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Antes de que nos olviden. Caifanes en La Paz

FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Es un honor y un privilegio estar en La Paz y contigo. Muchas, muchas gracias. Que Dios te ilumine y que Dios te bendiga, Raza. Bienvenido a tu ritual, a tu ceremonia… Con estas palabras de bienvenida de Saúl Hernández, Caifanes ofreció un impresionante concierto en La Paz en el marco del Choyero Fest, Música del Mar, la noche del pasado sábado 13 de abril en el estadio Guaycura. A las 9:33 de la noche, el público voló cuando las Nubes abrieron el espectáculo.

Sin duda, eran los artistas más esperados del evento. Hordas de paceños y paceñas con sus camisetas alusivas a una de las bandas más grandes que ha dado México, se cruzaban por pasillos, escaleras y espacios del estadio. Alrededor de las 8:00 de la noche, las filas para ingresar no estaban saturadas y es que el lugar nunca se abarrotó, estaría al 50% o menos de su capacidad. Además, algunos empezarían a ingresar desde las 12:00 del día que iniciaron las actividades. Hacia las 8:30 de la noche, Caloncho ofrecía un concierto de muy buena calidad, donde la gente le ofreció su admiración y cariño. Aunque a esa hora, inicialmente, se presentaría la banda, habría de pasar todavía una hora para que diera inicio su magia, el momento esperado: Caifanes en La Paz.

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Luego de Viento y Para que no digas que no pienso en ti, Saúl Hernández, el chamán, con su característica voz grave y serena, daba un sentido agradecimiento para iniciar el ritual. Fueron alrededor de tres o cuatro intervenciones, en las cuales habló a La Raza del feminicidio, del machismo —Hacen falta más hombres y menos machos, dijo, antes de proyectar Canción sin miedo en las pantallas—, de la naturaleza —para presentar esa joyita que es Tortuga— y del suicidio. El momento más emotivo fue cuando dedicaron un pequeño homenaje a Daniel Isaías, un pequeño que había fallecido y cuyo padre se encontraba en el público; al niño le dedicaron la magistral interpretación de Ayer me dijo un ave.

Algunas de las canciones más coreadas fueron No dejes que, Los dioses ocultos y Mátenme porque me muero, sin contar con que al irse vendrían las más celebradas: ante los gritos de “¡Otra, otra!”, regresaron y se echaron La célula que explota, con unos arreglos al teclado por el maestro Diego Herrera: ¡los acordes de inmediato fueron identificados!; y la cereza del pastel fue la clásica cumbia La negra Tomasa, que puso a bailar a más de uno. El concierto de dos horas, que culminó poco antes de las 11:30 de la noche, abarcó prácticamente todos sus éxitos contenidos en sus cuatro álbumes de estudio.

Hay que decir que los Caifanes ya no son los mismos de hace unos años. Saúl, en varias ocasiones, no alcanzaba sus propias notas; hubo unos pequeños errores de coordinación en un par de canciones; y hubo algunos arreglos, como en el caso de Afuera, donde, la palomilla, de repente nos preguntábamos “Pues ¿cuál rola están tocando?”, pues, ni de lejos, se comparan con los arreglos de lujo de la canción con que arranca El nervio del volcán —que este año cumple, ni más ni menos, que 30 años.

Pese a ciertos, pequeños, desaciertos, el concertió prendió a La Raza —o Palomilla, en choyero—. Saúl Hernández posee un gran carisma y un probado dominio del público y del escenario, todo lo compensa su entrega, su humildad y la oportunidad de verlo en vivo en La Paz, como el ícono del rock mexicano que es, acompañado de los gigantes Alfonso André en la bataca y Diego Herrera en los teclados y el sax. La triada original de la banda pisaba el suelo paceño en una noche llena de melancolía, donde fans de todas las edades —literalmente: de todas las edades, pues fue un concierto donde hubo desde niños, niñas y adolescentes, jovencitos que coreaban sus canciones— se entregaron a esta poderosa banda. Los músicos se vieron felices y agradecidos, misma felicidad y agradecimiento que tuvieron sus fans.

