Mayrita, la coleccionista de muñecas antiguas

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El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En 1998, Mayra Zamudio Gorosave tuvo en sus manos un bebé de porcelana de marca alemana, original de los años 20’s, del siglo XX. Le llamó la atención su cuerpo de tela y que su cabeza estaba intacta. Al investigar un poco, resultó que a esa serie de juguetes le llamaron el bebé de millón de dólares, porque la creadora había ganado más de esa cantidad con su venta, ya que fue una novedad para la época: hacer un muñeco con la figura de un recién nacido, cuando entonces sólo se hacían “niñas”. Y así, en poco más de 20 años, Mayrita —como le conocen familiarmente—, ha logrado una intersante colección de muñecas antiguas con alrededor de 300 piezas, procedentes de diferentes partes del mundo, de diversas épocas y materiales.

En el marco del Día del Niño y de la Niña, CULCO BCS entrevistó a esta coleccionista de antigüedades, para contar sobre su pasatiempo, que ya le valió una exposición —el año pasado, en el Centro Cultural La Paz, a donde muchísimas personas asistieron.  Mayra Zamudio Gorosave nació en Puerto Adolfo López Mateos, BCS. Presume que es de los Gorosave, familia fundadora del Heroico Mulegé. Actualmente, administra el popular grupo de Facebook Historias y remembranzas de Baja California Sur, pero fue su peculiar colección lo que nos reunió en un café una de estas tardes. Y de estos juguetes cada vez menos elaborados y vendidos, fue de lo que platicamos.

Mayra Zamudio Gorosave, en entrevista sobre su colección de muñecas.

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Piezas impregnadas de felicidad

“No tengo el dato exacto, pero deben de ser más de 300 piezas —contó. Es una colección que tiene conmigo más de 20 años. Aquí hay muñecas de diferentes épocas y diversos materiales, también de diferentes estilos; tengo desde la clásica muñequita de trapo que era muy popular entre las niñas de aquel tiempo, hasta la muñeca de porcelana que usaban las niñas de la alta sociedad. Tengo muñecas de pasta de composición, la cual era una pasta que se hacía con madera y pegamentos especiales. También tengo de las llamadas muñecas de sololoy, que en realidad se llamaba celuloide, este fue el antecesor del plástico; tengo alguna de plástico inflado, que fueron de las primeras de plástico que empezaron a salir; tengo algunas que son de cerámica, otras de “cartón piedra” o papel maché, y las tradicionales de vinil, pero estas comenzaron a aparecer en los años 60’s, como por ejemplo, las primeras Barbies“.

Muñeca de sololoy.

Mayrita se considera una amante de las antigüedades. “Los juguetes me provocan mucha nostalgia porque siento que son piezas que capturan épocas felices de la gente, entonces creo que permanecen impregnados de esta energía “bonita”, de tiempos alegres, de niños que jugaron con estos objetos. Con el paso de los años he ido preservando las muñecas; algunas las he comprado por Internet, otras son regalos que me han obsequiado, algunas más son propiedad de mi familia. Incluso, he encontrado muñecas en bazares o tiendas de segunda mano”.

Poseer esta colección de muñecas la ha convertido, además, en alguien con mucho conocimiento de tema. Cada tanto tiempo va al hospital de muñecas en la Ciudad de México para mejorar el aspecto de algunos de sus juguetes. Allí, alguien le contó que en el siglo pasado, había traficantes de brillantes que para pasar joyas de Europa hacia América metían las piedras preciosas en las orejas de las muñecas cuando éstas eran horneadas y aún estaban frescas, luego las sellaban y acá otra persona las esperaba. “Era una forma de pasar de forma ilegal estas joyas”.

Contó que aquellas que están hechas con pasta —polvo de madera con pegamentos especiales, tipo resina—, como la de estas fotografías, y que corresponde a unas muñecas de los años 20’s, en su momento fueron juguetes caros, por lo que no estaban al alcance de todos los niños, “era una suerte o un lujo poseer una muñeca así”. Estas piezas tienen alrededor de 110 ó 115 años y conservan sus vestidos, medias y zapatos originales. “Es una muñeca perteneciente a una firma alemana, de porcelana y cuerpo de pasta de madera articulado, es muy antigua y no existía aquí en América en esos tiempos, las que había llegaban acá a través de los barcos y sólo eran para niñas de clase alta. Se cuenta que cuando una muñeca de este tipo llegaba a la casa de una niña, se organizaba una fiesta para recibir a la muñeca. La niña en cuestión invitaba a sus amigas, tomaban el té y celebran con un pastel la llegada de su nueva compañera de juegos. Cabe mencionar que sólo jugaban por breve tiempo, porque eran muñecas muy delicadas y se rompían del rostro, así que las madres las guardaban en alguna vitrina. Esta muñeca me hace pensar que fue cuidada, lo que único que ha sido restaurado son las ligas, porque tiene el cuerpo articulado y todo lo demás es original. Tiene el cabello natural y los ojos son de vidrio soplado”.

