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La música de Charles Manson; un soundtrack a 50 años de su estrellato

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El Beso de la Mujer Araña

Por Modesto Peralta Delgado

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Charles Manson es todo un símbolo de la locura y lo macabro, de una mente perturbada pero con enorme influencia. Tal ha sido el impacto de su “obra”, que conocidos artistas le han rendido culto. Él mismo era un músico —algunos creen que con talento, otros lo consideran mediocre—, y en este artículo pretendemos mostrar ese lado, a medio de siglo de que saltara a la fama mundial al entrar en prisión luego de ser acusado de varios asesinatos. No es, por supuesto, un artículo que “celebre” su figura, sin embargo, nos parece interesante ver esta faceta poco conocida del famoso líder de la Familia Manson.

Charles Manson —cuyo nombre original era Charles Milles Maddox, hasta que su madre le puso el apellido de un obrero con el que llegó a hacer vida de pareja—, nació en Ohio, Estados Unidos, en 1934, ha sido una leyenda en la que se han superpuesto datos no del todo verificables. Al parecer, su infancia y adolescencia estuvieron marcados por la pobreza, el alcoholismo de su madre, quien lo tuvo como madre soltera a los 16 años, y muy pronto comenzó su vida criminal con arrestos por asaltos a manos armada desde los 13 años. Del orfanato al reformatorio, sería en prisión cuando aprende a tocar la guitarra y a empaparse de literatura esotérica y filosofía oriental.

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Sin embargo, fue el 22 de abril de 1921 que fue condenado a muerte —posteriormente a cadena perpetua, muriendo en la cárcel en 2017— por el asesinato en primer grado de siete personas, entre ellas, Sharon Tate Polanski, esposa del director de cine Roman Polanski, cuando ésta estaba embarazada. De hecho, el más reciente filme de Quentin Tarantino, Once Upon A Time In Holllywood, termina con una versión feliz de este hecho, con cierto halo de justicia poética de lo que pudo haber pasado si los miembros de la Familia Manson no hubieran masacrado a Sharon Tate. Pero lo que pasó, pasó, y hace medio siglo que el caso criminal le dio la vuelta al mundo. Los hechos ya son célebres, pero musicalmente, ¿cómo sería el soundtrack de la vida y “obra” de Manson?

A principios de marzo de 1970 se publica el álbum Lie de Charles Manson, precisamente en los días en que el juicio por los asesinatos estaba en marcha. Existe la anécdota de que Dennis Wilson, baterista de The Beach Boys, conoció a dos chicas integrantes del clan Manson cuando le pidieron raite en la carretera, y posteriormente se conocieron. Sin embargo, la banda ha desmentido los dichos de Manson de que llegó a grabar material con The Beach Boys, una de las bandas más emblemáticas de la década de los 60 —cuyo Pet Sounds siempre está enlistado entre los mejores álbumes de todos los tiempos. ¿Quién diría que Lie pudiera ser fácilmente escuchada por todo el mundo desde Spotify? Aquí el álbum:

El álbum fue un fracaso, pero es interesante descubrir que su música es un reflejo de la onda hippie, con guitarras y voces que parecen acompañar una noche de campamento. Puede sonar incluso a Bob Dylan o a Neil Young —el segundo, efectivamente, lo conoció en persona. Cultura Colectiva publica que Manson tuvo más producciones musicales: White Rasta (1983) con canciones grabadas en prisión; Live At San Quentin (1993), un en vivo del ya mencionado; Manson Speaks (1995), con poesía recitada de Charles Manson; y The Way of the Wolf (1998), con canciones y poemas.

