, nos llevan a los años en que Madame Curie realizaba dichos descubrimientos y a la vez luchaba contra la falta de apoyo y credibilidad que le daba su condición de mujer y de inmigrante polaca en Francia. Pero más allá de presentarnos un perfil que nos encamine a el gran logro que significó este descubrimiento, nos envuelve en un retrato incoherente que a base de clichés construye a esta histórica científica. De tal suerte que más allá de sentir que estamos ante una de las más grandes mentes de la historia, vemos un melodrama de una mujer que vive sumergida en la desgracia.

También te podría interesar: Fuera de Control. Russell Crowe en modo Psycho

Y si bien las películas biográficas tienden a presentar esa otra cara de los personajes históricos, en este caso esa otra cara no ayuda para nada a entender como fue que la científica llegó a donde llegó. El personaje interpretado por Rosamund Pike carece de una motivación visible, no ofrece ninguna asidera emocional o histórica que nos permita engancharnos al personaje y al final nos queda la impresión de que este descubrimiento fue una necedad, y una necedad sumamente terrible, pues los resultados han sido trágicos para la historia de la humanidad.

De hecho, en ciertos momentos, el guion nos lleva a pensar en que hubiera sido mejor que Marie Curie no hubiera hechos esos experimentos, que hubiera sido mejor olvidarse de su laboratorio y de su formidable ciencia pues sin su trabajo, no habría ni bomba atómica ni desastre en Chernóbil, en última instancia convirtiéndola en culpable de estos terribles acontecimientos. O por ejemplo, ¿alguien se imagina una película de los hermanos Wright donde sugieran que por su culpa fueron destruidas las torres gemelas? De ese nivel el planteamiento de esta cinta.

En resumidas cuentas, este filme que acaba de estrenarse en Netflix dirigido por la franco-iraní Marjane Satrappi, es como las tareas que nos encargaban en las clases de historia cuando el profe nos pedía la biografía de un personaje que peleó en la Guerra de Independencia o en La Revolución. Íbamos a la papelería y pedíamos una estampita, las que tenían un marco azul con la imagen del héroe nacional y la biografía en letras chiquitas en la parte de atrás, copiábamos el contenido en una hoja en blanco y pegábamos con Resistol la estampita de nuestro héroe. Marjane Satrapi es como el profe que nos ponía 10 con solo presentar eso, a mi me hubiera gustado que fuera más como la maestra que nos pedía que buscáramos en un libro y que reflexionáramos sobre el legado de ese personaje y nos regresaba la tarea si nuestra fuente era la monografía de la papelería de la esquina.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.