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Aprueba Congreso local Ley de Capacitación en Materia de Género en BCS

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La Paz, Baja California Sur (BCS). A través de un boletín de prensa del Congreso del Estado se informó que, para que servidoras y servidores públicos de los tres poderes, ayuntamientos, así como de los organismos autónomos de BCS se capaciten en materia de género, sobre la prevención y erradicación de los tipos de violencia hacia las mujeres, la Cámara de Diputados sudcaliforniana, aprobó la Ley de Capacitación en Materia de Género, Prevención Erradicación de la violencia hacia las Mujeres.

La iniciativa fue de la Diputada Sandra Moreno Vázquez, logró el consenso de sus trece homólogos, ahí presentes, asegurando que son muy pocos servidores públicos que cuentan con formación en materia de perspectiva de género y de combate a la violencia, por lo que la ruta efectiva para lograrlo es la concientización en materia de género, para que, de esta manera las políticas públicas, acciones o contacto con la ciudadanía, en general, cuenten con ella.

Entre sus argumentos, presentó cifras alarmantes del incremento de delitos en contra de las mujeres, contra las libertades sexuales, la familia y los menores, sin que las autoridades, en ninguno de los órdenes de gobierno, encuentren una estrategia eficaz para combatirlo.

De acuerdo a la incidencia delictiva de 2015 a 2020, los delitos contra la libertad y la seguridad sexual tuvieron un incremento del 115.3%, al registrarse 314 en 2015 y 676 en 2019, mientras que al 31 de julio del 2020 se han registrado 425. Los delitos contra la familia tuvieron un incremento del 68.9%, de 2 mil 271 en 2015 a 3 mil 836 en 2019, mientras que al 31 de julio del 2020 se han registrado mil 889.

En ese contexto, la iniciadora enfatizó que es urgente que el Instituto Sudcaliforniano de las Mujeres impulse la capacitación obligatoria a que se refiere la ley propuesta y que en colaboración con las Unidades de Igualdad de Género de cada ente obligado, actúe como agente determinante para el cumplimiento de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y sea una realidad el contenido de las leyes como esfuerzo para eliminar todo tipo de violencia, concluye el boletín de prensa del Congreso de BCS.




¿Qué significa mirar con “lentes de género”?

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Martha Leñero escribe el libro Tercera llamada: orientaciones de género para la vida cotidiana, en un gran esfuerzo de desmenuzar temas tan complejos y simples —dependiendo del enfoque— como el género, la identidad y la orientación sexual. Nos pregunta: ¿qué es mirar con enfoque/lentes o perspectiva de género? y, sobre todo, ¿para qué sería importante hacerse este cuestionamiento? En este artículo hago un pequeño acercamiento a su segundo capítulo: Mirar con lentes de género.

Metafóricamente, se dice que para tener una mirada de género es necesario mirar con lentes de género, o sea, uno no desarrolla sola la mirada de género, es necesario querer mirar aquello que siempre dimos cómo correcto y que no lo es. Esto quiere decir que es indispensable enfocar la mirada para descubrir los estereotipos de género y las desigualdades sociales que generan.

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Según la Asociación Mexicana para la Salud Sexual A.C, el género es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales basadas en el sexo. De la manera que ha existido de histórica y transculturalmente, y en las sociedades contemporáneas, éste refleja y perpetúa las relaciones particulares de poder entre hombres y mujeres. Por lo tanto, cuando hablamos sobre mirar con lentes de género, hacemos referencia a observar estas estructuras de poder que han sido reproducidas socialmente por medio la normalización de los estereotipos de géneroEl rosa para las niñas, El azul para los niños, Las niñas se ven mejor calladas, Los niños se ven mejor siendo intrépidos, entre muchas otras.

Esta supuesta normalidad dejaría de serlo, cuando al observarla con los lentes de género descubramos que tanto las niñas como los niños pueden jugar lo que sea y los colores como la ropa no tienen género. Sin embargo, como ocurre en la realidad, no todas las personas miran con estos lentes, por lo que se dice que no se ha adoptado la perspectiva de género. Con la palabra perspectiva, se refiere al punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto. De este modo, plantear la correspondencia entre perspectiva y lentes es útil para señalar que las realidades en las que vivimos, pueden analizarse o verse desde diferentes puntos de vista. Es así como las conclusiones a las que llegamos dependen de una perspectiva, es decir, de los lentes utilizados.

Por lo tanto, la perspectiva de género brinda una forma distinta de ver y analizar situaciones diversas, revelando desigualdades sociales-culturales entre mujeres y hombres, que, de otra forma —cómo históricamente se ha hecho—, pasan inadvertidas, ya que se seguirían viendo como normales y naturales, a esta perspectiva se le conoce también como: enfoque de género.

