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La ciencia detrás de las armas biológicas (III)

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La demencia de Atenea

Por Mario Jaime

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Los británicos volvieron a las armas biológicas, usando la estrategia de esparcir la viruela como epidemia en poblaciones nativas, esta vez en Australia.

En 1788, el capitán de la Marina Real británica, Arthur Phillip atracó en una pequeña ensenada de la bahía de Port Jackson llamada Warrane. Los aborígenes consideraban ese sitio como un lugar significativo, eran los Eora, habitantes de la costa, pescadores de arpón y sedal. Pero Phillip tenía órdenes de fundar un penal y bautizó a Warrane como Sydney Cove como un acto lamebotas ante el ministro Thomas Townshend, Lord Sydney.

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Los Eora se opusieron a la colonización. Para 1789 los marinos eran pocos y no tenían el suficiente equipo ni para desarrollar la agricultura necesaria ni para defenderse de los ataques de los nativos. Así que recurrieron a las cobijas infectadas con viruela. Los oficiales británicos decidieron esparcir la enfermedad que terminó diezmando a los Eora y así, la historia moderna de Australia le debe a su fundación a una estrategia mortuoria con base en un virus letal.

Se puede inferir que los grandes genocidios desde el siglo XVI al XIX que mermaron y extinguieron a numerosos pueblos nativos de América y las islas del Pacífico se debieron en gran parte a las numerosas epidemias, tanto azarosas como provocadas como “armas biológicas”.

A finales del siglo XIX gracias a los trabajos de Pasteur, Koch y Lister, se afianzó la teoría de los gérmenes como agentes infecciosos. Esta teoría y los avances en bacteriología llevaron a varios científicos a proponer nuevos armamentos.armas biológicas

En la Primera Guerra Mundial, el Imperio Germánico intentó realizar actos de sabotaje esparciendo el muermo. Esta enfermedad se debe a la bacteria Burkholderia mallei, común en África y Asia pero rara en Europa. El bacilo infecta principalmente a equinos y otros animales domésticos y es sumamente contagioso, pasa a los humanos causando neumonías y septicemias. Aunque los sabotajes no fueron del todo exitosos, representaron el umbral de la pesadilla que sería el siglo XX.

La Segunda Guerra Mundial fue un parteaguas para el progreso tecno científico. No solo representó la demencia de las masacres más veloces e industriales, sino que podríamos dividir dos épocas distintas sólo con los símbolos de Auschwitz e Hiroshima.

Destaca la figura de Paul Fildes, teniente cirujano comandante de la Marina Real Británica que, al finalizar la Gran Guerra, fue asistente de un bacteriólogo en Londres. En 1934 fue nombrado miembro del Medical Research Council gracias a un trabajo con sulfamidas, sustancias antibióticas y antiparasitarias.                     

En 1940, ya en plena guerra contra Alemania, Fildes, jefe del Departamento de Biología de Porton, lideró la misión Vegetarian cuyo objetivo era estudiar las implicaciones defensivas de un posible ataque bacteriano. Fildes agrupó a un equipo de microbiólogos para contaminar un millón de pacas de alfalfa con ántrax. Estas pacas serían enviadas a Alemania, el ganado se alimentaría de ellas y mediante la zoonosis infectaría a los enemigos. No solo mataría a miles de hombres sino también a las reses, lo que ocasionaría un desabasto. Asimismo, el grupo llevó a cabo necropsias de ovejas infectadas con ántrax.

Estos estudios lograron la primera bomba de ántrax en 1942; estas armas biológicas se realizaron en la pequeña isla escocesa de Gruinard de tan solo 196 hectáreas y se documentaron en filmes a color que fueron desclasificados en 1997. En ellos, se pueden ver escenas dantescas en las que varias ovejas mueren después de que la nube bacteriana fuese liberada. La isla quedó tan contaminada por las esporas en latencia que fue hasta 1986 cuando el gobierno británico intentó limpiarla, rociando 280 toneladas de formol diluido en agua de mar. Fue hasta 1990, después de 48 años de cuarentena, cuando se declaró a la isla como un lugar habitable.armas biológicas

Al ántrax se le llamó carbunclo tradicionalmente y es provocado por Bacillus anthracis, del cual actualmente se conocen más de 80 cepas diferentes. Cuando hay condiciones no propicias, el bacilo produce endoesporas que permanecen en estadio de latencia por décadas en el suelo. Al entrar en un hospedero como una oveja o una vaca, la espora sale de su estado de latencia y se divide, produciendo diversos grados de virulencia que pueden matar al animal.

