1

La verdad está ahí afuera

FOTOS: Internet

 

California Mítica

Gilberto Manuel Ortega Avilés

La Paz, Baja California Sur (BCS). Aunque cada año los investigamos el fenómeno ovni, decimos que es el bueno, y ya llegará la aceptación mundial del fenómeno, y la revelación de secretos que cambiaran a la humanidad, al parecer ahora si estamos muy cerca de ello. En el año 2021 en plena pandemia, el pentágono admitió que ciertos videos de ovnis que han circulado por las redes algunos años, eran reales, pero que ni ellos sabían que eran.

El 17 de mayo de 2022, se realizó la primera audiencia pública en Estados Unidos sobre el fenómeno ovni y se reconoció de manera oficial mas de 400 reportes de avistamientos, desde el año 2004 (aquí el video). La ficción poco a poco alcanza a la realidad, aunque nunca se ha negado la vida extraterrestre, tampoco se ha presentado evidencia (no significa que no exista)

También te podría interesar: Enigmas de Baja California Sur, el nuevo programa de misterio y terror en la televisión cultural

De hecho, esta aceptación solo es hablar de Estados Unidos y sus vecinos en América, ya que en Europa y Asia este fenómeno es mayormente aceptado, no es un secreto, las innumerables apariciones de ovnis en Rusia, e incluso el gobierno alienta a informar a la gente sobre su aparición. Otros países europeos tienen organizaciones oficiales de gobierno en el estudio de los Objetos Voladores No Identificados.

En México, por otro lado, no hay un pronunciamiento oficial del Gobierno al respecto, pero existen muchas denuncias oficiales de policía donde se reportan estos fenómenos, y algunos reportes clasificados de pilotos de la fuerza área que hablan al respecto.

Lo mas interesante es que al publico en general no le sorprende esta próxima revelación, e incluso, no se inmutaron con las revelaciones del pentágono durante la pandemia, lo cual es bueno, ya que no queremos un incidente, como el que sucedió cuando Orson Welles leyó su novela La guerra de los mundos, y genero histeria masiva.

Esta apatía mezclada con falta de interés de la mayoría, quizás sea el clima ideal para revelar estos misterios que los investigadores de este fenómeno estamos ansiosos por conocer. No hay que tomar este fenómeno como algo nuevo, ya que incluso nuestros ancestros observaban luces en el cielo, y se explicaban como dices, los mismos habitantes originarios de la península de Baja California Sur, contaban que había una guerra en el cielo, entre las estrellas, y que estos fogones de fuego caían al mar, apagándose, y posteriormente saliendo de ellas seres humanos.

También existen reportes oficiales de niños en Todos Santos, que no iban a la escuela y un par de ellos afirmaron que se fueron siguiendo una luz en el cielo, en el año 1900, aproximadamente. En los años ochentas también hubo mucho avistamiento en el Estado, incluyendo reportes de intento de abducción. Resaltando el hecho que, previo al eclipse total de sol de 1991, se hablaba de mucho avistamiento quedando como prueba estos relatos en los periódicos de la época.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Los siete famosos planetas recién descubiertos

nuevos-planetas-recien-descubiertos

Los siete nuevos planetas han despertado la fascinación del mundo entero, pero ¿qué tan cierto es todo lo que se ha dicho sobre ellos? Imágenes: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray Cosío

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Gran conmoción ha causado la noticia del descubrimiento de siete nuevos planetas, similares a la Tierra. La nota incluso motivó titulares exagerados que aseguraban que era muy probable que hubiera vida en alguno de ellos. Antes de aceptar ideas tan fuera de la realidad, revisemos el contexto en el que fueron descubiertos y qué tan prometedores resultan para el mundo científico.

