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El sutil arte del autosabotaje

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Sexo + Psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo 

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Eres tu propio enemigo: esta es una frase común, todos la sabemos. Sin embargo, muy pocas personas parecen comprender sus implicaciones o sus alcances. ¿Cuántas veces hemos tenido una meta o un logro que casi alcanzamos y de repente pasa algo que nos aleja de él, cometí un pequeño error, una omisión, un descuido, que me llevó a no lograr o alcanzar lo que quería? A eso se le conoce como autosabotaje. ¿Sabes por qué ocurre y cómo identificarlo?

Ponerse enfermo antes de un examen o una reunión importante, tener un accidente antes de una cita, llegar tarde a una entrevista de trabajo, pasar toda la tarde pensando: Esto o aquello seguramente me saldrán mal, entre muchas más situaciones, son ejemplos del autosabotaje, ponerme trabas “externas” para no conseguir las metas o logros que me proponga.

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El autosabotaje o fracaso programado, se dan en aquellas acciones personales que nos llevan a fracasar. Una parte de mí desea lograrlo, pero otra parte, generalmente inconsciente, se opone y nos orilla al fracaso. Este comportamiento es casi siempre automático y nos lleva a repetirnos una frase descalificativa o hacernos fallar debido a la falta de autoestima, un pobre autoconcepto y/o temor al éxito.

Uno de los objetivos del autosabotaje es mantener a la persona dentro de su zona de confort, dentro de la cual todo es fácil o, al menos, previsible. Es también un tipo de mecanismo de defensa inconsciente a través del cual la persona intenta evitar posibles sufrimientos futuros, situaciones de estrés o situaciones desconocidas. Es la manifestación de todos aquellos aspectos que la persona no consigue aceptar de ella misma, todas aquellas creencias basadas en miedos y que, a lo largo del tiempo, a fuerza de no ser confrontadas, han ganado peso y poder dentro de ella1.

Puede parecer un mecanismo sencillo pero la realidad es que es profundamente complejo, y antes de continuar con el tema, es necesario darnos un momento para comprender que, todas las personas que componemos esta sociedad, somos víctimas: de padres que fueron víctimas de abuelos víctimas de un sistema sumamente violento. Por lo que no es de extrañar que un alto porcentaje de las personas en la actualidad, estén mostrando conductas poco funcionales o sanas. Tenemos la violencia tan internalizada que ya no necesitamos tener al agresor a un lado para desestimarnos a nosotros mismos, es nuestra propia voz interior la que nos juzga y señala.

Las personas no nacemos con una voz interna, la formamos a lo largo de nuestro ciclo de vida; no traemos la autocrítica dentro de nuestra mente, alguien nos hizo sentir criticados y en algún momento, esa niña o niño le creyó y se comenzó a juzgar como los demás lo hacían. Ya no necesitamos a esa persona para vernos en el espejo y hacernos pedazos con lo que no nos gusta de nosotros mismos, o soltar improperios hacia nuestra persona cuando cometemos un error… A lo que quiero llegar es que, somos personas violentadas que viven en familias violentadas y que seguimos reproduciendo esa violencia hasta cuando nos pensamos. Y, por lo tanto, si en algún momento me enseñaron o aprendí a no creer en mí, lo voy a reflejar en mis acciones al momento de ponerme trabas para alcanzar lo que quiero. Sin embargo, recordemos que es un mecanismo inconsciente en la mayoría de los casos, es decir, no me doy cuenta que soy yo el o la que se está saboteando. De aquí la importancia de siempre acudir con un especialista de la salud mental.

Para comenzar a identificar los comportamientos o acciones que hacemos para sabotearnos, es importante que nos demos la oportunidad de pensar en nuestra historia de vida y revisar que dolores traigo arrastrando, pero, si por las prisas de la vida o porque es complicado hacer un autoanálisis en este momento, enlisto algunas acciones que pueden ayudarnos a identificar si estamos autosaboteándonos:

  • Procrastinar.
  • No acabar las cosas, dejándolas abandonadas.
  • Temor o sensación de no merecer la felicidad o el éxito.
  • Perfeccionismo excesivo.
  • Poner excusas para no hacer algo, aunque se desee hacerlo.
  • Sensación de catastrofismo constante.
  • Accidentes, errores, omisiones o equivocaciones repetitivas.

Por otro lado, los pensamientos negativos hacia uno mismo, también son parte del autosabotaje. Sería importante que modifiquemos el lenguaje que utilizamos para expresarnos o pensarnos de nosotros mismos. Como lo mencioné anteriormente, un lenguaje violento solo perpetua la violencia, contra uno mismo o contra los demás. Y, ante cualquier tipo de violencia, hay daño psicológico. Por lo tanto, te dejo algunas frases comunes y que podemos decir para ir modificando nuestro lenguaje a uno más asertivo2.

Bibliografía

  1. Rovira, I. (2021). Autosabotaje: causas, características y tipos. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/autosabotaje
  2. Psicología para millenials.

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AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




¿Y tu amor propio en una relación?

