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Invitan a espectáculo multisensorial itinerante sobre historia de Hospital Salvatierra

FOTO: Archivo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Por medio de un comunicado de prensa del Gobierno del Estado se informó que, la Casa de Cultura del Estado de Baja California Sur, Maestro J. Armando Manríquez Manríquez invita al público en general a la puesta en escena del espectáculo multisensorial itinerante, Hospital Salvatierra, historia, drama y leyenda.

Esta obra teatral, enmarcada en el 132 aniversario del Hospital General Juan María de Salvatierra, es producida por Alejandro Moreno Abaroa y versa sobre las vivencias propias e historias del nosocomio en la época de finales del siglo XIX e inicios del XX.

Las presentaciones serán los sábados 16, 23 y 30 de julio y 6 de agosto con dos funciones gratuitas a las 20:30 y 21:20 horas, con cupo limitado a 25 personas.

Por último, el comunicado de prensa resaltó que, el director del espectáculo multisensorial, reiteró la importancia de que las nuevas generaciones conozcan el trabajo realizado por hombres y mujeres que forjaron las bases para el sistema de salud con el que contamos, obra que rescata historias de vida de un pasado que no debemos olvidar.




Las leyendas de la taconuda y la planchada

Foto: Internet.

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). El imaginario colectivo, en especial en fenómenos sobrenaturales o no explicados, siempre tiene cierta similitud, quizás por una recurrente manera de presentarse o por la manera similar de pensar que tienen las personas; o quizá se deba a que la naturaleza del mito y la leyenda es de transmitirse de boca en boca, y esto homogenice tales relatos.

La leyenda de la taconuda, se cuenta en el resto de la República generalmente de la siguiente manera: Hace muchos años, vivía una joven mujer que vestía un vestido de color rojo y unos altos tacones, los cuales se escuchaban por toda la calle; la joven se dedicaba a la prostitución. Cierto día, la mujer aparece sin vida en un callejón cerca del lugar donde trabajaba; desde entonces, las personas que pasan por esas calle de noche, afirman que han oído el sonido de los tacones y que, de vez en cuando, se oía algún que otro llanto, el cual era muy escalofriante.

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Esta leyenda Mexicana causa temor en las personas que pasan por calles solitarias, especialmente de noche. Se dice que esta joven tenía 27 años de edad, y muchos afirman que fue asesinada por clientes que habían pedido sus servicios.

Hablar de la leyenda de la taconuda en Baja California Sur, nos redirige a uno de los barrios más antiguos de la ciudad de La Paz, el barrio del Manglito, el cual, junto a El Esterito, es parte de los primeros asentamientos de la ciudad. Siendo una de las zonas con más historia de La Paz, tiene una gran riqueza en leyendas y relatos, incluyendo infinidad de aparecidos, e incluso una carreta espectral, la cual escuchan venir siempre que alguien de la zona va a morir.

Según los habitantes de la colonia del Manglito, el espectro de la taconuda se trata del alma en pena de una señora de elegancia sin igual, que todos los días iba, vestida impecablemente y portando sonoros tacones, a esperar a su amado, que había partido en un barco y nunca regresó, quedándose penando por la eternidad.

Otra versión de la leyenda, cuenta que una dama de la alta sociedad, la cual era muy alegre y elegante, acostumbraba todas las noches ir a las mejores fiestas de la ciudad; un día, saliendo de una de esas fiestas, después de caminar con sus tacones por todo el malecón costero, unos sujetos la comienzan a seguir, ella se da cuenta y trata de escapar. Pero la huida es imposible, y entre golpes, jalones y demás, es asesinada.

Al parecer, la joven dama, después del terrible hecho, quedó penando en el lugar, ya que muchos aseguran que, cuando un hombre camina por ahí, comienza a escuchar el sonido de unos tacones y a lo lejos observa una curiosa y bella dama; se dice que, si trata de alcanzarla, esta se desvanece, y en su lugar, el pobre hombre, sólo encuentra en el suelo un antiguo esqueleto junto a unos tacones, ya muy viejos y desgastados por el tiempo.

Existen muchas versiones, incluso encontraremos leyendas bajo el mismo nombre en el resto del país; otra versión relatada por la Profesora Marianela Abarca Cancino, de la Benemérita Escuela Normal Urbana del Estado, nos muestra cómo tal espectro atormentaba a los estudiantes.

