1

Sin lectura, no hay aventura: los cambios bruscos del mito del libro

FOTOS: Internet

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El surgimiento del libro como entidad de comunicación y de información ha tenido sus mejores días en distintos tiempos, pero se ha mantenido como fuente inagotable de disfrute y sabiduría. La invención de la imprenta le dio una vida que antes no tuvo, y la idea misma de “libro” simplemente no existía, pues cualquier dato se guardaba de modo rústico, primero en tablillas de barro y luego en pergaminos enrollados, con diferentes tipos de papel. De alguna manera, su origen como fuente de conocimiento fue sagrado, donde sólo los instruidos o los elegidos tenían acceso, por supuesto pertenecientes a las elites de poder en las distintas civilizaciones humanas.

Poseer un libro antiguo es un placer que pocos tienen, que aprecian el valor no solo del contenido, sino por su valor histórico. Escribir un libro no solo era un reto, también lo era aventurarse en los gozos de estructurar para ofrecerlo a gente interesada o para despertar conciencias de nuevas maneras de ver el mundo. Hay cientos de historias donde el personaje central de toda la trama es un libro, precisamente por esa condición sagrada que alberga secretos y que todos desearan poseer. No obstante, eso fue cambiando con los años.

También te podría interesar: Felipe, El Oscuro, de Olga Wornat

Hoy en día cualquiera puede escribir un libro, o le pueden escribir uno, según al gusto del que paga porque se lo hagan. Los contenidos se han vuelto más comerciales, más encausados en que se vendan que en lo que traen dentro, una especie de seres sin espíritu o sin alma. Libros desalmados, sin sustancia, llenos de coloridas imágenes y frases ramplonas, facilonas, que atestiguan la decadencia de una parte de la sociedad de un país. A principios de los noventa se habló de literatura light, como un modo de designar libros suaves que no provocaban escozor a la inteligencia ni cimbraban la vida cotidiana; era como leer el contenido de una lata al alto vacío, desangelado y sin cochambre: libros Gerber para que no fueran digeridos sino simplemente tragados.

Hay millones de libros y cuando osamos escribir uno nuevo siempre le pensamos si valdrá la pena en agregar otro más, si valdrá la audacia de aventurarse a un nuevo ejercicio escritural, quizá porque el libro ha perdido una buena parte de su origen sagrado, pues muchos dejaron de aportar a la cultura social, mas no a la ganancia. Claro, el libro es un negocio porque si no, no tiene sentido publicarlo, pero ¿hasta dónde merece la pena lanzarlo a la selva de lectores? Hay algo que no nos detiene y ese es el sentido de sentirnos vivos. El libro electrónico ha venido a suplir un poco eso; en realidad, es el Internet la nueva biblioteca universal que ofrece mayores posibilidades de leer en tiempo real lo que se hace a cada minuto, no sólo literatura. ¿Eso hace que la gente esté leyendo más? Es probable, la idea misma de libro está transformándose para convertirse en algo todavía no definido, que lucha contra los gustos, la indiferencia y el mercado.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Invita UABCS a rally literario ‘Andanzas Nocturnas‘; habrá intercambio de libros

FOTOS: UABCS

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con el objetivo de fomentar la lectura entre la comunidad estudiantil y la sociedad sudcaliforniana, la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) realizará la IX edición de “Andanzas nocturnas”, un espacio donde los asistentes dan lectura a textos literarios de los géneros poesía, narrativa, ensayo o dramaturgia, informa en un comunicado la UABCS.

De acuerdo con Ariadna Mendoza Romero,responsable del Fondo Editorial de la institución, el evento se llevará a cabo el próximo miércoles 13 de febrero, entre las 17:30 y las 20:00 horas, en el espacio universitario conocido como el “Jardín de los Mangos”, ubicado junto al edificio del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Jurídicas (CSH-02).

Mendoza Romero explicó que el encuentro se realiza por la tarde-noche con la intención de darle un ambiente bohemio; para lo cual, incluso, se enciende una fogata, donde los participantes realizan el rally literario, dan su opinión sobre diversos textos, intercambian o venden sus libros e incluso se hacen acreedores a diferentes premios.

“Hemos llevado a cabo esta actividad cada inicio de semestre, con la intención de que los alumnos puedan romper el hielo y convivir un par de horas con estudiantes de otras carreras; asimismo, damos oportunidad a que lean textos propios y con ello también fomentamos el talento literario que hay en la Universidad”, enfatizó.

