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Ojos que no ven

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La inmortalidad del cangrejo

Por Lorena Durán Riveroll

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Hace muy poco tiempo en la historia humana que

conocemos el verdadero origen de muchas enfermedades infecciosas. Y antes de saber y entender qué era lo que nos enfermaba y que a menudo nos mataba, las enfermedades eran mucho más aterradoras.

Por milenios ignoramos todo lo que no podíamos ver, bajo la premisa lógica de si no lo veo, no existe. Y es obvio: no hay manera de estudiar lo que es completamente invisible para nuestros ojos. Y entonces se inventaron cuentos fantásticos y aterradores sobre las causas de muchas enfermedades; historias que frecuentemente se relacionaban con seres imaginarios, males de ojo, hechizos y brujería o castigos divinos.

Una pandemia que solo habíamos visto en películas

En enero del 2020, cuando empezaron a circular las noticias de un nuevo virus que estaba alcanzando proporciones pandémicas, casi nadie se alarmó verdaderamente. Pero quienes saben sobre historia, virus y pandemias sí que se alarmaron.

Cuando nos dimos cuenta de las dimensiones de esta enfermedad, quedamos atónitos. Muchos pensamos que jamás se había vivido algo así, que parecía película de ciencia ficción. Pero estábamos equivocados. Mucho antes de la Edad Media ya se habían presentado innumerables epidemias que extinguieron poblaciones humanas enteras, y seguramente ni siquiera hay registro de muchas de ellas. Además, sin duda también hubo enfermedades bacterianas y virales mortales mucho antes de los registros escritos.

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No hace mucho tiempo, un tercio de la población europea murió por una pandemia

Para el siglo XIV, varias ciudades europeas tenían una población mucho mayor a la que habían tenido jamás y vivían en condiciones extremadamente insalubres. El sudor, los piojos y las pulgas eran abundantes, libres y felices en cuerpos animales y humanos; las bocas perdían todos los dientes desde la juventud por descomposición y la halitosis era un problema generalizado. Y fue en Europa justamente donde la peste tuvo su origen.

La peste negra, enfermedad causada por la bacteria Yersinia pestis y conocida también como peste bubónica, se extendió rápidamente y llegó hasta Asia. ¿Cómo viajó? Por el comercio internacional. Una enorme variedad de productos se transportaban grandes distancias por tierra o por mar en cajas enormes. Y en estas cajas viajaban unos polizones: las ratas y sus pulgas, los vectores de la peste.

Los historiadores han calculado que durante el brote pandémico de la peste, entre los años 1348 y 1400, un tercio de la población europea perdió la vida. ¡Un tercio![1]

Esta era una oportunidad perfecta para declarar a los culpables política y religiosamente convenientes: la ira divina, el país enemigo, los migrantes, en fin; señalamientos no faltaron, al tiempo que las fosas comunes se desbordaban. Aquí y aquí se puede encontrar información muy interesante al respecto.

¿Y qué hay de la higiene y el lavado de manos?

Dos condiciones son básicas para mantener la salud: una alimentación balanceada y adecuadas medidas de higiene. Pero el lavado de manos y la limpieza en general no han sido características históricas de todas las culturas humanas.

En varias ciudades de Mesoamérica y en la mayor parte del mundo islámico se reconocía empíricamente la importancia de la higiene. Por esta razón, sus ciudades contaban con agua potable y sistemas de drenaje. Además, mantenían limpias las calles, se bañaban frecuentemente e incluso se lavaban los dientes y utilizaban enjuagues bucales. Probablemente a estas medidas se debe que la esperanza de vida era de alrededor de diez años superior a la media europea hasta los años 1800[2].

Sin embargo, en Europa occidental el aseo no era algo tan común hasta hace relativamente poco. De acuerdo con este artículo de la BBC, hace apenas dos generaciones que la normalidad en el Reino Unido era una ducha semanal. Además, un problema mayor era la falta de agua corriente; sin ella la ducha y el lavado de manos y materiales era complicado. Además, el agua con que se lava debe encontrarse en buenas condiciones, cualidad poco común en las grandes ciudades europeas de entonces porque el agua limpia de los ríos y arroyos se mezclaba con los desechos humanos y animales, y era esa misma agua la que se utilizaba para lavar, cocinar y beber.