Es importante no confundirse con ideología de género. Según Animal Político, este término significa: Un concepto que surgió en 1995 como una estrategia discursiva de El Vaticano durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. El Consejo Pontificio para la familia afirmó entonces que “la ideología de género era una idea feminista” con la que se buscaba argumentar que la heterosexualidad no es obligatoria. En 2016, el papa Francisco dijo que la ideología de género se relacionaba con “procesos de enseñanza para que los niños puedan elegir su género”. Es en este momento cuando el concepto se popularizó fue retomado por diferentes iglesias.

A raíz de lo anterior, grupos Provida han realizado campañas para desinformar a la población con datos no científicos y basados en suposiciones y creencias. Es por esto que se vuelve de suma importancia ejercer la perspectiva de género, que podríamos definir como una forma de análisis usada para indicar y mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres están en sus cuerpos biológicos, pero sobre todo, en las distinciones culturales asignadas a los seres humanos, las cuales han generado desigualdades de trato, acceso y oportunidades.

Martha Lamas, antropóloga y catedrática de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México, dice que “al utilizar esta perspectiva, se llegan a comprender las condiciones relacionales y culturales que se juegan en la aparición de ciertas conductas, características y expresiones humanas”, esto quiere decir que, cuando utilizo la perspectiva de género, tengo la posibilidad de identificar, analizar, entender, explicar y cuestionar situaciones donde se presenta la desigualdad y una vez que se ven, las puedes transpolar a casi todas las situaciones de la vida cotidiana.

Lo importante a subrayar es que, cuando se mira desde una perspectiva de género, siempre se pregunta el por qué, continuamente se cuestionan los datos y se examinan las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Por ejemplo, en el área de la salud, implicaría considerar que los hombres y mujeres están expuestos de manera distinta, a riesgos de enfermedad y muerte, no sólo por razones biológicas y motivos del ciclo vital, sino porque enfrentan las situaciones de forma completamente diferente, es común encontrar en los hombres conductas evasivas hacia las dolencias o enfermedades, como no ir al médico o no seguir el tratamiento, hacerse el fuerte ante los dolores o simplemente negar la enfermedad como si no la tuviera.

En el ámbito educativo, la perspectiva de género ha revelado que la escuela transmite y perpetua estereotipos de género cómo preguntarle a los alumnos hombres sobre ciencias exactas o matemáticas y a las mujeres sobre literatura y artes. Un ejemplo particular en los hombres, ha sido la prohibición a la ternura y a experimentar sus emociones, existe la frase —usada cada vez menos— que los hombres debían ser feos, fuertes y formales, encasillándolos a vivir y experimentar su masculinidad solo de una forma, cuando en la realidad hay muchas maneras de vivir tanto la masculinidad como la feminidad.

Bibliografía

  • Asociación Mexicana de Salud Sexual A.C. Definiciones básicas. Amssac.Org
  • Ávila, Y. (2019). “Ideología de género, un término para desinformar sobre derechos de las mujeres y personas LGBTI+”. Animal Político. Recuperado de: AnimalPolitico.Com
  • Leñero, M. (2010). Tercera llamada: orientaciones de género para la vida cotidiana. UNAM.

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¿Qué es la orientación sexual?

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Sex Matters

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). En la actualidad, estamos acostumbrados a escuchar términos como gay, lesbiana, bisexual, pansexual, asexual, entre otros, sin embargo, suele haber confusión sobre el rubro al que pertenecen estos conceptos y sobre todo, una falta de información sobre lo que son y lo que implica para la persona que declara su orientación sexual.

La orientación sexual es la atracción erótica, emocional o amorosa que sienten las personas hacia otras, tomando como referencia su género o también su identidad de género, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas.

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Es importante aclarar que la orientación sexual es diferente de la identidad de género, ésta,  define el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina, o alguna combinación de ambos; se trata de la forma individual e interna de vivir el género, la cual podría o no corresponder con el sexo con el que nacimos.

Es decir, la identidad de género es cómo una persona se identifica en lo masculino, femenino, ambos o ninguno, y la orientación sexual es hacia quién dirijo mi atracción.

Por lo tanto, en identidad de género incluimos a los hombres o mujeres trans —travesti, transexual o transgénero —, queer, no binarios, agénero, género fluido, y otras más, mientras que en la orientación sexual se encuentran lesbianas, gays, asexuales, bisexuales, pansexuales, entre otras.

Tradicionalmente se espera que a una persona le atraiga otra del sexo opuesto, lo que conocemos como heterosexualidad, sin embargo, a través de la historia se ha demostrado que no sólo ha existido esta orientación, las personas homosexuales han estado siempre presentes, pese a los intentos por ocultarlos o minimizarlos.

