1

La famosa Escuela Industrial y Artística de La Paz, B.C.S

IMÁGENES: Cortesía

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur es una tierra que se ha destacado por tener hombres y mujeres que siempre han buscado su superación y el bienestar para sus familias. A pesar de que estas tierras se fundaron en una zona desértica y aislada del resto de la Republica Mexicana, una casi-isla, los afanes de las y los sudcalifornianos jamás disminuyeron, antes se vieron fortalecidos para poder hacer frente a los retos que se les presentaron. Fue así como, en la segunda década del siglo XX, se funda una de las instituciones que forjó a muchos ciudadanos de bien y que fortaleció el desarrollo de nuestro territorio, hoy estado. Me refiero a la famosa “Escuela Industrial”.

Finalizada la Revolución Mexicana, un periodo muy difícil para la economía sudcaliforniana debido a los enfrentamientos de los grupos armados que hubo en el territorio, así como la dificultad de surtir de mercancías necesarias para la subsistencia de la población, ya que los barcos y los puertos tenían graves dificultades para operar. Fue en ese periodo que se da una situación política inédita en esta península, que fuera aprobado por parte del Presidente de la República, en ese entonces Adolfo de la Huerta, que se elija a través de la figura de “plebiscito” a la persona que regirá los destinos de este Distrito Sur de la Baja California.

También te podría interesar: Fragmentos del culto mortuorio de los Antiguos Californios

Es entonces, que los diferentes grupos políticos inician el escrutinio para determinar quién sería la persona idónea que los representaría. Uno de estos grupos seleccionó a un paceño, que se había distinguido por ser un excelente y honrado administrador en los cargos que tuvo a nivel municipal, como regidor y posteriormente presidente municipal, el señor Agustín Arriola Martínez. Arriola Martínez procedía de una familia de personas dedicadas al comercio y a la cría de ganado, se había educado en San Francisco, Estados Unidos, y al regresar a esta ciudad de La Paz se dedicó a administrar las propiedades de la familia, a la docencia y a la incipiente vida política sudcaliforniana.

Durante la breve campaña de proselitismo que antecedió a los comicios electorales, Arriola Martínez visitó muchas comunidades en donde le plantearon diversos problemas que los aquejaban, y, entre ellos, el que no existía una institución en el Distrito Sur que capacitara a los jóvenes en oficios que les permitieran en un futuro integrarse a una actividad productiva. Arriola, conocedor de esta necesidad, prometió que si resultaba electo Gobernador construiría esta escuela y la dotaría de lo necesario para su funcionamiento.

Las elecciones se desarrollaron el 15 de agosto y Agustín Arriola Martínez resultó electo con una apabullante mayoría. Unos meses después, ya instalado en el cargo de Gobernador, inicia la construcción de la mencionada institución la cual, ya finalizada, recibió el nombre de Escuela Industrial y Artística de La Paz (Crónicas de mi puerto La Paz 1930-1959. Rosa María Mendoza de Uribe. AHPLM). La dirección de esta institución recayó en una de las personas más capaces de ese entonces, el señor Isidro Isáis Marcq y como Secretario Contador el Sr. Carlos Cornejo Monterde.

El edificio de esta escuela estaba ubicado sobre lo que hoy es la calle Guillermo Prieto entre Nicolás Bravo y Melchor Ocampo, en realidad eran dos grandes edificios, en los cuales se daba la enseñanza de los siguientes oficios: mecánica, carpintería, electricidad, albañilería y herrería. El señor Jorge Alvarado Ruiz menciona que las personas que donaron estos terrenos al gobierno para edificar la Escuela Industrial fueron el profesor Jorge Alvarado Meléndrez y el ingeniero Alfredo Savín.

Muchos jóvenes de las décadas de los cincuentas, y hasta los setentas, recuerdan que el sonido del silbato que daba la hora de entrada (7a.m.), intermedio (1p.m.) y fin (7p.m.) de las actividades en esta Escuela, se escuchaba por toda la ciudad (de aquel entonces) y que regía las actividades laborales de casi todos los comercios y empresas de aquel entonces, incluso la vida de los hogares, ya que su sonido anunciaba la hora de desayunar o en que regresaba el padre a casa para la comida.