Ariadna Mendoza Romero añadió que aunque generalmente la asistencia es en su mayoría público universitario, la invitación se hace extensiva para toda la comunidad sudcaliforniana que deseen pasar una tarde literaria amena; conocer autores que quizá le son desconocidos, o inclusive compartir algunos pasajes de obras propias, concluye así el comunicado de la UABCS.




La realidad es un balde de agua fría. ‘Los Cuentos breves’ de Gabriel Rovira

FOTOS: Cortesía

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Es un cliché decir que la realidad supera la ficción. Esa frase está provista la mayor parte de las veces de la brusquedad con que nos enfrentamos a los hechos a pesar de nuestros intentos de sabotearlos y con ello hallar acomodo en alguna fantasía mental que nos haga evadirnos de esa realidad. La Literatura está colmada de eso, abreva a través de sus creadores elementos de la vida cotidiana tratando de reflejar en ella algo de lo que han experimentado, vivenciado y sufrido a través de los años.

La Literatura que se escribe hoy en día ha adquirido distintas convenciones, donde prevalece lo comercial y se va dejando de lado la coyuntura estética en aras de que los libros se vuelvan objetos masivos aunque carezcan de calidad. Muchos de ellos son sólo fórmulas bien estructuradas que enganchan a públicos que no están interesados en las formas del pensamiento ni en los cuestionamientos de la realidad, y que son presentados como “literatura”, pero que son de “superación personal” o historias que no tienen otro sentido que entretener sin provocar escozor intelectual. Otro componente es la Literatura que tiene fuerte tendencia a ser breve, síntoma sin duda de la premura y velocidad con que se viven en las ciudades, pero aún con la idea de una narrativa que explora distintos ángulos de la condición humana, como sucede en Cuentos breves, de Gabriel Rovira.

También te podría interesar: ‘La compañía inglesa’, de Jorge Postlethwaite

Gabriel Rovira es uno de los escritores más completos de Baja California Sur: autor de varios libros de poesía, narrativa y ensayo, es maestro de generaciones de estudiantes de Literatura y con ello incluso, por añadidura, formador de narradores, ensayistas y poetas desde las aulas de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). He tenido la oportunidad de entrevistarlo en más de una ocasión y es sin dudas un gran conversador, con una amplia gama de temas que nos muestran la pasión con que vive la Literatura, tal como sucede en su obra.

Su más reciente libro, Cuentos breves, es un repaso instantáneo por la vida diaria, donde podemos ver lo que la realidad hace en unos personajes, no obstante que a nosotros nos deja la certidumbre de que la realidad tiene muchos ángulos y que la ficción sólo es un pretexto para hablar de lo que no conocemos de ella. Seis relatos breves que tienen como centro de reunión esa realidad, una manera juguetona e irónica de abordar inquietudes y dudas, pero también certezas, aunque éstas se parezcan demasiado al caos.

Por ejemplo, en el cuento El mago, la magia y la realidad conviven como dos opuestos en una fusión perfecta, sin embargo, la realidad termina imponiéndose: un mago intenta hacer que una taza levite con el sólo poder de su mirada, acto que termina logrando, pero la voz de su mujer hace que la taza se precipite en su ascenso. El mago repite el experimento con el deseo de que la taza vuelva a elevarse, pero la voz de la esposa otra vez lo regresa abruptamente a su condición cotidiana y terrenal.

En Anillo, su cuento más enigmático y simbólico, está la historia de un hombre que sueña que una serpiente de fuego ataca a su mujer y que despierta y le cuenta lo que soñó, y esta le dice que soñó lo mismo y le muestra las quemaduras, y luego despierta a su mujer que le contaba que una serpiente la atacaba y quemaba su cuerpo, es decir, un sueño sobre otro sueño hasta que la realidad se impone. La serpiente siempre ha sido símbolo de maldad y sabiduría, pero también de deseos sexuales reprimidos; por otro lado, el fuego es purificación y cambio. A eso hay que agregarle el horror de estar atrapado en un sueño, donde no se distingue entre lo que es real y lo que es onírico. Al final la realidad es más fuerte incluso que una pesadilla.

