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Buscan Congreso y autoridades impulsar arte rupestre en BCS

FOTO: Archivo

La Paz, Baja California Sur (BCS). A través de un boletín de prensa, el presidente de la comisión de cultura, Rigoberto Mares Aguilar dio a conocer que se busca sentar las bases, para revisar de manera integral la Ley de Cultura del Estado. Esto, tras presidir la primera mesa de trabajo con el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Secretaria de Turismo Estatal, diputadas y diputados.

El presidente de la comisión, declaró que se busca integrar “una ley al servicio de la cultura, al servicio del arte que permita proteger nuestro patrimonio cultural, nuestro patrimonio histórico, que permita la divulgación”.

En la mesa de trabajo, destacaron las coincidencias por impulsar la conservación y promoción del arte rupestre en Baja California Sur localizado al norte del Estado, asimismo su impacto cultural, histórico, turístico, económico y social. De tal manera que se impulsé entre autoridades de los tres niveles de gobierno y el Poder Legislativo.

Para finalizar, acordaron diseñar la ruta crítica y un cronograma de trabajo que permita integrar la propuesta de reforma a la Ley de Cultura del Estado, la cual se podría presentar ante el pleno en el primer periodo del segundo año del ejercicio constitucional que comprende de septiembre a diciembre de 2022.




El patrimonio histórico cultural de La Paz

Todas las fotos son de la fototeca del Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”.

Colaboración Especial

Por Elizabeth Acosta Mendía

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Para valorizar el patrimonio histórico cultural de La Paz, es necesario formular un inventario actualizado de los elementos considerados en este rubro.  De igual forma, falta conocer la historia de los edificios y monumentos antiguos, y todo lo que ello conlleva, por ejemplo, el estilo arquitectónico, tipo de construcción, régimen de propiedad, fecha de construcción, modificaciones o alteraciones en su interior o exterior, características y estado de conservación. Los edificios y monumentos son imágenes de una ciudad, son símbolos de la historia y de la identidad, son el puente del pasado con el presente y sin duda alguna, forman parte del acervo cultural de una ciudad.

De acuerdo con la Ley Nacional de la materia, son considerados monumentos históricos los edificios construidos para utilizarlos con distintos fines, cronológicamente, de 1521 hasta el año de 1899. En este sentido, no están considerados otros valores del patrimonio cultural antes y después de este período. En Baja California Sur, los monumentos más antiguos son las edificaciones misionales establecidas por los jesuitas franciscanos y dominicos. No obstante ser un Estado joven y que sus poblaciones surgieron a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la mayor parte de sus construcciones no son consideradas por la citada ley. Sin embargo, los edificios y construcciones edificadas en las primeras décadas, son parte del patrimonio cultural del Estado, pues están ligados al devenir cotidiano de los acontecimientos más sobresalientes de la historia de la región.  De ahí la vital importancia de conocer mucho más acerca de ellos.

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El objeto de estudio de la historia es el ser humano y la sociedad. Por ello, la historia tiene una función básica con la comunidad que es proporcionarle, desde su perspectiva, una visión de su pasado para así lograr conceder su presente. Es función del historiador, la de difundir el pasado y sus raíces a la comunidad sudcaliforniana. En este contexto, no es sólo indagar sobre el conocimiento de la historia de Baja California Sur, a través de la crónica de sucesos, centrándose en la memorización de fechas, lugares y nombres de personajes, sino en sus procesos históricos; sus diversas facetas, sus ciudades, pueblos, personajes, instituciones, edificios, monumentos, problemáticas, actividades económicas, políticas, sociales, culturales, deportivas, etcétera.  Es decir, la historia debe propiciar la concientización de la comunidad y sus integrantes.

Sus habitantes —en forma especial, las nuevas generaciones— al conocer la importancia y el valor que poseen tendrán elementos suficientes para identificarse con ellos y sentirse orgullosos y los tomarán como parte suya, es decir, tendrán conciencia histórica de su pasado, de sus antecesores, de sus instituciones y organizaciones.  Así lograrán satisfacer su necesidad de arraigo y de identidad, no sólo nacional sino local y sobre todo en La Paz, que es una ciudad aislada con el resto del país.

