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Invitan a Exposición Fotográfica de Compañía El Boleo

 

FOTO: ISC

La Paz, Baja California Sur (BCS). El Gobierno del Estado de Baja California Sur, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC) y el Archivo Histórico del Estado Pablo L. Martínez (AHPLM) informaron por medio de un comunicado de prensa que, invitan a visitar la Exposición Fotográfica: Compañía El Boleo: Mulegé un pueblo minero en historia y tradiciones, de la autoría del coleccionista Gamaliel Valle Hamburgo.

De acuerdo con el comunicado, el autor nació en La Paz, BCS el 4 de diciembre de 1995; estudió Arquitectura en la Universidad Mundial de esta ciudad. A sus 19 años, además tener de una docena de libros publicados y haber obtenido premios al reconocimiento de su trabajo literario. Ha señalado tener una satisfacción intangible: que los sudcalifornianos, en especial los niños y las niñas, se vuelvan a interesar en la historia de su estado.

Finalmente, esta exposición permanecerá hasta el día 10 de marzo de 2023; se invita a aprovechar estos últimos días y asistir a la Sala de Exposiciones del AHPLM ubicada en Av. Ignacio Altamirano entre Encinas y Legaspi, colonia Centro, de lunes a viernes de 08:00 a 15:00 horas. Para solicitar más informes pueden comunicarse al teléfono 612 125 0294, concluyó el comunicado de prensa.

 




Estoy aquí, aún vivo; extractivismo cultural de Minera El Boleo al pueblo Cochimí

FOTO: Mexicali686 /Interior: Internet

El Desierto Crece

Por Rodrigo Rebolledo

 

 

Estoy aquí

Aún vivo sangre mía

Vivo en tí hermano

Vivo en tí hijo mío

En tí vivo porque existes

¡Estoy aquí! En las piedras

en las montañas, en el volcán

En las cuevas, en el fuego

 -María de la Luz Villa Poblano

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  La apropiación cultural, es la adopción o uso de elementos culturales por parte de miembros de otra cultura sin permiso. ​ También se conoce como apropiación cultural indebida, y a menudo es retratada como dañina. En la cultura mediática de la post verdad, la propiedad cultural es un concepto problemático, porque al mismo tiempo que se dan estos procesos de apropiación contra la voluntad de grupos humanos históricamente discriminados, se dan igualmente otro tipo de manejo de los elementos culturales que tiene que ver con la asimilación o aculturación entre dos o más grupos humanos en continuo contacto e interrelación. Pero, cuando el uso de las prácticas e imágenes de una cultura se da sin el consentimiento de una cultura de origen, ello se considera un acto colonial -una violación-, de los derechos a la propiedad intelectual, a la identidad y a tener una cultura propia de estos grupos humanos. Un ejemplo de ello, lo encontramos en la propia sociedad sudcaliforniana, que sin duda, es el caso más reciente en el ámbito.

Se podría decir que Baja California Sur y el noroeste del país, en general es la región más colonizada del país. Además de ser parte de la colonia española, él extremo sur de la península fue durante las primeras décadas de la democracia mexicana un territorio controlado de manera centralizada hasta la segunda mitad del siglo pasado. Luego de un exterminio de los pueblos locales que jamás pudieron asimilar la cultura occidental. Para poblar la región sur de la península, se procedió a introducir mano de obra para explotar la riqueza minera y el potencial agrícola del territorio. Desde luego, esta mano de obra, fue en muchos casos constituida por integrantes de diferentes pueblos indígenas oprimidos del centro del país.