En el humano, esta virulencia se manifiesta de tres formas posibles. La primera consiste en lesiones cutáneas y es letal en el 20 % de los casos. La segunda forma implica síntomas de fiebre, diarreas y dolores gastrointestinales que mata al 50 % de sus portadores. La tercera provoca dificultad para respirar, septicemias y cianosis en las que el paciente muere rápidamente. Oficialmente, los ingleses no usaron la bomba de ántrax en la Segunda Guerra Mundial, pero establecieron la base para su evolución posterior.

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Fildes también llevó a cabo estudios sobre botulismo para ser usado en el conflicto. El botulismo se debe a la bacteria Clostridium botulinum, bacilo que adora las condiciones anaeróbicas y que también forma endoesporas que caen en estado de latencia. La bacteria produce siete distintas toxinas pero de estas destaca una neurotoxina que se ha usado en tratamientos artríticos y estéticos, conocida como bótox.  Esta neurotoxina, también llamada botulínica, es la más poderosa que se conoce. Se requieren sólo 75 ng en una dosis  de 1 ng/kg para matar a un hombre. Otros estudios indican que se requiere sólo 0.09–0.15 µg administrados por vía intravenosa para matar a un hombre de 70 kg, mientras que se requiere 0.80–0.90 µg cuando se inhala y 70 µg cuando se introduce de manera oral.

Existen otras dos especies de estas bacterias que sintetizan la toxina: Clostridium baratii y Clostridium butyricum. Las tres producen el mismo cuadro clínico: parálisis de los nervios craneales debido al bloqueo de la acetilcolina, seguidos por una parálisis simétrica y descendente que progresa hacia un paro respiratorio.

De manera natural, el hombre puede infectarse consumiendo alimentos enlatados  o embutidos que tengan un Ph ácido menor a 4.5 y bajo contenido de sal y azúcares. Probablemente, fue el botulismo el que desencadenó la locura del poeta romántico Hölderlin en el siglo XIX. Algunos platillos fermentados que no se cocinan, como los elaborados por los nativos de Alaska, representan un grave peligro para adquirir la bacteria.

En 1943, los espías aliados tenían información de que los alemanes planeaban infectar a los ingleses de botulismo usando como vectores los cohetes V1; aunque al final no lograron utilizar estas armas biológicas, Fildes ya había experimentado con granadas que contenían la neurotoxina. Cuando acabó la guerra, Fildes alardeaba que una de estas granadas fue usada en la célebre Operación Antropoide, en la que miembros de la resistencia checa asesinaron al mismísimo Reinhard Heydrich en 1941, pero esto no se ha podido probar.

Hablando de los nazis precisamente, sus médicos y científicos se enfrascaron en macabros experimentos aprovechando los cobayos humanos que llegaron a miles en los campos de concentración…

 

Continuará

Referencias

Bossi, P., & Bricaire, F. (2003). Botulism toxin, bioterrorist weapon. Presse medicale (Paris, France: 1983), 32(10), 463-465.

Christopher W (2013). “Smallpox at Sydney Cove – Who, When, Why”. Journal of Australian Studies. 38: 68–86. doi:10.1080/14443058.2013.849750.

Guillemin, Jeanne. Biological Weapons.

Harris, Robert; Paxman, Jeremy (2002). A Higher Form of Killing: The Secret History of Chemical and Biological Warfare. New York: Random House Trade Paperbacks.

Koenig, Robert (2006), The Fourth Horseman: One Man’s Secret Campaign to Fight the Great War in America, PublicAffairs.

Pearson, Dr. Graham S. (October 1990) “Gruinard Island Returns to Civil Use” The ASA Newsletter. Applied Science and Analysis. Inc. Retrieved 12 January 2008.

Sobel, J. (2005). Botulism. Clinical Infectious Diseases, 41(8), 1167-1173.

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¿El coronavirus COVID-19 tiene origen extraterrestre?

Fotos: Internet

California Mítica

Por Gilberto Manuel Ortega Avilés

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). En este artículo analizaremos las teorías que se han hecho en torno al virus SARS-CoV-2  que tiene paralizado al mundo las últimas semanas, de inicio ¿el coronavirus, fue creado en laboratorios?