Hasta muy cerca del siglo XX muchos hospitales europeos también carecían de medidas sanitarias. Al igual que los peluqueros, los cirujanos afilaban los bisturíes en sus botas, que estaban llenas de… bueno, de todo. No es sorpresa que la tasa de mortalidad intrahospitalaria era increíblemente alta, y los médicos no podían explicarse la razón.

Ellos salían del anfiteatro, después de trabajar sobre cadáveres con distintos grados de putrefacción, sin lavar sus manos o cambiar sus ropas e iban a la clínica a atender a los enfermos y las mujeres en trabajo de parto.

Por ese tiempo, un médico húngaro muy observador, llamado Ignaz Semmelweis, sugirió lavarse las manos con jabón y cloro al salir de la morgue para quitar el “olor de la muerte”. También propuso limpiar el material quirúrgico con fenol y, claro, no afilar los bisturíes en las botas. ¿Pero qué tontería era esa? De muy mala gana y nada convencidos, algunos médicos acataron las indicaciones y… ¡sorpresa!: los resultados hablaron por sí mismos y la mortalidad disminuyó dramáticamente en varios hospitales. No obstante, aún con esas nuevas cifras, muchos médicos de la vieja escuela consideraron que eso de andar lavando manos y material era una total ridiculez sin fundamento. Después de todo, no veían ninguna relación entre el mal olor de la podredumbre en sus manos y ropa con las infecciones en sus pacientes.

 

Ojos que sí ven

Por milenios nadie se imaginó que había un mundo vivo tan diminuto como lo son las bacterias y los virus. Hasta que, entre 1590 y 1609 se inventó el primer microscopio compuesto, es decir, un tubo con dos lentes sobrepuestas que conseguía una magnificación mucho mayor que una lupa simple. Los historiadores no se han puesto de acuerdo si fue el holandés Zacharias Jansen o el italiano Galileo Galilei el primero en hacerlo, pero, quien haya sido, inició una carrera que no se ha detenido. Esta carrerea consiste en el perfeccionamiento de lentes, prismas, espejos, fuentes y haces de luz que nos permiten cada vez mayores magnificaciones. Los microscopios, cada vez más sofisticados, nos han abierto las diminutas puertas al mundo invisible que seguimos descifrando. Este mundo está habitado por virus, bacterias, arqueas, hongos y protistas; una enorme diversidad de microorganismos que nos pueden enfermar o matar, pero que también producen una cantidad extraordinaria de sustancias que podrían ser claves para la cura de enfermedades como el cáncer.

La historia de la microscopía es tan interesante que bien vale la pena dedicar otro capítulo a ella. Por ahora solo resta preguntarnos cuántas cosas más hay que no vemos ni entendemos y que, con el tiempo y la investigación, un día serán el pan de cada día de generaciones futuras, y les parecerán tan obvias como a nosotros nos lo parece el lavado de manos.

(Muchos de los datos históricos presentados aquí se pueden encontrar de la manera más divertida en el súper recomendadísimo programa “Historias horribles”, de la BBC, aquí).

 

Literatura consultada

Benedictow, Ole J. La Muerte Negra. La catástrofe más grande de todos los tiempos. ESTUDIOS HISTORICOS – CDHRP- Año II – Noviembre 2010 – Nº 5. Disponible en http://www.estudioshistoricos.org/edicion5/0511LaPeste.pdf

https://www.infobae.com/historias/2020/03/20/la-historia-del-lavado-de-manos-de-los-cirujanos-que-afilaban-su-bisturi-en-las-botas-a-la-decision-de-usar-agua-y-jabon/

https://revistamedica.com/lavado-manos-importancia-historia/

 

[1]https://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1949/1947

[2]https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/medicina-y-salud-en-mesoamerica#:~:text=Los%20habitantes%20de%20Tenochtitlan%20recolectaban,refrescar%20el%20aliento%20ah%C3%AD%20mencionadas.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Saber ciencia en tiempos de pandemia

FOTOS: Archivos.

