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Por qué el block de concreto desplazó al ladrillo en Baja California Sur (II)

FOTO: Noé Peralta

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hablar del tabique o ladrillo recocido, es transportarnos varios milenios atrás en la historia de la humanidad, y sobre todo en uno de los primeros oficios del hombre: la albañilería. Aunque existen modismos sobre cómo llamarlo, los ingenieros y arquitectos coinciden en que la diferencia consiste en que el ladrillo es una ¨piedra¨ de lodo fabricada artesanalmente con tierra y material orgánico, principalmente composta y estiércol animal, que se le aplica temperatura para que adquiera la dureza necesaria para aplicarse en una vivienda; mientras que el tabique se supone que su elaboración es más industrial y fabricado con algunas normas de calidad de la construcción.

La historia del ladrillo, está íntimamente ligada a los inicios de la civilización humana y su necesidad de acondicionar un espacio de vivienda para protegerse de las inclemencias del medio ambiente y animales depredadores: de acuerdo a investigaciones arqueológicas en la zona de la antigua Mesopotamia, se ha descubierto que hace 11,000 años ya se usaban ladrillos para la construcción de algunos edificios y templos.

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Pero instalándonos en estado de Baja California Sur, tenemos que a la llegada de los misioneros y las colonizaciones del siglo XIX del macizo continental se trajeron las técnicas para la elaboración del ladrillo y, siendo un elemento constructivo muy fácil de fabricar, se tuvieron las primeras ladrilleras en la historia de la península bajacaliforniana; así, con la piedra existente en las zonas serranas, los ladrillos fueron los materiales más utilizados en la construcción de edificios públicos y algunas casas de gente adinerada. Hay que recordar que en el siglo XIX, la mayoría de la población vivía en los pocos centros de población que se formaron en las misiones abandonadas por los misioneros, y que la gente con escasos recursos y muchas veces también por falta de motivación, hacían sus viviendas de una manera muy modesta a base de paredes de madera y barrotes y los techos de hoja de palma o laminas en mal estado.

Aún quedan en algunos pueblos misionales casonas antiguas hechas a base de paredes de ladrillo, algunas en muy buen estado de conservación y otras en plena destrucción por los agentes de la naturaleza y con nula conservación. Se dice que la misión de La Purísima se hizo con ladrillos, y que con el paso del tiempo y ante la falta de persona o autoridad que la mantuviera en conservación se destruyó por completo a inicios de la tercera década del siglo XX. También existen aún y de forma ¨milagrosa¨ las paredes de la misión de San Fernando de Velicatá y Santa María de los Angeles (Kabujakaamang), ambas en la zona norte de la península de Baja California, en pleno desierto central, que debido a las escasas precipitaciones pluviales se conservan sin intervención del ser humano.

Para la fabricación del ladrillo se ocupa de materiales que, una vez mezclados, forman una base de lodo o un tipo de barro, que se amolda en forma de cuboides o de manera rectangular; estos materiales consisten en una masa de tierra con ciertas características barrosas a la que se le agrega agua suficiente hasta hacerla un tipo de lodo, para luego agregarle en proporciones adecuadas material orgánico, consistente en ¨pajoso¨ o estiércol de ganado, y a veces composta de plantas del desierto. Una vez mezclados los ingredientes, lo que se hace de forma manual o artesanal, se introduce la masa resultante a moldes de madera previamente preparados para el fin y de las medidas que va tener el ladrillo final, siendo las más comunes 7cms de alto, 14cms de ancho y 28 cms de largo.

Cuando se tiene el ladrillo ¨crudo¨, es decir, ya seco y bien formado, se acomoda dentro del horno de manera que exista entre cada uno de ellos un espacio suficiente para que el calor generado pueda pasar entre los espacios y permitir el ¨cocimiento¨ de todos los ladrillos; en tiempos actuales, las ladrilleras usan leña del desierto, principalmente mezquite o palo fierro, y se encuentran en las orillas de las localidades por la gran contaminación ambiental que representan derivada del humo que producen. Hoy en día, el municipio donde hay más ladrilleras es Comondú, y es en las periferias de Ciudad Constitución donde se encuentran la mayor parte de ellas.

