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La Virgen de Loreto, una virgen negra y sin brazos

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Como ya he mencionado, la fascinación y culto de los jesuitas por la Virgen de Loreto proviene de una encomienda que les hizo el Papa Julio II en el año de 1544 para que fueran los guardianes y custodios de la casa santa de esta advocación, y por lo mismo fueron sus principales promotores en los confines de la cristiandad, tal como lo hicieron Eusebio Francisco Kino y Juan María del Salvatierra en el noroeste novohispano. Sin embargo, aún hay muchos datos qué revelar sobre esta interesante advocación mariana.

Cuando uno aprecia la imagen de la Virgen de Loreto, la cual se encuentra en el hermoso puerto que lleva este mismo nombre a la vera del Golfo de California, lo primero que salta a la vista es la ausencia visible de brazos. Posterior a la comparación de diferentes pinturas, esculturas y dibujos de varias representaciones de esta advocación, sólo pude encontrar unas cuantas de ellas que sí muestran de forma visible sus brazos: Nuestra Señora de Loreto, Patrona de Algezares (Murcia), la Virgen de Loreto en Zacatecas, entre otras. Pero la mayoría carecían de sus extremidades superiores. Fuera de la poco creíble explicación de que se debe a la ropa amplia que se le coloca encima y que evita que se muestren sus brazos, procedí a realizar una búsqueda de información encontrando lo siguiente.

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Existen dos versiones por las cuales la Madonna de Loreto es representada sin brazos. La primera establece que ángeles y serafines trasladaron la Santa Casa de Nazaret a Italia, y durante el trayecto, la Virgen prestó sus brazos para la gran empresa.

La historiadora Graciela Cruz dijo que la segunda versión indica que una familia poderosa de Italia pagó para que cada piedra de la casa fuera trasladada. A esta versión, la acompaña la historia de que un sacerdote, en una guerra contra turcos fue impactado en sus entrañas. El sacerdote se encomendó a la Virgen, misma que donó sus brazos para que el religioso mantuviera dentro de su cuerpo las entrañas. Éste llegó a la Santa Casa, ofreció una misa y posteriormente falleció.

Ahora bien, ¿cuál es la razón de que algunas representaciones de la Virgen de Loreto sean negras? En el caso de la Virgen que se encuentra en el templo de la ex Misión de Loreto,  su tez es de color clara. La advocación Lauretana original es de color negro, sin embargo, los jesuitas, sus custodios desde el año de 1544, decidieron que todas las representaciones que se hicieran para difundir su culto en la Nueva España tendrían la tez blanca, tanto la Madonna como el niño Jesús, lo cual se empezó a aplicar a partir del año de 1677 que fue cuando el sacerdote Juan Bautista Zappa la trajo al nuevo continente. Con esta explicación se halla una idea del porqué las advocaciones de la Virgen de Loreto son de color blanco en toda América, sin embargo no explica el porqué algunas son de color negro en el continente europeo. Existen diversas explicaciones que a su manera proporcionan justificación, sin embargo será el lector de estas quien saque la mejor conclusión.

Una versión indica que el color se debe a que muchas de estas estatuas fueron elaboradas con madera de ébano la cual tiene un color negro intenso y una capacidad de pulido muy suave. Además de lo anterior el ébano, es una madera resistente a hongos, insectos y humedad, por lo que tiene una gran duración, precisamente lo que se buscaba para construir figuras sacras. Miquel Ballbè, escritor del libro Las vírgenes negras y morenas en España volúmenes 1 y 2, sostiene que durante los siglos del XI al XIII, en Europa se buscaba proteger las esculturas sacras, elaboradas de diferentes materiales como madera de nogal, cedro, álamo, ciprés, marfil, etcétera, de la acción de los insectos y los hongos; debido a lo anterior se les cubría con una capa de betún u otras sustancias protectoras de color negro, sobre estas capas se realizaba una policromía para definir los detalles del rostro, manos y ropas. Con el paso del tiempo los colores se borraban y quedaba expuesta sólo la base negra.