Colaboración Especial

Por Mónica Rivera

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). ¿Crees que sirve de algo saber ciencia en este tiempo? Tal parece que con tener acceso a Internet desde algún dispositivo (teléfono, tablet o computadora) es suficiente, pues ahora podemos preguntar cualquier cosa a un buscador y obtendremos una respuesta desde ¿cómo curar un molcajete? hasta ¿cuándo surgió la vida? O ¿cuál es la estructura molecular del SARS-CoV-2? Entonces, si todas las respuestas están ahí, tan sólo a unos clics ¿por qué es importante saber ciencia en tiempos de pandemia?

Debes tener en cuenta que no toda la información que encuentres en Internet será válida o verdadera, y si quieres obtener información confiable es deseable que tenga fundamentos científicos. Y no, no tienes que ser científica o científico para eso, recuerda que desde la primaria nos enseñan ciencias. Te cuento: Podemos decir que la ciencia trata de buscar verdades. Los usos que le podemos dar son muchos. Sus métodos nos permiten evaluar la validez de las ideas.

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El arribo de las vacunas

La enfermedad ha sido una de las preocupaciones y ocupaciones de la ciencia a lo largo de la historia. Evitarlas o curarlas ha sido la labor de muchas mujeres y hombres. La viruela es una de las enfermedades más mortales que conoce la humanidad, tan solo en el siglo veinte se estimaron 300 millones de muertes, pero, para nuestra tranquilidad esta enfermedad ha sido erradicada. ¿Cómo se logró esto? Pues gracias a la invención de las vacunas.

Una vacuna es cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Los anticuerpos son parte de nuestro sistema de defensa contra las enfermedades, son proteínas que circulan por la sangre. Cuando reconocen sustancias extrañas para el organismo, como los virus y las bacterias o sus toxinas, las neutralizan. Una vez el cuerpo se ha expuesto a una sustancia concreta (también llamada antígeno), los anticuerpos producidos para atacarlo persisten en la sangre, ofreciendo protección en el caso que, en un futuro, volvamos a contactar con el mismo antígeno.

El desarrollo de las vacunas ha tenido un muy muy largo camino. Se cuenta con registros de inmunización desde el siglo XVI cuando se usaron costras pulverizadas de viruela para introducirlas por la nariz y transmitir inmunidad contra dicha enfermedad (claro en aquel tiempo no se conocía la palabra inmunidad y no se entendía lo que pasaba). Pero, se considera que la era de las vacunas la inició el médico británico Edward Jenner. En 1796, inyectó fluido de las pústulas de viruela bovina a un niño, posteriormente le inyectó el virus de la viruela humana y éste ni se contagió ni tuvo síntomas leves. Cuando Jenner comunicó su trabajo a la sociedad científica no se lo aceptaron debido a que era posible que el virus que usó ya no fuera contagioso por lo que tuvo que repetir su experimento e inocular a una persona que no hubiese sido inmunizada, lo hizo y su trabajo fue aceptado y publicado. Pero la primera vacuna que se hizo en un laboratorio fue contra el cólera de las gallinas, en 1879, en el laboratorio de Pasteur. Las vacunas fueron nombradas de esta forma en honor a las observaciones y experimentos con las vacas que realizó Edward Jenner.

Desde su invención, las vacunas han evitado millones de muertes. Enfermedades como la rabia, el cólera, el tétanos, la difteria, la peste, la tuberculosis, el tifus, la poliomielitis, el sarampión, las paperas, la rubeola, la meningitis o la gripe, afortunadamente, ya solo las vemos en la cartilla de vacunación. Desde 1977 no se ha informado ningún caso de viruela en todo el mundo por lo que se considera una enfermedad erradicada gracias a las vacunas. Aunque aún queda mucho camino por recorrer, pues es la única enfermedad que se ha logrado eliminar por completo usando vacunas mientras que existe una larga lista de vacunas en desarrollo.

