1

Comisión de transporte vigila democracia en otorgamiento de concesiones

FOTO: ARCHIVO

La Paz, Baja California Sur (BCS).  El diputado Juan Pérez Cayetano, presidente de la comisión permanente del Transporte en el Congreso el Estado en Baja California Sur, reiteró su compromiso de vigilar que todas las concesiones, se otorguen bajo un esquema democrático y se tome en cuenta la necesidad de las y los usuarios tanto locales como extranjeros, así como de los integrantes del gremio de transporte, así se dio a conocer a través de un comunicado de prensa.

Pérez Cayetano, enfatizó que existía más de diez años de rezago en ese rubro y después de realizar un estudio detallado sobre esto, se otorgaron 325 permisos en modalidad de taxis, en Cabo San Lucas y San José del Cabo, para cubrir la necesidad de transporte en las colonias de ambas ciudades.

En ese contexto, dichas concesiones, se otorgaron bajo criterio de escalafón de antigüedad, que cada gremio registró, por lo que se tomó en cuenta desde los más antiguos, todos validados por los propios choferes y con la condición de que sean unidades en buenas condiciones y de modelos recientes que garanticen a las y los usuarios un servicio de calidad.

Cabe recodar que en la agenda de la XVI Legislatura se encuentra el análisis de las reformas de la Ley de Transporte, para lo cual se realizarán mesa de trabajo y foros de consulta con la participación de todos los sectores, concluye el comunicado de prensa.




Alrededor de 4 mil familias con problemas de tenencia de la tierra en Cabo San Lucas: Diputado

FOTOS: Congreso.

La Paz, Baja California Sur (BCS). Alrededor de 4 mil familias de diversas colonias de Cabo San Lucas, viven en incertidumbre por la falta de la tenencia de la tierra, reconoció el diputado Juan Pérez Cayetano, quien afirmó que se están buscando consensos y la intervención del equipo jurídico del Ayuntamiento de Los Cabos para destrabar este conflicto heredado, que viene de años y generalmente se politiza sin llegar a una solución.

A través de un comunicado de prensa del Congreso del Estado, apuntó que lo más difícil de la solución es el precio, no han llegado a un acuerdo, porque son muy elevados y las familias no están en condiciones de pagarlo.

Otro problema es el de la documentación para llegar a los contratos formales, porque incluso hay gente que ya ha pagado anticipos, pero aún están a la espera saber los precios y se está buscando negociar con los propietarios y tener la certeza de lo que viene.

En entrevista, Pérez Cayetano expuso que, por ahora, ambas partes quieren llegar a un acuerdo, (lo cual es un avance), tanto propietarios como los que habitan los predios. En su mayoría son gente que viene de otros estados del país y no tienen donde vivir, por eso, incluso, llegan a las invasiones, lo que agrava este problema.

Colonias como Chula Vista, López Obrador, Caribe Bajo, Tierra y Libertad, Cactus (aunque en esta última al parecer ya está por llegar a un acuerdo para poder vender los terrenos), con algunas, pero son varias otras las que están con esa incertidumbre, expuso.

El representante popular reconoció que el problema más grave son los precios, que son muy elevados y las familias no están en condiciones de pagarlo y generalmente han sido predios invadidos.

Para finalizar enfatizó que son muchos los políticos que por años han ido a pedir el voto en tiempo de campaña prometiendo el cielo y las estrellas; mucha gente que realmente necesita los predios, pero otra se aprovecha de la situación y las consecuencia es este conflicto de invasiones  y la falta de certeza de la tierra, concluye el boletín de prensa del Congreso del Estado.