Algunos investigadores sostienen que el color negro se debía a que en la Europa del Medioevo se pensaba que la Virgen María era africana y por lo tanto debía tener tez de color negro. Lo interesante es que ninguna de estas esculturas presenta los típicos rasgos negroides como son: cabello rizado, cabeza alargada, labios protuberantes y nariz grande y chata; muy al contrario, todas las estatuas sacras de color negro tienen los característicos rasgos caucásicos. También se pensó, como en el caso de la estatua original de la Virgen de Loreto, la cual no fue hecha de ébano sino de cedro, que iban  oscureciéndose por el humo de la gran cantidad de velas que le encendían sus devotos a través de centurias. Lo anterior es aplicable a muy pocos casos, sin embargo no es concluyente ya que miles de esculturas sacras también han sido sometidas a este ahumado y no por ello han perdido su color blanco o migrado a otro color.

Finalmente mencionaremos los argumentos que sostiene en su libro El enigma de las vírgenes negras del escritor Jacques Huynen. Según él, el color negro de las estatuas sacras se debe a que son reminiscencia de cultos paganos que se celebraban en Europa muchísimos años antes de que se instaurara el cristianismo, y que fueron incorporados a través de ejemplos como las vírgenes negras a manera de eclecticismo e integración de sus creencias con la nueva religión que les era impuesta. Este autor adjudica a los Caballeros de la Orden del Temple o templarios como los que introdujeron en Europa el culto a una virgen negra. En sí, este autor menciona que el color negro es una alegoría del elemento “Tierra” la cual es fecundada por el sol para dar vida. La “Tierra” era representada antiguamente por piedras negras las cuales paulatinamente cedieron su espacio a una estilización femenina como representación de la fecundidad. Estas figuras correspondieron a las vírgenes negras que son tan abundantes en los templos de España.

Cualquiera que sea la hipótesis que se elija no cabe duda que cobran especial interés para desentrañar los enigmas que envuelven a los objetos de culto que nos fueron legados por los jesuitas durante la epopeya y tragedia fundante.

Bibliografía:

Las vírgenes negras y morenas en España de Miquel Ballbè.

El enigma de las vírgenes negras de Jacques Huynen.

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Apuntes para la historia sobre el culto a la Virgen de Loreto

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Muchas de nosotros hemos escuchado hablar del municipio y el puerto de Loreto en nuestro estado de Baja California Sur, de hecho, hasta conocemos a personas que llevan este nombre, sin embargo, pocos son los que saben a ciencia cierta cómo fue que se inició el culto a esta advocación mariana y a su muy interesante y fantástica historia.

En primer lugar debemos definir una palabra que de forma recurrente escuchamos al referirnos, dentro de la cosmovisión de la iglesia católica, a una representación de algún santo, principalmente de lo que es la Virgen María, la madre de Jesús, el Cristo. La palabra en comento es “advocación”. Esta palabra proviene del latín advocatio y se emplea para nombrar el amparo, la defensa y resguardo bajo el cual se encuentra un pueblo. En muchas ocasiones un estado e incluso una institución social o de gobierno están bajo el amparo de una advocación, por ejemplo San José de Cupertino es la advocación de los pilotos de avión y astronautas, San Miguel Arcángel es la advocación de la infantería y el ejército, etc. También la palabra advocación se utiliza como sinónimo de intercesión.

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Por lo general, a las diferentes representaciones de la Virgen María son a las que se les aplica el término de advocación, las cuales pueden ser “A. terrenales” que se refiere a las famosas apariciones que ha tenido la Virgen en la tierra; o “a. místicas” las cuales hacen referencia a fenómenos sobrenaturales o “misterios” entorno a esta figura.

En el caso de la Virgen de Loreto, es una advocación tanto terrenal como mística ya que representa, por un lado el sitio en que la virgen María fue notificada de la encarnación del hijo de Dios y donde vivió junto con José y Jesús en Nazaret (fase terrenal) y en otro sentido el traslado físico “por los aires y gracias a unos ángeles” de la mencionada casa a distintos sitios, hasta ser depositada finalmente en un monte cerca del puerto de Recanati en la península itálica (fase mística).

