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Plástico en el cerebro

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS)Querido lector, usted y yo podríamos tener partículas de plástico en nuestro cerebro.

En el siglo XX ocurrió un hecho sin precedentes en la historia humana. El desarrollo industrial y la demanda de los consumidores permitieron y acuciaron el reemplazo de materiales naturales por aquellos sintetizados en laboratorios. Poco a poco nos hemos habituado a vivir en la era del plástico. Mira, lector a tu alrededor. A menos que te encuentres en una selva virgen o en una cabaña apartada entre los bosques y desnudo o vestido con piel de jabalí, la mayoría de las cosas que te rodean han sido fabricados con materiales químicos sintéticos: plásticos, gomas, polímeros…es casi imposible ya habitar un mundo ajeno a la industria tecnoquímica. Y el petróleo es dios.

El sueño de los alquimistas se materializa. Miro a mi alrededor mientras escribo este mamotreto. Escribo en un teclado con una carcasa de aluminio cubierta con poliuretano y un termoplástico conocido como acrilonitrilo-butadieno-estireno. La pantalla de mi computadora es un cristal líquido con semiconductores, fósforo, plomo y mercurio. A mi lado yace una lata de refresco de aluminio y una botella vacía de polietileno tereftalato.

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Apenas hace unos minutos que bebí una porquería deliciosa: 600 ml de agua carbonatada con ácido fosfórico, edulcorantes como caramelo IV (un potencial cancerígeno), 60 mg de sodio, 36 mg de sucralosa, aspartame y acesulfame K que pueden afectar mi páncreas y ocasionarme diabetes y cafeína, un neuroexcitador. ¿No se te antoja? Sé que te encanta.

Hay dos pastas de dientes deprimidas sobre mi mesa fabricados con polietileno de alta densidad. La pasta es una mezcla de compuestos abrasivos y detergentes como fluoruro sódico, sorbitol, hidróxido sódico, sílica hidratada, laurilsulfato de sodio y otros. Visto una chamarra compuesta por una resina plástica formada sintéticamente con etilenglicol y tereftalato de dimetilo. Mis zapatos deportivos fueron confeccionados en una fábrica de China en donde se funden miles de botellas de plástico para convertirlas en hebras, tienen caucho alterado con agentes acelerantes, cuero sintético, una espuma de etileno acetato de vinilo y algodón.

Una amiga ha dejado su cigarrillo apagado en un plato. Ese miserable tubo de menos de 8 cm contiene más de 7 mil compuestos tóxicos entre los que destacan venenos como ácido cianhídrico, aldehído fórmico, arsénico y amoniaco y otros cancerígenos como plomo, nitrosaminas, formol, bencenos, butadieno, acroleína y más de cien hidrocarburos poliaromáticos. Ella fuma de cinco a siete cigarrillos diarios.

De puro coraje aromaticé la peste que ha dejado el humo. El aromatizante contiene compuestos como ésteres arílicos y alquílicos, formol, terpenos orgánicos y naftalenos (más cancerígenos).

Se estima que la tasa media de ingesta diaria de microplásticos de un adulto es de 883 partículas por persona, equivalente a 583 ng de plástico. Algunos estudios estiman 21 g por mes o 250 g al año. Cox (2019) evaluó el consumo anual de microplásticos en estadounidenses, que varió entre las 39 mil a 52 mil partículas al año. La estimación se incrementa de 74 mil a 121 mil cuando se toma en cuenta la inhalación. Además, los individuos que beben agua solo de botellas plásticas incorporan hasta 90 mil partículas adicionales al año.

En el siglo XXI una pléyade de estudios ha brotado como hongos en pos de dilucidar la toxicidad de la acumulación de plásticos en los animales, incluidos los humanos. Se ha inferido una regla general: entre más pequeña sea la partícula plástica es más tóxica. Esto es debido a que los nanoplásticos pueden cruzar barreras que los microplásticos no. Por ejemplo, los nanoplásticos pueden destruir las membranas de óvulos y espermatozoides y causar toxicidad en la descendencia como hipoxia en los embriones (Yin et al. 2021).

No sólo eso, las nanopartículas de plástico (≤100 nm) pueden impactar en la propagación de genes resistentes a antibióticos (ARGs) al perturbar la transferencia horizontal de genes. Hu et al. (2022) realizaron pruebas de propagación de genes de diversos plásmidos (pequeños fragmentos de DNA) a bacterias Escherichia coli. Encontraron que nanopartículas de poliestireno interfirieron en la replicación de los plásmidos dentro de la bacteria ralentizando su evolución genética.

Sí eso sucede, no es aventurado inferir que pequeñísimas partículas plásticas pueden afectar el material genético de cualquier célula. Hay evidencia que las partículas de plástico dañan el microbiota, el epitelio de la mucosa y destruyen la barrera intestinal, además de provocar desordenes metabólicos (Fackelmann and Sommer, 2019; Li et al., 2020; Qiao et al., 2019).

Aún más impactante puede ser la evidencia de que los microplásticos pueden causar neurotoxicidad, conductas aberrantes y depresión en varios animales. Incluso, al acumularse en el cerebro pueden interferir en la actividad del acetil colinesterasa, una enzima que cataliza la acción de la acetilcolina, nuestro neurotransmisor más importante. Es el compuesto que liberan las neuronas para la actividad muscular. Esto implica la atrofia de fibras nerviosas (Mak et al., 2019; Yang et al., 2020). Aunque estos efectos se han observado en peces óseos (peces dorados, peces cebra, tilapias rojas, pez gato africano, entro otros); el sistema nervioso central de los vertebrados y sobre todo las neuronas, siguen el mismo patrón histológico y funcional por lo que puede inferirse un peligro potencial para los mamíferos y los humanos en particular.

Figura 1. Esquema que representa los peligros de micro y nanoplásticos cuando penetran la piel y la barrera cerebral.

La interacción de los plásticos con otros compuestos en el ambiente incrementa el peligro de toxicidad. Las partículas pueden transportar, acumular o absorber metales pesados, retardantes de flamas, colorantes o antibióticos.

Chen (2017) observó que las nanopartículas incrementan la biodosponiblidad de bifenoles causando daños severos en nervios de peces cebras. Además, los bifenoles actúan como disruptores endócrinos y provocan efectos similares a lo que causan los estrógenos.

