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Sentencia en el Caso Digna Ochoa

FOTOS: Internet.

Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 25 de noviembre de 2021, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió sentencia en el Caso Digna Ochoa y familiares contra México, concluyendo un procedimiento contra México, por irregularidades graves en la investigación del asesinato de la defensora de derechos humanos: Digna Ochoa y Plácido, el 19 de octubre de 2001, inserta en un contexto de hostigamientos y ataques en contra de personas defensoras de derechos humanos en México.

El Estado Mexicano fue encontrado responsable por la violación de los derechos a la protección judicial y a las garantías judiciales, así como del derecho a la integridad personal en perjuicio de los familiares de Digna Ochoa y Plácido.

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En la sentencia, se condena al Estado Mexicano a:

  • Investigar y en su caso juzgar y sancionar a los responsables del asesinato de Digna Ochoa.
  • Realizar un acto publico de reconocimiento de responsabilidad internacional, y publicar la sentencia.
  • Crear un reconocimiento con el nombre “Digna Ochoa y Plácido”, y poner su nombre a una calle en su natal Misantla, Veracruz, y en CDMX.
  • Diseñar e implementar una campaña, reconociendo la labor de los defensores(as) de los derechos humanos.
  • Elaborar un plan de fortalecimiento calendarizado del “Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas”.
  • Reformar la Constitución para dotar de autonomía e independencia a los servicios periciales.
  • Crear e implementar “Mecanismo de Protección de Testigos que intervengan en el Procedimiento Penal”.
  • Elaborar, presentar e impulsar iniciativa de reforma a la “Ley Federal Para la Protección a Personas que intervienen en el Procedimiento Penal” para que incluya los parámetros y estándares internacionales sobre la materia para la creación y operación efectiva de un Mecanismo de Protección a Testigos.
  • Crear e implementar a nivel federal un protocolo específico y especializado para la investigación de ataques contra defensores(as) de derechos humanos, incluyendo un plan de capacitación del personal de investigación sobre el protocolo referido en el punto resolutivo anterior, así como la creación de un sistema de indicadores que permitan medir su efectividad
  • Pagar 385 mil USD, por concepto de indemnización por daño material e inmaterial, a los padres y hermanos de la víctima; reintegrar gastos y costas y cubrir al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos la cantidad erogada durante la tramitación del juicio.
  • En un año, informar sobre las medidas adoptadas para cumplir la sentencia.

Entre los puntos más relevantes de la sentencia, destaca la concepción del daño material e inmaterial, cuyos parámetros obligan al Estado Mexicano a la adecuación y armonización de su legislación interna. Sobre el particular, la Suprema Corte de Justicia de la Nación habrá de redefinir la concepción de la llamada reparación integral del daño, ajustándola a los lineamientos establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Destaca también la obligación de dotar de independencia y autonomía a los servicios periciales en el ámbito forense, para romper la cadena de dependencia, subordinación y alineación que actualmente existe entre quien emite una pericia, y el órgano investigador y persecutor del Estado.

Finalmente, en la sentencia se destaca el señalamiento del Relator Especial sobre la situación de personas defensoras de derechos humanos, que tras su visita a México en 2017 apuntó que pese a que se han logrado ciertos progresos, el nivel de violencia en México sigue siendo alarmantemente alto, lo cual afecta a la población en general, e indicó que la mayoría de los(as) defensores(as) de derechos humanos con los que se había reunido durante su visita confirmaron que habían sido víctimas de actos de intimidación, acoso y estigmatización a manos de agentes estatales y no estatales en represalia por su labor de defensa de los derechos humanos, aunado al alto nivel de impunidad que impera sobre estos crímenes.

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¡Adiós, Luis Fernando!

FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Fue un hombre único y maravilloso. Entre sus varias virtudes: era leal y sumamente honrado —no por nada era el administrador de la casa y del negocio—; era de una carácter positivo, intenso y lleno de chispa, quien siempre se dirigía a las personas con sonrisas y palabras amorosas; y de una apariencia pulcra, un caballero siempre oloroso a perfume, todo un publirrelacionista nato; muy auténtico y orgulloso de ser lo que era. Era mi cara opuesta y mi mejor complemento: él era la rica bebida del martini, mientras yo era la amarga aceituna.

