A 30 años de la Cola de la Ballena. Entrevista con Efrén Olalde San Chez

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El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Entrando a La Paz por Ciudad Constitución —sobre la carretera transpeninsular—, se encuentra un monumento emblemático denominado La puerta de La Paz, el que con el tiempo fue bautizado por la gente como La Cola de la Ballena o La Paloma de La Paz. Este año se cumplen 30 años en que se inauguró la primera etapa, es decir, esa caprichosa forma, única en el mundo, que celebra el ciclo reproductivo de la ballena, al mismo tiempo que parecen ser los brazos abiertos de una bienvenida.

¿Quién es el autor, un autodenominado “hacedor de formas y fantasías”? ¿Cuál fue el descontento con la construcción de su obra que lo llevó, en su momento, tanto a demandar al Gobierno del Estado como a exponer el caso al entonces presidente Vicente Fox? ¿Cómo concibió esta escultura, la que por cierto, no considera su obra maestra? En exclusiva para CULCO BCS, el escultor Efrén Olalde San Chez rememoró los detalles alrededor de este símbolo de la ciudad, así como un mural prometido y que nunca se realizó, el de la fundación de La Paz.

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Juan Cuauhtémoc Murillo escribió un libro muy recomendable: De la memoria al olvido. Monumentos de La Paz, Baja California Sur, donde sostiene que La Cola de la Ballena es “el conjunto escultórico de mayores dimensiones en la ciudad”. Lo describe hecho de material mixto, con su arco de 25 metros de extensión y 18 de altura —que simboliza el sol— y la escultura central que todos conocemos, ubicado en la colonia El Zacatal. Según la misma fuente, fue el 22 de febrero de 1989 que el Ayuntamiento de La Paz y el Gobierno del Estado a través de Fidepaz convocó a un concurso para este proyecto, resultando ganador Efrén Olalde San Chez. El 3 de mayo de ese mismo año, el gobernador Víctor Manuel Liceaga Ruibal colocó la primera piedra. La primera etapa quedó concluida al año siguiente, pero habrían de pasar 11 años para que consumara tal como se ve hoy —con todo y el descontento del autor— gracias a recursos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Efren es un hombre mexiquense, de 73 años, radicado en La Paz desde 1980. Es paceño por adopción desde hace 40 primaveras. Me recibió en su casa, en la colonia El Pedregal, con una estupenda vista del mar y la ciudad. “Casa Las Piedras” dice en la entrada, donde me recibieron los ladridos de una perrita. Hay que subir ese pedazo de cerro, en medio de latosas piedras y otros objetos, pero que  al llegar a su taller, se ve cómo esos materiales inertes, en sus manos, terminan siendo algún objeto de arte. Lo encontré con su mandil de trabajo, mientras pintaba una artesanía, lo que me parecía la forma de un pescador. Los últimos rayos del sol entraban por el techo de lámina, pero alcancé a ver todo el entorno: su casa es como una galería viva, un pequeño imperio barroco con formas y colores y finos acabados en todos lados. Esa casa ¡él la hizo! Pues al dar sus datos generales, efectivamente, también dice ser albañil.

Me considero un hacedor de arte de tiempo completo. Como te decía hace rato, yo me consideraba en mi juventud artista plástico, pero es algo que ya no va con mi forma de pensamiento. Me considero un hacedor de formas y fantasías, y dentro de esta inquietud, dentro de este oficio, día a día estoy encontrando respuestas a mi existir, pues estoy haciendo pintura, fotografía, escultura. Tengo 20 ó 22 años de albañil (…) Yo estudie en la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México. Allá nací, ahora estoy aquí radicado hace ya casi 40 años. En este año estoy en séptimo piso tercer departamento, acabo de cumplir 73 años, tengo la fortuna de estarme haciendo viejo.

Esta casa que habitamos, en la que estás, la que yo atesoro, efectivamente un 80% la hice yo. Esta inquietud de saber el cómo trabajar el material, arena, cemento, todo esto, y buscar no ser albañil nada más por ser un albañil, sino también lo combinaba con la creación; entonces, en mi trabajo del albañilería hay mucho de creativo. Tú ves muros, columnas, pisos, donde hay estampados en el piso, donde hay columnas que se hicieron con cemento marquelinado; hay acabados muros que son muros que están muy muy simples; esta casa no tiene los grandes acabados porque no me interesaba hacer grandes acabados, me interesaba hacerle acabados creativos, y por el patio podrás ver que hay bancas, columnas, pisos estampados, pintados, buscando como integrar el oficio de la pintura en la albañilería, es un trabajo muy bonito pero muy desgastante.