Luis (2015) observó que retardantes de flama organofosfatados combinados con microplásticos causaron daños neuronales en ratones. Mientras que la combinación de microplásticos y cobre causó cambios morfológicos en el cerebro y retina en lubinas (Santos et al., 2020).

Apenas estamos concibiendo un panorama que parece ser inconmensurable. Así como en la Antigüedad miles de personas jamás supieron el peligro de beber en vasijas recubiertas de plomo y murieron por ello, poco entendemos las casusas detrás de nuestras conductas actuales.

Lector, quizá tus recientes lesiones, o tu tristeza latente se ven reforzadas por partículas diminutas de plástico que han entrado en tus neuronas. Las comodidades tecnológicas de hoy tienen un precio. Las metamorfosis materiales no pueden evadir la entropía y el principio de conservación. Vivimos un mundo tan fascinante y espantoso a la vez, que nuestros papeles de dioses alquímicos se confunden con demonios ignotos.

Referencias

Chen, Q., Yin, D., Jia, Y., Schiwy, S., Legradi, J., Yang, S., Hollert, H., 2017b. Enhanced uptake of BPA in the presence of nanoplastics can lead to neurotoxic effects in adult zebrafish. Sci. Total Environ. 609, 1312–1321.

Cox, K. D., Covernton, G. A., Davies, H. L., Dower, J. F., Juanes, F., & Dudas, S. E. (2019). Human consumption of microplastics. Environmental science & technology, 53(12), 7068-7074.

Fackelmann, G., Sommer, S., 2019.Microplastics and the gutmicrobiome: howchronically exposed species may suffer from gut dysbiosis. Mar. Pollut. Bull. 143, 193– 203.

Hu, X., Waigi, M. G., Yang, B., & Gao, Y. (2022). Impact of Plastic Particles on the Horizontal Transfer of Antibiotic Resistance Genes to Bacterium: Dependent on Particle Sizes and Antibiotic Resistance Gene Vector Replication Capacities. Environmental Science & Technology.

Li, B.Q., Ding, Y.F., Cheng, X., Sheng, D.D., Xu, Z., Rong, Q.Y., … Zhang, Y., 2020b. Polyethylene microplastics affect the distribution of gut microbiota and inflammation development in mice. Chemosphere 244, 10.

Luis, L.G., Ferreira, P., Fonte, E., Oliveira, M., Guilhermino, L., 2015. Does the presence of microplastics influence the acute toxicity of chromium (VI) to early juveniles of the common goby (Pomatoschistus microps)? A study with juveniles from two wild estuarine populations. Aquat. Toxicol. 164, 163–174.

Mak, C.W., Yeung, K.C.F., Chan, K.M., 2019a. Acute toxic effects of polyethylene microplastic on adult zebrafish. Ecotoxicol. Environ. Saf. 182.

Qiao, R.X., Deng, Y.F., Zhang, S.H., Wolosker, M.B., Zhu, Q.D., Ren, H.Q., Zhang, Y., 2019a. Accumulation of different shapes of microplastics initiates intestinal injury and gut microbiota dysbiosis in the gut of zebrafish. Chemosphere 236, 12.

​Santos, D., Felix, L., Luzio, A., Parra, S., Cabecinha, E., Bellas, J., Monteiro,S.M., 2020.Toxicological effects induced on early life stages of zebrafish (Danio rerio) after an acuteexposure to microplastics alone or co-exposed with copper. Chemosphere 261,127748.

Yang, H., Xiong, H., Mi, K., Xue, W., Wei, W., Zhang, Y., 2020. Toxicitycomparison ofnano-sized and micron-sized microplastics to goldfish Carassius auratuslarvae. J. Hazard. Mater., 388.

Yin, K., Wang, Y., Zhao, H., Wang, D., Guo, M., Mu, M., … & Xing, M. (2021). Acomparative review of microplastics and nanoplastics: Toxicity hazards ondigestive, reproductive and nervous system. Science of The Total Environment, 774, 145758.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Los dioses seguirán viviendo en Marte

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Si usted, lectorpe, cree que la virgencita se le apareció al indio Coromoto, que la burra le habló a Balaam, que Eva habló con una serpiente, que una niña está poseída por el diablo o que Mahoma subió a los cielos montado en el caballo Buraq seguramente es un psicótico.

La mayoría de los humanos los somos, confundimos la ficción con la realidad, confundimos los mitos con hechos y los modelos con fenómenos. 

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No solo eso, sino que miles de personas tienen alucinaciones producto de diversos procesos neurológicos y alcaloides externos. Después, alguien cree o confunde la alucinación con revelación y la fe se erige como una razón poética. 

Hay grados de psicosis, por supuesto, y estos pueden estar determinado por nuestra configuración neuronal y los múltiples factores en que la imaginación descuella como epifenómeno corporal. 

En 1988 Dean Hamer realizó estudios sobre adicción al tabaco en el Instituto Nacional de Cáncer. En los test psicológicos de 240 preguntas para analizar la personalidad descolló la trascendencia o espiritualidad que asumían tener individuos con fanáticas creencias religiosas o acendradas convicciones sobre Dios. Hamer realizó una escala de espiritualidad y encontró una relación entre un gen (VMAT2) y la escala. 

El gen VMAT2 codifica vesículas donde neurotransmisores como la serotonina y la dopamina se transportan entre las neuronas.  Una variación de la citosina en este gen determina que la neurotransmisión sea de una manera distinta respecto a los cerebros que tienen otro aminoácido en dicho gen. 

¿Es la variante de este VMAT2 una de las causas de la psicosis religiosa

En 2003, un grupo de investigación sueco relacionó el grado de creencia religiosa con la poca actividad de un receptor de serotonina (5-TH1A) mediante imágenes del cerebro. Es decir, entre más crédulo sea un individuo tendrá menos actividad este receptor. 

Ahora, hay pocos estudios que respalden estos hallazgos, sobre todo porque parece ser una falacia de correlación. El problema es el examen de personalidad y la fe, algo demasiado subjetivo como para partir de ahí. 

