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La revocación de mandato no es para AMLO

 

La Última Trinchera

Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En un ejercicio democrático sin precedentes en México, este domingo 10 de abril se realizará la revocación de mandato; una acción que es fruto del esfuerzo de millones de mexicanos que desde hace décadas intentamos mejorar este país. El catalizador de la Cuarta Transformación (4T), el movimiento social más amplio y democrático que hemos tenido en el pasado reciente, es sin duda Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien es el principal promotor de la evaluación en las urnas de lo que hasta ahora ha sido su administración; lo que lo reafirma como un hombre que se somete a la voluntad popular, cuando esta emana de la mayoría.

No debemos dejar de lado que existen un puñado de opositores al avance democrático de este país y que en ocasiones se manifiestan en desnutridas marchas y confusas protestas, como vimos el domingo pasado, cuando algunos desubicados coreaban y ensalzaban en pancartas la frase: Terminas y te vas. El que esos pocos detractores de López Obrador, le exijan que se quede a terminar su mandato, cuando tienen la oportunidad de quitarlo mediante una votación democrática, es el síntoma más claro de lo disminuida y confundida que se encuentra la oposición a la Cuarta Transformación.

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Con la mayor aceptación nacional de su mandato, incluso superior a los meses inmediatos a su toma de protesta en 2018, que estaba por arriba del 66.28% a principios de 2019, hoy AMLO está en su mejor momento y es posible que la revocación de mandato lo consolide al frente de este país. Y es que el verdadero propósito de esta votación es establecer, para los sexenios subsecuentes, un precedente democrático que nos permita a los ciudadanos evaluar el desempeño presidencial, y en su caso sancionar al presidente en turno con la remoción de su cargo, si es que sus acciones fuesen contrarias al bienestar nacional; y eso, por sentido común, debería ser del interés de todos los mexicanos, independientemente de sus filias y fobias políticas, de su clase social y de su nivel de intelectualidad; pues nada nos garantiza que en adelante no tengamos presidentes corruptos o ineptos, como los que ya hemos tenido antes de la 4T.

Para que esta primicia democrática funcione y se establezca de ahora en adelante para evaluar los primeros tres años de cada sexenio presidencial, se requiere de la mayor participación social posible; es así que es fundamental para el desarrollo progresista y democrático de México que este domingo 10 de abril ejerzamos nuestro derecho ciudadano para evaluar a un funcionario público. Se ratifique o no la popularidad de Obrador, lo importante es que aprendamos a evaluar, enjuiciar públicamente, y someter a nuestra voluntad como pueblo a cada uno de nuestros presidentes. Así es que, haga suya esta oportunidad histórica de ejercer y ampliar su poder sobre nuestros gobernantes. Y sí la confundida y menguada oposición no quieren que AMLO se vaya, allá ellos, nosotros no desperdiciemos el poder ciudadano que hoy tenemos la posibilidad de hacer nuestro para el futuro.

Polilla política: Que la oposición quiera que AMLO siga gobernando, es el mejor síntoma de la ineptitud política de los partidos de derecha, que en vez de legislar juegan con Legos.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




La señora de las tlayudas chilangas y el AIFA

FOTO: Internet

La Última Trinchera

Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el 21 de marzo de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), demuestra con hechos que él y su administración ejercen la política de una manera muy diferente a los gobiernos federales del pasado. Con la más emblemática de las obras de infraestructura planteadas desde la campaña presidencial, la Cuarta Transformación (4T) pulveriza los esfuerzos de la oposición por descarrilar el proyecto morenista de México.

Cabe recordar que AMLO anunció la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) aún antes de ser presidente. Proyecto en el que involucró a su base social con la consulta sobre la cancelación del mismo. El AIFA comenzó a ser edificado el 17 de octubre de 2019, así que su desarrollo en campo tardó dos años con cinco meses; y desde su planificación oficial, tres años y poco más de tres meses a partir de la toma de posesión de Obrador el 1 de diciembre de 2018.