Cuando se fundó el valle de Santo Domingo en la década de los cincuenta del siglo pasado, y que fueron llegando los primeros colonizadores de varios estados del centro del país, fueron llegando también los primeros fabricantes de ladrillos que se establecieron en la zona oriente de Ciudad Constitución, por el sentido del aire para que se llevara el humo generado, y tuvieron unas empresas muy redituables económicamente. Se dice que, al existir una gran demanda de vivienda en la naciente ciudad, se tenían que agendar las entregas de ladrillos hasta por semanas de anticipación. Pero este floreciente negocio llegó a su fin, cuando llegó el cemento portland y la ¨arena blanca¨ a la zona y entró en escena el ya muy conocido actualmente como block hueco de concreto.

Con la fabricación del block de concreto se le pegó el tiro de gracia a la industria ladrillera, cuando ya de por si luchaba por conseguir los permisos de impacto ambiental debido a la contaminación que generaban proveniente de la quema del producto, aparte que los ladrilleros nunca quisieron modernizarse con plantas más tecnológicas y utilizando combustible menos contaminantes.

La razón principal por la cual se utiliza más el block de concreto que el ladrillo es la economía principalmente: mientras que el block cuesta el doble que un ladrillo, rinde el triple en muros. A esta importante razón, se le suma la rapidez y el uso de menos mezcla de mortero para pegarlos.

Actualmente se usa el ladrillo para la fabricación de fachadas tipo colonial, para hornos de panaderías o restaurantes o en algunos detalles constructivos decorativos, pero muy difícilmente van a volver los tiempos de esplendor económico para sus fabricantes como antaño, a menos que se hagan de máquinas especializadas y opten por aumentar de tamaño, eso sí, sin dejar de lado una convincente mercadotecnia.

 

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Porque el block de concreto desplazó al ladrillo en Baja California Sur (I)

FOTO: Noé Peralta

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La construcción de vivienda en el mundo, en México y en Baja California Sur también va pasando por procesos de actualización en la tecnología y sobre todo en el tema de los costos; desde los inicios en la construcción de vivienda en el territorio de la Baja California se empezó a utilizar tabique recocido o ladrillos, como una manera de levantar muros que posteriormente servirían para terminar una vivienda.

A todo lo largo y ancho de la península de Baja California, se ven todavía casas antiguas hechas con ladrillo, en los casos en que han recibido un buen mantenimiento las construcciones se conservan como vestigio de lo que fueron grandes haciendas o ¨casonas¨, que sirvieron en su momento a las personas con un buen poder adquisitivo económico que podían darse el lujo de vivir como reyes en las soledades del desierto bajacaliforniano. Un ejemplo viviente de ese tipo de construcciones lo vemos en la comunidad pesquera de Tembabichi, del municipio de Loreto, que a pesar de estar en el abandono, aún se conserva en buen estado.

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Pero en la actualidad el uso del ladrillo ha pasado a un lugar muy lejano en su utilización comparado con el block de concreto, pero ¿cuál es la razón?  Y ¿qué tan resistente -estructuralmente hablando- resulta el uso del block de concreto?

Para la construcción de block hueco de concreto, se utiliza una mezcla de material cementante (regularmente cemento portland), con agregados finos (arenas) que al ser revueltos con agua crean una masa tipo arenosa de playa, que al ser colocada en moldes adecuados con una compactación mecánica crean unos block húmedos de buena consistencia. El siguiente paso es dejarlos secar un día al sol, para después aplicarles en buena cantidad agua regada para que se ¨curen¨ y logren su resistencia final.

Con una buena proporción de los agregados finos y el cemento portland, se logra una material muy resistente y aceptable en la construcción de muros para vivienda, incluso en todas las obras de escuelas concursadas por las dependencias gubernamentales solicitan este tipo de material; por lo que el muro construido con este material ha pasado todas las pruebas de calidad en la construcción que se le han aplicado, y el tamaño de 20cms de altura, hace que las obras se construyan con más rapidez, en mucho menor tiempo que si se pegaran ladrillos.