Luis Fernando Azcárraga de la Peña —o Güicho, Fer u Osito— nació en su amada La Paz el 4 de septiembre de 1979. Falleció el pasado 17 de enero, por complicaciones por COVID. Hijo de doña Irma y don Alberto; la primera vive junto con su otro hijo, Alberto; el segundo, ya finado. En abril, cumpliría con su servidor, 15 años de haberse conocido y ser una pareja y una familia en toda la extensión de la palabra. Me deja solo, si bien, acompañado en el dolor por mucha gente, y al cuidado de Jumbo, nuestro gatito. Y aunque no estudió una carrera profesional —de haberlo hecho hubiera sido la meteorología, pues era un aficionado al clima—, no le hizo falta, pues deja unas lecciones impresionantes a quienes lo conocimos de cerca, como el tener con poco para ser completamente feliz. Y lo fue. ¡Vaya que sí!

El idioma de la energía

Fernando Querido, hago este ejercicio inútil de la escritura, sólo por que mereces todos los homenajes, pero es inútil porque esto no regresa los relojes, ni tus cenizas vuelven a ser tu cuerpo. He tenido que aprender, a fuerzas, del dolor, de la resignación, y me doy cuenta que todos los clichés que se dicen ¡son ciertos! Que no alcanzan las palabras, que parece que quitaran un pedazo de mi vida, como si te hubieran arrancado de mi pecho… Todas esas palabras trilladas, son ciertas. Y yo he tenido que repetir mil veces Gracias, gracias a todos los que se acuerdan de ti y me dan su alivio. Pero estas Gracias ya suenan gastadas, no porque sea insincero, sino porque ha sido cansado explicarte a cada rato y traer tu nombre hasta mi boca para recordarte.

Es cierto: no hay palabras. Las palabras son las herramientas imaginarias que nos inventamos para nombrar al mundo y no perdernos, para intentar coger el agua o tatuar el humo —como dijo un poeta. Yo también recurro a ellas para expresarme, y hasta te hablo quedito para sentir tu presencia que está en toda la casa: en el refrigerador, en la cama, en tus pastillas, en tus novelas, en la mirada del gato esperando verte cada que abro la puerta. Por eso, aunque sea inútil escribirte, acudo también al idioma de la energía, al lenguaje de la luz y el viento, donde las letras ya no importan. Donde Ser es Estar.

Quiero imaginarte en todos lados y decirte que no tengas miedo, y que encuentres mucha luz. Decirte que muchísima gente te hemos amado, y aunque es cansado de contestar mensajes, todo lo hago por ti, Osito hermoso. Que merecías todo lo que compartimos y cómo te chiqueaba, y que fuiste una parte vital, importantísima, para mí. Que ya estás libres de medicamentos, de los achaques y las preocupaciones de la diabetes y otros males. Yo comeré tus paletas de hielo sin azúcar, por ti, y sobaré el lomo del gato diciéndole cuándo le amabas.

Aunque te he llorado, te he homenajeado por todos los medios posibles y me dueles tanto, necesito dejarte ir. Agradecer a la Vida, que eso es Dios para mí, que un día hace 15 años nos encontramos en un chat, nos conocimos en persona y nos fuimos a vivir juntos. Aunque hubo viajes y ausencias, tú estabas ahí y estaba yo contigo en la distancia, nos sentimos en ese idioma de la energía en el que las palabras sobran. Aunque suene también trillado, lo cierto es que me dueles en el alma y te amo. Siempre estarás en mí. Caminemos juntos todavía. Tú, en el camino de la luz, yo en el de esta tierra de sombras.

Los Heraldos Negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!

Son pocos, pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… ¡Pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

César Vallejo.

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Internet como herramienta para la difusión de la Historia Californiana

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La historia de los pueblos es una importante herramienta ideológica que utilizada de forma inteligente y mesurada puede favorecer la consolidación de una identidad positiva de las generaciones contemporáneas. Las herramientas que en la actualidad pueden contribuir, y lo hacen, para la investigación y difusión de la historia son el Internet y las redes sociales.

