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En La Paz, invitan al Convite Cultural; habrá actividades para toda la familia

FOTO: Modesto Peralta

La Paz, Baja California Sur (BCS). Esta mañana, en rueda de prensa, se invitó a las familias de La Paz a sumarse a las actividades del programa Convite Cultural, que se realizan en la Cola de la Ballena y La Pasión, así lo dieron a conocer Ana María Solano García, Consuelo Martínez Rocha y Manuel Zorrilla, responsables del evento.

Convite Cultural es un programa de la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal que ha operado en esta capital desde 2021, con el propósito de integrar familias alrededor de talleres artísticos y eventos para personas de todas las edades, apropiándose de los espacios públicos; la continuidad de estas actividades se dió el pasado 16 de febrero y se tiene programado realizarlas hasta mediados de noviembre.

En el parque de la Cola de la Ballena opera el grupo Sembrando sueños en mi comunidad, que se reúne los jueves de 5 a 7 de la tarde, y en el salón comunitario de la colonia La Pasión Juegos de manos, somos creadores, que se reúne los viernes de 4 a 6 de la tarde; allí, desde infantes hasta adultos mayores pueden acceder a cursos de teatro, danza y canto, entre otras actividades.

Cada tres meses se realizará una muestra comunitaria, tipo festival, para presentar resultados de estos aprendizajes. Ya que apenas inician actividades, convocan a familias de toda la ciudad a integrarse a estas actividades que son totalmente gratuitas.




Colocan letrero “LA PAZ” en monumento “Cola de la Ballena”; inauguran remodelación

IMAGEN: Cortesía

La Paz, Baja California Sur (BCS). Como parte del embellecimiento de la ciudad de La Paz, el Presidente Municipal, Rubén Muñoz, llevó a cabo la entrega de la remodelación del monumento “Cola de la Ballena”.

Este monumento es un significativo emblema de los paceños con el cual se les da la bienvenida a quienes visitan la capital de la media península, obra en la que se invirtieron 2 millones, 715 mil pesos.

En los trabajos de remodelación destacan la realización del vistoso jardineado, así como la colocación de pasto sintético, el lugar se dotó de electrificación e iluminación, lo que permitirá que tanto paseantes como vehículos circulen por un lugar con mayor luz.

Para comodidad de los visitantes se realizó la ampliación del estacionamiento, dándole también mantenimiento y repintado al piso, siendo lo más llamativo la colocación de las letras de La Paz, lo que sin duda será un gran atractivo tanto para ciudadanos como para visitantes.




Monumentos de La Paz: la Historia en cantera. Entrevista con Cuauhtémoc Murillo

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Aunque no hablan, las estatuas dicen mucho de su ciudad. Hablan de su historia y de su cultura. Desde su quietud y su silencio, están llenas de contenido, y pasan de ser meras representaciones de piedra a compañeras mudas del paso del tiempo. Por supuesto, La Paz posee muchísimos monumentos —alrededor de 50—, y para abordar ampliamente el tema entrevistamos a Juan Cuauhtémoc Murillo Hernández, autor de De la memoria al olvido. Monumentos de La Paz, Baja California Sur.

Tras dos años de investigación —cuando estuvo en Comunicación Social del Ayuntamiento de La Paz—, Murillo Hernández logró compilar valiosa información de los monumentos de esta capital. ¿Cuál sería el más representativo y cuál el más cuidado? ¿Qué opina de erigirle una estatua a Hernán Cortés en La Paz y de rayonear o destruir esculturas por protestas sociales? En exclusiva para CULCO BCS, publicamos la entrevista que tuvimos con el autor sobre éste y otros temas relacionados con las piedras convertidas en inmortales figuras sobre las calles de La Paz.

FOTO: Cortesía.

