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Puerto San Carlos, Baja California Sur y el mito que es una isla

FOTO: Noé Peralta

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Puerto San Carlos se encuentra ubicado en el municipio de Comondú y en el estado de Baja California Sur. Cuenta con un puerto de altura para recibir barcos de gran calado, que originalmente serviría a darle salida a roda la producción agrícola del naciente valle de Santo Domingo, allá por los años sesentas.

La fundación de la localidad, va muy de la mano con la historia de la colonización del valle de Santo Domingo, y es que según se cuenta entre los pobladores, cuando se trasladaron a la ciudad de México, las autoridades de la entonces delegación de Comondú a gestionar un puerto para dar salida a la producción de algodón y trigo principalmente, del valle de Santo Domingo. Cuando ya se autorizó el recurso para la construcción del muelle principal, y aun no tenían pensado el nombre que le pondrían a la recién creada población pesquera, un funcionario público de la capital del país donde andaban gestionando, les preguntó por mera formalidad, si en el estado de Baja California Sur había un pueblo que llevara por nombre San Carlos? Y cuando la respuesta fue que no, entonces les dijo: pues, pongamos el nombre de Puerto San Carlos; después de la anécdota y con todas las ganas de construir el muelle ya autorizado el pueblo y puerto se fundó en 1968, y sería el primer puerto de altura en el entonces territorio de la Baja California.

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FOTO: Noé Peralta

Lo que pocos sabemos en la actualidad, es que el pueblo de San Carlos, está fundado en una isla y que el puente que lo une con el macizo territorial del estado no es precisamente lo que lo convierte en isla, sino que es un terraplén construido unos cien metros después de la playa conocida como La Curva es lo que hace que el puerto sea geográficamente considerado como una isla.

Este terraplén que se encuentra en el acceso principal siempre existió desde que los pescadores hacían de la región un campo pesquero, y era originalmente un paso franco para automóviles cuando la marea bajaba y se convertía en salitral, tal y como sucede actualmente en algunos caminos vecinales que dan al campo pesquero de San Buto, y que está frente a la planta termoeléctrica de CFE a unos 5 km antes de llegar a Puerto San Carlos.

El lugar donde se encuentra el puente actualmente, vino a acortar en mucho el acceso a la nueva población, ya que antes de la construcción de dicho puente, se tenía que bordear por una conexión terrestre más al sur de donde está el puente actualmente. Este recorrido por la parte sur es de 10 kilómetros más, que se vino a cortar con la construcción del puente.

Como podemos ver en una imagen satelital, el puente como mucha gente piensa, no es lo que hace que Puerto San Carlos sea considerada erróneamente por muchos habitantes como una isla; sino el terraplén que está más adelante.

FOTO: Google Earth

Como ubicación georreferenciada tenemos que el puente está ubicado en las coordenadas 24.800713 Norte y 112.095065 Oeste, mientras que el terraplén esta en 24.803139 Norte y 112.113209 Oeste.

Si tiene oportunidad de visitar el puerto en la isla de San Carlos, hágalo y disfrute también de la majestuosidad de la Bahía Magdalena, que si tuvieran buenos proyectos turísticos no le pidieran nada a los complejos de manglares ubicados en el caribe mexicano.

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El legendario Método zahorí que se usó para encontrar agua en el Valle de Santo Domingo (I)

FOTOS: Internet

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde tiempos antiguos, el ser humano siempre le ha interesado tener una fuente permanente de abastecimiento de agua, desde el momento que decidió dejar el nomadismo como forma de vida. Al estar cerca de los ríos o lagos es fácil recurrir a esta fuente de agua para poder satisfacer la sed, incluso, la siembra de cultivos necesarios para la alimentación, pero en lugares donde no hay agua superficial se descubrió que bajo la superficie terrestre o en los mantos de subsuelo a veces brotaba de manera extraña ¨ojos de agua¨, y fue aquí donde los primeros humanos sedentarios hicieron todo lo posible por descubrir si existían fuentes de agua por debajo de donde estaban asentados.

Según cuenta la leyenda que, en la antigüedad, Moisés se encontraba en pleno desierto de Sinahí cuando utilizó su bastón para tocar el suelo y cotejar si habría una veta de agua disponible en el subsuelo para cavar y satisfacer la sed del pueblo. Al encontrar agua, hizo uso de una técnica que aunque asombra sigue usándose actualmente, sobre todo en países subdesarrollados, y que se llama la Radiestesia, también llamada rabdomancia y más comúnmente como el Método de zahorí.

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El término zahorí significa que es una persona capaz de descubrir lo que está oculto, que piensan o sienten lo que otras personas no pueden y se le asocia, principalmente, con la habilidad de poder deducir si hay manantiales de agua en el subsuelo. Según se investigó en redes sociales, proviene del árabe zuharí y este del término azzuharah, que significa venus —a esta diosa se le atribuía el arte de adivinar.

