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Madres del reino animal

FOTOS: WWF

Colaboración Especial

Ariadna Esmeralda Ávila García

 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Todas las especies de animales vienen de un óvulo que provino de una mamá, sin embargo, no todas las mamás del reino animal pasan el mismo tiempo con su progenie, es decir, tenemos las mamás que sólo se reproducen y dejan los huevos en un sitio y jamás los vuelven a ver, como las tortugas marinas, otras que cargan los huevos y cuando salen de ellas se despiden (algunos crustáceos) o papás (caballitos de mar), unas más que las cargan y cuidan hasta que pueden ser independientes como las canguras y así, como diversa es la vida, diversos son los cuidados parentales que podemos encontrar.

Pero, ¿Qué es el cuidado parental?. El cuidado parental es una adaptación evolutiva por la cual un organismo reproductor no se limita a producir copias de su material genético, sino que además emplea parte de su presupuesto en aumentar las posibilidades reproductivas de esas copias, incluso a costa de su propia reproducción futura (1). En otras palabras, son transformaciones que se han realizado a lo largo del tiempo en los animales, en el que no sólo se procura que se hagan copias de ellos mismos, sino que además, harán uso de su energía y recursos materiales, para que se aumenten las posibilidades de que lleguen a una etapa reproductiva todos sus hijas e hijas.

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En esto, se debe considerar a ambos padres, pues, existe un conflicto en como designar de forma natural la aportación que se hace en el cuidado parental y esto depende mucho de como poder aportar mejor en ello los cuidados, por eso, podemos ver ejemplos en que el cuidado parental lo hace el macho y no la hembra, solo la hembra o ambos en misma proporción o en forma de contribución alternada o dispareja. Es así que, el cuidado parental, plantea decisiones sobre el número frente al tamaño de las crías, las reservas de presupuesto parental para otras crías presentes o futuras y también el decidir la cantidad óptima de cuidado parental que puede no coincidir con el óptimo desde el punto de vista de los hijos e hijas, lo cual, a su vez, provoca los conflictos entre los padres y los hijos o entre los hermanos (1). Al final de cuentas, todo tiene que ver con la probabilidad de seguir existiendo en este mundo.

Pero, en específico, por ser 10 de mayo, Día de las madres en México y en muchas otras partes del mundo, nos preguntamos ¿Qué pasa con las hembras del reino animal?. Como lo mencionan en el sitio Muy Interesante, la naturaleza nos muestra una serie de madres que destacan por lo valientes e increíbles que son en la maternidad, debido principalmente a la protección que puede proveerle a su cría, teniendo ejemplos sorprendentes sobre la inversión que realizan ante los cuidados.

De esto, podemos destacar, los embarazos por mucho tiempo, los preparativos para la llegada de la cría y el cuidado posterior, que en algunos casos, incluso anteponen su vida a la de su cría para defenderla de depredadores, además, incluye a las madres que ponen todo su esfuerzo en enseñarle a sus crías cómo alimentarse y protegerse del medio ambiente.

Por ello, hoy recuperamos 5 increíbles mamás del reno animal, de acuerdo con World Wildlife Fund (WWF) y BBC, 

  1. Orangután, debido a que el vínculo entre una madre orangután y su cría es uno de los más fuertes en la naturaleza, ya que dependen de ellas los primeros años de vida, permaneciendo sus crías durante seis a siete años y se sabe que las orangutanes hembra visitan a sus madres hasta cumplir 15 o 16 años de edad.
  2. Las osas polares, permanecen con ella durante unos dos años y les enseña absolutamente todo para saber cómo sobrevivir en el clima frío. Normalmente, las mamás dan a luz entre noviembre y enero y mantienen a los cachorros calientes y sanos brindándoles calor corporal y leche, cuando nacen, inmediatamente los oseznos se pegan a mamá para mantenerse a la temperatura adecuada.
  3. Elefantes africanos, ellos viven en una sociedad matriarcal, por lo que, siempre viven en comunidad, apoyándose entre todas al cuidado de una nueva cría, incluso le enseñan como amantar y de acuerdo a varias fuentes tienen comportamientos afectivos con las crias.
  4. Pulpo, es una de las madres más dedicadas, puede poner entre 50 y 200 mil huevos, y los cuida durante unos cuarenta días, nunca abandona el sitio por loq que tampoco tiene la posibilidad de alimentarse, de tal manera que al final del proceso esta tan débil que se sabe que es común que muera.
  5. Aligátor americano, siempre esta al pendiente de sus nidos, los cuales los pone lejos de los depredadores y una vez que nacen los carga en su boca para llevarlos al agua donde los cuidará durante más de tres años.