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Luego de tu experiencia al publicar “De la memoria al olvido…” explícanos, ¿quiénes y cómo se determina qué monumento erigir? ¿Quiénes tienen la calidad jurídica o moral de establecerlo? Para instalar un monumento o una escultura en un lugar público, en el caso del municipio de La Paz, cualquier persona, organización o institución puede presentar la solicitud. Con el paso del tiempo está solicitud se ha venido definiendo ya que en el pasado, prácticamente, eran monumentos oficiales promovidos por el gobierno del (entonces) Territorio o del Gobierno del Estado. Para este trámite, se debe solicitar autorización al Ayuntamiento, el cual, a su vez, debe turnar el asunto a la Comisión de Nomenclaturas Oficiales a efecto de que emita un dictamen que puede contemplar la opinión de los promoventes, del cronista municipal como cualquier persona o institución que pueda aportar elementos que ayuden a la toma de decisión de la Comisión. Con ello, la Comisión presenta al Cabildo su dictamen con el propósito de que lo analice, discuta y, en su caso, lo apruebe o rechace.

Sin embargo, de acuerdo a los antecedentes de algunos monumentos o esculturas en los últimos 50 años —incluso, recientes—, en algunos casos no existen documentos que comprueben que el Ayuntamiento haya autorizado expresamente la instalación. Ejemplo de ello están, por ejemplo, el monumento a los Niños Héroes y el de las esculturas del malecón a principios de la década del 2000, de los que no se han encontrado en sus expedientes tales autorizaciones.

De las estatuas que consignas en tu libro, ¿cuál historia te parece más interesante, y si es que lo hubiera, cuál sería tu favorita? De los 50 monumentos y esculturas que registré en mi investigación todas tiene procesos interesantes, ya sea por el motivo mismo, su instalación o por los artistas que intervinieron para su creación. En lo personal, tres me atraen más: el primero, es el monumento-escultura El Camino Real, creación del arquitecto y artista visual Eduardo Rojas Monedero, a solicitud de la empresa Decope cuando se construyó el fraccionamiento con el mismo nombre en el 2004-2005. Esta obra combina diversos elementos materiales naturales y visuales de lo que fue el camino real que siguieron los jesuitas tras su llegada y exploración de nuestra península.

Por otra parte, está el monumento a los Niños Héroes, construido en 1973, con motivo del 150 aniversario de creación del Heroico Colegio Militar y en una serie de actividades que se realizaron en ese tiempo en todo el país. Una de los valores de esta obra es el trabajo manual de Carlos González  Cázarez, un cantero jalisciense que llegó a nuestro Estado en los años 50 del siglo pasado y que creó una familia de canteros con obras en varias partes de la entidad. El valor artístico de este monumento salta a la vista y se puede apreciar con mucho detalle, a pesar de la altura del monumento.

Y el otro es, más bien, una serie de esculturas hechas por el escultor Juan Fernando Olaguibel quien, entre muchas otras esculturas, es el autor de la Diana Cazadora y el monumento a la Expropiación Petrolera, de la Ciudad de México. En Baja California Sur contamos con varias de este artista, como los bustos de Juárez, en la Plaza de la Reforma, el de Márquez de León, en el Teatro de Todos Santos, y las esculturas de Juan Domínguez Cota, en La Purísima y San Isidro, entre otros. Un gran artista mexicano del siglo XX tiene obra en nuestro estado, lo que debe ser un signo de distinción para nosotros.

Sobre los monumentos que hay en La Paz ¿cuál es el más antiguo; el más abandonado; el más cuidado; el más caro; cuál el más emblemático de la ciudad? De los monumentos que existen en la ciudad, en espacios públicos, el más antiguo es el monumento a Morelos, frente a la secundaria Morelos y que antes estaba en una glorieta en el cruce de las calles 5 de Mayo y Primo Verdad, el cual data de 1939 y fue encargado al escultor Guillermo Ruiz, también un extraordinario artista del siglo XX mexicano pues, entre otras obras, es autor del monumento espectacular de Morelos de la isla de Janitzio, en Michoacán, y quien dirigió la Escuela de la Esmeralda, cuna de importantes artistas mexicanos. Entre lo que se han conservado mejor están el de los Niños Héroes porque, prácticamente, está a cargo de la Tercera Zona Militar, la que le da un mantenimiento permanentemente.