Conforme el Cristianismo fue evolucionando hasta ser institucionalizado como una religión que detentaban muchos reinos y feudos europeos, se crearon diferentes rituales que conferían el carácter de sagrados a sitios en los cuales se desarrolló la vida de “Jesucristo”, en este caso el sitio en el cual se llevó a cabo el pasaje bíblico de la “anunciación”, cuando la Madre del Redentor es notificada de que en breve dará a luz a una creatura la cual fue concebida por intervención divina. El sitio que mencionamos fue una casa situada en la ciudad de Nazaret, provincia de Galilea, región que actualmente se conoce como Palestina. Llegado el año de 1263, este sitio cae bajo el dominio del sultán mameluco Baibars, el cual, en su intento de expulsar a todos los cristianos que aún vivían en Nazaret, empieza una gran destrucción de todos los templos y lugares considerados por los Cristianos como “lugares santos”. Según cuenta la tradición católica, en el año de 1291, cuando era inminente la destrucción de la “casa santa”, unos “ángeles” enviados por “Dios” levantan la casa y la trasladan al poblado de Dalmacia en Croacia, cruzando para ello los mares Mediterráneo y Adriático.

Se cuenta que la virgen obró su primer milagro (y aparición) en este sitio ya que sanó a un sacerdote que estaba muy enfermo, el cual al ingresar en la mencionada casa encontró una estatua de la Virgen hecha en cedro, la cual sostenía a la imagen del niño Jesús. Sin embargo, este no era el sitio que tendría destinado para la morada definitiva de la Virgen y su casa. El 10 de diciembre de 1294 es vuelta a trasladar “por los ángeles” a un sitio en Italia el cual estaba rodeado por un bosque de laureles, de ahí fue que tomó su nombre de “lauretum” o Loreto. Después de ocho meses de permanecer en el sitio, fue cambiada a otro lugar donde permanece sólo por unos días hasta que finalmente los “ángeles” la llevan al lugar definitivo, en donde reposa hasta ahora el cual fue un monte de piedras cercano al puerto de Recanati. Este sitio actualmente es conocido como la ciudad de Loreto, Italia. El santuario de la Virgen se erigió en el siglo XIV, y fue diseñado para contener en su interior toda la “casa santa”.

Una versión más creíble menciona que la “casa santa” fue transportada en barcos desde Nazaret hacia este sitio. Fue una obra patrocinada por la familia Angeli, los cuales en ese tiempo eran gobernantes de Epiro. Fue llevada primero a Trsat en la actual Croacia, en 1291, luego a Ancona en 1293 y finalmente a Loreto, el 10 de diciembre de 1294. Sin embargo, esta versión es necesaria verificarla ya que, a pesar de decir que se sustenta en documentos históricos encontrados en fechas recientes, aún es controvertida.

La Iglesia Católica celebra cada 10 de diciembre la fiesta de la Virgen de Loreto; en nuestro país es patrona de la fuerza aérea y, en general, de todas las personas que viajan en avión. El Papa Julio II, en el año de 1544, encargó a los Jesuitas el cuidado de su “casa santa”, debido a lo anterior los integrantes de esta Orden han llevado su imagen y el culto de la misma a todos los confines de la cristiandad a partir de su fundación y hasta los tiempos modernos.

 

Bibliografía:

Renovación de estatutos de la hermandad de nuestra señora de Loreto

Miller, Duane Alexander (Octubre de 2012). “Christ Church (Anglican) in Nazareth: a brief history with photographs”.

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El culto a la Virgen de Loreto. Una tradición jesuítica en la California

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Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Los que hemos tenido la oportunidad de viajar al puerto de Loreto, B.C.S. y admirar la hermosa iglesia dedicada a la Virgen en honor a la cual fue bautizado el mencionado puerto, sentimos un sobrecogimiento ante la magnificencia del sitio y ante la veneración que se tiene por la imagen que data de hace más de 300 años y que fue desembarcada de manos del mismísimo Apóstol de las Californias, Juan María de Salvatierra.

Sin embargo, muy pocas personas conocen la íntima relación que existía entre esta advocación mariana, la Virgen de Loreto, y la Compañía de Jesús. Aquí analizaremos algunos aspectos que ayudarán a desentrañar esta situación.