¿Qué tiene qué hacer una canción de The Beatles con Charles Manson? Que cuando éste había reunido a su clan en un rancho, donde se erigió como su líder, una especie de Jesucristo moderno, creía escuchar “realmente” las canciones del White Album, en el cual Helter Skelter jugó un papel tan singular que fue escrita —aunque con mala ortografía— en el refrigerador de una pareja asesinada por la Familia Manson. Paul McCartney, autor del tema, declaró que “Charles Manson interpretó que Helter Skelter estaba relacionado con los cuatro jinetes del Apocalipsis. Sigo sin saber qué tiene que ver nuestra canción con ese pasaje del Libro Profético de La Biblia. Yo no lo he leído, de modo que no lo sé. Pero Manson lo interpretó así, que en la canción Helter Skelter nosotros éramos los cuatro jinetes y que nos habíamos propuesto exterminar a todo el mundo”.

La voz del famoso asesino serial —el que, paradójicamente, hay que decirlo, no mató con sus propias manos a nadie pero era el líder religioso que comandó al clan— aparece en el tema My Monkey, de Marilyn Manson, quien también utiliza versos de I’m A Mechanical Man, tema incluido en Lie. El famoso cantante compuso su nombre artístico a partir de dos celebridades de EEUU: Marilyn Monroe y Charles Manson. También la banda Guns ‘N Roses realizó una versión de Look At Your Game, Girl, compuesta por Manson, para el álbum The Spaghetti Incident?

El que Manson haya influido de alguna manera en la música de artistas como Marilyn Manson los Guns, o en el cine de Quentin Tarantino, habla por sí mismo de su influencia y el halo macabro que lo envuelve, hasta la fecha. Daron Malakian, guitarrista, de System of a Down, declaró en una entrevista estar “muy triste por escuchar las noticias sobre la muerte de Charles Manson. Las entrevistas y música de Manson fueron una gran influencia para mí como artista, sobre todo cuando estaba escribiendo el álbum Toxicity. Titulé la canción ATWA por la organización ambiental de Manson. Me interesaba la manera en que pensaba y cómo veía a la sociedad, no sus crímenes”.

Wikipedia tiene un extenso artículo sobre Charles Manson y su influencia en la cultura popular norteamericana, y en la música en particular, como que la banda Church of Misery se basó en él para escribir Spahn Ranch, y que la banda Negative FX, usó su imagen para la portada de su álbum homónimo de 1985. Parece evidente que su imagen sigue siendo atractiva para algunos, pese a lo repulsivo que puedan considerarse sus crímenes.

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Asesinos seriales y la pena de muerte; el caso de Ted Bundy

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Ius et ratio

Por Arturo Rubio Ruiz

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 24 de enero de 1989, en Bradford, Florida, fue ejecutado en la silla eléctrica TheodoreTedRobert Cowell Bundy, un joven psicólogo y estudiante de Derecho nacido en Burlington, Vermont. Conocido por ser un hombre inteligente, elocuente y carismático, Bundy hizo a un lado un futuro promisorio en la vida política norteamericana, para dedicarse a la actividad que lo llevó a la fama internacional: secuestrar y asesinar mujeres. Algunos analistas estiman en un centenar el número de sus víctimas, sin embargo, sólo fue condenado por un asesinato, aunque en diversas entrevistas, Theodore Bundy aceptó haber privado de la vida a 36 mujeres, en una época en la que el feminicidio no existía en el marco punitivo legal.

El haber confesado una treintena de asesinatos, fue una perversa estrategia para eludir o al menos, postergar su ejecución, ya que negociaba la información que permitía a las autoridades encontrar el cuerpo de cada una de sus víctimas a cambio de privilegios carcelarios, buscando así culminar su negociación con el cambio de la pena de muerte por una de reclusión prolongada. Incluso, Bundy llegó a solicitar una pena reducida, jugando con el dolor de los familiares de las víctimas, pero en última instancia, las familias desecharon la negociación para asegurarse de que el también llamado “asesino de estudiantes” fuera ejecutado en la silla eléctrica.

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Ted Bundy en su juicio.