La historia californiana se ha compilado tradicionalmente en libros “en papel”, de hecho, la mayoría de los estudiosos de este tema los prefieren por encima de las ediciones digitales o electrónicas. Lo anterior se debe a una elección que va desde criterios personales como el romanticismo de tener entre sus manos un objeto concreto que emana olores que les recuerdan su época de infancia y/o estudiantil, y aunado a lo anterior, el valor implícito, no únicamente monetario, de poseer un documento rarísimo y de nula circulación, que da prestigio y estatus a quien lo posee (además de un poco de envidia). Las anteriores son solamente algunas de las consideraciones por las que una gran cantidad de investigadores siguen prefiriendo los libros “en papel” para realizar sus investigaciones así como la difusión de sus trabajos.

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Sin embargo, todo tiene su parte positiva y negativa. Lo negativo de limitarse a la investigación y difusión de los productos historiográficos en libros “de papel”, está en primer lugar en el impacto negativo que tiene en la naturaleza. Todos sabemos que el papel se obtiene de una fibra vegetal, y para conseguirlo es menester sacrificar a una gran cantidad de los escasos árboles que existen en nuestro planeta. El peso de estos materiales así como su volumen en ocasiones limitan en gran medida su transporte y encarecen su producción: a más hojas, más caro el libro. Además de lo anterior las fibras vegetales, de las que se obtienen las hojas de los libros, tienen un periodo de caducidad que va desde una decena de años a una centena de ellos, y en caso de no recibir un tratamiento adecuado, lamentablemente se van destruyendo tanto por los efectos de la tinta, microorganismos, y demás aspectos que pueden rápidamente inferirse. Finalmente, todos los historiadores sabemos que los libros que son materia prima de nuestro trabajo, en muy poquísimas ocasiones son reeditados, por lo general no pasan de la primera edición o de unas dos o tres más, si bien les va; debido a lo anterior, estos libros solamente se conservan en bibliotecas especializadas o colecciones particulares, y en caso de que sean subastados, sus precios son prohibitivos para la mayoría de los que realizamos investigación y difusión histórica.

Afortunadamente, desde el último tercio del siglo XX, con la creación de la WWW (World Wide Web) y su masificación de la mano de las computadoras u ordenadores, han tenido un gran impacto en la difusión de información de manera rápida y a un bajo costo. Paulatinamente, estas innovaciones han permeado diferentes campos de las ciencias, en donde la Historia no ha quedado aislada. Lo anterior me quedó de manifiesto cuando historiadores que han cursado licenciaturas y maestrías en diferentes universidades de México y el extranjero, me comentan que dentro de las materias a estudiar se encuentra el conocimiento de repositorios electrónicos en donde se encuentra una gran cantidad de libros digitalizados que pueden ser fácilmente consultados y/o descargados desde cualquier parte del mundo con sólo tener una computadora (o teléfono) y una conexión a Internet. Además de ellos, otras de las materias que llevan en su especialización en Historia, es la elaboración de blogs, wikis, etcétera, para poder difundir sus investigaciones. Finalmente, se les enseña a realizar búsquedas precisas en meta buscadores de Internet que son especializados en sitios electrónicos de revistas indexadas o “indizadas” que les servirán de fuente para sus trabajos científicos. Con lo anterior, quiero precisar que las herramientas electrónicas de transmisión de datos han venido a apoyar el trabajo de los historiadores, y que sus aplicaciones son ilimitadas en este campo.

Desde hace algunos pocos años, han surgido diversos portales auspiciados por gobiernos o por instituciones privadas de gran prestigio, y que su propósito es digitalizar libros “en papel” y ponerlos a disposición, en la mayoría de los casos de forma gratuita, tanto a los investigadores profesionales de historia como a estudiantes o público en general interesado en esta rama de la ciencia. Lo anterior ha venido a facilitar el que se tenga un mayor acceso a obras que sería prácticamente imposible, para la mayoría de los investigadores, el consultar. Lo anterior lo comento a través de este ejemplo, aún en los años ochentas del siglo XX, los investigadores que retomaban temáticas sobre la época colonial de México, tenían que acudir de forma presencial (viajar) a sitios como el Archivo General de Indias en Madrid, España; al Archivo General de la Compañía de Jesús en Roma, Italia, al Archivo General de la Nación en la Ciudad de México, etcétara. En donde con muchísimas dificultades se les permitía consultar documentos tan antiguos, y era imposible que se les “facilitaran” para obtener una fotocopia. Es obvio decir que los únicos que podían costear los grandes gastos en boletos de pasaje, hospedaje y alimentación, eran personas becadas por instituciones universitarias o historiadores consagrados, los cuales integraban un grupo sumamente reducido. Lo anterior, en esta segunda década del siglo XXI ha quedado atrás.  Actualmente podemos ingresar a repositorios de libros de historia de diferentes periodos de la humanidad y descargar los que necesitemos o nos plazcan e incluso si aún no se han “digitalizado”, se puede solicitar que se haga con un módico costo de recuperación y, nos lo envíen a través del correo electrónico o un disco duro virtual.