Sin embargo, acaso sabemos ¿cuántos monumentos y edificios históricos existen en nuestra ciudad? ¿Cuántos han desaparecido, por desastre natural como los incendios o intencionalmente para dar cabida a otro edificio más moderno? ¿En qué consiste el Patrimonio Histórico-Cultural del Municipio de La Paz? ¿Existe alguna Ley o reglamento que regule si se debe modificar o alterar los edificios públicos o privados? Estas son sólo algunas preguntas que nos planteamos para saber en qué condiciones se encuentra el patrimonio histórico cultural de La Paz.

Leyes y reglamentos

Durante el siglo XX, el Gobierno de la República decretó varias leyes sobre  la conservación de monumentos  históricos y objetos históricos y artísticos, inclusive en la de 1972 se estipuló que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) era el organismo competente para planificar y conservar el patrimonio histórico-cultural de México.

En este decreto se mencionaba como patrimonio cultural al “conjunto de bienes y expresiones artísticas e intelectuales desarrolladas en la entidad; la suma de obras de relevancia histórica, estética, arquitectónica, urbanística, científica y tecnológica; el compendio de manifestaciones y prácticas sociales significativas desde el punto de vista de los valores y tradiciones populares, así como los bienes y zonas paleontológicas, arqueológicas, históricas y naturales de importancia para los habitantes del estado”.

En el caso concreto de BCS, en el año 1985 se realizó el levantamiento físico y de investigación para la elaboración del Catálogo Nacional Monumentos Históricos Inmuebles de Baja California Sur, también se hicieron en otros estados de la república, publicado  por el mismo INAH, la Secretaría de Educación Pública, el Programa  Nacional de las Fronteras y el Gobierno del Estado.

El objeto del  catálogo fue, en ese momento, proporcionar y enriquecer el conocimiento del patrimonio histórico “arquitectónico” y saber  cómo está conformado dicho patrimonio  y cuáles son sus características.  Este un elemento importante para tener en cuenta una primera evaluación de lo que se puede considerar como monumentos e inmuebles históricos.

En dicho catálogo se levantaron un total de 205 fichas de inmuebles históricos,  de las cuales correspondieron a los cuatro municipios en esa fecha serían Comondú, Mulegé, La Paz y Los Cabos. Los inmuebles considerados se tomaron en cuenta a la fecha de su construcción, a partir del siglo XVIII hasta la tercera década del siglo XX. Es de mencionarse que al ser un proyecto elaborado  desde la Ciudad de México, hubo un desconocimiento de una gran cantidad de edificios que no fueron considerados inmuebles históricos.

Hoy en día, algunos de estos inmuebles inventariados en 1985, se encuentran abandonados, descuidados e incluso algunos demolidos para dar entrada a una construcción modernista. Otros que no fueron tomados en cuenta han desaparecido total o parcialmente. En esos espacios han surgido una serie de negocios de diversa índole.  Inclusive edificios oficiales se encuentran en la actualidad ocupados como oficinas.

Ley en la congeladora

Ante estos ejemplos de destrucción que han hecho las autoridades para el rescate  de los inmuebles, ya sean públicos o privados que todavía permanecen de pie, el 4 de noviembre del 2008 el Poder Ejecutivo envió a consideración del Congreso del Estado, la iniciativa de ley denominada Ley  para el Desarrollo Cultural del Estado de Baja California Sur, para su ratificación y publicación correspondiente. En ella se expone la importancia del patrimonio cultural, desde el punto de vista jurídico, se entiende de como una rama del derecho cultural que regula la investigación, protección, conservación, restauración, recuperación y uso de los bienes culturales muebles e inmuebles valiosos y los espacios en que se encuentran, así como los objetos singulares creados y legados históricamente por la sociedad a través de su evolución en el tiempo.

Son pues, estos conceptos, los que se plasmaron en la referida iniciativa de Ley que aún permanece atorada o congelada y se insiste en reafirmar en la iniciativa que la protección, la promoción, y el mantenimiento de la diversidad cultural son una convicción esencial para el desarrollo sostenible en beneficio de las generaciones actuales y futuras.

Se dice también, que la cultura constituye una dimensión fundamental del proceso de desarrollo y contribuye a fortalecer la independencia, la soberanía y la identidad de las naciones. Se reconoce que el patrimonio cultural que además de lo edificado, se integra por los usos, representaciones, expresiones, conocimiento y técnicas de cada comunidad, toda vez que nuestra entidad posee una riqueza natural que se manifiesta en tradiciones, costumbres, historia, monumentos, es decir, en servicios y bienes culturales, tangibles e intangibles de valor incalculable.

