Jugar en un país feminicida mientras el lobo no está

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FOTOS: Internet.

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Que una de las miles de historias de secuestro, desaparición, violación y asesinato de mujeres que se dan en nuestro país se originara por la mentira de Karen Espíndola es un alivio. Quienes ya hemos buscado a un familiar en delegaciones, ministerios públicos, nosocomios y morgues por desaparición, sabemos que es preferible una estúpida trastada a tener que recoger un cadáver o afrontar las consecuencias de una violación a un familiar. Saber que tu prima, primo, hermano, hermana, hijo o hija no estaba secuestrado o muerto y que andaba de parranda debe ser lo más liberador, a pesar del engaño y del coraje posterior; las inconveniencias de la jugarreta siempre serán infinitamente menores que la pérdida de un ser querido. Qué bueno que Karen está a salvo.

Los mensajes, supuestamente enviados por Karen desde un taxi a su madre, en los que mencionó Mami este señor se ve bien sospechoso y grosero para después apagar su celular, hicieron que su familia difundiera la información y que ésta abarrotara la internet, llegara a los medios de comunicación y llevara al Gobierno de la Ciudad de México a desplegar un operativo para su búsqueda. Durante la noche del martes tres y la mañana del miércoles cuatro de diciembre, la noticia se esparció y la indignación de los usuarios se viralizó en las redes sociales; durante más de 15 horas millones de personas consideramos a Karen una víctima más de la violencia de género que desborda a nuestra sociedad.

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En un país en el que diariamente más de 300 mujeres sufren la comisión de algún delito y diez son asesinadas, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), y cuando desde 1997 a 2018 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró a 53 mil 618 mujeres víctimas de asesinato –y esas son las cifras conocidas–, la noticia se sumaba a una larga lista de afrentas contra el género femenino; pero afortunadamente al siguiente día Espíndola llegó a bordo de un taxi a su casa. Poco después se revelaron los videos en los que se aprecia que ella estaba de fiesta en un bar de Villa Coapa, al sur de la capital del país; los tiempos de la grabación coincidieron con el momento en que mandó los mensajes.

Con Karen aparentemente a salvo las muestras de apoyo y las críticas no se hicieron esperar, mientras unos festejaron su crudo pero feliz regreso a casa otros la vilipendiaron; mujeres y hombres se congratularon por su bienestar y también se mofaron y la atacaron. Una pequeña parte de la sociedad, reflejada en la red de internet, se confrontó, se solidarizó y se pendejeó; lo que es común a últimas fechas cuando se tocan los temas de la violencia de género y la lucha feminista en ésta nuestra tan machista sociedad.

Personalidades de la política y el medio artístico se solidarizaron con Karen y algunos de sus mensajes fueron usados como ejemplo de lo que debemos hacer en situaciones como ésta; de entre esos sobresale el del diputado Pedro César Carrizales Becerra El Mijis, quien tuiteó: “Me da un chingo de gusto que Karen esté bien; ojalá todas las historias de desaparecidas acabaran en una peda y una pinche crudota. La neta se la curó bien duro mintiéndole a su jefa”. ¡Sí, qué gusto nos dio que ella estuviera bien! Y de nueva cuenta la controversia inundó las redes, muchas mujeres, así como hombres, elogiaron al diputado por su capacidad de análisis y por no juzgarla, y es que con aquello de que se la curó bien duro no dejó claro si la criticaba o la festejaba, aunque después dijo que Karen “la regó gacho”, refiriéndose a que mintió.

Aunque Karen se disculpó públicamente por su inocente acto, eso no minimiza el hecho de acaparar la atención, no sólo de los internautas y los medios de comunicación, sino de las autoridades. El Gobierno de la Ciudad de México y varias corporaciones desplegaron un operativo para su localización, en medio de una crisis nacional por los crímenes contra mujeres y cuando su actuar en la mayoría de los casos de desaparición es ineficiente; actuaron pronto y sin contemplaciones, destinaron personal, medios tecnológicos y recursos económicos para salvarla. Esperemos y exijamos que se sigan desempeñado así.

Mientras buscábamos a Karen, sí todos, desde el que mandó un tuit de respaldo o el que reprodujo la nota en facebook, hasta el que no hizo nada pero paga impuestos, fueron secuestradas otras mujeres, algunas asesinadas, pues en casos de desaparición forzada que las víctimas resulten con vida es cuestión de tiempo: el 3 de diciembre fue localizada sin vida Cintya Gabriela en un taxi; al siguiente día fue encontrado el cuerpo de Ana Isabel, también asesinada. De acuerdo a las cifras oficiales, al menos media decena de mujeres fueron exterminadas en el país mientras Karen festejaba.

¡Qué bueno que Karen esté viva y ya se haya curado la cruda! Mientras tanto verdaderas víctimas no tuvieron la misma atención que ella, ya no están entre nosotros y sus familiares las lloran, cuando los recursos empleados para localizar a Espíndola pudieron enfocarse en casos reales. Jugar mientras el lobo no te busca a ti en un país donde la jauría está al acecho de miles de mujeres no es un asunto que deba tomarse a la ligera, las consecuencias pueden ser terribles aunque tú estés a salvo, y peores si eres de carrera larga.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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La Última Trinchera

Roberto E. Galindo Domínguez

Sudcaliforniano por decisión. Escritor. Maestro en Apreciación y Creación Literaria (Casa Lamm) y en Ciencias en Exploración y Geofísica Marina (Instituto de Geofísica-UNAM). Licenciado en Diseño Gráfico (Facultad de Artes Plásticas-UNAM), en Arqueología (ENAH) y en Letras Hispánicas (UAM). Investigó barcos hundidos y restos culturales sumergidos (INAH). Fue profesor en la ENAH y la UnADM. Tiene un libro y ensayos científicos en publicaciones nacionales e internacionales. Escribe en “Contralínea” y “El Organismo”. Ha colaborado en “Gatopardo”, “M Magazine” y otras revistas. Red Voltaire Internacional (París) seleccionó y publicó 29 de sus textos. Doctorante en Investigación y Creación de Novela (Casa Lamm). Miembro del Taller de la Serpiente y Mar Libre.

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