La Ingeniería Militar y las trincheras. El pasado de la Ingeniería Civil

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FOTOS: Internet.

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Cuántas veces nos ha tocado ver películas épicas de la época griega, romana, o incluso de la época de las cruzadas, donde nos admiramos de las proezas para inventar armas (con material de ese tiempo), y estrategias para vencer al enemigo?; incluso recordamos películas como Troya, donde desde lo alto de una colina solían lanzar grandes cantidades de flechas con fuego, e inmediatamente dejaban rodar grandes bolas de ramas secas prensadas, que al momento de pasar por el campo “minado” de fuego creaban explosiones letales para el enemigo. También se fueron inventando mecanismos para lanzar a gran distancia piedras o cualquier objeto pesado que hacían mucho daño al ejército contrario, estas armas llamadas ballestas, fueron muy populares dentro de los imperios antiguos, hasta antes del conocimiento de la pólvora, donde vino a dar una gran cambio en las guerras con la creación de las armas de fuego.

Pero ¿quiénes eran esas personas que se daban a la tarea de inventar armas y crear estrategias? Aquí es donde la historia hace mención de los primeros ingenieros, que a pesar de ser llamados simplemente ingenieros, tenían como trabajo principal asistir a los militares de cualquier fuerza, en las maniobras de combate, en construcciones de puentes, campos minados, etcétera. Por tal motivo, desde la antigüedad se les acuñó el término de ingenieros militares.

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La Ingeniería Militar se define como la ciencia de diseñar y construir obras militares y vías de comunicación para el transporte militar. Esos ingenieros son los responsables de las tácticas y logística de una maniobra militar, y fue una carrera muy solicitada y reconocida en la etapa anterior a las dos grandes guerras mundiales que asolaron el mundo. Fue a partir del siglo XVIII, que tuvo su gran bifurcación, dando nacimiento (aunque sean los mismos conocimientos), a la profesión de la ingeniería civil. Ésta última nace en la Europa renacentista, cuando las obras de construcción ya no ocupaban tanto financiamiento público, y con los cambios políticos de la época con la llegada de la Ilustración, los gobiernos dejan de utilizar a sus ingenieros militares dando paso a la naciente ingeniería civil (el nombre “civil”, curiosamente se le dio, por ser lo opuesto a lo “militar”; el inglés John Smeaton acuñó el término y se autoproclamó el primer ingeniero civil del mundo).

Volviendo a las estrategias de la Ingeniería Militar, tenemos que en los inicios del siglo XX, en plena efervescencia colonialista por los países europeos por repartirse África y lo que quedaba del mundo libre, se inició la desconfianza entre países vecinos por posibles invasiones o guerras, se intensificó la construcción de trincheras para proteger al territorio de una escalada militar terrestre. Recordemos que los chinos ya habían construido varios cientos de años atrás la famosa muralla, para protegerse de las constantes invasiones de los mongoles que causaban destrucción en terrenos ocupados, y que los troyanos tenían ciudades amuralladas donde se hacía casi imposible la penetración de ejércitos enemigos.

Antes de la Primera Guerra Mundial, cuando la aviación aún no estaba tan desarrollada para participar activamente en las confrontaciones bélicas, por lo que la construcción de muros de contención para detener carros de combate, era una práctica común. Las trincheras fueron las fortificaciones lineales que más resultado dieron en la primera gran guerra, y curiosamente en el lenguaje común se le llamaba simplemente zanja, pero tiene varios nombres, entre otros: posición de combate, tumba de guardabosques, agujero de combate, pozo de armas, pozo de combate, foso de rifle y nido de ametralladora.

La trinchera no es otra cosa, que una zanja defensiva que permite disparar al enemigo y cubrirse a la vez. En los periodos de guerra, eran comúnmente insalubres, ya que los soldados pasaban mucho tiempo dentro de ella y se creaban focos de infección y de enfermedades. Al principio eran de poco profundidad, donde el soldado apenas si se cubría en posición acostado con rifle disparando, pero ya con el transcurso de la guerra, se fueron haciendo más profundzas y con más comodidades, donde incluso se podrían trasladar de un lugar a otro sin peligro de ser alcanzados por una bala enemiga.

Hay curiosidades sobre las guerras de trincheras en la Primera Guerra Mundial, como lo que aconteció el 24 de diciembre de 1914, cuando en plena batalla por imponerse los alemanes a los franceses, y en el frente occidental, concretamente en la localidad Ypres, Bélgica, los soldados alemanes comenzaron al anochecer a cantar villancicos navideños, y a ponerse de algún modo alegres por la Navidad que en horas llegaba. Al otro lado de las líneas enemigas, donde estaban las tropas británicas y francesas se oyó la algarabía en apenas 40 metros de separación, y según se narró después, ambos bandos cesaron hostilidades y se unieron en la celebración navideña de las tropas alemanas, saliendo cada bando de sus trincheras y dejando las armas por un lado. Pero lo más extraordinario de Ypres, fue que al día siguiente —según relató en una carta un soldado alemán—, un teniente alemán dispuso de un improvisado balón e iniciaron con un partido de fútbol entre los “contrincantes”. El juego duró una hora hasta que oficial alemán cancelo el juego; de este hecho hay incluso una foto histórica. Los alemanes ganaron 3 goles a 2.

En términos de legales, durante el proceso que dura una batalla, el área que existe entre dos zonas de trincheras se le denomina “tierra de nadie”, ya que en ese momento ningún ejército se anima a cruzar y a la vez no lo controla. La más famosa, es la que existió entre la línea Maginot (sistema de trincheras francesa) y la línea Sigfrido (sistema alemán de defensa), donde el día de hoy son muy concurridos por turistas amantes del historia.

En la actualidad, y con las altas tecnologías aéreas y satelitales, el sistema de trincheras queda obsoleto, pero afortunadamente quedan los vestigios de las que se utilizaron sobre todo en la Primera Guerra Mundial, y muchas historias que se debieron de haber vivido dentro de ellas.

Escríbeme a noeperalta1972@gmail.com

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Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

Ingeniero Civil egresado del Instituto Tecnológico de La Paz en 1995. Oriundo de Ciudad Constitución, Baja California Sur, donde nació el 19 de agosto de 1972 y donde actualmente radica; se desempeña como constructor de obra civil y proyectos topográficos principalmente. Tiene en su historial haber fundado el Colegio de Ingenieros Civiles de BCS, sección Comondú, en el año 2005, y participar activamente en cursos y reuniones afines al quehacer de la ingeniera civil. En el trienio 2015-2018, se desempeñó como director de Catastro Municipal en Comondú, donde se especializó en temas relacionados con la tenencia de la tierra, a través del diplomado en catastro multifinalitario en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente estudia la maestría en Valuación Inmobiliaria, por la Universidad Autónoma de Durango.

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