En el gobierno del General Agustín Olachea Avilés (1946-1956), el director de esta escuela fue el señor Vicente Ibarra Vecher, mismo que fue operador de la primera planta eléctrica de este puerto y también implementó el primer sistema de comunicación telefónica. También los señores Salvador Castro y Joaquín Espinoza Albáñez fueron directores de la Escuela Industrial.

Con el paso del tiempo y ante el surgimiento de nuevas necesidades en este puerto, se decide destinar una parte del predio para la construcción del Mercado “Nicolás Bravo”, por lo que se demuele uno de los dos edificios principales para darles el nuevo uso. Al parecer, la escuela dejó de funcionar como tal a principios de los años setentas, con la llegada a la gubernatura del Ingeniero Félix Agramont Cota. En los años noventas, se instaló en el único edificio que aún se mantenía en pie el “Museo de Telecomunicaciones” bajo la coordinación del señor de apellido Gómez Pelayo. En este sitio, se mostraban al público diferentes tipos de maquinaria que en algún tiempo estuvieron en operación para las telecomunicaciones en el territorio y ahora estado. Este museo fue cerrado a finales de los noventas, o principios de la primera década del siglo XXI. En la actualidad, sólo una pequeña parte de este edificio está en funciones y alberga una oficina de telégrafo.

Hoy en día existen muchos descendientes de las personas que aprendieron un oficio en este sitio, así como los que recuerdan a sus familiares que laboraron en esta institución. Tal es el caso de Cástulo Guerrero (velador), Jorge Romero Gurrola, Julián Agúndez Martínez, Manuel Lucero Pérez, Juan Ríos Ortega, Erasto Islas Liera y Alfredo Torres Liera, Alberto Lara Fernández, los señores Güereña, etc.

Recordar la historia de estos recintos, su importancia para el desarrollo de nuestra península y las vidas que cambió para bien, es algo que siempre debemos hacer. La historia de Baja California Sur es interesante y está viva, en el corazón de sus habitantes.

 

Bibliografía:

Crónicas de mi puerto La Paz 1930-1959. Rosa María Mendoza de Uribe. AHPLM

Agustín Arriola Martínez. Visionario y magnánimo. Sinopsis biográfica – Profr. Armando Trasviña Taylor.

El territorio de la Baja California Ilustrada. J. R. Southworth

—–

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, ésto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Entregan premio al ganador del Concurso de Ensayo Histórico sobre el Gobierno de Agustín Arriola

IMAGEN: Archivo

La Paz, Baja California Sur (BCS). Al entregar al historiador José Antonio Rochín Cota el premio del concurso de ensayo sobre el gobierno de Agustín Arriola Martínez y el Plebiscito de 1920, convocado por la Universidad Autónoma de Baja California Sur y el Congreso del Estado,  el diputado Ramiro Ruiz Flores manifestó que hace un año propuso y fue aprobado el decretar el 2020 como el año dedicado a Agustín Arriola y al Centenario del Plebiscito de 1920, “como un merecido homenaje a un gobernante que en su tiempo puso bases importantes para el desarrollo social, cultural y económico de nuestra tierra; pero igualmente, con la declaratoria rendimos reconocimiento a un pueblo que con una alta conciencia cívica eligió por primera vez en la historia a un gobernador en nuestra media península”, informó el Congreso sudcaliforniano.

En  su intervención, el legislador indicó que este mismo pueblo sudcaliforniano a lo largo de estos cien años “por la vía de la participación social y política ha logrado importantes transformaciones hasta llegar a la actual Baja California Sur que hoy disfrutamos plenamente, y que seguramente por el dinamismo social, en los años por venir se seguirá transformando con una intensa participación de una comunidad sudcaliforniana que nos ha demostrado que cuenta con una gran vocación de cambio social y político”.

Por su parte, el ganador José Antonio Rochín agradeció a la UABCS y al Congreso estatal, quienes tuvieron la idea de este certamen que permite a los sudcalifornianos acercarse a los hechos históricos que les dieron identidad, de igual manera agradeció al Archivo por las facilidades prestadas para la realización de su investigación; destacó la buena obra educativa de Arriola Martínez, el combate a los sembradíos de amapola, como se ha dado en otro gobernante en la historia de Sudcalifornia.