Thomas Cavendish y el asalto a la Nao de China

FOTOS: Internet.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). De acuerdo a lo relatado en su libro Memorias del Vigía. Cabo San Lucas en su historia, el joven escritor sudcaliforniano Gustavo de la Peña Avilés nos narra que fue a los hombres de Hernán Cortés a quienes que les tocó el honor de haber descubierto este lugar en el año de 1535. Esta primera expedición que llegó por tierra al lugar, nombró al sitio como California. Francisco Javier Clavijero comenta en su libro Historia de la Antigua o Baja California lo siguiente: Añadiremos aquí la opinión del docto ex-jesuita don José Campoi sobre la etimología del nombre California o Californias como dicen otros. Este padre cree que el tal nombre se compone de la voz española cala, que significa una ensenada pequeña del mar, y de la latina fornix, que significa bóveda; porque en el cabo San Lucas hay una pequeña ensenada, en cuyo lado occidental sobresale una roca agujerada de modo, que en la parte superior de aquel gran agujero se ve formada un bóveda tan perfecta, que parece hecha por el arte. Observando pues Cortés aquella cala y aquella bóveda y entendiendo de latín, es verosímil que diese a aquel puerto el nombre de California o Cala-y-fornix, hablando medio español y medio latín. En algunos mapas de los años de 1589 (Ortelius), 1592 (Diego Gutiérrez) y Jaducus Handius (1640), se señala como “C. de California” o “C. California” a la punta de la península.

Sin embargo, aún faltaban muchos sucesos por ocurrir en esta parte del mundo para que se quedara un nombre definitivo para este bello lugar de la geografía californiana. En el año de 1539, Francisco de Ulloa recorre en un viaje de exploración este mismo sitio al cual denomina como Plaia Ballena y es con este nombre que aparece en el mapamundi que fue diseñado y construido por Agnes en el año de 1542.  El explorador español Juan Rodríguez Cabrillo arriba a este puerto el día 3 de julio de 1542 y tras una estancia de tres días, antes de partir le da el nuevo nombre de “Puerto de San Lucas”. El nombre original del puerto en comento era “Yenecamú”, palabra de origen pericú que significa “Lugar donde se unen dos aguas”. Posterior a la llegada de los colonizadores españoles y debido a la gran afluencia de expedicionarios, los cuales cada uno se sentía como descubridor de este sitio y con la facultad para colocarle el nombre que le viniera en gana, el sitio tuvo varios nombres a saber: Nueva Albión, Puerto Seguro, Reino de Nueva Andalucía y Villa San Felipe. Sin embargo el nombre que tuvo un mayor impacto y por el cual fue nombrado y conocido por propios y extraños fue el de Cabo San Lucas, nombre puesto el 18 de octubre de 1541 por el soldado español Francisco de Bolaños en el preciso día dedicado en el santoral católico a San Lucas Evangelista.

También te podría interesar: Sí al rescate del nombre original de nuestra tierra: California

Hasta este hermoso paraje arribó uno de los corsarios más jóvenes de la historia y que tenía como intención llevar a cabo el atraco de uno de los barcos más legendarios en los anales de la literatura marina: La Nao de China o Galeón de Manila. Este personaje fue nada menos que Thomas Cavendish (o Candish), un inglés el cual había nacido dentro de una de las familias aristócratas de la antigua Inglaterra y pese a que su familia se esmeró por darle una brillante educación en las más caras y prestigiadas escuela de su reino, él siempre demostró una propensión hacia la vida disipada y de lujo. Una vez que hubo dilapidado su fortuna, con lo poco que le quedaba mandó construir una nave con la cual viajó a las riquísimas tierras recién descubiertas de América en donde pudo admirar y ser testigo de la inmensidad de oro, plata y demás mercancías que se podían obtener de forma fácil y rápida a través de la rapiña en el mar. Regresó a su patria y mandó construir un barco al cual llamó “Deseo” y con él se aprestó a viajar hacia las costas de la Nueva España, en espera de capturar y saquear el Galeón de Manila, al regresar de su viaje por oriente, y donde vendría lento, y su tripulación hambrienta y cansada, cargado con miles y miles de toneladas de oro, plata y mercadería invaluable.

A continuación hago un relato de cómo fue que se llevó a cabo este atraco el cual le valió a Cavendish ser considerado como el corsario más rico de la historia.

A finales del siglo XVI, el territorio de la Antigua California era una tierra inhóspita y casi virgen. Fue a principios de ese siglo que el explorador español Hernán Cortés arribó al puerto, que en aquel entonces bautizó como “de la Santa Cruz”, sin embargo, nuestra península solamente fue ocupado con pequeños enclaves de colonos españoles por periodos muy breves y que al final terminaban en tremendas pérdidas no sólo de haberes sino de vidas humanas.

