Bacheo de la carretera transpeninsular: una solución temporal a un grave problema

FOTO: Vizcaíno Hoy.

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Este 2024, la carretera transpeninsular cumple 51 años de inaugurada, en aquel lejano 1 de diciembre, por el entonces el presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez, y el director de Obras Públicas de México, Ing. Luis Enrique Bracamontes. Con este acontecimiento histórico, la península de Baja California quedaba integrada al macizo continental y deja de ser una región aislada; también recordemos que en aquel año Baja California Sur no existía como Estado constitucional, sino como un Territorio nacional.

Pero este año, también, va a ser recordado debido a que la carretera transpeninsular «Benito Juárez» ha tenido uno de sus peores épocas de mantenimiento preventivo, lo que se derivó en una escalada de baches a todo lo largo de esta histórica vía de comunicación para los estados de Baja California y Baja California Sur, por igual.  Entre la población y entre los conductores se hizo un «inventario» de los peores lugares para transitar, del cual resultó que el tramo de La Paz – Ciudad Constitución se lleva las mejores menciones de tramos afectados por los baches.

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El pavimento es, en definición, la capa última que cubre un camino y es el que soportará las cargas de todos los vehículos que transiten por encima, y puede estar hecho de diferentes materiales, pero los más comunes en las carreteras es el empedrado, el concreto hidráulico (también llamado «hormigón») y las mezclas asfálticas. El asfalto es el más común, por tener una vida útil adecuada comparada con el costo, mientras que el concreto hidráulico es mucho más caro, pero la vida útil es muy alta.

En las zonas urbanas de la RepúblicaMexicana, ya hay iniciativas legales donde se obliga a los desarrolladores de fraccionamientos utilizar concreto hidráulico, por el tema del mantenimiento por parte de la autoridad municipal, donde se quiere evitar estar realizando estos trabajos. Muy diferente es la situación en las carreteras federales y estatales, donde el uso de concreto asfáltico es más común por el costo que este implica.

El uso de la carpeta asfáltica es muy noble, ya que con un costo no tan alto y un buen diseño topográfico puede durar hasta 25 años en buenas condiciones, con los mantenimientos preventivos cada tiempo. El problema de la duración consiste principalmente en los niveles topográficos que se empleen, para que el agua derivada de las lluvias no se encharquen sobre la superficie pavimentada, ya que el peor enemigo de la carpeta asfáltica es precisamente el agua.

Con el tiempo de uso de un pavimento es normal que, derivado del tránsito vehicular, empiecen a salir los molestos baches sobre la superficie de rodamiento de las llantas, principalmente. El proceso inicia con pequeñas grietas que van aumentando y se van deteriorando exponencialmente con el paso del tiempo. El causante principal de estos baches es la humedad que penetra dentro de las capas de terracerías y empuja el asfalto hacia afuera, y es muy notorio cuando se transita por las carreteras, que en las zonas donde empieza haber baches, estos van aumentando de manera gradual, pero con las precipitaciones pluviales el deterioro se vuelve catastrófico.

La solución momentánea a los baches, es realizar el sistema de reparación adecuado, donde se corta de manera regular la zona afectada, se llega hasta las capas de terracerías, se revisa si esta ocupa un mejoramiento o simplemente una recompactación; luego se aplica asfalto líquido que hace la función de pegamento y finalmente se aplica la carpeta asfáltica con sus aditivos necesarios.

La situación de la carretera transpeninsular que recorre la península de Baja California, se volvió insostenible al tener mucho tiempo sin un mantenimiento preventivo, dando por consecuencia una reacción en cadena en su descomposición, derivado también del alto volumen de tráfico vehicular en dos entidades donde la población está en constante aumento.

La reparación de baches es muy útil cuando apenas va empezando su formación, y también cuando en su superficie no se acumula el agua proveniente de las lluvias, pero cuando ya existe hundimiento y cuando el personal no realiza de manera profesional el bacheo, se convierte como en tomar una aspirina para un dolor de muelas.

