The Laundromat: del lavado de dinero al lavado de talentos

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Kinetoscopio

Por Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Steven Soderbergh (Traffic, Erin Brockovich, Ocean Eleven) es un director de cine que se ha caracterizado por dar un enfoque más artístico y arriesgado al cine hollywoodense de grandes presupuestos. The Landroumat, su nueva película, distribuida en exclusiva por Netflix, no es la excepción. Mediante un casting excepcional con figuras como Meryl Streep (El diablo viste a la moda, La dama de hierro), Gary Oldman (Las horas más oscuras, El caballero nocturno) y Antonio Banderas (Dolor y gloria, La piel que habito), explora el caso de los Panama Papers: las vicisitudes de los paraísos fiscales off-shore, sus oscuros entramados y las funestas consecuencias de dicha corrupción.

Panama Papers fue el nombre que dieron los medios de comunicación a la filtración de documentos confidenciales de la firma de abogados panameña Mossak-Fonseca, revelando el encubrimiento de millonarias propiedades y ganancias como parte de una intrincada red de lavado de dinero y evasión de impuestos por parte de políticos, jefes de estado, celebridades, artistas y atletas destacados de más de 50 países.

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En 2016, este escándalo mostró la cara más cínica y ultrajante del capitalismo actual, donde los millonarios son premiados con herramientas para evadir impuestos, mientras que los ciudadanos de a pie se enfrentan a extenuantes políticas tributarias, conforme la economía mundial deambula de una crisis a otra.

Un contexto que generó en la opinión pública un ambiente de fuerte crítica y enojo hacia las clases más pudientes; sentimientos que Soderbergh intenta rescatar a través de una sátira social, donde el humor ácido y una vanguardista puesta en escena sirven como pretexto para abordar una narrativa de múltiples historias, en un juego de tonos y géneros, que ambiciona entretener y educar al mismo tiempo.

El hilo conductor sigue a los abogados Jürgen Mossak y Ramón Fonseca, interpretados por Gary Oldman y Antonio Banderas, respectivamente. Personajes que hablan abiertamente al público conforme instruyen y reflexionan sobre las complejidades del capitalismo actual. Su función es la de llevar al espectador de la mano a través del laberíntico mundo de las empresas off-shore, al mismo tiempo que bañan la pantalla con puntillosos diálogos que intentan ser satíricos y perniciosos.

La contraparte de la película es el personaje de Maryl Streep, quien en una actuación sobresaliente, encarna a una viuda empeñada en investigar a la aseguradora que se niega a indemnizarla tras la muerte de su esposo; investigación que la conducirá hacia una fraudulenta red de prestanombres ligada al despacho de abogados Mussak-Fonseca en Panamá, y que a la vez da pie a otros personajes y situaciones en distintas latitudes y países.

El resultado es una cinta que intenta ser mordaz e inteligente, al estilo de las mejores películas de Adam McKay, en donde temas como la crisis del 2008, abordada en La gran apuesta, o la vicepresidencia de Dick Cheney, en Vicepresidente: más allá del poder, sirven como pretexto para crear un cine que funciona al mismo tiempo como parodia y denuncia.

The Landroumat en cambio es una película cuya narrativa episódica resulta dispersa y desigual. Su principal error es el uso de un excesivo satírico sentido del humor con el que pretende dar ligereza a la pesada deconstrucción del mundo financiero y legal detrás de los Panama Papers.

Humor que resta profundidad a ciertas situaciones y personajes y que anula por completo la intención de evidenciar las injusticias del sistema. En resumen, es un cine que entretiene y ayuda a pasar el rato, cuyo mayor pecado es la fría banalidad con que aborda un tema que tendría que dar para más.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Alejandro Aguirre Riveros

Originario de la Ciudad de México (30 de junio de 1985). Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el ITESO. Ganó el premio al Mejor Documental en la Semana Municipal de Video de Guadalajara, obtuvo el primer lugar en la categoría Fotografía del Festival Universitario de la Comunicación y dirigió un corto experimental seleccionado por el Festival de Arte Chroma y el Tijuana Freakfilm Festival. Al egresar trabajó como videoasta y fotógrafo hasta que una enfermedad autoinmune devoró la superficie de sus ojos obligándolo a volcar su creatividad en la literatura. Premio Estatal de Cuento Ciudad de La Paz 2015 y finalista del Primer Torneo de Guión de Escribe Cine A. C. Actualmente dirige el taller de guión cinematográfico del Instituto Sudcaliforniano de Cultura.

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