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¿Qué es la orientación sexual?

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Sex Matters

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). En la actualidad, estamos acostumbrados a escuchar términos como gay, lesbiana, bisexual, pansexual, asexual, entre otros, sin embargo, suele haber confusión sobre el rubro al que pertenecen estos conceptos y sobre todo, una falta de información sobre lo que son y lo que implica para la persona que declara su orientación sexual.

La orientación sexual es la atracción erótica, emocional o amorosa que sienten las personas hacia otras, tomando como referencia su género o también su identidad de género, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas.

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Es importante aclarar que la orientación sexual es diferente de la identidad de género, ésta,  define el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina, o alguna combinación de ambos; se trata de la forma individual e interna de vivir el género, la cual podría o no corresponder con el sexo con el que nacimos.

Es decir, la identidad de género es cómo una persona se identifica en lo masculino, femenino, ambos o ninguno, y la orientación sexual es hacia quién dirijo mi atracción.

Por lo tanto, en identidad de género incluimos a los hombres o mujeres trans —travesti, transexual o transgénero —, queer, no binarios, agénero, género fluido, y otras más, mientras que en la orientación sexual se encuentran lesbianas, gays, asexuales, bisexuales, pansexuales, entre otras.

Tradicionalmente se espera que a una persona le atraiga otra del sexo opuesto, lo que conocemos como heterosexualidad, sin embargo, a través de la historia se ha demostrado que no sólo ha existido esta orientación, las personas homosexuales han estado siempre presentes, pese a los intentos por ocultarlos o minimizarlos.

También, se encuentran personas que no se han identificado con el ser hombre o mujer y por lo tanto, no se pueden clasificar estrictamente dentro de la heterosexualidad, tal es el caso de los Muxes, personas nacidas — en la comunidad zapoteca— con genitales masculinos, que asumen roles femeninos en los ámbitos social, sexual y/o personal; de manera muy similar, los Fa’afafine, hombres criados como mujeres por sus familias, pertenecientes a la sociedad samoana.

La mayoría de las orientaciones sexuales siguen siendo tabú en nuestra sociedad, debido a la idea generalizada de que la heterosexualidad es lo natural en el ser humano, sin embargo, este concepto proviene de las sociedades tradicionales, en donde el orden social se consideraba externo a las personas: era un orden jerárquico establecido por Dios —a-racional— y, por ende, natural. Los privilegios de unos frente a la subordinación de otros se consideraban parte de un orden superior, inamovible e incuestionable.

Aunado a esta lógica, diversos grupos sociales se han empeñado en difundir ciertas falacias para sostener argumentos que faltan a la ciencia, como, por ejemplo, que en la naturaleza no hay animales con comportamientos homosexuales —ciertas especias de chimpancés, pingüinos, ovejas y delfines han sido observados y documentados manteniendo relaciones homosexuales—, o también han sostenido que la homosexualidad es una enfermedad —la primera vez que fue catalogada como enfermedad mental fue en 1886 por Richard von Krafft-Ebing en su libro Psychopathia sexualis, sin embargo, en 1976 es eliminada del Manual de Estadística y Diagnóstico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría—, por lo anterior, Oscar Guasch en su libro La crisis de la heterosexualidad menciona que “La heterosexualidad es un mito. Una invención. Una patraña. Es un producto histórico y social; el resultado de una época y unas condiciones sociales determinadas. Porque la heterosexualidad no es universal. Es algo nuestro, occidental, cristiano”.