Recientemente y bajo la presión de la población de Baja California Sur, el Gobierno estatal, inició un programa de bacheo de la carretera La Paz – Ciudad Constitución, estos trabajos se realizan con asfalto donado por la Federación y se están aplicando en tramos donde a la carretera le urge una repavimentación debido a tantos años de falta de mantenimiento, pero sobre todo que el pavimento asfáltico ya cumplió su vida útil.

Es muy posible, que a las primeras lluvias que aparezcan sobre estos tramos, el bacheo se despegue y empiece a carcomer más las orillas del bache original; mención aparte, que la superficie de rodamiento no se vuelve uniforme al paso vehicular, provocando que un vehículo con malos amortiguadores pueda salirse de la cinta asfáltica y ocasionar tragedias.

El Gobierno federal tiene un inventario de qué tramos ya cumplieron su vida útil, pero la falta de recursos económicos hace que se pongan a reparar baches en lugar de realizar una reconstrucción de la carpeta asfáltica pero con ello, los conductores podrían sufrir consecuencias, muchas veces letales.

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Gentrificación en San Juanico. El problema de los nativos para adquirir terrenos

FOTOS: Noé Peralta Delgado.

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). San Juanico es el poblado perteneciente al municipio de Comondú, que se encuentra en la parte más al Norte por el lado del océano Pacífico. Es un bello pueblo a la orilla del mar, y tiene fama mundial por ser el lugar donde se encuentran una de las mejores olas para aprender a surfear.

Este pequeño pueblo tiene una historia reciente y se fundó por gente proveniente el pequeño pueblo de Cadejé a mediados de los años 50 del siglo XX, como un campo pesquero para obtener del mar, abulón y langosta para después exportarla principalmente al lejano Oriente. En aquellos nacientes años, se estableció un convenio con un vecino pueblo pesquero más al Sur de Las Barrancas, que igual iban empezando con las capturas de tan preciadas especies marinas; de esta agrupación nació la cooperativa pesquera denominada «Puerto Chale S.C.L.».

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Según información hallada en el Diario Oficial de la Federación (DOF:04/08/1993), la cooperativa realizó el acta constitutiva el día 7 de julio de 1957 ante el Notario Número 1 de La Paz, Baja California Sur, y se concesionó la extracción de varias especies, pero principalmente abulón y langosta.

La cercanía con el estado de California, en los Estados Unidos, y sobre todo el arribo de jóvenes aventureros norteamericanos, hizo que estos últimos descubrieran en el lugar a mediados de los años 70, las mejores olas para surfear. Como el lugar estaba muy alejado de centros grandes de población, decidieron mantener en relativo secreto el lugar, incluso le cambiaron el nombre por el de Scorpion Bay para tratar de ocultar el pueblo a demasiados turistas.

Fue entonces cuando el Gobierno Federal, en su intento de dotar de tierras a los campesinos como postulados de La Revolución Mexicana, repartió casi todo lo que quedaba libre de territorio en la República Mexicana, creando ejidos a diestras y siniestras en todo el recién creado Estado de Baja California Sur. De esta repartición, se creó el ejido Cadejé, el cual se quedó con todos los terrenos adyacentes a las playas de San Juanico.

Los habitantes del pueblo pesquero, tenían sus predios de buen tamaño (800 M2), y podían adquirir otros más a precio muy razonable; y aunque vivían decorosamente con la extracción de especies marinas, hubo años donde pasaron serias necesidades económicas, ya sea por la baja producción o por la caída de los precios.

Una buena parte de la población no pertenece al ejido Cadejé, sino que su actividad primordial es la pesca ribereña, y cuando se hizo el decreto presidencial donde ya por fin los ejidos podían vender parcelas —a principios del nuevo milenio—, los ejidatarios, que en su mayoría vivían dispersos en la sierra aledaña y en el pequeño pueblo de Cadejé, estos hicieron lotificaciones en toda la orilla de playa y procedieron a vender, donde los clientes, sobre todo extranjeros, pagaron a un precio mucho mayor que el valor real, dando inicio con el problema de gentrificación.