¿Qué otros conoces?

Referencias

  1. Carranza Almansa. La evolución del Cuidado Parental. Universidad de Extremadura.
  2. Agilar Mar (2018). Las madres más increíbles del mundo animal. Muy Interesante. Consultado el 09 de mayo de 2022.
  3. World Wildlife Fund. 5 increíbles mamás del reino animal.   Descubre WWF. Consultado el 09 de mayo de 2022.
  4. BBC. Las mejores mamás animales. BBC Ciencia. Consultado el 09 de mayo de 2022.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




La risa no es propia del hombre (únicamente)

 

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La risa es una afección, pensó Kant; es decir una emoción, una cualidad de una acción que modifica o influencia. Teólogos medievales aseguraban que la risa era propia del hombre, basándose en una frase de Aristóteles que aseguró que sólo el hombre ríe y es capaz de ello. Paradójicamente otros teólogos afirmaban que la risa nos acercaba a la animalidad. Toda la trama de El nombre de la Rosa de Umberto Eco gira en torno a esta ironía que de religiosa se trastoca en política.

En el siglo XX, Bergson -jesuita al fin y al cabo- volvió a subrayar que la risa era especifica y prueba de humanidad. El prejuicio no es propio de la Antigüedad ni de los cristianos, ya Nietzsche aseguró que el animal más sufriente de la tierra se vio obligado a inventar la risa.

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Desde entonces varios filósofos repiten como un mantra que sólo los humanos reímos como otra característica de superioridad casi mística. Isidoro de Sevilla afirmó que el Hombre es animal racional, mortal, terrenal bípedo y capaz de reír (… solo el hombre puede reír). Pues ni el hombre inventó la risa ni es el único animal que ríe. Según la definición de Isidoro, los orangutanes, los chimpancés, los gorilas, los bonobos, muchos monos, y hasta un loro serían hombres. Pues también razonan.

¿Cómo es posible que hayamos vivido junto a otros seres vivos durante más de un millón de años y sólo en el último siglo nos interesen de forma más o menos objetiva? ¿Es parte de una disonancia cognitiva o de las herramientas técnicas actuales las cuáles permiten conocer las neuronas? ¿O más bien sólo es propio de una ideología dominante actual porque seguramente los hombres del pleistoceno sabían más sobre la conducta animal? Dejo esta pregunta para un próximo ensayo.

Cualquier persona que haya tenido un perro o un mono sabe que estos ríen. Y los humanos sabemos eso desde hace milenios. Quizá la estética del mecanicismo cartesiano ha influido el pensamiento común en la modernidad, también mezclado con un idealismo religiosos en el que los animales no tienen emociones profundas, sino que son más bien máquinas determinadas, ¡Ah, pero el hombre no! El hombre es la quintaescencia, imagen y semejanza de Dios, bla, bla, bla… Idealismos, fantasmas que justifican un antropocentrismo exagerado. Es hora de borrar idealismos incompatibles con la realidad. Nada tiene sentido si no se estudia a la luz de la evolución.

Ya Charles Darwin teorizó sobre la risa en el capítulo 8 de su libro La expresión de las emociones en el hombre y los animales y describe como los simios antropoides ríen al sentir cosquillas en las axilas. Para Darwin no había diferencias fundamentales en las facultades mentales entre el hombre y los mamíferos superiores. Mariska Kret y otros investigadores describieron como los bebés humanos ríen como los chimpancés y esta risa cambia con el crecimiento individual. Los humanos adultos reímos exhalando mientras que tanto chimpancés como bebés humanos ríen inhalando y exhalando. Somos primates y con otros primates hay que compararnos.

Los biólogos consideran que la risa animal es una vocalización de juego. Winkler y Bryant (2021) acumularon evidencia empírica de vocalizaciones de juego en 65 especies, principalmente primates, carnívoros sociales como cánidos y mustélidos, roedores, felinos, cetáceos, elefantes, canguros y hasta vacas. Entres las aves se reconocen vocalizaciones específicas en loros, pericos y cuervos. Hay científicos que se dedican a la zooacústica y describen tonos, frecuencias, amplitudes de onda, duración de los gañidos, gruñidos, barritos, ladridos, chillidos, graznidos, trinos, clics, y demás vocalizaciones de juego. La evolución de la risa tiene que ver con la empatía.