Quisiéramos no estar solos

Nadie duda de que descubrir planetas orbitando estrellas distintas al Sol nos acerca a la posibilidad de encontrar vida similar a la que conocemos y, por qué no, hasta alguna civilización organizada. Desde la década de 1990, en que se encontraron los primeros exoplanetas (o planetas extrasolares), la cantidad ha crecido vertiginosamente. De 1995 a 1999 fueron en promedio menos de 10 por año, de 2000 a 2009 fueron decenas por año y de 2010 en adelante han sido cientos cada año. El año más prolífico ha sido 2016, con 1458 planetas confirmados. En total 3583 confirmados1 hasta el 26 de febrero de 2017.

Para cuando un exoplaneta es confirmado (es sospecha hasta que pasa ciertas pruebas), las diversas mediciones permiten establecer su tamaño, distancia con su estrella, periodo de traslación, masa y otros parámetros adicionales. En su mayoría se trata de objetos más grandes que la Tierra, incluso que Júpiter, en algunos casos, pero poco a poco aparecen aquellos que son similares a nuestro planeta, en tamaño, distancia a su estrella y además rocosos.

Tamaño y distancia a la estrella son importantes porque cuando se trata de buscar condiciones para la vida, estamos pensando en vida como la conocemos, por lo que importa que la fuerza de atracción gravitacional sea parecida y que el agua pueda existir en estado líquido. Si la estrella es más fría que el Sol, deberá estar más cerca que la Tierra mientras que si se trata de una estrella muy caliente, su órbita debe ser más lejana.

También te puede interesar: El periodo romántico de la astronomía

Hay otras condiciones importantes al momento de pretender que un sistema sustente la vida, como una estrella relativamente tranquila y un camino recorrido por dicho sistema que tenga un clima galáctico adecuado. En nuestro caso, el Sol ha pasado por regiones tranquilas los últimos millones de años. Si hay vida en un planeta y explota una supernova a pocos años luz de distancia, lo más probable es que ocurra una extinción total.

Ya el año pasado había causado sorpresa el descubrimiento confirmado de un exoplaneta con estas condiciones en la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, pues si se trata de ir a explorar, la distancia cuenta. No hay aún tecnología para ello, pero más vale que esté a 4 años luz que a 50. Si se emplea la tecnología actual, una nave tardaría decenas de miles de años en llegar a la estrella más cercana. ¡Más que el tiempo que tenemos como civilización!

nuevos-plantetas-uno

Los siete planetas de TRAPPIST-1

Precisamente el año pasado, en mayo, un equipo de científicos reportó sus investigaciones sobre tres planetas del tamaño de la Tierra, orbitando una estrella de las más frías, llamada ahora TRAPPIST-1, a relativamente poca distancia del Sol (39 años luz). Emplearon el telescopio TRAPPOST (TRansiting Planets and PlanestIsimals Small Telescope) para monitorear la estrella en luz infrarroja (que permite ver objetos fríos) por 62 noches de septiembre a diciembre de 2015.

Las observaciones permitieron determinar que hubo 11 claras disminuciones de luz ocasionadas por pequeños objetos pasando frente a la estrella. La ayuda de otros tres telescopios en India, Chile y Hawaii permitieron concluir que 9 de los tránsitos eran debidos a dos exoplanetas, llamados TRAPPIST-1b y TRAPPIST-1c, que orbitan su estrella en poco más de uno y dos días respectivamente, a poca distancia (Mercurio da una vuelta al Sol en 58 días). Los otros dos tránsitos podían ser debidos a un solo exoplaneta o a dos más.

La estrella es una enana roja muy fría, de unos 500 millones de años (el Sol tiene 4 mil 500) de edad y mide la décima parte del diámetro solar, apenas mayor a Júpiter. Se sabe que planetas tan cercanos a su estrella, normalmente no tienen atmósferas de gases ligeros, como hidrógeno o helio, pues el viento estelar se los quita, así que debe tratarse de planetas rocosos. Ninguno de los dos está a la distancia adecuada para tener agua líquida.

