El poder sanador de la magia. La increíble travesía del Mago de los Niños (I)

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FOTOS: Cortesía.

Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  El bullicio y la algarabía inundaban el aire mientras globos de colores flotaban entre risas y aplausos. Tras bambalinas, en el centro del caos organizado, el Mago Wolf, con su traje brillante y su sonrisa cómplice, se abría paso entre los decorados y los ayudantes cargados de utilería. La primera parte de su presentación había sido un éxito rotundo. Los ojos de los niños brillaban con asombro ante los trucos de ilusionismo y las bromas ingeniosas del mago. Cada gesto, cada palabra, había sido tejida con maestría para mantener a la audiencia cautiva, y el resultado era palpable en el eco de los aplausos y los gritos de júbilo que aún reverberaban en el recinto.

Ahora, en el breve interludio antes de la siguiente fase del espectáculo, el Mago Wolf se encontraba frente a mí, listo para responder mis preguntas. Su rostro, iluminado por la emoción y la satisfacción del deber cumplido, reflejaba la pasión que sentía por su arte. Era evidente que, para él, la magia no era simplemente un acto, sino una forma de conectar con el corazón y la imaginación de su público.

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En medio del frenesí de la fiesta, aquel momento adquiría una atmósfera íntima y emotiva. Era como si el tiempo se detuviera por un instante, permitiéndonos sumergirnos en la magia tanto detrás como delante del escenario. Y así, con la promesa de nuevas maravillas por descubrir, comenzaba nuestra entrevista con el talentoso Mago Wolf.

¿Cuál es tu nombre? Hugo Ruiz Rubio.

¿Cuál es tu lugar de nacimiento? Soy de Minatitlán Veracruz, al Sur de Veracruz, casi frontera con Tabasco.

¿Cuál es tu nombre artístico de mago? Es Wolf, Wolf de Lobo. Mago Wolf.

¿Cuántos años tienes aquí en Baja California Sur? Acabo de cumplir 30 años. Voy a cumplir 31 ahorita en noviembre.

¿Qué te inspiró a poder convertirte en un mago para fiestas infantiles? Déjame decirte que es de familia. Mi papá es mago, mi abuelo era un aficionado al teatro, la cuestión teatral, le gustaba la música, el baile y todo esto, pero mi papá es el que en el 70, empezó a hacer magia profesional, y yo de ahí es de dónde aprendí, de mi padre. Él está en el Estado de Yucatán, ahí está mi familia, ellos son originarios de Yucatán.

¿Entonces te inspiró el seguir el ejemplo de tu padre y tu abuelo? No sé si como inspiración, pero será lo que yo había visto que hacía mi papá, y un día dije: Yo quiero hacer eso. Te cuento la historia. Una amiga, un año mayor que yo, se estaba graduando de la primaria, ella estaba saliendo de sexto año y yo estaba en quinto, y platicando ahí, en la hora del recreo, me dijo: Oye, vamos a hacer una fiestecita de graduación, ¿Qué te parece si haces magia? Y de inmediato le dije: Ah, sí, sí, sí puedo. Y fue ahí donde acudí con mi papá y le dije: Papá, me invitaron a una fiestecita y que si puedo hacer magia. ¿Qué crees que puedo hacer? Y mi papá inmediatamente armó una rutina de magia, me hicieron un traje, el sombrero y todo, y como niño no había pensado en que me tenía que vestir o disfrazar de mago. Mi papá fue el que pensó en esto, él ya dedicado profesionalmente a esto, dijo: Pues si vas a tirar el tepache, que lo tires bien, y suelta una sonora carcajada, iluminando su rostro con aquellos recuerdos que marcaron sus inicios en este mundo de la magia.