Entre los dañados, desafortunadamente, existe varios: el de Allende, en el parque junto al mercado Olachea, fue destruido hace pocos años y no se ha repuesto; el de la Madre ha sufrido diversos daños, como la pérdida de diversas partes del monumento; se perdió hace poco tiempo la placa original del monumento del muelle de la reina, en la explanada principal del malecón; la escultura El Ancla, ubicado en el maleón cerca del balneario El Coromuel, ya no cuenta con el ancla, una pieza monumental que resulta muy extraña su pérdida, debido al peso de la misma.

Sobre los costos, el monumento a los Niños Héroes, en 1973, costó 196 mil pesos; la escultura de Costeau costó 173 mil pesos, en 2011; la de los tiburones martillo, en 2011, 538 mil pesos; y La Perla, en 2014, 1.2 millones de pesos. En cuanto a el más emblemático, en mi opinión, es el que los paceños hemos hecho nuestro con el paso del tiempo, como es el de la Cola de la Ballena el cual, originalmente, tiene como nombre La Puerta de La Paz porque iba a instalarse en un punto más cercano al aeropuerto, sobre la misma carretera, cuyo arco iba a cubrir la carretera; pero que diversos factores llevaron a cambiarlo de lugar y modificarlo parcialmente para conocerlo como está en la actualidad.

FOTO: Modesto Peralta Delgado.

 A tu juicio, ¿qué personaje histórico o tema debería contar con una estatua o nombre de alguna plaza en La Paz?

El hecho de que los paceños en particular, y los sudcalifornianos, en general, hagamos reconocimientos públicos a personas, organizaciones o instituciones, debe ser normal; es decir, hacerlo más frecuentemente, porque significaría que nuestra vida, nuestro quehacer cotidiano tiene elementos positivos y que valen la pena recordarse. Creo que hay muchos casos para ello, pero, en mi opinión, los cambios partidistas en el gobierno de las últimas dos décadas ha llevado a ocultar buena parte de nuestro pasado por cuestiones políticas e ideológicas. Es decir, parecería que, de 1999 a la actualidad no hay antecedentes históricos valiosos qué rescatar o que todos nacimos del 99 en adelante. Esta actitud ha dañado nuestra memoria, nuestra idiosincrasia y, creo, ha facilitado la desunión entre la sociedad sudcaliforniana. Los monumentos crean cohesión social, identidad colectiva y un orgullo para todas las generaciones hacia el futuro.

FOTO: Cortesía.

Además, no está mal, de ninguna manera, que un partido nuevo en el gobierno crea conveniente impulsar a sus propios héroes o hacer los reconocimientos que estime conveniente. Si el PAN quiere hacerlos, que los haga, como los ha hecho en otras entidades como Nuevo león o Sinaloa, por ejemplo; o que MORENA también tenga sus propios guías históricos. Todos ellos, al final de cuentas, también forman parte de nuestra historia. En el caso de nuestro Estado, hay maestros, médicos, dirigentes sociales en pequeñas comunidades, artistas y muchos más que han aportado mucho a la construcción de la actual Sudcalifornia.

De la memoria al olvido… de Juan Cuauhtémoc Murillo —quien nació en Los Mochis en 1966, con varios años de radicar en esta ciudad— fue publicado en 2015 con apoyos de los gobiernos de la Federación, de Gobierno del Estado y del XIV Ayuntamiento de La Paz. Es único en su materia en el Estado, contando con amplias fotografías a color, y en algunos casos, entrevistas con escultores que dejaron su firma en las piedras y calles de la ciudad. Cabe destacar que el autor cuenta con licenciatura y maestría en Historia, con otros títulos publicados, así como haber ocupado un tiempo la presidencia de Escritores Sudcalifornianos, A. C.

Debido a cómo la tradición y el discurso oficial le refiere la fundación de La Paz, ¿qué opinarías de realizarle una estatua de Hernán Cortés en el Puerto de Ilusión? Un ejemplo de lo anterior es el reconocimiento o revaloración de Hernán Cortés. Sin duda alguna un personaje de la historia de México complejo y contradictorio, pero es parte de nuestra historia. El problema ha sido ideológico por el cual no se le ha querido reconocer su participación en la construcción de nuestra historia. En lo que hace a Baja California Sur, debiera tener cuando menos una escultura o una calle. Su figura ha trascendido y no estaría mal contar con un reconocimiento más allá, reitero, de una confrontación ideológica.