También, se encuentran personas que no se han identificado con el ser hombre o mujer y por lo tanto, no se pueden clasificar estrictamente dentro de la heterosexualidad, tal es el caso de los Muxes, personas nacidas — en la comunidad zapoteca— con genitales masculinos, que asumen roles femeninos en los ámbitos social, sexual y/o personal; de manera muy similar, los Fa’afafine, hombres criados como mujeres por sus familias, pertenecientes a la sociedad samoana.

La mayoría de las orientaciones sexuales siguen siendo tabú en nuestra sociedad, debido a la idea generalizada de que la heterosexualidad es lo natural en el ser humano, sin embargo, este concepto proviene de las sociedades tradicionales, en donde el orden social se consideraba externo a las personas: era un orden jerárquico establecido por Dios —a-racional— y, por ende, natural. Los privilegios de unos frente a la subordinación de otros se consideraban parte de un orden superior, inamovible e incuestionable.

Aunado a esta lógica, diversos grupos sociales se han empeñado en difundir ciertas falacias para sostener argumentos que faltan a la ciencia, como, por ejemplo, que en la naturaleza no hay animales con comportamientos homosexuales —ciertas especias de chimpancés, pingüinos, ovejas y delfines han sido observados y documentados manteniendo relaciones homosexuales—, o también han sostenido que la homosexualidad es una enfermedad —la primera vez que fue catalogada como enfermedad mental fue en 1886 por Richard von Krafft-Ebing en su libro Psychopathia sexualis, sin embargo, en 1976 es eliminada del Manual de Estadística y Diagnóstico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría—, por lo anterior, Oscar Guasch en su libro La crisis de la heterosexualidad menciona que “La heterosexualidad es un mito. Una invención. Una patraña. Es un producto histórico y social; el resultado de una época y unas condiciones sociales determinadas. Porque la heterosexualidad no es universal. Es algo nuestro, occidental, cristiano”.

No obstante, en el último siglo, todas estas concepciones han ido cambiando poco a poco y la sociedad actual es más receptiva que en el pasado, esto ha permitido que las diferentes orientaciones sexuales, que ya existían, se animen a ver la luz y a plantar cara a la invisibilidad con la que se les ha tratado, de esta forma podemos incluir a algunas de las orientaciones más comunes en la actualidad:

  • Asexualidad: Cuando una persona que no siente atracción erótica hacia otras personas. Puede relacionarse afectiva y románticamente.
  • Bisexualidad: Capacidad de una persona de sentir una atracción erótica afectiva por personas de un género diferente al suyo y de su mismo género, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con ellas.
  • Heterosexualidad: Capacidad de una persona de sentir atracción erótica afectiva por personas de un género diferente al suyo, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con ellas.
  • Homosexualidad: Capacidad de una persona de sentir atracción erótica afectiva por personas de su mismo género, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas. El Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW) observa una tendencia a reivindicar el uso y referencia a los términos lesbiana y lesbiandad, para hacer referencia a la homosexualidad femenina.
  • Pansexualidad: Capacidad de una persona de sentir atracción erótica afectiva hacia otra persona, con independencia del sexo, género, identidad de género, orientación sexual o roles sexuales, así como la capacidad de mantener relaciones íntimas y/o sexuales con ella.
  • Demisexualidad: atracción sexual solo en casos donde previamente se ha establecido un fuerte vínculo emocional o íntimo.

Existen más orientaciones sexuales pero hay muy poca información sobre el número de personas que se identifican con éstas debido a la discriminación, falta de empatía y desconocimiento que existe. Aun así, en la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género del 2018, el .8% de la población sudcaliforniana se identificó con otra orientación sexual que no fuera la heterosexual.

A pesar de que puede parecer un porcentaje muy pequeño, resulta significativo saber que cada vez hay más personas que se animan a enfrentar los tabúes de nuestra sociedad y plantarles la cara de frente. Aún queda un largo camino que recorrer para la aceptación, inclusión y sana convivencia entre las personas — independientemente de la orientación sexual que tengan— pero la lucha es constante.

Es importante considerar que, independientemente de la orientación sexual que una persona posea, o incluso si no se identifica con ninguna, esta puede ir descubriéndose a lo largo de la vida, a medida en que sea sincera consigo misma y/o se permita experimentar nuevas experiencias. Rodearse de personas comprensivas y construir redes de apoyo, se vuelve fundamental para encarar a esta sociedad y, en muchas ocasiones, a uno mismo.

 

BIBLIOGRAFÍA

Guasch, Oscar. (2000). La crisis de la heterosexualidad. Leartes, Barcelona.

Boswell, John. La investigación histórica de la homosexualidad. Estudio.

Rey, Fernando. (2012). Homosexuales. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Soler, F. (2005). Evolución y orientación sexual. Universidad Nacional de Colombia.

Glosario de la diversidad sexual, de género y características sexuales. Secretaría de Gobernación.

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