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Llaman a las mujeres a unirse y ser sororas

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La Paz, Baja California Sur (BCS). A través de un boletín de prensa por parte del Congreso del Estado se informó que, la diputada Paz del Alma Ochoa Amador, llamó hoy a las mujeres a buscar una alianza entre sus mismas correligionarias para terminar de una vez por todas con el sistema que estableció desigualdades.

En entrevista, reconoció la importancia de practicar la sororidad (que nada tiene que ver con un lazo biológico, que sean amigas, conocidas o hermanas), tampoco es una cuestión de compartir los mismos pensamientos, pero sí los mismos ideales, es un requisito indispensable para el empoderamiento de las mujeres.

En una sociedad donde cada vez hay mayor presencia de mujeres en diferentes espacios, la representante popular, reconoció que han enfrentado un panorama adverso en los últimos años, sin embargo, son guerreras incansables y cada una desde su trinchera, trabaja esforzándose para superarse cada vez más y lograr superar esa brecha de desigualdad que aún se vive en la sociedad.

Ochoa Amador, puntualizó que es importante formar redes de apoyo entre las mujeres sudcalifornianas, para fortalecer sus decisiones y ayudarse mutuamente.

Acotó que hoy, es necesario buscar la unidad para enfrentar el proceso electoral que se avecina, donde muchas mujeres, cuentan con experiencia, capacidad y oficio político; por ello, es preciso buscar los espacios para trabajar y seguir sirviendo a las y los sudcalifornianos, pero para lograrlo, primero deben estar unidas y practicar la sororidad.

Finalmente, la diputada resaltó que, Baja California Sur nos necesita unidas, para juntas, contribuir a la construcción de una sociedad donde imperen la paz, la cooperación, el respeto y reconocimiento de los derechos de las mujeres, concluyó el boletín de prensa.




Llaman a que los Días Naranjas sean de mayor eco y trascendencia en BCS

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La Paz, Baja California Sur (BCS). A través de un comunicado de prensa por parte del Congreso del Estado se informó que, en el marco de la conmemoración del Día Naranja, la diputada María Luisa Ojeda González hizo uso de la tribuna para pronunciarse en favor de las acciones que permitan eliminar la violencia contras las mujeres y niñas.

En ese tenor, reafirmó su total apoyo para ser partícipe de que se elimine la violencia contra las mujeres y niñas en los lugares de trabajo, en los hogares, en el ciber-espacio, en las escuelas, en los espacios públicos y en los espacios de tutela.

Ojeda González, detalló que el Día Naranja, es un llamado a la acción de las organizaciones de mujeres, jóvenes, medios de comunicación, sociedad civil, mujeres y niñas para romper el silencio, unir y sumar esfuerzos para prevenir y eliminar la violencia y discriminación, toda vez que preocupan los datos revelados por la organización Causa en Común, en donde los primeros 8 meses de 2022, se registraron 525 asesinatos de mujeres con crueldad extrema, y al menos 247 asesinatos de niñas, niños y adolescentes.

Para finalizar, el comunicado resaltó que, la legisladora, manifestó que, trabajar a favor de la vida que significa acoger la complejidad y elevar la esperanza de reconstrucción de la cultura de una vida libre de violencia de género y maltrato de niñas y niños; así mismo, dijo, que se reconozca el valor de mujeres y hombres, para lograr avanzar en la protección de la dignidad de las mujeres y niñas, sus derechos humanos e impulsemos la sororidad como base de nuestra sana convivencia.

 




Qué es y qué no es la sororidad

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Hilo de media

Por Elisa Morales Viscaya

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  En los últimos años se ha popularizado el término “sororidad”, y desde el 2018, la RAE la incorporó bajo la definición de agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo.

El término sororidad proviene de la palabra inglesa sisterhood, utilizada en los años 70 por Kate Millet, referente del feminismo de la segunda ola y autora de Política sexual. Años más tarde, la académica mexicana Marcela Lagarde utilizó la versión en español, sororidad, por primera vez desde una perspectiva feminista tras verlo en otros idiomas, “encontré este concepto y me apropié de él, lo vi en francés, ‘sororité’, y en ingles, ‘sisterhood’”, explica.

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La sororidad es un término sobre el que la comunidad feminista se hermana y que es clave para crear redes de mujeres que caminen juntas hacia la igualdad convirtiéndose así en una propuesta política para que las alianzas entre mujeres sean posibles y, juntas, encabezar movimientos por y para la mujer.