¿Qué opinas de que estatuas locales (como el de La Paloma en el malecón, por poner un ejemplo) sea blanco de activismo y protesta y sean “tomadas” o rayoneadas? Las esculturas y los monumentos son bienes públicos; es decir, son de toda la comunidad paceña, como las calles, los parques o el alumbrado público, por ejemplo. Es decir, son bienes que contribuyen a la buena marcha de la ciudad y, por lo tanto, debemos cuidarlos. Si personalmente no estamos de acuerdo con la obra de una escultura o un monumento, hay canales para expresar dicha inconformidad o desacuerdo. Pero, de ninguna manera, dañarlos es opción, nadie tiene derecho a dañarlas por mayor que sea su inconformidad. Porque, por decir un caso, si alguien está inconforme con un acontecimiento social, ¿por qué en lugar de maltratar una escultura o un monumento, mejor pintarrajea la fachada de su casa o maltrata el portón de su casa o incendia su vehículo?, por decir casos extremos como lo son los actos vandálicos a bienes públicos.

FOTOS publicadas en BCS Noticias y El Sudcaliforniano.

Sobre el mismo tema, ¿cómo ves que se han tumbado estatuas de Cristóbal Colón, entre el de otros personajes históricos, a raíz de la muerte del afroamericano George Floy? El tema de la destrucción de estatuas o esculturas en otras partes del mundo o de nuestro país tiene que ver más esa falta de cohesión social que actualmente se vive. Nos encontramos divididos ante la interpretación de la historia y es más fácil actuar en contra de un bien material que entender el proceso histórico que hemos vivido. Lo mismo se han derribado esculturas de Colón en el mundo (como han querido derrumbar la del paseo de la Reforma, en la ciudad de México), como de Lenin, Stalin, Mao Tse Tung; o como placas con el nombre de Gustavo Díaz Ordaz en el metro de la Ciudad de México, por ejemplo. Si intentáramos ver contradicciones en personajes históricos, sería un cuento de nunca acabar, pero ¿quién ha querido derrumbar una escultura de Villa, de Zapata, de Washington, Lincoln o De Gaulle? Por eso, conocer nuestra historia nos debe llevar a evitar cometer los mismos errores, entender a cada quien en su momento histórico y no ver a Hidalgo, por ejemplo, como si viviera en el 2020.

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A 30 años de la Cola de la Ballena. Entrevista con Efrén Olalde San Chez

 

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Entrando a La Paz por Ciudad Constitución —sobre la carretera transpeninsular—, se encuentra un monumento emblemático denominado La puerta de La Paz, el que con el tiempo fue bautizado por la gente como La Cola de la Ballena o La Paloma de La Paz. Este año se cumplen 30 años en que se inauguró la primera etapa, es decir, esa caprichosa forma, única en el mundo, que celebra el ciclo reproductivo de la ballena, al mismo tiempo que parecen ser los brazos abiertos de una bienvenida.

¿Quién es el autor, un autodenominado “hacedor de formas y fantasías”? ¿Cuál fue el descontento con la construcción de su obra que lo llevó, en su momento, tanto a demandar al Gobierno del Estado como a exponer el caso al entonces presidente Vicente Fox? ¿Cómo concibió esta escultura, la que por cierto, no considera su obra maestra? En exclusiva para CULCO BCS, el escultor Efrén Olalde San Chez rememoró los detalles alrededor de este símbolo de la ciudad, así como un mural prometido y que nunca se realizó, el de la fundación de La Paz.