No obstante, en el último siglo, todas estas concepciones han ido cambiando poco a poco y la sociedad actual es más receptiva que en el pasado, esto ha permitido que las diferentes orientaciones sexuales, que ya existían, se animen a ver la luz y a plantar cara a la invisibilidad con la que se les ha tratado, de esta forma podemos incluir a algunas de las orientaciones más comunes en la actualidad:

  • Asexualidad: Cuando una persona que no siente atracción erótica hacia otras personas. Puede relacionarse afectiva y románticamente.
  • Bisexualidad: Capacidad de una persona de sentir una atracción erótica afectiva por personas de un género diferente al suyo y de su mismo género, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con ellas.
  • Heterosexualidad: Capacidad de una persona de sentir atracción erótica afectiva por personas de un género diferente al suyo, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con ellas.
  • Homosexualidad: Capacidad de una persona de sentir atracción erótica afectiva por personas de su mismo género, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas. El Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW) observa una tendencia a reivindicar el uso y referencia a los términos lesbiana y lesbiandad, para hacer referencia a la homosexualidad femenina.
  • Pansexualidad: Capacidad de una persona de sentir atracción erótica afectiva hacia otra persona, con independencia del sexo, género, identidad de género, orientación sexual o roles sexuales, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y/o sexuales con ella.
  • Demisexualidad: atracción sexual solo en casos donde previamente se ha establecido un fuerte vínculo emocional o íntimo.

Existen más orientaciones sexuales pero hay muy poca información sobre el número de personas que se identifican con éstas debido a la discriminación, falta de empatía y desconocimiento que existe. Aun así, en la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género del 2018, el .8% de la población sudcaliforniana se identificó con otra orientación sexual que no fuera la heterosexual.

A pesar de que puede parecer un porcentaje muy pequeño, resulta significativo saber que cada vez hay más personas que se animan a enfrentar los tabúes de nuestra sociedad y plantarles la cara de frente. Aún queda un largo camino que recorrer para la aceptación, inclusión y sana convivencia entre las personas — independientemente de la orientación sexual que tengan— pero la lucha es constante.

Es importante considerar que, independientemente de la orientación sexual que una persona posea, o incluso si no se identifica con ninguna, esta puede ir descubriéndose a lo largo de la vida, a medida en que sea sincera consigo misma y/o se permita experimentar nuevas experiencias. Rodearse de personas comprensivas y construir redes de apoyo, se vuelve fundamental para encarar a esta sociedad y, en muchas ocasiones, a uno mismo.

 

BIBLIOGRAFÍA

Guasch, Oscar. (2000). La crisis de la heterosexualidad. Leartes, Barcelona.

Boswell, John. La investigación histórica de la homosexualidad. Estudio.

Rey, Fernando. (2012). Homosexuales. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Soler, F. (2005). Evolución y orientación sexual. Universidad Nacional de Colombia.

Glosario de la diversidad sexual, de género y características sexuales. Secretaría de Gobernación.

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¿Podemos leer un cuerpo como se lee un texto?

“Mi cuerpo y tu cuerpo”. FOTOS: Amelia Guillén Mansilla.

Sexo + Psique

Por Amelia Guillén Mansilla 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Dentro de los objetivos de la existencia humana,  están la buena salud, la educación y la obtención de conocimientos; y en la esencia de la salud sexual está el placer como factor de bienestar irrenunciable, aunque el disfrute erótico frecuentemente ha sido negado, condicionado y patologizado. Es importante darnos cuenta que existimos y que también existen los demás, y un mundo en el cual nos relacionamos. Dentro de la danza de los sexos, ¿cómo saber si somos compatibles?, ¿qué hacer si no lo somos? Frente a una combinación de emociones, personalidades e incluso creencias familiares y culturales, ¿cómo comprender lo que ambos amantes aportan a la relación y trabajar sobre eso? ¿A qué se enfrentan las parejas en estos  momentos de cambios tan grandes y rápidos?  ¿Cómo se encuentra tu vida amorosa?

Hasta el siglo XX, en nuestra cultura mexicana había referencias claras respecto a cómo debía ser la vida sexual y la relación de pareja. Si bien, muchas de esas creencias eran falsas o incorrectas, se transmitían de boca en boca, a pesar de no tener ningún fundamento.

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Estas referencias ya no son la única voz dogmática que te guían.  Ahora, desde la cultura y las instituciones, vale tanto ser homosexual como heterosexual; tener hijos biológicos o con material genético ajeno; o que la familia conyugal ocupa un pequeño porcentaje entre las formas de crianza. También cambian los conceptos y los roles entre los sexos.