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Desde que se anunció la construcción del AIFA en los terrenos de Santa Lucía en Tecamac y Zumpango en el Estado de México, los opositores: políticos, intelectuales, cómicos y periodistas chayoteros se dedicaron a denostar el proyecto aeroportuario; se burlaron y hasta vaticinaron el fracaso de la megaobra. Ellos, los opositores hoy evidenciados en su vileza y marrullería, deseaban el incumplimiento de la palabra de Obrador; deseaban el fracaso de la megaobra, ya que para ellos eso significaría el comienzo de la debacle de la 4T. Pero, para su desgracia, debido al empeño y a la honestidad de AMLO, hoy el AIFA consolida el proyecto de nación de la Cuarta Transformación.

Haber entregado el AIFA en el plazo establecido y respetando los costos planteados para su edificación, debería ser un acto al que estuviéramos acostumbrados como ciudadanos; pero no es así, ya que durante décadas presenciamos proyectos de infraestructura, impulsados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y por el Partido Acción Nacional (PAN), que no se entregaban en los plazos fijados o que al ser inaugurados habían ya costado mucho más dinero que el proyectado; o simplemente obras que se iniciaron y en las que se invirtió gran cantidad de recursos económicos y que no se terminaron, como la refinería de Tula, Hidalgo, la obra de infraestructura más anunciada por Felipe Calderón en su campaña electoral rumbo a la presidencia y al inicio de su mandato; hoy emblemático fracaso del panismo, del que queda como testigo una barda, lo único que se erigió de esa obra. Y así, carreteras, trenes, hospitales y demás obras incompletas, defectuosas o generadas a sobrecostos eran el tipo de infraestructura gubernamental a la que nos tenían acostumbrados los prianistas.

Un acto de gobierno como la entrega del AIFA, debería ser la norma. Formalidad, honestidad y funcionalidad deberían de ser los parámetros de nuestros gobernantes cuando de edificación y entrega de infraestructura para beneficio social se trata. La inauguración del AIFA en los tiempos establecidos y dentro de los costos proyectados, debe ser un acto de celebración nacional, por significar una lección de cómo se debe proceder en el ejercicio de la política, por ser una cátedra: el más notorio Tengan para que aprendan para los opositores; por ser una obra que acalla a las voces de la derecha, que desnuda en su vileza a comentaristas, periodistas e intelectuales; y que expone a todos aquellos que desearon el fracaso de México con tal de que eso significara la caída de Obrador. Hoy por eso y más debemos celebrar el AIFA.

El AIFA, debe ser considerado una proeza por haber sido erigido por mexicanos y sin la contratación de créditos, sin inflar sus costos y en medio de la peor crisis económica y social generada por la pandemia de la Covid-19. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles es una muestra del orgullo de ser mexicano y obradorista, pues fue erigido con mucho en contra: organismos opositores como Mexicanos contra la corrupción; organismos empresariales como la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), la mayoría de los grandes medios de comunicación y varios despachos de abogados, en suma el aparato político económico opositor; que incluso tiene injerencia en las agencias de aviación, empresas que en un principio hicieron lo que pudieron por boicotear el proyecto obradorista utilizando tecnicismos absurdos y planteando catastróficas situaciones de aeronavegación.

Hoy la oposición habla con ardor, con resentimiento y con enojo. Las voces más críticas de programas de radio, noticieros televisados y columnas periodísticas sólo alcanzan a señalar que el AIFA está muy lejos de la Ciudad de México, que salieron muy pocos vuelos, que el único arribo internacional vino de Venezuela. Hoy los comentaristas opositores sólo atinan a señalar, sin poder ocultar su desprecio y clasismo, a la señora de las tlayudas —que en realidad son doraditas de maíz azul, platillo típico del centro de México— (https://regeneracion.mx/video-cuales-son-las-diferencias-entre-tlayudas-y-doraditas/). El día de la inauguración, doña Carmen se adentró en la terminal y estableció su puesto de doraditas y alimentó a gran parte de los asistentes. Hoy es ella parte de burlas en las redes sociales, en memes y comentarios de pobres mexicanos que difícilmente viajan en avión pero que sí comen doraditas y tlayudas, connacionales que son lo peor de la oposición: clasistas y aspiracionistas, fifís de fantasía.

Polilla política: Sin duda, serán los fifís opositores quienes más usen el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y cada que lo hagan recordarán la lección que hoy les ha dado AMLO. Y tal vez, sin confesarlo, se les antoje una doradita chilanga.