El término gentrificación es un fenómeno que se da dentro de la economía capitalista, donde un lugar ó un espacio urbano habitado por personas de nivel socio económico medio-bajo es desplazada por una población con mayor poder económico. El término viene del vocablo ingles gentry qué significa una mezcla de clase baja y clase alta en una región, y que era poco común verse; este término fue acuñado por la socióloga Ruth Glass, al notar los cambios sociales que se presentaban en Londres al aumentar la zona urbana.

Volviendo al tema de San Juanico, y creemos que con alevosía, los extranjeros sugirieron al ejido Cadejé, hacer parcelas frente al mar de un tamaño demasiado grande, comparado con los recién creados lotes urbanos donde vivían los pescadores. Y el tamaño de dichas parcelas fueron de 10 mil metros cuadrados, donde se desperdiciaban mucho espacio, que los extranjeros les encantaba la idea, al no tener vecinos cercanos.

Actualmente se tiene una urbanización desigual, donde los pobladores viven en lotes medianos dentro de la mancha urbana, mientras que los extranjeros viven en terrenos demasiados grandes y con las mejores vistas frente al mar. Aunado a esto, el Ayuntamiento de Comondú —al cual pertenece el pueblo de San Juanico—, repartió de forma dudosa los pocos terrenos que quedaban en la mancha urbana, dándose otro fenómeno que es el acaparamiento especulativo de terrenos.

Actualmente, el pueblo de San Juanico, que ya se ganó la fama de ser una de las mejore solas del mundo, atraviesa por una crisis en el valor de terrenos, donde únicamente la gente pudiente o los extranjeros tienen la capacidad de comprar los predios debido a sus altísimos costos, producto de la especulación provocada por los extranjeros.

Los extranjeros lograron lo que siempre quisieron: que el lugar no creciera y se mantuviera como un pequeño pueblo alejado de centros urbanos importantes. Lo lograron, al adquirir casi en su totalidad los terrenos mejores frente a playa y sobre todo de tamaños demasiados grandes. Si el ejido Cadejé, hubiera planeado bien la desincorporación de terrenos, tendría una zona urbana planeada con calles y trazos manzaneros bien elaborados, y no como sucede actualmente que la mancha urbana donde ya no tiene para dónde crecer, y más complicado, que los terrenos en dicha zona urbana aumentaron demasiado los precios, haciendo imposible que los residentes o mexicanos puedan adquirirlos.

Según el censo del año 2010, San Juanico tenía una población de 687 habitantes, mientras que en el año 2020  contaba con una población de 512 habitantes (INEGI), dando como resltado que la población se ha mantenido, porque los jóvenes nativos salen fuera del pueblo a mejorar su economía y los extranjeros tienen su domicilio estacional y no viven permanentemente.

La idea de los lugareños, es que una vez que se electrifique el pueblo, va a ser un detonante de crecimiento económico, cuando sabemos que una economía se forma con población y que en el lugar no crece. Los extranjeros que tienen sus residencias en las playas y poco en la zona urbana, están provocando un desplazamiento de gente nativa, pero, sobre todo, con su moneda fuerte, hacen que nomás ellos puedan comprar terrenos.

Más al Sur del estado, específicamente en la zona de El Pescadero y Migriño, se tiene un fenómeno parecido, con la gran diferencia es que allá los lotes vendidos a los extranjeros son pequeños y al ser en gran cantidad, ya se puede promover la construcción de hoteles, restaurantes y agencias de turismo.

La gentrificación en este pequeño poblado ya venía etiquetada por los extranjeros desde antes de la creación de los ejidos, pero fueron las malas prácticas y el avorazamiento de los ejidatarios lo que provocó que en San Juanico nomás la gente pudiente pueda aspirar a comprar un terreno, que dicho sea de paso, no tienen los servicios públicos elementales.

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Proyecto minero submarino de fosfatos en el Golfo de Ulloa. Crónica de una autorización denegada

FOTOS: Internet.