¿Cómo pensar el encuentro amoroso en una época como la nuestra, que carece de las normativas que regulaban anteriormente el encuentro entre los cuerpos? ¿Es pensable un encuentro en el amor que no esté enmarcado por los funcionamientos de los prejuicios? ¿Es posible “curarse” de los sufrimientos del amor cuando aparecen la desesperación y el dramatismo?

Es conveniente interrogarnos. Necesitamos conocer cómo se organizan nuestros pensamientos y nuestras acciones, que nos han llevado a aislarnos y ser el eterno soltero; o bien, a relacionarnos con otra persona, con la cual, a pesar de desearlo, no logramos sentir la conexión, la intimidad del placer y la satisfacción. 

El amor requiere una participación consciente, una perfecta armonía entre mi Ser; recordar que tengo un cuerpo, con capacidad motriz, sexual, emocional y cognitiva.; y una vez que consciente, y vuelva a integrarme, estaré listo para ir hacia el otro, a quien tendremos que reconocer que existe y validarle todas sus potencialidades. Donde un Yo y un Tú formarán un Nosotros.  

Por lo tanto, requeriremos organizar nuestro “discurso”, porque es en las palabras desde donde se estructuran nuestros pensamientos y se pone en función todo nuestro cuerpo. Pero en la familia hemos perdido la voz y por lo tanto el voto. Los demás han venido decidiendo sobre nuestros cuerpos. Quién puede recordar todas las frases que escuchó haciendo referencia a un acto que tendrías que realizar para que otro te validara como persona; o bien, evitgar un acto porque de igual manera serías juzgado por la mirada inquisidora del Otro. Y lo coloco con mayúscula porque son las autoridades que nos educaron y que se quedaron convertidas en mandatos resonando en nuestra mente y corazón, dándole forma a nuestro cuerpo y por lo tanto, aquello que nos permitiremos experimentar.

Hablando de nuestra sexualidad, es la  manera como me relaciono con mi cuerpo y con los cuerpos de los demás;  si bien tiene bases biológicas comunes, es única, cambiante y relativa.  Tenemos por costumbre usar la palabra sexo para múltiples aplicaciones; sin embargo buscando una educación sexual, a la cual todos tenemos derecho. Se pretende por acuerdos internacionales que la palabra sexo se reconozca por  igual en todas las sociedades como las características biológicas que se pueden observar anatómicamente.

Sin embargo, en nuestra sociedad nadie habla de los cuerpos que se quedaron en el “intersexo” donde no se desarrollaron algunos de los procesos que determinarán su función de reproducción. Ya existen muchos estudios sobre los “trastornos del desarrollo sexual” y algunos autores consideran que se podría llegar al 10% de la población mundial con estos trastornos, que por lo general se definen con esterilidad. La estadística se va logrando gracias a que muchas personas se sienten cómodas con sus cuerpos y aceptan hablar del tema. La sexualidad como parte de las ciencias de la salud sigue recibiendo pocos estímulos para la investigación y divulgación de la misma.

Hablando de nuestra sexualidad, es la  manera como me relaciono con mi cuerpo y con los cuerpos de los demás;  si bien tiene bases biológicas comunes, es única, cambiante y relativa.  Tenemos por costumbre usar la palabra sexo para múltiples aplicaciones; sin embargo buscando una educación sexual, a la cual todos tenemos derecho. Se pretende por acuerdos internacionales que la palabra sexo se reconozca por  igual en todas las sociedades como las características biológicas que se pueden observar anatómicamente. Recibe su influencia desde el periodo prenatal, será entre la quinta y novena semana de gestación donde se realizan estos procesos que definen las estructuras del sexo de una persona. Son los procesos anatómicos: genéticos con sus estructuras cromosómicas gonadales donde la glándula llamada gónada se convierte en ovario o en testículo. Dando procesos neuronales y hormonales. Mientras se definen los órganos sexuales internos y en seguida los órganos sexuales externos. Pero bien, se dará la asignación del sexo como hombre o mujer hasta el nacimiento de ese ser humano y no sabremos mucho sobre los procesos funcionales, hasta la pubertad donde se verán los siguientes cambios del desarrollo del sexo.  Sin embargo, en nuestra sociedad nadie habla de los cuerpos que se quedaron en el “intersexo” donde no se desarrollaron algunos de los procesos que determinarán su función de reproducción. Ya existen muchos estudios sobre los “trastornos del desarrollo sexual” y algunos autores consideran que se podría llegar al 10% de la población mundial con estos trastornos, que por lo general se definen con esterilidad. La estadística se va logrando gracias a que muchas personas se sienten cómodas con sus cuerpos y aceptan hablar del tema. La sexualidad como parte de las ciencias de la salud sigue recibiendo pocos estímulos para la investigación y divulgación de la misma.