Como la presencia de dos (o más) planetas del tamaño de la Tierra es ya interesante, hubo expectación por continuar su análisis, así que se le dedicó tiempo de observación el telescopio espacial Spitzer, de gran resolución en infrarrojo y en el VLT (Very Large Telescope) de Chile, así como telescopios en Marruecos, Sudáfrica y La Palma.  Con las nuevas observaciones se determinó que había cuatro planetas más orbitando la estrella, incluyendo uno posiblemente muy alejado que requiere confirmación adicional.

Las estimaciones indican que posiblemente todos tienen formación rocosa, cuya formación es parecida a la de los satélites de Júpiter, por la relación de masas entre planeta y satélites. Se cree que sus órbitas actuales no son las originales, sino que migraron de su lugar de formación a la posición actual, que resultó estable. Todos están más cerca de su estrella que Mercurio del Sol, pero debido a lo fría de TRAPPIST-1, tres de ellos están a distancia adecuada para tener agua líquida si es que tienen agua, cosa que aún no se sabe. Todo depende de la composición de la nube de gases que originó este sistema planetario y su evolución.

Lo frío de la estrella y la cercanía de los planetas hace de este sistema un ejemplo ideal para estudiar sus atmósferas con la técnica de espectroscopía de transmisión, en la que se mide el tamaño del planeta mientras pasa frente a la estrella. El tamaño sufre variaciones dependiendo de la composición química de sus atmósferas, lo que puede hacerse con el telescopio espacial Hubble; con el telescopio espacial James Webb, que próximamente se pondrá en órbita y con el EELT (European Extremely Large Telescope), que está por construirse.

nuevos-planetas-dos

¿Qué sigue?

La respuesta rápida es seguirlos estudiando. En cuanto a las posibilidades para sustentar vida, aún es pronto para asegurar algo. Lo que se puede deducir de estos estudios preliminares es que la cercanía con la estrella causa una presión de radiación que puede tener efectos importantes en sus atmósferas. Incluso la pérdida de grandes cantidades de agua, en caso de haber.

¿Se puede enviar una sonda a estudiarlos directamente? Con la tecnología que actualmente hay, una nave tardaría cientos de miles de años en llegar al sistema planetario descubierto. En un futuro no próximo posiblemente sí, pero por ahora lo adecuado es estudiarlo con telescopios, tanto en tierra como en el espacio. En los próximos meses y años conoceremos más de estos planetas, la composición de su atmósfera y posiblemente surjan otros planetas incluso más prometedores en nuestros afanes de encontrar otro lugar habitable, vida extraterrestre y, por qué no, otra civilización.




Vida extraterrestre

vida_extraterrestre

El gran enigma de la vida extraterrestre. Foto: Internet.

Científicamente divertido

Por Miguel Ángel Norzagaray.

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). La idea de que existen otros seres inteligentes en el universo es tan intrigante que es un tema recurrente en ciencia ficción, tanto en libros como en películas. De inmediato vienen a nuestra mente imágenes de seres humanoides con grandes ojos y de colores extraños. Algunos muy feroces y otros pasivos con gran inteligencia. Productos de la imaginación humana. ¿Qué tanto de realidad hay?

Al poner los pies en la tierra y dejando a un lado la fantasía, las cosas no dejan de ser interesantes. Si lo que queremos es la verdad al respecto, tenemos la ciencia, aún con sus imperfecciones, pero es la mejor aliada en la búsqueda de respuestas. Muchas de estas respuestas que se han dado en este tema son espectaculares y a veces parecen fantasías creadas con gran imaginación.

En el mundo científico todo comienza a partir de dudas, haciendo preguntas cada vez más básicas, cuya respuesta, con todo y sus márgenes de error, permita responder otras cuestiones más complejas. Por ello la primera pregunta no es cómo nos podremos comunicar si vienen a visitarnos unos alienígenas. Es mejor preguntarse dónde pueden estar, qué tan distinta puede ser la vida en otras partes del universo, cómo los podemos detectar y así.