La polémica de los precios

Para el Choyero Fest, Música del Mar, se esperaban alrededor de 8 mil almas, pero, aunque no tenemos las cifras, lucieron muchas, muchísimas butacas vacías. Semanas antes del concierto, en redes sociales fue criticado el alto costo del boleto que alcanzó los 3,60o pesos en la zona VIP. En una rueda de prensa previa al evento, le pregunté al director del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), Víctor Hugo Caballero Gutiérrez, si era impensable proponer un festival de esta magnitud sin costo, pero respondió que había eventos de ciertas características, donde salía caro organizarlo y se requería cobro. Se anunció una inversión de 10 millones de pesos de recursos públicos, con la expectativa de obtener 16 millones, es decir, 6 millones de ganancia para eventos del ISC y un próximo festival. Al final, faltaron muchas personas a la cita, y los boletos, de última hora, se ofertaron en 500 pesos, que provocó descontento en quienes compraron los boletos más caros desde las primeras semanas. Incluso, los mismos Caifanes, en sus redes sociales, señalaron que el precio era muy alto y regalaron pases. Sin contar con un movedero de horario en las presentaciones.

Sería ideal que el ISC replanteara la cuestión de los costos, porque es merecible que esta capital tenga más festivales de este tipo. Hay que destacar lo positivo: la logística para el escenario en sí fue de primer nivel; fue una extraordinaria plataforma para que bandas locales dieran a conocer su música; y reunió a personas de todas las edades en un magno evento que, ojalá, reconsidere aspectos importantes y se logre convertir en una tradición.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista




Presentan cartelera oficial de Choyero Fest; habrá 18 artistas sudcalifornianos

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Este mediodía, Víctor Hugo Caballero Gutiérrez, director general del Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), dio a conocer la cartelera oficial y el programa completo del Choyero Fest, que habrá de realizarse el sábado 13 y el domingo 14 de abril próximos en el estadio Guaycura de La Paz; el evento contará con la presencia estelar de Caifanes el primer día, y de Leonardo De Lozzane, el segundo.

Se recibieron un total de 70 proyectos musicales para participar en el Choyero Fest, 12 de ellos de otros estados y diferentes países, y 58 de Baja California Sur. Sin embargo, finalmente seleccionaron a 18 grupos o solistas sudcalifornianos quienes estarán actuando desde las 12:00 del día de cada día —45 minutos, aproximadamente, cada uno—, en el mismo escenario que pisará Caifanes, el sábado 13 de abril a las 20:30 horas, y el vocalista de Fobia, el sábado a las 21:00 horas del domingo 14.

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Acompañado de Paulo Piña y Eduardo García Márquez —quienes forman parte de los cantantes sudcalifornianos con repertorio propio que actuarán en el festival—, Caballero Gutiérrez informó que el evento tiene una inversión de 10 millones de pesos de recursos públicos, estimando de 4 a 6 millones de pesos en ganancias que serán para proyectos culturales y para la edición número 2 del festival.

Se tiene previsto realizar, por lo menos, cuatro emisiones más del Choyero Fest; hay la probabilidad de que se abarquen a ciudades de otros municipios y surgió la idea de hacerlo con un tercer día de actividades para presentar proyectos musicales de otros lados del país o del extranjero. La iniciativa seguirá buscando ser una plataforma desde el instituto de cultura para hacer eventos masivos con cantantes de talla nacional y con producciones locales.

Al cuestionar si, siendo una institución pública, sería imposible realizar un festival de esta índole de forma gratuita, el Director del ISC explicó que el 90% de sus eventos son sin costo, pero “hay eventos con ciertas características”, como éste, en la que es necesario cobrar el acceso; además, señaló que esta es una oportunidad para que artistas locales puedan cobrar para promover su música, lo que a veces les resulta difícil cuando estos conciertos son organizados por la iniciativa privada.

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Rodolfo Vizcaíno “El Cacho”, una leyenda de la guitarra en El Valle

FOTOS: Cortesía, excepto donde se señala.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

Ciudad Constitución, Baja California Sur (BCS). En 2017, Rodolfo Vizcaíno López —cariñosamente conocido como El Cacho—, tocó por última vez la guitarra eléctrica. Fue en una invitación que tuvo en Guadalajara, Jalisco, donde le pusieron la pista original de Samba pa ti de Santana, y se la echo de corrido, así, como va, como un día la fue escuchando para irle “sacando” los requintos, y con esa misma destreza y rapidez para tocar la lira que no tienen todas las manos, y que lo convirtió en un importante referente de la música viva en Ciudad Constitución.