La sexualidad es uno de los aspectos más importantes de la identidad, es todo lo que la persona cotidianamente experimenta con respecto al placer y todo lo que puede decir acerca de su sexo, género y orientación sexual cuando responde la pregunta: ¿quién soy yo? Y que ésta se construye a lo largo de la vida en la interacción que tenemos con otras personas y es el producto de cada una de las experiencias que tenemos en el medio en el que vivimos.

Recuerda que cada cuerpo es una historia, como un libro abierto. El amor entrena en este arte de la lectura de los cuerpos.  Y tú, ¿te atreves a amar y disfrutar tu historia? ¿Le permites a los demás que pueden leer tu cuerpo como un texto…?

Sexo + Psique 
Amelia Guillén Mansilla

“Sexo + Psique” Tamaulipeca. Psicóloga clínica con Maestría en Terapia Familiar y de Pareja. Especialista en Sexualidad Humana. Combina sus actividades como catedrática universitaria con conferencias, impartición de talleres y apoyo a diversos grupos de autoayuda, además de brindar terapia en consultorio privado. Porque la salud del cuerpo es el placer más prolongado, se apoya en la Psicología Transpersonal en la búsqueda de la integración del Ser, para recuperar la sensación de placer y satisfacción mientras se vive la vida plenamente en armonía. Ama la fotografía. Disfruta verdaderamente del arte, la cultura y el Internet, y aunque prefiere hablar, hoy se atreve a escribir. ¿Podemos leer un cuerpo como se lee un texto?




Anorgasmia: cuando el sexo no es sinónimo de placer

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Fotos: Internet.

Sexo + Psique

Por Yaroslabi Bañuelos Ceseña

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Durante siglos, en algunas culturas se mantuvo la creencia de que la mujer no debía disfrutar del sexo y el placer sexual sólo estaba socialmente permitido para los hombres; en un matrimonio decente, el coito tenía como única función la reproducción y la mujer que se atrevía a disfrutar de su vida sexual era considerada como un ser impuro y condenada a cargar el estigma de haber caído en la lujuria.

En las últimas décadas la ciencia, la educación, el arte y los medios de comunicación han ayudado a que la sexualidad sea un tema más explorado y de interés para la sociedad, sin embargo, en algunos hogares el sexo sigue siendo un tabú. Por ejemplo, a un gran número de mujeres aún les resulta difícil asistir a una consulta ginecológica, informarse sobre métodos anticonceptivos o hablar acerca de la masturbación femenina y del placer sexual, ya sea por miedo, ansiedad, vergüenza, ideas irracionales, etcétera.

En ciertos casos, solicitar asesoría médica o buscar orientación psicológica cuando se pierde la capacidad de experimentar un orgasmo, es impensable, y muchas veces este padecimiento llamado anorgasmia se vuelve afección invisible. La anorgasmia o trastorno orgásmico femenino es un trastorno psicológico que tiene como característica principal la ausencia del orgasmo durante la actividad sexual o la reducción de la intensidad de las sensaciones orgásmicas, es decir, del placer. Este padecimiento puede clasificarse en 4 tipos:

De por vida o anorgasmia primaria: Ocurre cuando una mujer nunca ha experimentado un orgasmo.