Con la masificación y diversificación de las famosas “redes sociales”, una gran cantidad de investigadores y/o difusores de la historia —la verdad no entiendo por qué algunas personas, sobre todo académicos, insisten en separar estas dos aristas que son indisolubles en la personalidad de cualquier historiador— han encontrado una veta inagotable para realizar investigaciones y también para difundir los resultados de las mismas. Es común leer “post” en Facebook donde algunos historiadores solicitan que se les facilite, de forma electrónica, tal o cual libro, fotografía o carta, de alguna persona que pueda tenerlo en cualquier parte del mundo. Además de ello existe una gran cantidad de páginas en Facebook, en donde algunos investigadores publican datos interesantísimos sobre la historia, ya sea a través sólo de texto, de imágenes, video o combinando las tres, lo cual logra captar la atención e interés de los usuarios para conocer más sobre estos episodios de su historia local o mundial.

En el caso de la historia californiana, podemos encontrar una gran cantidad de grupos y páginas en Facebook, que son alimentados por sus administradores o por ciertos usuarios agregados, y en donde publican fotografías, videos y relatos que atraen la atención sobre sucesos conocidos, y otros no tanto, de la historia peninsular. Es cierto que mucha de esta información que se comparte es de dudosa veracidad, fotografías y videos “alterados” para corroborar un dicho bastante cuestionable, e incluso relatos que están tan bien redactados, que solamente los historiadores muy especializados pueden comprender su falacia. Sin embargo, aún con todo eso, estos grupos y páginas han contribuido a despertar el interés sobre la historia californiana, e incluso a mantener viva la llama de la misma. Algunas de estas páginas que puedo mencionar son:

En las Californias, Un día como hoy

Aves de Sudcalifornia

Conociendo Baja California Sur

Día de la Californidad

Tierra Incógnita – California del Sur

Antigua California

O grupos destacados como:

Conociendo las Californias

Cultura General Sudcaliforniana

En algunos estados de la República Mexicana, las Secretarías de Cultura, tanto estatales como municipales, y organismos como asociaciones civiles o universidades, han creado repositorios electrónicos en donde comparte todo el material que han logrado editar y publicar en varias décadas. Y es importante mencionar que todos estos libros fueron producto de concursos públicos o de colaboraciones que hicieron diversos historiadores, y que ya han sido sufragados con presupuesto público, por lo que estas secretarías, asociaciones, universidades, cuentan con el respaldo jurídico para poner a disposición del público, en formato electrónico, todos estos materiales. Pese a lo que algunas personas puedan pensar, el distribuir de forma gratuita libros electrónicos en estos portales, favorece la consolidación de la carrera de sus creadores y también promueve a que más personas compren su obra. Un ejemplo destacado, fue la Secretaría de Cultura de Baja California, que en los años 2020 y 2021 realizó la impresión de una gran cantidad de libros de historia y literatura, los cuales fueron distribuidos entre los ciudadanos de forma GRATUITA.

Sobre esta temática se puede seguir profundizando y argumentando, por ejemplo sobre los libros electrónicos (eBooks) en sus diferentes formatos, las tesis o trabajos de investigación en formato electrónico, etcétera. Todos ellos abonan a la construcción de una historia, en este caso californiana, más detallada y profunda, sin embargo aún es un terreno virgen que se debe seguir explorando y trabajando de forma sistemática. Es cierto que en la difusión en Internet, no se gana ninguna recompensa económica, e incluso no faltan los detractores y mal intencionados que quieren que fracases, sin embargo, es ahí donde se forja la personalidad del verdadero historiador enamorado de la historia de su tierra calisureña.