Finalmente, Ruiz Flores agradeció el aporte realizado por José Antonio Rochín Cota con el trabajo titulado Agustín Arriola y su labor en la administración pública 1917-1924, labor de investigación que recoge importantes etapas de la vida sudcaliforniana de los primeros años del siglo XX.

También agradeció a los descendientes de Agustín Arriola el respaldo que dieron al Congreso del Estado a lo largo del presente año, a quienes les dijo: “deben ustedes sentirse muy  orgullosos de la obra de Agustín Arriola, pero sobre todo, orgullosos porque son los depositarios de una historia y un legado  de familia, que al mismo tiempo  forma parte de la historia de nuestro pueblo sudcaliforniano y en ese sentido, todos estamos plenamente ciertos que Don Agustín Arriola fue un gobernantes honesto y visionario, y un padre que supo formar una familia ejemplar de profundas raíces sudcalifornianas”.

 




Agustín Arriola Martínez, un visionario y un político congruente y leal

FOTOS: Cortesía.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur ha destacado desde sus inicios en la época prehispánica por ser cuna de hombres y mujeres con una sólida formación ética y, sobre todo, leales a aquellas personas con las cuales comulgaban en sus ideas y obras. Tal fue la herencia que ha perdurado hasta nuestros días y de la que hizo gala uno de los sudcalifornianos más destacados del siglo XX, me refiero al señor Agustín Arriola Martínez.

Agustín Arriola nació un 11 de octubre de 1887, en esta ciudad de La Paz, siendo sus padres el señor Agustín Arriola Arqueaga y su esposa Doña Talpa Martínez Talamantes. Durante su infancia, correteó por las calles de esta naciente ciudad en donde practicaba los juegos propios de los infantes de aquellas épocas y acompañaba a su padre, en los recorridos que realizaba a uno de los ranchos que poseían en una zona cercana a esta capital, la cual actualmente es conocida como la colonia El Mezquitito.

También te podría interesar: Sebastián Vizcaíno llega al puerto de La Santa Cruz y le impone el nombre de La Paz

Cursó sus estudios de educación primaria en la escuela “Ignacio Allende” obteniendo notas sobresalientes, motivo por el cual sus padres deciden enviarlo a estudiar a la ciudad de Hermosillo, Sonora, para que inicie la carrera de contador privado y público, de la cual egresó en el año de 1907 siendo reconocido como uno de los mejores alumnos de esa generación.

De regreso a esta ciudad de La Paz, inicia su vida laboral en las oficinas de la prestigiada negociación Rochol y Ruffo en donde laboró por varios años. Fue en ese tiempo que se le plantea la posibilidad de ir a perfeccionar sus estudios en contaduría e inglés en la ciudad de Los Ángeles, California, en la prestigiada escuela The Isaac Woodbury Bussines College.

Vivió en aquella ciudad hasta el año de 1914, en que decide regresar a su estado natal y empieza una nueva faceta de su vida profesional, como docente. Junto a un grupo de destacados profesionales de la educación deciden formar el Instituto Comercial Independencia en esta ciudad capital, el cual se ubicó en las oficinas anexas a la Parroquia de Nuestra Señora de La Paz Airapí (actualmente Catedral). Algunos de los docentes al lado de quienes laboró fuero Bonifacio Díaz, Padre Mauro Esparza, Pedro Peláez, Soledad Casillas Seguame, Isidro Isáis Marc, Alfredo Savín, Ignacio Bañuelos Cabezud y Filemón Cecilio Piñeda.