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Juan Manuel Romero Gil, menciona en su trabajo sobre la minería en Santa Rosalía que, la compañía El Boleo, entonces de capital francés, sumó a su fuerza de trabajo miles de indios yaquis como los primeros trabajadores en el mineral. Confinados al trabajo subterráneo, desde 1885 siempre hubo una población que oscilaba entre setecientos y mil indios yaquis. Menciona que es muy probable, que su arribo al mineral se haya dado en medio de la guerra de exterminio que llevó a cabo el Gobierno de México contra su raza. Aunque, los Yaqui trasladaron a Mulegé sus costumbres y creencias. Las tradiciones, aún bajo prohibición de la empresa, de celebrar la Semana Santa con cantos y danzas, ahora forman parte del atractivo cultural de la cabecera municipal que busca certificarse como un pueblo mágico, para impulsar el turismo cultural al norte del Estado. Fueron de los grupos, sin un lugar estable en el mineral. Al parecer, en la política habitacional de la empresa europea no estaba prevista la casa tipo de los mineros de origen yaqui. Estos tuvieron que construir sus casas con materiales sobrantes en las barrancas del pueblo.

Durante el verano, que resulta siempre abrasador en aquellos lugares, la neumonía, la bronconeumonía y la tuberculosis eran la causa de cientos de muertes entre los trabajadores; pues las jornadas que realizaban en el socavón estaban sujetas a climas que oscilaban entre el frío interior y el calor sofocante del exterior. A ello se sumaba un violento proceso de trabajo que consumía un promedio de diez vidas por año en accidentes menciona Romero Gil sobre las condiciones de trabajo.

En total, en esta década fallecieron 4,801 personas lo que corresponde a 436.45 defunciones por año; 36.37 muertes por mes y a 1.25 por día. En especial el trimestre julio-septiembre, de 1906 fue fatal para los habitantes, se sepultaban 2.27 personas por día. Esto obligó a establecer dos nuevos campos mortuorios a los que sobraba clientela. Sin desenterrar ese pasado, el pasado 21 de febrero, la empresa Minera El Boleo, compartió en sus redes sociales una imagen de María de la Luz Villa Poblano, integrante y líder del menguado pueblo Cochimí, y una importante promotora del reconocimiento de su cultura como una en riesgo de desaparición.

La publicación alusiva al Día Internacional de la Lengua Materna menciona a la cultura Cochimí a la cual considera en proceso de revitalización: En el municipio de Mulegé contamos con la presencia de la cultura Cochimí, la cual se encuentra en un proceso de revitalización, en rescate de su lengua y sus tradiciones.  La diversidad lingüística se encuentra cada vez más amenazada con un mayor número de lenguas que desaparecen, llevándose consigo su desaparición todo un patrimonio cultural e intelectual, publicaron. El Día Internacional de la Lengua Materna, subraya la importancia de los idiomas en la diversidad cultural, la formación del pensamiento y modalidades únicas de expresión, además de promover el multilingüismo y la preservación de las lenguas en peligro de extinción, aseguraron.

La publicación venía acompañada de una copia no autorizada del rostro de Juanita Tana Villa Poblano, capturada por el reconocido artista visual Miguel Ángel de la Cueva, sin dar crédito ni mencionar al artista o al personaje retratado. Al no ser autorizada, el autor advirtió tener derechos sobre la fotografía. Pero, además, advirtió que al ser de una agente de la cultura Cochimí como lo es Talita Villa Poblano, debía ser utilizada sólo para los fines que ella dio consentimiento. Al advertirlo, sin dar mayor explicación, la empresa minera retiró la imagen. Pero procedió a repetir la publicación palabra por palabra, ahora, usando la fotografía de las manos de una mujer de edad avanzada que parece estar preparando tortillas de harina. Una búsqueda de la imagen a través de herramientas digitales, permite saber que se trata de las manos de una mujer Rabari. Los Rabari (también conocidos como Raikas, o Dewasi) son un grupo étnico de la región Kutch de Gujarat, al este de la India.

El extractivismo es un modelo que se encarga de explotar la riqueza natural para exportarla a otros países, sin ningún tipo de valor agregado. Ese es el modelo de la minería metálica, como la que opera en Santa Rosalía, por parte de la minera El Boleo.

Los pueblos indígenas deben exigir el derecho a la consulta libre, previa e informada antes de que la cultura tangible e intangible sea usada comercialmente por foráneos o usada públicamente por el Estado. Un ejemplo es la promoción de la cultura indígena como la cultura o el atractivo regional o local, cuando los pueblos indígenas han sido sistemáticamente oprimidos y excluidos en esos mismos estados.