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Nueve días, 36 años sin Juan Rulfo y una vuelta de tuerca a Henry James

FOTOS: Internet.

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El cine y la literatura están imbricados por las historias, son prácticamente la misma cosa. Cuando uno se topa con un gran libro o una buena película, las horas cotidianas adquieren matices y nociones nuevas de la realidad, que no sólo nos dan un punto de vista, sino una experiencia de algún tipo que nos conmueve o nos hace reflexionar en torno al asunto de la existencia.

Hace algunos años, allá por 2002, vi Los otros (The Others, 2001, España-Estados Unidos), un filme del hispano-chileno Alejandro Amenábar (Tesis, 1996; Abre los ojos, 1997), quien siempre se ha caracterizado por el cine gore o temas fantásticos; estuvo protagonizado por Nicole Kidman, Alakina Mann, James Bentley y Fionnula Flanagan, entre otros. Mientras la veía, no dejé de pensar en el Pedro Páramo (1955) del mexicano Juan Rulfo (1917-1986). Había tantas coincidencias y paradigmas que se acoplaban perfecto, que hasta llegué a pensar que se inspiraba en ella —incluso, en el plagio. No fue el caso, pero los puentes eran en realidad sorprendentes: la muerte como centro motor de las relaciones.

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Así que me puse a indagar. Debo decir que tenía el vano deseo de que sí hubiera alguna relación con la obra de Rulfo (por aquello de que es mexicano), pero me encontré con que Los otros no estaba basado en ningún relato, antes bien en el cuento de Henry James, Otra vuelta de tuerca, que yo había leído años atrás y del que ya no me acordaba. Así que lo leí de nuevo; encontré que en realidad no había mucho de dónde cortar, pero sí había cierta inspiración y una influencia muy forzada, que el propio director no ha negado esas posibles semejanzas. La película de Amenábar era un relato propio, como casi todos sus guiones, con los que saltó a la fama, desde Tesis, en 1996.

Y tal vez esas relaciones entre obras no es otra cosa que la vuelta en círculos que damos al ser creadores, pues los temas universales son inherentes a nuestras preocupaciones estéticas y filosóficas: en algún punto tendemos a cruzarnos, al grado de que hasta pareciera la misma historia contada de modo diferente. No obstante, no es así, sino que la propia condición humana nos somete a paradigmas que no hemos resuelto como especie, y que quizá por ello se diga que la historia tiende a repetirse. En Pedro Páramo no existe un limbo, un infierno, sino muertos conviviendo entre murmullos como si de la vida se tratara, lo cual nos hace inferir que son la misma cosa, donde trasladamos a la muerte lo que hemos repetido como vivos, de generación en generación.

Me viene a la mente Juan Rulfo porque en estos días su cumplieron treinta y seis años de su fallecimiento, el 7 de enero de 1986. En las redes lo han estado recordando con afecto y admiración. No se puede evitar el regreso a sus libros, a su poética particular que ha influido a tanta gente. Bueno, el asunto es que justamente ayer me encontré con una película que no tenía gran publicidad: Nueve días (2020), del escritor y director brasileño-japonés Edson Oda, pero de la que se comenzó a hablar desde el Festival de Cine de Sundance; lo vinculé indirectamente con la obra de Rulfo.

Edson Oda se ha especializado más en cortometrajes, videos de corte comercial y musicales (algunos premiados), por lo que este sería su primer película en forma, que según la crítica especializada ha logrado una obra metafísica y convincente, arriesgando una voz poética en la estructura y atreviéndose a cerrar con el Canto a mí mismo de Walt Whitman, que resulta un deleite y para nada fuera de contexto, pues resulta un remate estrujante y conmovedor. Al menos a mí me dio mucho sentido la fuerza de las palabras, precedidas de una historia profunda y al mismo tiempo poseedora de una simpleza genial. Por otro lado, si la vida tuviera algún significado, tendría que ir soportado por ese poema de Whitman, que me impactó desde la adolescencia, y que incluso hice una paráfrasis, perdida en una revista paceña de la década de los ochenta.