Es también una forma de rebeldía, de rechazar aquella patriarcal sabiduría popular que reza que “el enemigo de una mujer es otra mujer” y que “mujeres juntas ni difuntas”. El reconocimiento de que la mujer de al lado es hermana y ha vivido los mismos elementos de opresión que una misma, para descubrir que el sistema pretende ponernos en competencia para evitar enfrentarse al poder de nuestra alianza. Aliadas, en lugar de contrincantes, como pretende imponernos el patriarcado.

Pero esto no es en absoluto un pacto patriarcal a la femenina. Mucho se confunden los términos. Ser sorora no implica ser ciega ni muda ni manca ante las acciones individuales de otras mujeres, es apoyarnos y hermanarnos en las cuestiones género. No se busca romantizar a todas las mujeres y sus relaciones, ignorando las individualidades.

Bajo ninguna circunstancia implica que entre mujeres solapemos o consecuentemos a otra que haya violentado, herido o dañado sin razón o al servicio del patriarcado. Mucho menos quiere decir que una mujer feminista que predique la sororidad se encuentre incapaz de defenderse de otra que la ataque o la violente.

Sorora sí, indefensa ante la violencia policial no

Proclamarse feminista parece ser para muchos una invitación a escudriñar en cada gesto y palabra que emitimos, y en seguida suelen sacar su propio –y absurdo– feministómetro cuando una mujer no está de acuerdo con otra, cuando un grupo de mujeres se enfrenta a otro. Por poner el ejemplo más actual y sencillo, hablemos de las recientes manifestaciones feministas del 8M.

En redes abundan las imágenes de las mujeres que marchaban defendiéndose de los ataques policiacos y ¡Huy!, había mujeres policías entre ellas. Que si ¿dónde está la sororidad con las mujeres policías?, proclaman airados los patriarcas. Y bueno, en realidad lo que abunda son imágenes sacadas de contexto que hacen parecer que las manifestantes atacaban a la fuerza policial, ignorando que ellas se defendían de la represión policial.

La autoridad no es tonta, utiliza a las mujeres policía para reprimir y violentar la manifestación feminista, para influir en la opinión pública a través de los medios y señalar que las mujeres manifestantes “violentan” a otras mujeres: las policías, las que ellos utilizan para restringir o impedir el ejercicio de los derechos de manifestación y que reciben –¡como no!–, la respuesta de algunos sectores que se manifiestan.

Este tema ha sido recogido recientemente por Amnistía internacional, que ha expuesto en informes que, a pesar de ser mayoritariamente pacíficas, las manifestaciones feministas y en contra de la violencia de género contra mujeres, son estigmatizadas como violentas. Esta caracterización es perpetrada por las autoridades para deslegitimar el activismo y bajo este pretexto, se les facilita ejercer violencia en su contra, justificando las violaciones de derechos humanos que como fuerza policial ejercen. Y claro, cuando las manifestantes regresan el ataque, salen los terceros con su feministómetro a cuestionar si acaso “la sororidad de las feministas no alcanza para las mujeres policía”, y la verdad es que no.

En ese contexto, no. Cuando una mujer envestida de autoridad ataca a otra para reprimirla, mediante el uso innecesario, excesivo y desproporcionado de la fuerza como una forma de inhibir el derecho de reunión pacífica, pues no puede esperar que en nombre de una falsa sororidad las manifestantes no se defiendan. Que absurdo. Como si practicar la sororidad nos dejara mancas ante los ataques de otra mujer.

Y esto se replica en la vida cotidiana. No todas las mujeres vamos a caernos bien. No todas vamos a gustarnos. No vamos a ser todas amigas por el simple hecho de ser mujer. Pero definitivamente lucharemos sororamente porque a la otra el patriarcado no la violente ni se le trate injustamente en razón de su género –aunque no coincidamos en lo individual.

La sororidad no implica una sumisión a todo lo que las otras mujeres hagan, es actuar en hermandad con la conciencia de que todas nosotras somos parte de un sistema que de alguna manera a cada una nos tiene jodidas, y que ante ese sistema y sus privilegiados perpetradores, tenemos que aliarnos para defendernos.

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Mujeres ¿machistas?

