Ofertarán más de 250 empleos en próxima jornada en La Paz
FOTO: SNE BCS.
La Paz, Baja California Sur (BCS). Con el fin de acercar oportunidades de empleo a la población, la Secretaría del Trabajo, Bienestar y Desarrollo Social, a través del Servicio Nacional de Empleo de Baja California Sur (SNE BCS) invita a la ciudadanía a sumarse a la jornada “La Chamba Nos Une” que se realizará el día martes 25 de marzo en la ciudad de La Paz.
El titular de la dependencia, Vladimir Torres Navarro, informó que la actividad se desarrollará en un horario de 9:00 a 14:00 horas, en las instalaciones de la cancha de la colonia El Cardonal, ubicada en calle Palo Amarillo, esquina Ciruelo.
Participarán empresas como Pepsi, Caracol, Casa Ley, Eco Gasolineras y 11 compañías más, en las que estarán ofertando más de 250 oportunidades de empleo. Además de un espacio por parte de la Secretaría de Seguridad Pública, con las vacantes de policía penitenciaria y policía estatal.
Además de la colaboración de instituciones como Secretaría de Salud e Instituto de Capacitación para los Trabajadores del Estado de Baja California Sur (ICATEBCS), quienes brindarán servicios médicos gratuitos y cortes de cabello, respectivamente.
El servidor público del SNE BCS destacó que esta jornada está enmarcada en las estrategias “La Chamba nos Une” y “Échale Montón”, que buscan proporcionar a las comunidades de zonas prioritarias, herramientas que impulsen su desarrollo económico y bienestar social.
Desempleo en el Paraíso. La realidad oculta de BCS
FOTOS: Internet.
Vientos de Pueblo
José Luis Cortés M.
San José del Cabo, Baja California Sur (BCS). BCS, un estado que brilla por su belleza natural y su creciente industria turística, enfrenta un desafío que se oculta tras el esplendor de sus playas: el desempleo. A pesar de que las cifras oficiales apuntan a una tasa de desocupación relativamente baja, del 2.41% en el segundo trimestre de 2024, la realidad del mercado laboral es mucho más compleja y revela un panorama lleno de contradicciones y desigualdades.
La población económicamente activa (PEA) en la entidad asciende a aproximadamente 467 mil 275 personas, de las cuales 456 mil están ocupadas. Sin embargo, detrás de estos números se encuentra una alarmante tasa de informalidad laboral, que alcanza el 36.9%. Esto significa que una gran parte de los trabajadores carece de acceso a prestaciones sociales, seguridad social y estabilidad laboral. En este contexto, la precariedad se convierte en la norma para muchos sudcalifornianos.
Omar Antonio Zavala Agúndez, secretario del Trabajo, Bienestar y Desarrollo Social de BCS, ha destacado que la baja tasa de desempleo es resultado de la colaboración entre el gobierno y el sector empresarial. Sin embargo, esta colaboración no parece haber logrado abordar las necesidades de los sectores más vulnerables. Los jóvenes recién egresados enfrentan un mercado laboral que no les ofrece oportunidades adecuadas a su formación, mientras que los adultos mayores son a menudo excluidos de un sistema que parece haber olvidado su valía.
La llegada constante de trabajadores provenientes de otras entidades del país ha creado un “mercado flotante” en BCS. Muchos llegan con la esperanza de encontrar empleo temporal, pero se ven obligados a marcharse rápidamente en busca de mejores oportunidades en otros lugares. Este fenómeno no sólo refleja la inestabilidad del empleo local, sino que también ejerce presión sobre los recursos y servicios disponibles en la región.
A pesar de las iniciativas gubernamentales para fomentar el empleo formal y reducir la informalidad, como ferias del empleo y programas de capacitación, los resultados son decepcionantes. La creación de vacantes no siempre se traduce en oportunidades accesibles para todos. Aunque hay alrededor de 480 vacantes disponibles en La Paz y cerca de 600 en Los Cabos, muchos aspirantes no cumplen con los requisitos o simplemente no tienen acceso a la información necesaria para postularse.
Los salarios también son un tema crítico. El salario promedio mensual en BCS es de 11 mil 400 pesos, cifra que puede parecer atractiva, pero que no garantiza una calidad de vida digna. La inflación y el aumento en el costo de vida han erosionado el poder adquisitivo de muchas familias, dejando a muchos trabajadores luchando por llegar a fin de mes.
La desigualdad social se manifiesta claramente en el acceso al empleo. Las mujeres representan el 40.5% de la fuerza laboral, pero enfrentan barreras significativas para acceder a puestos bien remunerados y estables. La falta de políticas efectivas que promuevan la igualdad laboral agrava esta situación.
El impacto del desempleo va más allá del ámbito económico; afecta también la salud mental y emocional de la población. La incertidumbre económica genera ansiedad y estrés entre quienes buscan trabajo o quienes están atrapados en empleos informales, sin futuro claro. Esta situación no sólo afecta a los individuos, sino también a sus familias y comunidades.