Knutson et al. (1998) documentaron vocalizaciones ultrasónicas (USVs ~50 kHz) en las ratas juveniles Rattus norvegicus mientras jugaban y se asociaban con afecto positivo. Burke et al. 2018 identificaron diferentes llamadas que corresponden a maniobras tácticas especificas mientras juegan a luchar. La hipótesis es que la risa evolucionó de las vocalizaciones que a su vez evolucionaron de la respiración trabajada. Entre muchos monos del Nuevo Mundo -los platirrinos- las vocalizaciones de juego se describen como chirridos altos y silbidos (Cleveland and Snowdon 1982; Biben and Symmes 1986; Masataka and Kohda 1988). Los barritos nasales del elefante africano parecen coincidir con esta hipótesis. Los elefantes expelen estallidos de aire a través de la trompa durante el esfuerzo físico que realizan mientras juegan (Soltis 2010; Poole 2011). Sin embargo, Masataka y Kohda (1988) piensan que esas vocalizaciones evolucionaron de llamadas de juveniles o infantes hacia sus madres durante la alomaternidad o el cuidado parental. En estas especies, la convergencia evolutiva podría explicar una evolución independiente de las vocalizaciones.

En cuanto a las aves como los loros Nestor notabilis que ríen a carcajadas, aún faltan estudios para trazar hipótesis sobre la evolución de sus risas. ¿Habrán reídos los dinosaurios? Me imagino que sí. No todas las vocalizaciones de juego se deben interpretar como risas. Se han descrito tres diferentes vocalizaciones de juego en los titíes Callithrix jacchus. Entre los perros se han catalogado distintos jadeos, gruñidos y ladridos juguetones que hacen los animales según su estado de ánimo (Bekoff 1995; Simonet et al. 2005; Faragó et al. 2010). La naturaleza no sólo es dolor y supervivencia sino tiene visos de alegría y diversión gracias a ciertas capas cerebrales. ¿Reirán los pulpos por la piel, a colores?

Referencias

Biben, M., Symmes, D., Bernhards, D. (1989). Vigilance during play in squirrel monkeys. Am J Primatol. 17(1):41–49. doi:10.1002/ajp.1350170105.

Burke, C.J., Kisko, T.M., Euston ,D.R., Pellis, S.M. (2018). Do juvenile rats use specific ultrasonic calls to coordinate their social play? Anim Behav. 140:81–92. doi:10.1016/j.anbehav.2018.03.019

Cleveland, J., Snowdon, C.T. (1982). The complex vocal repertoire of the adult cotton-top tamarin (Saguinus oedipus oedipus). Zeitschrift Für Tierpsychologie. 58(3):231–270. doi:10.1111/j.1439- 0310.1982.tb00320.x.

Darwin, CR. (1872). The expression of the emotions in man and animals. New York: D. Appleto

Knutson, B., Burgdorf, J, Panksepp, J. (1998). Anticipation of play elicits high-frequency ultrasonic vocalizations in young rats. J Comp Psychol. 112(1):65–73. doi:10.1037/0735-7036.112.1.65.

Mariska, E., Kret, et al. (2021). The ontogeny of human laughter, Biology Letters.

Masataka, N., Kohda, M. (1988). Primate play vocalizations and their functional significance. Folia Primatologica. 50(1–2):152–156. doi:10.1159/000156341.

Poole JH. (2011). Behavioral contexts of elephant acoustic communication. In: Moss C, Croze H, Lee PC, editors. The amboseli elephants: a long-term perspective on a long-lived mammal. Chicago: University of Chicago Press; p. 125–161

Soltis, J. (2010). Vocal communication in African elephants (Loxodonta africana). Zoo Biol. 29 (2):192–209. doi:10.1002/zoo.20251.

Winkler, S. L., & Bryant, G. A. (2021). Play vocalisations and human laughter: a comparative review. Bioacoustics, 30(5), 499-526.

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El espejo y la autoconciencia

FOTOS: Internet.

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Siempre somos conscientes de que somos? ¿De que somos qué? En 1554, el médico Gómez Pereira en su libro Antoniana Margarita declaró su célebre apotegma: “Conozco que conozco algo. Todo lo que conoce, es. Luego yo soy”. ¿Esto es cierto?

Desde un espiritualismo humanista, Pereira consideraba al hombre como un espíritu puro encerrado en un cuerpo animal. Dualismo añejo y un prejuicio antropocéntrico en el que no debemos conceder a los animales no humanos las facultades de sentir o desear, pues habría también que concederles pensamiento y entendimiento. Inadmisible para un cristiano. Los animales no piensan, no inteligen, y por lo tanto, tampoco siente dolor ni tienen alma racional. Son solo “autómatas”, entes mecánicos. El galgo que persigue a la liebre sería una máquina diseñada que sólo se mueve por estímulos mecánicos dados.