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La simulación acabada: consulta o manipulación en la cultura democrática mexicosudcaliforniana (n=3)

FOTO: Forbes / INTERIOR: Cortesía.

El Desierto Crece

Por Rodrigo Rebolledo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En una sociedad democrática participativa, la deliberación de los temas que competen a la ciudadanía supera a los de la mera designación de representantes oficiales. La consulta, como mecanismo de deliberación pude ser una herramienta de suma importancia para informar la toma de decisiones. Pero, cuando la consulta es simulada, cuando se pregunta el sentir de un grupo sólo para legitimar agendas prestablecidas, la simulación de la consulta es lo que se conoce como manipulación.

Aquí una triada de ejemplos (n=3) de consulta pública que bien pudieran ofrecernos distintos grados del simulacro en el que se desenvuelve la sociedad mexicana —y sobre todo la sudcaliforniana—, en orden descendente de dimensión espacial.

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El simulacro acabado de la revocación-ratificación del residente de Palacio Nacional

Los teóricos de la física no tienen empacho en admitir que el cúmulo de evidencia científica que sobre nuestra teoría del todo es insuficiente como para decir de forma categórica que no vivimos en una simulación.

Pero hay de simulaciones a simulaciones. Lo que dicen los científicos es que nos levantamos por las mañanas a beber nuestras tazas de café, a repasar las actualizaciones de nuestras redes sociales, para luego acudir a “nuestro mundo” a seguir adelante con nuestras vidas, sin advertir que detrás de cada uno de estos actos hay una realización sin poder tener certeza de que en realidad lo que vivimos es una simulación, es decir, que el mundo “real” es solo una representación de “algo” más.

Acabó la simulación”, se nos reitera desde la televisión, y al mismo tiempo, desde la tableta y el celular: la imagen del Presidente de México repetida millones de veces en su mueca que al mismo tiempo se transmite como risa y como sufrimiento. El rostro que es México, en resumen.

Pero cabe preguntarse si lo que dice, ciertamente, es que la simulación ya no es, o bien, es que ésta se presenta como un producto “acabado”.

¿Acaso el gobernante se pavonea frente a nosotros de haber creado la simulación efectiva en la que los gobernados nos recreamos en actos que no tienen efecto directo en la vida, y solo se desenvuelven en el espejismo que ya sustituyó todo lo real? #mesalióhacker.

A través de la revocación de mandato, hecha Ley, se pretende el dispendio de recursos (1 mil 596 mdp) de una consulta cuya evidencia de simulación supura desde su gestión, cuando fue divulgada por sus promotores como una “ratificación” de mandato y que, detrás de ella, sólo vemos a los más esotéricos zelotes del Movimiento de Regeneración Nacional.

Lamentablemente, también de ella emana la simulación en la que se reproduce ese gólem sin escrúpulos que llamamos oposición mexicana. Y que será evidenciada como lo que es sólo por la baja participación que se espera del “ejercicio de democracia participativa sin precedente”.

Pero ese, el objetivo del producto acabado de la simulación, es del todo lo contrario. La baja participación será un éxito más del residente de Palacio Nacional, quien le materializará en una nueva serie de ataques contra el cuarto poder —sea el INE o los medios— sobre quienes recaerá la reprimenda por no incitar el fervor social lo suficiente como para que el ejercicio llegue a ser vinculante.

Pero sea, o no, vinculante: ¿gana la revocación o gana la ratificación? Infalible, hay que aceptarlo, el producto más acabado de la simulación.

El muelle de cruceros, simulación ambiental

El siguiente ejemplo es la consulta pública al muelle de cruceros en nuestro entrañable Puerto de Ilusión, organizada por Semarnat, pero por ser instada desde la sociedad civil se celebra en medio de un secreto que no logran romper las peticiones de reunión pública.

La empresa promovente, Aquamayan Adventure, se recrea en esta simulación empresarial. Constituida por los mismos dueños de la constructora de nombre ITM, que ha desarrollado los muelles en los “destinos” las grandes empresas de turismo náutico, ha omitido divulgar entre los sudcalifornianos sus intenciones de crear un destino satélite de La Paz.

