Poetas del like ¿el nuevo paradigma?

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El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Se acusa frecuentemente que la poesía es la menos leída y sin embargo, es de la que más se habla en diferentes sectores. Y del medio intelectual, que es el grupo que eleva a la diosa a los brazos inalcanzables de la pureza, el elitismo, la especialidad y, en algunos casos, la visión selectiva de poetas que sí son de los que no son. Los hay de todos los colores y sabores, desde los que buscan un nuevo paradigma que rompa con sus propias argucias, hasta los que sólo desean comunicar sentimientos y emociones.

Los primeros acusan a los segundos de no estar haciendo poesía y que no se puede considerar la simpleza y la cursilería un acto poético; los segundos acusan a los primeros de estar en un mundo intelectual que pocos leen, escuchan y que no transmite nada a sus lectores. Autores de ambos bandos hay miles. Millones. Pero sólo unos pocos quedan en la posteridad histórica y marcan pauta en las dos posturas.

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Hay, en nuestros días modernos que corren, un movimiento de poetas que incursionan en las redes sociales para hablar de lo que creen un acto poético que desmitifica a los consagrados por la literatura mundial. Suelen ser muy emotivos, intimistas, ventrales, donde la búsqueda del like es lo más importante, sin que importe si lo leído posee alguna calidad escritural.

Tienen muchos seguidores e incluso convocan a los lectores a hacer lo propio, creando cuentas para también entrar en el mundo de la poesía de Instagram, Facebook, entre otros. También hay un nicho de jóvenes en Wattpad que escriben novelas, cuentos, sus experiencias, ficciones, dolencias, tristezas, alegrías, basados sobre todo en su mirada digital de series televisivas animadas o aquellas dirigidas a los adolescentes. No hay una búsqueda de quedar bien con alguien, o de querer pertenecer a grupos literarios, sino sólo de divertirse, expresarse y sin la idea de asentar una trascendencia. Sólo quieren ser tendencia.

El cambio de paradigma está a la vista. Cuando jóvenes, muchos comenzamos a escribir por vanidad intelectual, porque la lectura de poesía nos hacía especiales o por alguna otra circunstancia. Pero hoy no. No les interesa que los reconozcan como poetas, ni buscan becas o premios: sólo comunicarse.

Es una generación que está creando su propio mundo, su propio lenguaje, su propia manera de establecer sus parámetros, a los que no llaman literatura sino diversión.

Esta evolución está frente a nuestros ojos, se está gestando día a día y los que crecimos con una idea de poesía no entendemos a las nuevas tribus de poetas a los que no les gusta ser llamados así, porque nos les interesa el futuro de sus textos, sino que sus voces sean escuchadas aunque se pierdan en el mar de las redes sociales.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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El librero

Ramón Cuéllar Márquez

Nació en La Paz, en 1966. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Actualmente se desempeña como locutor, productor y guionista en Radio UABCS. Ha publicado los libros de poesía: “La prohibición del santo”, “Los cadáveres siguen allí”, “Observaciones y apuntes para desnudar la materia” y “Los poemas son para jugar”; las novelas “Volverá el silencio”, “Los cuerpos” e “Indagación a los cocodrilos”; de cuentos “Los círculos”; y de ensayos: “De varia estirpe”.

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