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Peligros sobrenaturales de viajes en avión

FOTOS: Internet.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS)En estas épocas, los viajes en avión son comunes, ya sea para visitar a familiares o ir a pasar las fiestas decembrinas. El avión es uno de los métodos de transporte más seguros, pero aín así, existen misterios que te pueden dan escalofríos al montar un ave de acero.

Choque con ovnis

En ocasiones los aviones terminan con colisiones con objetos a la máxima altura que viajan, las versiones oficiales, nos explican como choques con aves, aunque testigos afirman haber visto objetos voladores, además que en la mayoría de la veces dejan danos en los aviones que difícilmente podría ocasionar un ave, además que nos podemos poner a pensar que ave surca los cielos tan alto como el avión.

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Desapariciones misteriosas

Sólo basta recordar el famoso Triángulo de las Bermudas, pero ese no es el único punto geográfico donde un avión ha desaparecido súbitamente del radar y jamás haya sido encontrado; aunque la explicación lógica es un accidente aéreo, en muchas ocasiones no se encuentran ningún indicio que puedan verificarlo.

Pilotos fantasmas

En la mañana del 4 de septiembre de 1954, el vuelo 513 comercial de Santiago Airlines, salió de un aeropuerto en Alemania occidental. Pasaron días y el avión nunca llegó a su destino… Desapareció en alguna parte del océano atlántico sin dejar rastro.

Las autoridades asumieron que se había estrellado en alguna zona particular alejada de todo tránsito y que los restos se sumergieron en los abismos del océano. A raíz de esta desaparición, Santiago Airlines cerró sus puertas al público en 1956 y nunca se supo nada más sobre el vuelo 513, ni sobre las 92 personas que iban a bordo, hasta 35 años después.

El 12 de octubre de 1989, en Puerto Alegre, Brasil, el vuelo comerciar aterrizó como cualquier otro avión en cualquier otro día. Los empleados del aeropuerto estaban extrañados por el aterrizaje del avión que se suponía extraviado y que no respondía a las señales de radio; por lo que fueron a checar el interior de la aeronave. Adentro no había nadie con vida: al parecer, todos llevaban muertos por años, ya que sólo sabían esqueletos. Al entrar a la cabina, se encontraron con el cadáver del capitán, Miguel Víctor Curi, quien aún sujetaba los controles. Se podría suponer que el cuerpo sin vida aterrizó el avión.

Perderse en dimensiones

Fue el 2 de julio de 1955 cuando el vuelo 914 de Pan Americana despegó con 57 pasajeros abordo, era un vuelo que se dirigía a la ciudad de Miami, un vuelo que tardaría aproximadamente tres horas en llegar. Al poco tiempo  desapareció de los radares, sin ninguna señal de auxilio, por lo que lo las autoridades tuvieron que actuar de inmediato pensando que lo peor había sucedido.

Se pusieron en marcha las investigaciones sin encontrar rastro alguno de lo que había sucedido con el avión y sus tripulantes. La teoría de los expertos —y lo que se comunicó a los familiares de los pasajeros— fue que el avión se había estrellado en algún punto de su trayecto.

El 9 de septiembre de 1922 en Caracas, Venezuela, Juan de la Corte quien era el controlador del tráfico aéreo, notó que en el radar aparecía una aeronave que no pertenecía a ellos. Cuando el avión aterrizó, tanto Juan como sus compañeros se percataron que se trataba de un avión McDonnell Douglas DS4, aun con hélices en lugar de turbinas, modelo que tenía muchos años de haber sido remplazado.

Momentos de confusión se vivieron cuando el piloto reportó que se trataba del Vuelo 914 de Pan American, programado para aterrizar en el aeropuerto de Miami, a las 9:45 de la mañana el día 2 de julio de 1955.

Al aterrizar Juan le preguntó al piloto si sabía que estaban en el año 1992 y que estaban en Caracas, Venezuela. El piloto se alteró por lo que volvió a echar en marcha al avión, desapareciendo minutos más tarde del radar. Ya nunca se supo más del vuelo, y entre miles de teorías, la más popular afirma que este vuelo se perdió entre dimensiones, y viajo en el tiempo. Quizás, este avión haya aterrizado aún más en el futuro o siga viajando sin fin.

Así que si en estas épocas vas a viajar en avión, sólo recuerda estos sucesos para que tu viaje sea mas interesante.

¡Feliz Navidad!