El sarampión, una enfermedad causada también por un virus tiene una vacuna desde 1963, esta vacuna es 97% efectiva sin embargo no ha sido posible erradicar la enfermedad. En México, en el lapso de 1989-1990, se registró una epidemia con más de 100 mil casos y 6 mil muertes por sarampión lo que posicionó al sarampión como la quinta causa de mortalidad infantil en ese año. Se aplicó una intensa campaña de vacunación y de 1997-1999 no se registró ningún caso, una prueba del éxito de las vacunas. Desafortunadamente, ha ido creciendo un movimiento opositor a las vacunas; por lo que en 2018 se vivió un resurgimiento de esta enfermedad que cobró más de 140 mil vidas en el mundo. En México el último caso de sarampión autóctono se registró en 1995 pero del 2000 a 2019 se han identificado 185 casos que provienen del extranjero. Los brotes de sarampión se reportan en países con baja cobertura de vacunación, pero también hay brotes en países con alta tasa de vacunación, esto se debe a la gran variedad en la cobertura de la vacunación entre las comunidades y áreas geográficas.

No puedo dejar de mencionar que la creciente ola de los movimientos “antivacunas” ha venido a recrudecer el aumento de casos de sarampión. Las razones por las cuales las personas no se vacunan varían entre las comunidades y los países. Podemos contar: falta de acceso a servicios de salud o vacunación de calidad, conflictos y desplazamientos, información errónea sobre las vacunas o poca conciencia sobre la necesidad de vacunar. En la época actual en la que el conocimiento científico ha tenido grandes éxitos, como la erradicación de la viruela mediante la vacunación por mencionar sólo uno. Es realmente increíble que las últimas dos de la lista sean razones para no vacunarse y las repito “información errónea sobre las vacunas y poca conciencia sobre la necesidad de vacunar”.

La COVID 19 y la vacunación

Y para abordar el problema que nos aqueja actualmente ¿Tú ya te vacunaste contra COVID? ¿O eres una de esas personas que tienen información errónea y no confía en las vacunas? Recuerda, éstas son producto de investigaciones científicas cuidadosamente diseñadas y sometidas a escrutinio, no es que una persona haya trabajado durante unos meses y la haya producido solo para obtener ganancias. Son el producto de muchas investigaciones pasadas y presentes, pero no sólo eso, la investigación continúa tanto para esta enfermedad como para otras que aún no tienen vacuna, como el SIDA.

Sé que muchas personas tienen dudas, por ejemplo ¿para qué vacunarse si personas vacunadas contraen la enfermedad? Bueno lo anterior es cierto, pero también es cierto que las personas vacunadas que contraen la enfermedad presentan síntomas leves y no requieren hospitalización; esto ocurre porque su sistema inmune ya está preparado para atacar el virus. Lo mismo pasa con otras vacunas, la del COVID no es la única. Algunas vacunas evitan que contraigas síntomas de la enfermedad en cuestión, mientras que otras también evitan que te infectes, estas últimas inducen a lo que se le llama inmunidad esterilizante. Con la inmunidad esterilizante el virus no puede entrar a las células y no se puede replicar. La vacuna ideal sería esterilizante, y hay muchas investigaciones en curso en su búsqueda, pero con virus que tienen una alta tasa de mutación como el coronavirus y los rotavirus, esa es una tarea sumamente difícil. Aunque la vacuna actual contra el SARS -CoV-2 no es perfecta ha tenido un gran éxito al no saturar los hospitales y evitar que quienes se contagien presenten síntomas graves. Entonces ante un escenario en el que puedes contraer una enfermedad y presentar síntomas graves o contraer la misma enfermedad, pero con síntomas leves que pasarán en máximo 10 días, considero que la elección es simple.

Sabemos que el virus causante del COVID 19 se transmite por gotas de saliva o por contacto directo. Además de la vacuna, para combatir este virus contamos con otras 3 armas. 1) lavado de manos, 2) sana distancia, 3) uso de cubrebocas y por supuesto 4) la vacuna. Si, sé que te lo han repetido muchas veces en la televisión, en el radio, en Internet y en los carteles de lugares públicos, pero veamos la razón científica atrás de cada una de estas armas.

