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Jueces robot

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Ius et ratio

Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). Para las ciencias informáticas, la inteligencia artificial se define como la Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.

En términos llanos, es una herramienta tecnológica que a través de la aplicación de una combinación de algoritmos busca la creación de máquinas que emulen las capacidades humanas.

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Al inicio de la tercera década del siglo XXI la llamada inteligencia artificial ha incursionado exitosamente en prácticamente todos los campos del saber humano, y la administración de justicia no es la excepción entre los ámbitos de su aplicación.

El tema despierta enorme inquietud entre los estudiosos del derecho, particularmente en temas relacionados con los derechos humanos.

Mas allá de conflictos éticos, es importante analizar las repercusiones que en el ámbito nacional puede tener el uso de la IA en materia de administración de justicia, que para los detractores implica una seria amenaza a la privacidad y seguridad de las personas, y el riesgo de generarse una toma generalizada de decisiones injustas, discriminación, falta de objetividad, de sentido común y de humanismo.

Para sus promotores, la IA representa una valiosa herramienta que permitirá abatir sustancialmente el enorme rezago que arrastran todos los ámbitos de la administración de justicia y la simplificación de los procedimientos, lo que significaría un ahorro significativo en tiempo y costo.

La cuestión más álgida en el tema es la factibilidad de robotizar la impartición de justicia, mediante la aplicación de la IA a la resolución de conflictos mediante la emisión de sentencias.

En algunas naciones tecnológicamente avanzadas, los jueces robot ya son una realidad. En la República Popular de China, en tratándose de delitos menores, la resolución de los casos está a cargo de máquinas robóticas coloquialmente denominadas jueces robot, que a través de la aplicación de sofisticados algoritmos, tomando como base la información jurídico legal y criterios de aplicación pre establecidos de que fueron alimentados, sin importar la cantidad de información que para cada caso se requiera, de manera automatizada se encargan de realizar en fracción de segundos las operaciones de análisis evaluación y dictaminación que en el caso de los jueces humanos llevan meses e incluso, años realizar.

Con la implementación de los llamados jueces robot, se plantean atractivas ventajas, entre las que destaca la velocidad con que se emiten las resoluciones, lo que en términos estadísticos se traduce en economía y eficacia.

Por tratarse de máquinas que responden automáticamente a criterios programados, la uniformidad de criterio en las resoluciones está garantizada, por lo que se evita la emisión de criterios contradictorios y conflictos largos y costosos en la tramitación de recursos procesales.

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Se dice también que las máquinas son insobornables, por lo que se estima que su implementación abatiría la corrupción en la administración de justicia.

En este punto, en contrapartida se afirma que, si bien las máquinas son incorruptibles, quienes las manejan no lo son tanto.

Otra ventaja significativa es el abatimiento de la carga de trabajo y la solución prácticamente inmediata de conflictos sometidos a la dictaminación de los jueces robot, lo que garantiza la tan anhelada justicia pronta y expedita.

En contra de la implementación de los jueces robot, inmediatamente después de la elevadísima erogación que inicialmente implica la implementación, mantenimiento, soporte y actualización de la costosa tecnología que significa su funcionamiento, está la visión de quienes consideramos que el humanismo y el sentido de justicia indispensables para analizar, evaluar y dictaminar a partir de las variables personalísimas de las partes que cada caso implica, nunca podrán ser sustituidos por una máquina robótica.

Donde consideramos impostergable la tecnificación cibernética es en la simplificación del manejo, recepción, almacenamiento y distribución de la información y los procedimientos inherentes, en donde el sistema judicial de Baja California Sur presenta un atraso tecnológico de 11 años en comparación a otras entidades de la República.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Más Allá del Dr. Dolittle: La Ciencia de Hablar con Animales a través de la Inteligencia Artificial

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Dr. John Dolittle, imaginado por Hugh Lofting a través de cartas escritas e ilustradas desde las trincheras de la Primera Guerra Mundial, es un médico que, dada su habilidad para comunicarse con los animales, elige atenderlos sobre sus propios pares humanos. Sin embargo, su relato va más allá de la simple narrativa: Dolittle representa valores universales, arraigados en diversas culturas, tales como el respeto, la comunicación, la apreciación de la diversidad y un vínculo profundo con la naturaleza.

Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos llevar esos valores un paso más allá y realmente comunicarnos con el mundo no humano que nos rodea? No es una idea nueva. La tradición nos habla de figuras arquetípicas como San Francisco de Asís, quien comunicó su amor y arrepentimiento a los lobos y aves. Y más allá de la tradición cristiana, las leyendas sobre comunicarse con animales son tan antiguas como la historia misma: desde las leyendas mexicas, hasta las tradiciones orales aborígenes de Australia, las aventuras del héroe filipino Lam-Ang o las historias indígenas del cuervo Txeemsim en el Pacífico Noroeste, todas ellas ilustran la esencia humana de querer comprender nuestro lugar en el mundo y conectarnos unos con otros.

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En la era moderna, la tecnología, a menudo etiquetada como alienante, ha abierto una puerta sorprendente a este anhelo ancestral. Entra la bioacústica digital, una disciplina que combina una nueva generación de pequeños micrófonos de alta calidad con la Inteligencia Artificial, creando un mundo donde la barrera entre humanos y no humanos es más permeable que nunca.

En The Sounds of Life, Karen Bakker equipara la revolución de la bioacústica digital a la llegada del microscopio, describiéndola como el audífono del planeta, una vanguardista herramienta que nos impulsa desde el antropocentrismo hacia un profundo biocentrismo.

Las implicaciones de este avance son revolucionarias. La inteligencia artificial, con algoritmos similares a los de Google Translate, se está utilizando para detectar patrones en la comunicación no humana. El rango de especies que se comunican a través de sonidos, anteriormente insospechados para el oído humano, es asombroso.

Descubrimientos recientes han revelado un vasto repertorio sonoro en la naturaleza: delfines que nombran, crías de murciélagos que balbucean, tortugas que coordinan su nacimiento y minúsculos peces y larvas de coral que reconocen las acústicas únicas de sus lugares de origen. Incluso las plantas emiten ultrasonid deos en situaciones de estrés. El planeta no para de hablar, y gracias a la inteligencia artificial, finalmente estamos sintonizando.

Lo más intrigante es que también estamos comenzando a hablar de vuelta. Un experimento, aunque todavía en una etapa temprana, demostró que un robot, RoboBee, puede comunicar información a las abejas melíferas y que éstas responden a sus instrucciones. Aunque este resultado se logró solo una vez, apunta a un futuro donde podríamos comunicarnos más íntimamente con otras especies.

Sin embargo, este poder recién adquirido lleva a cuestionamientos filosóficos y éticos. Durante siglos, muchos en Occidente han creído que solo los humanos poseen el don del lenguaje y, por ende, de la razón. Esta perspectiva, que nos coloca en un pedestal separado del resto de la naturaleza, está siendo desafiada. ¿Somos realmente únicos? ¿O somos simplemente una parte del vasto tejido de la comunicación en la Tierra?

Si bien la tecnología nos da el poder de hablar y escuchar, también corre el riesgo de ser mal utilizada. Sin una reflexión ética, podríamos usar nuestras herramientas digitales para explotar y domesticar en lugar de proteger y conectarnos.

La bioacústica es, en esencia, un estetoscopio que nos permite escuchar el pulso del planeta. A medida que sintonizamos con las voces no humanas, también es imperativo recordar las antiguas tradiciones de escucha profunda, practicadas por culturas indígenas. Estas tradiciones, que resuenan con el respeto y la conexión que el Doctor Dolittle ejemplifica, nos recuerdan la importancia de la sintonía y la reciprocidad.

En conclusión, estamos en un punto de inflexión. La combinación de escucha digital y profunda tiene el potencial de revelar no sólo el lenguaje en los no humanos, sino también de redefinir nuestra relación con el mundo natural. Tal vez, en esta nueva era de comunicación, encontraremos la armonía que tanto anhelamos. Y quizás, al igual que el Doctor Dolittle, aprenderemos a escuchar.

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Apple Visión Pro y el despertar de un sueño lúcido digital

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS). En noviembre de 2022, Open AI lanzó Chat GPT, marcando un punto de inflexión en la percepción del potencial de la inteligencia artificial en nuestra cotidianidad. Con la impresionante cifra de 100 millones de usuarios en apenas dos meses, se proclamó como el fenómeno de crecimiento más veloz en la historia digital. Y así, el pistoletazo de salida en la carrera hacia la supremacía de la inteligencia artificial resonó en todo el mundo.