Por supuesto, Olalde San Chez es un artista, y reconocido, aunque le gane la modestia. En su haber, llevó dos veces su trabajo audiovisual a Ginebra, Suiza, donde vive su hija. Sabiendo de los antecedentes de su papá, me invitan a participar a exponer, yo tuve el atrevimiento de poner en dos ocasiones la obra, y ahora no lo volveré a hacer porque yo no nací para vivir del arte, el arte me hace vivir. En 2006, ganó el primer lugar en pintura en el Art Air. Esto no me hace mejor artista, simplemente fue algo casual, pero viví esa gran aventura. ¿Y la Cola de la Ballena, sería su obra maestra? Le pregunté. No, si tú me volvieras a preguntar o alguien me preguntara cuál es la mejor obra que considero, yo diría que hasta este momento no he encontrado lo que sigo buscando. Si yo dijera que esta o aquella es mi mejor obra, entonces no tendría sentido seguir insistiendo. Por fortuna, todos han sido pequeños trayectos, también hay errores, pero sigo perseverante. A este momento creo que no, y no creo que llegue a considerar un día alguna de mis obras como maestras, no hay tal.

La puerta sin autor

Yo me quedó con el nombre de Cola de la Ballena —declaró Efrén Olalde, sin chistar—, porque es el nombre que le ha puesto el pueblo, no ha sido lo oficial, lo oficial se ha olvidado. Efectivamente, fue el 89 que salió la convocatoria para La Puerta de La Paz, nombre original del monumento. ¿Pero es ballena o paloma? Yo pienso que se le conoce por la paloma por la relación que hay con la paz, la paloma en sí y el concepto de paz, creo que por ahí mucha gente la identifica como la paloma de la paz, pero no, aquí son dos perfiles estilizados de gaviota que interpuestos hacen la cola de la ballena.

El proyecto que se presentó, es una maqueta donde se contempla, efectivamente, que es una puerta de entrada y salida de los visitantes, es decir, que lo que ahorita nosotros vemos, eso debería estar al centro de los carriles para que los autos, todo vehículo, pasara por debajo de, a través de, para que se justificara el concepto de “puerta” de La Paz. Pero en el gobierno de Mercado Romero, ese gobernador consideró que estorbaba, así dijo en las declaraciones a la prensa, que porque estorbaba lo cortaron y lo pusieron donde hoy lo vemos. Como artista que me considero hasta el momento y como ciudadano, pues me vi en la obligación de demandar al Gobierno del Estado por daños al patrimonio cultural; no se logró nada, pero sí interpuse la demanda a mediados de los 90, por cómo había sido agredida la obra (…) Después tuve que pedir en una visita que hace el presidente Fox a la entidad, le pedí su auxilio, su apoyo, como en esa investidura de Presidente de la Republica para que él me ayudara, y efectivamente, a raíz de esta petición fue que se empezaron a considerar los trabajos de este monumento.

A pesar de ser, quizás, el monumento más emblemático de La Paz, el artista ha peleado desde su instalación porque no se respetó el diseño que le valió el triunfo del jurado del concurso. Difiere del concepto original en muchos sentidos, para empezar no está al centro de los carriles; en lo que se considera la fuente, la fuente que se considera como estas cálidas aguas del golfo de California, el océano Pacifico donde sumerge esta ballena, nunca tuvo agua, más bien la llenaron de tierra y cactáceas; al arco, este arco viene a significar el sol, este arco tiene cuatro tensores se los pusieron para que no se caiga, no sé si por cuestiones de huracán o no lo calcularon bien. Pregunté si esos tensores no eran necesarios, pero aparentemente es consecuencia de haber hecho mal las cosas desde el inicio. Lo que sucede es que hacen las zapatas para hacer este desplantamiento de lo que viene a ser el sol, pero las dejan olvidadas, llegan aguas de huracán, de lluvias, en diferentes momentos y se empiezan a inundar estas fosas, estos espacios que se dejan para las zapatas; cuando yo consulto con ingenieros y arquitectos me dicen que ya no va a trabajar en la misma forma, por la humedad, por la salinidad que ha ido acumulando; entonces, ante las demandas que estuve haciendo y las llamadas de atención al Gobierno del Estado, pienso que una solución por parte de ellos fue pensar poner los tensores, porque sí, el día de mañana podría efectivamente este metal ya no trabajar en su correcta forma.

