Amor peludo

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FOTO: Internet.

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Hoy quise salirme de mi zona de confort y hablar de un tema que no domino en absoluto: los perros de “la calle”.

Un investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), afirma que el 55% de los perros en sudcalifornia no tienen dueño. Viven en la calle. Según datos del Centro Municipal de Atención Canina (CEMAC), por cada 3 ciudadanos hay un perro, y en este centro se reciben casi 7 perros diarios, 3 de cada 5 llegan con problemas graves de salud y son sacrificados.

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Al año se dormían (eufemismo de sacrificar, matar) 3 mil perros, pero desde 2019 ya no se sacrifican perros ni se reciben en el centro. Por lo que se estima hay 47,000 perros sin dueño tan solo en La Paz, de los cuales la mayoría viven en las periferias, donde los dueños suelen llevarlos para abandonarlos.

Escribo entrecomillado la calle, porque después de platicar hace unos meses con un buen amigo cubano sobre éste tópico, no pude volver a pensar en “la calle” como un ente o como un sujeto.

Leonardo (mi amigo de Cuba), ferviente opositor al régimen castrista pero al mismo tiempo opositor al sistema económico corporativista y depredante, decía que para los cubanos no existe tal cosa como la calle. Decía Leonardo “¿Qué es eso de la calle? Si la calle no existe, es un espacio ¿Cómo la calle va a ser dueña de los perros? ¡Nooo pinga! si los dueños de la ciudad son los que la habitan ¡coño! lo que pasa en la cuadra nos compete a todos.”  Y bien mirado, tiene razón.

Leonardo me describió un sistema nada sofisticado de apropiación del espacio público, de solidaridad inmediata y de comunidad en constante crecimiento con el que se encargan de los perros sin dueño:

En Cuba (si, la Cuba represora, sin libertad de expresión, pero sin hambre, sin analfabetas, con una de las esperanzas de vida más altas de Latinoamérica, la Cuba contradictoria) los perros sin dueño, son de todos.

El Comité de Defensa de la Revolución (lo que sería para nosotras los vecinos vigilantes o la junta de colonos), se encarga de que el perro (o los perros si andan en jaurías) tenga todo. Un vecino se propone a tenerle sus vacunas actualizadas (casi siempre es un veterinario, allá hay cientos de miles, como los doctores), otro le pone la correa y una placa. Otro vecino le pone el agua todas las mañanas en la banqueta, y otro las croquetas. Uno último (el más tolerante o amante de los animales), lo baña de forma periódica y hasta lo deja dormir en su casa.

Así el perro se vuelve amistoso, sabe dónde conseguirá comida y a qué horas, muchos dejan de buscar en la inmundicia, no hacen desastres con la basura, los números de ataques a transeúntes se reducen, lo mismo con la reproducción descontrolada y los casos de enfermedades asociadas a esta especie.

Pero ésta no es una peculiaridad de la isla entre el caribe y el Golfo de México. En El Manglito, uno de los barrios más antiguos e identitarios de La Paz, sucede un fenómeno igual de particular. Vecinas y vecinos se han organizado este año, en meses recientes, para hacer una gran esterilización masiva de los gatos.

Ahí, los perros sin collar tienen nombres y duermen con diversas familias a lo largo de la semana.  Algunos (pocos) están esterilizados, otros cuentan con sus vacunas completas (pocos). Ya saben en qué casas les dan de comer y dónde no, a donde ir a tomar agua, aunque siguen haciendo destrozos de basura o y suelen perseguir a uno que otro ciclista o peatón.

Quizá es la enajenación social y ecológica la que nos ha llevado a cifras tan desoladoras como las que te compartí al inicio de ésta columna. No conocemos a nuestros vecinos. De niños no nos enseñaron a tratar a los animales como a un ser, sino más bien lo vemos como un mueble o un objeto aspiracional. De cualquier forma hay personas formando comunidades es cada vez más fuertes, más sólidas, y El Manglito nos da una gran lección, de muchas, sobre cómo darle la vuelta al problema de los perros de “la calle”.

¿Te interesa el tema y quieres contribuir a cambiar esta situación? Visita en redes sociales a Me Interesa Adoptar un Gatito (M.I.A.U. Gatito), Comunidad Patitas La Paz A.C., Sociedad Humanitaria La Paz, Proyecto 4 patas Los Cabos.

Dona conocimiento, gasolina, víveres, si no tienes tiempo dona dinero para que otros puedan dedicar tiempo completo a la ardua labor de dignificar la vida de los animales domésticos en ésta ciudad. ¿Conoces a tu vecindad?¿Hay cohesión entre tus vecinos? En la próxima junta lanza una moneda al aire, pregunta si les late adoptar entre todos al típico perro sin dueño de la cuadra. Quien quita y todos ganen mucho amor. Amor peludo.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

 

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Frank Aguirre

Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara; fue Secretario Técnico de una comisión en la Red Nacional de Ciclismo Urbano (BICIRED MX); formó parte de la Liga Peatonal; y funge como director de la primer organización sudcalifornianana que trabaja en el Desarrollo Urbano Sustentable (“BCSicletos AC”). Fue miembro fundador de Wikipolítica BCS y  galardonado en el 2016 por el Congreso del Estado con el Premio Estatal de la Juventud. Maestro en Ciencias en Desarrollo Sustentable Por la UABCS, y autor de “La Calle Es Nuestra”. En las pasadas elecciones fue el candidato independiente más joven en la historia de Baja California Sur. Actualmente es asambleísta en la plataforma de innovación y pedagogía política “Es Posible” y miembro de la Red activista Por México Hoy.

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