Pronto, colosos tecnológicos como Google, Enthropic, Meta, Microsoft y X (la nueva filial de Twitter), pusieron sus miras en el codiciado ‘santo grial‘ de la inteligencia artificial: la Inteligencia Artificial General (IAG). Esta ambición, la IAG, promete habilidades de razonamiento, aprendizaje y adaptabilidad a nivel humano. Visualiza esto no como una mera herramienta, sino como una entidad viva, palpable y consciente. Es el trofeo que todos en Silicon Valley quieren en su vitrina.

La consecución de tal tecnología redefiniría nuestra relación con los dispositivos. ¿Para qué un ratón o teclado cuando tu dispositivo capta tus intenciones y responde a ellas? Aquí es donde Apple Visión Pro brilla intensamente: una computadora virtual libre de teclados, ratones y monitores tradicionales. La fusión entre realidad virtual y aumentada es su marca distintiva, con cámaras que te permiten mantener el contacto con el mundo real mientras te sumerges en el digital.

La capacidad de rastrear los movimientos de tus ojos y manos redefine la interacción, permitiéndote jugar con pantallas y monitores virtuales. Y con una resolución de ojo comparable a 8k, estamos a las puertas de experiencias inmersivas inigualables: desde eventos deportivos hasta el auge del cine virtual.

Sin embargo, al fiel estilo Apple, lo que realmente cautiva es el horizonte de posibilidades que se avecina. David Holz, fundador y CEO de MidJourney — una empresa líder en la creación de imágenes a partir de texto con Inteligencia Artificial —, introduce un concepto más allá de la Inteligencia Artificial General (IAG): la ‘Inteligencia Artificial de Singularidad Visual’. Esta es una especialización que aspira a elevar la interpretación y comprensión visual a niveles superiores a las capacidades humanas. 

Su enfoque en superar las capacidades humanas en el ámbito visual promete abrir puertas a innovaciones y aplicaciones que transformarán la forma en que interactuamos y comprendemos el mundo visual a nuestro alrededor.

Un avance significativo en la intersección de la neurociencia y la inteligencia artificial fue el estudio publicado en diciembre de 2022 por la Universidad de Osaka. En esta investigación, emplearon Stable Diffusion, una herramienta de inteligencia artificial avanzada, para traducir la actividad cerebral en imágenes visuales. Aunque los participantes del estudio simplemente contemplaban imágenes, la tecnología fue capaz de recrear visualizaciones basadas en sus patrones neuronales. Aunque estas reconstrucciones no eran réplicas exactas, compartían aspectos clave como formas, colores y perspectivas con las imágenes originales.

Este estudio marcó la primera vez que se utiliza una herramienta generativa de inteligencia artificial como Stable Diffusion con la capacidad de interpretar la actividad mental. Esta hazaña se torna aún más asombrosa al considerar dispositivos innovadores como el Neurosity Crown, una diadema que registra la actividad cerebral. Disponible desde 2021, y con un costo de dos mil dólares, este dispositivo —como se evidencia en múltiples tutoriales en línea— permite al usuario interactuar con su computadora usando solo el pensamiento, logrando tareas como mover el cursor o incluso controlar dispositivos domésticos, acercándonos a una era de interacción digital casi telepática.

Ante estos avances, es inevitable preguntarse: ¿qué nos depara el futuro cercano? Imagina un dispositivo como Apple Visión Pro, equipado con un lector de ondas cerebrales y con acceso a una Inteligencia Artificial de Singularidad Visual capaz de visualizar tus pensamientos en tiempo real. Aunque parezca sacado de una novela de ciencia ficción, la integración de Apple Visión Pro con estas tecnologías podría ser la llave a una nueva dimensión del entretenimiento. Podríamos estar al borde de experimentar un híbrido entre videojuegos y meditaciones lúcidas, algo reminiscente a los sueños controlados.

Es fascinante pensar cómo, tras la aparición de la fotografía en el siglo XIX, la gente podía solo fantasear con la idea de imágenes en movimiento. Sin embargo, décadas después, esa fantasía se materializó en lo que ahora conocemos como cine, una pieza fundamental de nuestra cultura global. Siguiendo esta lógica, los Apple Visión Pro, que saldrán al mercado el próximo año, podrían ser el catalizador que inaugure una revolucionaria era de ensueño lúcido digital.

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Robots poetas. De algoritmos y versos

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En 1996, Deep Blue derrotó a Gary Kasparov en una partida de ajedrez. Han pasado dos décadas de que una inteligencia artificial superó a un genio en su terreno. ¿Puede ahora otra emular el fondo y la forma de un Dante Alighieri en lo sublime?