1) El lavado de manos, este virus mortal, deja de serlo cuando lo exponemos al jabón. Curioso ¿verdad? nos ha hecho pasar por tanto y lo podemos eliminar sólo con lavarnos muy bien las manos, esto es porque está formado por un núcleo de material genético rodeado por una cobertura externa, la cual es una doble capa de grasa con algunas proteínas. Como lo habrás comprobado cuando lavas trastes, el jabón deshace la grasa, pero eso no sucede de inmediato; por lo que debemos dedicarle al menos 20 segundos para que el jabón pueda disolver la capa de grasa de los virus y mandarlos por la coladera. Dado que no podemos tener siempre las manos metidas en agua y jabón necesitamos usar las otras armas.

2) Mantener una distancia de al menos 1.5 metros con las personas. Esto se definió porque el virus se transmite a través de las gotas de saliva que salen por nuestra boca o nariz cuando respiramos, estornudamos o tosemos, dependiendo del peso estas gotas, la mayoría caen a menos de un metro de distancia, pero cuando tosemos pueden llegar hasta 6 metros. Por lo esto debemos tener a mano la siguiente arma:

3) El cubrebocas. El cubrebocas correcto y bien utilizado representa una barrera física super buena contra el virus. El cubrebocas debe ser tricapa o bien N95, que son los que han demostrado que tienen una protección efectiva. Debemos de colocarlo usando los sujetadores, cubriendo perfectamente la nariz y la boca y evitar tocarlo en todo momento. Por último, el arma letal número:

4) La vacuna. Cómo les expliqué anteriormente la vacuna preparará a nuestro organismo para afrontar el virus, nos dará anticuerpos que nos permitirán ya sea, no enfermarnos ante una exposición al virus (si la carga viral que recibimos es baja y nuestro sistema inmune fuerte) o cursar la enfermedad con síntomas leves como ya muchos la han vivido.

Probablemente has escuchado que este virus llegó para quedarse y que debemos aprender a vivir con él. La primera medida que se implementó para controlar la pandemia fue el distanciamiento social, esto se debe a que la forma más segura de evitar el contagio es no tener contacto con el virus. Por lo que si te has contagiado o sospechas que lo has hecho debes aislarte durante el tiempo que te indiquen las autoridades de salud, o cuando la sospecha se elimine con una prueba negativa. El distanciamiento social, si bien es una medida efectiva, no puede mantenerse de forma permanente, los estragos del distanciamiento en los individuos y en la sociedad han sido enormes y ya es momento de retomar las actividades en lo que se conoce como la nueva normalidad.

En esta nueva normalidad debemos actuar con responsabilidad y fundamentos. Ahora cuando veas las recomendaciones para prevenir el COVID 19 te invito a que pienses en que estas surgieron de la ciencia y uno de sus objetivos es evitar el sufrimiento humano. Cuidémonos y cuidemos a nuestros seres queridos, tomemos decisiones informadas y conscientes basadas preferentemente en conocimientos científicos.

Si te interesa conocer la historia de las vacunas da clic AQUÍ.

Si te interesa conocer como el jabón destruye al coronavirus da clic ACÁ.

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Hará UABCS panel virtual sobre retos y estrategias educativas en la pandemia

FOTO: UABCS

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el marco de sus Jornadas de Participación Social, la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) llevará a cabo un panel virtual donde, diferentes actores académicos y científicos, abordarán el tema de la pandemia, sus retos, iniciativas y estrategias en el marco de la educación y la vinculación universitaria.

A través de un boletín de prensa de la Universidad se informó que, el evento se realizará vía remota a través de la plataforma ZOOM el día viernes 6 de agosto, de las 9:00 a las 14:00 horas, siendo transmitido en vivo para la comunidad internauta en la página de Facebook: “Departamento de Vinculación UABCS”.