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La Iglesia Católica, desde su surgimiento ha sido una institución en construcción permanente y, a pesar de que hubo cientos de años que aparentemente se mantuvo inamovible en sus dogmas y tradiciones, en sus inicios esto fue todo lo contrario. Al llegar a los quince siglos de existencia, en su interior se fueron acrisolando una serie de tradiciones paganas para dar paso a diferentes formas de practicar el culto de esta religión, algunos de ellos coincidían en sus puntos más importantes pero otras estaban francamente en contradicción con las ideas que sostenían la mayoría y buscaban afanosamente imponerlas. Además de lo anterior, la estructura jerárquica del cristianismo estaba cayendo en excesos que hacían tambalear los pilares sobre los que se sustentaba. Fue entonces que surge un personaje de nombre Desiderio Erasmo​, también conocido como Erasmo de Rotterdam, el cual fue un filósofo humanista, filólogo y teólogo cristiano que se dedicó a cuestionar estas contradicciones y la descomposición que se vivía, sobre todo en las altas esferas del cristianismo. Al final, todo este movimiento culminó con el Gran Sisma de 1517 conocido como “La Reforma Luterana”.

Producto de esta situación y en un esfuerzo por parte de la jerarquía católica por reconstruir los reductos que aún le eran fieles, convoca al Concilio de Trento (1545-1563) en el cual establece criterios más estrictos para sentar las bases modernas de sus creencias y rituales. Uno de los productos obtenidos es la reafirmación en las creencias en las imágenes sagradas como la de Cristo, la Virgen y los Santos, por ser dignas de veneración. A la par que el Concilio Tridentino se realizaba, se conformó una nueva orden religiosa que venía a constituirse en un cuerpo fiel y al servicio del Papa, por lo que se convirtieron en el arma más poderosa de la llamada “contrareforma” al defender los postulados que fueron emergiendo del famoso Concilio y difundirlos por todas las posesiones de los reinos fieles aún a la Iglesia Católica. Esa orden fue la famosa “Societas Iesus”, o Compañía de Jesús, la cual quedó formalmente fundada el 27 de septiembre de 1540.

Ahora bien, ¿Cómo surge la íntima relación entre los Jesuitas y la Virgen de Loreto? Dejando de lado la interesantísima historia que ha conformado la Iglesia Católica en torno al surgimiento de la Casa de Loreto y la advocación mariana que la representa, la cual será tratada en otra ocasión, ya para cuando surge la Sociedad de Jesús el culto a esta Virgen estaba muy arraigado dentro del catolicismo y fue por ello que el Papa Julio II, en el año de 1544, encargó a los Jesuitas el cuidado de su casa santa, la cual ya se encontraba ubicada en un monte de piedras cercano al puerto de Recanati en la península de Italia. A partir de entonces, los integrantes de la Compañía se dedicaron a difundir su culto en todos los sitios a los que fueron enviados como misioneros, distinguiéndose muchos de sus miembros por ser entusiastas propagadores de su culto al cual dedicaron cientos de iglesias, además de solicitar su auxilio para que fuera su intercesora en momentos de gran necesidad o peligro.

El culto a la Virgen de Loreto en la nueva España se registró a partir del año de 1615 al establecerse una Congregación en La Profesa (nombre popular con el que se le conoce al oratorio de San Felipe Neri en la Ciudad de México), sin embargo, la estatuilla de esta advocación llegó hasta estas tierras en el año de 1677 de la mano del sacerdote Juan Bautista Zappa, el cual la ubicó en una capilla construida al interior del noviciado de Tepotzotlán y que reproducía las medidas de su santuario en Italia.

La llegada de la Virgen de Loreto a la California fue de la mano de Juan María de Salvatierra, un sacerdote que era su ferviente adorador y que durante todos los actos de su vida dedicó sus plegarias y obras a esta advocación. Cuando inicia su viaje hacia la California, hizo subir en su barco una imagen de la Virgen de Loreto, la cual embaló cuidadosamente para que no se dañara durante el trayecto, misma imagen que él mismo bajó del navío y depositó en una improvisada enramada el día 25 de octubre de 1697, fecha en la que se declara solemnemente fundada la Misión y Real Presidio de Loreto. Era tanto su fervor (de Salvatierra) y culto hacia la Madonna Lauretana que, en una carta escrita a finales de noviembre de 1697 a Juan de Ugarte menciona en diversos sitios “obras y milagros” atribuibles a ella: “Heme abstenido de escribir a vuestra reverencia porque sabíamos que las cartas deseadas son las que tienen fecha de Californias; y por la misericordia de Dios, intercesión de María y defensa de las paredes de su santa casa de Loreto, que veníamos a fundar, esta carta es de Californias y en ella relataré a vuestra reverencia los pasos de nuestro viaje –y tocantes a él– por mar y tierra. Ha obrado la Señora de Loreto grandes maravillas en el viaje de la galeota y de la lancha hasta (el) Yaqui, de suerte que toda la gente de mar que viene en ellas le llaman “el viaje de los milagros”, habiéndose visto perdidos muchas veces, pero en especial una que les pareció a todos imposible el poderse salvar, pues, en cercanía (de la barra) de la Navidad, la tormenta y las corrientes muy fuertes llevaron la galeota sobre un farellón blanco que a cada paso se iba tapando con las olas grandes de la mar, y la galeota iba tocando sobre el mesmo farellón. Diéronse todos por perdidos, pero, invocando a Nuestra Señora de Loreto, quedaron libres y es de advertir que duró el evidente peligro desde el amanecer hasta el mediodía.