En 2019, una compañía de inteligencia artificial llamada Engineered Arts lanzó el robot Ai-Da, a petición del dueño de la galería de Oxford. El objetivo fue crear una inteligencia artificial que pintara, esculpiera y escribiera poesía. La habilidad para el dibujo se la otorga un  programa desarrollado por investigadores de la Universidad de Oxford mediante un brazo mecánico, una mano biónica y cámaras en los ojos diseñados para tal fin.

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La computadora fue instalada en un robot con forma de mujer bautizada en honor a Ada Lovelace –la hija del celebérrimo Lord Byron-, matemática decimonónica que junto con Charles Babbage fue pionera de las computadoras mecánicas.

Para engañar a los despistados, la robot tiene un torso y rostro femeninos, que perturban al inconsciente, pues estamos acostumbrados a humanizar los objetos.

Desde entonces, Ai-Da ha pintado a diversas personas, dado conferencias, y hasta arrestada por diez días en Egipto, como sospechosa de espionaje.

En la conmemoración de los 700 años de la muerte de Dante, Ai-Da “leyó” —es decir, le metieron La Divina Comedia traducida al inglés. Entonces, mediante sus algoritmos que se nutren de su banco de datos de palabras y análisis de la sintaxis y la retórica, la computadora escribió poemas inspirados en la obra medieval.

Ai-Da genera los poemas a través de modelos de lenguaje y provee 20 mil palabras en 10 segundos.

Algunos de los versos que “leyó” en el museo de Oxford fueron:

A needle and thread would be necessary / For the completion of the picture. / To view the poor creatures, who were in misery, / That of a hawk, eyes sewn shut.

Según la poeta Carol Rumens es un verso poderoso y el ritmo fluye adecuadamente.

Otro verso dice: We looked up from our verses like blindfolded captives, / Sent out to seek the light; but it never came.

Ai-Da logra escribir versos, pero… ¿puede comprenderlos? Sus versos pueden parecer inteligibles, pero…¿significan algo? En el arte, la forma es la mitad de la obra. La calidad de pensamiento es el fondo, la otra mitad de una obra.

Sostiene Jesús Maestro que la poesía es filosofía en verso.  En el arte, la hermenéutica es requerida para dilucidar el fondo tras las metáforas o símbolos. Así, todo espectador funge como un hermeneuta. El hermeneuta es aquel que se dedica a interpretar y desvelar el sentido de los mensajes, haciendo que su comprensión sea posible y todo malentendido evitado. Un artista conlleva una intención al realizar una obra, incluso la impostura de fingir una no-intención resulta ya una.

¿La computadora tiene una intención de expresar un pensamiento filosófico o sólo vomita resultados según su programa?

Algunos matemáticos defienden la idea de una Inteligencia Artificial fuerte en la que el cerebro no es muy diferente a una computadora digital. Ambos ejecutan algoritmos pero la diferencia entre un cerebro humano y una computadora electrónica radicaría solamente en la construcción material de cada uno.

Simon y Newell afirman que desde que hay máquinas que pueden crear, el problema mente-cuerpo está cerrado, ya que la posibilidad de la conciencia se reduce a la ejecución y resolución de algoritmos.

La idea de que habitamos una realidad cósmica regida por leyes matemáticas se liga con el pensamiento de Anaxágoras sobre el Nous: si nuestro cerebro entiende el cosmos, es porque está regulado por leyes fisicomatemáticas precisas.

Hay científicos como Roger Penrose, o filósofos como John Searle, que piensan que esto es falso. Para ellos no se sostiene la idea de que nuestro pensamiento es básicamente lo mismo que la acción de una computadora muy compleja. Como un idealista platónico, Penrose argumenta que debe haber algo especial y esencial en los cerebros biológicos, especialmente en el humano, que está ausente de cualquier imagen puramente computacional. Eso es la conciencia.

Un universo gobernado por leyes que no permiten la conciencia no es un universo en absoluto, sostiene Penrose. Añade que la mente consiente no puede trabajar como una computadora.

Searle, como buen filósofo lógico, propone el experimento mental de la habitación china para refutar la afirmación de Simon y Newell.