A las dos de la mañana, en el corredor del internado, resonaron los tacones de una mujer que caminaba de un lado hacia el otro de forma nerviosa, los pasos fuertes, misteriosos, llamaron la atención de los muchachos, que despertaron sobresaltados y sin explicación de quién pudiera ser la atrevida que, a esa hora, deambulaba por los pasillos sin permiso, ya que a más tardar a las diez de la noche deben acostarse.

Las muchachas abrieron la puerta… lentamente… y vieron deslizarse una sombra que desaparecía en la oscuridad. De pronto apareció el velador, alumbrando el patio con la linterna; los árboles se dibujaban en el piso… las sombras reflejadas en la pared formaban el marco perfecto para que la taconuda se escondiera entre las plantas, y no la vieran cruzar sutilmente por el corredor para dirigirse a la lavandería.

Se dice que, la taconuda, veces entra a los cuartos, y se escucha el ruido del agua al abrirse las llaves misteriosamente solas; nadie se explica este fenómeno, sin embargo, algunas muchachas afirman que esto pasa seguido, e incluso que, por las noches, se deslizan suavemente las sabanas sin saber quién es que las jala.

 

La leyenda de la planchada.

En cualquier hospital existe un fantasma recurrente llamado la planchada, el cual es el espíritu de una joven estudiante de enfermería, o de una enfermera muy joven, de buenos modales y uniforme impecable, que generalmente visita y da ánimos a los enfermos; cuando los pacientes se dan de alta, generalmente quieren agradecer a la jovencita, pero los y las enfermeras desconocen a la joven de tales características, por lo que se remiten a la leyenda de esta enfermera fantasma que, en ocasiones, cuida pacientes.

Esta leyenda no varía mucho, siendo que se cuenta prácticamente igual en todo el país; incluso en la Baja California se cuenta de manera muy similar, pero con una variación muy importante: Se cuenta que, en lo que antiguamente ocupó el lugar del Hospital Salvatierra, había una monja que atendía a los pacientes tuberculosos y demás enfermos que nadie quería atender; se dice, que la amigable monja continúa apareciendo por los pasillos de lo que ahora es la Casa de la Cultura del Estado.

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128 Años de la fundación del Hospital Salvatierra

El primer Hospital Juan María de Salvatierra; fotografía tomada entre los años de 1890 y 1900. FOTO: Fototeca Nacional.

 

Colaboración Especial

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). A finales del siglo XIX, era de imperiosa necesidad la creación una unidad hospitalaria que diera atención profesional a la cada vez más creciente cantidad de habitantes de esta capital. Durante varias administraciones municipales y estatales se había acudido ante el Gobierno federal para que ofreciera los recursos para crear y proveer de lo necesario a un hospital, sin embargo, la respuesta nunca había sido favorable.

Es hasta 1889 que el Gobernador —del entonces Distrito Sur de la Baja California—, el general Bonifacio Topete, decide iniciar la construcción de lo que a la postre sería el Hospital del Distrito y que llevaría el nombre del insigne jesuita Juan María de Salvatierra, impulsor del primer asentamiento colonial fijo en la California primigenia. En documentos que se encuentran en el Archivo Histórico “Pablo L. Martínez” se pueden consultar los registros de las donaciones que hicieron ciudadanos pudientes y caritativos de esta ciudad para apoyar la construcción de ese nosocomio, así como carteles de funciones de circo, zarzuela, ópera y demás actividades con cuyos fondos recaudados se compró instrumental médico, muebles e incluso el pago de los sueldos del personal que ahí laboraría.

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Finalmente, el 14 de julio de 1890, en una gran ceremonia se inauguró este inmueble. “Contaba con dos salas con capacidad para 10 enfermos atendidos por su director el Dr. Santiago O. Biruete y sus colaboradores: los doctores Manuel M. Hidalgo, Valeriano Estrada y Federico Cota”, se lee en la cédula Una ciudad en estampas, exposición en el Centro de Artes y Tradiciones Populares de Baja California Sur. El inmueble se ubicaba en las calles Francisco I. Madero entre Juan María de Salvatierra y Manuel Torre Iglesias, en la colonia El Esterito, edificio que aún se conserva en uso.

Con el paso del tiempo, y ante las carencias económicas que se han vivido desde siempre en nuestra tierra, el hospital tuvo que ser apoyado por un patronato que realizaba colectas y actividades entre la ciudadanía para dotarlo de los insumos necesarios, sin dejar de funcionar un solo día. 42 años después de su creación, durante el mandato del general Juan Domínguez Cota, se ampliaron sus instalaciones, se dotó de 50 camas así como aparatos médicos modernos que apoyaran de la mejor atención de los pacientes.