La apropiación cultural procede a cosificar la expresión cultural de un pueblo, que la cultura dominante oferta dentro del mercado, mientras que el extractivismo cultural es la sustracción de un saber, conocimiento o arte de un pueblo oprimido para destruirlo. Cabe preguntarse si aquí no solo se está apropiando sin permiso el rostro cochimí de Villa Poblano como uno de los últimos vestigios de esa cultura, pues además de ello, al asegurarse de presentar la cultura en un riesgo auténtico de desaparición como en una falsa revitalización, se está buscando oprimir y destruir su verdadera expresión.

Cabe recordar que, Minera El Boleo, no es la misma compañía francesa que aniquiló a miles de yaquis luego de explotarlos en sus tajos de extracción durante décadas y ahora se trata de una empresa de capital coreano, que recientemente consiguió una ampliación en sus permisos para el área de extracción a través de un proceso de consulta pública anómalo que llevó a la empresa a iniciar una campaña de posicionamiento mediático que continúa desde hace meses.

Las acciones hacia la señora Villa Poblano por parte de Minera El Boleo, se dan en un contexto muy delicado. Cuando en las tierras al norte de este proyecto minero avanzan los planes de otra iniciativa para extraer minerales en tierra Cochimí. Los productores agrícolas del Valle del Vizcaíno en Mulegé, saben de la posibilidad inminente del inicio de operaciones en el sitio por parte de Grupo México con su proyecto conocido como El Arco, en la frontera de las dos californias de la península.

Recientemente, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), dividió en dos al acuífero de Vizcaíno para formar otro al que se le puso el nombre de Llanos del Berrendo, al que se le asignó una disponibilidad de poco más de 9 millones de metros cúbicos de agua. Estas acciones, ya son vistas como una preparación para la operación de un proyecto que busca extraer minerales como oro, plata, cobre y molibdeno. En este contexto, el gobernador sudcaliforniano, Víctor Castro Cosío, pidió públicamente a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda que no autorice el cambio de uso de suelo a la minera El Arco ,por considerar que las acciones de CONAGUA deben ser revisadas antes de que inicie sus operaciones el proyecto minero.

Pero cabe exponer si acaso la proposición del gobernante es suficiente, el territorio en donde conviven las últimas comunidades Cochimíes en Santa Gertrudis, El Arco y Campo Alemán, debería ser considerado el reducto de esa revitalización que informa una empresa minera, mientras otra la amenaza con la desaparición de su forma de vida a través de la agricultura y el arte en una de las zonas más áridas y de difícil acceso del país.

El desierto crece.

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Mina El Boleo: crónica de una muerte anunciada

Instalaciones antiguas de El Boleo en Santa Rosalía. FOTOS: Modesto Peralta Delgado.

Explicaciones Constructivas

Por Noé Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Con un gran impacto por parte de la oposición de grupos ambientalistas y, siendo el sector minero, uno de los más contaminantes del planeta, la industria de la minería en la región está prácticamente destinada al fracaso en un futuro. La emblemática mina El Boleo de Santa Rosalía no es la excepción.

En noticias recientes a nivel local y nacional, el Presidente de México anunció que se les negaban los permisos que estaba solicitando para una ampliación en la explotación diversos metales como manganeso y cobre, principalmente. El impacto de la noticia a nivel nacional fue mínimo, pero a nivel local cayó como una bomba, ya que hablar de la mina El Boleo, es hablar de la principal fuente de ingresos y de empleo del bello puerto de Santa Rosalía, en el lejano municipio de Mulegé.

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La piedra de la abundancia

Para entender el nacimiento de Santa Rosalía y la mina El Boleo, debemos de hacer un poco historia, y saber que desde el inicio de la explotación minera, se sabía con gran certeza que no iba haber cobre que durara tantos años de explotación, por lo que en sus inicios las compañías extranjeras aprovecharon las “fáciles” concesiones otorgadas por el Gobierno Mexicano para exprimir todo el cobre posible de las entrañas de la serranía aledaña a Santa Rosalía, y claro, también haremos una breve reseña del supuesto renacimiento reciente de la mina, ya de la mano de las empresas coreanas y canadienses.