El término “asesino serial”, alcanzó fama internacional gracias en gran parte a la difusión que se le dio a la investigación de los crímenes cometidos por Ted Bundy, pues su captura fue ampliamente publicitada, así como las entrevistas que se le realizaron durante su proceso judicial. En una de las entrevistas más difundidas, Bundy afirma que la mejor manera de disfrutar del sexo era esposar a una mujer atractiva, aterrorizarla y convencerla de que iba a morir.

¿Pena de muerte?

La criminología moderna define al asesino serial como el sujeto que mata a tres o más personas, en eventos separados, bajo patrones operativos y victimológicos similares; se distingue del asesino múltiple, ya que este sujeto en un sólo ataqué priva de la vida a tres o más personas.  Si bien muchos autores sostienen que los asesinos seriales han existido en todas las sociedades a lo largo de la historia, lo cierto es que su estudio se ha concretado de manera sistematizada a partir de la segunda mitad del siglo XX; gracias a los medios masivos de comunicación, actualmente se da mayor cobertura a esta modalidad criminal.

Existen muchas teorías y clasificaciones que se han elaborado en torno a la naturaleza y metodología asignable a los asesinos seriales, no obstante, todos los estudios coinciden en que después de ser capturados, no hay un sistema penitenciario o tratamiento terapéutico que garantice su reincorporación al entorno social. Hasta hoy en día no existe registro forense de un caso exitoso de reincorporación al estrato social en libertad, de un convicto asesino serial. Son candidatos ideales a la pena de muerte.

En cátedra, el doctor García Ramírez sostenía que el asesino serial desarrolla su potencial criminal en las grandes urbes, donde el anonimato y la sobrepoblación garantizan el espacio de impunidad necesario para su actuación; el México moderno es un campo de caza ideal para este tipo de criminales, pues el grueso de la población —en términos generales— al migrar del campo a las ciudades, facilitó el espacio para el desarrollo de sus psicopatologías. Desde 1975, la situación apuntaba ya a la incapacidad del estado mexicano para hacer frente a las problemáticas derivadas de la criminalidad y la falta de un sistema penitenciario, el cual diera a la sociedad la certeza de que el delincuente pudiera ser reinsertado funcionalmente al entorno social.

En 1975, Sergio García Ramírez publica La prisión, obra en la que señala que: El sistema penal mexicano se encuentra en crisis. Lejos de frenar la delincuencia, parece auspiciarla. En su interior se desencadenan angustiosos problemas de conducta. Es instrumento propicio a toda clase de inhumanos tráficos (alcohol, drogas, sexo, etcétera). Nada bueno consigue en el alma del penado y si la agrava y emponzoña con vicios y afiliaciones criminales. Mina el cuerpo del recluso, lo enferma y postra y devuelve a la vida libre un hombre atravesado por los males carcelarios. Se muestra incapaz de enseñar el camino de la libertad y más parece arrojar temporalmente presas que ya ha hecho indefectiblemente suyas para recuperarlas más tarde.

Pionero del sistema penal de “puertas abiertas”, en el cual el recluso puede salir los fines de semana para convivir con su familia, o bien, salir a laborar durante el día con reclusión nocturna, García Ramírez pugnó por un sistema penal en que el encierro o el confinamiento se reservara exclusivamente para sujetos de alta peligrosidad; asimismo, planteó que se aplicara a los internos los programas de externación progresiva, sujeta a evaluación y supervisión a cargo de un equipo profesional multidisciplinario, que a través de técnicas terapéuticas preparan al interno para una vida en libertad que les permita integrarse al tejido social.

50 años después, nuestro sistema penitenciario es incapaz de cumplir con los objetivos trazados por el programa presentado por el doctor García Ramírez; actualmente estamos lejos de considerar el internamiento como una herramienta de reinserción social, pues resulta una verdad conocida que los centros de reclusión son cotos de capacitación y reclutamiento que utiliza la delincuencia organizada para alimentar sus tropas. Con un sistema penitenciario ineficaz, nos preguntamos si en algunos casos, como el de los asesinos seriales confesos, tal vez sería conveniente reimplantar en nuestro país la pena de muerte.

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