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Pero el hombre sí es capaz de autoconocerse, no es un mero autómata: Quidquid noscit est; ergo sum. Cuando Descartes formuló su célebre Cogito ergo sum –razono entonces soy—, 80 años después de Pereira, su mecanicismo era casi idéntico, inmerso en el dualismo de la res extensa y la res pensante. ¿El francés plagió al español?

Estos argumentos han justificado cualquier atrocidad que los humanos podemos ejercer sobre otros sistemas vivientes al negarles no sólo el pensamiento y la autocomprensión de ellos mismos, sino hasta sus capacidades sensitivas.

Un cascarrabias pensador del XIX, el genial Schopenhauer incluso negó la conciencia del propio hombre. Inmerso en la filosofía romántica que desarrolló la noción del subconsciente o del inconsciente que culminaría en las teorías freudianas, intuyó la voluntad como fuerza motora detrás de cada cuerpo. Más o menos lo que los biólogos llamarían instinto. La voluntad no es consciente de sí misma más que en casos límite, de crisis mortal. Generalmente, hacemos las cosas por voluntad, pero esta es ciega y sin otro objetivo más que la supervivencia inmanente.

Han pasado más de cuatro siglos y medio desde Pereira, y dos siglos desde Schopenhauer. Ahora conocemos un poco más de los sistemas nerviosos, de etología y de redes neuronales. La concepción de los sistemas bioquímicos que son conscientes de sí mismos se infiere más allá de nuestros prejuicios.

La clave es el espejo. El espejo, símbolo mágico de la conciencia y la imaginación.

Según Scheler, el espejo es el vehículo mental donde se produce la auto contemplación y reflejo del Universo. Símbolo de la luna que replica la realidad hasta el infinito, horror para el ciego Borges: ¿Por qué persistes, incesante espejo? / ¿Por qué duplicas, misteriosos hermano, / el menor movimiento de mi mano? / ¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?

El espejo fue uno de los símbolos más recurridos por los alquimistas. Para Jacob Boehme, el ser divino se engendra a sí mismo en las profundidades, reflejándose en el Espejo de la Sabiduría (Sophia).

En la Rama Dorada, Frazer retoma las creencias de varias culturas en donde el alma reside en la imagen reflejada en el espejo. Según una oscura tradición, en la noche de los tiempos, la esfinge egipcia tenía un espejo en la frente, signo lunar al igual que la diosa Hathor y el espejo de Isis con el cual pudo resucitar a su amado Osiris.

A comienzos del siglo XVII, los alquimistas transitan entre una visión orgánica y otra mecanicista matemática. En esta polémica, el espejo se vuelve representación de la nueva racionalidad. En la portada del Ars vitraria experimentalis, de Johann Kunckel, de 1744, se puede ver la alegoría de la experiencia cuya luz de la Naturaleza se enciende por el sol de la verdad en el espejo de la razón.

Jaques Lacan sostiene su filosofía en el espejo como símbolo de un estadio psíquico de los niños. Según Lacan hay una relación entre imagen e identidad, pero para que esta se forme el niño debe identificarse con una imagen fuera de él. Retomando el concepto de mimetismo, el niño encuentra su imagen en el espejo, o en la imagen de otro niño. En promedio los niños se reconocen ante el espejo a los 18 meses de edad.

Los humanos con un retraso mental fallan en reconocerse al espejo, también los que sufren Alzheimer. 30 % de los niños autistas no pueden hacerlo y los esquizofrénicos confunden su imagen con otra persona (Harris 1977, Spiker & Ricks 1984; Biringer & Andersen 1993).

Un célebre estudio realizado por Gallup en 1970 intentó contestar la pregunta de sí otros animales se reconocían en el espejo.

Gallup colocó un gran espejo frente a las jaulas de varios chimpancés por 10 días consecutivos. Al principio, los chimpancés actuaron como si vieran a otros individuos mediante conductas sociales pero días después cambiaron su comportamiento. Comenzaron a acicalarse frente al espejo. Posteriormente, Gallup los anestesió y marcó su frente con una señal teñida de rojo. Cuando los chimpancés se miraron en el espejo, se alarmaron y se llevaron la mano a la frente intentando borrar la marca y se olían los dedos después de tocarla.

Después de este paradigma se ha repetido la prueba del espejo en muchos animales. La mayoría de los primates y prosimios no se auto reconocen ante el espejo o las evidencias no son contundentes.  Lemures, gálagos, monos ardilla, titíes, monos capuchino, mandriles, macacos y gibones parecen reconocer en el espejo a otros miembros de su especie, más que a ellos mismos. Algunos de estudios han sido llevados a cabo durante meses e incluso años y no encuentran una correlación entre el uso de herramientas –que la mayoría de estos animales realiza—, y la autopercepción.