En Mielecita, un marido agradece a un joven el que su mujer haya cambiado debido a él, y lo amenaza con matarlo si la deja, pero que, eso sí, no le sea infiel y que nunca quede mal con ella. En la tercia restante de cuentos: Agenda, Sed y Un hombre de costumbres, la conjunción de ingredientes de la realidad se hace evidente, la historia de las relaciones humanas como eje central: una mujer que desea la independencia y hacer lo mismo que el hombre —también la plomería—, aunada a la frustración conformista de andar con alguien que no ama y que considera poca cosa, lo que hace patente que no tolera su realidad ni los cambios que ejerce; asimismo, vemos en otra vertiente que la realidad se impone al pensamiento y a los deseos, donde al final queda la tribulación y el vacío.

En su último relato, un hombre no puede —ni quiere—, escapar de su destino inefable —”costumbre le llama—, y asesina a su mejor amigo porque se acuesta con su mujer; planea el crimen perfecto con apariencia de suicidio. La historia deja abierta la idea de que lo que cuenta al otro en la cantina sólo es una fantasía por lo que no sabemos si es real o no. Cuentos breves es un libro escueto que hay que leer como gozo literario para que nos enfrentemos a otras aristas de la realidad.

__

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Nostalgia por la FIL de Guadalajara

FOTO: Internet.

Colaboración Especial

Por José Leónidas Alfaro Bedolla

San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). Algunas personas me han comentado que en los últimos años han dejado de asistir a tan sonada fiesta, la del libro, la feria más grande y visitada en América Latina. Y es que la verdad, el evento en sí, se ha convertido más en un encuentro de negocios que expone diversidad de stands que atienden bellas edecanes; te invitan a degustar bebidas y bocadillos, información turística y desde luego libros, también sirve el evento como pasarela de personajes, donde como siempre, los políticos intentan aprovechar para vender la imagen, cuidando no encontrarse con algún odioso periodista que los meta en un brete con aquello de: “¿cuáles son tus tres libros preferidos?” Pero a pesar de todo esto, te deslumbra la inmensidad de libros expuestos, y la imaginación se despierta para aprovechar ese universo.

También te podría interesar ¿Qué tal esta “Coco”?

Desde hace años, los organizadores presumen los números que cada vez son mejores en cuanto a asistentes y negocios realizados, lo cual tiene su razón, pero la esencia importante de la Feria, debería ser la resonancia de los creadores de literatura e intelectuales que en ella participan, pero no ha sido así en los últimos años. Han acaparado más la atención, casos como el tropezón de Enrique Peña Nieto.

Y es que también el listado de escritores de relevancia se ha reducido de manera muy notable, lejos han quedado los tiempos de los que brillaban por la profundidad y el reflejo de sus aportes a las letras, me refiero a talentos como: Octavio Paz, Jorge Ibargüengoitia, Salvador Elizondo, José Emilio Pacheco e Ignacio Padilla. Ellos se fueron y nos dejaron huérfanos, nos hemos quedado sin la brillantez de sus quehaceres que dieron lustre a las letras mexicanas. Aunque de origen extranjero, pero sí de pensamiento y alma mexicana, nos queda, como divina perla, Elena Ponatowska; y David Toscana, un regiomontano que ha alcanzado niveles envidiables dentro del mundo literario, su prosa y estilo son de un poder que ha llamado la atención en Europa y países como Argentina y Chile.

Es de lamentarse también la ausencia de Daniel Sada —1953-2011—, un escritor nacido en Mexicali, quien había logrado la atención de la crítica internacional, en especial la española que lo estimaba como una promesa solida con posibilidades de alcanzar un puesto de honor en las letras latinas, como aquellos de mediados del siglo XX, me refiero a: Octavio Paz, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, José Donoso, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges. Ellos lograron abrir la ostra europea con aquello del Boom Latinoamericano. Incluso, algunos se ratificaron con el máximo galardón: el Nobel de Literatura: de Guatemala, Miguel Ángel Asturias, la chilena Gabriela Mistral y el mexicano Octavio Paz. Quienes también han dado resonancia a la literatura mexicana, y por ello galardonados con el Premio Cervantes, considerado el ‘Nobel latino’, ellos son los mexicanos: Sergio Pitol, Carlos Fuentes, Octavio Paz, José Emilio Pacheco, Fernando del Paso y Elena Poniatowska. Todos ellos han engalanado la FIL, miles de lectores, entre ellos el que esto escribe, visitó la feria con el único propósito de admirarlos. Puedo presumir que tuve muy cerca a don José Emilio Pacheco, Fernando del Paso, Carlos Fuentes, Elenita y en una ocasión cené con don Álvaro Mutis, celebre poeta y novelista colombiano que alguna vez fuera compañero de celda de José Revueltas, también fue compatriota y gran amigo de ‘El Gabo’.

