Gentrificación en San Juanico. El problema de los nativos para adquirir terrenos

FOTOS: Noé Peralta Delgado.

Explicaciones Constructivas

Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). San Juanico es el poblado perteneciente al municipio de Comondú, que se encuentra en la parte más al Norte por el lado del océano Pacífico. Es un bello pueblo a la orilla del mar, y tiene fama mundial por ser el lugar donde se encuentran una de las mejores olas para aprender a surfear.

Este pequeño pueblo tiene una historia reciente y se fundó por gente proveniente el pequeño pueblo de Cadejé a mediados de los años 50 del siglo XX, como un campo pesquero para obtener del mar, abulón y langosta para después exportarla principalmente al lejano Oriente. En aquellos nacientes años, se estableció un convenio con un vecino pueblo pesquero más al Sur de Las Barrancas, que igual iban empezando con las capturas de tan preciadas especies marinas; de esta agrupación nació la cooperativa pesquera denominada «Puerto Chale S.C.L.».

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Según información hallada en el Diario Oficial de la Federación (DOF:04/08/1993), la cooperativa realizó el acta constitutiva el día 7 de julio de 1957 ante el Notario Número 1 de La Paz, Baja California Sur, y se concesionó la extracción de varias especies, pero principalmente abulón y langosta.

La cercanía con el estado de California, en los Estados Unidos, y sobre todo el arribo de jóvenes aventureros norteamericanos, hizo que estos últimos descubrieran en el lugar a mediados de los años 70, las mejores olas para surfear. Como el lugar estaba muy alejado de centros grandes de población, decidieron mantener en relativo secreto el lugar, incluso le cambiaron el nombre por el de Scorpion Bay para tratar de ocultar el pueblo a demasiados turistas.

Fue entonces cuando el Gobierno Federal, en su intento de dotar de tierras a los campesinos como postulados de La Revolución Mexicana, repartió casi todo lo que quedaba libre de territorio en la República Mexicana, creando ejidos a diestras y siniestras en todo el recién creado Estado de Baja California Sur. De esta repartición, se creó el ejido Cadejé, el cual se quedó con todos los terrenos adyacentes a las playas de San Juanico.

Los habitantes del pueblo pesquero, tenían sus predios de buen tamaño (800 M2), y podían adquirir otros más a precio muy razonable; y aunque vivían decorosamente con la extracción de especies marinas, hubo años donde pasaron serias necesidades económicas, ya sea por la baja producción o por la caída de los precios.

Una buena parte de la población no pertenece al ejido Cadejé, sino que su actividad primordial es la pesca ribereña, y cuando se hizo el decreto presidencial donde ya por fin los ejidos podían vender parcelas —a principios del nuevo milenio—, los ejidatarios, que en su mayoría vivían dispersos en la sierra aledaña y en el pequeño pueblo de Cadejé, estos hicieron lotificaciones en toda la orilla de playa y procedieron a vender, donde los clientes, sobre todo extranjeros, pagaron a un precio mucho mayor que el valor real, dando inicio con el problema de gentrificación.

El término gentrificación es un fenómeno que se da dentro de la economía capitalista, donde un lugar ó un espacio urbano habitado por personas de nivel socio económico medio-bajo es desplazada por una población con mayor poder económico. El término viene del vocablo ingles gentry qué significa una mezcla de clase baja y clase alta en una región, y que era poco común verse; este término fue acuñado por la socióloga Ruth Glass, al notar los cambios sociales que se presentaban en Londres al aumentar la zona urbana.

Volviendo al tema de San Juanico, y creemos que con alevosía, los extranjeros sugirieron al ejido Cadejé, hacer parcelas frente al mar de un tamaño demasiado grande, comparado con los recién creados lotes urbanos donde vivían los pescadores. Y el tamaño de dichas parcelas fueron de 10 mil metros cuadrados, donde se desperdiciaban mucho espacio, que los extranjeros les encantaba la idea, al no tener vecinos cercanos.