El panorama del desempleo enBCS es un reflejo complejo de oportunidades y desafíos. Aunque las cifras oficiales sugieren un estado saludable en términos laborales, la realidad detrás de esos números revela una lucha constante por parte de muchos sudcalifornianos por encontrar empleos dignos y estables. La informalidad laboral sigue siendo un obstáculo significativo que debe ser abordado con urgencia.
Para enfrentar estos retos, es fundamental que tanto el gobierno como el sector privado trabajen juntos para crear políticas inclusivas que promuevan no sólo la generación de empleos, sino también su formalización y estabilidad. La inversión en educación y capacitación será crucial para preparar a las nuevas generaciones para un mercado laboral cambiante y exigente.
BCS necesita mirar más allá de las estadísticas optimistas sobre el desempleo. Es imperativo reconocer las realidades complejas del mercado laboral y trabajar hacia soluciones sostenibles que beneficien a todos sus habitantes. La lucha por empleos dignos debe ser una prioridad si se desea construir un futuro donde cada sudcaliforniano tenga acceso a oportunidades laborales satisfactorias y equitativas.
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La Paz, capital de los científicos marinos desempleados
FOTO: Marián Camacho.
SudcaliCiencia
Por Marián Camacho
La Paz, Baja California Sur (BCS). Si usted es sudcaliforniano, y vive cerca del mar, seguramente conoce a algún especialista en ciencias marinas (biólogos, oceanógrafos/oceanólogos, ingenieros acuícolas y pesqueros, geólogos y un largo etcétera). Esto equivaldría, al menos en teoría, a una gran ventaja para una sociedad que vive en una casi-isla y está rodeada de profesionales científicos especializados en el mar.
Esperaríamos tener a los ciudadanos mejor informados de México acerca de lo que ocurre con el océano que los rodea. Esperaríamos que, dado que tenemos vecinos, compañeros de trabajo, familiares y amigos que han dedicado sus vidas enteras a la ciencia, los sudcalifornianos podríamos tomar decisiones basadas en los criterios científicos que comparten con nosotros estas personas que vemos a diario. Esperaríamos que tuviéramos pesquerías sustentablemente manejadas y un éxito sin precedente en la acuacultura. Esperaríamos muchas cosas, cierto. Sin embargo, la cuestión es ¿por qué no sucede así para la sociedad sudcaliforniana? Para intentar reflexionar sobre las posibles respuestas a esta pregunta tan compleja, es necesario poner “bajo el microscopio” los diferentes hechos que nos han llevado hasta nuestro presente.
Para empezar, ¿de dónde “salieron” tantos científicos marinos en Baja California Sur? Bueno, pues en nuestro Estado, los científicos marinos se forman académicamente en tres grandes centros educativos y de investigación:
1: Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Se ofrecen las licenciaturas de Biología Marina, Ciencias Ambientales, Bio-Ingenieria en Acuacultura, Ingeniería en Pesquerías; y los posgrados (Maestría y Doctorado) en Ciencias Marinas y Costeras.
2: Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR). En sus inicios, esta escuela del Instituto Politécnico Nacional (IPN), también ofrecía la carrera de Biología Marina, sin embargo, después de un tiempo y hasta la fecha, han decidido enfocarse en los posgrados.
3: Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR). Este centro depende directamente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y oferta posgrados en ciencias marinas y terrestres.
Científicos que comieron ciruelas del Mogote
Una de las situaciones más interesantes, en este proceso de formación académica, es que la mayoría de los estudiantes, de estos tres “semilleros” de científicos, no son locales. Vienen personas de todo México, principalmente del centro y sur del país, y también de diversos países del mundo. Y particularmente extraordinario es que un alto porcentaje el de las personas que llegaron a estudiar a La Paz, y no se quieren ir de aquí. Es decir, no desean volver a sus lugares de origen y han decidido establecerse permanentemente en Baja California Sur (principalmente en su hermosa capital).
Es perfectamente comprensible esta situación, porque: 1: tenemos un gran y maravilloso entorno natural para aplicar los conocimientos adquiridos, ya que BCS es el Estado con la mayor línea de costa del país (2,131 km, 19.2% del total nacional); 2: La Paz es una ciudad en crecimiento que ofrece grandes áreas de oportunidad, para quien las sepa aprovechar; 3: ofrece un nivel socioeconómico más alto que una gran parte del país, y… 4: dejo este espacio para que usted, querido lector, se sienta en la libertad de reflexionar en todas las posibles razones por las cuales los científicos que “comieron ciruelas del Mogote” no quieren dejar esta encantadora tierra rodeada de mar.
«¿Ya te vas a poner a trabajar?»