Esto ha hecho especular a Gallup que solo los grandes simios pueden lograrlo. Él y Suárez confirmaron el auto reconocimiento entre los orangutanes, también se ha confirmado en bonobos y en gorilas; aunque estos fallan muchas veces el examen.

También se han examinado otras especies no primates. El examen ha sido positivo para delfines nariz de botella, elefantes africanos, lobos grises, perros, cuervos y urracas.

En 2014, se colocó un espejo en la ruta de paso de un puma. Cuando este lo encontró al principio rugió a su imagen y conforme se fue acostumbrando se tendió ante ella mordisqueando una rama y posteriormente se acicaló y rodó sobre la hojarasca como si fuera un gato juguetón.

Uno de los casos más interesante es el de las mantarrayas gigantes o móbulas. En 2016 Ari y D’Agostino colocaron un gran espejo en un acuario. Las mantas al ver su reflejo cambiaban sus patrones de color de la piel, expusieron su costado al espejo y exhalaron burbujas. Cuando las mantas se encuentran con uno de sus iguales intensifican el blanco de sus manchas, algo que no sucedió cuando se miraron al espejo. Esto indica que no suponían que la imagen correspondiera a otro individuo que no fuera ella.

Las mantas gigantes poseen la masa encefálica más grande entre todos los elasmobranquios (tiburones y rayas); exhiben conductas sociales muy acentuadas y se comunican entre ellas cambiando de color y mediante saltos fuera del agua y coletazos.

La  teoría de la mente se basa en que la habilidad de inferir estados mentales de otros es producto de la auto conciencia. Esta habilidad es importante para que una criatura sobreviva, ya sea para optimizar sus interacciones con los otros, como para anticipar y aprender los movimientos y conductas de sus depredadores. También el depredador puede realizar estrategias de ataque si prevé la dinámica de sus presas. Cada vez se tienen más ejemplos de estrategias y contraestrategias.  Por ejemplo, frente a Seal Island en Sudáfrica, los lobos marinos nadan a toda velocidad en fila india en busca de minimizar la probabilidad de que los tiburones blancos las ataquen. Sin embargo, el tiburón las acecha desde el fondo somero viendo hacia la superficie y las embosca interceptándolas  en un ataque vertical brutal que las noquea. Esta guerra perpetua de estrategias se inclina a favor de los mamíferos marinos. De cada intento y salto, el tiburón falla 8 de 10 para un éxito del 20 %.

Si reconocer al otro para sobrevivir, implica reconocerse a sí mismo: ¿qué tanto las criaturas tienen la conciencia de un Yo? Un Yo casi fantasmal inventado como concepto trascendental por Pereira y los filósofos de El Renacimiento.

Según Gallup, las criaturas que fallan en reconocerse a sí mismas en los espejos podrían fallar también en mostrar evidencia basada en estrategias sociales. Cheney y Seyfart, en 1990, sugirieron que los monos que fallaron la prueba tampoco entendieron el estado mental de los otros monos; demandas intencionales como decepción, gratitud y empatía.

Los humanos que fallan en auto reconocerse, usualmente tienen deficiencias sociales y problemas para aventurar lo que otras personas piensan. Johnson (1982) correlacionó el reconocimiento en el espejo de niños entre 18 y 24 meses de edad con las conductas altruistas hacia los demás.

La conciencia de sí se relaciona neurológicamente con ciertas áreas cerebrales como la corteza frontal, principalmente en mamíferos y aves. Esta área es importante para desarrollar otras habilidades como memoria episódica o autobiográfica, humor y autoevaluación.

En contraste con los humanos, los gorilas se auto reconocen menos al espejo. Semendorfi encontró que los gorilas tienen una corteza frontal más pequeña y menos desarrollada que los hombres; asimismo, su cerebro es menos lateralizado que el de los chimpancés y los orangutanes.

Sin embargo, no se debe constreñir a una zona específica. En cerebros primitivos que no tienen o poseen una cortea frontal muy pobre, el auto reconocimiento también es positivo. Ya describí el caso de las mantas gigantes; también varias especies de peces óseos se han reconocido en el espejo, como los lábridos limpiadores.

Si el reconocimiento implica una conciencia inteligente sigue siendo tema de debate. Los etólogos y neurólogos aún compilan estudios de muchas capacidades distintas para determinar qué aspectos cognitivos son asociados al reconocimiento en busca de tener una visión hacia otras mentes.

No en balde hace 25 siglos, un sabio, Tales de Mileto subrayó que nada es más difícil que conocerse a sí mismo.