Lo relevante de estas investigaciones es una aproximación materialista a fenómenos que se han considerado durante milenios como espirituales. Aunque se han hablado de los genes de Dios o los neurotransmisores divinos, quizá no es un grupo de genes en específico sino un cúmulo de procesos intricados relacionados con el ambiente y los hechos que afectan nuestra conducta los que nos orilla a creen en ideales inexistentes. 

Se valora la función de las neuronas dopaminérgicas en las visiones místicas. Actualmente se relaciona la esquizofrenia con la actividad desenfrenada de la dopamina. La enfermedad de Parkinson se asocia a la degeneración de las neuronas dopaminérgicas. Algunos neurofisiólogos como Diego Golombek esperan que fármacos como el L-DOPA aumenten la espiritualidad de los pacientes. ¿Fueron San Pablo, Juana de Arco y Joseph Smith esquizofrénicos? 

Patrick McNamara de la Universidad de Boston describió que los pacientes de Parkinson eran menos religiosos que un grupo control debido a la disminución de las funciones en la corteza prefrontal. 

El papa Juan Pablo II tenía la enfermedad de Parkinson ¿fue perdiendo su fe? ¿era un hipócrita?

Sea como sea el Homo sapiens es más bien un Homo religiosus o un Homo mendacem. No solo hay una tendencia sino casi una necesidad de adorar algo o a alguien.  

En una lectura en Guanajuato un joven me preguntó si algún día los humanos dejarían de creer en dioses o ser religiosos. Es una pregunta incontestable, pero lo dudo. 

En su delirio o anhelo, Auguste Comte pensó a mitad del siglo XX que los humanos se volverían al ateísmo mientras lo tecnocientífico progresara. Lo llamó el estadio positivo histórico en contraposición del estadio teológico. Nada más falso. 

Nunca se han tenido tantos conocimientos sobre lo natural como hoy, sin embargo, la mayoría de la población mundial es religiosa. Se estima que 2400 millones de personas siguen los distintos cristianismos, 1900 millones las denominaciones islámicas, 1200 millones el Hinduismo, 535 millones los diferentes tipos de budismo, 407 millones el Taoísmo y unos 14 millones del Judaísmo sin contar a otras religiones menores.  En Estados Unidos, el país con más institutos de investigación científica y más estudios publicados al año, el 80 % de la población cree en un dios trascendental y el 74 % es cristiana.

Mientras que las alucinaciones sean parte de nuestra naturaleza mental (como actividad cerebral) y la medicina sea incapaz de derrotar a la muerte, los humanos seguirán creyendo en entes inexistentes como una esperanza irracional. Quizá esta psicosis sea benéfica para poder sobrevivir en una realidad sin sentido. No importan los avances tecnológicos o los conocimientos certeros, los dioses no se irán, las mitificaciones ni los espíritus. El ideal ilustrado de burlarse del mundo invisible es una quimera, los hombres seguimos matándonos por creencias absurdas. Las creencias en dioses y demonios soportan las disonancias cognitivas incluso de los mismos científicos. 

Si en un mundo con armas nucleares y medicina genética seguimos creyendo en fantasmas de hace milenios: ¿podemos esperar algo distinto en el futuro? 

Aunque los humanos conquisten otros cuerpos celestes, la religión brotará allí como un hongo. Es parte de nuestro cerebro, es parte de nuestra corteza prefrontal. En cierto sentido, los ateos son una rareza, una minoría que va en contra de la naturaleza humana. ¿Pero, realmente hay ateos? ¿Existe alguien que no idolatre o idealice incluso a otro humano como para divinizarlo?

Preveo colonias lunares o en Marte, ciudades terraformadas en naves gigantescas o asteroides. Aún allí habrá templos y rituales y los no terrícolas seguirán creyendo en los dioses antiguos y los nuevos dioses.

Es más fácil que las ciencias se colapsen a que las creencias se colapsen.

Lo que se llama secta mañana será respetado como una ideología política. Las pseudoterapias del Reiki basadas en energías universales incapaces de ser identificadas por la Física, el movimiento Wicca (una brujería light y benéfica), el zuismo (una mezcla neopagana de creencias sumerias) considerado como tecnología espiritual o la creencia en reptilianos comienzan su ascenso en el siglo XXI. 

El ecologismo o el feminismo woke amenazan en evolucionar hacia sectas religiosas en las próximas décadas como lo ha mostrado el llamado movimiento de la Diosa. 

Incluso payasadas como la iglesia Maradoniana en Argentina o el Templo Jedi (Jediismo) en Reino Unido y Estados Unidos pueden evolucionar hacia creencias más serias (si es que esto es serio).

¿Qué Mesías reptiles o espíritus cósmicos conquistarán el Sistema Solar?  

En lugar de borrar las doctrinas, los conocimientos científicos parecen enriquecer los delirios. Por ejemplo, descaradamente L. Ron Hubbard convirtió sus historias de ciencia ficción en una religión para salir de la bancarrota. En su doctrina hay una Confederación Galáctica, que hace 75 millones de años trajo miles de millones de personas a la Tierra en naves espaciales y conceptos como Incidente II o Muro de fuego. Otro ejemplo, es el mito contemporáneo de los Annunaki (dioses mesopotamios) redivivos como ingenieros genéticos que crearon a los humanos modificando el DNA de simios. Miles de personas que no saben un ápice de genética ni de paleontología ni de historia creen estas majaderías. 

Pero toda majadería se convierte en una doctrina seria que tendrá herejías y pugnará por conquistar un poder político y económico, mientras trata de aniquilar a creencias rivales. 

¿Qué guerras de religión verán nuestros descendientes? ¿Por qué creencias morirán?

Es una pregunta que ni tú ni yo, lector, podemos contestar, pero considerando lo que ha sido el humano no hay mucha posibilidad de pensar que cambiará en lo sustancial. 

La psicosis no es locura, es simplemente parte de nuestra naturaleza. 

Referencias

Golombek, D. (2019). Las neuronas de Dios: una neurociencia de la religión, la espiritualidad y la luz al final del túnel. Siglo XXI Editores.

McNamara, P. (Ed.). (2006). Where God and Science Meet [Three Volumes]. Greenwood Publishing Group.

Hamer, D. H. (2005). The God gene: How faith is hardwired into our genes. Anchor.