Arriola Martínez siempre destacó por su carácter firme, el cual lo hacía ver en ocasiones como un tanto impulsivo, de valores sólidos entre los que sobresalía la honradez y el gran amor por su tierra natal. Fue entonces que un año después, en 1915, es electo como síndico del Ayuntamiento paceño, cargo en el cual se desempeñó hasta 1916 en que debido al fallecimiento fortuito y repentino del presidente municipal, Antonio Blanco, debe de ocupar de forma interina esta responsabilidad, tal como lo mandata la ley. Ya para el año de 1918 en que se debía elegir al próximo Presidente Municipal así como a los ediles del Ayuntamiento, es convencido por un gran número de personas influyentes de la ciudad, las cuales lo conocen desde infante y a las cuales les agradaba su carácter de hombre prudente, firme y honrado, para que se postule como candidato a este puesto tan importante. Durante su estancia al frente del puesto de Presidente Municipal realizó mejoras en su administración y llevó cuentas claras y puntuales sobre los gastos que se realizaron, sin dispendios ni gastos superfluos, con lo cual refrendó la opinión que tenía la ciudadanía, no sólo de esta capital sino de todo el territorio, sobre su personalidad.

De acuerdo a información que publicó la Sra. Manuela Lizárraga Alcaraz, menciona lo siguiente sobre esta parte de la trayectoria política de Arriola: Los síndicos y regidores fueron: Antonio Ruffo, Filemón C. Piñeda, Ignacio Bañuelos Cabezud, Fernando Chacón Meza, Isidro Isáis Marc, Bernardo Maldonado y Miguel L. Cornejo. Su labor como Alcalde fue brillante: promovió la apertura de los caminos vecinales de La Paz a La Soledad con Ramales a Toris de la Presa, El Paso de Iritú, Agua Verde y La Palmilla. Apoyó la idea del ingeniero Savín para instalar el primer sistema de drenaje en La Paz.

Le tocó también a este político el hacer frente a un gran huracán que azotó el municipio en el mes de septiembre de 1918 y coordinó las labores de protección de diferentes localidades de la municipalidad y de esta capital. Una vez pasado este fenómeno natural, ayudó a las víctimas, las cuales fueron muchísimas, y les proporcionó albergue y alimentación lo cual se prolongó durante varias semanas. Su carácter humanitario, previsor y organizado en las cuentas públicas hizo que se llevara esta contingencia de la mejor manera posible, logrando un gran reconocimiento popular.

Para el año de 1920, se encontraba en la presidencia de la nación el general Venustiano Carranza, sin embargo, tenía que hacer frente a una gran cantidad de militares de grandes vuelos que se habían levantado en armas contra él bajo los postulados del Plan de Agua Prieta. Fue en el mes de mayo de ese año, que Carranza cae abatido por las balas de sus enemigos y, en su lugar, es designado como presidente provisional,  por la junta revolucionaria triunfante, el Gral. Adolfo de la Huerta. En su deseo de pacificar al país, De la Huerta empezó a ofrecer a los diferentes grupos políticos de los confines de la nación, el que se realizaran elecciones libres y que fuera a través de ellas que se eligiera a quien los gobernaría, ya sea en Presidencias Municipales o Gubernaturas, cosa que tradicionalmente se hacía a través de designación por parte del Presidente. Es así como en Baja California Sur se recibe con beneplácito esta decisión y se preparan los grupos políticos a participar en el plebiscito.

Después de un corto y apresurado proceso de proselitismo electoral se llevan a cabo las elecciones, siendo Arriola una persona de reconocida trayectoria y grandes dotes como político y administrador, resulta electo por aplastante mayoría. Fue el 21 de septiembre de 1920 en que toma posesión de su nueva encomienda, a la edad de 33 años, y de inmediato pone manos a la obra para resarcir los graves y añejos males de que adolecía la administración de nuestro territorio.

La señora Lizárraga Alcaraz menciona los frutos abundantes que se obtuvieron durante la gestión de este gobernante: Se realizaron las obras y trazos originales de la carretera transpeninsular, mediante camino de terracería desde La Paz hasta El Arco, en la colindancia con el Distrito Norte de la península. Asimismo, hizo el reparto de tierras ejidales de Santiago, Las Cuevas, Todos Santos, y El Pescadero, aplicándose por primera vez la Ley Agraria en la región. Otorgó becas a los primeros estudiantes que viajaron a la Ciudad de México para su formación profesional, y en esa misma ciudad fundó la primera Casa del Estudiante Sudcaliforniano. Adquirió la primera planta eléctrica en La Paz. Alentó la fundación de la Escuela Industrial de Artes y Oficios donde se preparaban los jóvenes de escasos recursos: artesanos, técnicos en fundición, mecánica, carpintería y electricidad. Inauguró la primera escuela de tropa militar en el distrito sur del territorio y durante su gestión se instalaron diversas fábricas de cigarros, fósforos, botones y veladoras, entre otras.