La empresa, dispuesta a entregar “guantes” millonarios como el que le dio a APIBCS por 40 millones de pesos previo a cualquier arreglo, a cualquier permiso de construcción o impacto denota, igualmente, una simulación. Pero una no tan acabada como el simulacro “residencial” del primer ejemplo.

Los documentos incompletos y la falta total de una socialización del proyecto por parte de la promovente hacia los sudcalifornianos permite notar, a los avezados en el tema, que no están ante una consulta, sino ante su contraparte: una pantomima.

Tal es el asomo de un resultado nefasto (ya prescrito desde que los fajos de billetes hicieron su discreta presencia) para la economía turística basada en una capacidad de carga ambiental de sus atractivos, que los colectivos ya se dibujan en la línea del sarcasmo proponiendo una colecta para #SobornaraSemarnat.

En la biblioteca de Santa Rosalía, “simulacres et simulation”

Me gustaría imaginar que en, en la biblioteca “Mahatma Gandhi” de Santa Rosalía se cuenta catalogado un ejemplar de Simulacra y simulación, la obra de Jean Baudrillard, que sostiene este remedo de reflexión.

Sólo hasta que se evidenció que el gobierno de Mulegé intentaba transformar la única biblioteca de su cabecera municipal en un sitio para captar turistas, beneficiar alguna empresa particular y “artesanos” afines; la presidenta municipal, Edith Aguilar (PAN), propuso —quizá infectada del fervor nacional—, realizar una consulta para validar la decisión ya tomada para destruir la infraestructura cultural.

Sin atender la Ley de Participación Ciudadana del Estado, este domingo el Ayuntamiento de Mulegé realizó una consulta que los actores culturales de aquel municipio, como Efra Patiño, llaman ya una simulación.

La voz del pueblo usada para legitimar la palestinización, sino la destrucción de sus espacios, la defenestración de leyes o reglamentos y normatividad, no pude llamarse participación, sino mera manipulación.

No vamos a destruir la biblioteca, sólo la vamos a reducir a la mitad”, expresó sin empacho la Presidente Municipal ante a la resistencia de un pueblo lector como pocos y sin miedo de guardar debajo de la duela reglamentos de construcción, leyes de bibliotecas y promoción de la lectura o el catálogo de recintos históricos para imponer una lógica turística a más.

Así como la reproducción digital de la biblioteca, ya con el título de título “TURISMO” en su anverso divulgada en las cuentas oficiales es más real que la biblioteca en el corazón del pueblo minero.

Me imagino paseando por los pasillos virtuales de esa Alejandría palestinizada, no por el sitio en Mulegé, sino en el mundo renderizado del simulacro divulgado por la autoridad, y encontrar el texto –simulacra_and_simulation.pdf— del filósofo francés como parte de la colección bibliográfica de la casita de madera pixelada, emulando la arquitectura de vanos y contrafuertes de tiempos los tiempos porfirianos de su original du Boleé.

Recorriendo las hojas con mis manos/cursor, por la copia digitalizada: La abstracción es hoy en día ya no el mapa, el doble, el espejo o el concepto. La simulación ya no es la del territorio, un ser referencial o una sustancia. Es la generación por vía de los modelos de un real sin origen o realidad: un hiperreal. El territorio ya no precede al mapa, ni lo sobrevive. De aquí en adelante, es el mapa el que precede al territorio –la precesión de los simulacros—; es el mapa, el que engendra al territorio y, si pudiéramos revivir la fábula hoy en día, sería el territorio cuyas tiras lentamente se pudren en las inmediaciones del mapa. Es lo real, y no sólo el mapa, cuyos vestigios subsisten aquí y allá, en los desiertos que ya no son los del Imperio, sino los nuestros: El desierto de lo real, describe Baudrillad.

El desierto Crece.

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La verdadera encuesta electoral

FOTOS: Archivo.

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Tras los cierres de campañas electorales, viene un breve período de reflexión para aquellos que no son militantes de algún partido político o que no están comprometidos con el proyecto de nación que desde las izquierdas se está consolidando. Ellos, si pretenden incidir en el México venidero, deberán decantarse por el “PRIAN” para intentar regresar al pasado opresor y corrupto del salpicadero de migajas a los más pobres y a la repartición de tajadas entre grupos de poder, o escoger la continuidad de la transformación que desde Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) se está operando en el país.