Fue en ese entonces que la Corona Española se encontraba en pleno auge expansionista y que su llegada a Norte, Centro y Sud América simplemente eran la antesala al dominio de todo el mundo conocido y por conocerse. En uno de esos viajes imperialistas y que viene a colación en esta historia, se descubrió una ruta rápida para transportar las riquezas que se obtenían de los dominios que tenía España en las tierras asiáticas, y traerlos hacia el virreinato de la Nueva España en espera de concentrarlos en España. Me refiero a los viajes que realizaba una de las naves más imponentes por su tonelaje (algunos de 2000 tn.) y capacidad de maniobra y transportación (algunos llevaban 1000 personas) conocida coloquialmente como “La Nao de China”. Este “Galeón de Manila” como también se le conocía, realizaba sus viajes desde las tierras del lejano oriente que estaban bajo el dominio español (Filipinas, Guam, Malasia, Islas Saavedra, Islas Marianas) en donde recolectaba diferentes productos como eran: oro y plata en barra o monedas, telas y objetos de seda; alfombras persas, algodón, abanicos, cajoneras, arcones, cofres y joyeros laqueados, peines y cascabeles, biombos y porcelanas, especias, lana de camello, cera, marfil labrado o tallado, bejucos para cestas, jade, ámbar, piedras preciosas, madera y corchas de madreperla, fierro, estaño y pólvora. En su regreso a América lo realizaba utilizando un fenómeno marino natural llamado “Corriente de Kuroshio” la cual había sido descubierta accidentalmente por el marino Andrés de Urdaneta en el año de 1565. La mencionada “corriente de Kuroshio o Kurosivo” arrastra con mucha fuerza a los barcos que llegan a ella desde Japón y lugares aledaños, y desemboca en el sitio que hoy conocemos como estado de California, EUA. Una vez que los españoles dominaron el arte de navegar utilizando esta ruta, iniciaron un gran intercambio comercial llevando y trayendo productos de América hacia Oriente, y viceversa, con el propósito de establecer su hegemonía sobre los demás países europeos que ya la buscaban.

Sin embargo la preciada carga de estos barcos se convirtió pronto en un tesoro codiciado por todas las potencias de aquella época e incluso los reinos más poderosos como Inglaterra y Portugal patrocinaban a piratas a los cuales otorgaban una “patente de corso” para que pudieran atacar y saquear estas naves, y que al regresar a las tierras bajo sus reinados no fueran perseguidos ni mucho menos juzgados por sus fechorías, siempre y cuando compartieran con sus “contratantes”, la mayor parte de los tesoros obtenidos por este bandidaje más o menos “legalizado”.

Uno de estos famosos atracos se llevó a cabo frente a las costas de Cabo de San Lucas el 14 de noviembre del año de 1587. Como es bien sabido una vez que la “corriente de Kuroshio” depositaba a la “Nao de China” a la altura de la que después se conocería como la Alta California, bajaba “bordeando” toda la península de California hasta llegar al puerto de San Blas y finalmente su punto de llegada que era Acapulco. Cuando pasaba por Cabo San Lucas, por lo general se detenía a surtirse de agua potable y víveres los cuales ya casi se les habían agotado a estas alturas del viaje (por lo general el viaje de vuelta duraba 7 meses). Desde principios del mes de octubre de 1587 el conocido filibustero Thomas Cavendish había llegado a las playas de Cabo San Lucas a bordo de su poderoso barco “Desire” (“Deseo) con la aviesa intención de capturar a uno de los “Galeones de Manila” más grandes y cargado con una de las mayores riquezas que hasta el momento se podían transportar desde tierras orientales: se decía que el mencionado Galeón solamente en barras de oro y plata transportaba un valor de 122 mil dólares (algunos documentos mencionan que eran 700,000 pesos de plata), una cantidad jamás vista en esas épocas, y eso sin contar el valor en más de 1 millón de pesos en mercancía.