Referencias

Ari, C., & D’Agostino, D. P. (2016). Contingency checking and self-directed behaviors in giant manta rays: Do elasmobranchs have self-awareness?. Journal of Ethology, 34(2), 167-174.

De Veer, M. W., & Van den Bos, R. (1999). A critical review of methodology and interpretation of mirror self-recognition research in nonhuman primates. Animal Behaviour, 58(3), 459–468.

Gallup Jr, G. G., Anderson, J. R., & Shillito, D. J. (2002). The mirror test. The cognitive animal: Empirical and theoretical perspectives on animal cognition, 325-333.

Johnson, D. B. (1982). Altruistic behavior and the development of the self in infants. Merrill-Palmer Quarterly (1982-), 379-388.

Kohda, M., Hotta, T., Takeyama, T., Awata, S., Tanaka, H., Asai, J., & Jordan, A. L. (2019) If a fish can pass the mark test, what are the implications for consciousness and self-awareness testing in animals? PLOS Biology, 17(2)

Llavona, R., & Bandrés, J. (1996). Gómez Pereira y la Antoniana Margarita. M. Saiz y D. Saiz (coords.), Personajes para una historia de la psicología en España, 79-92.

Medina, F. S., Taylor, A. H., Hunt, G. R., & Gray, R. D. (2011). New Caledonian crows’ responses to mirrors. Animal Behaviour, 82(5), 981–993.

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Las abejas son seres racionales

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El prejuicio de que los animales no humanos no poseen conciencia, ni raciocinio y otros argumentos monomaniacos poco a poco se reconsidera.

Las abejas europeas Apis mellifera han sido usadas como un modelo para estudiar las capacidades cognitivas de los insectos. Tienen pensamiento abstracto a través de un lenguaje simbólico, deciden, planean y presentan cambios neuroplásticos. Esto hace que puedan contar y combinar conceptos. Les confiere diversas habilidades como la de encontrar las distancias más cortas entre diversos árboles o flores.

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Se ha inferido que pueden entender conceptos como: arriba-abajo; largo-corto; izquierda-derecha o similar-diferente; y seguir patrones para resolver problemas. También, son capaces de reconocer letras independientemente de su tamaño, color o estilo. (Gould & Gould 1988; Zhang et al. 2000; Giurfa et al. 2001; Avarguès et al. 2013; Avarguès et al. 2014; Howard et al. 2017). En las pruebas de inteligencia humana, uno de los parámetros que se evalúan es la habilidad para reconocer objetos que han rotado. Tanto las abejas como los abejorros poseen tal habilidad (Gould & Gould 1988; Plowright et al. 2001).

Howard y sus colaboradores en 2019 se preguntaron si las abejas eran capaces de sumar y restar un elemento de entre una formación de ellos. Prepararon comederos especiales junto a colmenas para marcar catorce abejas que fueron entrenadas para usar el azul y el amarillo como claves para el cálculo. También, fueron entrenadas para usar un laberinto en forma de Y en cuya entrada se colocaban placas con círculos, cuadrados y triángulos. Cuando las abejas veían un elemento azul, debían sumar y cuando detectaban el amarillo debían restar.

 

 

Aparato experimental para abejas entrenadas para sumar y restar. (Tomado de Dyer et al. 2019)

La abeja entraba a una cámara de decisión dividida en dos. Si había una placa azul, la abeja debía sumar. En la primera había tres figuras geométricas y en la otra solo una. Si la abeja escogía la placa con las tres figuras, entonces había sumado y recibía como recompensa una gota de agua con azúcar. Si se equivocaba recibía agua con quinina, horrendo sabor. Si había una placa amarilla, la abeja debía restar. En la primera había dos figuras geométricas y en la otra tres. Si la abeja escogía la placa con las dos figuras, entonces había sustraído y recibía su azuquítar.

Esto sucedió en la fase de aprendizaje. Cada una de las abejas repitió el ejercicio cien veces usando las figuras y los colores aleatoriamente. Las decisiones correctas que tomaron los insectos fueron del 80%. De ahí se infiere que aprendieron a sumar y restar a partir de los colores. Lo interesante es que cada individuo aprendió a una tasa distinta. Cada una tenía una capacidad cognitiva diferente.

Luego se realizó una fase de prueba con dos exámenes de suma y dos de resta en donde a las abejas ya no se les ofrecía azúcar, sino una gota de agua simple. En la fase de prueba a las abejas se les hizo un examen en el que no había premios o castigos al aplicar los conceptos aprendidos de la suma y la resta. En lugar de la gota de agua azucarada o de quinina, se les puso una gota de agua. En el examen de la suma las abejas escogieron la respuesta correcta en el 72% de las veces, en el caso de la resta lo hicieron en el 63 %.