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Juan Cuauhtémoc Murillo escribió un libro muy recomendable: De la memoria al olvido. Monumentos de La Paz, Baja California Sur, donde sostiene que La Cola de la Ballena es “el conjunto escultórico de mayores dimensiones en la ciudad”. Lo describe hecho de material mixto, con su arco de 25 metros de extensión y 18 de altura —que simboliza el sol— y la escultura central que todos conocemos, ubicado en la colonia El Zacatal. Según la misma fuente, fue el 22 de febrero de 1989 que el Ayuntamiento de La Paz y el Gobierno del Estado a través de Fidepaz convocó a un concurso para este proyecto, resultando ganador Efrén Olalde San Chez. El 3 de mayo de ese mismo año, el gobernador Víctor Manuel Liceaga Ruibal colocó la primera piedra. La primera etapa quedó concluida al año siguiente, pero habrían de pasar 11 años para que consumara tal como se ve hoy —con todo y el descontento del autor— gracias a recursos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Efren es un hombre mexiquense, de 73 años, radicado en La Paz desde 1980. Es paceño por adopción desde hace 40 primaveras. Me recibió en su casa, en la colonia El Pedregal, con una estupenda vista del mar y la ciudad. “Casa Las Piedras” dice en la entrada, donde me recibieron los ladridos de una perrita. Hay que subir ese pedazo de cerro, en medio de latosas piedras y otros objetos, pero que  al llegar a su taller, se ve cómo esos materiales inertes, en sus manos, terminan siendo algún objeto de arte. Lo encontré con su mandil de trabajo, mientras pintaba una artesanía, lo que me parecía la forma de un pescador. Los últimos rayos del sol entraban por el techo de lámina, pero alcancé a ver todo el entorno: su casa es como una galería viva, un pequeño imperio barroco con formas y colores y finos acabados en todos lados. Esa casa ¡él la hizo! Pues al dar sus datos generales, efectivamente, también dice ser albañil.

Me considero un hacedor de arte de tiempo completo. Como te decía hace rato, yo me consideraba en mi juventud artista plástico, pero es algo que ya no va con mi forma de pensamiento. Me considero un hacedor de formas y fantasías, y dentro de esta inquietud, dentro de este oficio, día a día estoy encontrando respuestas a mi existir, pues estoy haciendo pintura, fotografía, escultura. Tengo 20 ó 22 años de albañil (…) Yo estudie en la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México. Allá nací, ahora estoy aquí radicado hace ya casi 40 años. En este año estoy en séptimo piso tercer departamento, acabo de cumplir 73 años, tengo la fortuna de estarme haciendo viejo.

Esta casa que habitamos, en la que estás, la que yo atesoro, efectivamente un 80% la hice yo. Esta inquietud de saber el cómo trabajar el material, arena, cemento, todo esto, y buscar no ser albañil nada más por ser un albañil, sino también lo combinaba con la creación; entonces, en mi trabajo del albañilería hay mucho de creativo. Tú ves muros, columnas, pisos, donde hay estampados en el piso, donde hay columnas que se hicieron con cemento marquelinado; hay acabados muros que son muros que están muy muy simples; esta casa no tiene los grandes acabados porque no me interesaba hacer grandes acabados, me interesaba hacerle acabados creativos, y por el patio podrás ver que hay bancas, columnas, pisos estampados, pintados, buscando como integrar el oficio de la pintura en la albañilería, es un trabajo muy bonito pero muy desgastante.

Por supuesto, Olalde San Chez es un artista, y reconocido, aunque le gane la modestia. En su haber, llevó dos veces su trabajo audiovisual a Ginebra, Suiza, donde vive su hija. Sabiendo de los antecedentes de su papá, me invitan a participar a exponer, yo tuve el atrevimiento de poner en dos ocasiones la obra, y ahora no lo volveré a hacer porque yo no nací para vivir del arte, el arte me hace vivir. En 2006, ganó el primer lugar en pintura en el Art Air. Esto no me hace mejor artista, simplemente fue algo casual, pero viví esa gran aventura. ¿Y la Cola de la Ballena, sería su obra maestra? Le pregunté. No, si tú me volvieras a preguntar o alguien me preguntara cuál es la mejor obra que considero, yo diría que hasta este momento no he encontrado lo que sigo buscando. Si yo dijera que esta o aquella es mi mejor obra, entonces no tendría sentido seguir insistiendo. Por fortuna, todos han sido pequeños trayectos, también hay errores, pero sigo perseverante. A este momento creo que no, y no creo que llegue a considerar un día alguna de mis obras como maestras, no hay tal.