Muñecas alemanas de pasta.

Al preguntarle si esta colección le implicaba cuidados especiales, comentó que sí las cuida mucho. Las coloca en vitrinas o en sillones acordes a la época, o en carriolas y cunas antiguas, tanto que su casa ya parece una juguetería antigua y sueña con que un día forme parte de un museo del juguete. “Este tipo de objetos me causan añoranza porque tienen un aire de tiempos remotos, pero la mayoría están en vitrinas o estantes. Las protejo de la luz solar, las muñecas están en un lugar con una cortina que casi nunca deja pasar la luz del sol, esto para que no se decoloren ni se dañen, ya que son materiales que tienen muchos años y se pueden deteriorar si las piezas se exponen al sol, al polvo y otros factores ambientales”. Aunque no tienen nombres, cada una es muy significativa para Mayrita.

Muñecas raras

Al preguntarle, por las que considera las más raras en su colección de muñecas, sonrió al recordar”es una muñeca que a nadie le gusta, es de apariencia muy bonita, no es terrorífica, pero parece que te sigue con la mirada. Se trata de una muñeca creada a principios de los años 60’s. Pareciera que te observa desde cualquier ángulo por el tipo de ojos que le pusieron, es como un lente. Esa era su gracia y era una muñeca cara también”.

Otra muñeca rara es una que tiene original, de inicios de 1900, con el cuerpo relleno de aserrín y de piel de cabritilla, un tipo de piel muy delgada y antigua, y dientes de marfil. “Hay otra que también es bastante extraña, ésta existió en los años 50’s ó 60’s, y le llamaban La muñeca de las 3 caritas; tiene un mecanismo en la cabeza, la giras y trae una carita sonriente, una que está llorando y una que está dormida, por lo que puedes ponerle el rostro que tú quieras”.

¿Son bien valuadas en el mercado, como en una subasta? Le pregunté. “Para que una muñeca esté muy bien valuada tiene que ver con muchos factores, no vale nada más porque sea una muñeca vieja; tiene que tener las piezas originales, no estar fracturada de la cabeza, que no le hayan cambiado el cabello, y si conserva su caja aumenta su valor. Sin embargo, sé que existen muñecas muy valiosas por su rareza y la antigüedad de las mismas. Las que tengo yo son valiosas en el sentido emocional, sentimental, porque para mí poseen ese encanto que le da el hecho de haber existido en épocas lejanas, cuando mi abuela era niña, por ejemplo”.

Que no muera la tradición

Nadie mejor que Mayra Gorosave para preguntarle su opinión sobre los juguetes actuales, y qué tanto se siguen consumiendo estos tipos de juguetes a la hechura y usanza antigua. “Aún se venden las muñecas, veo con beneplácito que todavía hay niñas a las que les gustan; cuando tuvimos montada la colección en diciembre, hubo muchas pequeñas que se acercaron y les encantaron las muñecas. A mí me dio mucho gusto porque a mí me apasiona ir al rescate de las tradiciones”.

“Algunas de las muñecas actuales no me gustan, me parecen bastantes feas, terroríficas, como las Monster High, que se pusieron de moda.  Las muñecas entrañables han ido desapareciendo y el mercado del juguete se vino a pique por el uso de los aparatos electrónicos. Ahora los niños y las niñas les llama más la atención jugar con un celular, con una tableta o videojuegos, por lo que el juguete tradicional se ha quedado atrás, en el olvido. No obstante, es muy bonito ir a un mercado y ver la colorida variedad de juguetes como los trastecitos de barro, juguetes de madera, muñecas de trapo o plásticos, porque todavía existen. Qué bonito sería que pudiéramos conservar esa tradición e inculcar a nuestros niños estos juegos, hay que cuidar y promover la preservación estos juguetes en este mundo donde cada vez hay más violencia y pérdida de valores, un mundo que no tiene que ver con la infancia que vivíamos antes, pero depende de nosotros que las bonitas tradiciones no mueran”.

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