¿Cuál es tu truco favorito para realizar en las fiestas y por qué? Híjole, me gustan los juegos donde los niños participan, y tengo una dinámica que hago mucho con ellos, donde los niños creen que le falla el truco al mago, y lo descubre, y entonces esto se vuelve, un pleito entre el mago y los niños para ocultarla, el truco, el fallo, y se vuelve cómico, chusco, participan los niños, a los papás los trae vueltos locos cómo los niños están descubriendo al mago, y al final del mago hace otra cosa completamente diferente de lo que los niños esperan, y esto es la parte mágica, pero en ese inter ya hubo cotorreo, risas, ocurrencias del mago, y particularmente a mí es lo que más me gusta. Son varios juegos que tienen más o menos esa dinámica, pero lo que resulta de allí es la interacción del niño. Estamos en un Estado donde nuestros niños son niños hasta los 13, 14 años, y es divertido ver cómo reaccionan. El clásico Ahí la trae, ahí la trae y La escondió, la escondió, eso es con lo que yo mido que mi trabajo está bien, si los niños participan, bueno ya dije Ya la hice, esta función ya me salió bien.

¿Cómo describirías la conexión que estableces con los niños durante tus actuaciones? La ilusión. El niño per sé, así, por antonomasia cree en la magia, él sueña, él imagina, y tú dices: ver que alguien puede hacer cosas diferentes, cosas que no existen; los ilusionan, los emocionan y los asombra. Entonces es una fantasía alucinante, le digo yo, que los deja así, asombrados.

¿Cuál ha sido el momento más memorable que has experimentado mientras actuabas en una fiesta infantil? ¡Híjole! He tenido muchos, de varios tipos, me han tocado experiencias muy sentidas. Recientemente hace un año o año y medio, llegué a una fiesta, en un salón de clases, en una escuela, y estábamos dentro del salón, y ya estaba listo para empezar y la niña, la festejada, se fue a cambiar, y uno de los niños del salón, de sus compañeritos me dices: ¿A qué hora va a empezar mago? ¿A qué hora va a empezar el show? y le respondí: Ah, pues nada más que llegue la niña y su mamá. Los niños veladamente me dijeron susurrando: Su mamá no va a venir. ¿Cómo que no a venir? Es que se murió. Eso es fuerte, ¿no? Y el resultado de esa función, es que esa niña, pese a lo que acababa de pasar, se divirtió. Eso me llenó de mucha alegría. Ahorita que te lo estoy contando, ¡Me estoy poniendo chinito! Llegué súper emocionado a mi casa de esa situación, de haberle sacado una sonrisa a esa niña en particular, yo no tenía ni idea de la situación, la persona que me contrató fue su abuela, pero nunca me platicó nada, pero ya que me enteré, por los niños, de alguna u otra manera, lo que me quedó es eso, y ahí hice mi chamba, ¿No?, sacarle una sonrisa a un niño en ese momento. Y como esa me han pasado otras, pero en particular esa es muy sentida, la traigo en la memoria porque es reciente, de año y medio.

¿Hay un niño en particular, cuya reacción o interacción contigo te haya impactado profundamente? Como te comenté, tengo varias historias de estas. Te cuento, ya estando aquí en el Estado recién llegado, me tocó ir a trabajar a Los Cabos, a un hotel, donde estaban haciendo un festejo para niños con síndrome de Down, particularmente me tocó en esa fiesta un jovencito, que él hizo todo el show: bailaba, cantaba, quería ser el mago. No sabes el amor que estos niños alcanzan a tener, y lo expresan de manera abnegada, no sé cómo llamarlo, son de las cosas que se me quedan grabadas, además de que obviamente me hizo el show. Fue muy natural, muy espontáneo, con mucha entusiasmo, y ya sabes cómo es la gente cuando está entusiasmada: hablan muy rápido, brincan y jalan y todo, entonces, me marcó esa situación, y así de esas tengo varias historias.

