Los estudios de impacto ambiental: ¿Qué tanto sirven?

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FOTOS: Internet.

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En la actualidad, el tema de la ecología y del impacto ambiental esta tan de moda, que se habla de él de manera insistente al momento de elaborarse un proyecto, y, paradójicamente, se habla del impacto que pueda ocasionar tal proyecto, desde mucho antes de la elaboración del mismo. Los ambientalistas, al igual que otras corrientes que estuvieron por mucho tiempo “excluidas” en la toma de decisiones de la humanidad, como por ejemplo, los feministas, los defensores de la igualdad de género, los de derechos humanos, etcétera, hacen que su labor para el pueblo en general, se informe o, en su caso, se desinforme.

Actualmente, a nivel nacional, se habla demasiado del megaproyecto denominado tren maya, el cual sería un detonante, en todos los aspectos, para los pueblos del sureste de México; y que, en teoría, sí parece ser una inversión que valga la pena para el desarrollo social y económico de toda la República Mexicana.

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En este artículo —aclarando puntualmente que se deja de lado los posibles intereses políticos, o de que si el gobierno podrá terminar el proyecto con un presupuesto inicial y sin “inflar” números, que al final terminan por elevar costos finales—, estamos de acuerdo que se debe, por obligación, realizar un estudio de impacto ambiental, en el cual se tome en cuenta: las áreas de tala de selvas por donde pasaría el tren, las especies animales que se tendrían que sacrificar su hogar, y los daños en posibles zonas arqueológicas. Según el cristal con que se mire, los que se oponen al proyecto, se escudan con el impacto ambiental (entre otras cosas, como que no va alcanzar el presupuesto), para intentar, por todos los medios, desacreditar el proyecto de campaña del actual presidente, pero (con mayúsculas), también sabemos que los gobiernos, con tal de lograr sus objetivos, son capaces de cometer daños ecológicos, y aún más, creando zonas permanentes de contaminación, al no tener una cultura de cuidado con el medio ambiente y de ser amigables con las especies de fauna y flora de la región. Lo único de lo que sí estamos seguros, es que la obra se debe planear muy bien desde antes de comenzar su construcción, para no crear obras inconclusas o de mala calidad.

Tenemos, a nivel mundial, proyectos ambiciosos, que crean un detonante tremendo en la economía y en la sociedad, y el ejemplo más común, es el gigante asiático: China. Esta superpotencia económica, ha basado su crecimiento económico, en gran medida, en la construcción de gigantescas obras de ingeniería civil, que, muchas veces, alteran el entorno ecológico a cambio de ese tremendo desarrollo, que pone a los chinos, en el ámbito mundial, como una potencia. El caso más comentado, es el de la construcción de la presa de tres gargantas sobre el rio Yangtsé, que la convirtió en la mayor presa construida en el mundo, pero a costa de tener que inundar pueblos que quedaron ¨aguas arriba¨ de la cortina, y tener que aprender a convivir con las crecidas repentinas de la corriente del rio; otro caso, que es más de envidia de los otros países que compiten con China, es la construcción del puente más largo del mundo, que une a Hong Kong con el macizo continental.

En este último proyecto, la comunidad internacional (obviamente contra el crecimiento económico chino), ha criticado su construcción, por tener un impacto negativo en el mar y en algunas islas que se usaron para su construcción, a lo cual el gobierno de China ha declarado, en repetidas ocasiones, que el macropuente que une las ciudades Zhuhai, Macao y Hong Kong, es uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos tiempos, no ocasionó daños considerables en el medio ambiente y, sobre todo, que conecta grandes polos de desarrollo económico, haciendo de esta región, una de las zonas de trabajo más grande del mundo.

Como se puede ver, en el caso del puente más grande del mundo, los países contrarios al crecimiento económico de China, que ven en ese país ¨el rival a vencer¨, utilizan argumentos ecológicos para desacreditar el proyecto. De acuerdo al cristal con que se mire, y de acuerdo a la nacionalidad de los que opinan, la obra trae un tremendo desarrollo económico y hasta el momento no ha salido a relucir las consecuencias ambientales.