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Poetas científicos y científicos poetas

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

Pero del científico corno del poeta, 

es el pensamiento desinteresado lo que se intenta honrar aquí. 

Que aquí al menos no se los considere como hermanos enemigos. 

Pues sostienen la misma interrogación sobre un mismo abismo, 

y únicamente difieren sus modos de investigación.

Saint-John Perse

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Ernesto Cardenal leía su Cántico cósmico a menos de un metro de mi mirada. Había asistido a mi programa de radio Poiesis y esa noche hubo una atmósfera de luz. Mi mirada bebía de la suya porque sus palabras me hipnotizaban. No porque fuera un sacerdote, tampoco por su pasado de exguerrillero o por ser candidato a Premio Nobel. Era la magia en la voz de un hombre que cantaba al polvo de estrellas y a las galaxias dentro de nosotros mismos. Esa noche estuve junto a un verdadero poeta.

Dice Cardenal: 

Observando la danza de los astros/ percibieron que había orden en el cielo/ y así un día podría haber orden en los hombres. / El cosmos canta. ¿Pero para quién? / ¿Por qué el mirlo es tan musical/ pasada le época de la reproducción?

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Esa noche Sandino Gámez me instó a escribir algo sobre esa experiencia. Cardenal habló sobre la ciencia en la poesía y de eso justamente aquí expongo. Mi percepción de ambas maravillas que se imbrican como las dos actividades dignas de llamarse humanas. Siempre he sostenido que el científico es antes que el poeta en una escala de la percepción porque el primero deduce y pone a prueba y el segundo imagina y sueña. Los dos intuyen, el primero se constriñe, el segundo especula.

La ciencia es la mejor actividad que los humanos tenemos para conocer la realidad fuera de nosotros mismos; confiable a pesar de sus errores y limitaciones. Nos lleva a pensar, y a pesar de su amoralidad trata de ser una luz en las tinieblas de la ignorancia y la superstición. Desde la India antigua con sus conocimientos en medicina, pasando por Aristóteles, hasta la teoría de las supercuerdas, la ciencia es un derrotero de lo maravilloso.

La filosofía y la epistemología también se estructuraron en los cantos de poetas como Heráclito, Parménides o Lucrecio. Este último desarrolló la teoría de la materia en sí misma, la ciencia como liberadora del hombre y la vida en el universo en su poema ‘Sobre la naturaleza de las cosas’ escrito en el siglo IV a.C.

La poesía nació como un canto sagrado donde la palabra y la eufonía sirven para henchirnos, aterrorizarnos, sentir lo maravilloso y tremendo del cosmos que no entendemos. Como un resabio de la magia, no mueve a los astros pero nos ayuda a perfeccionar nuestros ideales por medio del sueño.

Las ciencias nos dan argumentos y pruebas para inferir si existe o no un libre albedrío, nos ayudan a perfeccionar nuestros conceptos de materia y energía por medio de la lógica y la inteligencia. A veces el poeta se nutre de las ciencias, de sus conceptos, de sus palabras porque hace suya la traducción del universo hacia la belleza.

No en balde algunos poetas han sido científicos como Nabokov (entomólogo) o Nodier (zoólogo); en la antigüedad no se definía todavía el concepto de ciencia como lo aceptamos ahora pero muchos tenían un viso de medicina, astrología y alquimia como Dante que también fue boticario.

Los poetas han abierto canales de intuición maravillosos que después la ciencia descubre o inventa en analogías sorprendentes. Por ejemplo, ya Bocaccio había cantado sobre las lenguas de piedra como reminiscencias de animales antediluvianos mucho antes que se descubriese que eran dientes fosilizados de tiburones. Para algunos, Eureka de Poe es la anticipación de una teoría electromagnética y en el Fausto de Goethe se prefigura el mar como cuna de la vida material mucho antes que de Oparin. Por cierto, Goethe, es el padre de la anatomía vegetal e intentó refutar la teoría de la luz de Newton.

Cyrano de Bergerac, en su afán por explicarlo todo escribe en Historia cómica de los estados del sol y la luna:

 Esto me hizo imaginar que descendía hasta la luna (…) –Pues- me decía a mí mismo-, al ser esta masa menor que la nuestra, la esfera de su actividad debe tener menos extensión y, por lo tanto, he tardado más en sentir la fuerza de su centro. 

Cyrano presiente las leyes de la gravitación universal ¡Casi medio siglo antes que Isaac Newton las formulara matemáticamente! 

Por supuesto que, la imaginación cumple con reverberaciones de intuición, se me reprocharía que existan muchos ejemplos contrarios donde parece que las metáforas no tienen que ver nada con el universo real que codifica la ciencia y es lógico pues el poema cae en el reino de la posibilidad total.

Los poetas se han nutrido de los conocimientos y teorías científicas, falsas o verdaderas, para enmarcar una atmósfera, recordemos a Dante que utilizó el sistema astronómico de Ptolomeo para situar el viaje en La Divina Comedia. En la misma, acerca de los vientos dice:

 Oíase a través de las turbias ondas un ruido, lleno de horror que hacía retemblar las dos orillas, asemejándose a un viento impetuoso impelidos por contrarios ardores. 

Dante se refiere a una causa de los fenómenos atmosféricos, cuando el calor que enrarece el aire aumenta su volumen y disminuye su densidad, de lo cual resulta que busca su equilibrio en diversas partes del planeta provocando vientos.

También los poetas critican el poder oscuro que emanan los descubrimientos científicos. Pablo Neruda escribe toda una Oda al átomo donde acusa el poder horroroso que los hombres desencadenaron con la bomba atómica, remite:

Pequeñísima estrella, / parecías para siempre enterrada en el metal: /oculto, / tu diabólico fuego. / Un día golpearon en la puerta minúscula: / era el hombre./ 

Luego:

eras una fruta terrible, / de eléctrica hermosura, /

y entonces el guerrero te guardó en su chaleco / como si fueras sólo una píldora norteamericana, y viajó por el mundo / dejándote caer en Hiroshima.

Machado poetizó en contra del Principio de Lavoisier (Primera ley de la termodinámica)- en realidad en contra la aparente esperanza que nos pueda dar:

Dices que nada se pierde/ y acaso dices verdad; / pero todo lo perdemos/ y todo nos perderá. 