¿Cómo manejas situaciones difíciles o inesperadas en tus actuaciones? También me ha pasado. Recién empezaba en la magia y todavía podría decirse que era un niño, empecé en la magia como a los 11 años, en esa ocasión tendría 13 años, pero a lo más 14, y pasé a un niño a que me ayudara, obviamente yo 14 y el otro niño tendría 9 años, pues si bien había diferencia de edad, en esa ocasión sin que yo me diera cuenta, el niño que pasó, era un niño manco, y yo normalmente le pido a los niños que me presten una mano para que yo les dé la varita mágica o alguna situación de ese tipo, y le dije Prestarme tu mano, algo que hago en los juegos les digo Dame tu mano limpia, y sí, me dio su mano limpia, y le dije No, no, la otra, y pues no quería mostrarme la otra, y en eso le jalé la mano, fue cuando me percaté que estaba manco, y bueno, de entrada, el show tiene que continuar, y seguí adelante, entonces agarré su muñón y su mano, y le puse el juego en su mano y la cubrí con su muñón, osea como si no pasara nada, pero por dentro yo estaba completamente asombrado de esas situaciones, que no te esperas, ¿no? No te esperas, y te marcan. Así como te la estoy contando, es como si lo hubiera vivido ayer. Me acuerdo, y sí, el show continuó, el niño se divirtió, y ya luego pasó otro, pero cuando te suceden esas cosas te impactan de momento, y sobre todo con niños con esas particularidades, ¿no? Uno va a un evento concurrido, con gente de diferentes características, de diferentes estratos sociales y demás, lo que menos espero es que te suceda algo como eso, y entonces sí te impactan de momento, pero como dicen en el teatro: El show tiene que continuar.

¿Has tenido algún desafío particular en tu carrera como mago y cómo lo superaste? Fíjate que como mago lo que más difícil se me hace es trabajar con niños pequeños, niños de kínder, párvulos, de tres a seis años, porque si bien entienden la magia visualmente, lograr que participen, que interactúen, requiere mucha energía, mucha concentración y bajarse completamente en vocabulario, pensamiento, movimientos al nivel de esos niños y eso sólo lo aprendes, en mi caso, con la experiencia. Son niños que siempre que voy con alguna fiesta de niños pequeñitos, terminó muy cansado, muy cansado, pero no es de ahora es de siempre, porque lograr que participen, es lo que te comentaba hace rato, la dinámica es que ellos participen, que interactúen, y esto es lo que hace el show, esto es lo que hace la parte cómica, la gracia, y los niños te ayudan. Cuando son muy pequeños entienden el juego de magia, pero no es fácil que participen. Lograr que ellos se prendan y participen, es difícil, ¿no? Es difícil, pero cuando logras, con uno que se conecte, en automático se conectan los otros, pero me da trabajo todavía a la fecha.

Me detuve un momento antes de formular la siguiente pregunta. Leí detenidamente cada palabra escrita en la hoja, sin embargo, dudaba en preguntar. Hasta ese momento, la charla había transcurrido de forma amena e incluso divertida. Temía molestar a mi amigo, al mago que tan amablemente había aceptado la entrevista. Pero el momento era ahora o nunca. Así que tomé una bocanada profunda de aire y, fijando insistentemente mi vista en el papel para evitar encontrarme con su mirada, lancé el cuestionamiento:

Mago Wolf, sabemos que tuviste un accidente, una situación que te afectó de forma  personal, física. ¿Cuál ha sido tu motivación principal para seguir adelante? Hubo una pausa. Instintivamente, alcé la vista y mi mirada se topó con la de mi amigo, el mago. De inmediato me di cuenta de que la pregunta le había caído como una cubeta de agua fría. Sin embargo, en sus ojos no había molestia, solo una pequeña nube de tristeza. Después de unos momentos que me parecieron interminables, me contestó