Ante este panorama actual, resulta  imperativo desahogar y activar la presente iniciativa que se encuentra durmiendo en los sueños de los justos porque es urgente implementar una política implementada por los principios de democratización, regionalización, eficacia, participación y respeto que fortalezca nuestra entidad, reduzcan el fenómeno de transculturización, y estimule las manifestaciones culturales de BCS ejerciendo estrategias acurdes con las exigencias del presente siglo que permita dar respuesta a las necesidades propias del Estado y sus municipios con el compromiso de preservar su entorno histórico.

En la actualidad se carece de un compromiso para la protección del patrimonio cultural tangible, ya sea arquitectónico o de otra índole, para preservar la imagen rural y urbana que es motivo de orgullo para Baja California Sur, que sea un ejemplo protegiendo y respetando siempre la propiedad pública y privada, y respetuosa de las diferentes esferas de gobierno y sus respectivas competencia como son el Municipio y la Federación.

En los últimos años, mucho se ha comentado en diferentes medios de comunicación la importancia y el objeto de esta ausencia legal que propicie las mejores condiciones para todos los factores, pero sólo hemos encontrado un grupo de investigación de la UABCS preocupado por el ordenamiento, preservación y protección del patrimonio histórico a través del doctor Gilberto Piñeda Bañuelos, quien en diferentes foros ha manifestado la pertinencia de contar con el instrumental adecuado para este punto en comento. Ninguna asociación civil, organismo camaral, profesor, arquitecto, ingeniero o arqueólogo, se ha interesado por el rescate del patrimonio. Ello es de vital importancia promover el surgimiento de organismos y comisiones que se integren y se interesen en la preservación del patrimonio histórico cultural, de las ciudades, pueblos y del Estado en general.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




El infierno que destruyó La Perla más querida de La Paz

FOTO: Internet

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El día jueves 12 de octubre del año 2006 será una fecha que quedará grabada para la posteridad en la mente de miles de paceños. Aquel día se desató uno de los incendios más voraces que haya ocurrido en la ciudad de La Paz y que acabó con la tienda de mayor prestigio del Noroeste de la República Mexicana, La Perla de La Paz.

De acuerdo a los reportes del Cuerpo de Bomberos del Municipio de La Paz, el incendió dio inicio a las 10:00 horas. Durante los días anteriores se habían realizado labores de mantenimiento del edificio y precisamente se había agendado, por parte de los herreros, el soldar diferentes materiales en el departamento de damas (algunas personas afirman que era en el sótano). Aparentemente —y eso suponen los peritos en siniestros de este tipo—, el incendio de la tienda inició con las chispas que saltaron por los efectos de la soldadura y que cayeron sobre la ropa y demás materiales que había cerca del lugar donde se trabajaba. En cuestión de segundos, y debido a que los artículos en exhibición eran de materiales sumamente inflamables, se desató un incendio que no pudo ser controlado por los trabajadores del negocio. Se hizo uso de los extintores, pero ya el fuego se había extendido y se volvió incontrolable.

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A la hora en que llegaron los bomberos y demás equipos de emergencia el fuego ya se había  propagado a la bodega del local y a las demás áreas de la tienda. El total de bomberos que acudieron al lugar fueron 80, además de que se solicitó la colaboración de la Marina Armada de México para hacer labores de evacuación de clientes y trabajadores de la tienda así como acordonar el sitio. Se utilizaron varias pipas extras llenas de agua las cuales fueron proporcionadas por el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de La Paz (SAPA), lo anterior debido a que las reservas de los carros cisterna del Cuerpo de Bomberos fueron insuficientes desde el principio.

FOTO: Internet

Las acciones de control de este gran incendio fueron coordinadas por el comandante del Cuerpo de Bomberos, Raúl Sánchez Castro. Afortunadamente y gracias a su experiencia y la preparación del equipo de bomberos ante este tipo de siniestros, sólo hubo cuatro personas intoxicadas por inhalar el mortal humo, dos de ellos eran tragahumos. Es importante resaltar que muchos ciudadanos apoyaron en labores de cargar las mangueras y dar ánimos a los equipos de profesionales que trabajaban por abatir las llamas. Finalmente el incendio pudo ser controlado hasta las 16:00 horas, y a las 18:00 horas se dio por concluido y se retiraron los equipos de rescate así como el operativo instalado.