Durante más de un mes, el temible capitán Cavendish, se ocultó en la bahía del Cabo de San Lucas en la espera de que se avistara el Galeón. Cuando se tuvo a vista la nave, se pudo apreciar que llevaba el nombre de “Santa Anna”. En ese momento Cavendish dio la orden de iniciar el ataque y después de una persecución de varias horas, empezó a disparar sus cañones, y unos cuarenta de sus hombres abordaron el barco español. Sin embargo debido a la férrea resistencia de los españoles, los ingleses tuvieron que retirarse, hasta que al cuarto ataque dañaron al galeón y el “Santa Anna” alzó su bandera de tregua, logrando Cavendish capturar la “Nao de China”. Cavendish y sus corsarios no cabían de gusto al percatarse que habían logrado una hazaña colosal al convertirse en los piratas más ricos que surcaban los mares en esos años. El 19 de noviembre de 1587, ciento noventa españoles, incluyendo mujeres, fueron abandonados sin prenda alguna en la playa de Cabo San Lucas, únicamente les dieron las velas del “Santa Anna” para usar como casas de campaña. Entre los sobrevivientes se encontraba el que después se convertiría en un extraordinario navegante y explorador: Sebastián Vizcaíno, al cual debe su actual nombre el puerto de La Paz.

Thomas Cavendish tomó algunos prisioneros, como Alonso de Valladolid, el piloto del galeón, quien conocía las rutas del Pacífico, y un sacerdote. Según se sabe, este último lo ofendió por lo que procedió a colgarlo y luego arrojar su cuerpo al mar, partiendo después, rumbo a Gran Bretaña a bordo del “Desire”. Se cuenta que como una muestra del desdén que sentía hacia la corona española, entregó a los sobrevivientes que dejó en suelo californiano, la bitácora de navegación donde se consignaba la carga que llevó el Galeón de Manila, y en la que al calce estampó su firma como una especie de “agradecimiento” por el tesoro concedido. El destino del “Galeón de Manila” fue mucho más triste, el barco de Cavendish era demasiado pequeño como para llevar todo el tesoro, y no tenía suficientes hombres para hacer navegar el galeón español, por lo que procedió a incendiarlo, y lo envió con el resto del tesoro, al fondo del puerto de Cabo de San Lucas. Thomas Cavendish contaba con 27 años de edad cuando realizó este acto que le dio fama mundial.

Sin embargo, este no sería el primero ni el último ataque pirata al Puerto de Cabo de San Lucas o a los Galeones de Manila, los cuales tuvieron la supremacía de los viajes entre los continentes asiático y americano por más de 200 años.

Bibliografía:

Memorias del Vigía. Cabo San Lucas en su historia – Gustavo de la Peña Avilés.

Historia de la Antigua o Baja California – Francisco Javier Clavijero.

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Tras lluvias, calles de CSL son rehabilitadas por próxima administración municipal

FOTO: Cortesía

Cabo San Lucas, Baja California Sur (BCS). A través de un boletín de prensa de la próxima administración municipal de Los Cabos se informó que, el profesor Oscar Leggs Castro llevó a cabo la rehabilitación de las vialidades de la colonia Brisas del Pacífico ubicada en Cabo San Lucas (CSL), las cuáles fueron severamente afectadas tras el paso de las lluvias provocadas por el fenómeno hidrometeorológico “Kevin”.
Leggs Castro está consciente de las severas afectaciones que sufre el municipio de Los Cabos tras el azote de algún fenómeno hidrometeorológico o lluvias que éstos desencadenan, por ello, sabe que tras el paso de un suceso, el apoyo para la rehabilitación de las vialidades es vital, por ello, gestionó el apoyo de maquinaria para la rehabilitación de las avenidas de terracería.
En este sentido, agradeció a cada uno de los empresarios de CSL por su respaldo y seguir brindando la oportunidad de continuar apoyando a los sectores más vulnerables, concluye el boletín de prensa de la próxima administración municipal de Los Cabos.



Graciela Tiburcio Pintos, la leyenda de la bióloga de las tortugas

IMÁGENES: Cortesía

Tierra Incógnita (*)

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Todas las tardes, Graciela prepara su mochila, llena su bote de agua, se pone su sombrero y su camiseta de manga larga para protegerse del sol que cae como plomo derretido en las hermosas playas de Cabo San Lucas, y sale decidida a cumplir con su vocación. Su misión es la misma desde hace 22 años: proteger y ayudar al mayor número de tortugas a que logren eclosionar e inicien sus primeros pasos en una vida que no es nada fácil, pero que arropadas por el cariño que Super Chelonia (como sus condiscípulos nombran cariñosamente a Graciela Tiburcio Pintos) les prodiga, tienen un poco más de oportunidades de llegar a ser adultas.