Nueve días no era una historia sobre la muerte. O mejor sí, sobre la muerte y la vida. Mientras la veía recordé lo que les conté al inicio de esta nota: ahí estaban Rulfo, Amenábar y hasta Henry James. Bueno, no exactamente los tres, sino más bien Rulfo, que derivó en una memoria más amplia de los otros autores. Nueve días es un drama que está mezclado con cuestiones fantásticas y que de alguna forma se inspiran (otra vez esa costumbre que da vueltas y vueltas sin descanso), dicho por el propio Edson Oda, en trabajos como El árbol de la vida, del estadounidense Terrence Malick, y Después de la vida, de la polaca-estadounidense Agnieszka Wojtowicz-Vosloo.

Nueve días es la historia de un hombre que le hace entrevistas a posibles candidatos que van a nacer, y para ello deben pasar varias pruebas durante nueve días hasta que obtengan el permiso para entrar a la vida. Este hombre, Will, es quien dirige esta aduana donde todos quienes desean una oportunidad de vivir, deben demostrar que tienen la fuerza, la capacidad de resistencia y el entendimiento de que la existencia en ese mundo nuevo los someterá a distintos aspectos de la vida orgánica y el placer de sentir la naturaleza y los sentimientos de otros seres humanos. Will les impondrá una serie de estrategias para colocar a esas almas al límite y ver si podrían resistir, una vez que adquieran forma corpórea.

Los aspectos emocionales, espirituales, filosóficos, sociales que nos ofrece este filme de Edson Oda sin duda logran engarzarnos con otros de la vida cotidiana, a través del mismo arte y de nuestras relaciones humanas. Así que no solo sería un recorrido por esta historia de nueve días, sino el volver a Pedro Páramo, a Rulfo, a Henry James para tener la memoria fresca de que el dulce huracán de estar vivos es toda una proeza que solo las historias y la poesía pueden contar.

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Saber ciencia en tiempos de pandemia

FOTOS: Archivos.

Colaboración Especial

Por Mónica Rivera

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Crees que sirve de algo saber ciencia en este tiempo? Tal parece que con tener acceso a Internet desde algún dispositivo (teléfono, tablet o computadora) es suficiente, pues ahora podemos preguntar cualquier cosa a un buscador y obtendremos una respuesta desde ¿cómo curar un molcajete? hasta ¿cuándo surgió la vida? O ¿cuál es la estructura molecular del SARS-CoV-2? Entonces, si todas las respuestas están ahí, tan sólo a unos clics ¿por qué es importante saber ciencia en tiempos de pandemia?

Debes tener en cuenta que no toda la información que encuentres en Internet será válida o verdadera, y si quieres obtener información confiable es deseable que tenga fundamentos científicos. Y no, no tienes que ser científica o científico para eso, recuerda que desde la primaria nos enseñan ciencias. Te cuento: Podemos decir que la ciencia trata de buscar verdades. Los usos que le podemos dar son muchos. Sus métodos nos permiten evaluar la validez de las ideas.

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El arribo de las vacunas

La enfermedad ha sido una de las preocupaciones y ocupaciones de la ciencia a lo largo de la historia. Evitarlas o curarlas ha sido la labor de muchas mujeres y hombres. La viruela es una de las enfermedades más mortales que conoce la humanidad, tan solo en el siglo veinte se estimaron 300 millones de muertes, pero, para nuestra tranquilidad esta enfermedad ha sido erradicada. ¿Cómo se logró esto? Pues gracias a la invención de las vacunas.

Una vacuna es cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Los anticuerpos son parte de nuestro sistema de defensa contra las enfermedades, son proteínas que circulan por la sangre. Cuando reconocen sustancias extrañas para el organismo, como los virus y las bacterias o sus toxinas, las neutralizan. Una vez el cuerpo se ha expuesto a una sustancia concreta (también llamada antígeno), los anticuerpos producidos para atacarlo persisten en la sangre, ofreciendo protección en el caso que, en un futuro, volvamos a contactar con el mismo antígeno.