Como quiera que sea, en la década de los sesentas, cuando se iniciaba con la gran apertura a tierras de cultivo del Valle de Santo Domingo, ubicado en el municipio de Comondú, en el Estado mexicano de Baja California Sur, esta práctica tuvo su apogeo entre varias personas, que incluso se volvió de una buena fama que después en toda la entidad eran solicitados sus servicios para indicar de manera precisa donde había una fuente abundante de agua en los mantos inferiores de la corteza terrestre. Esta práctica consiste en utilizar varas de árbol, dos varillas metálicas o incluso un péndulo, una vez en contacto con las manos de zahorí, le van indicando —mediante impulsos ¨magnéticos¨—, qué camino seguir en el monte, algo así como los aparatos para buscar tesoros enterrados.

Cuando se tiene mucha habilidad, se puede deducir que tan profundo se encuentra el venero de agua, incluso, dependiendo del movimiento que realicen las varas se puede saber que tanta corriente o gasto del vital líquido existe. En la actualidad, esta práctica aun continua a pesar de que ya hay técnicas científicas modernas para poder deducir con precisión donde se puede encontrar agua; en cierto modo, la cuestión económica es lo que más hace que las personas o rancheros opten por no contratar los servicios de un geólogo o técnico especialista en estudios de las capas terrestres.

Lo más curioso de este método es que, no a cualquier persona se le da el don de poder deducir donde existe la posibilidad de extraer agua, también son muy pocas las que van mejorando con el tiempo su habilidad para ¨leer¨ y decir con gran aserción donde se puede construir un pozo de extracción. Los científicos no creen en esta técnica y la catalogan como una pseudociencia que no existe, según ellos, una prueba que demuestre su veracidad y creen que su resultado es una adivinación al azar, que en cualquier superficie de la corteza terrestre se puede hallar agua en el subsuelo, eso sí, a mucha profundidad y en cantidades variadas que sería difícil no atinar.

Según los que se dedican a la radiestesia —sobre todo en países africanos—, existen aparatos que miden la vibración del agua del subsuelo y se revisó en páginas de ventas por internet tienen demanda y ya se pueden comprar en línea. Estos aparatos son la varilla de Hartmann y la Antena Lecher.

En el Valle de Santo Domingo, según pláticas, la mayoría de los pozos de riego que se abrieron en los inicios de la región fueron explorados por personas zahoríes que se dedicaban a la excavación de pozos y que en la actualidad, la mayoría de sus excavaciones aún extraen suficiente agua, con la excepción de algunos casos que el vital líquido se está encontrando a más profundidad.

Las ¨herramientas¨ más usadas por los zahoríes comundeños son una especie de horqueta de olivo o mango, la cual se corta a una medida que se pueda acoplar en ambas manos y se deja un tercer brazo libre con el que se indica hacia donde se debe caminar en busca del agua, llegado el momento de indicarnos, se mueve en sentido hacia la tierra con una fuerza, que muchas veces vence a la persona que lo trae. El tamaño, el tipo de árbol, la edad del árbol y el tiempo que pasa desde que se corta la rama que se usa como buscador de agua, es un verdadero estudio y habilidad del zahorí; y es que dependiendo de estas características es el éxito obtenido para hallar el yacimiento de agua.

Foto ilustrativa de Internet

En el Valle de Santo Domingo se ha tenido mucho éxito en encontrar agua del subsuelo, principalmente, en las cuencas que forma en los arroyos de Las bramonas, Buenos Aires y Santo Domingo, es por obvias razones, al ser superficies de gran escurrimiento en tiempos de lluvias, se cree que el agua se filtra por sus capas haciendo más abundante el líquido subterráneo en esos lugares. Donde no se ha podido conseguir extraer de buena calidad y en cantidades suficientes es la zona sur del extenso valle, aun a pesar de tener un gran reservorio natural como lo es el llano o laguna de Hiray.

Ya con estudios científicos, se tienen dos principales análisis de hallar agua en el subsuelo. Según la hidrogeofísica, que es la rama de la geofísica que se encarga de estudiar los recursos hídricos utilizando aparatos de medición tanto de corriente continua eléctrica, como reactividad por vía magnética, con ello se puede saber con certeza como están compuestas cada una de las capas terrestres hasta cierta profundidad y la existencia de agua u otros elementos fluidos.

A pesar del avance de la ciencia, las técnicas humanas a base del empirismo —y a veces con un poco de chamanismo—, siempre van a tener gran aceptación entre la población ya que se aplica el hecho de que con fe y el buen tino del zahorí se puede hallar una buena respuesta desde las entrañas de la tierra. Es lo que pasó y sigue pasando en la localización de pozos de agua en el Valle de Santo Domingo.

