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Robots poetas. De algoritmos y versos

La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En 1996, Deep Blue derrotó a Gary Kasparov en una partida de ajedrez. Han pasado dos décadas de que una inteligencia artificial superó a un genio en su terreno. ¿Puede ahora otra emular el fondo y la forma de un Dante Alighieri en lo sublime?

En 2019, una compañía de inteligencia artificial llamada Engineered Arts lanzó el robot Ai-Da, a petición del dueño de la galería de Oxford. El objetivo fue crear una inteligencia artificial que pintara, esculpiera y escribiera poesía. La habilidad para el dibujo se la otorga un  programa desarrollado por investigadores de la Universidad de Oxford mediante un brazo mecánico, una mano biónica y cámaras en los ojos diseñados para tal fin.

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La computadora fue instalada en un robot con forma de mujer bautizada en honor a Ada Lovelace –la hija del celebérrimo Lord Byron-, matemática decimonónica que junto con Charles Babbage fue pionera de las computadoras mecánicas.

Para engañar a los despistados, la robot tiene un torso y rostro femeninos, que perturban al inconsciente, pues estamos acostumbrados a humanizar los objetos.

Desde entonces, Ai-Da ha pintado a diversas personas, dado conferencias, y hasta arrestada por diez días en Egipto, como sospechosa de espionaje.

En la conmemoración de los 700 años de la muerte de Dante, Ai-Da “leyó” —es decir, le metieron La Divina Comedia traducida al inglés. Entonces, mediante sus algoritmos que se nutren de su banco de datos de palabras y análisis de la sintaxis y la retórica, la computadora escribió poemas inspirados en la obra medieval.

Ai-Da genera los poemas a través de modelos de lenguaje y provee 20 mil palabras en 10 segundos.

Algunos de los versos que “leyó” en el museo de Oxford fueron:

A needle and thread would be necessary / For the completion of the picture. / To view the poor creatures, who were in misery, / That of a hawk, eyes sewn shut.

Según la poeta Carol Rumens es un verso poderoso y el ritmo fluye adecuadamente.

Otro verso dice: We looked up from our verses like blindfolded captives, / Sent out to seek the light; but it never came.

Ai-Da logra escribir versos, pero… ¿puede comprenderlos? Sus versos pueden parecer inteligibles, pero…¿significan algo? En el arte, la forma es la mitad de la obra. La calidad de pensamiento es el fondo, la otra mitad de una obra.

Sostiene Jesús Maestro que la poesía es filosofía en verso.  En el arte, la hermenéutica es requerida para dilucidar el fondo tras las metáforas o símbolos. Así, todo espectador funge como un hermeneuta. El hermeneuta es aquel que se dedica a interpretar y desvelar el sentido de los mensajes, haciendo que su comprensión sea posible y todo malentendido evitado. Un artista conlleva una intención al realizar una obra, incluso la impostura de fingir una no-intención resulta ya una.

¿La computadora tiene una intención de expresar un pensamiento filosófico o sólo vomita resultados según su programa?

Algunos matemáticos defienden la idea de una Inteligencia Artificial fuerte en la que el cerebro no es muy diferente a una computadora digital. Ambos ejecutan algoritmos pero la diferencia entre un cerebro humano y una computadora electrónica radicaría solamente en la construcción material de cada uno.

Simon y Newell afirman que desde que hay máquinas que pueden crear, el problema mente-cuerpo está cerrado, ya que la posibilidad de la conciencia se reduce a la ejecución y resolución de algoritmos.

La idea de que habitamos una realidad cósmica regida por leyes matemáticas se liga con el pensamiento de Anaxágoras sobre el Nous: si nuestro cerebro entiende el cosmos, es porque está regulado por leyes fisicomatemáticas precisas.

Hay científicos como Roger Penrose, o filósofos como John Searle, que piensan que esto es falso. Para ellos no se sostiene la idea de que nuestro pensamiento es básicamente lo mismo que la acción de una computadora muy compleja. Como un idealista platónico, Penrose argumenta que debe haber algo especial y esencial en los cerebros biológicos, especialmente en el humano, que está ausente de cualquier imagen puramente computacional. Eso es la conciencia.

Un universo gobernado por leyes que no permiten la conciencia no es un universo en absoluto, sostiene Penrose. Añade que la mente consiente no puede trabajar como una computadora.

Searle, como buen filósofo lógico, propone el experimento mental de la habitación china para refutar la afirmación de Simon y Newell.

El silogismo es: si la inteligencia artificial fuerte es verdadera, hay un programa para el idioma chino tal que cualquier mecanismo que lo ejecute entiende chino. Una persona puede ejecutar, mecánicamente, un programa para el idioma chino sin entender el idioma chino. Los argumentos de la inteligencia artificial fuerte son falsos porque en realidad el sistema no entiende chino, nada más simula entender.

La propia Ai-Da escribió, desde su programación: There are some things, that are so difficult – so incalculable. / The words are not intelligible to the human ear; / She can only speculate what they mean.

¿Será una ironía o una mera casualidad?

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