Esta vez Madrid, representando a España, es la invitada. Seguramente presentarán lo mejor de su cultura, entre otras actividades el cante hondo y el tablao. Pero quien llenará el salón Juan Rulfo, ese es el intelectual, novelista, dramaturgo y filósofo: don Fernando Savater Martín. Este gran escritor es especialista en la definición de la ética. Su estilo es irreverente, contestón, con una clarividencia envidiable. Le he visto desarrollar interesantes temas sobre nacionalismo, la naturaleza del poder y la democracia. A la hora de intervenir es sarcástico, pero con un poder de persuasión que no deja dudas del dominio que ejerce por su erudición; es un incansable intervencionista en polémicas culturales, estéticas y políticas. Algunas de sus obras: Apología del sofista, Escritos politeístas, La piedad apasionada y Nihilismo y acción.

De las personalidades que serán reconocidas son: con el premio Sor Juana Inés de la Cruz, la escritora, actriz y guionista de Santiago de Chile, Nora Fernández. Algunas de sus novelas: Mapacho de 2012 y La dimensión desconocida de 2016. Antonio Helguera, caricaturista mexicano será reconocido con el Premio La Catrina, por su interesante e ingenioso aporte con el que distingue a los personajes, esos que se salen del carril… sí, adivinaste, el 95% de sus clientes son los políticos mexicanos. También será galardonada la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, por su alcance de gran valor dentro del mundo periodístico; ha sido reconocido su trabajo en muchos países de América Latina.

Es notable la ausencia de galardones para escritores mexicanos, la creación que inspira la narcopolítica, aún con el poderío de la mafia en el poder, no da para eso; el nauseabundo estiércol ahuyenta toda posibilidad.

___

Gobernador Quirino Ordaz Coppel: la nación entera y miles de personas en el extranjero, estamos exigiendo ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia! para Javier Valdés Cárdenas y los más de 1300 asesinatos que lleva registrado el primer año de SU gobierno. 

*Leónidas Alfaro Bedolla. Escritor de la novela La agonía del caimán. De venta en librerías: Educal, Gonvill, México y Porrúa.




“El Varado”, de Pablo Rodríguez Cabello

vibora_portada_original

El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

 

La novela moderna se mueve más como un cinematógrafo que como una obra estética que describe paisajes y situaciones. Es una voz que todo lo nombra y que al mismo tiempo es capaz de ofrecernos la historia de uno a varios personajes en acción, sin que ello signifique que el lenguaje sea sólo prosaico. El asunto es que he leído una estupenda novela de Pablo Rodríguez Cabello (Ciudad de México, 1968), su primera, que nos habla de una ciudadela llamada El Varado, a donde se refugian y curan los melancólicos en grado sumo.

Dentro, nos narra la historia de Ciro, quien tiene la misión de buscar a su amigo David, de quien no se sabe nada, pues al parecer se lo tragó la tierra, y esa podría ser justamente El Varado, un lugar perdido en la selva y que es el proyecto de una comunidad alejada de los vaivenes cotidianos de la época en que Ávila Camacho era candidato a la Presidencia.

Con un lenguaje audaz, nítido, poético por momentos, El Varado es una novela que nos lleva a un mundo inexplorado, casi inexistente, pero al mismo tiempo capaz de imbuirnos en la personalidad de Ciro, quien por ningún motivo deja de buscar a su amigo. Asimismo, el conjunto de personajes que interactúan sirve de pretexto para que la ciudadela se convierta en una especie de organismo, célula gigante, que coexiste gracias a los muros psicológicos que se imponen sus habitantes. Por intervalos se puede sentir la angustia de Ciro, sus deseos más íntimos y sus enojos más abiertos, siempre protegido bajo el manto de que nadie conoce la misión que lo llevó a ese sitio.

El Varado obtuvo mención honorífica del Premio Ignacio Manuel Altamirano de Narrativa 2015-2016, que incluyó la publicación en una bella edición por parte de la Universidad Autónoma del Estado de México, que a decir del jurado “es una obra ambiciosa e interesante donde no abundan las frases históricas ni negras, sino específicas”.

No me cabe la menor duda de que Pablo Rodríguez Cabello es un destacado debutante dentro de la narrativa mexicana, y que leer su novela El Varado es más que un gozo, un privilegio saber que la calidad literaria es el sello distintivo de este escritor. Enhorabuena.

*Rodríguez Cabello, Pablo, El Varado, México, UAEM, 231 pp.