En los primates, la corteza parietal y la corteza prefrontal del cerebro son áreas en dónde se lleva a cabo el proceso numérico (Nieder 2005). El cerebro de las abejas no contiene estas áreas pues es un insecto, no un mamífero por lo que los investigadores piensan que estas áreas no son necesarias para que un insecto procese problemas numéricos.

Hace unos años algunos biólogos conjeturaban una “inteligencia de colmena”, una especie de instinto grupal o comunitario que permitía a los himenópteros como hormigas, termes, avispas o abejas diversas conductas complejas como danzar, esclavizar, cosechar o memorizar rutas.

Los estudios neurológicos han cambiando esta percepción. Las capacidades cognitivas se encuentran en cada individuo, es su pequeño cerebro con cerca de 1 millón de neuronas —suficientes para desarrollar estas capacidades cognitivas—.

Los insectos poseen un cerebro ligado a una serie de ganglios nerviosos en el tórax y el abdomen. Ese cerebro se divide en protocerebro, deuterocerebro y tritocerebro. Los nervios de los ojos y los ocelos inervan el protocerebro, los de las antenas el deuterocerebro y los segmentos premandibulares y los labros son controlados por el tritocerebro. Tras el cerebro hay un ganglio subesofágico que controla las mandíbulas y las glándulas salivales.

Modelo virtual de cerebro de abeja (Tomado de Lieff)

Comparado con otros insectos, el cerebro de abeja es más grande —la mosca de la fruta Drosophila melanogaster tiene un cerebro 50 veces más pequeño—. El cerebro himenóptero integra los sentidos en cuerpos nerviosos llamados “de champiñón” que representan el 20% del volumen cerebral con 200 mil neuronas.

Un mapa cognitivo se define como una transformación mental que permite a un animal formular un plan para realizar una decisión cognitiva. Originalmente, se acuñó este término evaluando la conducta de humanos y de… ratas (Tolman 1948).

Algunos experimentos en donde han secuestrado abejas y soltado en lugares desconocidos para ellas, han mostrado de lo que son capaces, estos insectos pueden seguir estrategias para encontrar nuevas rutas hacia su colmena (Menzel et al. 2000). Si una definición de razón inferida por sus etimologías latinas e indoeuropeas es el ajuste del pensamiento mediante el cálculo…y las abejas pueden calcular: entonces las abejas son seres racionales.

Referencias:

Avarguès-Weber, M. Giurfa, Conceptual learning by miniature brains. Proc. R. Soc. B 280, 20131907 (2013).

Dyer, A., Garcia, J., & Howard, S. (2019). Bees can learn higher numbers than we thought-if we train them the right way. Science Education News, 68(4), 48-49.

Menzel, R., Brandt, R., Gumbert, A., Komischke, B., and Kunze, J. (2000). Two spatial memories for honeybee navigation. Proceedings of the Royal Society of London Series B Biological Sciences 267: 961–968.

S. Zhang, A. Mizutani, M. V. Srinivasan, Maze navigation by honeybees: Learning path regularity. Learn. Mem. 7, 363–374 (2000).

A. Avarguès-Weber, A. G. Dyer, M. Giurfa, Conceptualization of above and below relationships by an insect. Proc. R. Soc. B 278, 898–905 (2011).

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La concepción del hombre como el más racional

FOTOS: Internet

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hay un mantra, basado en el prejuicio de que los animales no son racionales, que se ha repetido una y otra vez. Incluso, una definición del concepto de razón remite solamente al ser humano como base de dicha capacidad. La razón sería la capacidad del hombre como guía para toda determinación o acción. Una capacidad reflexiva de cálculo ligada al entendimiento del entorno o sea, la inteligencia.

Para Aristóteles, el hombre era la especie especialísima, el más racional y sufriente entre los animales. No es que el estagirita negara la razón de los animales, la propia palabra “animal “remite al ánima como principio vital. Los animales, según Aristóteles, tienen raciocinio, pero el hombre es el que más raciocinio posee.

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Es, sin embargo, el estoicismo, la corriente que más contribuyó a la noción superior racional del hombre respecto al resto de lo viviente. Para los estoicos, el hombre puede volverse un dios a través de su razón. ¿Cuál razón? La que infiere las cadenas de causa y efecto (Heimarmene), la que entiende el propio logos del cosmos y en un proceso de construcción destrucción avanza y progresa. El hombre, entonces, se separa de la oscuridad cuando la razón penetra en él —una razón, logos material que penetra como pneuma dondequiera que haya forma—, y reside en una chispa de fuego universal, divina, llamada Hegemonicón. El sabio es aquel que armonice su razón con las leyes racionales del cosmos.