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Sexo + psique

Por Andrea Elizabeth Martínez Murillo

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 2020 nos obligó a hacer un alto de nuestra ajetreada vida y considerar una forma diferente de hacer las cosas, de valorar personas o silencios. Brindó la oportunidad de voltear a vernos y ponernos atención, a todo aquello que quizá manteníamos a raya y que, dado el aislamiento salió a la luz. Dentro de ellos, la forma en la que nos vivimos en una relación, las cosas que aguantamos, callamos, disfrutamos, entre otras. Todas tienen que ver con lo que permito o no que suceda y eso es parte de mi responsabilidad, ¿alguna vez has analizado como entras a una relación?, ¿lo que aportas a ella? O ¿lo que en realidad estas buscando al iniciarla?

En agosto del año pasado compartía lo que era la responsabilidad afectiva dentro de las vinculaciones diversas —desde parejas, triejas, relaciones abiertas o simplemente encuentros ocasionales—. La responsabilidad afectiva es la disposición de proteger los sentimientos del otro de nuestros propios impulsos, deseos y sentimientos.

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Expone la necesidad de comprender que en cualquier tipo de vinculación se pueden generar afectos y que estos no siempre son recíprocos, sin embargo, al participar activamente en algún tipo de vínculo, es mi responsabilidad hacerme cargo y ser consciente de que, aquello que haga, diga, calle o evada, causa algo en la otra persona y si bien, en ocasiones no podré evitar el sufrimiento, si el dolor innecesario.

A pesar de que se habla más frecuentemente de responsabilidad afectiva en vinculaciones erótico-afectivas, aplica para todas las relaciones humanas en mayor o menor grado. El ser honestos, hablar sobre lo que sentimos y queremos, no jugar con las emociones de la otra persona, ser auténticos con quienes somos y con lo que esperamos del otro con el que nos vinculamos.

Por ende, plantear cualquier tipo de vinculación, aunque no sea de forma romántica, tendría que ser sinónimo de apoyo mutuo; este acompañamiento debería ocurrir en cada etapa de la vinculación, incluyendo la ruptura, en alguna medida. Sin embargo, hay que ser realistas, no siempre la otra persona estará dispuesta, no todos tenemos las mismas capacidades, personalidad y disposición o, la persona que no está dispuesta soy yo. De aquí surge la importancia de internalizar lo responsables que debemos ser con nosotros mismos antes de entrar en una relación, de cualquier tipo.

Por desde antes, me refiero a evaluar cómo me siento conmigo mismo para entrar a una relación. Existen personas que buscan a su media naranja, derivada de la creencia de estar incompletos y de que sólo una persona en el mundo está destinada para mí. Pues no, no somos seres incompletos.

Quererme, aprender a protegerme, entender que cosas son sanas y cuáles no, saber comunicarme asertivamente, no dejar que pisoteen mi identidad/dignidad, entender que puedo vivir solo pero posiblemente prefiero compartir mi vida con alguien, saber decir no, entre otras habilidades o actitudes, deben de ser desarrolladas poco a poco. Hay incontables historias de personas que comenzaron una relación por los motivos equivocados o se quedaron más tiempo del que debían por no saber que había otra forma de querer y ser queridos, o porque ese es el modelo que vieron en casa y era el único que conocían.

Y, en muchas de estas situaciones, a pesar de que algo nos dice que no es correcto o no nos sentimos del todo bien, se suelen buscar pretextos que minimizan la situación, no es para tanto, es que viene de mal humor, es que así es… cuando podría comenzar a analizarme y descubrir los motivos que me llevan a aguantar cosas que no debería. Es por esto que la responsabilidad afectiva parte en dos puntos principales:

  1. Que brindo yo a la relación para enriquecerla y hacerla lo más sana posible
  2. Que no permito que me hagan, me muevo de donde no soy bienvenido y establezco límites sanos. 

Aunque hay que tenernos paciencia, realmente nadie nos enseña a como amarnos a nosotros mismos y que cuando nos amamos, buscamos personas que también nos amen, si no, es probable que permitamos maltratos o humillaciones, porque es lo que se supone que debo esperar del otro.

La construcción de nuestra propia responsabilidad afectiva es un proceso que toma tiempo, es un trabajo arduo que me llevará a cuestionarme lo que he aprendido de mí mismo y del cómo me relaciono con los demás, pero me hará una persona más libre y empática, que podrá relacionarse de una forma más sana.

Y solo dejo por aquí un pequeño recordatorio de algunas de las consecuencias de la irresponsabilidad afectiva.

Referencias
– Trini Vaca. (2020). Desglose de la Ley Olimpia. Post de Facebook
https://www.facebook.com/triny.vaca1/photos/4329415870409151
– Boulevard, C. (2020). ¿Y la responsabilidad afectiva contigo mismo? Recuperado de: https://amorpoliamor.home.blog/2020/12/29/y-la-responsabilidad-afectiva-contigo-mismo/?fbclid=IwAR08xzX8LWslbhoAjM4YxtmWSRYeKovNU2AOc6u4m3HwaenCB-hHDj5TUDc

 

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