Actualmente se tiene una urbanización desigual, donde los pobladores viven en lotes medianos dentro de la mancha urbana, mientras que los extranjeros viven en terrenos demasiados grandes y con las mejores vistas frente al mar. Aunado a esto, el Ayuntamiento de Comondú —al cual pertenece el pueblo de San Juanico—, repartió de forma dudosa los pocos terrenos que quedaban en la mancha urbana, dándose otro fenómeno que es el acaparamiento especulativo de terrenos.

Actualmente, el pueblo de San Juanico, que ya se ganó la fama de ser una de las mejore solas del mundo, atraviesa por una crisis en el valor de terrenos, donde únicamente la gente pudiente o los extranjeros tienen la capacidad de comprar los predios debido a sus altísimos costos, producto de la especulación provocada por los extranjeros.

Los extranjeros lograron lo que siempre quisieron: que el lugar no creciera y se mantuviera como un pequeño pueblo alejado de centros urbanos importantes. Lo lograron, al adquirir casi en su totalidad los terrenos mejores frente a playa y sobre todo de tamaños demasiados grandes. Si el ejido Cadejé, hubiera planeado bien la desincorporación de terrenos, tendría una zona urbana planeada con calles y trazos manzaneros bien elaborados, y no como sucede actualmente que la mancha urbana donde ya no tiene para dónde crecer, y más complicado, que los terrenos en dicha zona urbana aumentaron demasiado los precios, haciendo imposible que los residentes o mexicanos puedan adquirirlos.

Según el censo del año 2010, San Juanico tenía una población de 687 habitantes, mientras que en el año 2020  contaba con una población de 512 habitantes (INEGI), dando como resltado que la población se ha mantenido, porque los jóvenes nativos salen fuera del pueblo a mejorar su economía y los extranjeros tienen su domicilio estacional y no viven permanentemente.

La idea de los lugareños, es que una vez que se electrifique el pueblo, va a ser un detonante de crecimiento económico, cuando sabemos que una economía se forma con población y que en el lugar no crece. Los extranjeros que tienen sus residencias en las playas y poco en la zona urbana, están provocando un desplazamiento de gente nativa, pero, sobre todo, con su moneda fuerte, hacen que nomás ellos puedan comprar terrenos.

Más al Sur del estado, específicamente en la zona de El Pescadero y Migriño, se tiene un fenómeno parecido, con la gran diferencia es que allá los lotes vendidos a los extranjeros son pequeños y al ser en gran cantidad, ya se puede promover la construcción de hoteles, restaurantes y agencias de turismo.

La gentrificación en este pequeño poblado ya venía etiquetada por los extranjeros desde antes de la creación de los ejidos, pero fueron las malas prácticas y el avorazamiento de los ejidatarios lo que provocó que en San Juanico nomás la gente pudiente pueda aspirar a comprar un terreno, que dicho sea de paso, no tienen los servicios públicos elementales.

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Gentrificación y turismo. ¿Cómo ha funcionado Airbnb en La Paz?

FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

Agenda Comunitaria

Por Frank Aguirre

La Paz, Baja California Sur (BCS). En semanas recientes me he dado a la tarea de plantear el tema de la gentrificación en La Paz. Me he referido, principalmente, a los estragos directos e indirectos de la falta de regulación de las plataformas de servicio colaborativo de hospedaje compartido por Internet. Sin embargo, la gentrificación tiene otras causas, efectos y variables que estaré abordando en un set de varias columnas, ya que el tema es amplio. Decidí comenzar a abordar éste tema por dos razones.

1.- Porque cientos de miles de sudcalifornianos viven con pobreza de casa. Sí, así como se lee, si rentas un depa o casa, y en tu trabajo no te dan seguro social, o con lo que ganas no te alcanza para cubrir ningún crédito bancario o de INFONAVIT para vivienda, eres pobre de casa.