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El origen de la cuadrícula del Valle de Santo Domingo

FOTO: agro2000

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Cuando se viaja virtualmente por la República Mexicana y por el mundo, y sobre todo por zonas agrícolas, regularmente se ven en las imágenes satelitales cuadros bien definidos sobre los campos dedicados a diversos cultivos; en la actualidad, con la introducción de altas tecnologías sobre el cuidado y optimización de agua para riegos se aprecian grandes círculos verdes, donde se implementan regadíos en forma de pivotes. En el caso de las cuadrículas, donde se ven como tapetes verdes, regularmente son zonas agrícolas donde hay suficiente agua o existen presas por donde, a través de canales, realizan los regadíos; mientras que donde hay formas circulares en las áreas verdes, es muy probable que el agua provenga de pozos profundos.

También al viajar por avión se pueden apreciar estos espectaculares tapetes verdes, y más cuando se vuela por encima de paisajes desérticos, por ejemplo, en la zona noroeste del estado de Chihuahua, se observan desde el aire una gran cantidad de círculos verdes que contrastan con el paisaje desértico; pero los círculos más famosos del mundo, sin duda son los que están en la región de Kufra, en el país árabe de Libia; según se lee en la historia, el gobierno libio andaba buscando petróleo para su explotación en medio del hostil desierto del Sahara, y paradójicamente halló agua fósil subterránea en grandes cantidades, de ahí se lanzó un ambicioso proyecto de irrigación del desierto de arena para desarrollar agricultura, dando una fuente de ingresos de importancia económica y alimentaria, pero sobre todo, con el fin de utilizar agua aún en la actualidad para suministro de ciudades de la costa; desde el espacio se ven muy bonitos los círculos de aproximadamente un kilómetro de diámetro, donde se siembran principalmente cereales.

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En el caso de Baja California Sur, el municipio de Comondú tiene dentro de su territorio el denominado granero del estado, que se llama Valle de Santo Domingo, que es una gran llanura con altura promedio de 50 metros sobre el nivel del mar y se extiende a todo lo largo de la parte occidental de dicho municipio. En la actualidad, la mayoría de los cultivos siguen todavía un tapete agrícola rectangular y se ven algunos círculos con riego por medio de pivotes centrales; con la creciente demanda de tierras cultivables para el esparrago, se ha vuelto a trazar el paisaje desértico del valle en lo que por mucho tiempo se conoció como los tapices verdes.

Haciendo un poco de historia, el 9 de diciembre de 1949 el gobernador del entonces territorio sur de la Baja California, el general Agustín Olachea, solicitó al gobierno central la creación de un espacio suficiente donde se pudiera colonizar tierras fértiles con agua de pozos; los objetivos eran, entre otros, poblar los llanos de Magdalena, que eran muy codiciados por el imperialismo estadounidense que llevaba un tiempo haciendo prácticas militares en la Bahía Magdalena, con el pretexto de proteger a México del ejército japonés en el teatro de la Segunda Guerra Mundial, incluso ya se había establecido una base militar naval en Puerto Cortés en la isla Margarita.

El decreto de colonización se dio a cabo, y se invitó a una infinidad de familias provenientes del macizo continental a que vinieran ¨abrir¨ tierras de cultivo, aprovechando una generosa ayuda económica gubernamental. La cantidad autorizada para crear el Valle de Santo Domingo (recordemos que antes era conocido como los llanos de Magdalena), fue de 400mil hectáreas, repartidas en predios agrícolas o ranchos de 100 hectáreas cada uno, con una longitud de un kilómetro por lado, haciendo ranchos en su mayoría de forma cuadrada. Esta cuadriculación no es nuevo, en el valle del Yaqui de los alrededores de Ciudad Obregón también existe ranchos de forma cuadrada, aunque allá son de 2kms por lado, e incluso en el estado norteamericano de Dakota del Norte existen casi en su totalidad cuadros de ranchos agrícolas, pero de una milla por lado.

Al momento de la fundación del Valle de Santo Domingo, se estima que llegaron alrededor de 12mil personas provenientes de varios estados del interior de México, los cuales pasaron a formar colonias agrícolas entre personas con cierta afinidad de costumbres o con lugar de procedencia común; así fue como se formaron las primeras colonias agrícolas, entre las principales están: Nueva California, Nueva Jiménez, Fernando de la Toba, La Laguna, Salvatierra, Cuitlahuac, Teotlán, Buenos Aires, Yaquis, Revolución Mexicana, por mencionar a algunas. Este grupo de ranchos dio origen a los ya conocidos como colonos, que agrupados en tipo cooperativa solicitaban los apoyos crediticios tan necesarios en esos inicios, así como buscar el destino final de la producción de sus cultivos; ya todas las colonias agrícolas formaron la pujante y legendaria Asociación Agrícola del Valle de Santo Domingo, que dominó toda la actividad económica de la región durante la década de los setentas y ochentas principalmente, al grado de involucrarse en la política local y ser parte importante en la designación de los primeros presidentes municipales del municipio de Comondú.

