Papá

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FOTO: Cortesía

Concurso Carta Al Padre 2019

Carta ganadora del Cuarto Lugar

Por Andrea González Parra.

 

¿Cuál es el significado de esta palabra? Porque, fácilmente, podría buscarla en un diccionario o en internet. Sin embargo, creo que, más que darle un significado, hay quienes le dan un sentido. Papá, para mí, es protección y amor, porque ese sentido se lo dio el mejor padre del mundo, el mío.

Mi papá ha estado en cada uno de los momentos de mi vida, ha sido mi protector, mi amigo, un padre maravilloso que me ha dado su amor y apoyo incondicional siempre, mi más grande héroe y una de las personas a las que más amo y admiro.

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No recuerdo cuando fue la primera vez que me sostuvo entre sus brazos, pero estoy segura de que él sí lo hace, y muchas veces lo he descubierto mirándome con orgullo y un sentimiento que reconozco como auténtica felicidad; eso hace que me imagine cómo fue el primer momento que pasamos padre e hija, con él sosteniéndome con fuerza, pero, al mismo tiempo, con delicadeza, siendo extremadamente cuidadoso para no lastimarme, viéndome pequeña y frágil, como un tesoro: su tesoro.

Claro que no puedo describir lo que él sintió cuando me miró por primera vez, pero estoy segura de que irradiaba felicidad, y se encontraba maravillado por el brillo de los ojos de aquella bebita que era resultado de tanto amor entre él y mi madre. Desde ese momento y hasta la fecha, me ha protegido de todo y, de hecho, yo sé que, si fuera posible, desde que nací me hubiese encerrado en una burbuja, donde todo fuera perfecto para mí, donde nadie nunca me hiciera daño, donde jamás hubiera conocido el dolor.

Sin embargo, y como eso no era posible, se encargó de educarme para que fuera una persona segura de mí misma y fuerte, pero sin perder a esa niña que siempre corría hacia él, buscando en su mirada y sus brazos, su protección. Ahí es cuando me doy cuenta de que, a pesar de que siempre anhelé crecer y que mis padres dejaran de verme como una niña, siempre voy a ser la niña de papi.

Todos los recuerdos que tengo de mi padre, me dejan en claro que él es un verdadero papá; como cuando íbamos juntos al parque y, después de horas y horas, tenía que llevarme en los brazos hasta casa, porque yo seguía insistiendo en quedarme más tiempo. Recuerdo también las veces que lo despertaba picándole los ojos en las noches, porque necesitaba ir al baño, o a beber agua, y me daban miedo los monstruos y fantasmas que, en mi imaginación, me esperaban fuera del cuarto si no iba mi papá protegiéndome; se levantaba adormilado y bostezando, pero jamás se quejó o me reprendió por ello. También guardo los recuerdos de todas las veces que asistió a las juntas, para recoger mis calificaciones, y me decía lo orgulloso que estaba de mí.

Siempre trata de sacarme una sonrisa, y siempre lo logra, sin importar cuantas cosas me agobien, cuanto estrés, cuanta tristeza y cuanta negatividad haya a mi alrededor, él es como una luz que me ilumina en mis malos momentos y en los buenos también. No sólo es un maravilloso padre, sino un excelente abuelo para mi hija. Sé que nos ama a ella y a mí más que a nada en el mundo y que haría cualquier cosa por nosotras. Nunca voy a alcanzar a agradecerle todo.

Muy pocos tienen la misma suerte que yo, al tener un padre tan bueno como el mío, que de verdad se comprometa con su labor como papá, que tenga la paciencia, el valor, la fuerza, la actitud y, sobre todo, el amor, para convertirse en un verdadero héroe para sus hijos, para guiarlos por un buen camino, para aconsejarlos y estar para ellos en los momentos más difíciles, para compartir con orgullo y alegría los buenos momentos y sus logros, para recordarles a diario lo orgullosos que se sienten de ellos y de que sean sus hijos. Muy pocos se atreven a amarlos incondicionalmente, con todas las cosas que vienen de por medio al tener un hijo.

Quisiera poder agradecerle de alguna forma todo lo que ha hecho por mí, pero sé que jamás terminaría. Por todas las veces que me abrazó y me dijo que todo estaría bien, las veces que me llamó la atención para corregir mi comportamiento, todas las ocasiones en que jugó y salía conmigo, brindándome los mejores momentos padre e hija, los mejores recuerdos de mi infancia, mi adolescencia y, hoy en día, de mi vida adulta, aconsejándome lo mejor, amando incondicionalmente a mi hija y dando todo por nosotras. Es maravilloso contar para todo con la persona que me engendró, que esté orgulloso de mí, que realmente se preocupe y me ame.

Definitivamente tengo al mejor padre del mundo y, teniéndolo a él, no podría pedir nada más.

Espero que la vida me conceda muchísimos años más a su lado, que nunca me falte su buena vibra, sus chistes malos, sus consejos, sus brazos que siempre me hacen sentir una niña pequeña, amada y protegida.

Amo y admiro a mi padre, esa persona que le dio un maravilloso sentido a la palabra “papá”.

AndreaKappage.

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