El desarrollo de las vacunas ha tenido un muy muy largo camino. Se cuenta con registros de inmunización desde el siglo XVI cuando se usaron costras pulverizadas de viruela para introducirlas por la nariz y transmitir inmunidad contra dicha enfermedad (claro en aquel tiempo no se conocía la palabra inmunidad y no se entendía lo que pasaba). Pero, se considera que la era de las vacunas la inició el médico británico Edward Jenner. En 1796, inyectó fluido de las pústulas de viruela bovina a un niño, posteriormente le inyectó el virus de la viruela humana y éste ni se contagió ni tuvo síntomas leves. Cuando Jenner comunicó su trabajo a la sociedad científica no se lo aceptaron debido a que era posible que el virus que usó ya no fuera contagioso por lo que tuvo que repetir su experimento e inocular a una persona que no hubiese sido inmunizada, lo hizo y su trabajo fue aceptado y publicado. Pero la primera vacuna que se hizo en un laboratorio fue contra el cólera de las gallinas, en 1879, en el laboratorio de Pasteur. Las vacunas fueron nombradas de esta forma en honor a las observaciones y experimentos con las vacas que realizó Edward Jenner.

Desde su invención, las vacunas han evitado millones de muertes. Enfermedades como la rabia, el cólera, el tétanos, la difteria, la peste, la tuberculosis, el tifus, la poliomielitis, el sarampión, las paperas, la rubeola, la meningitis o la gripe, afortunadamente, ya solo las vemos en la cartilla de vacunación. Desde 1977 no se ha informado ningún caso de viruela en todo el mundo por lo que se considera una enfermedad erradicada gracias a las vacunas. Aunque aún queda mucho camino por recorrer, pues es la única enfermedad que se ha logrado eliminar por completo usando vacunas mientras que existe una larga lista de vacunas en desarrollo.

El sarampión, una enfermedad causada también por un virus tiene una vacuna desde 1963, esta vacuna es 97% efectiva sin embargo no ha sido posible erradicar la enfermedad. En México, en el lapso de 1989-1990, se registró una epidemia con más de 100 mil casos y 6 mil muertes por sarampión lo que posicionó al sarampión como la quinta causa de mortalidad infantil en ese año. Se aplicó una intensa campaña de vacunación y de 1997-1999 no se registró ningún caso, una prueba del éxito de las vacunas. Desafortunadamente, ha ido creciendo un movimiento opositor a las vacunas; por lo que en 2018 se vivió un resurgimiento de esta enfermedad que cobró más de 140 mil vidas en el mundo. En México el último caso de sarampión autóctono se registró en 1995 pero del 2000 a 2019 se han identificado 185 casos que provienen del extranjero. Los brotes de sarampión se reportan en países con baja cobertura de vacunación, pero también hay brotes en países con alta tasa de vacunación, esto se debe a la gran variedad en la cobertura de la vacunación entre las comunidades y áreas geográficas.

No puedo dejar de mencionar que la creciente ola de los movimientos “antivacunas” ha venido a recrudecer el aumento de casos de sarampión. Las razones por las cuales las personas no se vacunan varían entre las comunidades y los países. Podemos contar: falta de acceso a servicios de salud o vacunación de calidad, conflictos y desplazamientos, información errónea sobre las vacunas o poca conciencia sobre la necesidad de vacunar. En la época actual en la que el conocimiento científico ha tenido grandes éxitos, como la erradicación de la viruela mediante la vacunación por mencionar sólo uno. Es realmente increíble que las últimas dos de la lista sean razones para no vacunarse y las repito “información errónea sobre las vacunas y poca conciencia sobre la necesidad de vacunar”.

La COVID 19 y la vacunación

Y para abordar el problema que nos aqueja actualmente ¿Tú ya te vacunaste contra COVID? ¿O eres una de esas personas que tienen información errónea y no confía en las vacunas? Recuerda, éstas son producto de investigaciones científicas cuidadosamente diseñadas y sometidas a escrutinio, no es que una persona haya trabajado durante unos meses y la haya producido solo para obtener ganancias. Son el producto de muchas investigaciones pasadas y presentes, pero no sólo eso, la investigación continúa tanto para esta enfermedad como para otras que aún no tienen vacuna, como el SIDA.