Lamentablemente el terrible incendio abarcó el segundo piso del local, justo donde se encontraban los libros que daban cuenta de todo el movimiento de la tienda desde hacía más de 145 años. Todo se quemó. Es importante mencionar que esta prestigiada negociación vio la luz en el año de 1860 llamándose en un principio Don Antonio Ruffo para posteriormente, con el tiempo, cambiar su denominación a Casa Ruffo, Ruffo hermanos y finalmente a La Perla de La Paz, nombre con el que actualmente la reconocemos. Esta negociación inicialmente se dedicaba a la venta de abarrotería; se podían encontrar desde alimentos, equipo para pesca, construcción e incluso para minería. Con el paso del tiempo diversificó sus ventas y amplió los espacios de la tienda vendiendo pan, artículos de farmacia y ropa de importación. También era común encontrar en el lugar telas, vajillas, electrónicos, papelería, mercería y muchísimas cosas más.

Conforme transcurrieron los días, la empresa ordenó limpiar el sitio y evaluar los daños a la antigua estructura; el resultado fue sumamente triste: el 90% de la estructura resultó dañada gravemente y era un peligro que se dejara en pie, debía de demolerse. De inmediato se iniciaron estas acciones. Sin embargo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) detuvo los trabajos argumentando —y con razón—, que el edificio estaba considerado como Edificio Histórico y que se tenía que revaluar la estructura para determinar si sería posible dejar alguna de sus partes principales sin demoler. Para ello se contrató una empresa perteneciente al conocidoprofesor José Javier Farah de Anda, el cual realizó los cálculos que determinaron que la fachada principal del edificio podía rescatarse construyendo una estructura de metal que soportara todo su peso y con ello lograr su conservación. Y así se hizo.

Actualmente, al pasar por la calle Carlos M. Esquerro desde la esquina de Agustín Arriola hasta llegar al callejón Ignacio Bañuelos Cabezud, se puede apreciar la fachada de lo que antes fuera el orgullo de nuestra ciudad y la joya más preciada de todo nuestro territorio. Ahora da mucha tristeza ver sus portones de madera semidestruidos por el fuego o los muros de ladrillo cubiertos de cantera y cemento, agrietados, deformes, con un color cadavérico. Fue mucho el daño que hizo el fuego. La mayoría de los paceños piensan que sería mejor demoler lo que ahí quedó ya que representa un peligro latente de derrumbe además de restringir la circulación peatonal por la acera del lado de lo que fuera la fastuosa Perla de La Paz.

La tienda sigue funcionando, fueron habilitados los edificios, también propiedad de la familia Ruffo, que se encontraban enfrente de la entrada principal de la antigua tienda. Ahí siguen ofreciendo, aunque de forma más limitada, ropa y accesorios de vestido.

La Paz sigue su curso, el tiempo no se detiene por nada ni por nadie, pero aquellos que caminamos por los pasillos de esta tienda desde que éramos unos niños y hasta que llegamos a la adultez, jamás olvidaremos los olores, las texturas, las caras de aquello que vimos y vivimos en lo que fue uno de los edificios más maravillosos y representativos de las riquezas de esta tierra y de la gente que la hizo grande con trabajo y dedicación.




Museo de las Misiones en Loreto, el único de arte sacro en el Noroeste

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Cristo en el Santo Sepulcro, pieza clave en el Museo de las Misiones. Fotografías: Modesto Peralta Delgado.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Museo de las Misiones, ubicado en el corazón de Loreto —exactamente a un costado de la Misión de Nuestra Señora de Loreto— es el más antiguo de la península de Baja California, también es el único dedicado al arte sacro en el Noroeste Mexicano, y quizá sea el más visitado de Baja California Sur, dio a conocer Joaquín Muñoz Rendón, director, en entrevista exclusiva para CULCO BCS.

“Este inmueble se construye en el marco de las llamadas Reformas Borbónicas. El visitador José de Gálvez ordena la construcción de un almacén general posterior a la expulsión jesuita, estamos hablando del último tercio del siglo XVIII, cuando se construye este inmueble que sirve como almacén general. Posteriormente queda en estado ruinoso y de abandono, en el siglo XIX, y es hasta mediados del XX que es rescatado tanto por la comunidad como por las autoridades; se le da el uso de secundaria federal; y en 1973, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo convierte en el Museo de las Misiones Jesuísticas de Loreto”, dijo.

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La privilegiada ubicación del Museo de las Misiones hace que sea un imán para todos los turistas que visitan Loreto.