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El golfo de Ulloa representa una gran superficie marítima, donde existen bahías poco profundas, esteros muy importantes para la reproducción de crustáceos y donde se desarrolla en gran escala la pesca ribereña entre los pobladores de los pueblos aledaños. Este golfo se encuentra en la parte occidental del Estado de Baja California Sur, representa una alta biodiversidad de especies marinas, y fue muy famoso en épocas anteriores por la gran cantidad de tortugas caguamas que la habitaban, y que llevó a su saqueo indiscriminado y su casi extinción; en la actualidad tiene una veda permanente.

Geográficamente, el golfo de Ulloa se ubica entre la localidad de Punta Abreojos hacia el Norte y Cabo San Lázaro en la isla Magdalena hacia el Sur, está repartido entre la jurisdicción de los municipios de Mulegé y Comondú, siendo este último el que más pesca ribereña realiza desde sus litorales. Por la escasez de ojos de agua dulce en la zona y a pesar de tener su desembocadura arroyos de gran cuenca hidráulica —como el arroyo de La Purísima, de San Gregorio y de Las Bramonas, que no llegan a formar lagos de agua estacional—, en la época colonial no se crearon centros de población, ni se colonizó más allá del litoral, como sí se hizo en la misma península, pero del lado del golfo de California. Según se sabe, el lugar fue ampliamente navegado por las rutas que venían desde las Filipinas hacia el macizo continental.

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El epicentro del golfo de Ulloa lo representan las poblaciones de Las Barrancas y San Juanico, ambas en el municipio de Comondú, que se fundaron en los años cincuentas, como campos pesqueros de personas nativas del lugar y que con el paso de tiempo fueron formando pequeñas localidades hasta llegar a pueblos bien trazados y urbanizados. En la actualidad estos pueblos están unidos a través de una cooperativa de pesca, denominada «cooperativa pesquera Puerto Chale», donde se benefician en gran medida con la extracción de langosta y abulón, dejando una buena derrama económica.

En el año 2012, la tranquilidad y bonanza con que vivían sus habitantes ribereños, empezó a cambiar, debido a la mortandad de la tortuga amarilla, según las autoridades gubernamentales, pero en ese año los pescaderos notaron la presencia de embarcaciones de tamaño medio en la lejanía, como una coincidencia. Por la lejanía de las embarcaciones y por no tener los medios modernos de persecución hacia dichas embarcaciones, la cooperativa pesquera solicitó al gobierno estatal la investigación sobre la razón de la presencia de esas embarcaciones en el golfo de Ulloa.

El gobierno explicó a los pescadores, que las embarcaciones en mención estaban realizando muestreos sobre la mortandad de las tortugas caguamas, e incluso se ofreció a los pescadores apoyos económicos, para que no se fomentara la pesca ilegal y en cierto modo dejar que se concluyeran las supuestas exploraciones.

La mortandad de tortugas siguió y, poco a poco la verdad salió a relucir, y es que los barcos fichados, estaban realizando pruebas submarinas de exploración para hallar fosfatos en el fondo marino. En todo el año de 2013 se agudizó el varado de diversas especies marinas mamíferas y la mortandad de tortugas, mientras que el gobierno seguía echando culpas a la pesca ribereña ilegal y de alguna manera haciendo de «la vista gorda» en las exploraciones que después se sabría que era la empresa estadounidense Odissey marine Explorations a través de su filial «Exploraciones Oceánicas» que, al amparo del gobierno realizaba exploraciones para yacimientos de fosfatos en el fondo marino.

Ya en el año 2014, el gobierno hizo una consulta con los pescadores y dio a conocer los resultados de las exploraciones, el proyecto se bautizó como «Proyecto minero Don Diego«, donde se presentaron 30 proyectos sobre la minería submarina, de las cuales 28 fueron rechazadas por los cooperativistas pesqueros, donde incluso exhortaron al gobierno a que hiciera pública la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), expedida por la Semarnat.

La empresa de capital estadounidense pretendía conseguir permisos por un periodo de 50 años y en una superficie de 91 mil hectáreas de fondo marino (22 km de línea paralela a la costa), según ellos, para la extracción de un estimado de 350 millones de toneladas de fosfato, que es un mineral de alta calidad para la fabricación de fertilizantes.