Desde 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Morena arrasaron en las elecciones, la oposición se desfondó y desde entonces no pudieron esbozar un proyecto nacional en el que basar sus campañas electorales, que hasta hoy sustentaron en ataques a todo lo que la Cuarta Transformación (4T) ha implementado o intentado cambiar de los remanentes del disfrazado “prianato” que vivimos hasta hace tres años. Es así, que a estas elecciones intermedias llegamos en un escenario en el que la sociedad está altamente polarizada y dividida políticamente, pero la polarización no es nueva y se debe a la brecha entre ricos y pobres, a la separación entre clases medias altas y clases bajas, diferencias que han sido enormes desde hace décadas. Lo que tal vez sea un poco diferente es el grado de politización de las masas, pues cada vez es menos la gente que vende su voto. La politización, que hasta hace pocos años era casi privilegio de las clases medias y altas, hoy se ha esparcido entre la mayoría de los sectores sociales gracias a las innovaciones tecnológicas en los medios de comunicación.

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Para fortuna nacional, cada vez es más la gente politizada, esa que llega con convicciones a las elecciones y no necesita de un período de reflexión extra para sufragar; esa gente ya no es presa de campañas políticas del miedo, del golpeteo y la diatriba diaria de los periodistas “chayoteros” en descrédito; esos ciudadanos no son influenciables por las cartas de los abajo firmantes intelectuales y orgánicos, esos que fueron beneficiados con millones de pesos por los regímenes pasados y que llaman a votar diferenciadamente; esa gente, con valores políticos, menos será encausada a las urnas por editoriales de revistas internacionales al servicio de intereses de grupos del capital global, que pretenden mantener un colonialismo económico y político en países como el nuestro. Los votantes están cambiando y sin importar la opción que vayan a cruzar salen a votar con mayor libertad. Lamentablemente, para los instigadores de fraudes electorales las promesas de efectivo a cambio del voto ya no garantizan que el sufragista condene su elección por un poco de dinero o dádivas en especie; hoy la gente toma esas cosas y al final vota por quien quiere.

Por otro lado, las encuestas han dejado de tener la influencia que antes tenían; ya lo vimos en las elecciones de 2018 cuando todas las mediciones demoscópicas se equivocaron. Ese año daban como ganadores a Ricardo Anaya o a José Antonio Meade, dependiendo la tendencia política de la casa encuestadora o de quien haya solicitado la encuesta; y al final AMLO arrasó en las urnas. Es así que el votante de hoy es menos predecible y menos influenciable. El sufragista se ha vuelto más selectivo a pesar de las despensas que tal o cual partido le ofrezca.

En la recta final de este proceso electoral, y de acuerdo a la mayoría de las encuestas a nivel nacional, Morena y sus aliados llevan ventaja en la mayor parte de las entidades en las que se elegirán gubernaturas, así como para la elección de diputaciones y senadurías a nivel federal. Pero, estas encuestas también evidencian que el “prianismo” —unido ya oficialmente—, podría mantener algunos de sus bastiones e incluso recuperar otros, pero que no le arrebataría la mayoría en las cámaras al partido de AMLO. En fin, encuestas van y encuestas mienten, así que la única y verdadera valoración de la política nacional será el próximo domingo seis de junio cuando nos veremos las urnas y decidiremos el futuro inmediato y a largo plazo de México.

Polilla política: El fraude lo intentaron en 2018, pero sus triquiñuelas no les alcanzaron ante la magnitud de la votación. Usted vaya y vote por quien quiera, pero vaya; entre más seamos habrá mayor democracia y menor riesgo de fraude.

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La Alianza Federalista y las vacunas

FOTOS: Internet

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La autodenominada Alianza Federalista, integrada por diez gobernadores: cinco panistas, dos priístas, un perredista, uno emanado de Movimiento Ciudadano y otro independiente, ha intentado de todo para desacreditar al Gobierno Federal y para obtener  dividendos políticos para el próximo proceso electoral de 2021. Desde su salida de la CONAGO (Conferencia Nacional de Gobernadores), estos jefes estatales han remado a contracorriente de los intereses de la nación.