La primera participación estará a cargo de la Psic. Adriana Moreno Terrazas Troyo, de la Universidad Pedagógica Nacional, quien abordará los aspectos psicológicos que deben considerarse para el regreso a clases presenciales. De igual forma, por parte de la máxima casa de estudios de Sudcalifornia, un grupo interdisciplinario hablará sobre “UABCS COV-Informa”, proyecto de divulgación social para dar a conocer, mediante diferentes plataformas, información muy variada y de interés general sobre la enfermedad del COVID-19 y sus alcances.

En esta exposición, dialogarán la Dra. Anidia Blanco Jarvio, el M. en C. Javier Alberto Arce Meza, la Mtra. Andrea Bautista García y Diana Arias Romero, integrantes de la Unidad Académica de UABCS-Pichilingue. La jornada cerrará con la plática “¿La nueva realidad educativa? Un enfoque visionario desde la modalidad educativa híbrida”, dictada por la Mtra. Sara Hurtado, académica de las licenciaturas en Ciencias de la Educación y en Pedagogía de la Universidad.

Cabe mencionar que ésta sería la quinta edición de las Jornadas de Participación Social, ejercicio en la modalidad a distancia, para dar a conocer tópicos relacionados con sus funciones sustantivas, particularmente las que tienen que ver con la vinculación social, concluye el boletín de prensa de la UABCS.




Le pedí a Diosito que no se la llevara

Fotos ilustrativas de Internet

Colaboración Especial

Por Pablo Chiw

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Empezaba a contarme lo que había ocurrido y su respiración lo traicionaba. Trataba —supongo yo—, de mantener la serenidad, las formalidades, de mostrar su madurez; pero al hablar, se reafirmaba la dimensión del evento y su abrumadora condición de irreversible. Al escucharse a sí mismo, se iba convenciendo cada vez más de lo ocurrido y el ahogo entorpecía la fluidez de sus palabras, fragmentándolas en cristales rotos que salían a empujones de su garganta.

Le recé todos los días a Diosito para que no se la llevara, para que se pusiera bien, para que estuviéramos todos juntos otra vez, pero le dieron tres paros cardíacos. Los doctores la salvaron de los dos primeros, del tercero ya no, dicen que ya no le servían los pulmones. Esto dijo un niño de 11 años.

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El infante se va muriendo conforme va hablando. El cubrebocas negro no logra esconder el temblor de sus labios. Mientras mira al panteón, lagrimas caen sin su permiso. Aún no ha descubierto qué hacer con sus manos: estira sus dedos, las guarda en las bolsas del pantalón para luego liberarlas inmediatamente; estaban tan acostumbradas a jugar que todavía no se enteran que la infancia ha terminado. La madre del pequeño será sepultada en veinte minutos.

Regresa a la conversación, se da cuenta que está llorando y reconoce en mi mirada el dolor que provoca con su inocencia. Estoy temblando y ni siquiera puedo abrazarlo: igual que su madre, también tiene COVID-19. Allí estoy a la distancia, viéndolo llorar. ¿Cuántas veces se puede decir lo siento sin que se vuelva fútil, sin que pierda sentido?

Vas a sentir muchas cosas —le dije. Todo lo que te suceda es normal, habrá momentos en los que sientas muchas ganas de llorar, otros en los que quizá no sientas mucho, es normal. Estás frente a una de las experiencias más duras que un ser humano pueda encontrarse en la vida, habla hijo, deja que todo lo que vaya ocurriendo pueda ser escuchado, el dolor estará muchos años, pero será más fuerte el amor que tu mami ha construido dentro de ti, esos son amores que no terminan en la muerte, sino que se transforman en semillas que germinarán en tus manos, en tus actos, en tu memoria.

Ella siempre estará presente en nuestros corazones, pues nos trató con tanto amor que siempre estaremos infinitamente agradecidos. Entre el viento, mi cubrebocas y la careta, seguramente, se perdieron muchas palabras. Él que antes era un niño siguió llorando, él no necesitaba palabras o abrazos, él necesitaba a su madre que a los 33 años murió por COVID-19 en La Paz, BCS.