Fueron épocas de gran esplendor y desarrollo económico para Baja California Sur, y sobre todo para el municipio de Comondú, ya que fue un polo de atracción de mano de obra de todo el estado y de otras regiones del país, donde se llegaron a formar los primeros centros de población y, por obviedad, el crecimiento poblacional se concentró en la cabecera municipal, Ciudad Constitución. Según anécdotas de aquellos tiempos, se decía que la capital debería de haber estado en esta región por ser el centro del estado, además de ser la región económica más fuerte estatal, ya que por aquellos tiempos aún no se creaba el potencial turístico de Los Cabos.

En la actualidad, solo el recuerdo queda de la otrora potente Asociación Agrícola del Valle de Santo Domingo, su edificio está descuidado y el teatro contiguo se vino abajo en su uso y mantenimiento, por lo que tuvieron que entrar a rescatarlo las dependencias gubernamentales; las colonias agrícolas ya no funcionan, y cada colono se la ve por sí solo, al grado que, por las dificultades económicas del agro mexicano, se han tenido que rentar a inversionistas foráneos como una manera de poder sobrevivir y renacer este valle agrícola. Los cultivos de espárragos es el cultivo que ha traído inversión a esta zona y la derrama económica es muy importante con la construcción de empaques para la maquila del producto y su posterior exportación.

Lo que muy pocos saben en la actualidad, es que al momento de trazar la cuadrícula de todos los ranchos que conformarían el Valle de Santo Domingo, se estableció que a cada 2 predios agrícolas, tanto en sentido horizontal como vertical, debería ir una calle oficial de 20 metros de ancho; o lo que es lo mismo, a cada 2 kilómetros debe de ir trazado un camino de acceso a cada rancho. Al momento de la creación de la cuadrícula se trató de llevar en forma los caminos vecinales con este arreglo, pero con el tiempo, al ver que cada propietario construía su acceso por donde consideraba más fácil llegar a su destino, dichos caminos se fueron perdiendo. También en algo tuvo que ver que hubo ranchos que no se desmontaron o que sus propietarios abandonaron, y fue motivo que los caminos algunas veces atravesaban por la mitad los ranchos.

Recientemente se han visto situaciones donde ranchos agrícolas absorbieron los caminos de acceso obligando a los automovilistas a buscar otros caminos, y también nuevos propietarios que no conocen esta regla y cercan los caminos oficiales, provocando un caos entre la población al no tener caminos trazados y transitados. No cabe duda que al no tener una cultura en nuestro país de respeto por las reglas o leyes, cada quien hace el camino donde mejor le parezca, sin seguir el orden establecido originalmente. El porqué de crear un camino oficial a cada 2 predios, es por la simple razón de que todos y cada uno de los propietarios de los ranchos puedan tener dos lados por donde acceder; imaginemos en la ciudad, en una colonia urbana, y en una manzana trazada, que el dueño de un terreno que se encuentra en esquina, quiera acceder a su predio por el lado del vecino en lugar de la calle oficial, pues ocasionaría un malestar y muy justificado de otras personas.

Para los viven en el Valle de Santo Domingo, es fácil saber qué calle es oficial y cual no; siguiendo esta recomendación, tenemos que el camino vecinal que sale de la carretera transpeninsular a la altura del km. 214 hacia el poblado de Palo Bola, y que pasa por la fábrica de harina de maíz, denominada maseca, es calle oficial, de aquí a cada 2 kilómetros o a cada 2 ranchos hacia el norte y hacia el sur debe de ir otra calle oficial de 20 metros de ancho cada una. En el otro sentido se toma como base la ampliación de la calle Ignacio Zaragoza, en específico el acceso que va a dar al centro de rehabilitación conocido como Cereso es calle oficial, de esta referencia se toma como base hacia el este o al oeste y a cada 2 kilómetros o cada 2 ranchos agrícolas debe de existir una calle oficial de 20 metros de ancho.

Si este Valle de Santo Domingo siempre hubiera sido exitoso, estuviéramos en un país donde se siguen las reglas de trazos de caminos y tuviéramos dinero suficiente para pavimentar caminos vecinales, desde el aire se vieran caminos de acceso en zonas rurales agrícolas tipo películas de Estados Unidos, pero nos conformamos con que se conozcan y los colonos no sigan obstruyéndolas.

 

 

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