La puerta sin autor

Yo me quedó con el nombre de Cola de la Ballena —declaró Efrén Olalde, sin chistar—, porque es el nombre que le ha puesto el pueblo, no ha sido lo oficial, lo oficial se ha olvidado. Efectivamente, fue el 89 que salió la convocatoria para La Puerta de La Paz, nombre original del monumento. ¿Pero es ballena o paloma? Yo pienso que se le conoce por la paloma por la relación que hay con la paz, la paloma en sí y el concepto de paz, creo que por ahí mucha gente la identifica como la paloma de la paz, pero no, aquí son dos perfiles estilizados de gaviota que interpuestos hacen la cola de la ballena.

El proyecto que se presentó, es una maqueta donde se contempla, efectivamente, que es una puerta de entrada y salida de los visitantes, es decir, que lo que ahorita nosotros vemos, eso debería estar al centro de los carriles para que los autos, todo vehículo, pasara por debajo de, a través de, para que se justificara el concepto de “puerta” de La Paz. Pero en el gobierno de Mercado Romero, ese gobernador consideró que estorbaba, así dijo en las declaraciones a la prensa, que porque estorbaba lo cortaron y lo pusieron donde hoy lo vemos. Como artista que me considero hasta el momento y como ciudadano, pues me vi en la obligación de demandar al Gobierno del Estado por daños al patrimonio cultural; no se logró nada, pero sí interpuse la demanda a mediados de los 90, por cómo había sido agredida la obra (…) Después tuve que pedir en una visita que hace el presidente Fox a la entidad, le pedí su auxilio, su apoyo, como en esa investidura de Presidente de la Republica para que él me ayudara, y efectivamente, a raíz de esta petición fue que se empezaron a considerar los trabajos de este monumento.

A pesar de ser, quizás, el monumento más emblemático de La Paz, el artista ha peleado desde su instalación porque no se respetó el diseño que le valió el triunfo del jurado del concurso. Difiere del concepto original en muchos sentidos, para empezar no está al centro de los carriles; en lo que se considera la fuente, la fuente que se considera como estas cálidas aguas del golfo de California, el océano Pacifico donde sumerge esta ballena, nunca tuvo agua, más bien la llenaron de tierra y cactáceas; al arco, este arco viene a significar el sol, este arco tiene cuatro tensores se los pusieron para que no se caiga, no sé si por cuestiones de huracán o no lo calcularon bien. Pregunté si esos tensores no eran necesarios, pero aparentemente es consecuencia de haber hecho mal las cosas desde el inicio. Lo que sucede es que hacen las zapatas para hacer este desplantamiento de lo que viene a ser el sol, pero las dejan olvidadas, llegan aguas de huracán, de lluvias, en diferentes momentos y se empiezan a inundar estas fosas, estos espacios que se dejan para las zapatas; cuando yo consulto con ingenieros y arquitectos me dicen que ya no va a trabajar en la misma forma, por la humedad, por la salinidad que ha ido acumulando; entonces, ante las demandas que estuve haciendo y las llamadas de atención al Gobierno del Estado, pienso que una solución por parte de ellos fue pensar poner los tensores, porque sí, el día de mañana podría efectivamente este metal ya no trabajar en su correcta forma.

De hecho, en la maqueta, en el proyecto original se pone de entrada un letrero que decía “Bienvenidos a La Paz, hogar de sol, mar, desierto y ballenas”, este texto nunca fue contemplado y lo cambiaron por un fragmento de Fernando Jordán “Si quieres la paz yo te la ofrezco”, es decir, hubo muchos cambios, muchas cosas que no se consideraron, incluso los arreglos de jardinería no se contemplaron como estaban propuestos en la maqueta. Cabe anotar que dicho fragmento del poema Calafia ya no es visible actualmente. En el caso de La Cola de la Ballena creo que ya las autoridades no van a hacer más nada, ya su papel, que no fue muy digno, lo hicieron.