Como se cuenta en la mayoría de los libros de historia regional —y un poco a manera de mito—, se dice que corría el año de 1868 cuando el señor José Rosas Villavicencio (en otras fuentes se menciona el apellido “Rosa”), oriundo del pueblo de Santa Águeda, descubrió por casualidad una piedra color azul prusia, y la llevó a un marinero de la región, quien a su vez la llevó al puerto de Guaymas para su estudio y análisis. Don José desconocía que la piedra tan llamativa que se había encontrado en alguna parte de la sierra era una roca que después bautizarían  como “boleita” los geólogos —esto, por su origen— y que contenía grandes cantidades de cobre y de muy buena calidad, únicamente equiparables con la región minera chilena de Chuquicamata, en el desierto de Atacama —y que aún en la actualidad posee las más grandes reservas de cobre del mundo.

Una vez que los especialistas descubrieron que dicha piedra contenía cobre y era factible de explotación corrió la noticia por el mundo sobre su posible explotación a gran escala desde los Estados Unidos hasta Europa, pero el ingeniero francés Georges Alfred de la Bouglise quien, como principal representante de la empresa minera Societé Anonyme des Mines de Lexington, adquirió del presidente Porfirio Díaz todos los permisos de explotación por 100 años. Cabe destacar que el magnate norteamericano, James Rothscild, también ofreció al Gobierno de México la solicitud; pensamos que don Porfirio se decantó por los franceses por la admiración que este tenía hacia la cultura francesa, y según se dice, para mantener una buena relación con Francia después del asesinato del emperador Maximiliano de Habsburgo.

El contrato para inicio de los trabajos de la compañía denominada: Compagnie Du Boleo, fue el día 7 de julio de 1885, donde se firmó un contrato por un millón de pesos en oro (desconocemos a donde fue a dar el recurso) y por un tiempo inicial de 50 años prorrogables a más tiempo, dependiendo de la extracción; también la empresa extranjera se comprometía a fundar un pueblo con los servicios básicos y dar empleo a la comunidad nativa, que al estar escasa se mandó traer a indígenas yaquis del vecino estado de Sonora para poder satisfacer la demanda de mano de la recién creada empresa.

El inicio fue alentador para la región, y más para el empresa minera, que consiguió por parte del gobierno una exención del pago de impuestos por concepto de aduanas. Los geólogos de la empresa hicieron estudios corroborando la buena calidad del cobre que estaba incrustado el recién nombrada piedra boleita, y ya desde ese momento se especulaba que la producción total sería de 900 mil toneladas. En un lapso de 50 años, era muy redituables económicamente, y como se dice en lenguaje empresarial: negocio redondo.

Después de la bonanza de la extracción, donde aparentemente el movimiento revolucionario no afectó en gran medida su extracción y el recién creado pueblo de Santa Rosalía siguió su crecimiento y su auge económico entre los pobladores, la empresa minera se fue acabando poco a poco el preciado metal hasta llegar al año de 1935, cuando los geólogos avisaron a la empresa minera sobre la existencia de más mineral. Se recomendó ampliar el contrato por otros 50 años o hasta que el metal se acabe —lo que sucediera primero.

Llegando hasta 1954 se tiene que la extracción de cobre tiene su nivel más bajo. La compañía francesa inicia con su recorte de personal y su ya inevitable quiebra ante la falta de cobre suficiente. Entonces fue cuando, al fin, el Gobierno Mexicano entra al rescate de la mina y del poblado de Santa Rosalía con la creación de un fondo minero de rescate, que terminó de plano en el año de 1972, con el agotamiento total del cobre. A partir de este año el pueblo entra en un bache económico en donde, entre sus reservados atractivos turísticos y algunas temporadas de pesca de calamar, hace que su población opte por quedarse y no emigrar, y convertir en pueblo fantasma la otrora ciudad de desarrollo.

