Ecos de Crisis y Confinamiento: Dejar el Mundo Atrás

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FOYOS: Internet

 

Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

La Paz, Baja California Sur (BCS).  Sam Esmail, hijo de emigrantes egipcios en Estados Unidos, se ha consolidado como una figura prominente en la industria del entretenimiento con su obra más conocida, la icónica serie Mr. Robot, protagonizada por Rami Malek. Este diciembre, Esmail nos ofrece su más reciente producción cinematográfica, una de las grandes apuestas de Netflix para las vacaciones decembrinas: Dejar el mundo atrás. Este film cuenta con un elenco estelar integrado por Julia Roberts, Ethan Hawke, Mahershala Ali, Myha’la Herrold y Kevin Bacon.

La película adapta la novela homónima del autor estadounidense de origen bangladesí Rumaan Alam, quien utiliza su pluma para explorar de manera intimista un tema recurrente en la narrativa norteamericana: el fin del mundo. La trama se centra en Amanda Sandford, interpretada por Julia Roberts, quien, en un impulso, decide llevar a su familia a una casa de Airbnb en Long Island, a las afueras de Nueva York, para pasar el fin de semana y distraerse de su convulsa vida cotidiana. Después de un misterioso incidente en la playa con un buque petrolero, la familia descubre que se han quedado sin señal de celular e internet. La tensión escala cuando los verdaderos dueños de la casa, un distinguido hombre afroamericano y su hija veinteañera, buscan refugio tras un apagón en la ciudad, añadiendo una potente tensión racial a la trama.

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La novela ganó popularidad no solo por su habilidad para contar una historia apocalíptica desde un ángulo periférico, sino también porque fue escrita justo antes de la pandemia de Covid-19 y publicada durante sus primeros meses, otorgándole un carácter casi profético al reflejar de manera impactante el aislamiento y la incertidumbre que acompañó al largo confinamiento.

La película, al igual que el libro, destaca por evitar los clichés habituales del género apocalíptico, enfocándose en la experiencia cotidiana de sus protagonistas quienes no saben qué sentido dar a lo que ocurre a su alrededor. El resultado es un thriller psicológico que resuena profundamente con las experiencias vividas durante la pandemia, tocando fibras emocionales muy sensibles.

Sam Esmail imprime en la película una dimensión visual extraordinaria, donde la casa y su entorno natural se convierten en elementos narrativos esenciales. Los planos secuencia y las escenas con animales como ciervos y flamencos añaden profundidad a la narrativa, intensificando la sensación de encierro y desconcierto.

El reparto actoral brilla por su talento y capacidad para encarnar personajes convincentes: Julia Roberts como una madre gruñona, Ethan Hawke como un padre despreocupado, Mahershala Ali en el papel de un exitoso hombre de negocios, y Kevin Bacon como un paranoico supervivencialista. Los actores jóvenes también destacan, con Myha’la Herrold como la veinteañera cínica, Farrah Mackenzie como la hija pequeña ignorada y Charlie Evans como el adolescente calenturiento.

Un aspecto distintivo de la película es la participación de Barack Obama, a través de Higher Ground Productions, la compañía productora de la película que él y Michelle Obama fundaron en 2018 y que tiene un acuerdo con Netflix para producir contenido original para la plataforma. Obama aportó notas al guión desde su experiencia como ex-presidente dando un mayor realismo a la cinta. El resultado es una película cuyo clímax resulta imposible de leer entre líneas como una potencial radiografía de la situación geopolítica actual de Estados Unidos.

Aunque “Dejar el mundo atrás” no es una obra maestra, destaca en el catálogo de Netflix por su originalidad, siendo una excelente opción para matar el tiempo durante las vacaciones decembrinas. Sin embargo, su enfoque poco convencional también se suma a una larga lista de tramas apocalípticas que, con un aire de auto-compasión y victimización, resuenan particularmente con el público estadounidense, revelando la ironía de una nación que proyecta en la pantalla las consecuencias de sus propias acciones en otros países.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.

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Colaboración especial

Alejandro Aguirre Riveros

 

Originario de la Ciudad de México (30 de junio de 1985),  cursó la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el ITESO (2004-2008). Durante ese periodo ganó el premio al Mejor Documental en la Semana Municipal de Video de Guadalajara, obtuvo el primer lugar en la categoría Fotografía del Festival Universitario de la Comunicación y dirigió un corto experimental seleccionado por el Festival de Arte Chroma y el Tijuana Freakfilm Festival. Al egresar trabajó como videoasta y fotógrafo hasta que una enfermedad autoinmune devoró la superficie de sus ojos obligándolo a volcar su creatividad en la literatura. Ganador del Premio Estatal de Cuento Ciudad de La Paz 2015 y finalista del Primer Torneo de Guión organizado por Escribe Cine A. C. Egresado del Diplomado de Literatura Europea Contemporánea organizado por Bellas Artes, del Seminario de Dramaturgia (Instituto Sudcaliforniano de Cultura) impartido por Jaime Chabaud y de la Segunda Residencia para Guionistas en Sonora bajo la tutela de  Maria Gabriela Vidal, Ximena Escalante y Gibrán Portela. Ha cursado diferentes cursos y talleres de escritura creativa con maestros como Martín Solares, Antonio Parra, Luis Felipe Lomelí, María Barandas, Alberto Chimal y Ana Clavel. Su narrativa se distingue por una honestidad descarnada, un ritmo trepidante y personajes que rayan entre la tragedia y la comedia existencialista. Sus influencias son Pedro Juan Gutiérrez, Raymond Carver, Mariana Enriquez, Samanta Schweblin y Etgar Keret. Actualmente dirige el Taller de Guión cinematográfico impartido en la biblioteca Justo Sierra por parte del Instituto Sudcaliforniano de Cultura.

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