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Trastornos de ansiedad, principales afectaciones por pandemia en BCS: Psicóloga

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ataques de pánico, ansiedad generalizada y miedo a contagiarse de COVID-19, son algunas de las principales afectaciones que ha atendido Salud Mental, de la Unidad de Especialidades Médicas (UNEME), a partir de la contingencia creada por la presente pandemia en BCS.

Sobre estas afectaciones psicológicas, derivadas principalmente por los encierros y paralización de actividades para evitar la propagación del coronavirus en La Paz y otras ciudades de Baja California Sur, CULCO BCS realizó una entrevista con la psicóloga Gladys Alvarado Ojeda. Además, le preguntamos por las posibles explicaciones, a nivel psicológico, del porqué aún hay personas que parecen no atender las medidas para evitar contagios masivos.

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Alvarado Ojeda es psicóloga clínica por la Universidad Internacional de La Paz, y actualmente atiende por diversas herramientas en línea a quienes solicitan ayuda. Salud Mental de la UNEME, pertenece a la Secretaría de Salud, y está ubicada en Avenida los Deportistas entre Luis Donaldo Colosio y Dátil, frente al Ayuntamiento de La Paz. La responsable de las unidades es Martha Zaida Diego González.

Hemos de suponer que a partir de la pandemia COVID-19, han atendido a más personas en BCS. ¿Cuántos pacientes han atendido en comparación con el año pasado? El número de personas atendidas en el año 2019 fue de 3556 en total, actualmente en el primer trimestre del año se atendieron 893 y se está haciendo la contabilidad del segundo trimestre ya que la metodología para cuantificar es diferente en línea.

De manera general y respecto a la presente contingencia, ¿cuáles son los principales síntomas, afectaciones o diagnósticos de salud mental de quienes buscan su servicio? Se han manifestado con más frecuencia trastornos de ansiedad en sus diferentes manifestaciones (ataques de pánico, ansiedad generalizada, miedo a enfermar o contagiarse) dificultad para lidiar con el estrés, incertidumbre ante la pandemia y confinamiento. Depresión y relaciones en situación de violencia.

¿Cuáles han algunos de los casos más críticos? Hablando de situaciones críticas en los casos que he atendido, en lo personal me  conmueve bastante cuando me enfrento a niños que se encuentran en situaciones vulnerables, abandono de sus padres por ejemplo, ya que muchos se quedan al cuidado de sus abuelos quienes tienen dificultades o limitaciones físicas, económicas y no cuentan con herramientas o recursos personales para apoyar por completo a estos niños tan vulnerables y que presentan situaciones emocionales a veces muy complicadas, desafortunadamente esto es muy frecuente.

¿Cuáles son algunas de las principales acciones que realizan con los pacientes? ¿Qué retos les ha significado que toda la atención sea en línea o por teléfono? Tomando en cuenta la situación actual se ha diversificado el trabajo de atención presencial a la modalidad por línea: videollamadas o llamadas telefónicas; talleres y pláticas de psicoeducación a través de la plataforma Zoom y a través de Facebook; se ha observado que las personas responden positivamente a este tipo de servicio y se ha llegado a mayor cantidad de población; hemos visto la importancia y la necesidad de actualizarnos en las nuevas tecnologías y manejo de herramientas digitales como apoyo a  nuestro trabajo en línea. Lo más complicado ha sido la falta de equipos modernos pues la tecnología ha superado a los equipos con los que contamos. No sabemos la fecha exacta de la consulta presencial, pues se están tomando en cuenta las necesidades de protección tanto para el personal como para los pacientes (protocolos e instalaciones). De igual manera aunque se inicie a atención presencial, continuaremos con atención en línea pues ha dado buenos resultados y nos permite llegar a más personas.

FOTO: Roberto Galindo

Desobediencia civil

Al preguntarle también sobre qué factores se puede deber que todavía algunas personas no crean en esta enfermedad, y el que aún muchas no lleven a cabo las medidas recomendadas para evitar contagios, Gladys Alvarado señaló que, desde el punto de vista de la psicología podrían existir dos factores opuestos: la negación y el miedo a lo desconocido.

Uno de los mecanismos de defensa a nivel inconsciente para defendernos del peligro es la negación, por ejemplo la negación del peligro, el pensar esto no va conmigo, esto no me va a pasar a mí, cuesta trabajo percibir una amenaza que no es directamente observable, no hay aún estudios en concreto del comportamiento del virus, se dicen muchas cosas y para mucha gente esta información es contradictoria, entonces se activa el mecanismo de defensa y es común que nieguen una realidad que todavía no es  aceptada y procesada. La negación de la realidad intenta liberarnos de la angustia y convencernos de que lo que está sucediendo no existe o que es algo que le puede pasar a los demás y no a uno mismo.   En algunas personas hay un efecto contrario ante el miedo a lo desconocido y sentir angustia y ansiedad por lo que suelen actuar con imprudencia e irresponsabilidad. Un dato importante que se ha observado de manera general es que quienes tienen mayor nivel de estudios, suelen tener mejores medidas de cuidado y protección.