Después de presiones de pescadores, el gobierno negó los permisos en abril del 2016 por primera vez, siendo la empresa insistente, volvió a presionar y por segunda vez el gobierno negó los permisos en octubre del 2018. El inconveniente para el gobierno es que según la empresa minera Don Diego, se le dieron permisos para las exploraciones submarinas con la intención de conseguir el anhelado permiso, y en enero del 2022 presentó su tercera y última solicitud de permiso.

La empresa experta también en exploraciones de tesoros submarinos y barcos hundidos, y que cotiza en la bolsa de valores de Nueva York, lanzó un ultimátum al gobierno mexicano: o le concedían el permiso o se harían acreedores a una demanda millonaria 72 mil 240 millones de pesos, bajo un arbitraje internacional al amparo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Es muy posible —y se puede decir que es muy seguro—, que el gobierno niegue los permisos por presiones de los pescadores, que aun a pesar del apoyo creado por la Secretaría de Pesca denominado apoyo BienPesca, ven a la minería submarina en el Golfo de Ulloa, como un preludio de degradación de especies marinas, mientras que la empresa Odissey, reclama un supuesto bloqueo a su proyecto y argumenta que es una empresa amigable con el medio ambiente, pero es muy posible que haya habido desembolso de sobornos en aquel lejano año del 2012, con la promesa de conceder permisos, si no, cómo se explica permitir exploraciones en un lugar donde de antemano se sabe que no van a dar permiso de extracción.

En el mes de mayo del 2024 —sí… hace apenas 15 días—, los sudcalifornianos amanecieron con la noticia de bloqueos en carreteras por parte de pescadores de la cooperativa Puerto Chale y otros más de localidades aledañas; la noticia era porque se detectó en el golfo de Ulloa una embarcación ambientalista denominada Sea Sheperd, se hallaba realizando exploraciones en estas aguas.

Según el gobierno esta embarcación está haciendo estudios sobre la mortandad de tortugas amarillas, pero cabe hacer la reflexión, porque en todo momento las autoridades han culpado a los pescadores de dicha mortandad y sobre todo, porque sigue permitiendo que buques con banderas extranjeras hagan estudios que buques nacionales podrían hacerlos.

Tanta desconfianza y hacer sentir culpables a los pescadores, provoca estas situaciones y a la fecha se desconoce qué fin tendrá la solicitud de la empresa Odissey Marine Explorations, sobre si dan permiso o pagan la multa millonaria. Por lo pronto el gobierno sigue con sus apoyos económicos a diestras y siniestras, y muchas veces, no a los pescadores.

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Página de la empresa: https://www.odysseymarine.com/

Página Fonmar (BCS) sobre el tema: http://fonmar.gob.mx/vigilara-semar-y-ong-golfo-de-ulloa-para-disminuir-mortalidad-de-la-tortuga-marina/

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Manganeso en Bahía Concepción: las minas abandonadas Los Pilares y Los Gavilanes

FOTOS: Google Earth.

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Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La historia de la minería en BCS está estrechamente ligada con el municipio de Mulegé, y es que, aunque en la parte Sur del Estado ya existían minas como en el pueblo de El Triunfo, muy cercano a la ciudad capital de La Paz, éstas no eran tan intensivas ni llegaron a producir gran cantidad como las que se establecieron en Santa Rosalía, al Norte del Baja California Sur.

Haciendo un poco de historia del lugar, se tiene que fue el señor Jorge Rosas Villavicencio quien descubrió una pequeña roca en los alrededores de Santa Rosalía —aun no existía el pueblo— en el año de 1868, y éste a su vez dio la pequeña roca a personas que iban a Guaymas para que la analizaran dando como noticia que había descubierto los primeros yacimientos de cobre en el entonces Territorio de Baja California.