Llegaron a Chacala y, como la gente de mar conoció que su viaje no era para pesca de perlas, por poco se le amotina al capitán; pero por medio de la Virgen se sosegó esta no menor tempestad, en tal grado que por falta de otros bastimentos, se contentó la gente de venir comiendo todo el resto del viaje maíz cocido, que llaman pozole”.

Con su labor constante durante los 70 años que permanecieron en la California, los Jesuitas fueron reafirmando el culto hacia esta Virgen por parte de los Californios así como de los colonos, marineros y soldados que llegaban. Cada vez que realizaban una exploración hacia terrenos ignotos, los sacerdotes y sus acompañantes se consagraban a los buenos oficios de la Lauretana; cuando emprendían la construcción de lo que sería una “Visita” o nueva Misión o cuando se auguraba un irremediable enfrentamiento contra alguno de los grupos belicosos de naturales, todos los participantes se consagraban a la Virgen de Loreto pidiendo su protección y que los liberara de todo mal. Durante las constantes epidemias que azotaron a todas las misiones y causaron miles de muertes entre los naturales, los sacerdotes que los asistían en la “extrema unción” los consolaban encomendando a sus neófitos a la Virgen de Loreto, pidiéndole que intercediera por ellos ante El Creador si era su voluntad el que murieran y que, si se salvaban, fuera también por sus buenos oficios. Se cuenta en los relatos de los misioneros una gran cantidad de curaciones milagrosas que se dieron bajo la intercesión de la Virgen de Loreto.

La veneración y culto hacia la Virgen de Loreto, no sólo en el poblado que porta orgullosamente su nombre desde hace más de tres siglos, sino en todas las personas que son fieles seguidores de la misma, tuvo su origen en una época marcada por la fe y la abnegación, atributos sin los cuales no hubiera tenido lugar la Colonización de nuestra California.

 

Bibliografía:

Sonora, territorio mariano. La Virgen de Loreto en Bacadéhuachi- Enríquez Licón, Dora Elvia; Donjuan Espinoza, Esperanza; Padilla Ramos, Raquel

La devoción jesuita a la Santa Casa de Loreto – Lenice Rivera Hernández. Investigadora del Museo de la Basílica de Guadalupe

La California jesuita (Salvatierra, Venegas, Del Barco, Baegert) – Selección, introducción y notas de Leonardo Varela Cabral

 

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A 320 años de fundación, la Misión de Loreto aún recibe hasta 800 feligreses

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Misión de Nuestra Señora de Loreto. Fotografías: Modesto Peralta Delgado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Cada año, el 8 de septiembre se logra convocar a miles de feligreses católicos a la Misión de Nuestra Señora de Loreto, la más antigua de la península de Baja California, cuya fundación data de 1697; a 320 años de fundación, el templo que le ha hecho ganar la fama al Pueblo Mágico como “Capital de Las Californias” sigue oficiando misa y siendo un importante referente religioso, histórico y cultural de Loreto.

El sacerdote Lucio Francisco Sánchez Loya —originario de Chihuahua, y a cargo de la Misión de Loreto desde hace 3 años—, concedió una entrevista a CULCO BCS sobre algunos datos curiosos y particularidades de este templo ubicado el corazón de Loreto, a un lado del Museo de las Misiones y a unos pasos del Palacio Municipal. De hecho, esta construcción fue la que dio pie al nacimiento de una antigua población donde los jesuitas evangelizaron a los nativos, y que hoy es la cabecera del municipio del mismo nombre.

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Atrio frente a la misión; la torre fue incorporada al templo en los años 50’s.