Graciela nació en el bello estado de Veracruz, es licenciada en Biología por parte de la Universidad Veracruzana y tiene dos grados de maestría: en Ciencias en Economía de los Recursos Naturales y en Ciencias Marinas y Costeras, con especial énfasis en el desarrollo sustentable de zonas costeras. También obtuvo el grado de Doctora en Ciencias Sociales: Desarrollo Sustentable y Globalización, por parte de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

También te podría interesar: La famosa Escuela Industrial y Artística de La Paz, B.C.S

Cuando le pregunté que cuál era su profesión, entre risas me contestó: Pues la gente de cariño me llama “la bióloga de las tortugas”, así que supongo que esta es mi profesión. Pero ya un poco más seria comentó: Me oriento principalmente en el desarrollo sostenible aplicando un modelo de trabajo donde es importante que las comunidades sean integradas en los procesos de conservación con la finalidad de reducir la presión a los diferentes recursos naturales con las que conviven. Lo anterior basado en una multi-estrategia y con la premisa de que es necesario que las personas se encuentren bien para que sean capaces de proteger el medio ambiente y sus recursos naturales, asegurando la sustentabilidad de las acciones a largo plazo.

Al cuestionarla sobre por qué eligió la profesión de bióloga marina, me responde: Soy bióloga general, no bióloga marina (sólo para aclarar). A mi papá siempre le ha gustado acampar, viajar, la naturaleza; él viene de rancho, le gusta el monte pues, todo este gusto y pasión creo que lo heredé de él. Siempre estaba de chiquita esperando las vacaciones para poder irme al rancho con los abuelos donde había gallinas, caballos, borregos, etcétera. Semana Santa me encantaba, pues íbamos a acampar. Mis lecturas eran todas las enciclopedias de fauna que tiene mi papá. Mi mamá me dice que con mi primo “El Pollo”—que en paz descanse—, me pasaba horas viendo sus diapositivas submarinas y escuchándolo hablar de buceo, y que yo le decía que estudiaría biología.

Cuando le pregunté si tuvo mascotas, me comentó rápidamente: De mascotas tuve perros, gatos, tortugas, hasta un mapache llegué a meter a la casa, ese día casi me corre mi papá (se me escapó el mapache y se fue a dormir al baño, cuando mi papá entró, casi muere del susto). Y bueno, aquí estoy, con la única condición por parte de mi mamá que jamás lleve serpientes a la casa (les tiene fobia a esos bichos) —y vuelve a reír con esa risa franca y cristalina que la caracteriza.

Graciela —le pregunté—, ¿cuál ha sido la mayor satisfacción que has tenido en tu vocación de vida? Ella se queda pensativa y me responde: Estudiar biología y trabajar en ello. No hay nada más satisfactoria que trabajar en lo que te gusta. Te diviertes, no sientes que trabajas, el tiempo se te va volando y de paso te pagan, y vuelve a lanzar otra carcajada.

Cuando le pregunto cuál es el mayor reto al que se ha enfrentado, suspira y responde lentamente: Aguantar a ciertas personas impertinentes y no morir en el intento. He llegado a una edad en la que ya no me gusta discutir. Aunque no tengan la razón, se las doy. Ellos se sienten bien, yo se que son unos tontos y todos contentos. Su mirada se posa en el horizonte y momentáneamente sus facciones se vuelven duras, con coraje, pero sólo fue por un momento. Tras ese lapsus vuelve a sonreír.

Ya entrando en confianza le preguntó: ¿por qué decidiste venir a Baja California Sur?, y como si fuera una pregunta a la que estuviera acostumbrada a contestar, responde: Las tortugas me trajeron. Salió una convocatoria para trabajar de asistente de investigación por seis meses en un proyecto de tortugas, apliqué y me eligieron. Conocí a don Manuel Orantes con quien trabajé muchos años, un día me dio a comer ciruela de monte y luego me dijo, que el que las come, ya no se va de Baja California Sur. Y pues aquí sigo. Y como decía Don Manuel: Aquí me gustó para morirme.