2.- El despojo por violencia económica tiene poco o nulo espacio como tema a abordar, discutir o exponer en medios convencionales (televisión, periódicos impresos, digitales, radiodifusoras, etcétera—, y es hora que hablemos de éste problema.

Empecemos por lo básico. ¿qué es eso de gentrificación? como dice Sequera, es la transformación de un área de clase trabajadora, o media, de la ciudad en una zona para uso residencial o comercial. Interesante, ¿no? cualquiera pensaría a primera leída que es algo “normal”, “común”, incluso que es esperado, pues hay que “incentivar el desarrollo”. El famoso desarrollo. Te pediría lector, vuelvas a leer las cursivas. ¿Listo?

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FOTO: Modesto Peralta Delgado / Interior: Internet

Ok. Pausemos en la palabra  “transformar” ¿que implica transformar? ¿qué está sucediendo cuando cambias la infraestructura de un espacio urbano a otro? Bueno, primero, estos procesos usualmente no consideran el entorno social del lugar, como el nivel de convivencia vecinal —que de una u otra manera contribuye en temas de seguridad básica—, ni sus procesos micro-económicos que ahí suceden desde hace décadas —el consumo local, la clásica tienda de abarrotes, los jates de la esquina, el costurero o la tienda de ropa de él/la vecina/o. Construir o reconstruir vivienda sin considerar la etnografía urbana (usos y costumbres del lugar) es fomentar procesos de fragmentación social, desplazamiento a las periferias, incremento indirecto de contaminación por fuentes móviles, a veces pérdida de uso en el espacio público, abandono, y hasta inseguridad.

La gentrificación es premeditada. Se da en áreas urbanas en las que una falta de inversión por parte del gobierno (alumbrado, recolección de basura, bacheo, banquetas, seguridad, suministro de agua) y genera vecindarios en condiciones de abandono, cuya renovación puede resultar muy lucrativa. 

Como dice el maestro Espino, el proceso de gentrificación en La Paz no se da exclusivamente en la zona centro, también se da en otros lugares considerados “nuevos centros”. Un ejemplo en esta ciudad pueden ser El Esterito o El Manglito. Dándole continuidad a éste hilo, estamos hablando de la gentrificación simbólica, que puede ser desde racial hasta étnica, patrimonial o turística.

Para hablar de la gentrificación turística,un buen ejemplo es el de Airnb. Este caso es un tipo de “despojo” indirecto porque no existe una privación per se de un bien, ya que aunque quienes habiten un lugar (departamento, casa o edificio) desde hace años, incluso décadas o generaciones, mediante la renta, el dueño puede decidir qué hacer con su inmueble, sea vía legal o ilegal. O incluso quien renta puede hacer con el local lo que guste en sus adentros mientras cumpla las reglas del Estado y de su contrato de renta. De ésta forma, hay casos en La Paz de personas que rentan 5 ó 10 departamentos en diferentes partes de la ciudad —los cuales, recordemos, no son de su pertenencia— amueblan, embellecen el lugar, y lo subarrendan a través de dicha plataforma a precios incosteables para personas de clase media, media-baja.

Muchos creen que Airbnb vino a revolucionar el turismo o el sistema de hospedaje en el mundo, pero afirmar ésto sería errado si no reconocemos que antes estuvo Couchsurfing, una plataforma digital de hospedaje gratuito basado en la colectividad y lo colaborativo. Surgió en San Francisco (EEUU) en 2004, y su sistema estaba tan bien elaborado que existía un alto nivel de seguridad que mezclaba la confianza y la tecnología para no exponerse a una experiencia hostil, algo así como un embrión  del sistema de calificación de Uber. El éxito de CouchSurfing le dio la vuelta al mundo hasta encontrarse con un primer reto que no supo superar: la necesidad. Habrá quienes siempre estarán dispuestos a dar al prójimo hasta lo poco que tienen, sin embargo existe una capacidad de carga. En otras palabras un límite. El límite está en el hambre, en la necesidad de pagar una renta, los servicios básicos para poder vivir bajo un techo dentro de cuatro paredes. Y ahí es donde Airbnb supo aprovechar el boom millenial del gusto por la “experiencia”, por la vivencia comunitaria, y la economía colaborativa, así como también las ventajas del principio de pareto o la regla del 80/20: el 20% del esfuerzo para obtener el 80% del resultado, o en otras palabras, viajar barato.