Adquirido o anorgasmia secundaria: El trastorno inicia después de haber llevado una vida sexual normal, quien lo padece deja de experimentar el placer orgásmico paulatinamente o de forma abrupta.

Anorgasmia generalizada o absoluta: Existe la incapacidad de alcanzar el orgasmo a través de cualquier acto sexual (masturbación, autoestimulación o coito).

Situacional: El orgasmo se logra solamente mediante determinados tipos de estimulación, de situaciones o parejas.

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Según el Instituto Mexicano de Sexología, la anorgasmia es una de las disfunciones sexuales más comunes. En México este padecimiento afecta a 40% de las mujeres del área urban y a 80% de las mujeres que viven en zona rural. Cabe señalar que sólo el 5% de esta afección proviene de causas orgánicas como los son las alteraciones neurológicas, el efecto de diversas drogas y fármacos o a raíz de enfermedades crónicas como la migraña.

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Entonces, ¿qué provoca que millones de mujeres sean incapaces de lograr la culminación máxima del placer humano?

Los factores involucrados en este padecimiento son variados y de una naturaleza compleja, pero algunos de los principales son:

  • La represión cultural.
  • Experiencias sexuales traumáticas.
  • Carencia de educación sexual adecuada.
  • Actitud de aversión hacia el sexo y el orgasmo.
  • Estados emocionales que generan tensión psicológica y física como la ansiedad, el estrés, la angustia o sentimientos de culpa.
  • Comunicación disfuncional con la pareja.

Afortunadamente, la anorgasmia tiene solución y el tratamiento psicológico brinda un buen pronóstico, ya que un porcentaje importante de mujeres que lo padecen logran darle fin a este problema. En estos casos la terapia va encaminada a  modificar las ideas irracionales y las actitudes negativas hacia el sexo, desarrollar una autoestima saludable, impulsar el autoconocimiento físico y emocional, mejorar las habilidades sexuales a través de la práctica y de la información, asimismo, fomentar una comunicación asertiva y eficiente con la pareja.




¿Qué son las parafilias?

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Voyeurismo. Obra de Seth Amstrong.

Sexo + Psique

Por Yaroslabi Bañuelos Ceseña

 

“Llamamos perversa a una práctica sexual cuando se ha renunciado a la meta de la reproducción y se persigue la ganancia del placer como meta autónoma.” Sigmund Freud.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Antes de 1987 el término “perversión” fue muy utilizado por la psiquiatría y la psicología para referirse a aquellos comportamientos sexuales que no tenían la reproducción como su objetivo principal o que se desviaban de la normalidad sexual predominante en la época. La homosexualidad y la masturbación, por ejemplo, fueron consideradas como perversiones sexuales. Después del mencionado año, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eliminó del DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) el término “perversión” y lo sustituyo por el de parafilia. En la segunda versión de este manual (DSM-II), publicada en 1973, ya se había eliminado la homosexualidad como categoría diagnóstica de la sección de “desviaciones sexuales”. Esto sucedió por la presión de numerosas manifestaciones de la comunidad gay, las cuales se llevaron a cabo en Estados Unidos desde 1969. Las protestas lideradas por el “Frente de Liberación Homosexual” eran dirigidas hacia los psiquiatras de la APA, quienes se habían basado en teorías psicológicas, sin evidencia científica, para incluir la homosexualidad en la clasificación de los trastornos mentales.

Hoy en día, las parafilias se definen como el conjunto de fantasías sexuales en las que la excitación y la fuente de placer no se encuentran en el coito, sino en alguna otra actividad u objeto, los cuales se engloban en 3 tipos:

1) Objetos no humanos (ejemplo: el  fetichismo).

2) El sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja (sadismo, masoquismo, etcétera)

3) Niños u otras personas que no consienten (pedofilia o exhibicionismo).