Según la página oficial coronavirus.bcs.gob.mx del Gobierno del Estado, a la mañana de hoy 19 de agosto se contabilizan en total 6,407 casos de COVID-19: 310 fallecidos, 3,529 recuperados, 2,568 activos y 191 sospechosos en los cinco municipios de BCS. La Paz concentra el mayor número de casos con 151 defunciones, 1496 recuperados y 1488 activos; le siguen Los Cabos con 98 muertes, 1053 recuperados y 867 activos; Mulegé: 20, 520 y 58, respectivamente; Comondú: 37, 271 y 113; y Loreto: 4 fallecimientos, 189 recuperado y 42 casos activos

 

Si una persona de cualquier parte del Estado necesita atención psicológica —especialmente, aunque no sólo por la pandemia en BCS—, UNEME autorizó publicar el teléfono (612) 1211444, en La Paz, para mayor información y citas. En Los Cabos, el teléfono de atención es (624) 1424496.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




100 días de encierro. Crónica del hartazgo

FOTOS: Internet

Hilo de media

Por Elisa Morales Viscaya

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde que comenzó la cuarentena en México —oficializada como Jornada Nacional de Sana Distancia (JNSD)—  el 23 de marzo, han pasado ya cien días. Aunque las medidas de restricción de movilidad han variado según la autonomía estatal, lo cierto es que en mayor o menor medida, todos hemos sufrido un cambio de rutina que para muchos ha sido duro de sostener.

Para los mexicanos, todo comenzó el 28 de febrero, cuando el gobierno de la Ciudad de México confirmó al primer enfermo por COVID-19 en el país: una persona de género masculino que había viajado a Italia, donde se contagió. Desde ese momento, las autoridades y medios de comunicación comenzaron a monitorear y comunicar diariamente el avance de la pandemia en este país. Tuvimos el primer fallecido por esta enfermedad el 18 de marzo.

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En una primera instancia, la JNSD implicaba la suspensión temporal de las llamadas actividades no esenciales, dando inicio como un adelanto del periodo vacacional de Semana Santa para las escuelas y muchas oficinas de gobierno. Al día siguiente de iniciada, el gobierno federal decretó el comienzo de la fase 2 de la pandemia, tras registrarse los primeros contagios locales. En aquel entonces, se dijo que el confinamiento concluiría el 19 de abril. Las primeras preocupaciones de la población no se hicieron esperar, el turismo y la aviación fueron los sectores golpeados inmediatamente.

De inicio el gobierno federal manejaba un mensaje positivo, casi rayando la inconsciencia cuando el 19 de marzo el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) muestra una estampa como “escudo protector” ante la pandemia; el mismo fue captado en diversas ocasiones rechazando gel antibacterial o no respetando la “sana distancia” durante sus apariciones públicas. El mensaje era claro.

En esta primera etapa comenzaron los actos de pánico en algunos sectores de la población, entre los que fueron virales las compras masivas de papel higiénico y productos desinfectantes, iniciando la psicosis del desabasto en la población, que significó que personal médico tuviera serias dificultades para adquirir equipo de protección sanitaria y desinfección.

El 30 de marzo se catalogó al COVID-19 en México como emergencia sanitaria, la JNSA se alargó por primera vez al 30 de abril, para postergarse hasta el 30 de mayo. El 21 de abril inició la fase 3 del coronavirus en nuestro país, con un incremento notable en el número de contagiados y fallecidos.

Sin embargo, a pesar de que la pandemia se recrudecía, también fue en esta temporada que comenzó a ser evidente que un buen sector de la población no estaba dispuesta a sacrificar ciertas cosas no esenciales, con pandemia o sin ella. La escasez de cerveza, por ejemplo, fue un factor que desató aglomeraciones en los sitios que vía redes sociales informaban que aún contaban con este dorado líquido. Incluso, en su desesperación, murieron más de 130 personas por consumir bebidas alcohólicas adulteradas.

De igual manera, las fechas especiales de la temporada como el Día del Niño y el Día de las Madres, fueron motivo suficiente para que muchas personas decidieran dejar de lado las precauciones para organizar reuniones y festejos, aunque estuviera indicado no realizarlos. Por supuesto, esta conducta masiva derivó en un repunte de los casos de contagio por COVID-19.

Para el 30 de mayo, la JNSD oficialmente concluyó, aunque algunos municipios llamados “de la esperanza” —aquellos que no presentaron contagios—, dejaron la cuarentena y pudieron regresar a sus actividades cotidianas días antes, el 18 de mayo.

A partir del 1 de junio, México implementó un sistema de semáforo en los estados y municipios de acuerdo a su índice de contagios, este semáforo señala quienes pueden volver a las actividades y quiénes no.

BCS a la alza

Baja California Sur el 1 de junio regresó la actividad minera y de la construcción, con medidas sanitarias específicas, dando el primer paso hacia la “Nueva Normalidad”, aún a pesar que los contagios de coronavirus, lejos de disminuir, aumentaban. Para el 16 de junio, el Comité Estatal de Salud autorizó la reapertura de las actividades económicas no esenciales, incluyendo la apertura de playas y algunos espacios públicos, con un límite de aforo.

De nueva cuenta, tal como sucediera en abril y mayo, un amplio sector de la población decidió no cumplir con las medidas de seguridad y, en consecuencia, para el 18 de junio el número de contagios aumento al 100% en BCS, y el de fallecimientos un 34%.

El pasado fin de semana, en redes sociales se viralizó la evidencia fotográfica de que el límite de aforo de las playas no es respetado. En la vía pública se aprecian muchas personas circulando sin cubrebocas, y al asistir a los comercios muchos nos hemos visto en la necesidad de recordarle amablemente a otras personas que guarden su 1.5 metros de distancia.

Foto: Bismarck Moyrón

FOTO: Bismarck Moyron

A 100 días de iniciado el confinamiento, un sector de la población está en la calle sin protección y no por motivos prioritarios de trabajo, salud o alimentación. Todavía, circulan memes ridiculizando el hecho de que la curva no llega al famoso pico, cuando lo cierto es que no se alcanza este punto álgido de contagio porque a cada semana continúan en aumento los casos. Y aumentan porque seguimos repitiendo los errores de marzo, minimizando la pandemia. Repetimos los errores de abril y mayo, aglomerándonos e ignorando las medidas de seguridad sanitaria.

¿Qué más tiene que pasar para que tomemos conciencia?

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