Se inició la construcción de las cortinas en los arroyos El Cajoncito, La Candelaria, y San Bartolo, abriéndose también los primeros pozos de agua potable de la ciudad. Construyó el primer quirófano en el Hospital Juan María de Salvatierra y abrió en Todos Santos la primera planta beneficiadora de pescado de escama. Se fundó la Escuela de Tropa para Militares otorgando las instalaciones para la Zona Militar en Revolución y Degollado, donde es ahora el Mercado Municipal “Francisco I. Madero”. Hizo el represo de El Salto, y se empedraron las calles del primer cuadro de la ciudad. Trajo las primeras comunicaciones telegráficas a la entidad”.

El prestigiado político, profesor e historiador Armando Trasviña Taylor menciona en su libro Agustín Arriola Martínez. Visionario y Magnánimo los siguientes logros de este gobernante: “Reorganizó las oficinas de gobierno, exigiendo responsabilidad y eficiencia a cada empleado. Impuso moralidad en el manejo de los fondos públicos. Expidió la primera Ley de Hacienda para regular las fuentes de ingresos oficiales. Mandó el primer grupo de estudiantes pensionados a la Ciudad de México, egresando profesionistas capaces que antes no había. Fundó la Casa del Estudiante en México, y respetaba las garantías constitucionales. Impulsó los ramos de la ganadería minería y agricultura, construyó diversos edificios escolares en La Paz y las zonas rurales”.

Al finalizar su periodo al frente de la administración del territorio, coincidió con que también a nivel nacional se estaban llevando los procesos para elegir al presidente que sucedería al Gral. Álvaro Obregón. Por todos era sabido que el favorito para ocupar la silla presidencial era un amigo muy cercano a Obregón, el también general Plutarco Elías Calles, al cual sus detractores llamaban el brazo derecho que había perdido Obregón en las batallas. Como único contrincante en las elecciones presidenciales que tuvo Calles, fue el político sinaloense Ángel Flores, quien había secundado el Plan de Agua Prieta y se desempeñaba como Gobernador del Estado de Sinaloa. De acuerdo a los resultados obtenidos en esas elecciones, en los únicos lugares del país donde obtuvo mayoría de votos Flores fue en su estado natal y en el territorio de Baja California Sur.

Al llegar Calles a la Presidencia, de inmediato decide solicitarle a Agustín Arriola Martínez que abandone el cargo de Gobernador, designando al general Miguel Piña Jr.  como su sucesor, regresando a la arbitraria y retrógrada usanza de que fuera el presidente en turno el que designara a los gobernadores de los territorios del país.

Algunos historiadores como los profesores Pablo L. Martínez y Eligio Moisés Coronado sostienen la tesis de que la razón de haber sido removido Arriola de su cargo como Gobernador de este territorio, se debió a las simpatías con las que siempre distinguió al Gral. Flores, y que dieron como fruto el que haya resultado con las preferencias de los votantes calisureños en las elecciones presidenciales, cosa que jamás le perdonó Elías Calles, destituyéndolo de su puesto en cuanto pudo. Sin embargo Carlos Arriola Isáis, nieto de don Agustín Arriola Martínez, dio el siguiente testimonio: No fue destituido del cargo como se cree actualmente, él por su propia voluntad viajó a la Ciudad de México acompañado de otras dos personas del gobierno para entregar su investidura, la cual ya había naturalmente terminado a los 4 años de ejercicio (Agustín Arriola Martínez. Visionario y Magnánimo).

Para finalizar este breve recuento de los hechos y obras de la vida de Agustín Arriola Martínez, mencionaré como cosa anecdótica que una vez que este político paceño dejo la jefatura de Gobierno del Territorio y regresó a hacerse cargo de los ranchos y negocios de la familia en el año de 1924: 2 años después es encontrado muerto, probablemente envenenado, el Gral. Ángel Flores; de seis disparos, de diferentes calibres según la autopsia, cae acribillado 4 años después Alvaro Obregón y, de una hemorragia masiva, fallece 21 años después Plutarco Elías Calles.