Pero el gran éxito del block de concreto sobre el ladrillo es sin duda el aspecto económico; mientras que un metro cuadrado de block de 15x20x40cms (ancho, alto, largo) rinde un aproximado de 12 piezas por metro de cuadrado de muro, el ladrillo recocido de 7x14x28  (alto, ancho, largo) rinde aproximadamente 42 piezas por metro de cuadrado de muro terminado. Lo anterior dice mucho, si se pregunta por el precio de cada pieza y se analizan. Pero para darnos una mejor idea, el block rinde casi 4 veces el ladrillo, mientras que su costo es aproximadamente tres veces que el ladrillo.

Aparte de la comparación del rendimiento y el precio de ambas, hay que agregar que al pegar los ladrillos se utiliza más mezcla de cemento-arena, y por ser más la cantidad de ladrillos por metro cuadrado el costo de la mano de obra se encarece.

Con los tiempos modernos, el uso de los blocks de concreto se ha generalizado prácticamente en todo el estado, porque en años anteriores los materiales usados en la fabricación de los blocks encarecían su uso, sobre todo en la parte norte de Baja California Sur, por no tener en la naturaleza la arena blanca como material indispensable en su fabricación.

El costo del cemento también se encarecía; y es que con el traslado de blocks ya fabricados en la zona sur del estado o el acarreo de arena blanca a los municipios del norte, hace más competidor, económicamente hablando, este material de construcción contra los ladrillos recocidos.

En la actualidad y debido a la gran demanda de vivienda es prioritario utilizar materiales de bajo costo, pero que no pierdan su valor estructural y de seguridad, y es por eso que el block de concreto llegó para quedarse, y si la pregunta es, ¿por qué no se utilizó desde antes?, es porque en lugares tan remotos como lo es la península de Baja California, era más fácil hacer un horno y quemar barro prensado para fabricar ladrillos que andar acarreando los sacos de cementos, pero esto lo explicaremos en nuestra siguiente entrega.

 

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Uso de los armex en la construcción

FOTOS: Internet.

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el ramo de la construcción, es una práctica muy común utilizar material de precio económico, a veces de baja calidad, para poder terminar una edificación, sobre todo en una población de condiciones socio-económicas bajas.

Para la construcción de viviendas, sobre todo de interés social, se utilizan losas de cimentación, que son y siguen siendo una buena opción para desplantes de la cimentación que soportarán toda la estructura de una casa habitación. En caso de locales comerciales, esta opción de cimentación no es la adecuada ya que se maneja más tráfico de personas (llamadas cargas vivas) y espacios más amplios, donde se exponen todo tipo de productos.

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Siguiendo con la construcción de viviendas de interés social, que son las que más demanda tienen entre la población, donde en muchas ocasiones se construyen sin una revisión adecuada de un ingeniero civil y se recurre a faltas de una buena estrategia de la construcción, muchas veces con la anuencia del propio dueño de la misma con el argumento inevitable del poco recurso económico. Y en estos casos, la práctica más común y más efectiva en todos los aspectos es usar paredes de ladrillo o block en conjunto con castillos, que hacen una estructura muy duradera en la cual difícil que surja una grieta, claro, siempre y cuando usen una buena mano de obra y materiales de calidad.

El dúo muro-castillo, es una gran invención del hombre para poder tener fácil acceso a la construcción de viviendas en mayoreo y a precio accesible, recordemos que en la antigüedad se usaba principalmente la piedra y la madera, pero era muy costoso, se ocupaba mano de obra especializada y, sobre todo, no estaba al alcance del grueso de las familias. Durante mucho tiempo funcionó y siguen funcionando los castillos de acero que hacen el papel de abrazadera y contenedor del muro, que en nuestra entidad es utilizado por los block de cemento y arena.

Los castillos son refuerzos que logran también soportar las dalas, que van por encima de todo el muro y que forman la otra abrazadera por la parte superior. Pero, ¿qué deben de llevar los castillos para que hagan bien su trabajo estructural? La varilla es el elemento principal, que a su vez va unida mediante estribos de alambrón, que regularmente van separados entre sí a cada 15 o 20 cms, dependiendo del claro y de los niveles de la construcción. Una característica que tiene el acero o varilla es su gran resistencia a la tensión; esto significa que, si hubiera manera de tomarla de sus orillas y estirarlas (como si fuera una liga), estas no se deforman, y tienen una gran resistencia que en el ámbito de la ingeniería se le conoce como esfuerzo de fluencia y se mide en kg/cm2.