Este no es un asunto reciente. No tenemos idea desde cuándo el ser humano se cuestiona si es el único ser vivo, pero hay hechos bastante claros. Con la llegada del telescopio y Galileo apuntalando la teoría de Copérnico, de que los planetas giraban en torno al Sol, fue natural pensar para muchos en la posibilidad de que los otros planetas también estuvieran habitados.

La primera referencia parece ser un libro escrito en 1638, sobre la posibilidad de un mundo con vida en la Luna. Ya se tenían tres décadas observándola con telescopio, percibiendo montes, cordilleras y zonas de diverso color. Una lectura interesante, con muchas especulaciones serias sobre bosques, habitantes, clima, tal vez inocente para nosotros, pero realistas para la época.

Con la llegada de telescopios cada vez más grandes se intentó descubrir planetas orbitando estrellas distintas al Sol, llamados extrasolares, o exoplanetas, que es más común. Esto sería posible hasta finales del siglo XX, pero antes que eso hubo la oportunidad de investigar los planetas del sistema solar.

La astronáutica y nuevas técnicas de observación (como la espectroscopía, que permite determinar la composición química de objetos) hicieron posible hacer estudios que concluyeran que no había otra civilización como la nuestra en los planetas cercanos. Mercurio es demasiado caliente por su cercanía al Sol. Venus tiene condiciones igualmente hostiles, con una temperatura media de 450 grados Celsius. De Júpiter a Neptuno todos son principalmente gas, hidrógeno, metano y otros compuestos, y se descartan por tener condiciones muy alejadas de las necesarias para sustentar vida como la que conocemos.

Actualmente no hay condiciones para la vida en otro planeta, pero la pudo haber en el pasado y es algo que se debe investigar, en especial en Marte y algunos satélites de los planetas gaseosos. Aún quedan sitios en nuestro sistema solar que requieren ser investigados, como los posibles océanos debajo de la superficie congelada de Europa, el satélite de Júpiter.  Agua con grandes concentraciones de oxígeno, por si fuera poco.  Hablar de agua es tener un compuesto fundamental para la vida.  Sin duda llegará ese momento en la exploración espacial, pero ahora mismo, en otro frente de la búsqueda de vida o sitios con condiciones apropiadas, se están haciendo grandes avances.

En 1988, 1989 y 1992 se descubrieron potenciales exoplanetas, pero no con toda seguridad. Finalmente, en 1995 se confirmó un exoplaneta orbitando una estrella como el Sol, un planeta del tipo Júpiter, un poco más caliente, orbitando una vez cada cuatro días la estrella 55 Pegasi, a 50 años luz de distancia. Desde entonces, gracias al trabajo de sondas dedicadas y de muchos científicos y aficionados, se ha descubierto una cantidad creciente de planetas y poco a poco aparecieron los que son casi del mismo tamaño que la Tierra.

¿A la fecha qué sabemos de esto?

Para inicios de octubre de 2016, se han confirmado 3533 cuerpos planetarios, distribuidos en 595 sistemas planetarios. En esta lista, que puede consultarse en Exoplanet.Eu, están incluidos cerca de 100 objetos mucho más masivos que Júpiter, por lo que se cree que pueden ser estrellas sumamente frías, llamadas estrellas marrones.

El exoplaneta más cercano hasta la fecha se descubrió en la estrella Próxima Centauri, la más cercana al Sol, con apenas 4.25 años luz de distancia. La anterior más cercana está a 14. Más cerca ya no puede haber pues no hay otra estrella a menor distancia. Para darnos una idea, la nave más rápida que se ha lanzado al espacio tardaría en llegar unos 40 mil años. Claro, ya se está pensando en nuevas tecnologías de propulsión que permitirían llegar en unos 20 años, pero aún falta para eso.