Dicen que todo tiene su justo premio, y Agustín Arriola vivió hasta la edad de 84 años, rodeado del cariño y respeto de su esposa Leonor Sepúlveda, su hijo Carlos, y sus cuatro nietos: Carlos, Agustín, Leticia y Leonor; así como de todas aquellas personas que lo conocieron y que disfrutaron de sus charlas y consejos. Fue el 11 de junio de 1981 en que exhaló su último suspiro en su casa de la calle Carlos M. Esquerro, en esta ciudad de La Paz, en donde vivió por muchos años.

Sobrados son los méritos de este gran sudcaliforniano, digno de ocupar un sitio entre sus iguales, los que actualmente reposan en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres. El otorgarle este justo reconocimiento engrandecería no sólo a quienes lo hicieran, sino reafirmaría el precedente del justo premio que se le da a la memoria de aquellos hombres y mujeres nativos de esta tierra que dejan un legado que vale la penar rememorar y continuar.

 

Bibliografía:

“47 ANIVERSARIO LUCTUOSO DE DON AGUSTIN ARRIOLA MARTINEZ…PRIMER GOBERNADOR NATIVO DE SUDCALIFORNIA, ELECTO POR EL PUEBLO.” – MANUELA LIZÁRRAGA ALCARAZ. BLOG. https://lapazqueseperdio.blogspot.com

“AGUSTÍN ARRIOLA MARTÍNEZ. VISIONARIO Y MAGNÁNIMO” – ARMANDO TRASVIÑA TAYLOR

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.




Domingo Carballo Félix, de aquellos maestros que hicieron historia

FOTO: Internet.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Baja California Sur es una tierra que ha sido forjada en base a férreas voluntades y al sudor y la sangre de mucha gente valerosa. Desde que se integró al concierto de la Nueva España con el primer asentamiento permanente en el año de 1697 ya han transcurrido más de 300 años, muchas personas tesoneras han dejado su vida en diferentes profesiones y oficios buscando perpetuar la simiente para el futuro que hoy se tiene. Domingo Carballo Félix perteneció a esta pléyade de sudcalifornios que dio realce al trabajo en el terreno educativo y que, por espacio de más de 60 años, sembró en la mente de niños y jóvenes la ciencia y la virtud.

Domingo Carballo nace el 20 de agosto de 1897 en un rancho llamado Los Inocentes, el cual estaba situado al noroeste de la ciudad de La Paz. Fueron sus padres el señor Domingo Carballo Martínez y su esposa Felipa Félix York. Con ellos, aprendió el valor del trabajo y sobre todo incorporó el gusto por dar sentencias a través de refranes, por lo cual se le conocería durante su vida adulta.

También te podría interesar: Los Jesuitas expulsos. Un día triste para la California.

Se traslada a esta ciudad de La Paz en donde lleva a cabo sus estudios de  primaria, los cuales finaliza en 1911. En ese mismo año, solicita convertirse en ayudante de profesor en la Escuela Primaria Elemental de la que había egresado, realizando el examen respectivo el cual aprueba por unanimidad. Al poco tiempo es asignado a la Escuela Suplementaria Nocturna para Adultos en esta ciudad capital, con lo cual da oficialmente inicio su labor magisterial.

Durante los años de 1912 y 1913 trabajó en el poblado de Todo Santos y en esta ciudad de La Paz, sin embargo, debido a la inestabilidad política y militar en el país, producto de la Revolución Mexicana, se suspendieron las actividades docentes. No fue sino hasta el año de 1917 en que reanuda su trabajo en algunas escuelas de esta ciudad capital.

En 1920, contando con 23 años de edad, el gobernador Agustín Arriola Martínez fue enterado de su excelente desempeño laboral, así como su deseo de superación, por lo que lo considera para formar parte de un grupo de estudiantes que sería enviados a la Ciudad de México, becados por el gobierno del Territorio. En el caso del profesor Carballo Félix, por ya estar laborando en una escuela primaria y demostrada su responsabilidad y don de mando, se le asigna la función de apoyo al director de la Casa del Estudiante. Una vez instalado el contingente en la capital del país, por diversas situaciones, Domingo Carballo se queda al frente de la dirección de la Casa del Estudiante.