Hasta el siglo XX todo iba bien en cuanto a esta técnica de construcción, pero dada la necesidad de materiales más económicos y más rápidos, en el siglo XXI tuvieron su apogeo los materiales prefabricados, y, entre estos, el que tuvo mucha aceptación, sobre todo por cuestiones de precio, fue el armex. El armex es un castillo prefabricado que se utiliza como refuerzo en estructuras de concreto, y que comúnmente lo componen 4 varillas unidas entre sí formando un cuadrado o rectángulo, aunque también se fabrican de forma triangular, y que viene a sustituir al castillo tradicional por tener un mejor precio de mercado haciendo la misma función.

 

Una de las características que la hacen muy dúctil, es que se usa acero que aunque esté delgado tiene gran capacidad de resistencia al esfuerzo de fluencia y, además, sus componentes están electrosoldados, haciéndolos más rígidos. En pruebas de laboratorio de materiales de construcción, se tiene que dan más resistencia que las varillas similares, donde una varilla de las usadas más comúnmente (3/8) tiene 4,200 kg/cm2, mientras que una armex tiene 6,000 kg/cm2. Según lo planteado, este material vino a revolucionar, y de una manera económica, la construcción de viviendas masivas para la población que tiene la urgencia de poseer su anhelada vivienda.

Pero ¿por qué los ingenieros no recomiendan el uso exclusivo o excesivo de estos castillos prefabricados, denominados comúnmente como armex? ¿por qué, a pesar de la publicidad en contra, se siguen usando de manera masiva? Y ¿realmente vienen a solucionar la problemática de la vivienda en el Estado y en México?

Apoyarse en este tipo de materiales es muy conveniente en términos económicos para el propietario, pero se debe de tener en cuenta su finalidad principal: apoyo en la estructura que se debe de construir con castillos de varillas; de acuerdo a pruebas de laboratorio, aunque estos castillos prefabricados tiene un a resistencia adecuada a la tensión, no son los mejores para los efectos de ¨quiebre¨ que pueda haber en la construcción, esto es que, si nos imaginamos que tenemos una fuerza extraordinaria en la mano y quisiéramos doblarla para partirla, tendríamos que son mucho más sensibles que la propia varilla. Según las especificaciones, la función primordial del armex, es para amarrar o apoyar a castillos en su función estructural, pero por si solos no deben de soportar una estructura de construcción; si se puede observar, el diámetro del acero en el armex es algo más delgado que las varillas tradicionales. Si bien es cierto que resuelven de una manera muy viable y económica la elaboración de muros en viviendas, no se le debe de cargar todo el trabajo estructural.

Sin duda alguna que el armex en la construcción vino a cambiar para muchas personas, sobre todo las de escaso recurso económico, la manera de construir su vivienda; pero no hay que excederse en su uso, y, sobre todo, hay que apoyarse en el conocimiento de un ingeniero para que le oriente donde, como y cuando usarse; desafortunadamente, las construcciones no nos muestran las deficiencias hasta pasados los años, con la aparición de grietas o asentamientos estructurales, y es aquí donde nos aplica el dicho:  ¨lo barato sale caro¨

 

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La nomenclatura de las calles y el número oficial, ¿para qué sirven?

FOTO: Noé Peralta Delgado / Interiores: Internet

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

La Paz, Baja California Sur (BCS). Uno de los recuerdos más románticos de los mexicanos, es el del cartero entregando una misiva o algún paquete en un domicilio. Creo que todos tenemos un bonito pasaje de la niñez o de la juventud en donde leímos una carta que nos llegó de algún lugar lejano; aquello era como viajar en la imaginación hasta aquel sitio, con la persona especial que se encontraba lejos en ese momento.