Mientras hacía la entrevista, acompañé a Graciela Tiburcio en sus acostumbrados recorridos en busca de nidos de tortugas. Nos transportábamos en una motocicleta que hacía mucho ruido ya que no había dinero para darle mantenimiento y las llantas estaban tan gastadas que en cualquier momento se reventarían, sin embargo, el optimismo de Graciela es grande y sigue su tarea sin perturbarse. Durante el trayecto le pregunté, si pudiera pedir un deseo ¿cuál sería? Mi papá acaba de atravesar por cáncer, el cual bendito sea Dios libró. Pero conozco mucha gente que quiero mucho que está enfrentando esta terrible enfermedad. Si sumamos el COVID, todo lo anterior le dio una nueva perspectiva a mi vida y mis prioridades. En las mañanas, me levanto a ver las flores de mi jardín y a trabajar un ratito en con mis plantas y doy gracias por ese nuevo día, en el que se permite vivirlo con salud. En la noche me acuesto, dando las gracias por ese día que termina.

El único deseo sería salud para mí, mi hija, mi familia, amigos y todos aquellos que estén luchando contra una enfermedad. Mi familia y yo con salud, es mi mayor deseo. La salud no se puede comprar, puedes tener mucho dinero, pero hay enfermedades que no importa cuánto tengas, hay cosas que el dinero no puede comprar.

Mientras hacíamos una parada para que revisara un nido y fuera rescatando los huevos de tortuga para ponerlos a salvo, le pregunto ¿Qué personas son las que han marcado tu vida profesional y personal? Ella sigue realizando su meticulosa tarea en silencio, como meditando cada palabra que me dirá. Cuando concluye su misión y deja los huevos a buen recaudo, contesta: Todas las personas que pasan por nuestra vida tienen un motivo, algunas personas se quedan para toda la vida y otras solo por un corto tiempo. Creo que cada etapa de nuestra vida es marcada por alguien. Definitivamente mis padres marcaron mi vida, me dieron su ejemplo, valores y educación. Por otro lado, mi padre Mauro me enseñó a trabajar y mi mamá Graciela a llevar y administrar un hogar.

Mi hermana Patricia es parte medular de mi vida, es mi mejor amiga, mi confidente, mi cómplice en todas mis locuras, mi fortaleza, no entendería mi vida sin ella. El destino te puede dar hermanos, pero esto no significa, que ellos serán tus amigos. Yo me siento muy afortunada de que mi hermana sea mi mejor amiga.

Me siento bendecida porque tengo amigos increíbles que están siempre para disfrutar lo bueno y para capotear lo malo, sería muy egoísta dar nombres porque se me pasaría alguno. Todos ellos han aportado mucho y cada día soy una mejor persona.

Recuerdo con respeto al M. en C. Heriberto Contreras Pérez. Mi maestro en la universidad, mi director de tesis, mi mentor. De esos pocos maestros que dedican tiempo en formar alumnos. Dedicó muchos años de su vida en formarme, hasta la fecha lo hace. Siempre aprendo algo de él cuando estoy a su lado. A la M. en C. Raquel Briseño Dueñas. Un ser profesional, educada, sabe lidiar con mis emociones, crecer ante las dificultades. No se pierde. Se gana o se aprende. don Manuel Orantes Murillo, me enseñó que no importa la incapacidad física que tengas o si eres adulto mayor. Uno, si quiere, puede seguir adelante y trabajar en lo que amas. Mi hija Dian G. González Tiburcio, desde que nació, todo cobró un nuevo sentido, todas mis experiencias, se volvieron nuevas a su lado. No tengo como expresar cómo cambió mi vida, desde que nació nunca volví a ser la misma y en cada etapa que vivimos aprendemos mucho uno de la otra. No hay manuales que expliquen cómo ser padres, pero ella me está enseñando a ser la mejor mamá.