Borges en su poema a la cantidad, después de analizar lo infinito, lo inconmensurable del tiempo y de las cosas, no se atreverá a juzgar la lepra ni a Calígula. Pedro Salinas en Cero:

Invitación al llanto. Esto es un llanto, / ojos, sin fin, llorando/ escombrera adelante, por las ruinas / de innumerables días. / Ruinas que esparce un cero- autor de nadas, / obra del hombre-, un cero, cuando estalla. 

Imbricados por los fenómenos de los universos conocidos, llamamos a la poesía como un peldaño más verdadero que la ciencia, siendo esta una disciplina que ha abierto caminos imposibles e increíbles para nuestro deleite. Pero si nuestras sensaciones nos engañan, en la poesía nos abren camino y nos destellan. No quiere decir esto que la ciencia es un método de conocimiento menos efectivo, al contrario, es mejor. Es un peldaño donde conocemos la realidad de manera más exacta que otro cualquiera, incluyendo la poesía. Los fenómenos del universo que descifra son altamente poéticos en el rango de la belleza y la imaginación. Saber que los tiburones poseen una mandíbula protusible o que el diseño de la cabeza del tiburón martillo que detecta el campo electromagnético en el fondo apareció en la evolución cuando la polaridad del planeta cambió, es fascinante. Einstein dijo que la mejor cualidad del científico es la imaginación, esto aplica lo mismo para el poeta.

Nada más poético que la posibilidad de que las partículas elementales estén hechas de ondas que vibran, como si la energía fuese música. Bueno, esa es parte fundamental de la teoría de las supercuerdas en Física. Conocer que existe un hongo dorado bajo el humus en la jungla que mide cerca de veinte metros es habitar un sueño y más cuando conocemos la comunicación hormonal y mineral entre las raíces de los árboles por medio de canales micóticos. La mínima turbulencia en un sistema como el aleteo de una abeja puede provocar una tempestad y saber que la entropía conlleva irreversibilidad es tan estremecedor como el verso de T. S Eliot:

I will show you fear in a handful of dust (Te mostraré el miedo en un puñado de polvo)

Uno de los versos más hermosos que he leído y que remite trascendencia es ‘La luz no envejece’. No lo escribió ningún poeta, fue el Premio Nobel de física Brian Green.

Cardenal hace lo mismo en su cántico cósmico, toma el descubrimiento de que todo nuestro carbón ha sido forjado en las supernovas y como somos de carbón (de hecho todos los seres vivos) entonces tenemos en nuestra constitución material polvo de estrellas.

Remito al lector as que lea el monumental Canto a un dios mineral de Jorge Cuesta, que, como bioquímico experimentó la ergotina en sus percepciones (quizá descubrió el LSD antes que Hoffman, pero no publicó sus resultados) y se aplicó un tratamiento enzimático buscando la reversibilidad del envejecimiento. Su genio lo llevó al suicidio después de emascularse. Quede ‘Canto a un dios mineral’ como un himno a la materia constructora y destructora de sí misma.

El poeta traduce el universo a su sensibilidad e inteligencia, su arma es la imaginación dinámica y su terreno el cosmos sin restricciones, analiza cantando.

Un ejemplo profundo de Shams-ud-din Muhammad Hafiz, poeta persa nacido en 1325:

Me dijiste una vez: Deja tu vida 

en mis manos y te daré la paz. 

Y mi vida te di sin pesadumbre 

más la paz no me llegó. 

En cuatro versos abrió umbrales en todos los humanos que lo han leído hasta la fecha, universalmente nos deleita con la impotencia, la desilusión, incluso el problema teológico o nihilista; lo mismo puede referirse a un amigo, al ser amado o una divinidad. Las posibilidades son tantas como lectores y la cadencia y el color a pesar de ser traducción de su lengua original no se pierden con el tiempo. Eso no sucede en la ciencia, las teorías científicas del siglo XIV han cambiado, evolucionado, algunas se han desechado. En cambio el poema sigue vibrando en nuestra sangre porque mientras seamos humanos tenemos el comportamiento específico.

En la ciencia la magia no existe, se busca siempre una respuesta lógica porque lo mágico está en la materia y se le despoja del adjetivo al encontrarlo racional. La poesía es el resabio de la magia porque la palabra provoca un estado anímico especial. No en balde aún está unida en los cánticos místicos de las culturas como en esta canción sagrada tehuelche:

 

Üloküs iagülwawütr gaiau küsüna

waptsjülnana salpün kanana

kalwum a atasajou

ka amaha kalwun, amahaja kalwum,

sagap atütgütchanük.

 

No es para jugar nuestro emblema;

partía al medio la manada (o bandada)

(el) corazón de tigre, 

tigre del sol (o luna), del sol (o luna)

brazo pintado (dibujado).

 

Es notable la presencia del tigre (jaguar americano) en los linajes de toda la Patagonia. Es dable recordar, que este félido vivió hasta en Tierra del Fuego. El último jaguar del que se tiene registro en esta zona, fue cazado a fines del siglo XIX, en la margen norte del Río Colorado. También el zoólogo puede reconstruir la biogeografía de un animal por la tradición de los pueblos.

En la Poesía la belleza es el trasfondo y objetivo, hay una danza que evoca, estos versos eróticos del chileno Santiago Azar:

 Eres una pantera de barro fresco, 

ansiosa de carnes rojas, hambrienta de vapores.

La ciencia no puede cuantificar suspiros y aunque se ha descubierto que la esperanza en cualquier cosa produce efedrinas en el cerebro (lo que explicaría la fe); no hay otro lenguaje para el erotismo que el arte.

En la poesía está lo verdadero del hombre, en la ciencia la realidad del universo respecto al hombre, según pruebas de confirmación y error. No hay otros métodos mejores para entender y aprehender el caos en el que habitamos.

En su discurso para recibir el Premio Nobel de literatura, el poeta Saint-John Perse dijo:

Por más lejos que la ciencia haga retroceder sus fronteras, y sobre todo el arco extendido de esas fronteras, se escuchará todavía correr la jauría cazadora del poeta. Ya que si la poesía no es, como se ha dicho, “lo real absoluto”, es sin duda su más próxima aspiración y la más cercana aprehensión, en ese límite extremo de complicidad donde lo real en el poema parece informarse a sí mismo.

