De la minería al turismo. Evolución económica y cultural de Los Cabos

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FOTOS: Internet.

Colaboración Especial

José Luis Cortés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur es un estado que ha experimentado transformaciones significativas a lo largo de su historia. Desde la llegada de los colonizadores en el siglo XVI, la región ha sido moldeada por diversas actividades económicas, siendo la minería una de las más prominentes. Durante el siglo XIX, la extracción de minerales como la plata y el cobre fue un motor económico que atrajo a muchos inmigrantes en busca de nuevos horizontes. Pueblos como El Triunfo y San Antonio florecieron, convirtiéndose en centros vitales de actividad económica y cultural.

Nuestros antepasados no solo trabajaron arduamente en la minería, también innovaron en sus métodos. La construcción de ingenios y sistemas de riego ayudaron a maximizar la producción agrícola. El cultivo de algodón se desarrolló a finales del siglo XIX y, aunque efímero, permitió que muchas familias se asentaran en la región. El 40% de la población de la época se dedicó a la agricultura, estableciendo un legado que debería ser valorado por las nuevas generaciones.

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Sin embargo, a pesar de estos logros, sus esfuerzos se han visto eclipsados por la creciente desconexión de las generaciones más jóvenes con estas tradiciones. Mientras que los ancianos del lugar recuerdan con nostalgia el trabajo de la tierra y las cosechas, los jóvenes parecen más interesados en el turismo. La falta de interés en el legado agrícola y ganadero que definió durante tanto tiempo la economía ha llevado a una pérdida de identidad cultural entre los millennials.

La Era del turismo

En las últimas décadas, BCS ha visto un auge en el sector turístico, catalizado por su belleza natural y biodiversidad. Con el desarrollo de destinos turísticos como Los Cabos, la Paz y Loreto, la región se ha convertido en un imán para turistas tanto nacionales como internacionales. De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo, en 2020, el Estado recibió más de 3 millones de visitantes, un aumento del 25% en comparación con años anteriores.

Sin embargo, este crecimiento ha traído consigo una nueva dinámica que ha impactado la cultura y la economía local, especialmente, en el municipio de Los Cabos. Mientras que nuestros antepasados trabajaron la tierra y cultivaron la autonomía económica, muchos jóvenes millennials hoy prefieren buscar oportunidades en el turismo. Aunque este sector ha generado empleo, ha contribuido a la falta de interés en las actividades tradicionales que definieron a la región.

La dependencia del turismo ha hecho que muchos jóvenes se enfrenten a un vacío de ideas y una falta de iniciativa en la búsqueda de alternativas. Las encuestas indican que menos del 20% de los jóvenes muestra interés en involucrarse en la agricultura o la ganadería, vitales para la sostenibilidad de las comunidades locales. En su lugar, prefieren empleos en el sector turístico, que, aunque lucrativos, no ofrecen la misma conexión con su historia y cultura.

Generación Millennial y desconexión cultural

Hoy en día, muchos jóvenes millennials se encuentran en una encrucijada. Aunque viven en un entorno con múltiples oportunidades, hay una preocupante falta de ideas y actitud proactiva hacia el aprendizaje de las prácticas agrícolas y ganaderas de sus antepasados. La cultura de la inmediatez y el éxito rápido ha hecho que muchos opten por carreras en el turismo y la tecnología, dejando de lado el legado cultural y productivo que sus abuelos construyeron con tanto esfuerzo.

El testimonio de jóvenes como Javier es común: “No veo el valor en trabajar la tierra cuando hay oportunidades más fáciles en el turismo.” Esta forma de pensar resalta una desconexión que amenaza con borrar las técnicas y conocimientos que fueron fundamentales para el desarrollo de la región. Las historias de esfuerzo, innovación y dedicación de nuestros antepasados son cada vez menos escuchadas, y hay un riesgo real de que se pierdan esos saberes.

La resiliencia de la comunidad

A pesar de esta desconexión, la comunidad local continúa mostrando resiliencia. Aquellos que cultivaron la tierra y criaron ganado durante generaciones poseen un conocimiento invaluable que podría ser un faro para los jóvenes. Pero esta sabiduría corre el riesgo de perderse si no se promueven iniciativas que fomenten el interés en estas prácticas.

Las cooperativas agrícolas, por ejemplo, están comenzando a resurgir. Estas organizaciones ofrecen oportunidades a jóvenes que desean redescubrir sus raíces y aprender de las técnicas que sus antepasados perfeccionaron. En lugares como San José del Cabo, se han creado iniciativas que enseñan sobre la producción sostenible de alimentos, atrayendo a jóvenes interesados en la fusión de técnicas tradicionales con prácticas modernas.

La agricultura orgánica y sostenible está ganando terreno, lo que representa una alternativa viable en un mundo donde los consumidores buscan cada vez más productos responsables. Los datos muestran que el 30% de los jóvenes tienen interés en proyectos que combinan la agricultura con la sostenibilidad, lo que sugiere que hay un potencial si se les brinda la oportunidad adecuada.

Un futuro por descubrir

La historia de BCS —y de Los Cabos, en particular— está marcada por la capacidad de sus habitantes para adaptarse y prosperar. Desde la minería y la agricultura hasta el turismo, cada etapa ha dejado una huella en su identidad. La juventud millennial, aunque enfrenta una crisis de ideas y actitud, tiene la oportunidad de redescubrir su legado.

Integrar la herencia cultural en sus proyectos y aspiraciones puede brindar un camino hacia un futuro más sostenible y enriquecedor. Al recuperar el interés en las actividades que definieron a la región, los millennials podrían no sólo honrar a sus antepasados, sino también contribuir al desarrollo económico de la media península.

Promover iniciativas que combinen el aprendizaje de tradiciones con nuevas tecnologías puede ofrecer una visión renovada y un futuro que honre el pasado mientras se enfrenta a los retos contemporáneos. La apertura de espacios de diálogo y talleres intergeneracionales puede servir como un puente entre el conocimiento y las nuevas ideas, revitalizando así la conexión que una vez unió a la comunidad con su rica historia.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Colaboración Especial

José Luis Cortés

Escritor, filósofo, maestro de inglés y entrenador de liderazgo. Nació en Morelia, Michoacán, el 18 de mayo de 1973. Estudió Contaduría en la UABC de Tijuana, BC, y se certificó en Ontario, California, EEUU, como entrenador de liderazgo y como maestro de inglés. Soñador despierto toda la vida.

 

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