Siempre se ha temido que las próximas guerras no se protagonicen con armas, sino con virus, así que una pandemia de tal magnitud alimenta la teoría de que el virus fue creado, y liberado intencionalmente o por accidente. Esto, a partir de que muy cerca del mercado donde se considera que inició el brote de infección de Wuhan, existe un laboratorio que trabaja con virus mortales y peligrosos, lo cual lo hace aún más sospechoso.

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¿Qué dicen los expertos?

Los investigadores lograron establecer que el SARS-CoV-2 (el nombre del virus que causa el COVID-19) no es una invención humana, sino que es producto de la naturaleza. El SARS-CoV-2 no tiene un origen sintético, como sugerían algunas teorías conspirativas, sino natural.

“Pudimos determinar, a partir de decodificar el material genético del nuevo coronavirus, que no se trata de una creación de laboratorio, sino que es producto de la evolución natural”, le dijo a BBC Mundo el doctor Robert E. Garry, profesor de la Universidad de Tulane, EE.UU., y uno de los miembros del equipo de investigación.

Esta afirmación echa por tierra la teoría de que el nuevo coronavirus es un “arma biológica” creada por el hombre. “Pudimos establecer que, a partir de las características genéticas del SARS-CoV-2, es imposible que alguien pudiera haberlo creado en un laboratorio”. Y para llegar a esa conclusión tuvieron que analizar el material genético del nuevo coronavirus y compararlo con los virus que actualmente están en los laboratorios de virología.  (Fuente: BBC)

¿El coronavirus viene del murciélago?

El diario estadounidense The New York Times publicó un informe sugiriendo que el murciélago grande de herradura chino (Rhinolophus ferrumequinum) podría ser el principal culpable.

Los murciélagos no solo transmiten distintas cepas de coronavirus (un patógeno que en humanos puede causar una grave inflamación en los pulmones y fiebre), también pueden transmitir otros virus, como el de el de la rabia y los de Marburg, Nipah y Hendra, que han generado brotes en África, Malasia, Bangladesh y Australia. Los científicos que estudian el origen del Ébola también creen que podría haber surgido en estos mamíferos.

Pero es importante recordar, antes de empezar una cacería injusta de estos pobres animales, que el problema no es su existencia, sino el humano comiéndolo o invadiendo su territorio, al igual que sucede cuando extraemos animales exóticos a lugares donde no son originarios y creamos un desorden natural, acabando incluso con algunas especies; así mismo, el consumir animales exóticos nos puede ocasionar muchos problemas, solo por la “emoción” de comer algo diferente, hay que recordar como muchas personas comen pez globo aún sabiendo que si el mismo está mal cocinado puede ser mortal.

Así que dejemos a los murciélagos en paz, que porten el virus no los hace culpables, ellos son inmunes a todos los virus que llevan, el humano no debería de comerlos en primer lugar, y ellos son parte importante en nuestro frágil ecosistema.

¿El coronavirus no existe?

Es verdad que durante esta pandemia, algunas personas interesadas en llamar la atención pueden llegar a inventar noticias, o exagerar datos, lo cual para muchos pone en tela de juicio la existencia del virus.

Las teorías conspiracionistas no paran con este suceso ni lo harán después que haya terminado la emergencia, ¿qué ganarían los gobiernos con lanzar un virus inexistente? ¿paralizar el aceleramiento económico de China? ¿controlar a la humanidad desde su casa? Podemos enlistar un sinfín de motivos aparentes, pero el virus es real, su mortalidad es baja, pero su nivel infeccioso es alto; muchos cuestionan la paralización de las actividades por un virus tan poco mortal, pero el salvar vidas siempre será más importante que el dinero.

¿El coronavirus viene del espacio?

Chandra Wickramasinghe, un astrofísico conocido por su decidido apoyo a la teoría de la pansmermia (teoría que asegura que la vida de la tierra llegó desde el espacio), argumentó que era posible que el virus estuviera viviendo en un cometa y que una parte de esa roca con este patógeno habría caído en forma de bola de fuego en China en octubre de 2019.

Además, que era probable que otros cuerpos hayan portado virus, cruzado su trayectoria con la nuestra y haber comenzado brotes de otras enfermedades, tales como el síndrome respiratorio agudo grave (SRAS), una grave enfermedad que a principios del siglo XXI también causó miles de muertos por todo el planeta.

