Febrero: el mes más mortal para BCS

image_pdf
FOTO PORTADA: Internet

La Última Trinchera

Por Roberto E. Galindo Domínguez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Desde que se registraron los dos primeros decesos por coronavirus en Sudcalifornia, que fueron dados a conocer el 31 de marzo del año pasado por el gobernador Carlos Mendoza, ya se han acumulado más de mil 200 muertes en la entidad. Hoy, los muertos de cada día ya no son noticia, sino cuando se rebasan ciertas cifras; así lo fue al alcanzar los 100 decesos, luego, al rebasar las 500 defunciones, y a principios de enero la nota en los medios fue que habíamos perdido a mil compatriotas sudcalifornianos.

En febrero, los contagios por la Covid-19 comenzaron a disminuir tras la etapa más crítica que nos ha tocado sobrevivir, pero aún no se aminoran las fatalidades, pues siguen muriendo muchos de los pacientes que se infectaron durante la parte final del año pasado y aquellos que se contagiaron en enero. Si tomamos en cuenta que desde que se reportó la primera muerte y hasta el 31 de diciembre se dieron 813 decesos, enero, con sus 214 muertes, parecía el mes más trágico para la entidad, pero desafortunadamente el 23 de este mes se superó esa cifra.

 

También te podría interesar: Con Armida la elección está perdida

Esta terrible situación se debe a la relajación de las normas gubernamentales que activaron los semáforos color naranja en la entidad hasta finales de diciembre de 2020, cuando ya la curva de contagios marcaba una tendencia ascendente que no aminoraría hasta las primeras semanas de febrero de 2021. Inclusive, nuestras autoridades no atendieron el llamado de la Federación que nos ubicó en semáforo naranja desde el 25 de octubre, fecha en la que ya se notaba un ascenso sostenido en el número de infectados. El incremento de contagios y muertes también ha tenido mucho que ver con nosotros como sociedad, pues en la temporada navideña fue notoria la realización de reuniones familiares y fiestas en todo el Estado, había mucha gente en las calles y en los negocios, personas sin guardar la sana distancia, esa que es la primer regla para evitar los contagios y la que más hemos roto. Usar el cubrebocas ayuda, pero no es infalible, aun con la boca y la nariz cubiertas puedes infectarte o infectar, y más si ese acercamiento se da en un lugar cerrado.

Sin embargo, la responsabilidad de los contagios no sólo es del ciudadano que es cliente y asiste a los negocios, que también es contribuyente y paga sus impuestos. Es verdaderamente estúpido que en las instalaciones gubernamentales donde se realizan los pagos de predial, agua y otros servicios, se mantengan las puertas y las ventanas cerradas y sólo un acceso se tenga abierto o se cierre y se abra cada que ingresa o sale una persona, pero así es; de ese diminuto tamaño es el sentido común de nuestros administradores. Y ellos no son los únicos que demuestran incompetencia. También, diversos negocios mantienen aforos controlados pero con todo cerrado, ventanas y puertas, prefiriendo usar un sistema de aire acondicionado, aun en invierno, con lo que no sólo ponen en riesgo a los clientes sino también a sus empleados. Situaciones de este tipo se dan en bancos, empresas de paquetería, supermercados y ferreterías, entre otros.  Los dueños o los administradores parecen no entender que el coronavirus incrementa su capacidad de contagio en lugares poco ventilados.

Hoy volvemos al semáforo amarillo, después de transitar durante más de dos meses por un naranja de dos tonalidades. Febrero está en su recta final y al día 23 acumulaba 218 terribles decesos, con lo que lo hemos convertido en el mes más negro en la historia reciente de las tragedias que han asolado a Baja California Sur. Mientras la muerte entierra a febrero nos queda la reflexión: si el gobierno hubiera activado los semáforos naranjas antes de las fiestas decembrinas y si como sociedad hubiéramos sido más responsables, sin duda se habrían evitado tantas muertes en enero y hoy no hablaríamos del febrero sudcaliforniano más mortal.

 

Polilla política: Las vacunas ya están compradas, llegando y siendo aplicadas. Los gobernadores panistas dicen que pueden adquirir 20 millones de dosis, pero una vez que consigan el dinero para comprarlas. Huele a negocio y a desesperación electoral.

La información fue tomada de la página de la Secretaría de Salud del Gobierno de BCS. Los gráficos fueron elaborados por Luis Eduardo Chávez Gamboa.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital

Compartir en
Descargar
   Veces compartida: 56

La Última Trinchera

Roberto E. Galindo Domínguez

Sudcaliforniano por decisión. Escritor. Maestro en Apreciación y Creación Literaria (Casa Lamm) y en Ciencias en Exploración y Geofísica Marina (Instituto de Geofísica-UNAM). Licenciado en Diseño Gráfico (Facultad de Artes Plásticas-UNAM), en Arqueología (ENAH) y en Letras Hispánicas (UAM). Investigó barcos hundidos y restos culturales sumergidos (INAH). Fue profesor en la ENAH y la UnADM. Tiene un libro y ensayos científicos en publicaciones nacionales e internacionales. Escribe en “Contralínea” y “El Organismo”. Ha colaborado en “Gatopardo”, “M Magazine” y otras revistas. Red Voltaire Internacional (París) seleccionó y publicó 29 de sus textos. Doctorante en Investigación y Creación de Novela (Casa Lamm). Miembro del Taller de la Serpiente y Mar Libre.

Compartir
Compartir