El carácter inquieto y visionario de  Carballo Félix lo lleva a iniciar sus estudios en la Escuela Normal de México. En los escasos momentos que le quedaban entre el estudio y la dirección de la Casa del Estudiante, realiza diversos cursos y talleres entre los que destacaron: Misiones Culturales, Cruz Roja Estudiantil, Escuela de Comercio e incluso trabajó como profesor en algunas escuelas. En 1926, concluyó sus estudios profesionales y se le ofrece una adscripción como profesor de la planta docente en la Escuela Anexa a la Nacional de Maestros.

Al año siguiente regresa a nuestro Territorio cómo inspector de zona y se le asigna al poblado de San José del Cabo. En este puesto permanece por un año y, posteriormente, recibe su cambio a la ciudad de La Paz. Debido a su gran preparación y experiencia lo nombran primero como docente de la Escuela Normal Regional de La Paz y, en 1929, por meritos propios y su destacado trabajo, se le designa como director de la misma.

En 1931 se hace cargo de la dirección de la Escuela Secundaria Número 14, cuyo fundador fue el emérito Profesor Pablo L. Martínez Márquez. De lo poco que ha trascendido de su vida personal, se sabe que en el año de 1932 unió su vida en matrimonio con la señorita Francisca Josefina Ruiz Cazessús, de la cual enviudó en el año de 1946.

El carácter inquieto de Carballo Félix lo hace que en el año de 1936 viaje a la Ciudad de México, donde trabaja en las Escuelas Secundarias Número 5 y 13. Sin embargo, gente de su valía y dedicación siempre serán necesarias para desempeñar el trabajo en su propia tierra, por lo que el año de 1938 a petición del General Rafael Pedrajo, que en ese entonces era el Jefe Político de nuestro Territorio, le pide que se haga cargo de la dirección de la Escuela Secundaria No.14 en esta ciudad capital.

Al crearse la Escuela Normal Urbana de La Paz el 5 de febrero de 1944, el profesor Domingo Carballo participa como docente, y a partir del año de 1946 fue ascendido al puesto de director de esta Escuela Normal.

En 1964 su excelente desempeño al frente de la Escuela Normal es reconocido y se le pide que viaje a la ciudad de Nueva York, EUA, en donde permanece  durante un mes asistiendo a un curso de Actualización para Administradores y Directores de Escuelas Normales Rurales. El mencionado curso es ofrecido por la Universidad de Albany.

En el año de 1966 recibió la medalla Rosaura Zapata Cano, que otorgaba en aquel entonces el gobierno del Territorio, por sus 30 años de servicio, los cuales desde muchos años antes había cumplido y, en el año de 1971, en un emotivo homenaje, se le reconocen sus 60 años de servicio magisterial ininterrumpido

El 15 de mayo de 1972 se le otorgó la medalla Ignacio Manuel Altamirano por el Gobierno Federal, sin embargo, debido a un avanzado deterioro en su salud, no pudo acudir a recibirla, lo cual era su más ferviente deseo. En una excepción sin precedentes, la presea la recibió de manos del entonces presidente de la república Luis Echeverría Álvarez, el cual acudió hasta el sitio en el cual estaba residiendo.

Su vida se extinguió el 17 de agosto de 1972 y fue sepultado en el panteón de Los San Juanes en esta ciudad de La Paz. El 15 de mayo de 1986 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres.

La vida de estos grandes sudcalifornianos debe ser motivo de estudio en todas las escuelas de nuestra entidad, para que sirvan de ejemplo y motivación hacia sus futuros ciudadanos y que, cuando sea el momento de que ellos estén al frente de los destinos de su Estado, lo cumplan con el mismo patriotismo y esmero como lo hicieron estos insignes personajes que les precedieron.

AVISO: CULCO BCS no se hace responsable de las opiniones de los colaboradores, esto es responsabilidad de cada autor; confiamos en sus argumentos y el tratamiento de la información, sin embargo, no necesariamente coinciden con los puntos de vista de esta revista digital.