La comunidad científica descarta que esto sea posible, debido a que sería muy difícil que un virus o un organismo sobreviviera a la radiación al entrar a la tierra, pero hay que considerar que no conocemos todos los tipos de vida en el universo. El portal History Chanel también nos presenta otras posibles enfermedades que hayan llegado al planeta, considerando la teoría de la Panspermia.

  1. Salmonella mutante: un experimento probó que la bacteria generadora de salmonella se desarrolla muchísimo más rápido y letalmente en el espacio exterior. En los cultivos analizados las bacterias mutaron 167 genes y produjeron 73 proteínas no detectables en la Tierra.
  2. Gripe española: la gripe española fue responsable en 1918 de una de las pandemias más letales de la historia humana. El astrónomo Sir Fred Hoyle afirmó que el virus, causante de más de 20 millones de muertes, ingresó al planeta en un meteorito y es reactivado periódicamente por el calor del sol. 
  3. La vaca loca: la encefalopatía espongiforme bovina, que se transmite a los seres humanos mediante la ingesta de carne, es generada por unos microorganismos llamados priones, que poseen una estructura muy particular. Científicos de la India afirman haber encontrado estructuras químicas muy similares en el polvo espacial de algunos cometas analizados.
  4. Ébola: este mortal virus podría haber llegado a la Tierra por la colisión de meteoritos. El organismo habría mutado durante siglos hasta ser capaz de afectar a los humanos.
  5. SARS: Este letal virus respiratorio, identificado en China en 2002, podría haber llegado al planeta en forma de polvo espacial. Científicos afirman que la contaminación podría haber ocurrido en el Himalaya, donde la estratósfera es más delgada y permeable.

Quizás nos parezca un poco irreal pensar que un virus o un organismo pueda sobrevivir en el espacio y en la tierra, pero estamos muy equivocados, para ejemplificar esto tenemos a nuestro pequeño amigo el tardígrado. Los tardígrados (Tardigrada), llamados comúnmente osos de agua debido a su aspecto y movimientos, constituyen un filo de ecdysozoa dentro del reino animal, caracterizado por ser invertebrados, protóstomos, segmentados y microscópicos (de 500 µm de media). Además, se agrupan dentro del gran grupo de los panartrópodos por presentar caracteres que sugieren que comparten un antecesor común con los artrópodos, junto a los onicóforos.

Los tardígrados fueron descritos por primera vez por Johann August Ephraim Goeze en 1773, el cual los denominó como oso de agua (del alemán Kleine Wasser-Bären, literalmente ‘ositos de agua’) y hace referencia a la manera en la que caminan, similar al andar de un oso. Más tarde, el término tardígrado (que significa ‘de paso lento’) fue dado por Lazzaro Spallanzani en 1777 justamente debido a la lentitud de este animal.

La mayoría de los tardígrados son terrestres y habitan fundamentalmente en la película de agua que cubre los musgos, líquenes o helechos, aunque también pueden llegar a habitar aguas oceánicas o de agua dulce, no habiendo rincón del mundo que no habiten. Los adultos más grandes pueden verse a simple vista porque llegan a alcanzar un largo de 0,5 mm de media. Sin embargo, los más pequeños pueden medir 0,05 mm solamente.

Se han hecho experimentos llevando a nuestros pequeños amiguitos al espacio, e increíblemente han sobrevivido. También se argumenta que muchos virus, enfermedades u organismos han estado durmiendo en los hielos ancestrales que el calentamiento global está derritiendo.

Y esto no es una suposición, ya que algunos virus que estuvieron en nuestra prehistoria y que quizás afectaron a los antepasados de la raza humana, están ahí “dormidos”, esperando a ser despertados por un curioso o un despistado; esto en realidad ya ha sucedido, ya han reactivado algunos, y efectivamente siguen vivos, por ejemplo la gripe española: investigaciones recientes han demostrado que gracias a las temperaturas de menos 30 grados centígrados de los hielos ancestrales, seguía el virus latente en las víctimas enterradas.

¿Recuerdas como el final de La Guerra de los Mundos de Orson Welles, los marcianos mueren por nuestros virus? Quizás lo que nos ha salvado de la invasión extraterrestres que muchos esperamos, no se ha dado a causa de nuestros virus.

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