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Si bien, el 10 de diciembre es el día de la Madonna de Loreto —explicó el clérigo—, el monseñor Modesto Sánchez dispuso que cada 8 de septiembre —Día de la Inmaculada Concepción de María—,  se festejara Nuestra Señora de Loreto. Todos los años, las festividades inician el 30 de agosto hasta ese día, lapso en el que se realizan largas procesiones en las que participan desde los policías hasta los bomberos, pues se invita a todos los gremios y al pueblo loretano que en su gran mayoría es católico. El día que celebran a la Virgen de Loreto llegan a ser tantos —de 2 mil a 3 mil asistentes, aseguró— que la misa se tiene que realizar en el atrio.

Actualmente, las misas en la Misión Nuestra Señora de Loreto son a las 7:00, 10:00, 12:00 y 19:00 horas, y según Sánchez Loya, con excepción de la primera, casi siempre se llena el templo que tiene capacidad para recibir de 700 a 800 personas. Además, la que se realiza al mediodía es misa bilingüe, pues como reciben a varios visitantes extranjeros, las lecturas y homilía se realizan en inglés y español.

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Robo y perdón ‘obligado’

Al preguntarle al padre Francisco si han sido víctimas de la delincuencia, contó que hace aproximadamente medio año robaron las alcancías de la iglesia, desconociendo el monto, aunque en un mes o poco más, habitualmente reciben hasta 5 mil pesos que son utilizados para mejorías y mantenimiento de la Misión de Loreto; sin embargo, y a pesar de que dieron con el presunto responsable, la Policía Ministerial tácitamente lo obligó a perdonar al ladrón para no ingresarlo a la cárcel.

“Lo sorprendente de todo esto, es que las leyes como que se hicieron para defender más a los ladrones que a las víctimas (…) Se supo (quien fue el ladrón), había huellas, pero antes, la gente del Ministerio Público nos decía que ‘si ustedes saben quién es, ustedes le darían el perdón, no lo podemos tener en la cárcel porque no está tipificado como delito grave’ (…) A mí se me hace que eso va a promover más delincuencia (…) Ahí juegan con las palabras, los Ministerios Públicos nos decían ‘ustedes son sacerdotes, deben perdonar’, y sí predicamos el perdón pero también la justicia”, dijo.

A raíz de ese incidente, han colocado cámaras ocultas en el templo. ¿Alguna vez les han robado arte sacro? “Gracias a Dios, no. De hecho el Gobierno Federal es el que está más atento a eso, todo lo que son las pinturas, óleos, tanto aquí como en San Javier, están muy bien protegidos”. A propósito, alrededor del 3 de diciembre se realizan las fiestas de la Misión de San Javier, pueblo ubicado al Oriente de Loreto y que logran convocar a visitantes, incluso, de Estados Unidos.

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Sacerdote Lucio Francisco Sánchez Loya.

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El legado de monseñor Modesto

Al momento de la entrevista, el sacerdote recordó mucho al monseñor Modesto Sánchez, párroco de Tijuana quien había llegado a Loreto procedente de la Diócesis de Guadalajara, y quien en la década de los 50’s, encontró en el templo en ruinas; sin embargo, luego de haberse sacado el premio mayor de la Lotería Nacional, lo invirtió en ampliar y restaurar el templo que, en aquel entonces, pretendió incluir el inmueble que actualmente es el Museo de las Misiones. “Don Modesto Sánchez la encontró toda deteriorada, solamente el puro solar sin techo sin nada todavía, el coro estaba totalmente destruido”. De manera que lo que hoy vemos y llamamos Misión de Loreto, en un gran porcentaje —por ejemplo, la emblemática torre—, fue una obra de ampliación por parte del fallecido sacerdote.

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“A él le tocó todo lo que es la evangelización del pasado histórico próximo, después de monseñor Felipe, el obispo que estuvo en las dos Californias, tanto norte como sur, y mandó a ese sacerdote para acá. Fue un sacerdote que vino con sus hermanas, aquí vivían todos (…) Fue una persona que amó mucho a Loreto, y era muy amado también por la gente, toda la gente lo ve como una institución. Todo lo que es la torre, el retablo, las pinturas, fueron donadas por él cuanto se sacó la lotería, cuando se sacó el premio gordo”, señaló el padre Francisco Loya.