En mi experiencia, recuerdo cuando mi hermano mayor se fue a estudiar a la Ciudad de México, y yo era un niño al que le gustaba leer todo lo que tenía a su alcance, entonces veía al cartero aproximándose a nuestra vivienda y sentía una gran emoción, ya que comúnmente traía buenas noticias convertidas en cartas. El trabajo de ser cartero era tan noble como técnico; para que las cartas o paquetes llegaran a su destino de una manera confiable, era muy importante que éstas trajeran una dirección bien detallada, para que así el noble cartero hiciera su trabajo de forma eficiente.

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No me imagino a cualquier persona entregando correspondencia, siendo éste un reto mayor cuando el paquete o carta no trae consigo el número oficial de la vivienda y únicamente lleva el nombre de la calle principal; no queda otra opción más que preguntar a cada vecino si conoce a la persona que aparece como destinatario. Es una costumbre entre la población mexicana no preocuparse por saber el número oficial que le toca a la vivienda que habita, incluso, a veces desconocen las calles entre las que se encuentra su dirección. Si fuéramos localidades muy pequeñas con poner ¨domicilio conocido¨, sería suficiente, ya que nunca faltaría el acomedido que nos informaría con ¨santo y seña¨ la persona que estamos buscando.

La nomenclatura se refiere al nombre de la calle o avenida en la cual habitamos; en ciudades en constante crecimiento es prioritario que la cultura de los habitantes cambie conforme avance el desarrollo urbano, por ejemplo, ¿cómo podemos guiar a una persona para que llegue a nuestro domicilio?, ¿cómo dirigimos a una ambulancia o a los bomberos hacia alguna emergencia?, ¿cómo decirle a un taxista que nos lleve a nuestro hogar? Aquí es donde la nomenclatura urbana y el número oficial tienen una labor geográfica.

La función de la nomenclatura urbana es nombrar a la cuadricula de la localidad, pueden ser bulevares, avenidas, calles, callejones o privadas, pero dichas vías deben llevar un nombre que sea identificable por toda la población; con lo anterior se define la dirección de la vivienda o predio, esto con relación a las calles tanto del frente del domicilio como las laterales, es decir, entre qué calles se encuentra la construcción.

Dentro de este ordenamiento urbano le compete a la autoridad municipal dar toda la información a los habitantes de su jurisdicción; la Dirección de Obras Públicas es la dependencia que lleva el registro de la numeración oficial que corresponde a cada uno de los predios que se encuentren dentro de la zona urbana, y del mismo modo tener un sistema de planos bien elaborados con letreros de calles.

Muchas veces, por no saber a dónde acudir para averiguar qué número oficial toca a nuestra vivienda, no procedemos a ponerlo en lugar visible —regularmente se marca sobre la puerta principal de acceso—, incluso se dan casos de personas que sí saben su número de casa, pero no tienen el cuidado de rotularlo en la pared.

Si bien es obligación de la autoridad municipal facilitarnos la numeración oficial, es responsabilidad de nosotros, los ciudadanos, colocarla en un lugar visible, y así poder decir a nuestros amigos: “mi calle tiene nombre y mi casa tiene tal número, para que el camino no se vuelva complicado cuando quieran visitarnos”, asimismo, esto ayuda a que el noble trabajo del cartero, quien ahora nos lleva cuentas del banco y revistas, sea más fácil y placentero.

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La Carretera Transpeninsular y sus accidentes automovilísticos

FOTOS: Internet

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Hablar de la carretera transpeninsular “Benito Juárez”, es hablar de la historia reciente de la península de Baja California y las dos Entidades que la conforman: Baja California —convertido en Estado el 16 de enero de 1952— y Baja California Sur —decretado el 8 de octubre de 1974. No hay habitante peninsular que no haya transitado esta carretera, o que no tenga anécdotas qué contar, y hasta la mala experiencia de presenciar o vivir un percance automovilístico.

Si la carretera tuviera la posibilidad de comunicarse, sin duda nos relataría muchas historias de amor, aventuras, paseos en familia, pero también nos contaría sobre tragedias ocasionadas por los accidentes de auto. Y es de suponer que, debido a la indiferencia del mexicano, al no atender a los señalamientos que se instalan sobre los lados del camino, suceden la mayoría de las tragedias, y sobre todo, probablemente bajarían las cifras de decesos por volcaduras o choques entre vehículos.