Creo en la posibilidad de un mundo sin trabajo o con menos carga laboral, mediante el uso inteligente y solidario de la tecnología y la modernidad. Creo que Airbnb es una herramienta fenomenal para generar ingresos alternativos cuando la falta de trabajo o de empleo digno es lo único que puedes encontrar, y sobre todo en un país en el que mi generación no tiene futuro jubilatorio. También creo en el equilibrio económico, como es que mi vecina que trabaja de outsourcing, sin seguridad social ni laboral, con una paga precaria, pueda rentar su cuarto en Airbnb y tener un ingreso extra. El exceso está cuando la acumulación no tiene límites entre quienes, para ahorrarse unos pesos, pueden transformar una residencial entera, expulsar a pesar del contrato a decenas de familias a mudarse a las periferias, utilizar los cuartos como servicio colaborativo de hospedaje compartido por Internet, en vez de realizar los trámites propios de uso de suelo, registro hacendario y pago de impuesto para construir un hotel.

¿Cómo equilibrar el despojo turístico? Coincido con el maestro Espino en que debiera ser regular a través de más impuestos puede ser una imposición fiscal del gobierno sobre la clase media, además que existe una tendencia a la desaparición de la misma. Plataformas como Airbnb están alterando indirectamente en La Paz el mercado inmobiliario por la expansión de los pisos turísticos, lo que promueve la gentrificación de algunos barrios en el primer y segundo cuadro de la ciudad, y con ello haciendo imposible que la gran mayoría de los vecinos no puedan costear los aumentos de alquileres de las propiedades.

Por ello el balance más cercano puede estar en respetar las leyes locales y fomentar como política de vivienda los usos de suelo mixto en La Paz. Primero porque las plataformas que están promoviendo el intercambio de bienes y servicios de forma participativa generan una economía circular, sin embargo hay otras que con la misma intención se han convertido en monstruos digitales que giran únicamente en la oferta y la demanda. Segundo, porque —como escribí al principio—, existen miles de sudcalifornianos sin casa y sin futuro con certeza en cuanto a vivienda, una política pública de vivienda para la clase baja y media es una forma de resistir la gentrificación, la invasión, la expansión de la mancha urbana, la expulsión a las periferias, y como estrategia  que contribuya a fomentar la seguridad a través de la recuperación de espacios públicos mediante la densificación del lugar.

Estoy seguro hay más formas, y mejores fondos para encontrar el equilibrio en nuestra ciudad, y lo que les escribo no es ley, o sea, no la verdad absoluta, por eso creo es hora de abrir el debate y la discusión para cada caso específico de gentrificación. Ésta es una de ellas.

Agenda Comunitaria

Frank Aguirre

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Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara; fue Secretario Técnico de una comisión en la Red Nacional de Ciclismo Urbano (BICIRED MX); formó parte de la Liga Peatonal; y funge como director de la primer organización sudcalifornianana que trabaja en el Desarrollo Urbano Sustentable (“BCSicletos AC”). Fue miembro fundador de Wikipolítica BCS y  galardonado en el 2016 por el Congreso del Estado con el Premio Estatal de la Juventud. Maestro en Ciencias en Desarrollo Sustentable Por la UABCS, y autor de “La Calle Es Nuestra”. En las pasadas elecciones fue el candidato independiente más joven en la historia de Baja California Sur. Actualmente es asambleísta en la plataforma de innovación y pedagogía política “Es Posible” y miembro de la Red activista Por México Hoy.