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

Sé una dama, me dijeron. Tu falda está muy corta. Tu camisa es muy pequeña. No enseñes demasiado. Cúbrete. Deja algo a la imaginación. No los provoques. Estás demasiado vestida. Estás muy desvestida. No seas muy gorda. No seas muy delgada. Come más. Adelgaza. Deja de comer tanto… ponte a dieta. ¡por dios! Te ves como un esqueleto. ¿Por qué no comes? Te ves demacrada. Te ves enferma. A los hombres les gustan las mujeres con carne en sus huesos. Sé talla cero. Sé talla doble cero. Sé nada. Sé menos que nada…

“Be a lady they said”

Camille Rainville

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). “El peor enemigo de una mujer es otra mujer”, reza el comentario que seguramente hemos escuchado en algún momento, así, como si fuera una verdad innegable y absoluta; se repite sin conciencia, remordimiento y, sobre todo, sin preocupación alguna sobre lo que pueda pensar quien lo escucha.

Surge entones la pregunta, como mujeres, ¿quién nos enseñó a odiarnos? ¿De dónde viene la aversión, envidia, celos, que por tanto tiempo se nos han vendido como naturales?

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Mira cómo se viste, siempre he me llevado mejor con los hombres, las mujeres hacen mucho drama, ¿así cómo quieren que la respeten?, ella se lo estaba buscando, entre otras frases, son dichos comunes que las mujeres hemos repetido como método de desaprobación ante tal o cual conducta. Sentirnos superiores a otras mujeres por tener más atención masculina o por pertenecer a su círculo selecto, en muchas ocasiones ha constituido el centro de lo que creemos deberíamos de ser o aspirar; ahora bien, esto pertenece a lo que hace poco publicaba Elisa Morales sobre el pacto patriarcal: serie de acuerdos implícitos entre hombres… una alianza basada en la complicidad y el silencio, donde los hombres se protegen, legitiman y excusan sus actitudes y acciones misóginas, sexistas y homofóbicas; pues bien, las mujeres hemos aprendido a sobrevivir en este pacto patriarcal y muchas lo hicieron sumándose a él.

Lo anterior tiene nombre: misoginia. Definida como la aversión/odio a las mujeres por el hecho de ser mujeres. Son aquellas actitudes con las que crecimos gracias a la sociedad heteronormativa y patriarcal en la que vivimos desde hace cientos de años. De aquí se desprende todo un sistema de creencias con prejuicios arraigados hacia la mujer y lo femenino. De esta forma, hemos interiorizado la desvalorización de la mujer, lo que da pie a la misoginia interiorizada, que se definiría como la creencia involuntaria de que los estereotipos y mitos dañinos en torno al ser mujer, son verdaderos.

Este sistema de creencias nos ha obligado a apegarnos a modelos de belleza irreales y hasta peligrosos como la delgadez extrema, la palidez de la piel como algo esperado, ciertos rasgos físicos, entre otros. Ha generado que las mujeres odiemos a otras mujeres, sobre todo, a nosotras mismas. De esta forma, se nos ha impuesto un modelo en donde todo lo relacionado con la feminidad es malo, inútil, engorroso y, desde luego, menos valioso que lo masculino. Lo que nos ha llevado a tratar de ganar cualidades, comportamientos, hábitos y estatus que nos alejen del resto de las mujeres y nos acerquen al ideal masculino.

Así, hemos odiado a nuestras compañeras de la escuela o trabajo, a las exnovias de tu pareja, a la novia de tu ex, a las amigas de tu pareja, a la novia de tus amigos por ser *coloque aquí el insulto estereotipado* zorras, putas, fáciles, y la lista puede seguir interminablemente. Lo que hay aquí, es la intención de diferenciarse de lo que significa ser mujer y ponerse en un pedestal al que otras mujeres solo puedan aspirar, pero no acercarse.