El silogismo es: si la inteligencia artificial fuerte es verdadera, hay un programa para el idioma chino tal que cualquier mecanismo que lo ejecute entiende chino. Una persona puede ejecutar, mecánicamente, un programa para el idioma chino sin entender el idioma chino. Los argumentos de la inteligencia artificial fuerte son falsos porque en realidad el sistema no entiende chino, nada más simula entender.

La propia Ai-Da escribió, desde su programación: There are some things, that are so difficult – so incalculable. / The words are not intelligible to the human ear; / She can only speculate what they mean.

¿Será una ironía o una mera casualidad?

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Inteligencia artificial y seguridad pública

FOTOS: Internet

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). En esta temporada de campañas electorales, hemos escuchado muchas promesas de candidatos a cargos de elección popular, la mayoría de las cuales, son vagas e inciertas, plagadas de buenos deseos y generalidades. Casi todos los candidatos al abordar el tema de seguridad pública, coinciden en la necesidad de mejorar el salario a los servidores públicos relacionados con tan importante labor, en mejorar o modernizar los sistemas de prevención, así como el combate al delito, pero ninguno nos dice cómo hacerlo y sospechamos que la mayoría de ellos no tienen ni idea sobre el tema.

El aspecto salarial es eminentemente, presupuestal y no amerita mayor comentario, pero el tema de la modernización si requiere atención adecuada, pues en las políticas públicas aplicadas en la entidad al respecto, no pasamos de comprar más y más camionetas que, a los tres o cuatro meses en promedio, quedan inservibles y se acumulan en los corralones en calidad de chatarra. La modernización en los esquemas de seguridad pública, prevención, detección, contención, combate y persecución del delito, exige de manera impostergable el uso de inteligencia artificial. Entendiendo la importancia de las herramientas cibernéticas disponibles para aplicación en el campo de la seguridad pública, un referente clave es el manejo eficaz de la Big Data.

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Big Data es un anglicismo cibernético que se ha incorporado al lenguaje castellano, traducible como almacén masivo de datos, que se aplica para referirse al proceso de almacenamiento masivo y análisis de datos, cuyo principal objetivo es crear patrones de estadística y desarrollar modelos predictivos, de eficacia comprobada en planeación y aplicación de programas mercantiles en el ámbito comercial, programas preventivos y terapéuticos en el ámbito sanitario, en campañas políticas, programas educativos, y un sinfín de utilidades prácticas, entre las que la prevención del delito y el combate a la criminalidad no pueden ni deben ser la excepción.

La factibilidad y eficacia del Big Data en los campos de seguridad pública referidos depende, fundamentalmente, de la capacidad tecnológica institucional, tanto para capturar como para procesar y analizar la información generada en el proceso, que depende en gran medida de la disponibilidad y veracidad de la información capturable, y de la eficacia en su análisis, en el ejercicio aplicado de la inteligencia policial, a través de las 5V: Volumen, Variedad, Velocidad, Veracidad y Valor.

  • El volumen atiende al número de datos que se captan, de las fuentes, y a mayor cantidad de fuentes, mayor es el volumen que se genera, principalmente, de las redes sociales y dispositivos electrónicos.
  • La variedad apunta a la diversidad de datos acumulables, diferenciando las fuentes, por su origen, ubicación, actividad, edad y del sujeto generador.
  • La velocidad atiende a la rapidez con que se acumula y analiza la información. A mayor velocidad, mayor eficacia.

En seguridad pública la actuación en tiempo real es fundamental cuando se trata de acción y reacción, por ejemplo, con los mensajes que se viralizan en redes sociales, las operaciones bancarias que se realizan con tarjetas de crédito o mediante operaciones virtuales, el seguimiento en videovigilancia de un evento, entre otros.

  • La veracidad es el factor de más alta trascendencia en el proceso, pues un falso positivo genera un proceso fallido. La capacidad funcional exige establecer mecanismos de verificación superiores a la reiteración en fuentes. Un padrón de referentes confiables, como la figura de informante seguro gestada a partir de la participación ciudadana en comités vecinales de vigilancia, resulta de gran utilidad.
  • El valor es el culminante positivo del proceso, pues permite incorporar la información certera y confiable a los procesos de planeación y operación de las políticas públicas de prevención, persecución, combate al delito, y en general en los esquemas de seguridad pública.

Por las consideraciones planteadas, es urgente incorporar a la brevedad posible, las mejores herramientas tecnológicas disponibles en el universo hiperconectado, para hacer funcional y efectiva la labor de seguridad publica en el Estado.

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