Ya de regreso al campamento donde resguarda a sus queridas tortuguitas aún en proceso de formación, aprovecho para preguntarle ¿Quiénes son las personas que te apoyan cotidianamente en tus actividades de protección a la fauna sudcaliforniana? Empezando por mi hija que anda conmigo desde los 12 días de nacida en campo, desde entonces me apoya en todas mis ideas y locuras. Siempre le agradeceré que me acompañe, pero más aún que soporte mis largas ausencias. Mis compañeros de trabajo Pedro, Rafael, Iván, Juan Carlos, Pepillo, Neto y Don Luis. Son algo así como caballeros de armadura en defensa de las tortugas marinas y otras especies. Mi compadre el Tacho que creyó en mí desde el inicio y nunca ha dejado de apoyar el programa desde sus trincheras. Todos mis Amigos, siempre presentes para lo que se ofrezca, solo en espera de que yo diga “rana” para empezar a brincar. Mis comadres Iris e Irma que me apoyaron muchísimo cuando mi hija estaba pequeñita y ellas la cuidaban para que yo pudiera salir a trabajar o viajar. La Red para Protección de la Tortuga Marina, sin ellos, la conservación de las tortugas marinas no tendría sentido y no sería una realidad hoy en día.

¿Cuál es tu opinión sobre el estado en que se encuentra la protección a las tortugas y demás especies en el municipio de Los Cabos? Piensa un poco la respuesta y firme mente responde: Como dicen los biólogos: “depende de la especie” —y suelta una sonora carcajada, de esas que te invitan a replicarla y sentir que con ello los malos momentos desaparecen, Si hablamos en general, muy buena, cada vez la gente más consciente de su presencia y el impacto que cada uno de nosotros desarrollamos. Empresas más involucradas en temas ambientales y desarrollo sustentable. En lo particular, la tortuga golfina se está recuperando muy bien, cada vez más y más golfinas visitando nuestras costas. La prieta sigue presentando anidaciones que van al alza.

Desafortunadamente, para la tortuga laúd, todo es en caída libre, parece que no habrá reversa y se está repitiendo la historia de la vaquita marina. Al hacer este último comentario, su mirada se vuelve para otra parte, tal vez para que no vea cómo sus ojos se llenan de lágrimas.

Aprovecho ese momento para preguntarle cómo le gustaría ser recordada. Ante esta pregunta tan sorpresiva, me dice Ay chamaco, tú y tus preguntas, la voz se le quiebra y prefiere callar un buen rato, agarra su botella de agua y toma un largo trago, después comenta con voz queda: Yo solo quiero que mi hija, mis nietos, bisnietos, etcétera, me recuerden como una buena persona, honrada, entregada, quien siempre trabajó duro por lo que deseaba.

Graciela, ¿cuál sería tu legado? Una red de protección de tortugas marinas que no tenga jerarquías. La cual sea un tejido entre iguales. A esta Red no es la exigencia la que la soporta, tampoco la obligatoriedad, ni el beneficio material y mucho menos la condición social. Esta Red es soportada por los juicios de valor que nos proporcionan el pleno convencimiento de que sólo a través del trabajo en conjunto se ha logrado llevar a cabo tareas que nunca se hubieran realizado de manera individual, Un legado importante de esta Red es recordar a los que pertenecen a ella, no están solos.

Hasta el momento llevamos más de 4 millones de tortuguitas liberadas; 13 mil personas que han participado en liberaciones dentro de nuestro taller de educación ambiental; 13 mil quinientas personas capacitadas para la conservación de tortugas marinas que representan más de 75 instituciones, la gran mayoría de ellas hoteles. Esperemos que el legado siga en aumento.

Finalmente, le pedí que me dijera unas palabras para cerrar esta hermosa entrevista: Solo concluyo: No sólo tenemos que dejar un mejor planeta a las futuras generaciones, también tenemos que trabajar para dejar mejores personas a este planeta. Gracias por la oportunidad de reflexionar y llorar un rato. En retrospectiva puedo decirte que fue un bonito ejercicio que disfruté mucho. Eché mucho rollo, así que recórtalo cuanto puedas, y de nuevo vuelve a soltar una sonora carcajada.

Nos despedimos de Graciela, de sus amadas tortugas y de las personas que día con día la acompañan en esta aventura que más que salvar a estas especies es una aventura de amor y compromiso con Sudcalifornia. La dejamos haciendo lo que más disfruta y siendo la mujer más feliz con lo que hace. Nos invitó a regresar para la liberación de más tortuguitas, ojalá podamos acudir con Súper Chelonia y disfrutar una vez más de su compañía, de su arte-ciencia, pero sobre todo de su alegría que contagia.

—–

(*) Esta publicación obtuvo Mención Honorífica en el Premio Estatal de Periodismo 2021 “Mtro. Jesús Chávez Jiménez”, en el género “Entrevista”.

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.