El gusto y la inclinación por determinados juegos sexuales, fantasías eróticas o comportamientos poco convencionales durante el sexo, no implica que se trate de una parafila, ya que para que una práctica sexual sea considerada como tal, debe mostrar ciertas características como: alcanzar el orgasmo únicamente a partir de dicha práctica sexual atípica; presentarse por un periodo prolongado de tiempo (se consideran al menos seis meses); asimismo, el comportamiento sexual debe de causar un deterioro significativo en áreas importantes de la vida de la persona.

La “Guía para el Diagnóstico Clínico” de James Morrison nos dice: “Las parafilias incluyen distintos comportamientos sexuales que la mayor parte de la gente rechaza por resultarles desagradables, inusuales o anormales: implican algo distinto al sexo genital con un adulto normal que da su consentimiento. Un trastorno parafílico se diagnostica cuando una persona percibe tensión o disfunción como consecuencia de un comportamiento de este tipo”.

Por lo que se puede concluir que una parafilia está muy distante de lo que puede ser el erotismo o sensualidad; es un comportamiento insano, destructivo e incontrolable que conlleva un profundo malestar psicológico. Un claro ejemplo de la capacidad destructiva de las parafilias, es la pedofilia, en donde el daño a la integridad física y psicológica de otros es totalmente brutal.

Parafilias más frecuentes

  • Exhibicionismo: Exposición deliberada y compulsiva de los genitales en público para alcanzar satisfacción sexual mediante la reacción de la víctima.
  • Fetichismo: Obtención del disfrute sexual a partir de objetos inanimados (zapatillas) o zonas del cuerpo (pies).
  • Frotteurismo: Gusto y excitación por frotar los genitales contra el cuerpo de otra persona en sitios muy concurridos sin que la víctima se percate, por ejemplo en un vagón del metro.
  • Sadomasoquismo: Búsqueda de placer mediante la agresión y dominio (sadismo). Obtención del placer mediante la sumisión, al ser maltratado y dominado (masoquismo).
  • Vouyerismo: Consiste en obtener placer mirando los genitales y las actividades sexuales de otras personas.
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    Imagen: Internet.

  • Zoofilia: Fantasías y prácticas sexuales con animales.
  • Necrofilia: Excitación con cadáveres.

Las más extrañas

  • Androidismo: Excitación provocada por robots con apariencia humana.
  • Apotemnofilia: Tener fantasías sexuales sobre la pérdida de un miembro del propio cuerpo.
  • Aracnofilia: Excitación provocada por arañas.
  • Homilofilia: Excitación por discursos o sermones religiosos.
  • Capnolagnia: Excitación por observar a una persona fumando.
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    Imagen: Internet.

  • Emetofilia: Excitación por el vómito.
  • Formicofilia: Obtener placer sexual mediante el picoteo de las hormigas.

Es importante señalar que cada persona vive su sexualidad de acuerdo a sus experiencias, aprendizajes y motivaciones, esto hace que en el sexo los gustos sean complejos y muy diversos, pero también hay que tener en cuenta que si ese “gusto” se convierte en la única forma de alcanzar el máximo placer, causando ansiedad o estrés a quien lo vive, entonces considerarlo un problema sería una opción.

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Cinco puntos claves para mejorar la vida sexual

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Mejorar la vida sexual siempre es posible. Fotos: Internet.

Sexo + Psique

Por Yaroslabi Bañuelos Ceseña

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cuando se habla de mejorar la vida sexual se suele pensar en los clásicos juguetes eróticos o en los famosos afrodisíacos, sin embargo, existen algunos hábitos y actitudes que benefician de forma considerable a la satisfacción sexual y a la salud emocional, tanto individual como de pareja. A continuación se mencionan cinco recomendaciones que pueden ayudar a incrementar el rendimiento y el disfrute sexual:

  1. Aprende a manejar el estrés y la ansiedad

Tanto la ansiedad como el estrés son reacciones naturales que se manifiestan en el organismo cuando afrontamos situaciones amenazantes, no obstante, cuando estos estados se presentan de manera crónica, pueden convertirse en un obstáculo para disfrutar plenamente del sexo. La ansiedad patológica es una de las causas más frecuentes de trastornos sexuales como:

  • Disminución del deseo sexual.
  • Disfunción eréctil.
  • Eyaculación precoz.
  • Falta de una adecuada lubricación vaginal por problemas de excitación femenina.
  • Dolores durante el acto sexual: dispareunia y vaginismo.
  • Trastorno de aversión al sexo: miedo intenso e irracional hacia la actividad sexual, se caracteriza por una evitación recurrente a cualquier contacto genital con la pareja.