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Hay que decirlo, la mayoría de los accidentes se pueden evitar si el conductor tiene más conocimiento y respeto hacia las señales de tránsito, ya que según cifras de organismos especializados en el tema, el 90% de los accidentes de tránsito son provocados por el factor humano por si sólo o asociados a otros factores; se trata de un porcentaje muy alto que se puede prevenir, precisamente, atendiendo al conductor.

FOTO: Comefilm

La carretera transpeninsular “Benito Juárez”, cuyo nombre oficial —dentro de la nomenclatura usada por la Federación—  es Carretera Federal No. 1, tiene una historia muy interesante, que inicia en el año 1934, en el gobierno del general Lázaro Cárdenas, con un pequeño tramo entre Tijuana  y Ensenada; esto fue parte del Plan Pro-Territorios Federales para fortalecer el sentimiento nacional entre las regiones lejanas del país. Todavía pasarían muchos años para la inauguración de dicha carretera, el acto oficial se llevó a cabo durante la visita del presidente Luis Echeverría Álvarez, del 30 de noviembre al 5 de diciembre del año 1973. Con ello se acabó el aislamiento de los territorios que conforman la península de Baja California.

Como aportación técnica, a la carretera transpeninsular se le dio el “número 1” debido a que en nuestro país, la ciudad de Tijuana (esquina Noroeste) se toma como punto origen de todas las carreteras federales, donde las autopistas en dirección Norte-Sur llevan el número non, mientras que las que van en orientación Este-Oeste llevan un número par, y aunque muy pocas personas conozcan este dato, la transpeninsular es el origen de toda la numeración. Como dato histórico final, se le llamó Benito Juárez porque el año de 1973 fue declarado como “Año de Benito Juárez”, y todo lo que se inauguraba tenía el nombre de este héroe de la historia mexicana.

Pero regresando al tema de los accidentes automovilísticos, en tiempos recientes, la carretera transpeninsular es un foco rojo por la cantidad de desgracias humanas que han sucedido, sobre todo en un tramo específico, me refiero al intervalo carretero que va desde El Valle de Vizcaíno a Guerrero Negro, por la zona norte del estado de Baja California Sur. Dicho tramo forma parte del corredor Santa Rosalía-Guerrero Negro y consta de 221 kilómetros, asimismo, posee entre 6.10 y 6.20 metros de ancho de calzada (superficie total de rodamiento).

Si suponemos que con el tiempo el “hombro de la carretera” se va desgastando, encontraríamos que el camino llega a tener sólo 6 metros de ancho, esto precisamente entre el ejido Vizcaíno y Guerrero Negro, la parte más crítica de dicho tramo. Como dato digno de medición, cabe señalar que un tractocamión con remolque y pipa, el cual acarrea combustible, mide 2.50 metros de ancho y suponiendo que éste avanza a una velocidad de 80 km/hr, el momento de cruce con otro tractocamión similar debe ser auténtica adrenalina.

Otro ejemplo de los accidentes en la transpeninsular, es el ocurrido el martes 12 de febrero del 2019, donde perdieron la vida dos funcionarias del gobierno estatal y otras dos personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad; este percance trascendió hasta medios informativos nacionales, creando una reflexión sobre la cantidad de víctimas mortales que han existido y que, desgraciadamente, han sido bastantes.

Nadie se imaginó el desarrollo económico que tendría la región y según anécdotas de los lugareños, la carretera transpeninsular se construyó pensando en la poca población —lo cual era lógico en aquella época— y por el poco presupuesto que se contaba; sin embargo, los tiempos cambian y a poco más de 45 años de aquella legendaria inauguración sucedida en el Paralelo 28, donde se dan la mano actualmente como buenos vecinos los Estados de Baja California y Baja California Sur, ya es tiempo de poner los ojos en la ampliación del camino mediante una bien elaborada modernización de carreteras.

Estos cambios ya se están viviendo en el tramo de La Paz a Ciudad Insurgentes, donde la calzada tiene un ancho de 12 metros muy suficientes, para que la Carretera Federal No. 1 o carretera transpeninsular siga contando hermosas historias de estas tierras, tan lejanas del centro de la República.

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