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Desaparición forzada. Un pendiente urgente de resolver en BCS

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Existen muchas causas por las cuales una persona se puede ausentar de su domicilio habitual, pero cuando la voluntad del desaparecido no es factor decisorio en el evento, estamos en presencia de una conducta delictiva que lacera sensiblemente el estrato social, denominada formalmente “desaparición forzada”.

El derecho convencional define como “la privación de libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes” (Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, adoptada en Belém do Pará, Brasil el 9 de junio de 1994, en vigor desde el 28 de marzo de 1996, suscrita y ratificada por México).

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Conforme al tratado internacional en cita, los elementos que la configuran son tres:

1.- Una privación de libertad de cualquier forma.

2.- La intervención directa o indirecta de agentes de autoridad, al participar, autorizar, apoyar o consentir que el hecho se realice.

3.- El ocultamiento de información sobre el paradero de la(s) persona(s) privada(s) de libertad o la negativa de reconocer dicha privación de libertad.

El mismo texto convencional establece que será considerado como un delito continuado o permanente hasta en tanto no se esclarezca el paradero o el destino de la(s) víctima(s).

En cumplimiento a este tratado, el Estado Mexicano está obligado a:

A) No practicar, no permitir, ni tolerar; así como prevenir, sancionar y erradicar la desaparición forzada.

B) Sancionar a los autores, cómplices y encubridores del delito y/o su tentativa;

C) Tomar las medidas de carácter legislativo, administrativo, judicial necesarias, tales como:

  • Tipificarla como delito e imponerle una pena acorde a su extrema gravedad.
  • En los casos en que el presunto delincuente se encuentre dentro de su territorio y no proceda a extraditarlo, instaurar su jurisdicción.
  • Incorporar el delito como susceptible de extradición en todo tratado de extradición que celebren.
  • Profesionalizar al personal encargado de la aplicación de la ley.
  • Crear un registro nacional de detenidos, disponible para los familiares, abogados, personas con interés legítimo y autoridades competentes.
  • Establecer mecanismos de cooperación recíproca en la búsqueda, identificación, localización y restitución de menores que hubieren sido trasladados a otro Estado, o retenidos en éste, como consecuencia de la desaparición forzada de sus padres, tutores o guardadores.

Un fenómeno en Sudcalifornia

En Baja California Sur, la desaparición de personas es un fenómeno que se ha incrementado exponencialmente a últimas fechas, y si bien es probable que no todas las desapariciones que se suscitan son necesariamente forzadas, lo cierto es que el gobierno tiene la obligación legal irrenunciable, de investigar todos los casos que se reporten, en aras de cumplir cabalmente con el compromiso de asistir a las víctimas directas e indirectas, cuando el evento sea delictivo; o bien, darle a los familiares la seguridad de que no se trata de un delito, cuando sea el caso de una desaparición voluntaria.

El elevado número de personas desaparecidas, y la falta de un protocolo de actuación oficial para atender la problemática que ello implica,  ha llevado a los familiares de los desaparecidos, a organizarse en forma privada, para tratar de localizarlos, y en cada caso, aunque en un inicio mantienen la esperanza de encontrarlos con vida, con el paso del tiempo van aceptando la posibilidad de que haya perdido la vida, pero continúan en la búsqueda, porque es un martirio la incertidumbre que plantea la desaparición de un ser querido.

La búsqueda de familiares desaparecidos es un doloroso viacrucis que exige de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, atención, apoyo y acompañamiento, y como víctimas indirectas, tienen derecho a representación y asesoría profesional gratuita y de calidad.

La Procuraduría de Justicia Estatal anuncia un ambicioso programa al respecto. Esperamos resultados positivos.

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Nuestros desaparecidos

FOTO: Internet.

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hay personas desapareciendo casi cada semana en Baja California Sur. Cada mes vemos nuevas lonas con la cara de un desconocido buscado por sus familiares, sea en La Paz, Los Cabos u alguna otra parte del estado. Entre los desaparecidos los hay de todo: albañiles, madres solteras, estudiantes; esposos de alguien, hijos de alguien, abuelos de alguien.

¿A dónde van estas personas? ¿Dónde están? No puedo dejar de pensar y vincular el desmedido aumento de desapariciones, con la posibilidad de que algunos de estos sudcalifornianos estén siendo víctimas de la trata de personas.

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La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) afirma que de 2012 a 2017 se identificaron más de cinco mil víctimas de delito de trata de personas. ¿Cuántas de ellas corresponderán a alguno de los desaparecidos en Baja California Sur?