Uno de sus primeros amagos contra el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue el de salirse del Pacto Fiscal, el mismo que fue impulsado y aprobado por los panistas en el sexenio de Felipe Calderón. Hablaron incluso de independizarse, más ridículos no podían sonar, pero hubo algunos ciudadanos que se creyeron la pantomima. ¿Cómo se van emancipar de la federación si es esa la que les provee de recursos económicos, seguridad social y en materia de salud a la mayoría de sus gobernados? Claro está que algunos estados generan grandes movimientos económicos y aportan a la federación, pero también de esta fluyen estos y otros recursos a las entidades federativas.

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Cuando Javier Corral, gobernador de Chihuahua, vociferaba contra el presidente y parecía asumir el control de la caterva de gobernadores rijosos, pasaron por alto que el presidente y el partido gobernante a nivel federal controlan las fuerzas armadas y que los mas altos mandos de estas fueron nombrados por López Obrador, independientemente de aquellos que le recomendaron los anteriores jefes de la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional) y la SEMAR (Secretaría de Marina), quienes son militares afines al expresidente Enrique Peña Nieto. Pequeño detalle en sus aspiraciones separatistas, y es que si se lanzaran de lleno en un escenario independentista, con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en la mano los acusaríamos de traición a la Patria y, los elementos de nuestras fuerzas armadas están destacamentados en todo el territorio nacional.

Está claro que la Alianza Federalista tiene como propósito generar impacto mediático con sus bravuconadas politiqueras para posicionar a panistas y priístas en las próximas elecciones intermedias, debemos tener en cuenta que de las gubernaturas que se van a renovar el año próximo ocho son gobernadas por el PRI, cuatro por el PAN, una por el casi extinto PRD, otra por un gobernador independiente, así como una por Morena.

Los amagos de los aliancistas han sido diversos, casi todos originados por la cancelación que hizo el Gobierno Federal de los fideicomisos, varios de estos controlados discrecionalmente por los gobernadores, mismos de los que se sirvieron por mucho tiempo para desviar recursos en especie y económicos para fines a los que no estaban destinados oficialmente. Sabemos que los gobiernos federales panistas y priístas solaparon y coadyuvaron en el uso y abuso de estos mecanismos económicos en contubernio con las entidades federativas para propósitos electorales y particulares.

La amenaza más reciente de los aliancistas es que ellos quieren adquirir mediante créditos las vacunas contra el coronavirus para sus entidades, cuando ya existen compras pactadas para diversas vacunas y un ambicioso plan de vacunación a nivel nacional que está ya implementando el Gobierno Federal; al que, por supuesto, acusan de manejar la vacunación con tintes políticos, pero se les olvida que la inoculación comenzará en Coahuila y la Ciudad de México (CdMx), la primera entidad priísta y la segunda morenista, pero que tienen algo en común: la mayor crisis de contagios y decesos en las últimas fechas. Es así que la estrategia del Gobierno Federal es atender a los más necesitados, a las entidades con mayor crisis, así como con una infraestructura que permita la vacunación sin mayor problema, en este caso la CdMx y ello debido a las grandes exigencias de transportación y logística que implica la inoculación de la vacuna del laboratorio Pfizer, de la que es necesario aplicar dos dosis que deben ser transportadas a una temperatura inferior a los 70 grados Celsius, es por ello que se va a emplear al Ejército y a la Marina para su distribución.

El escenario mundial para la venta y adquisición de las vacunas es muy complicado, el Gobierno Federal a través del Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha trabajado en la adquisición de las vacunas desde antes que se fabricaran. México como país que planteó ante la Organización de las Naciones Unidas la distribución ordenada y equitativa a nivel mundial de la vacuna contra el SARS-Cov-2, por intermediación de nuestro presidente, no debe lanzarse a adquirir vacunas en desorden, alterando los acuerdos internacionales. Es de esperarse que el incremento de los contagios causado por la temporada invernal y la relajación de las normas de distanciamiento social generen más pánico del que ya hay. Lo que sin duda abonará a que se lucre con la vacuna, mediante compras independientes, el robo y la generación de un mercado negro de las mismas. En México, los gobernadores de la Alianza Federalistas son los que buscan poner el desorden para utilizar la vacunación contra el coronavirus con fines políticos, cuando la estrategia de inoculación de la población es una operación de seguridad nacional que por Ley debe estar a cargo del Gobierno Federal.

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