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En toda la zona que abarca desde el puerto de Loreto hasta Santa Rosalía, se hicieron grandes esfuerzos por descubrir grandes cantidades de cobre, lo que no se logró más que en la zona adyacente a Santa Rosalía. De lo que sí había posibilidad de encontrar era manganeso, y en aquel tiempo hubo poco interés por ser más redituable económicamente la extracción del cobre.

Lo que poco se sabe, es que en plena preparación para la Segunda Guerra Mundial en Europa, Estados Unidos empezó a demandar en las industrias siderúrgicas, aunque en pequeñas proporciones, por la utilización de manganeso. Este material metálico —cuyo signo químico es «Mn»—, aumenta la resistencia al desgaste en la fabricación del acero.

Según se sabe por lecturas en la página de la UNAM, sobre un estudio que se hizo en 2008 llamado: Metalogenia de depósitos de manganeso en Baja California Sur, México, en la pequeña península frente a la Bahía Concepción y hacia el Sur hasta el pequeño pueblo pesquero de San Nicolás, existían grandes yacimientos de manganeso para su extracción. Fue así como aproximadamente en 1938, se crearon los puntos mineros llamados «Los Pilares» y «Los Gavilanes». Al parecer, nunca lograron extraer la cantidad necesaria para que valiera la pena construir más infraestructura, incluso, no se sabe si realmente extrajeron alguna cantidad de manganeso, aunque fuera mínima.

Según pláticas de personas de edad avanzada avecinadas en La Purísima, se escuchó que en plena Segunda Guerra Mundial estaban contratando personal para las nacientes minas de manganeso de Bahía Concepción. En la parte más al Norte y casi en la orilla superior de la pequeña península se creó la mina Los Pilares, con pocas construcciones, en una buena bahía para atracaderos de embarcaciones, un kilómetro hacia el Sur se creó la mina Los Gavilanes, la cual contaba con más construcciones con paredes de block. A medio camino se tiene una pequeña plataforma de concreto que se cree pudo haber estado un faro, ya que se encuentra en una parte alta de un pequeño cerro a mitad del camino.

Según el relato del historiador sudcaliforniano Fernando Jordán, que hizo en el año de 1950, al navegar sobre el Golfo de California desde La Paz hacia Santa Rosalía, se maravilló de ver estas dos minas en total abandono, y constató que nunca fueron utilizadas por la apariencia; incluso, se apreciaba que algunas construcciones nunca las acabaron. En el mismo relato, Jordán preguntó a los vecinos del lugar y le dijeron que en 1948, se habían ido los últimos residentes, quedando únicamente un velador al que nunca pudo hallarlo para seguir escribiendo sobre la historia del lugar; los bajos precios en el mercado mundial del manganeso y también la modernización en la producción de acero que sustituyó al manganeso por otros metales, se cree que fueron los motivos del abandono total del lugar.

Con la tecnología actual y con ayuda del Google Earth se hallaron los lugares, y no se apreciaron caminos de acceso por tierra, la mina Los Pilares se halla en las coordenadas 26°56’13.07″ Norte y 111°48’12.20″ Oeste y la mina Los Gavilanes en las coordenadas 26°52’45.63″ Norte y 111°47’48.06″ Oeste.

En la misma aplicación satelital vienen fotos tomadas por el fotógrafo Jerry Bazant —del cual se toman como derecho de autor—, y se ve cómo está actualmente el lugar, así como el total abandono y falta de caminos de acceso de terracería por los caminos vecinales que conectan la parte occidental de la península con la carretera transpeninsular Benito Juárez.

Estas apasionantes y misteriosas historias sudcalifornianas nos hacen reflexionar que, a pesar del aislamiento del macizo continental, pudo haber existido población abundante de haber colonizado a tiempo, aunque el tener poca población tiene también su encanto.