Hoy en día, sobrevive un cáncer en los huesos que lo ha mantenido con inmovilidad, saliendo poco de casa, pero rodeado del amor y cuidado de su esposa e hijos. Una tarde de febrero fui a verlo a su casa y platicamos. Hace varios años, cuando intenté tocar la guitarra, fue mi maestro en la Escuela de Música “Vitalina Ayala” en El Valle; pero de toda la vida, me tocó verlo amenizar fiestas en salones o en la Feria Expo Comondú. Los Creyentes, del cual formó parte, siempre habrá de ser recordado como una de las principales agrupaciones musicales que ha tenido Comondú. Luego de esa tarde, compartimos aquí la historia de este excelente músico.

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El Cacho —cuyo apodo le puso su padre—, nació el 1 de enero de 1954 en Cihuatlán, Jalisco. A los 19 años llegó a Ciudad Constitución. “En ese tiempo el grupo ya estaba formado, Los Creyentes ya estaban listos. Llegamos aquí y esperamos a que llegaran también los instrumentos y el equipo de Guadalajara. Después nos empezamos a dar a conocer en las rancherías, como en Palo Bola o Villa Morelos. Eso fue en 1973. Los Creyentes en su momento fueron uno de los grupos más importantes. Aquí no había muchos grupos, sólo Los Maxs, Los Wanders y nosotros; pero los que tocábamos más, éramos nosotros. Tocábamos de todo, rock, cumbia, boleros, rancheras e instrumentales. Siempre amenizábamos la Feria”.

Los Creyentes estaba integrado por una sola familia: Roberto Vizcaíno (fallecido) tocaba el bajo; Librado, el órgano; Ricardo, la batería; y Rodolfo tocaba el requinto. “Mi hermana tocó la armonía, pero se casó en 1975 y dejó el grupo. El vocalista era Ricardo. En ese tiempo contábamos con Alfonso Alcántar, un cantante que nos ayudaba. Todo fue muy bonito. A mi padre le tocó la época del cultivo de algodón y trigo”.

Rodolfo Vizcaíno tenía apenas 18 años cuando el padre decidió convertir a su familia en un grupo musical. “Estábamos en Guadalajara, y mi papá se dedicaba a preparar cueritos en vinagre; entonces, en aquellos días empezó a escasear el cuero. Nosotros teníamos que ir a los pueblos de Jalisco a comprar el cuero con pelo, después volvíamos a Guadalajara y cocinarlos en su punto para quitarle el pelo. Ya estábamos grandecillos cuando mi padre nos compró aparatos musicales para entretenernos y que aprendiéramos un oficio (…) Librado y yo fuimos a estudiar música por nota en el Conservatorio de Guadalajara. Los demás fueron líricos”.

De Los Bukis a Pérez Prado

Aunque Los Creyentes nunca grabaron un disco con temas originales, a la agrupación le tocó el tiempo dorado de El Valle, cuando el cultivo de algodón dejaba ver el dinero en fiestas y fastuosos bailes; recordó que a la Feria de Ciudad Constitución llegaron a ir Juan Gabiel y Vicente Fernández. Y como guitarrista, le tocó amenizar junto a grupos como Los Bukis, Los Muecas y Los Potros, entre otros. Éstos grupos, y otros como Los Babys, Los Freddys y Los Muecas —sostiene— fueron de sus favoritos, con los que se apegó y fue aprendiendo.

Y de entre esos recuerdos, escarba en la memoria para comentar cuando tocó la guitarra eléctrica en el concierto que dio Pérez Prado con la Orquesta Colorado Naranjo de Manzanillo. Sería en los primeros años de la década de los 80’s en Ciudad Constitución. “Se presentó en local “Fierro y acero” del señor Rodarte, su hijo se llama Ramiro Rodarte. En ese concierto Pérez Prado ya no quería tocar otra serie, le habían pagado 80 mil pesos, ¡era mucho dinero, más que ahorita! Y el señor Rodarte sacó una pistola y le dijo “Vas a tocar porque vas a tocar”… Y sí, tocó otra serie. !Bien bonito tocaban!”.