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“En su conjunto —explicó Muñoz Rendón— el museo forma un discurso que nos habla del proceso histórico cultural y en ese sentido todas las piezas son valiosas”; se trata de óleos del siglo XVIII y objetos de uso cotidiano de los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, hay piezas claves que consiguen llamar más la atención de los visitantes: tres pinturas al óleo, una de San Ignacio de Loyola, precursor de la Compañía de Jesús; objetos antiguos provenientes de Asia; el trapiche y la noria; y en especial, la escultura de Cristo en el Santo Sepulcro.

“En la última sala tenemos una escultura del Cristo en el Santo Sepulcro, una escultura casi tamaño natural, articulado. Esta pieza en particular formó parte de una exposición que fue a Estados Unidos y a algunos museos de México, y es considerada pues, por su estado de conservación y la manufactura, como una de las piezas más importantes, creo, no sólo de este museo, sino del Noroeste de México”, señaló el Director del Museo de las Misiones Jesuíticas de Loreto.

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Cristo en el Santo Sepulcro. Data del siglo VXIII.

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La escultura es del siglo XVIII, es de madera tallada, estofada y policromada, y formaba parte de la ornamentación de la Misión de Nuestra Señora de Loreto. “Los comentarios que tenemos —los registros orales—, es que esta pieza se encontraba en la sacristía de la Misión cuando ésta se encontraba en estado de bastante deterioro”; luego, la pieza fue trasladada a la Ciudad de México donde se restauró y se incorporó como parte de las colecciones del museo.

De hecho, no es la única pieza del Museo de las Misiones que fueron encontradas en la Misión de Loreto. “Tenemos algunas pinturas y algunas esculturas que formaban parte de la ornamentación de la Misión de Nuestra Señora de Loreto y alguno que otro templo. En el período en que fueron restauradas, estas piezas fueron rescatadas, estaban en un avanzado estado de deterioro, y se consideró que el resguardo del museo era el adecuado y se complementó con otras piezas que llegaron con fines museográficos”.

En las diferentes salas se pueden apreciar óleos que muestran a algunos de los principales evangelizadores de la antigua Baja California; las salas nos llevan por diferentes etapas, que van desde los usos y costumbres de los antiguos cochimíes y guaycuras, hasta los objetos que actualmente se siguen utilizando en algunos ranchos. Destacan los “objetos provenientes de algunos países asiáticos, de Filipinas, de China y de Japón, que nos hablan justamente de la importancia del comercio marítimo de la Nao de China; y en el jardín del museo tenemos algunos instrumentos de labranza, parte de lo que fue la tecnología agrícola del siglo XIX, como el trapiche y la noria que también llaman mucho la atención”.

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Noria, técnica con la cual extraían agua en la antigüedad.

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Hasta 300 visitantes

Aunque no se tenían los datos precisos a la mano, Muñoz Rendón presume que el Museo de las Misiones podría ser el más visitado de BCS, recibiendo hasta 300 personas en un solo día, lo que en buena medida se debería a su ubicación; se estima que de cada diez turistas que llegan a Loreto, siete visitan este reciento que antiguamente fueron oficinas de tipo administrativo, pues no hay registro de que aquí haya sido habitado por religiosos o se realizaran actividades eclesiásticas.

“Es un museo muy visitado, porque Loreto, como “Capital de las Californias”, obviamente uno de sus atractivos es la Misión de Loreto y la de San Javier, y es un punto de referencia (…) En un día podemos registrar de 50 a 200 visitantes, en verano baja un poco, pero cuando viene un barco, pueden entrar hasta 300 personas en un día (…) Creo que el porcentaje que visita Loreto y visita el museo es muy alto, podríamos afirmar que de diez que visitan Loreto, al menos siete visitan este museo”.

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A la izquierda del Museo de las Misiones se encuentra la Misión de Nuestra Señora de Loreto, perfectamente visible, incluso de aspectos de su interior.

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El Museo de las Misiones Jesuíticas se localiza en Salvatierra 16, entre Misioneros y Pino Suárez, en la colonia centro de Loreto, al lado de la Misión y a unos pasos del Palacio Municipal. Tiene un horario de martes a domingo de 9:00 a 18:00 horas, con un costo de entrada de 50 pesos, pero es completamente gratis para estudiantes, profesores y pensionados, y los domingos también pueden entrar sin costo los turistas nacionales. Su teléfono es el 01+(613)+1350441.