Así pues, el Poeta es más poderoso en su visión. Lo dice mejor este poema de José Emilio Pacheco:

Segismundo Freud / tras arduo estudio/ descubrió lo que al otro/ le costó un verso / el delito es haber nacido. 

Refiriéndose a Calderón de la Barca. 

Roald Hoffman, que recibió el Premio Nobel de química en 1981, experto en la estructura molecular, es un poeta cuyos libros de arte enlazan las dos visiones. Hoffman advierte que en el mundo de la ciencia es más fácil construir un devenir que en el mundo de las letras. Mientras que el 65 % de los trabajos científicos son aceptados en cualquier revista especializada del mundo, sólo el 5 % de los poemas que se reciben en el mundo del arte son publicados. Uno de sus poemas diferencia al arte de la ciencia se refiere al Grito’ pintura de Münch y acaba:

Pero la intromisión de la molécula de pintura es muy fuerte/ libera sólo moléculas de pintura, en patente demostración/ del Principio de Incertidumbre. La pintura cuelga; / el cielo noruego y el puerto recogen el grito/ reflejándolo hacia el cráneo del observador. / Allí, resonando, se produce el cambio. 

La ciencia, poderosa herramienta que nos deslumbra, el arte, el que nos traduce la emoción del cosmos. El científico puede llegar a ser un esteta, pero el poeta siempre es un pequeño dios. Por mucho que los experimentos nos desvelen discusiones lógicas nada nos abrirá más puertas de la percepción que el arte. ¿Qué puede superar La sinfonía fantástica compuesta por Hector Berlioz, basada en su ensueño de opio y deseo por Harriet Smithson? Tal vez el entendimiento de los alcaloides y el estallido neuronal ayuden a potenciar el placer.

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¿Qué sueñan las arañas?

FOTO: Internet

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

 

Morir, dormir: dormir, tal vez soñar…

Hamlet. William Shakespeare

 

Los humanos sueñan con arañas.

La Paz, Baja California Sur (BCS). En 1922, el psiquiatra Abraham escribió un tratado La araña como símbolo onírico, en el cual describió a un paciente que soñaba frecuentemente con arañas. Según Abraham, este hombre tenía un complejo de castración. Algunas semanas antes de las pesadillas, el paciente se resistía contra el sexo opuesto o más bien, tenía repulsión por los genitales femeninos. Al mismo tiempo tenía fantasías de castrarse para volverse mujer y también quería convertir a su madre en hombre; dibujó una vulva en forma de araña con pelos erizados. El cuerpo de la araña se transformaba en un pene.

Según el psiquiatra, la araña es una asociación inconsciente con el complejo de castración y de sadismo oral reprimido. Las patas de la araña son símbolos fálicos como en el caso de otros animales como los cangrejos o los pulpos, que recuerdan inconscientemente la posibilidad de ser castrado. Este psiquiatra estaba siguiendo la teoría que Freud había descrito como la cabeza de Medusa.

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En 1969 Newman y Stoller alegaron que soñar con arañas representa el horror de la propia madre. La conducta sexual de muchas hembras arácnidas de devorar al macho después de sus avances amorosos representa para estos psiquiatras a la madre o amante castradora. Sharpe también alegó que la araña es el símbolo de la amenaza materna. Según estos autores los mitos arácnidos de varias culturas se correlacionan con el inconsciente colectivo. Por ejemplo, en pueblo de la costa de oro africana, la diosa Ananse es una gran araña negra, creadora del hombre. Entre las sagradas escrituras de los pundits de la India, el origen del cosmos se atribuye a una inmensa araña que teje los hilos del universo. Los nativos de la isla Nauru en Micronesia creen que una vieja araña creó el sol a partir de un caracol y lo colocó al lado de su concha que se convirtió en la Tierra. Los navajos reverencian a una mujer araña quien enseñó al principio de la historia como tejer las canastas.

Según la teoría del inconsciente colectivo, las arañas como símbolos oníricos deberían ser universales y arquetípicos debido al miedo irracional de ser mordido por ellas.

Así parece reflejarse en el universo literario de J.R.R Tolkien. Según su mitología, Ungoliant fue una araña gigante que se alimentaba de luz y urdía telarañas de sombras. Ella absorbió toda la luz de los Dos Árboles de Valinor, que fueron envenenados y posteriormente murieron. El mismo Melkor, señor del mal la temía. En sus libros las arañas aparecen como símbolos del mal, depredación viciosa que merece ser destruida.

Tal aracnofobia podría ser explicada por los psiquiatras de hace cien años.

Muy bien, humanos que sueñan con arañas.

Pero… ¿Qué sueñan las arañas?

Las arañas son artrópodos primitivos que fungen como depredadores muy exitosos. Se han descrito entre 45 y 50 mil especies diferentes. En tamaño van desde la diminuta Patu digua encontrada en las selvas colombianas que mide 0.3 mm, más pequeña que la cabeza de un alfiler; hasta la Goliat devora pájaros Theraphosa blondi que puede alcanzar más de 28 cm y pesar 175 g y que habita las selvas de Venezuela y el Amazonas.

Las arañas han conquistado casi todos los hábitats de tierra firme. Su éxito evolutivo se atribuye a sus conductas complejas como depredadores, asociadas con la producción de seda y la construcción de telarañas.

La estrategia trófica de los quelicerados consiste en cazar a sus presas, matarlas, a veces por medio de veneno y luego digerirlas de forma externa, licuándolas con enzimas y absorbiendo la papilla. Todas las arañas son carnívoras, aunque algunas pueden alimentarse de polen cuando son pequeñas. La mayoría cazan de noche, algunas son sedentarias que usan trampas de seda; otras son arañas errantes que cazan activamente sin usar trampas de seda.

Como todo cazador, debe sus estrategias a su forma de sentir el mundo.

El plan general del sistema nervioso de los artrópodos se basa en ganglios segmentados en tres grandes grupos, el protocerebro, el deuterocerebro y el tritocerebro. Aunque el término cerebro puede darnos la impresión de un sistema central, en realidad se trata de agrupaciones de tejidos nerviosos compuestos por neuronas del cuerpo.