De hecho, en la maqueta, en el proyecto original se pone de entrada un letrero que decía “Bienvenidos a La Paz, hogar de sol, mar, desierto y ballenas”, este texto nunca fue contemplado y lo cambiaron por un fragmento de Fernando Jordán “Si quieres la paz yo te la ofrezco”, es decir, hubo muchos cambios, muchas cosas que no se consideraron, incluso los arreglos de jardinería no se contemplaron como estaban propuestos en la maqueta. Cabe anotar que dicho fragmento del poema Calafia ya no es visible actualmente. En el caso de La Cola de la Ballena creo que ya las autoridades no van a hacer más nada, ya su papel, que no fue muy digno, lo hicieron.

Para el concurso de La Puerta de La Paz, el escultor garabateó alrededor de 80 bocetos en los que llegó a considerar cactus o berrendos, incluso en una montaña, pero fue ganando en su imaginación algo sobre fauna marina. Así un buen día le llegó la inspiración… Cuando empiezo a aterrizar a pensar en la flora y la fauna sudcaliforniana, en este caso las gaviotas, la ballena y de ahí, del dibujo, paso a hacer una pequeña maqueta muy sencilla y jugar con luces, el cómo corre el sol a través de una lámpara, ahí empiezo, cuando yo hago esto corro esta lámpara. Y bueno, al final, desencantado con los resultados, no deja de sentirse satisfecho con su propuesta, con todo y que en ningún lado del monumento se ha colocado el nombre de Efrén Olalde San Chez como autor. Me siento satisfecho por mi propuesta, porque le estuve trabajando en mi mesa de trabajo, valga la redundancia, estuve trabajando buenos días para llegar a esta conclusión, por eso es que me siento satisfecho por mi propuesta. Que no haya sido interpretada como se planteó, bueno, lamentablemente ahí ya no puedo seguir adelante, ahí viene el desencanto, pero en lo que es mi trabajo, mi propuesta me siento satisfecho.

 

El mural prometido

También en 1989, Olalde San Chez ganó otro importante concurso para las Fiestas de Fundación de La Paz. El mural se llamaría Encuentro de Dos Culturas y tendría 5 metros de alto por 13 ó 14 metros de largo, de haberse realizado, pero nunca se construyó. En aquel entonces, el certamen fue convocado por el Ayuntamiento de La Paz que encabezó Leonel Cota Montaño. Por supuesto, hubo un premio en efectivo, pero el mayor premio sería ver esta obra que se pensó para el Parque Cuauhtémoc, ese que hace poco se remodeló y que tiene uso, principalmente, para los que gustan de andar en patines y patinetas.

En exclusiva, compartimos imágenes de la maqueta de ese mural que, luego de 30 años, pareciera que nunca va a realizarse. Presenté un proyecto basado en las fuentes históricas y retomo la muerte de Fortún Jiménez en manos de los guaycuras, y lo plasmo en un monumento de 5 metros de alto como por 13, 14 metros. Este monumento está integrado en una plaza pública donde están plasmadas diez figuras: hay cuatro indígenas, cuatro hispanos y en la parte de arribas dos efigies femeninas, la europea y la hispana.

Este monumento se nos prometió a la comunidad que se iba a hacer en el parque Cuauhtémoc, desafortunadamente, a este momento, después de estar pidiendo atención a las autoridades no lo han hecho, es un caso perdido, porque es un cero a la izquierda, nuestra historia, nuestros orígenes culturales, parece que no interesan a nuestros gobernantes, y eso es muy lamentable porque viene otra vez otro 3 de mayo que sería para las fiestas de fundación ese monumento y no hay nada en concreto. En este caso no se presentó demanda porque no, simplemente hay una omisión por parte de la autoridades, y ahí considere yo que no puedo hacer nada más ante la omisión, la indiferencia (…) Al pueblo de Baja California Sur se le está omitiendo una parte muy importante de su historia, de nuestras raíces.

En el caso de monumento a la fundación de La Paz es tarea pendiente, lo más reciente que yo he hecho es dirigirme al actual Presidente de la República (Andrés Manuel López Obrador) cuando el vino aquí a La Paz en su carácter de candidato; voy a tener nuevamente que dirigirme a él. En el documento escrito del proyecto que aún conserva, se lee que sería un muro con un concepto escultórico tallado en cantera rosa, con una fuente con caída de agua y jardín posterior, además de ser un espacio amplio y escalonado para un foro de eventos culturales. De haberse construido, llevaría una placa donde se leería: “Estos acontecimientos marcan el inicio de lo que fue el encuentro de dos culturas: LA GUAYCURA Y LA HISPANA. Es aquí donde surge una nueva raza: Los Sudcalifornianos que hoy somos”.

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