Claro que sí, mira, tuve un proceso oncológico, un tumor que lo que ocasionó entre varias complicaciones, fue una amputación de una pierna, eso es el hecho. Pero para reponerme, precisamente lo que me ayudó una vez que ya estuve en condiciones físicas, de poderlo intentar nuevamente fue, precisamente, la magia. Después de todo el proceso oncológico y la amputación, lo utilicé como terapia ocupacional. No sabía si iba a poder volver a retomarlo, entonces lo primero que hice fue, todo este proceso duró siete años, más o menos, estos siete años no hice magia, además de que se atravesó la pandemia, entonces dos de esos años son de la parte de la pandemia, lo que me hizo que me ayudara es agarrar mi equipo de magia, limpiarlo, repararlo, pintarlo, arreglarlo, irme preparando, apoyado en eso: Hasta que ya está listo el equipo de magia, entonces ya está listo el mago. Y ahora sí que todas las cosas se juntaron, por casualidad, una clienta con la cual había hecho muchas fiestas con ella, de sus hijas, me llamó y bueno, te cuento todo el chisme. La última función que tuve antes de que me amputaran, fue con esa clienta, al año que me amputaron, me llamó y me dijo: Mago, se que otra vez estás ocupado, es el cumpleaños de mi niña. Le dije: Ahorita ya no puedo, ya no le puedo atender por mi condición. Pasaron los años y esta misma clienta me habló, no sé por qué, ya estaría en las estrellas, y me dijo: Mago ¿Cómo está?, le respondí: Pues bien, ¿Ya puede usted chambear? vi una foto suya en el Facebook, que decía que regresaba a la magia. Y le dije: Sí. Porque voy a hacer la fiesta de mi hija, ¿Puede venir? y fue cuando me di cuenta que estaba ya listo y, lo hicimos, y de ahí no hemos parado en estos últimos dos años.

¿Hubo algún momento durante tu recuperación en el que pensaste que no podrías volver a hacer magia? Sí, muchos, muchos, muchos. En materia de ánimo nunca he sido una persona que se deprime, no sé cómo le podemos llamar a esto, Que se da para abajo, dicen en mi pueblo, nunca he sido de ese tipo de personas, lo que no sabía era, no sé si lo iba a poder volver hacer, porque la magia se puede hacer de diferentes maneras. Hay magia que se hace de cerca, en mesa, sentados, magia de cerquita, pero la magia, la que a mí me gusta, la que te comento, que es con los niños, interactiva, que requiere que brinques, saltes y te muevas, es la que no sabía si iba yo a poder volverla a hacer. Durante todo este proceso, además de la recuperación física y de la amputación, pues también se requiere, en mi caso, la prótesis, entonces también dependía de eso, una prótesis requiere una inversión realmente fuerte. Uno, cuando no la necesitas, no tiene idea de cuánto cuesta una cosa de estas, pero esa es una limitante. El caso es que se dieron las cosas con el apoyo de mucha gente y demás, con unos ahorros, vendiendo unos carros, mi familia me apoyó mucho y fue que lo conseguimos, entonces ese fue un factor también que se dio, tal vez hubiera tardado más, pero se dio en ese momento y aquí andamos.

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Tierra Incógnita

Sealtiel Enciso Pérez

Profesor de Educación Primaria, Licenciado en Educación Especial y Maestro en Ciencias de la Educación. Labora en la Secretaría de Educación Pública y comparte su tiempo con su pasión por la historia de la California del Sur. Administra el grupo de Facebook “Conociendo Baja California Sur”. Nació el 22 de septiembre de 1969 en Puerto Vallarta, Jalisco, pero radica en Sudcalifornia desde hace 44 años. Actualmente, es Director de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular No. 17 y Maestro de Comunicación del Centro de Atención Múltiple “Gilberto Vega Martínez” en La Paz. Escribió la antología (E-Book) “Piratas, Corsarios y Filibusteros en la Antigua California”. Mención Honorífica en el VII Premio Estatal de Periodismo “Jesús Chávez Jiménez”, y ganador en Entrevista por su trabajo “Graciela Tiburcio Pintos, la leyenda de la biología de las tortugas”.

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