 

Figura 1. Sistema nervioso de un arácnido. (A) Escorpión. (B) Araña.
(Tomado de Brusca & Brusca)

 

Los arácnidos poseen órganos sensoriales muy bien desarrollados, pelos sensibles que son mecanoreceptores divididos en muchas categorías. Algunas tarántulas pueden arrojar pelos espinosos como defensa a sus enemigos. En las patas tienen proprioreceptores muy finos que detectan dirección, presión o velocidad. En los pedipalpos alrededor de la boca poseen pelos con orificios a modo de narices que olfatean el entorno y algunas especies poseen órganos tarsales que detectan la humedad.

En cuánto a los ojos, las arañas que tejen trampas dependen menos de su visión que las especies errantes que dependen de las emboscadas. Algunas detectan luz polarizada y esto les permite orientarse de manera espacial. Poseen varios ojos, grupos de ocelos, ojos primarios y secundarios. Los grupos de ocelos detectan movimiento, los primarios pueden tener pigmentos y ver a color. Los secundarios poseen tapetum lucidum con cristales de guanina que les confieren visión nocturna.

 

Las arañas aprenden, cambian sus estrategias de acuerdo a su experiencia como todo cazador y eso les confiere una inteligencia basada en la memoria.

Se han estudiado arañas del género Portia sp. como modelos de cognición. Portia es un grupo de pequeñas arañas saltarinas que cazan otras especies de arañas. Dependiendo la presa que cae en sus trampas, cambian de estrategia para acercarse a ella. Varios estudios etológicos han mostrado que sus técnicas evolucionan mediante prueba y error. A veces hacen “rapel” para acercarse a su presa por debajo, a veces, sutilmente tardan hasta una hora en acercarse a una presa particularmente peligrosa. Ser caníbal y alimentarse de otras arañas es particularmente peligroso, el cazador podría ser fácilmente la presa. A veces, Portia osa invadir la telaraña de una presa y establecer rutas óptimas para emboscarla. Las telarañas pueden considerarse como parte del sistema nervioso de las arañas. A veces Portia espera a que el viento sople produciendo un ruido vigoroso que mueve la tela, entonces acelera para que la araña central no la detecte. Cuando el viento deja de soplar, ella se detiene volviendo a esperar el momento adecuado. Esta conducta revela un grado de atención y decisión mediado por ganglios cerebrales de solo 600 mil neuronas.

Desde hace 30 años se han realizado numerosos estudios de la conducta de Portia en laboratorios. Algunos experimentos involucran especies de arañas que Portia nunca podría encontrar en su hábitat natural. La araña razona cómo atacarla de manera estratégica. revelando que las arañas realizan mapas mentales, planificación con una memoria a largo plazo.

Cross y Jackson (2014) sugieren que Portia africana es capaz de rotar mentalmente objetos visuales retenidos en su memoria.

De nuevo lo escribo, si el concepto de razón es el ajuste del pensamiento mediante el cálculo, las arañas son racionales.

Figura 2. Diagrama de los campos visuales de la araña saltarina (Tomado de David Hill)

Para construir telarañas, sus arquitectas deben ajustarlas a su entorno inmediato. El espacio en donde la construirán, las condiciones materiales y meteorológicas. Se asumen a la araña arquitecta como un organismo que recolecta información, sondea, empuja, extiende con sus patas mientras evalúa distancias, ángulos y tensiones. Esto es calcular…esto es razonar.

La integración de información provee las bases de los movimientos que darán las posiciones de nuevas urdimbres de hilos. Para esto, las arañas dependen de procesos bioquímicos y neuronales.

A finales de los años 40, H. M Peters y el químico Peter Witt administraron diferentes alcaloides a arañas de jardín Araneus diadematus y atestiguaron como cambiaban los patrones de sus redes. Usaron anfetamina, mescalina, estricnina, LSD y cafeína como neuro excitadores y neuro depresores.

En pequeñas dosis de cafeína (10 mg), las telarañas eran más pequeñas y los radios desiguales, pero la regularidad de sus círculos no se veía afectada. En dosis más altas (100 mg), el diseño de las telas era irregular. En pequeñas dosis de LSD (0.1 y 0.3 g), aumentaba la regularidad de las telas.

Witt experimentó por más de 20 años usando diversos alcaloides como pentobarbital sódico, diazepam y psilocibina.

Diez años después, el psiquiatra suizo Hans Peter Rieder alimentó a diversas arañas con un concentrado de orina de pacientes esquizofrénicos pretendiendo descubrir la sustancia que provoca las taras mentales, pero esto no funcionó, las arañas no modificaron sus patrones.

En 1995, Noever y otros científicos de la NASA repitieron los experimentos de Witt y obtuvieron resultados semejantes. Cuando se administraba bencedrinas, las arañas tejían una red asimétrica, azarosa y a toda velocidad., mientras que, con marihuana, las arañas tejían con displicencia y carentes de energía.

Figura 3. Patrones de telarañas según la droga administrada
(A partir de Noever et al. 1995)

 

Que las mismas drogas que afectan la conducta humana afecten la conducta arácnida no debe sorprendernos. Nuestras células nerviosas son las mismas, funcionan de manera similar y somos organismos con un subsistema de información animal común.

En 2022 Rößler et al. describieron REM (rapid eye movements) en arañas saltarinas Evarcha arcuata.

El REM se considera una fase del sueño que en el humano ocurre por primera vez entre 70 y 90 minutos después de dormirse. Se entiende que el sueño REM participa en el proceso de almacenamiento de recuerdos y aprendizaje pues estimula las regiones del cerebro que se utilizan para ello. Algunos estudios han mostrado que cuando las personas son privadas del sueño REM, no logran recordar lo que se les enseñó antes de irse a dormir (Basics, 2006).

Pues bien, Rößler describió REM en las arañas que se incrementaban en duración y frecuencia a lo largo de la noche. El REM tardaba cerca de 77 s cada 20 min. ¿Microsueños? A veces, las arañitas extendían la patas en actitud de alarma, pero continuaban dormidas. La interpretación de los investigadores es que estaban teniendo pesadillas.

Aún se desconocen muchos mecanismos de neuroexcitadores probablemente alucinógenos que generan las neuronas al dormir y de las cuales surgen los ensueños. Es relevante deducir que casi todos los animales pueden soñar debido a las interacciones electroquímicas de sus sistemas nerviosos.