Semillero de guitarristas

Rodolfo Vizcaíno fue fundador de la Escuela de Música “Vitalina Ayala Árciga” de Ciudad Constitución. Allí trabajó 33 años enseñando guitarra acústica y eléctrica. Cuenta que de 1979 a 2012, serían cerca de 100 alumnos los que él tuvo a su cargo. Entre ellos, este que escribe y que salió malo para la música, pero que aún recuerda esas clases en la escuela ubicada en la Unidad Deportiva. Esas clases, ensayando a veces en medio de esas arboledas, eran un disfrute y un sano entretenimiento, que hasta la fecha sigue. “Francisco Céspedes fue mi alumno, también un muchacho que anda con la banda La Trakalosa”, dijo.

FOTO: Ayuntamiento de Comondú.

Que siga el romanticismo

Nuestro querido Cacho lleva 6 años con mieloma múltiple. Para tratar este cáncer en los huesos ha pasado por quimioterapia, y ahora se aplica ese medicamento con pastillas. “No debo mover mucho las manos porque se pueden volver a quebrar. El doctor, un médico muy bueno, me dijo que las fracturas que tenía ya se soldaron, pero no descarta que puedan aparecer otras nuevas (…) Empiezan a doler mucho los brazos, las clavículas. Luego en el ISSSTE me sacan placas y confirman que está quebrado el hueso, luego me ponen yeso.  Sólo queda encomendarse a Dios y a los doctores”.

Rodolfo Vizcaíno López, “El Cacho”, y su familia. FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

Es probable que algunos no sepan este mal que le aqueja, y por lo mismo, procura no salir, pues hasta un apretón de manos o un fuerte abrazo, como realmente los amigos quisiéramos darle, puede perjudicar sus huesos. Pese a esto, se ve contento de compartirnos su pasado, un pasado que ha de recordar las glorias de El Valle en tiempos de bonanza… Y de baile y romanticismo. “Que la juventud le eche ganas a la música, que traten de producir y cantar música variada.  Que no dejen el romanticismo, que jamás lo descarten. Que hay que impulsar la música”, fueron las palabras con las que cerró nuestra entrevista.

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‘Baja Rock’, la única historia del rock sudcaliforniano. Entrevista con Paco Galván

FOTOS: Modesto Peralta Delgado. FOTOS DE GRUPOS DE ROCK: Cortesía de Francisco Galván Gutiérrez.

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El pasado 6 de julio en La Paz, fue el cierre de las presentaciones en todo el Estado de Baja Rock, memoria gráfica del rock sudcaliforniano de Francisco Javier Galván Gutiérrez, el único libro de la historia del rock en BCS que se ha escrito a la fecha. En exclusiva para este medio, Paco Galván —como es más conocido—, contó el esfuerzo de 7 años para realizarlo; habló de algunas de las bandas más representativas desde la década de los 60’s a la fecha; y la ya ‘tradicional’ falta de apoyos en las instituciones de Cultura —de los tres niveles de gobierno— para apoyar estos menesteres.

El libro de 256 páginas —de enorme tamaño para un impresionante registro fotográfico—, contiene la historia de 156 grupos de rock de BCS, más “toda esa gente que siempre apoyó el rock” como promotores de cultura, locutores de radio, sonidistas, personas de negocios y fanzine relacionados con esta música. Baja Rock registra la memoria del rock sudcaliforniano de 1963 a 2017. Se imprimieron mil ejemplares, y actualmente están a la venta —en 600 pesos— en Educal y en KM 64, en La Paz. No se va a reeditar y será en septiembre próximo que el autor se lleve los que han quedado, para venderlos en la Ciudad de México, por lo que ya no estará a la venta, pues lleva la expectativa de venderlos todos.