El nuevo amanecer llega a inicios de la segunda década del nuevo milenio, con el descubrimiento en menor escala, pero al fin y al cabo, de yacimientos de manganeso, cobalto y un poco de cobre. Fue la empresa coreana Korea Resources Corporation (KORES) la que en 2012 inició con la larga burocracia de los permisos para la obtención de la concesión para explotar el manganeso y, que según estimaciones, la producción con las superficies en estudio era para 15 años y se ocuparía una ampliación en el futuro…. Y es justo lo que se está solicitando en estos tiempos. El pueblo de Santa Rosalía revivió a partir del 2015 con el inicio de la explotación de manganeso, ya que la extracción de cobre, cobalto y zinc, tuvo muchas complicaciones técnicas y se valora si vale la pena invertirle dinero en su pobre extracción.

La piedra en el zapato

Según reportes de la página de la industria minera en México, la mina emplea mil 283 trabajadores y 478 empleos indirectos, también tiene una relación con alrededor de 4 mil proveedores, y crea una derrama económica sobre la población de Santa Rosalía, haciendo que se vea el “movimiento” de recurso humano y económico. Hasta el momento la empresa minera ha demostrado que es amigable con el entorno y no se ha sabido de contaminaciones ambientales, tal vez por la poca extracción o por tener un adecuado procedimiento de extracción; pero lo que sí es cierto, es que ya no hay las grandes cantidades de metal por extraerse y que sea redituable para los empresarios, a tal grado que la Korea Resources Corporation, cedió un 7.3% de las acciones a la canadiense Camrova Resources Inc, quedándose con el 92.7% restante.

La razón de la solicitud para ampliar el terreno para la extracción del mineral hacia una superficie de 300 a 400 hectáreas, es por la sencilla razón de que con la extracción actual no van a durar los años que hagan valer la pena la inversión, es por eso que se están “poniendo el huarache” y están solicitando expansión de terreno. Hasta donde se sabe, el procedimiento está bien elaborado y ha cumplido con las normas de impacto ambiental; pero el Presidente del país negó —aunque de manera un tanto informal: en la “conferencia mañanera”—, el permiso de la ampliación, argumentando que no se puede seguir entregando concesiones a empresas extranjeras.

El tema es muy delicado, en primera porque las informalidades en las decisiones del Presidente, ya sabemos que se cumplen más tarde que temprano; recordemos la rifa del avión, por lo que los empresarios se preocuparon y con mucha razón; en segunda, porque para tomar dicha decisión se debe de hacer una análisis objetivo de las consecuencias entre la población que no está preparada para este tipo de eventualidad.

Creemos que, en el supuesto caso de que se autorice a la empresa seguir ampliando la superficie de extracción, va a llegar el día que el metal se acabe; entonces, la población deberá buscar otras fuentes de ingreso o definitivamente abandonar Santa Rosalía como sucedió en los 60. En Chile se vivió algo parecido con la mina ya mencionada de Chuquicamata, donde se nacionalizó, y tras un largo conflicto con los dueños originales, se creó la empresa paraestatal CODELCO —acrónimo de Corporación Nacional del Cobre de Chile—, y que el día de hoy es un referente de cómo el gobierno puede ser buen administrador de una mina. Tal vez sea una solución, pero se ha comprobado que el Gobierno de México lo que toca lo lleva al fracaso como, por ejemplo, la salinera de Guerrero Negro y el lejano caso del parque solar Sonntlan en Las Barrancas.

Sin duda, la decisión de cancelar la ampliación de la concesión es un tema controversial, que puede tener argumentos válidos, pero castigar a la población de tajo es irresponsable. No debe suceder; al contrario se le debe ir preparando con otras opciones. Por lo pronto, el socio minero canadiense se declaró en pasivos y puso en venta sus acciones, lo que con mucha seguridad harán sus pares coreanos en corto plazo.

Escríbenos a noeperalta1972@gmail.com

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