Crisipo en su obra Sobre la Providencia afirma que el propio universo es racional —mundo como sistema lógico—. Systema, es un vocablo que define el conjunto de las cosas, los dioses y los hombres. El alma como pneuma es superior en el hombre que en el resto de los vivientes y habita el corazón. Según Crisipo, los animales no son conscientes de que habitan un cosmos lógico. El emperador Marco Aurelio, el hombre es el único que puede desarrollar una ética y un sentido pleno en el universo ya que tiene la capacidad de pensar con método.

Alejandro de Afrodisia defendió la superioridad racional del hombre aduciendo que tiene un juez sobre las presentaciones del mundo, mientras que los animales solo se presentan al mundo —¿lo trascendente frente a lo inmanente? El hombre se equivoca cuando en lugar de seguir a su razón se deja arrastrar por sus pasiones, pero puede corregir mientras que el animal sería pura pasión. Pero, los humanos adquieren la razón con el tiempo, cuando entra ellos. Así, un niño no es racional y su consideración es igual al de otro animal. Los animales no tienen ética, por lo tanto no fundan una moral. El concepto de instinto como explicación etológica ya aparece en Séneca para distinguir los actos de voluntad del hombre frente a los actos inconscientes de los animales.

Algunos argumentos estoicos para negar el derecho a los animales se basan en la racionalidad. Por ejemplo, si los animales fueran racionales no existiría justicia pues matamos animales para nuestro uso, entonces seriamos perpetuamente injustos. Como la ley del mundo animal es comerse unos a otros y entre ellos no hay justicia y el hombre en cambio es justo, entonces los animales no pueden ser racionales. Estos argumentos parecen más sofismas falaces para justificar un antropocentrismo subjetivo.

Descartes negó la res pensante a los animales aduciendo a su sola res extensa, es decir, les negó el alma racional y les condenó a ser sólo cuerpo. Tramposamente, el hombre era la única criatura con ambas, un alma pensante y un cuerpo sintiente. Tal concepto era solo un modo torcido de defender la doctrina cristiana tradicional y antropocéntrica. El hombre como imagen y semejanza de un dios omnisapiente. La filosofía cartesiana es un esfuerzo para justificar los dogmas cristianos desde una racionalidad moderna. Algunos puntos del Discurso del Método así lo indican; el dualismo del hombre como alma-cuerpo en donde el alma lo gobierna o la unicidad de la inteligencia que comparten todos los hombres es la mera unificación de la razón universal platónica con la doctrina cristiana de la unidad del alma —que a su vez mama de la noción estoica.

En una carta escrita al marqués de Newcastle, Descartes escribe:

Es improbable que los animales tengan un alma inmortal… las ostras y las esponjas son demasiado imperfectos como para que esto sea creíble.

¿Las ostras son imperfectas? ¿En qué sentido? Es evidente que aquí el parangón de la perfección es el humano. La separación del humano de los demás seres vivos no es objetiva, no es simplemente un hecho, sino una noción de poder. El negar la razón a lo no humano ayuda a justificar la crueldad y la matanza. Despojar al otro de lo que nos hace humanos minimiza la responsabilidad de nuestros actos y nos predispone como dueños y amos del planeta.

Tal justificación se ha dado teológicamente desde tiempos remotos. Aparece en el libro de moral La enseñanza para Merikare, del 2200 a.C en donde la humanidad se define como el ganado de los dioses y a su vez, los dioses han creado las plantas, las aves y los peces para alimentarnos. En el Génesis, texto que todavía se cree sagrado por millones de personas, Iahvé ordenó a Adán poblar el mundo, sojuzgar y dominar a los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra.

Así, incluso pensadores contemporáneos continúan con el prejuicio de la superioridad del hombre defendiendo sus posturas religiosas sin querer remitirse a ellas. Desde su idealismo oscuro, el propio Heidegger definió al hombre como la conciencia libre de la vida mientras que los demás animales tan sólo viven. También, afirmó que el hombre participa de la autoconciencia de sí mismo y de sus acciones, pues evalúa las consecuencias, mientras que, los otros animales sólo tienen conciencia inmediata que les impide actos reflexivos.

Como filosofías que se han difundido e implementado gracias a las victorias militares de grupos religiosos a lo largo de la historia, el prejuicio de la superioridad racional del hombre sobre el resto de la biosfera es un lugar común, pero ¿es cierto? ¿Desde qué perspectiva? ¿Hay hechos y conocimientos sobre la biósfera que pueden refutar este mantra? ¿Las perspectivas humanas son tan centrales que desde nuestra conciencia podemos comprobar nuestra superioridad?

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