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“La historia del rock en nuestro Estado empieza el 24 de mayo de 1963 con Los Wonders, el primer grupo de rock sudcaliforniano, conformado con estudiantes de la Preparatoria Morelos que se juntaron a tocar rock and roll, todos menores de edad. Ahí empieza. Y es desde el 63 hasta el 2017 con Yolyo que cerramos”, contó Paco Galván. “Empecé (la investigación) el 18 de enero de 2010 en Guerrero Negro, mi primera entrevista, y terminé en La Paz, pero le di tres vueltas al Estado en siete años”. Así, de 2010 a 2017, viajó del municipio de Mulegé al de Los Cabos para entrevistar a las diferentes bandas. “Visité todos los municipios, algunas delegaciones; directamente a los músicos para que ellos me contaran su historia,  y que yo no contara como yo la imaginé, sino a través de ellos y su música”.

Sólo de 2013 a 2014, tras la muerte de su madre, el autor no realizó nada al respecto. Justo una de sus mayores satisfacciones con el libro fue “poderle rendir tributo a mis papás”, ya que el propio Galván Gutiérrez tuvo inquietudes por la música desde joven y siempre fue apoyado por ellos; Baja Rock es el fruto de su pasión, dedicado a sus padres. Cabe anotar que el proyecto inició como un documental, razón por la que llevaba consigo a un camarógrafo y un sonidista; sin embargo, optó por publicarlo en papel, y aunque hay material para un audiovisual, confiesa que le llevaría demasiado tiempo producirlo y no sabe si alguna vez llegue a salir a la luz pública.

Sin apoyos: una tradición

Al libro le hizo falta una corrección de estilo, lo que no quita que el material sea de mucha calidad y tenga todo un esfuerzo en solitario detrás el proyecto, pues Paco Galván nunca recibió apoyos para su impresión. “Ni del ISC. Yo solicité apoyo a todos los institutos de Cultura de los municipios, estatales y delegacionales, y no hubo”, declaró. Incluso, la contraportada tiene el logotipo del Ayuntamiento de La Paz, sin embargo, los apoyos de su área de Cultura, hasta el momento, sólo han sido en cuanto a gastos de traslado para promocionar el libro fuera de La Paz.

“Siempre fui en vacaciones de agosto y de diciembre. Juntaba dinero porque había que pagarle a un sonidista y camarógrafo, tres semanas de salario, de comidas, desayunos, hotel, todo por mi cuenta, no estoy becado”, dijo. “El problema con la administración pública de Cultura ¡en los tres ámbitos: federal, estatal y municipal!, es que hay más improvisación que planeación; cuando tú no planeas te la pasas improvisando todo el año. Sabemos que nunca hay dinero: Cultura es el primero que se recorta a nivel presupuestario y es el último al que se apoya, entonces, sabemos que como promotores tenemos qué hacer milagros con piedras y palos, sabes que no puedes contar con las instituciones, tristemente, aunque les avises con meses de anticipación (…Pero) es su obligación hacerlo, para eso les pagan, para generar este tipo de políticas, pero no hay difusión sobre lo que se hace, muchas veces ni nos enteramos”. Sin embargo, para él también tienen su parte de culpa los artistas: “no saben pedir apoyos, odian armar un proyecto (…) Si un artista no pide correctamente el apoyo la institución no lo pueden guiar porque no lo hace, es un trabajo de los dos, pero de que hace falta, falta mucho apoyo”.

Pese a estos problemas, Baja Rock lleva varios meses promocionándose y vendiéndose en La Paz; su autor ha ido a presentarlo hasta Guerrero Negro, Santa Rosalía, Ciudad Constitución, Loreto y Cabo San Lucas. Un gran logro para él fue haberlo presentado en la sala Federico Campbells de la Feria del Libro del CECUT en Tijuana“porque no cualquier se presenta ahí, y ellos decidieron ponerme allí (en dicha sala)”. Por lo pronto, del 10 al 25 de septiembre próximo, el compilador de este material planea ir a la Ciudad de México, a promoverlo en diferentes foros culturales, con la expectativa de asistir también a la Feria del Libro en el Zócalo, por lo que hasta esa fecha se podría conseguir su libro en La Paz. “Son libros de colección, para melómanos, porque ya no pienso a hacer una reedición”, dijo.

Los que no pueden faltar

En un enorme esfuerzo de síntesis, le mencionamos al entrevistado cada década para que diera de una a tres bandas que no podrían faltar si habláramos de la historia del rock sudcaliforniano, y tres palabras claves que definieran su mundo. Entre sonrisas, éstas fueron sus respuestas: en los 60’s: Los Wanders, Las Nubes de Santa Rosalía Los Fantom’s; a esa década la define la inocencia, ingenuidad y mucho valor.