En México, el estudio de impacto ambiental, se le conoce como MIA (Manifestación de Impacto Ambiental), que se define como un estudio técnico científico, de carácter preventivo y de planeación, que permite identificar los efectos que pudiera ocasionar la ejecución de una obra de construcción en un lugar determinado.

Pero, realmente, ¿en México se hacen los estudios de manera neutral, sin presiones, de manera responsable e imparcial?.  Y la pregunta obligada, en caso de tener observaciones un proyecto impactado, ¿realmente los constructores hacen caso de las observaciones?. El que nuestro país tenga un rezago muy significativo en el cumplimiento de las disposiciones, y no hacer estudios de impacto ambiental de manera responsable, hace que las grandes obras de construcción, se politicen con el tema del medio ambiente.

A nivel local, de acuerdo con información manejada en diversos medios nacionales de comunicación, en el año de 1999 se presentó un ambicioso proyecto de salina, proyectada para ser la mayor salina construida a cielo abierto del mundo (nos acordamos de China), y que se desarrollaría a 130 kms al sur de Guerrero Negro, en un lugar llamado la laguna de San Ignacio, municipio de Mulegé, en Baja California Sur. El proyecto inició muy bien, con tantas y tantas estadísticas sobre la producción y sobre la repercusión económica que traería para la región y para el país, claro, tomando como base la exitosa salina de Guerrero Negro, hasta ese entonces catalogada como la salina más grande del mundo.

La empresa que presentó el proyecto fue la compañía Exportadora de Sal S. A. (ESSA), con sede en Guerrero Negro, la cual es una empresa paraestatal que tiene participación privada, curiosamente el 51% es estatal y 49% es propiedad de la empresa japonesa Mitsubichi, y que, al ser mayoritariamente estatal, pone como principal argumento para la toma de decisiones, precisamente, lo que diga el gobierno mexicano. El proyecto, fue declarado no apto para la convivencia con la ballena gris, que cada año vienen a la región a reproducirse, y con el argumento del impacto ambiental (¡se los dije!), la obra se canceló de manera definitiva  después de varios amparos y estudios presentados por los proyectistas.

Con el tiempo fueron saliendo a relucir verdades sobre el proyecto, como el caso de que, desde 1994, la ballena gris ha sido declarada por una ONG de Estados Unidos de America, como una especie salvada del peligro de extinción; como que desde que se fundó la salina de Guerrero Negro, en el año de 1954, han sido pocos, por no decir nulos, los accidentes que pongan en peligro el medio ambiente; y, que la causa principal, de la cual se habló muy poco, es que inversionistas muy poderosos presionaron a la empresa Mitsubichi, para que cancelaran el proyecto y mejor se trasladaran a Australia (por lo que, por ende, el socio minoritario tuvo más peso que el propio gobierno).

Conociendo nuestro México querido, no dudamos que hubo algo de corrupción en la presentación de los estudios, para que estos no fueron aprobados y fueran cancelados, a tal modo que la administración de la salina de Guerrero Negro se ha visto recientemente en escándalos de corrupción, donde se otorgan contratos millonarios, a modo, hechos por los directivos, y que ya se están investigando.

Por lo pronto, quedó en el sueño el poder decir que la salina más grande del mundo estaría en Baja California Sur, y en México, y si tuviéramos alguna duda en el futuro, sería sano tomar como ejemplo a China, pero, quedando bien claro, con un estudio de impacto ambiental responsable.

Escribeme a: noeperalta1972@gmail.com

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

Ingeniero Civil egresado del Instituto Tecnológico de La Paz en 1995. Oriundo de Ciudad Constitución, Baja California Sur, donde nació el 19 de agosto de 1972 y donde actualmente radica; se desempeña como constructor de obra civil y proyectos topográficos principalmente. Tiene en su historial haber fundado el Colegio de Ingenieros Civiles de BCS, sección Comondú, en el año 2005, y participar activamente en cursos y reuniones afines al quehacer de la ingeniera civil. En el trienio 2015-2018, se desempeñó como director de Catastro Municipal en Comondú, donde se especializó en temas relacionados con la tenencia de la tierra, a través del diplomado en catastro multifinalitario en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente estudia la maestría en Valuación Inmobiliaria, por la Universidad Autónoma de Durango.

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