Este cercano exoplaneta, llamado Próxima b, tiene características que lo hacen más interesantes aún. Las estimaciones indican que tiene 1.3 veces la masa de la Tierra y 1.1 veces el diámetro. La estrella donde orbita es una enana roja, más pequeña y fría que el Sol. Se tiene la fuerte sospecha de que está cubierto de agua y posee atmósfera. Da la vuelta a su estrella una vez cada once días, a la corta distancia de 7 millones de kilómetros, lo que tal vez no es buena noticia para su habitabilidad, pues está sometido a presiones de viento estelar muy altas. Para comparación, la Tierra está a unos muy seguros 150 millones de kilómetros del Sol y su campo magnético desvía tales rayos. No se sabe aún nada de la composición de Próxima b.

Entonces, ¿cuántos planetas hay en la galaxia?

Los descubrimientos que se han hecho permiten hacer estimaciones estadísticas. Se cree que casi todas las estrellas de la galaxia tienen al menos un planeta. La más importante es que más del 20% de las estrellas como el Sol tienen un planeta del tamaño de la Tierra orbitando a la distancia adecuada para tener agua líquida. Eso significa deben existir miles de millones de planetas con condiciones similares a las de nosotros. Gran información, obtenida de la investigación de 20 años a la fecha.

Claro, de eso no puede concluirse que todos tienen vida y mucho menos una civilización tecnológicamente desarrollada. Primero habrían de tener agua, cosa que aún no se sabe en la mayoría de los casos. Otra condición importante es el entorno galáctico de cada estrella, pues hay regiones de la galaxia muy tranquilas, como las que ha transitado el Sol desde hace millones de años, pero otras regiones son muy violentas, con nubes muy calientes u objetos emitiendo radiación de alta energía, donde es difícil que ocurra la vida (como la conocemos).

Es importante aclarar que la mayoría de los exoplanetas confirmados se encuentran en estrellas cercanas a la Tierra, en un radio de unos 3 mil años luz. Nuestra galaxia, la Via Láctea, tiene 100 mil años luz de diámetro, así que falta mucho por estudiar. No se trata sólo de saber si hay vida, también se busca otro planeta que pueda ser un hogar alternativo, para cuando la Tierra se destruya.

Pero ¿cómo nos comunicaríamos con seres extraterrestres?

En este rubro no hay que inventar el hilo negro. Ya Sagan y Shklovsky escribieron al respecto en Intelligent Life in the Universe, en 1966, y hay otros títulos similares de esa época. Notable es la edición de las ponencias de un congreso que se realizó en 1971 en Armenia, con destacados científicos, discutiendo sobre posibles sistemas planetarios en otras estrellas, caminos evolutivos de la inteligencia, técnicas de contacto, contenido de mensajes, evolución de la técnica, duración de las civilizaciones o consecuencias de tales contactos. Este material fue editado por la editorial Planeta en 1980 y reimpreso en 1985. Hay una película al respecto, con Jodie Foster, se llama Contacto.

Actualmente, como se acepta que las ondas de radio son el medio más eficiente de comunicación a grandes distancias, se emplean miles de computadoras para decodificar señales de radio provenientes del universo, en todas las direcciones posibles. Busque el lector interesado la palabra SETI en Google y hasta encontrará maneras de colaborar desde casa.

A la fecha no se ha encontrado una señal que parezca haber sido generada a propósito. Debemos reconocerlo: aún no sabemos cómo nos podríamos comunicar, sólo tenemos un gran bufete de posibilidades para cuando llegue un alienígena y podría resultar que ninguna de esas maneras es útil.

La ciencia avanza rápido en esta área, vale la pena estarse informando, tal vez seamos de la generación que le toque saber de otro planeta con vida, en algún rincón no muy lejano de la galaxia. Todo lo anterior son conocimientos sólidos, generados de observación cuidadosa, repetible y confirmada. Hablar de ovnis, abducciones o alienígenas ancestrales es entrar en la especulación y el morbo, no es ciencia.