“Ya me tengo que ir”, me dijo y se despidió con una mirada desvanecida. Mi niño de siete años se limpiaba las lágrimas con sus manitas. Siempre jugaban juntos, pero a su amiguito se le terminó el tiempo de jugar.

Hace unos días el virus se llevó a una mujer maravillosa, amiga cercana mía y muy querida. Ella no podía dejar de trabajar, la necesidad le quitó la vida. El 15 de julio murieron 21 más, 119 en lo que va del mes. Son historias desgarradoras del dolor, la incertidumbre y la muerte. Pero vienen más, en definitiva, no terminamos por entender lo que nos está pasando y mucho menos podemos imaginar lo que está por ocurrir.

Descansa en paz, Querida Amiga, y que allá en lo divino seas recibida con la misma dulzura que tú nos obsequiaste.

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El videojuego que nos salvó de la pandemia

Imágenes: Cortesía

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Uno de los principales retos que aun estamos enfrentando a nivel mundial a raíz de la pandemia del COVID-19 es el encierro obligatorio; aunque actualmente se han relajado estas medidas de confinamiento, en comparación con el mes de marzo del año pasado en que se decretó una cuarentena a nivel mundial, lo cual sin duda afectó las actividades económicas, comerciales y culturales, pero lo cierto es que el rubro menos considerado y que estaba afectando gravemente a las personas es el nivel psicológico, ya que la población fue restringida en su socialización al no poder visitar a amigos, ir a fiestas o conocer nuevas personas.

Bajo ese panorama, en plena pandemia se lanzó el video juego llamado Animal Crossing: New horizons, que es parte de una saga que viene desde varias consolas anteriores.

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Animal Crossing: New Horizons es un videojuego de simulación social desarrollado y publicado por Nintendo para Nintendo Switch, cuya fecha de lanzamiento mundial fue el 20 de marzo de 2020. Es la novena entrega de la saga Animal Crossing.

Es un videojuego no lineal de simulación de vida a tiempo real. El jugador asume el papel de un personaje personalizable que se mueve por una isla desierta tras comprarle un pack de vacaciones a Tom Nook, un mapache recurrente en la serie. El juego procede a una forma de jugar infinita mientras el jugador explora la isla, y desarrolla una comunidad de animales antropomórficos, el juego introduce un sistema de elaboración que permite al usuario convertir materiales en herramientas y muebles, que pueden ser usados para decorar el interior y exterior de lugar.​ El juego deja que el jugador personalice a su gusto el personaje y no dividirá tipos de peinado o características faciales por géneros. Los jugadores podrán, además, elegir su color de piel.

Este juego cayó como anillo al dedo en el contexto mundial de la emergencia sanitaria, no solo los amantes de los videojuegos lo amaron, sino que personas poco dedicadas a estos vieron en él la oportunidad de visitar amigos, platicar, jugar, incluso hacer fiestas de cumpleaños o celebrar fechas que no pudimos disfrutar en la vida real como Halloween o Navidad, incluso en año nuevo hubo conteo regresivo en la isla.

Hubo muchos nuevos amigos, incluso personas que se enamoraron y celebraron sus bodas en el videojuego vía online, también hasta protestas o reuniones masivas se realizaron por este medio.

Hubo miles de historias de enfermos de COVID que pudieron mantener la cordura gracias al Animal Crossing, durante su aislamiento solitario.

Como lo mencionamos, actualmente de acuerdo a los cambios del Semáforo COVID la medidas de aislamiento se han relajado y vemos una luz al final del túnel de esta pandemia, pero además de los buenos recuerdos, el videojuego -que va a cumplir un año igual que la pandemia-, aun sigue vigente, ya que este día de la amistad dentro de la comunidad virtual se celebró San Valentín y de igual manera se pudo celebrar el carnaval, eventos que aun no podemos tener en la vida real.

Así que si eres un gamer asiduo o una persona nueva en los videojuegos, Animal Crossing es una recomendación inevitable

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