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Army of the Dead: menos emocionante que una mancha de cátsup en la camisa

FOTOS: Internet

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

La Paz, Baja California Sur (BCS). Parecía un viaje alucinante. Se esperaba como una irrupción del género después de aquel brillante debut como director de Zack Snyder llamada: Amanecer de los muertos estrenada en 2004. Incluso, logró lo que ni Cuarón con Roma, ni Scorsese con El irlandés que tanto buscaron: que Netflix los apoyara con una distribución comercial en salas de cine que fuera más allá de los festivales. Y a todo eso, se le suma el hype que Snyder trae tras el estreno su épica versión de la Liga de la Justicia con todo y sus pleitos con los ejecutivos de Warner Bros y su tragedia familiar que lo obligó a despedirse del proyecto en aquel momento. Pero no, este pretendido blockbuster llegó sin alma, y vaya que es mucho decir aún en una película con zombies de por medio.

El principal problema de la película es el guion. Zack Snyder es un genio de la composición cinematográfica y ha logrado revolucionar su lenguaje —recordemos 300 o Watchmen, por citar algunos ejemplos—, pero es un terrible guionista. Aun recuerdo la profunda decepción que me causó Sucker Punch del 2011, y aquí, para el primer acto de la película, las alarmas estaban sonando a todo lo que da, y jamás dejaron de sonar. La historia está construida torpemente, en ningún momento se siente tensión o emoción, todos los personajes parecen de relleno y salta sin contemplaciones de la comedia, al gore, al melodrama, al thriller, sin aterrizar un tono definido. En palabras llanas, no sabes si reír o llorar, y al final todo queda en un profundo y filosófico: —Meh!, ya van más de dos horas y esta película aún no acaba.

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Un mundo de diferencia con la ya mencionada película debut del 2004, que tan solo en los primeros 10 minutos de metraje genera múltiples bifurcaciones emocionales de una historia que vale la pena ver. Quizás, si le hubiera pedido ayuda a James Gunn —autor de ese guion, también escritor y director de la saga de Guardianes de la Galaxia— otra cosa hubiera sido.

Al menos, el espectáculo visual valdrá la pena. No, no, no y no. O quizás sí, pero ya no importa. Filmado en digital, se nota una falta de atención al detalle y la utilización de herramientas visuales sin ningún fin dramático. Tan solo un ejemplo: la mayoría de los diálogos están filmados con el fondo desenfocado, algo similar a lo que hacemos en nuestros teléfonos cuando ponemos la cámara con el efecto bokeh. Y es desesperante ver como el actor lucha a muerte contra el director de fotografía para no salirse de foco. Es como si la película la hubieran grabado con un IPhone, siempre en modo retrato.

Bueno, de perdida tendrá buenos efectos. ¡Uy! Pues no, tampoco. Los efectos digitales son un lastre en todo el filme. Si bien, somos testigos de un festival de sangre, sesos y vísceras, es difícil reaccionar mas allá de una leve risa por el efecto que la sangre digital recrea en pantalla. No sorprende, ni emociona, aunque los litros de sangre digital sean ilimitados, una botella de salsa cátsup provoca más terror que lo que vimos en esta película.

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Crítica: Guardianes de la Galaxia Vol. 2; ¿mejor que la primera parte?

Los Guardianes de la Galaxia Vol. 2. Imágenes: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ***** Bien actuada, escrita y dirigida

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En 2014 Los Guardianes de la Galaxia llegaban como una apuesta menor al universo Marvel, pero resultó ser una película que vino a refrescar el cine de superhéroes y lanzó nuevas pautas para su realización. Bajo este panorama, la segunda parte se enfrentaba, ahora sí, a la presión de entregar un producto a la altura y que respondiera a unas altas expectativas que el público, fans, crítica y la industria en general esperan, y puedo afirmar que no defraudará  a nadie.

Los Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es una película muy entretenida, llena de acción, efectos especiales y mucha comedia. En realidad, más que un filme de superhéroes, es una comedia espacial muy atípica pero muy acertada, dándose lujos de usar referencias pop ochenteras en los límites del universo y aún así, mantener su atención de manera explosiva y emotiva.

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El director y escritor de la saga, James Gunn, demuestra que la primera parte no fue obra de la casualidad y muestra una evolución y madurez en su estilo que desemboca en un espectáculo visual que está perfectamente cimentado en un argumento sólido y en un guión casi perfecto, que sabe lo que quiere, que lo consigue y además, logra independizarse del universo Marvel para crear una saga por sí misma. Es decir, se quita de encima la sombra de Iron Man que ha sido el eje de este universo y si por alguna razón, en la próxima película de The Avengers aniquilan a todo el equipo, Los Guardianes de la Galaxia sin ningún problema podrán continuar riéndose de todo y salvando el cosmos existan o no Shield, Tony Stark o el Capitán América.

El reparto, liderado por Chris Pratt como Star-Lord, también presume una evolución en sus personajes y logran desarrollar su “anti-química” de manera hilarante, sobre todo con el personaje al que da voz Bradley Cooper Rocket Racoon, que pudiera parecer algo simple, pero es destacado que un personaje creado por computadora logre un nivel de comunión con el equipo como una pieza clave del mismo y llevándose uno de los momentos más emotivos de todo el filme. En anteriores reseñas me he quejado amargamente del CGI, pero aquí, todo está tan bien construido, que pronto se te olvida que Rocket es un  mapache creado a computadora.

Asimismo, el Drax de Dave Bautista sorprende como el alivio cómico de sí, una comedia –perdón por la redundancia– mientras Zoé Saldaña como Gamora es la que menos evolucionó en su personaje, pero su propio arco argumental logra ser parte importante de la trama. Y claro, Baby Groot con la voz ¿¡!? de Vin Diesel arranca suspiros de ternura al por mayor.

El segundo volumen de esta saga espacial con miles de referencias y alguno que otro cameo ochentero es una reelaboración de la fórmula que conocimos en 2014. Es el mismo platillo, pero con adiciones que le añaden sabor y espectacularidad. Y en el eterno debate de “segundas partes nunca fueron buenas”, en esta ocasión yo digo que sí, esta segunda parte es mejor que la primera. Y si comenzamos con los argumentos, antes de empezar con todo lo que acabo de exponer en párrafos anteriores, los retaría a encontrarle un pero a la escena de créditos de iniciales. ¡Qué inicie el debate!

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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