Para el concurso de La Puerta de La Paz, el escultor garabateó alrededor de 80 bocetos en los que llegó a considerar cactus o berrendos, incluso en una montaña, pero fue ganando en su imaginación algo sobre fauna marina. Así un buen día le llegó la inspiración… Cuando empiezo a aterrizar a pensar en la flora y la fauna sudcaliforniana, en este caso las gaviotas, la ballena y de ahí, del dibujo, paso a hacer una pequeña maqueta muy sencilla y jugar con luces, el cómo corre el sol a través de una lámpara, ahí empiezo, cuando yo hago esto corro esta lámpara. Y bueno, al final, desencantado con los resultados, no deja de sentirse satisfecho con su propuesta, con todo y que en ningún lado del monumento se ha colocado el nombre de Efrén Olalde San Chez como autor. Me siento satisfecho por mi propuesta, porque le estuve trabajando en mi mesa de trabajo, valga la redundancia, estuve trabajando buenos días para llegar a esta conclusión, por eso es que me siento satisfecho por mi propuesta. Que no haya sido interpretada como se planteó, bueno, lamentablemente ahí ya no puedo seguir adelante, ahí viene el desencanto, pero en lo que es mi trabajo, mi propuesta me siento satisfecho.

 

El mural prometido

También en 1989, Olalde San Chez ganó otro importante concurso para las Fiestas de Fundación de La Paz. El mural se llamaría Encuentro de Dos Culturas y tendría 5 metros de alto por 13 ó 14 metros de largo, de haberse realizado, pero nunca se construyó. En aquel entonces, el certamen fue convocado por el Ayuntamiento de La Paz que encabezó Leonel Cota Montaño. Por supuesto, hubo un premio en efectivo, pero el mayor premio sería ver esta obra que se pensó para el Parque Cuauhtémoc, ese que hace poco se remodeló y que tiene uso, principalmente, para los que gustan de andar en patines y patinetas.

En exclusiva, compartimos imágenes de la maqueta de ese mural que, luego de 30 años, pareciera que nunca va a realizarse. Presenté un proyecto basado en las fuentes históricas y retomo la muerte de Fortún Jiménez en manos de los guaycuras, y lo plasmo en un monumento de 5 metros de alto como por 13, 14 metros. Este monumento está integrado en una plaza pública donde están plasmadas diez figuras: hay cuatro indígenas, cuatro hispanos y en la parte de arribas dos efigies femeninas, la europea y la hispana.

Este monumento se nos prometió a la comunidad que se iba a hacer en el parque Cuauhtémoc, desafortunadamente, a este momento, después de estar pidiendo atención a las autoridades no lo han hecho, es un caso perdido, porque es un cero a la izquierda, nuestra historia, nuestros orígenes culturales, parece que no interesan a nuestros gobernantes, y eso es muy lamentable porque viene otra vez otro 3 de mayo que sería para las fiestas de fundación ese monumento y no hay nada en concreto. En este caso no se presentó demanda porque no, simplemente hay una omisión por parte de la autoridades, y ahí considere yo que no puedo hacer nada más ante la omisión, la indiferencia (…) Al pueblo de Baja California Sur se le está omitiendo una parte muy importante de su historia, de nuestras raíces.

En el caso de monumento a la fundación de La Paz es tarea pendiente, lo más reciente que yo he hecho es dirigirme al actual Presidente de la República (Andrés Manuel López Obrador) cuando el vino aquí a La Paz en su carácter de candidato; voy a tener nuevamente que dirigirme a él. En el documento escrito del proyecto que aún conserva, se lee que sería un muro con un concepto escultórico tallado en cantera rosa, con una fuente con caída de agua y jardín posterior, además de ser un espacio amplio y escalonado para un foro de eventos culturales. De haberse construido, llevaría una placa donde se leería: “Estos acontecimientos marcan el inicio de lo que fue el encuentro de dos culturas: LA GUAYCURA Y LA HISPANA. Es aquí donde surge una nueva raza: Los Sudcalifornianos que hoy somos”.

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