Imagínate que un día cualquiera, estando en tu jale, sales a la hora de comer rumbo a tu casa y sin verlo venir, mientras caminas, sientes un fuerte golpe en la nuca. De repente todo se pone oscuro. Despiertas adolorido y estás quién sabe dónde, en un cuarto, junto a decenas de desconocidos, con sed, hambre, mugroso. Desconcertado, descubres que estas encadenado a una pared, sin razón aparente alguna, y comienzas a preguntarte, con terror, que harán contigo… yo sé, suena a un cliché, pero sucede. Está sucediendo.

El otro ejemplo (que es menos hollywoodesco), es la clásica invitación para trabajar en algún centro nocturno. Sitio al que te presentas, y del cual, simplemente, no vuelves a salir nunca.

¿Puedes imaginar que, a pesar de las evidencias y la enorme cantidad de personas desaparecidas, existan autoridades (responsables de tu seguridad) que se atrevan a culparte a ti y a tu familia de lo que te pase si es que te levantan?

Es común escuchar, de gobernantes locales y nacionales, frases como andaba en malos pasos, es culpa de las familias por no inculcar valores o tenía antecedentes penales, al referirse a alguna persona desaparecida o violentada; y ésta narrativa, que repiten algunos funcionarios una y otra y otra vez, pasa a estar en el vocabulario común de nuestros vecinos, compañeros o hasta familiares.

Es intransigente la actitud de nuestras autoridades, al negar implícitamente a los desaparecidos en Baja California Sur. Nada justifica la muerte de otra persona, nada justifica morir torturado, sufrir el ser despojado de tu dentadura con unas pinzas pericas, diente por diente, sintiendo como los arrancan uno a uno; o ser ahorcado con un alambre de púas; o ser drogado hasta crear dependencia para pasar a formar parte de las filas de la esclavitud sexual. Pero esto al gobierno local le es poca cosa cuando emite conferencias afirmando se matan entre ellos.

Y así, niegan implícitamente a nuestros desaparecidos al culparnos a nosotros, a la propia víctima, cuando bien sabemos lo ineficiente que ha sido la guerra contra el narcotráfico (ahora guardia nacional), y estas son sus nefastas consecuencias.

Con esta actitud se busca construir una narrativa que deshumanice a las víctimas para que les demos la espalda. Muchas víctimas no tenían NADA que ver con el crimen organizado y cualquiera de nosotros podemos ser uno de ellos, de esos que no nos encuentran porque salimos a la tienda a buscar unos cuantos tomates a la hora de la comida, salimos al mandado y ya no regresamos. O de esas que nos convierten en esclavas sexuales.

No busco cuestionar o descalificar las intenciones del Gobierno del Estado frente a las y los desaparecidos que tenemos en Baja California Sur. Pero sí disentir de la forma de comunicarse alrededor de éste tema tan delicado y doloroso. ¿A qué me refiero? No deshumanizar a las víctimas con nuestras palabras, sea el caso que sea. Son personas, es vida y la vida es sagrada.

 

¿Cómo hacerle frente a este panorama, para algunos tan lejano y desolador?

Conoce a tus vecinos: la enajenación social, la distancia análoga entre nosotros, independientemente de nuestras diferencias, es un factor enorme que contribuye al crimen organizado. Ya no nos conocemos. Ya no nos indigna que levante a un hijo de quien sea. Si estás en conexión con tu comunidad, las cosas pueden ser distintas, MUY distintas.

Solidarízate con el movimiento: Búsqueda por La Paz es un grupo de ciudadanos que periódicamente realizan jornadas de búsqueda en el desierto, en los arroyos, en la lejanía, literalmente escarban en medio de la nada para buscar a sus madres, hijos o hermanos.

No permitas la impunidad: esto sigue sucediendo porque los casos no se resuelven, menos se encuentra a la gente y en contadísimas ocasiones se realizan búsquedas por parte de la autoridad correspondiente. El nivel de impunidad es un factor enorme que permite que ésta situación continúe hasta hoy en día.

Cuando haya marchas, acompaña; cuando haya comunicación polarizada sobre el tema, intervén.

Si estás interesada o interesado en el tema te recomiendo seguir el trabajo periodístico de el organismo, la información recopilada, analizada y vertida en CULCO BCS, o sigue en Twitter y FB al Subsecretario Alejandro Encinas (en lo personal, una de las figuras más rescatables y destacables del gobierno federal) y los programas que está buscando ampliar e implementar a marchas forzadas por parte de su equipo de trabajo.

Al final y no menos importante, voluntarea, dona o comparte lo que puedas/sepas a/con las familias del grupo búsqueda por La Paz.

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