Dentro de los célebres médicos que laboraron por muchos años en esta institución se encuentran Enrique Von Borstel Labastida, Francisco Cardoza Carballo y Raúl Antonio Carrillo Silva, de los cuales aún se recuerda su trato cálido, humano y profesional con el que atendían a sus pacientes. Entre el personal de enfermería, trabajador y esforzado, destacan Susana Osuna, Gloria Mercado, Isabel Coronado, Ma. Luisa Meza López, Anita Ruibal, Ma. Antonieta Salgado, Manuela Tellechea, María Luisa Cabrera, Leonor Salgado y Socorro Angulo, entre otros.

A finales de los 50’s, el edificio que albergó por casi 60 años al Hospital Salvatierra en El Esterito dejó de funcionar como tal, y la institución se trasladó a un nuevo edificio ubicado en las calles Virginia Peralta y Calle del Álamo en la colonia Burocrática (edificio que hoy ocupa el Centro de Readaptación Social para Menores Infractores). Durante este lapso de tiempo las autoridades del Sector Salud abandonan el nombre de este nosocomio y simplemente lo designan como “Hospital General de la SSA”.

En los años 60’s, se amplían y modernizan las instalaciones del hospital antituberculosis “Roberto Koch” (ubicado en las calles Lic. Primo de Verdad y Nicolás Bravo) para que se trasladara de forma definitiva a laborar en este sitio el Benemérito Hospital General “Juan María de Salvatierra”. Con el paso de los años, este hospital llegó a funcionar como hospital escuela (a partir de 1963) egresando de él más de 800 médicos y 300 especialistas.

El 15 de junio de 2010, se inauguran las actuales instalaciones en donde labora desde esa fecha el Benemérito Hospital, en Avenida De los deportistas entre Luis Barajas M. y Misioneros Combonianos.

Este próximo 14 de julio se conmemora el Aniversario de fundación de esta institución médica y es nuestro mayor deseo que el Gobierno Estatal y Municipal reconozcan, con un homenaje, el trabajo y las múltiples aportaciones del Hospital a nuestra California del Sur.




Mujer sepultada viva en Los Sanjuanes: escalofriante leyenda de La Paz

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La enfermera vino con un afán de ayuda, y murió de una forma horripilante. Foto: Internet.

Colaboración Especial

Por Gamaliel Valle Hamburgo

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En el año de 1894 se inauguró el Hospital Juan María de Salvatierra en las instalaciones que años después se convertirían en la Casa de la Cultura del Estado, recinto que esconde cientos de historias. Narran que la fiebre amarilla tenía atemorizada a La Paz, pues ésta no respetaba condición económica ni edad… y fue la pandemia más destructiva de la que se tenga memoria en Baja California Sur.

Debido a los pocos avances en la medicina, por aquel entonces, cuando se creían muertos a los pacientes eran enviados de inmediato al cementerio y que fueran sepultados en las zonas más retiradas de los camposantos, debido al miedo que causaba contagiarse; incluso, la conseja popular narra hasta hoy que aquellos funerales eran cortos y sin espectadores.

Según algunos documentos de la época, una enfermera religiosa llamada Graciela Labastida, proveniente de España, llegó al entonces Territorio Sur para que trabajara en el Hospital Salvatierra; sin embargo, semanas más tarde falleció víctima de fiebre amarilla, y en cuanto la creyeron sin vida fue introducida en un ataúd que se encontraba disponible y llevada al panteón de los Sanjuanes. Su cuerpo fue depositado en un mausoleo aislado como era costumbre y quedo ahí entre tantos que jamás han sido visitados.

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Foto: Archivo Histórico.

Muchos años después la orden religiosa de Sevilla, España, solicitó de la manera más amable al gobierno del Territorio Sur la exhumación del cuerpo de la religiosa para que fuera enviado de inmediato a Europa, pues su familia quería que el cuerpo descansara en el mausoleo familiar.

El día en el que fue exhumado se descubrió que el ataúd estaba rasguñado y golpeado, pues la religiosa había sido sepultada viva por error. Se corrió la voz en todo el Territorio Sur, y con esto comenzó un sinnúmero de exhumaciones para ver si alguien más no había sido enterrado cuando aún no moría.

Desde aquel momento —cuenta la leyenda—, a la religiosa se le ha visto en distintos puntos de La Paz, siendo la catedral su destino favorito para el peregrinaje eterno.