Es oportuno consultar a un especialista cuando los síntomas del estrés y la ansiedad empiezan a afectar la calidad de las relaciones sexuales y otras áreas de la vida.

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  1. Elige un buen método anticonceptivo

Actualmente la oferta de métodos anticonceptivos es bastante amplia y existen para todos los presupuestos, e incluso se pueden encontrar de forma gratuita en las unidades de salud, por lo que es conveniente informarse, leer acerca del tema y consultar con un médico para decidir qué método se adapta mejor a tu estilo de vida y a tus necesidades; esto te aportará mayor seguridad, tranquilidad y control sobre tu vida sexual.

  1. Ser asertivo

La asertividad es una forma de comunicación que consiste en expresar de manera clara, congruente, respetuosa y oportuna aquello que se piensa y se siente. Es por ello que se trata de una de las claves más importantes para mejorar significativamente la vida sexual, ya que aprender a comunicarte de forma asertiva permite expresar tus inconformidades y tus ambiciones sexuales.

Al principio se requiere un poco de esfuerzo, ya el miedo a ser rechazado o el temor a lastimar al otro se hacen presentes, sin embargo, intenta hablar de manera clara y amable, especificando lo que realmente deseas, lo que te excita y lo que no te atrae, dialoga lo que no te gusta o incomoda, y expresa tus fantasías; de esta manera tu pareja no estará propensa a hacer malinterpretaciones, además, el desarrollo de una comunicación asertiva generará más confianza en ti mismo, la cual se reflejará en el acto sexual e incrementará el nivel de satisfacción.

  1. Cuida tu salud
  • Mantén hábitos saludables de sueño y descansa apropiadamente, la fatiga crónica es de las principales causas de la pérdida del deseo sexual.
  • La hidratación es otro elemento de suma importancia para mejorar la satisfacción sexual. En el caso de los hombres, ayuda a la regulación de la presión arterial y mejora el flujo sanguíneo de las extremidades lo que le permite obtener una mejor y más duradera erección; en las mujeres la hidratación ayuda a fortalecer  las membranas mucosas y el funcionamiento de las vías urinarias.
  • El ejercicio regular, como pueden ser 30 minutos de actividad física al día, beneficia de manera importante al desempeño sexual, ya que el ejercicio aporta al cuerpo un incremento de energía y vigor, mayor coordinación motora y más flexibilidad muscular a la hora del encuentro sexual.
  1. No temas. Explora nuevas ideas eróticas

Se dice que el mayor afrodisíaco es el cerebro y dicha afirmación tiene mucho de cierto. La excitación sexual deriva en gran parte del estado mental adecuado, es decir, alimentamos la pasión y el frenesí con imágenes, fantasías y emociones. En ocasiones debido a algunos tabúes, al cansancio crónico o a los malos hábitos, el sexo puede convertirse en una rutina monótona que pierde su potencial enriquecedor para la mente y el cuerpo, por lo que es recomendable probar nuevas ideas eróticas que despierten sensaciones que se han quedado apagadas: diferentes posiciones sexuales, dedicar más energía y tiempo a los juegos previos, comprar algún juguete sexual o intentar realizar esa fantasía que nunca te has atrevido a poner en práctica. Es importante señalar que el cerebro se aburre, y cuando vives experiencias novedosas, en el sistema límbico se liberan grandes cantidades de dopamina, el neurotransmisor que proporciona al cuerpo las sensaciones de placer y felicidad.

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