Con la intención de explorar este tema, la neurocientífica Berit Brogaard, no solamente concuerda en la hipótesis de la existencia de mujeres misóginas, sino que la estudia a tal profundidad que desarrolla hasta cuatro perfiles diferentes de mujeres misóginas:

  1. Puritano. Considera que la mujer ideal es aquella que se dedica a la labor doméstica, es cariñosa, abnegada, amable, subordinada al hombre y sexualmente pura antes del matrimonio. Se ha apropiado de la frase, detrás de un gran hombre, hay una gran mujer y pone su vida y sus emociones detrás de las necesidades del hombre (padre, pareja, hijos). Critica a cualquier mujer que no quiera ser madre, ama de casa o no atienda al marido.
  2. Autocrítico misógino. Critica a la mujer que sale de los estándares de feminidad, aquellas mujeres que son muy grandes, toscas, directivas, de carácter fuerte, competitivas y duras; en fin, aquellas mujeres que han desarrollado características socialmente atribuibles a los hombres, ya que consideran que las mujeres deben ser débiles, sumisas y tiernas.
  3. Egoísta misógina. Se define como aquella mujer que considera a las mujeres — incluida ella misma— como promiscuas, manipuladoras, irracionales, poco inteligentes, y que tiende a negar su desprecio por sí misma pero lo refleja en las demás.
  4. Diablesa misógina. Aquella mujer que se ve a sí misma como superior a las demás. Considera a las mujeres como manipuladores, incompetentes, poco inteligentes, pero ella está exenta de esta categoría. Se percibe como poseedora de virtudes masculinas estereotipadas como la inteligencia, fuerza de carácter y racionalidad.

El detalle aquí es que, no importa que características tengas como mujer, ninguna debería dar pie al odio, exclusión o juicio ajeno. A las mujeres nos han enseñado a estar en constante competencia con nosotras mismas y con las demás, ¿quién es más bella?, ¿quién se liga al mejor partido?, esta competencia es un intrincado mecanismo con el que fuimos educadas para no crear redes de apoyo sólidas y duraderas, comenta Loreto Vega Crecemos entendiendo que la otra es enemiga y para muchas, la forma de ganar esa carrera y diferenciarse es ponerse en el otro lado, junto a lo masculino, y desde ahí criticar y menospreciar a las mujeres como si una no fuera parte de ese grupo.

Creo que es momento de romper esos pactos y costumbres que nos han querido imponer, y comenzar a ver a otras mujeres como iguales. Esto no significa que tengas que amar a todas las mujeres o que todas deban caerte bien, para nada. Implica dejar de odiarlas por lo que son y comenzar a aceptar las diferencias como parte natural del ser humano. Involucra también desarrollar una mirada más cálida con una misma y dejar de seguir modelos que muchas veces ni entendemos y solo repetimos sin pensar. Desarrollar la sororidad, la complicidad o la alianza entre mujeres, volver a crear esas redes de apoyo, soporte y contención. Sabernos acompañadas y no juzgadas… nos da la oportunidad de vivirnos de una manera completamente diferente, más libres, plenas y felices. Esto es un proceso, y es importante saber que, así como lo aprendimos, lo podemos desaprender, y que mejor que hacerlo acompañada.

Referencias
• Brogaard, B. (2015). What is misogyny, anyway?. Psychology Today. Recuperado de: https://www.psychologytoday.com/us/blog/the-mysteries-love/201503/what-is-misogyny-anyway
• Caballé, A. (2019). Breve historia de la misoginia. Ariel. Recuperado de: https://www.legisver.gob.mx/equidadNotas/publicacionLXIII/Anna%20Caball%C3%A9%20-%20Breve%20historia%20de%20la%20misoginia%20(Ariel).pdf
• Massiel, A. (2021). ¿Misoginia en mujeres?. Grupo VivoMultimedia. Recuperado de: https://grupovivomultimedia.com/misoginia-en-mujeres
• Morales, E. (2021). ¿Qué es el pacto patriarcal y por qué debe desaparecer? CULCO BCS. Recuperado de: https://www.culcobcs.com/sociedad/que-es-el-pacto-patriarcal-y-por-que-debe-desaparecer/?fbclid=IwAR0lYoqsauoZBfb-IRduyCoh5b-tydys8RJptUAFGmahCWJSW7jMmif-jbM
• Morales, P. (2020). Mujeres misóginas: “muchas piensan que deben comportarse como una tigresa para proteger su posición contra otras hermanas”. La tercera. Recuperado de: https://www.latercera.com/paula/mujeres-misoginas-muchas-piensan-que-deben-comportarse-como-una-tigresa-para-proteger-su-posicion-contra-otras-hermanas/?fbclid=IwAR3DX9fvKOpb8WJ_TApGbObr647PSsj5resJ_4Cua6gqLU_U-f2RwVEHUJs
• Video: Be a lady they said. Camille Rainville. https://www.youtube.com/watch?v=d2o0CiANBVg

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