Sé que muchas personas tienen dudas, por ejemplo ¿para qué vacunarse si personas vacunadas contraen la enfermedad? Bueno lo anterior es cierto, pero también es cierto que las personas vacunadas que contraen la enfermedad presentan síntomas leves y no requieren hospitalización; esto ocurre porque su sistema inmune ya está preparado para atacar el virus. Lo mismo pasa con otras vacunas, la del COVID no es la única. Algunas vacunas evitan que contraigas síntomas de la enfermedad en cuestión, mientras que otras también evitan que te infectes, estas últimas inducen a lo que se le llama inmunidad esterilizante. Con la inmunidad esterilizante el virus no puede entrar a las células y no se puede replicar. La vacuna ideal sería esterilizante, y hay muchas investigaciones en curso en su búsqueda, pero con virus que tienen una alta tasa de mutación como el coronavirus y los rotavirus, esa es una tarea sumamente difícil. Aunque la vacuna actual contra el SARS -CoV-2 no es perfecta ha tenido un gran éxito al no saturar los hospitales y evitar que quienes se contagien presenten síntomas graves. Entonces ante un escenario en el que puedes contraer una enfermedad y presentar síntomas graves o contraer la misma enfermedad, pero con síntomas leves que pasarán en máximo 10 días, considero que la elección es simple.

Sabemos que el virus causante del COVID 19 se transmite por gotas de saliva o por contacto directo. Además de la vacuna, para combatir este virus contamos con otras 3 armas. 1) lavado de manos, 2) sana distancia, 3) uso de cubrebocas y por supuesto 4) la vacuna. Si, sé que te lo han repetido muchas veces en la televisión, en el radio, en Internet y en los carteles de lugares públicos, pero veamos la razón científica atrás de cada una de estas armas.

1) El lavado de manos, este virus mortal, deja de serlo cuando lo exponemos al jabón. Curioso ¿verdad? nos ha hecho pasar por tanto y lo podemos eliminar sólo con lavarnos muy bien las manos, esto es porque está formado por un núcleo de material genético rodeado por una cobertura externa, la cual es una doble capa de grasa con algunas proteínas. Como lo habrás comprobado cuando lavas trastes, el jabón deshace la grasa, pero eso no sucede de inmediato; por lo que debemos dedicarle al menos 20 segundos para que el jabón pueda disolver la capa de grasa de los virus y mandarlos por la coladera. Dado que no podemos tener siempre las manos metidas en agua y jabón necesitamos usar las otras armas.

2) Mantener una distancia de al menos 1.5 metros con las personas. Esto se definió porque el virus se transmite a través de las gotas de saliva que salen por nuestra boca o nariz cuando respiramos, estornudamos o tosemos, dependiendo del peso estas gotas, la mayoría caen a menos de un metro de distancia, pero cuando tosemos pueden llegar hasta 6 metros. Por lo esto debemos tener a mano la siguiente arma:

3) El cubrebocas. El cubrebocas correcto y bien utilizado representa una barrera física super buena contra el virus. El cubrebocas debe ser tricapa o bien N95, que son los que han demostrado que tienen una protección efectiva. Debemos de colocarlo usando los sujetadores, cubriendo perfectamente la nariz y la boca y evitar tocarlo en todo momento. Por último, el arma letal número:

4) La vacuna. Cómo les expliqué anteriormente la vacuna preparará a nuestro organismo para afrontar el virus, nos dará anticuerpos que nos permitirán ya sea, no enfermarnos ante una exposición al virus (si la carga viral que recibimos es baja y nuestro sistema inmune fuerte) o cursar la enfermedad con síntomas leves como ya muchos la han vivido.

Probablemente has escuchado que este virus llegó para quedarse y que debemos aprender a vivir con él. La primera medida que se implementó para controlar la pandemia fue el distanciamiento social, esto se debe a que la forma más segura de evitar el contagio es no tener contacto con el virus. Por lo que si te has contagiado o sospechas que lo has hecho debes aislarte durante el tiempo que te indiquen las autoridades de salud, o cuando la sospecha se elimine con una prueba negativa. El distanciamiento social, si bien es una medida efectiva, no puede mantenerse de forma permanente, los estragos del distanciamiento en los individuos y en la sociedad han sido enormes y ya es momento de retomar las actividades en lo que se conoce como la nueva normalidad.

En esta nueva normalidad debemos actuar con responsabilidad y fundamentos. Ahora cuando veas las recomendaciones para prevenir el COVID 19 te invito a que pienses en que estas surgieron de la ciencia y uno de sus objetivos es evitar el sufrimiento humano. Cuidémonos y cuidemos a nuestros seres queridos, tomemos decisiones informadas y conscientes basadas preferentemente en conocimientos científicos.

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