¿Qué soñarán las arañas? ¿Temibles aves amenazantes? ¿Amores suicidas en pantanos? ¿Deliciosos artrópodos jugosos? ¿Qué Freud arácnido podrá descifrar la memoria desde los trilobites hasta los sueños eróticos con un canibalismo postcopulatorio? ¿Habrá un subconsciente arácnido?

Es un hecho que los hombres sueñan con arañas, pero lo inmensamente profundo es entender que podrán soñar las arañas.

Araña saltarina Evarcha arcuata

Referencias:

Basics, B. (2006). Understanding sleep. National Institute of Neurological Disorders and Stroke, Bethesda.

Brusca, R. C., Brusca, G. J., & Haver, N. J. (1990). Invertebrates (Vol. 2). Sunderland, MA: Sinauer Associates.

Newman, L. E., & Stoller, R. J. (1969). Spider symbolism and bisexuality. Journal of the American Psychoanalytic Association, 17(3), 862-872.

Noever, D. A., Cronise, R. J., & Relwani, R. A. (1995). Using spider-web patterns to determine toxicity. NASA Tech Briefs, 19(MFS-28921).

Rößler, D. C., Kim, K., De Agrò, M., Jordan, A., Galizia, C. G., & Shamble, P. S. (2022). Regularly occurring bouts of retinal movements suggest an REM sleep–like state in jumping spiders. Proceedings of the National Academy of Sciences, 119(33).

Wilcox, S., & Jackson, R. (2002). Jumping spider tricksters: deceit, predation, and cognition. The cognitive animal, 27-33.

Witt, P. N. (1971). Drugs alter web‐building of spiders: A review and evaluation. Behavioral Science, 16(1), 98-113.

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Breve historia de los camiones con mezcladoras de concreto (Trompos mezcladores de hormigón)

FOTO: Noé Peralta

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Las grandes construcciones de la ingeniería moderna no sería la misma sin la existencia del invento llamado en la mayor parte del mundo como Hormigón y que en México se le conoce como concreto hidráulico o simplemente concreto. Y es que esta mezcla de agregados gruesos (gravas) con agregados finos (arenas), donde revueltos con agua y un material cementante (cemento portland), forman una verdadera roca artificial con una dureza semejante.

Del mismo modo, en sus inicios, la preparación de la mezcla significó una tarea muy ardua para los trabajadores de la construcción, donde implicaba un gran esfuerzo físico para realizar la revoltura y no se diga para los ingenieros, donde el factor tiempo y calidad iban aumentando con las exigencias de los clientes cada vez más abundantes. Por cierto, en gran parte del mundo y sobre todo en Europa, a esta mezcla se le conoce como hormigón, mientras que en el continente americano se le conoce como concreto.

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Ya que el concreto se empezó a comercializar en los Estados Unidos a inicios del siglo XX, y debido a la gran demanda se empezó a buscar un método de solución rápida para realizar las mezclas, y fue que en 1909 el ingeniero de origen Armenio y radicado en Estados Unidos, Stephen Stepanian, en donde ya había creado una mezcladora de concreto consistente en una olla con paletas interiores acomodadas de tal manera que realizaban la labor de las paladas que realizaban de manera manual los trabajadores de la construcción; esta máquina era estática, o sea que una vez elaborada la mezcla se vaciaba en camiones de volteo y se llevaban al sitio final.

Pero fue hasta 1916, cuando intentó patentar el primer camión con una mezcladora de concreto adaptada en su interior, y que se pretendía que se accionara con el mismo motor del camión. Pero una vez que llegó a la oficina de patentes de Estados Unidos se rechazó al año siguiente, porque se creía que el camión no iba a poder soportar el peso de la olla de concreto totalmente llena.

Después de varios intentos exitosos, el invento tuvo un retroceso en la década de los años veinte debido a que los camiones fabricados no se fabricaban con motores de potencia mayor que se requería para más cantidad de concreto mezclado; y eso imposibilitaba elevar la cantidad de concreto que se podía trasladar al lugar de la obra.

La idea del camión con planta concretera seguía muy vigente en el año de 1930, y fueron los fabricantes de los camiones que decidieron poner en práctica la elaboración de un chasis adaptado para este fin, y que, con la potencia de motores ya más modernos de la época, se inició con la fabricación de los primeros prototipos llamados: mezclador de tránsito motorizado de concreto con descarga automática.

Según se cuenta como leyenda urbana, el rechazo a la patente del ingeniero nacido en Armenia fue precisamente por ser de origen no americano, pero siguió insistiendo y el 21 de diciembre de 1928 volvió a hacer la solicitud, dándole respuesta satisfactoria a su patente hasta el año de 1933, cuando por fin la oficina de patentes de Estados Unidos otorgó al ingeniero Stephen Stepanian la autoría del primer mezclador de concretos de tránsito o que comúnmente llaman también motohormigoneras.

Con el tiempo y con los avances tecnológicos más recientes se fueron creando revolvedoras manuales más prácticas para pequeñas cantidades de concreto y que pueden mezclar un saco de cemento con los agregados y el agua dosificada adecuada.

En Baja California Sur y en la república mexicana se les llama comúnmente trompos, por la forma que tienen, y que se asemeja a los trompos de juego que usaban los niños mexicanos de antaño. Como quiera se le llame, pero este invento vino resolver el gran problema de mezclar grandes cantidades de sacos de cemento y sobre todo que se pueda trasladar al lugar final de la obra y descargar de manera automatizada.

Los camiones mezcladores de concreto actuales y más comunes en el mercado pueden llevar consigo hasta 8 metros cúbicos de concreto, suficientes para una losa maciza de 80 metros cuadrados e igual número de metros cuadrados de piso o banqueta, y qué si se hicieran a mano, aparte del tiempo y esfuerzo utilizado por los trabajadores, se podría perder la calidad en el mezclado.

Hay inventos o creaciones que no son tan admirados o tan señalados, pero si nos imaginamos un mundo sin trompos mezcladores de concreto, también dejaríamos de imaginarnos los grandes rascacielos, los grandes puentes o las grandes presas hechas por los ingenieros civiles modernos.

Escríbenos…

noeperalta1972@gmail.com

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