Los libros que impactan nuestras vidas

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El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace muchos años, durante mis años de estudiante en la Preparatoria José María Morelos y Pavón —único Colegio de Ciencias y Humanidades en Baja California Sur— tuve a uno de los mejores maestros de mi vida, Héctor Domínguez Ruvalcaba (Hermosillo, 1962), de quien adquirí el pensamiento crítico y reflexivo y mi amor extendido por la literatura. Sus clases eran un deleite no solo por la manera en que exponía, sino por las lecturas que nos daba a leer.

Una de ellas fue El hombre unidimensional (One-Dimensional Man: Studies in the Ideology of Advanced Industrial Society, 1964), de Herbert Marcuse (Berlín, 1898 – Starnberg, 1979). Ese libro para mí fue un parteaguas, no solo por su sólida propuesta investigativa, sino por el modo disruptivo en que cuestionaba un sistema (capitalista y socialista), que a su vez nos mantenía adormecidos con la búsqueda incansable del éxito, el consumismo, la dopación continua por varias vías legales e ilegales. El libro era en suma un antivirus, un despertar a una realidad que tal vez la presentía, pero no con la brutal manera en que lo hace Marcuse.

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Años después descubriría, gracias a mi amigo Jorge Enrique Linares (Ciudad de México, 1970), al filósofo español Eduardo Nicol (Barcelona, 1907 – Ciudad de México, 1990), que habría de impactarme aún más en su libro El porvenir de la filosofía (1972), pues él hacía una revisión crítica del aparato del pensamiento y de cómo éste nos convertía más y más en los monos que alguna vez bajaron de los árboles para convertirnos en seres humanos, es decir, la razón tradicional, que es la pregunta, indaga y da respuestas, estaba siendo sustituida por la “razón de fuerza mayor”, que se caracteriza por darle prioridad a la supervivencia, a partir del desarrollo de la tecnología y del sistema de producción en el que nos desarrollamos.

Ambos libros formaron una ruta crítica. A lo largo de la vida de formación nos topamos con libros fundamentales, con autores y con personas que cimbran nuestras formas de ver el mundo y que nos hacen comprender que la realidad no solo es la que vivimos en nuestras familias o la que nos presentó la televisión por décadas, o la misma educación pública o la privada. Cada cosa nos ha llevando en algún sentido o en otro y reproducimos conforme crecemos nuestras alegrías, temores, afectos, desengaños, dificultades, conflictos. Todo eso nos hace una persona. Pero hay libros que en especial se convierten en verdadero paradigma, una paradoja que revienta nuestra monotonía y la encauza por otros senderos.

Es como salir de la caverna de Platón. O despertar. O alcanzar una especie de nirvana de la vida cotidiana. O simplemente tener una madurez que antes no habíamos adquirido. Tanto El hombre unidimensional y El porvenir de la filosofía son obras que permanecen incólumes al paso del tiempo, y conservan el centro motor de sus motivaciones, que es la visión de un mundo que no es como nos han dicho que es ni como debiera ser. Hay otros tantos libros, no sólo de filosofía, sino de literatura que han sido golpes a la conciencia, como el poema de Vicente Huidobro (Santiago, 1893 – Cartagena, 1948), Altazor (1931), que es un despertar a la realidad y de los efectos causados, y el poema de José Gorostiza (Villahermosa, 1901 – Ciudad de México, 1973), Muerte sin fin (1939), que es una lúcida visión de la muerte, Dios, nuestra condición efímera y de la relación del pensamiento con esos elementos.

Los años de formación no solo tienen que ver con tener una educación recibida en lo público o lo privado, sino en cómo esa educación no crea individuos críticos, salvo algunas excepciones en que nos topamos con maestros y maestras que destrozan nuestras manías, egos, prejuicios y nuestras creencias y pensamientos toman nuevos derroteros hasta hacernos verdaderos hombres y mujeres despiertos.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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El librero

Ramón Cuéllar Márquez

Nació en La Paz, en 1966. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Actualmente se desempeña como locutor, productor y guionista en Radio UABCS. Ha publicado los libros de poesía: “La prohibición del santo”, “Los cadáveres siguen allí”, “Observaciones y apuntes para desnudar la materia” y “Los poemas son para jugar”; las novelas “Volverá el silencio”, “Los cuerpos” e “Indagación a los cocodrilos”; de cuentos “Los círculos”; y de ensayos: “De varia estirpe”.

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