Los Wanders.

Los Creyentes.

70’s: Los Marlins de Felipe Hale, Los Creyentes de El Valle y Alta Tensión de Francisco Cota Miranda. Palabras para entender esta generación: negocio y diversión. 80’s: California, el bar Las Varitas como el gran semillero, y Los Alebrije; palabras clave: rock and roll, fiesta, los sueños y el inicio real del rock en BCS. 90’s: Hobby —”que colocaron El Suegro como todo un clásico, por lo que Pepe Payén debía estar allí”—; Quantía —”el primer grupo en hacer covers y que abrió las puertas para que todo mundo tocara metal”—; Sónica —”hasta la fecha es la propuesta más solida y constante”—, y esta década se caracteriza por la fiesta, la locura y el auge: “había festivales, programas de radio, muchos concursos; generacionalmente, a nivel mundial y también local, es la época dorada de nosotros, hubo cientos de grupos”, dijo sin poder ocultar su entusiasmo.

Las Varitas y Sónica.

 

De la primer década del 2000: no podrían faltar Vórtex, de metal; La Komadre Sebastiana, —”excelente banda de ska”—; Los Kuartel, —”rock pop, de los músicos más finos que he escuchado”—; y en contraparte a los 90’s: lo define la decadencia, el conformismo, pero también la esperanza; y entre tantas bandas, también mencionó a Beliar, Revólver y Execrais. De 2010 a la fecha: Koltdown, Yolyo y Duna Conde, y lo que representa a esta generación es la ansiedad, desesperación y también la ilusión.

Beliar, Koltdown, Execrais y Kuartel.

La Komadre Sebastiana y Duna Conde.

Bonus track

Finalmente, le preguntamos a Paco Galván que ha sido lo más chingón de haber realizado este material, único en su tipo en Baja California Sur, con cero apoyos de gobiernos y en un transcurso de siete años, y además de algunas menciones que quedaron párrafos arriba, dijo que han habido muchas experiencias. Una de ellas es haber encontrado a un jovencito que le compraría el libro si venía al menos una de las cuatro bandas en las que tocaba su papá. “¡Y estaban tres!”, sonrió. “El mayor logro es que generó cosas que nunca pensé que generaría”.

Baja Rock, memoria gráfica del rock sudcaliforniano, “es un libro para músicos, para melómanos. La idea es que la gente se divierta con el libro; y a los grupos, motivarlos a que hagan música original y que intenten salir del Estado, ¡que salgan del Estado, vayan y prueben!, que al menos tengan la anécdota, algo qué contar”.




Presentarán ‘Baja Rock, memoria gráfica del rock en Baja California Sur’

FOTO: Ayuntamiento de La Paz.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hoy viernes 6 de julio, a las 20:00 horas, en el Centro Cultural La Paz, el XV Ayuntamiento de La Paz, a través del Instituto Municipal de Cultura (IMC), lleve a cabo la presentación del libro Baja Rock, memoria gráfica del rock en Baja California Sur de Francisco Galván Gutiérrez, así lo dio a conocer el jefe de proyectos culturales, Rolando Placier Castro.

“El libro es una recopilación gráfica de los momentos más relevantes del rock en BCS desde su surgimiento en la década de las 50’s hasta el año 2016 cuando se cerró la edición”, señaló Placier Castro, quien hizo la invitación para que los interesados conozcan en voz del autor y compilador los detalles de la extraordinaria obra que ya ha sido presentada en otros estados de la República Mexicana.

El autor del libro Baja Rock, memoria gráfica del rock en Baja California Sur, Francisco Galván Gutiérrez, es promotor cultural, locutor, investigador y compilador gráfico, pilar en la escena del rock en el Estado, quien trabajó durante décadas en la documentación y difusión del género a nivel nacional, por lo que la obra es un producto de gran importancia cultural, se lee en el comunicado de prensa del IMC.

Se reitera finalmente, que la cita es el viernes 6 de julio a las 20:00 horas en el Centro Cultural La Paz, donde además estará a la venta la publicación.