Termino el artículo con palabras con las que el propio Fernando Jordán describió el lugar en aquel lejano 1950: «Los trabajos deben haberse llevado con cierta actividad, pues hay muchos caminos abiertos, amplios y todavía en buen estado entre las construcciones interrumpidas y el mineral. Se ven planchas de concreto donde debe haberse cimentado la maquinaria, ya retirada, y grandes restos de madera, mucha de la cual ha sido vendida a últimas fechas. También parece que el lugar se abandonó repentinamente, casi sin preparativos, pues aquí y allá quedan todavía, con su forma original, enormes montones de mineral de manganeso que no fue embarcado. Si a la población que trabajó y explotó el mineral de Los Gavilanes la hubieran matado repentinamente una epidemia, el fantasma de ciudad no habría quedado en forma muy distinta a la que actualmente conserva».

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Localidades de BCS, geográficamente, mal ubicadas: el caso de Tembabichi (Parte II)

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Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur es un Estado que está lleno de playas, y lo mejor es que tiene para todos los gustos, desde grandes playas poco profundas en la bahía de La Paz, hasta olas de buen tamaño para surfear como en Todos Santos y San Juanico.

Pero es el golfo de California, el gran acuario mundial, que provee al estado de playas tranquilas y con arenas muy limpias y a veces de color blanco total. Sin embargo, los cinco municipios que conforman Baja California Sur, tienen colindancia hacia alguna playa en el también llamado Mar de Cortés. El municipio con menos proporción de línea de playa es Comondú, el cual tiene apenas 20 kilómetros, que incluso sirven de separación entre los municipios de Loreto y La Paz.

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El municipio de Loreto es el único que posee playas sólo hacia el golfo de California, y es precisamente en el límite Sur que colinda con Comondú, donde existe un pequeño pueblo con playas muy bonitas y una historia muy interesante de una casona que nos remite a la época de La Revolución Mexicana. El pueblo en mención se llama Tembabichi y a pesar de pertenecer a la jurisdicción del Ayuntamiento de Loreto, no tiene vías de comunicación terrestre hacia la cabecera y sus habitantes provienen, en su mayoría, de la zona serrana del municipio de Comondú, del cual también tienen un camino de terracería en medianas condiciones que hacen que toda la población acuda de manera continua a Ciudad Constitución, no sin antes pasar por Batequitos y el Ejido No. 5.

Cuando se creó el municipio de Loreto, en el año de 1993, en el Congreso local puso dentro de su jurisdicción el pequeño pueblo junto al mar Agua Verde, el cual tiene un acceso de terracería de la carretera transpeninsular. Los diputados de aquel entonces tomaron como cartografía la sección de votación de Agua Verde que corresponde a la Sección 347 del INE y dicha sección pasó a formar parte del nuevo municipio.

La consecuencia de esta partición, fue que los habitantes del pueblo —aunque poquitos—, pasaron a tener que tramitar todos sus asuntos de papeleo gubernamental hasta la ciudad de Loreto, y no a Ciudad Constitución, que queda más a modo en el trayecto de camino. Y claro está, también, en el tema territorial, al municipio de Comondú le «quitaron» un tramo de línea de bellas playas de 30 km de longitud, que según se ve en el mapa, no representa presencia de loretanos en el área.

Otro dato interesante de este pueblo, es que se fundó en 1906, cuando un lugareño halló perlas y una fue de gran tamaño que la vendió en La Paz, y con el dinero recabado construyó una gran hacienda dando a la vez trabajo a otras personas que se amplió a la pequeña agricultura y ganadería, pero con el tiempo se abandonó por falta de ventas de sus productos y la falta de perlas que extraer. En la actualidad, aún se puede visitar las ruinas de lo que alguna vez fue la gran hacienda y constatar sus bellas playas.

Tembabichi está ubicado en las coordenadas 25°15’28.986″ Norte y 110°57’04.397″ Oeste, según datos del INEGI de 2020. Tiene una población 22 personas —8 hombres y 14 mujeres.Se encuentra a 100 km por terracería de Ciudad Constitución, y el acceso por el puerto de Loreto es a través de pangas y por medio de la localidad de Agua Verde.

Al llegar al lugar, nos da la impresión que pudo haber sido un lugar de cultivos de perlas y también de siembra de cultivos orgánicos, queda el testimonio mudo de la «vieja casona» que muy bien, puede pasar como un museo de perlas.

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