La formación de un científico requiere un largo tiempo de especialización. De manera general, la tendencia actual es la siguiente: 1: una licenciatura de 4-5 años de duración; 2: estudios de posgrado, donde una maestría dura 2 años aproximadamente, y un doctorado entre 4-5 años, y finalmente; 3: el posdoctorado, el cual puede llevarse a cabo en diversas ocasiones, con periodos que ocupan 1 ó 2 años. Esto equivale a estudiar, aproximadamente, entre 11 y 15 años (generalmente con apoyo económico de familia o becas gubernamentales) para tener las “herramientas necesarias” y desarrollarse como especialista de algún área del conocimiento científico.
FOTO: Georgina Barrera.
Tomemos en cuenta, que la suma anterior, es sólo en los casos donde los estudios se llevan a cabo de manera continua, es decir, sin dejar de estudiar en ningún momento. Así, una persona que empieza a estudiar la universidad a los 18 años, será un científico con una educación altamente especializada cuando alcance entre 29 y 33 años. Sin embargo, las cuentas cambian cuando los individuos toman “descansos” o se incorporan a las filas laborales temporalmente antes de continuar los diversos niveles de estudios de posgrado. Resultando en científicos que terminan su especialización incluso después de los 40 años.
En cualquiera de los casos, los científicos en preparación, llegarán a escuchar (de parte de familiares y amigos) la clásica y repetitiva pregunta: “y tú, ¿cuándo vas a trabajar?”. Este cuestionamiento deriva del desconocimiento y falta de apropiación del valor y utilidad de la ciencia en nuestra sociedad mexicana, así como de la idea paradigmática que “es necesario incorporarse a un empleo definitivo lo antes posible”, o por lo menos, a “un trabajo de verdad” (como si la investigación científica no fuera considerada una actividad desafiante y bien remunerada).
La realidad laboral
FOTO: Marián Camacho.
En La Paz, BCS (al igual que en muchos lugares de México), la demanda laboral por parte de los cientos de egresados de los tres centros educativos y de investigación (y otros científicos migrantes) rebasa la oferta de los posibles empleadores de los científicos especialistas en áreas marinas. En esta situación se presenta dos consecuencias desalentadoras:
1: Los científicos deben dedicarse a realizar actividades científicas o educativas que no están relacionadas a su área de especialidad (por ejemplo, dar clases en escuelas públicas y privadas). Así tenemos a Doctores especialistas en química marina como docentes en las sesiones de laboratorio de una clase de niños de preescolar. Esto en el mejor de los casos, porque hay casos en los que los científicos laboran en empresas que no tienen relación alguna con las ciencias. Cabe aclarar que esto no tiene una connotación desdeñosa hacia ninguna condición laboral en particular, sin embargo,NO son las actividades para las que los científicos fueron tan largamente preparados.
2: La falta de espacios adecuados, para que los científicos desarrollen sus conocimientos, ocasiona un desaprovechamiento sustancial de talento y capacidades que pudieran resultar en la resolución de problemas con impacto ambiental y social. Recordemos que, en general, cuando las personas presentan seguridad laboral, buena remuneración y actividades acordes a sus capacidades y preferencias, generan resultados de gran calidad. Por lo tanto, el hecho que La Paz cuente con tantos científicos especialistas desempleados o empleados incorrectamente, es un despilfarro que nos está costando muy caro. Imaginemos todas las ideas y proyectos que pudieran llevarse a cabo si los científicos aplicaran todo lo que saben hacer en beneficio de nuestro Estado, y del propio México.
Dos científicos piensan mejor que uno
Como una forma de afrontar el panorama laboral actual, los científicos en La Paz han decidido organizarse en una comunidad que pueda brindar nuevas alternativas participativas acordes a sus necesidades particulares. Así nace la Asociación de Científicos del Mar (ASCIMAR), la cual basa sus actividades en dos grandes objetivos:
1: Enlazar a sus científicos afiliados con las instituciones públicas y privadas que requieran de sus servicios. Esto lo logran a través de recomendaciones formales a las instituciones sobre los perfiles de sus afiliados que cumplen con los requerimientos de puestos vacantes.
2: Facilitar la elaboración y ejecución de proyectos científicos de sus afiliados. Esto genera autoempleo y la puesta en marcha de las ideas de sus afiliados, por medio de la obtención de financiamiento de diversas fuentes externas.La ASCIMAR pretende cambiar el paradigma en que los científicos deben tocar muchas puertas institucionales o esperar pacientemente por una llamada telefónica o un correo electrónico para conseguir estabilidad laboral y aplicar sus conocimientos. Además, apoya el enlace laboral entre instituciones y científicos, pero apuesta como prioridad en el desarrollo de los proyectos científicos que se generan en las mentes científicas de sus afiliados.
La ASCIMAR pretende cambiar el título de este artículo La Paz: capital de los científicos marinos desempleados por La Paz: capital del conocimiento marino. Para conocer más acerca de la ASCIMAR y su proceso de afiliación, se recomienda visitar su sitio web oficial www.ascimar.com.